En una calle oscura de Ciudad Inazuma, a eso de las once de la noche.

-Malditos niños...- Refunfuñaba Nico mientras caminaba sola.

Resultaba y pasaba que cuando Ace comenzó a oler a los Kagatobi, Rex y Zoe echaron a correr pero desgraciadamente Nico se tropezó en el camino y perdió rastro de los dos muchachos y para dar más infortunio comenzó a llover muy fuerte, hasta el clima comenzaba a burlarse de su infortunio. De pronto oyó unos pasos a lo que la pequeña mujer se puso en guardia para ver quien era pero se llevó la sorpresa de que eran...

-¡JEFE!

-¡OKASHIRA!

Eran Shinichi, Katsu, Suneo, Ryu y Genzo, sus principales hombres quienes usaban las ropas tácticas negras del Nikogumi.

-Chicos, ¿Qué pasó?

-¡Okashira!- Exclamó Handa en voz alta por las fuertes lluvias- ¡Un incendio está ocurriendo en estos momentos!

-¡¿Cómo?!- En eso se escucharon a la lejanía las campanadas que anunciaban que un siniestro estaba ocurriendo- No puedo creerlo, ¡Es en la zona de tolerancia! ¡Alisten sus armas y vámonos, chicos! ¡No podemos permitir que otro incendio ocurra en esta ciudad!

-¡OOOOHHHH!- Exclamaron los cinco bomberos quienes alistaron sus armas y junto con Nico quién tenía su katana envainada fueron de carrera hacia la zona de tolerancia a medida que las campanadas seguían repitiéndose al paso de los segundos.

La pequeña líder hikeshi tenía miedo de que una de sus amistades en Edo no estuviera teniendo el infortunio de ser rodeada por las llamas. Por algo su labor de bombero era eso, impedir que una vida se consumiera aunque daría la suya.

Pero ignoraban que esas campanadas no eran precisamente...

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Nico y sus hombres ya estaban corriendo hacia la casa de Satoru Endo, capitán de los Super Once cuando de pronto una figura se interpuso en su camino aunque sus hombres no eran tontos porque desde la experiencia sabían que una sombría figura en plena noche lluviosa era una señal de que no era nada amigable por lo que sin dudarlo se pusieron en guardia ante una nueva pelea.

Pero...

-Niichan... Shinichi, amigos

-¡SHIN-SAN!

Era Yoshimune, cuyo cabello rosa estaba suelto y quien estaba ahora usando un casco de unidad, una chaqueta táctica negra hipermeable del Nikogumi, pantalón táctico gris, vendas en los tobillos y zapatos negros chinos (También llamados Tai-chi). Los Nikogumi estaban absortos al ver que su amiga estaba frente a ellos y vestida por igual.

-Shin-san...

-Niichan, ¿A dónde van ustedes?

La pelinegra dio un pequeño suspiro a la par que debía controlar sus nervios pues el incendio que supuestamente ocurría en la zona de tolerancia estaría propagándose en cualquier momento.

-Bueno, Shin-san, tal como ves, mis muchachos y yo también somos de Edo. No podemos perder contra los bomberos del Clan Tamaki si es que ellos comenzaron el incendio y cometer de las suyas.- Sus ojos rojos brillaban de determinación- Shin-san, no sé cual es tu postura al respecto con todo este asunto pero por mi parte iré al lugar del incendio con los jóvenes. Hazte a un lado.

-¡Mamá!

-¿Eh?

-Los rivales son personas de cientos de miles de kokus, ¿Crees que podrás sola?- La joven reina se interpuso frente a su madre adoptiva y sus amigos hikeshi- No conozco a Tamakinokami pero ella al ser la señora del Área Limítrofe sería capaz de condenarte a muerte por la cosa más simple.

-Pero si no hacemos nada, ¿no te importa lo que le ocurra a Edo?

-¡Claro que me importa mucho Edo! ¡Es mi hogar!- Gritó la joven a la par que sentía que iba a llorar en cualquier momento- En momentos difíciles como este, ¡déjaselo a mi, la agente Shino Tokuda! ¡No eres rival para ellos!

Un rato de silencio se apoderó de la reina y los bomberos dando comienzo a un pequeño rato de tensión.

-¡No bromees, Shin-san!- Explotó Nico a medida que su hija estaba interfiriendo- ¿Qué sucederá con los habitantes de Edo si dejamos esto así? ¡¿Hasta cuándo estarás satisfecha?!

-¡No irás! ¡Las campanadas que están sonando no son de un incendio!

-¡Estás mintiendo! ¡A un lado!

-¡NO!- Gritó Yoshimune sin dejar de ser una barrera humana- ¡No irás allá! ¡Es mi trabajo encargarme de esos sujetos!

-¡Shin-san!- La pelinegra empujó a la shogún pero ésta en un movimiento rápido envolvió sus brazos delgados alrededor de su cintura haciendo que la pequeña mujer tratara de forcejear con tal de liberarse pero la pelirrosa se lo impedía- ¡Maldición, Shin-san! ¡Suéltame!

-¡No lo haré, mamá!- La joven reina abrazaba fuertemente a su madre, no quería que ella se arriesgara en vano.

El fuerte abrazo que le daba su hija hacía que Nico más se impacientara hasta casi lograr soltarse pero nuevamente Yoshimune le impedería irse dando lugar a un breve forcejeo hasta que la shogun no le tocó otra opción.

-¡Que me sueltes!

-¡Por favor, mamá!- En una rápida maniobra volteó a la pequeña mujer para luego propinarle una fuerte bofetada que la mandó a caer al suelo al mismo tiempo que el cielo relampagueó por instantes.

Los demás miembros del Nikogumi quedaron sin palabras al ver lo que pasó mientras que Yoshimune estaba de pie con una mirada seria y Nico estaba sentada en el suelo mientras se tocaba la mejilla izquierda quien estaba enrojecida por la fuerte bofetada que le dio su hija adoptiva

-Mi señora…

-Lo siento, Niichan. Tú y los muchachos en estos momentos son lo más importante que tengo en estos momentos y no me perdonaré nunca si los pierdo... Nos vemos...

-¡Shin-san!

En menos de lo que canta un gallo, la joven shogún se fue en polvorosa mientras la pequeña mujer no se movió para detenerla a medida que la lluvia se hizo más y más fuerte que le hizo quedarse mojada totalmente mientras sus hombres la rodearon para ayudarla. La mujer miraba hacia el infinito mientras el fuerte aguacero cubría todos los rincones de la ciudad.

"No puedo culparla... Defiende a las personas que tanto quiere... Eso mismo se lo enseñé"

Las campanadas seguían sonando constantemente a medida que una congregación de personas iban corriendo desesperadamente hacia la zona de tolerancia debido al presunto incendio que ocurriría en uno de sus tantos establecimientos pero en realidad era otra cosa lo que estaba pasando en el lugar.

Y otro relámpago iluminó la ciudad quien ya se encontraba sumida en el aguacero incesante.

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Yoshimune estaba corriendo rápidamente en dirección a la zona de tolerancia de Ciudad Inazuma pero para su desgracia el aguacero era tan fuerte que desgraciadamente cubría toda la ciudad y no dejaba ver todo en su totalidad. La pelirrosa refunfuñó pero la situación que atravesaba no le impedía seguir en su propósito de darle fin a Denkichi y su siniestro plan de asesinar a los Super Once e incendiar sus casas.

Fue en eso cuando se topó con uno de sus ninjas más confiables, en ese caso, una pequeña gatita negra con rojos, parecida en exactitud a Luna de Sailor Moon pero con la diferencia de que tenía una estrella de cuatro puntas en su frente.

-Osono, ¿Qué pasó?

-Su majestad, la unidad de bomberos Kagatobi quien supuestamente fue aprobada por Tamakinokami, ha sido terminada. Los hombres de esa unidad atacaron a Úrsula de la Pandilla Alpha y robaron su Dino Lector como dinosaurio de combate y cartas de movimiento, creo que lo iban a usar para causar el incendio.

-¿Y lo hicieron?

-Según el interrogatorio que les están haciendo Kido y Sukehachi en la comisaría, Toragoro les ordenó que atacaran a la pandilla Alpha pero no sabían el uso del dispositivo. Planeaban probarlo en una colonia cercana pero Kido y todos nosotros intervenimos y capturamos a su totalidad.

-Entonces, Endo está a salvo- Una sonrisa se dibujó en la joven reina y lo mismo en la minina- Me siento aliviada de que ahora él y los Super Once estén bien pero no debemos perder tiempo. Ahora debemos detener a Denkichi y su grupo ya que planean hacer un incendio por cuenta propia.

-Eso no será necesario, Yoshimune Tokugawa

-¡...!- Las dos féminas quedaron en shock al escuchar una voz que provenía de los cielos al mismo tiempo que el cielo volvió a relampaguearse dando a entender que las fuertes lluvias iban a durar un muy buen tiempo.

-¿Quién eres y cómo sabes mi identidad?- Preguntaba la shogún mientras miraba por todos lados.

-¿Acaso eres un ninja de Owari o de algún otro dominio?- Interrogó la kunoichi mientras se ponía en guardia gatuna.

-Muahahahahahahaha... ¿En serio creen que soy un asesino de uno de tus tantos primos?

-¿Y entonces quien eres?

-Soy un ninja al servicio del Inazuma Bugeicho- En eso hizo aparición lo que parecía ser un ser encapuchado de ropas tácticas totalmente rojas, guantes y zapatos verdes y con el detalle de una estrella de cinco puntas sobre su cabeza- Hola, mucho gusto... Soy un tomate y he venido por tu vida, Nikko Kishimoto.

-Un tomate asesino...- La joven reina puso una cara de pequeño disgusto- Eso es un problema y más viniendo de esa raijin. Entiendo tus intenciones pero creo que no será posible que las cumplas.

-¿Causas? ¿Motivos? ¿Razones? ¿Circunstancias?

-Solamente una razón. Puede que sea la shogun pero en Edo tengo apegos persistentes en estos momentos y mi vida no la perderé tan fácil ante ustedes, no mientras defiendo al pueblo con la malva dorada de tres hojas resoplando alrededor.

Una pequeña risa salió del peculiar tomate ninja asesino.

-Jajajaja... ¡Será mejor que abandones esos apegos por completo! ¡Puedes pedir ayuda, pero no llegará!

Yoshimune sonrió como si lo estuviera disfrutando o quería poner la prueba la paciencia del extraño shinobi.

-Si existe justicia en el mundo, la mano de la ayuda puede extenderse hacia mí- En eso miró a la gatita negra la cual estaba en guardia- Osono, ayúdame.

-Miau...

-¡Tonta! Estás perdiendo tu tiempo.

-¿Ah sí? ¡Transformación!- En eso Osono dio un salto haciendo volteretas hasta que hubo una explosión de humo hasta dar con una joven pelirroja de cabello recogido y ojos del mismo color la cual usaba su uniforme táctico de color negro y ropas enmalladas rojas dentro de sus prendas, eso probado por las mangas en sus muñecas y el espacio abierto de los costados o cuello de camisa.

El ninja tomate quedó en silencio hasta que de pronto un mentón humano cayó literalmente al suelo, luego una lengua larga y ojos humanos salidos de su cuenca como si de repente la belleza de la ninja pelirroja fue lo bastante cautivante. Luego el ninja se repuso pero su corazón comenzó a bombear y latir de manera comica la par que estaba respirando desenfrenadamente y luego de la capucha salió el rostro de un lobo de caricatura.

Dicho lobo estilo cartoon o comiquita comenzó a aullar a medida que movía sus orejas y cola, luego a silbar ruidosamente y culminó dándose fuertes golpes con la cabeza con un enorme martillo estilo chipote chillón. Y Osono... La pobre junto con Yoshimune estaban con gotas de sudor pues no entendían que rayos estaba pasando.

-Hola, baby, me dicen el TOMEITO

-¿Qué?- En eso el shinobi se le pareció detrás de la pelirroja y tomó la cabellera recogida de la kunoichi- ¡Oye!

-¡Que rico hueles, mami!- En eso le dio una nalgada- ¡Y estás buenota! ¿Que te pareces si vamos al oscurito? ¿Le tiras tú? ¿Te tiro yo?

-¡No seas pervertido, ¿Quieres?!- En eso la pelirroja le iba a darle un golpe pero el extraño ninja vestido de tomate desapareció hasta volver frente a frente con las dos féminas

-Dime, Yoshimune, ¿Esa linda chica es uno de tus ninjas?

-Si. Ella es de las personas más confiables que encuentro en este mundo.

-¿Algo más?

-Pues aparte de ser uno de mis leales ninjas, ella es también una buena compañera sexual.

-¡Miau, su majestad!- La joven se sonrojó molesta con su señora.

-Vamos, no te quejes, Osono. No tengo la culpa que de tú y Sukehachi sean ardientes y bueno... No puedo evitar en ocasiones las ganas luego de no hacer nada en el palacio y estar mucho tiempo sin salir a hacer nada.

-¿Osono?

-Sí, me llamo Osono Nakatsu.

-Que bonito nombre, chulada- El ninja se puso en guardia mientras comenzaba a hacer lo que parecía una señal de manos, aquello era el medio para que los ninjas realizan sus técnicas- Bien, como les decía a ustedes, yo soy un ninja de Candy-dono y he venido con la orden de tomar sus vidas.

-Bien, cuando gustes, Tomate Asesino- Yoshimune y su kunoichi se pusieron en guardia y luego de eso desaparecieron.

El lugar donde estaban era un paraje solitario de Ciudad Inazuma cuyo único escenario era las fuertes lluvias que inundaban constantemente el suelo de cemento liso de las calles y el sonido que se daba era solamente de los fuertes aguaceros hasta que de pronto alrededor del lugar comenzaron a manifestarse chispas de metal como si hubieran choques de aceros y de manera constante.

Ninguna alma aparte de los tres combatientes no estaba en el lugar de los hechos por lo que de alguna manera fue un mejor momento para que la lucha a espadazos se propagara con el paso de los minutos hasta que finalmente los tres combatientes hicieron acto de aparición en pleno aguacero y a reanudar su lucha en el plano real.

-Jajaja, ni crean que van a escapar.

-No tenemos tal intención- Dijo Yoshimune negando con la cabeza y miró a su ninja de confianza- Osono, atraparemos a ese sujeto sin matarlo.

-Ja, son tontas si creen que pueden interponerse en nuestro camino- El extraño ninja tomate desenvainó su katana y planeaba encestar un golpe a cualquiera de las dos, optó por Yoshimune, alzó la katana levantando ambos brazos para dar un certero golpe a la cara.

En menos de dos segundos, la shogun que parecía conocer el movimiento de su oponente hizo con su katana y su brazo izquierdo una X bloqueando al instante el ataque del extraño shinobi de rojo.

-¿Cómo lo...?

-He estado cinco años en el Santuario de Athena y ese estilo de pelea lo conozco muy bien. Es el Yukkan Tojin-ryu, el cual es un estilo de espada proveniente de China.

-¿Qué? ¿Conoces ese estilo de pelea?

-Por supuesto... De ese lugar conozco a alguien que me enseñó ese estilo de battojutsu y su nombre era Dohko de Libra.

-Entonces son ciertos los datos que nos ha dado Candy-dono, ¡Hoy será mi día de buena suerte y mucho mejor cuando te mate!

Yoshimune y el extraño ninja forcejearon por un buen rato hasta que se separaron. La pelirrosa estaba con la espada en mano derecha y su mano libre extendida dando por la trayectoria entre ambos brazos una linea diagonal mientras que el shinobi vestido de tomate estaba con el brazo derecho en alto a la par que empuñaba su arma blanca. La joven reina estaba inmóvil y serena esperando la acción de su contrincante el cual caminaba lentamente para esperar la respuesta.

En cuestión de segundos, ambos se movieron dando un pequeño intercambio de aceros hasta que la mitad de uno de los dos puñales voló por el cielo hasta caer en uno de los fuertes charcos. El ninja viendo que su katana fue partida en dos, decidió sacar otra que tenía de reserva pero en eso Osono intervino dando un breve combate de espadas contra el extraño asesino.

Ambos ninjas comenzaron a desaparecer para luego en todo el lugar, dos siluetas negras se estiraban a la par que sonaban choques de acero que se escuchaban por lo alto hasta que finalmente estaban ambos guerreros sombra a espaldas del otro con su brazo derecho extendido. Una de las dos siluetas cayó al suelo mientras nuevamente el cielo comenzó a relampaguear dando como ganador a la ninja pelirroja quien tenía una cortada en el brazo izquierdo.

La pelirrosa se acercó hacia donde estaba su ninja de confianza la cual no tenía gesto de dolor ante la herida ocasionada por el extraño ninja tomate.

-Osono, ¿Estás bien?

-No se preocupe, su majestad. Eso no es nada.

-Jajajajaja...- Una risa comenzó a sonarse por todo el lugar haciendo que ambas chicas dieran su vista a donde se suponía que el ninja tomate había quedado sin vida- Buena demostración, Osono Nakatsu... Pero ignoran algo y es que aquello fue una de mis tantas ilusiones...- De repente el supuesto cadáver del shinobi de rojo desapareció

-¿Qué demonios?

-Ya veo... El jutsu de Tele Imágenes

-¿Tele Imágenes?

-Sí, a simple vista pareciera que estamos luchando contra clones pero en realidad nos estamos enfrentando a reflejos o imágenes del mismo individuo y el que nos enfrentamos era solamente una imagen. Parece que el original debe estar por alguna parte y de ese modo invoca y usa sus reflejos para hacernos perder tiempo.

-Puede que Inazuma Candy nos esté jugando sucio pero ese esbirro suyo, sí que tiene un increíble jutsu.

De repente, los faroles que iluminaban el solitario lugar donde estaban comenzaron a brillar de rojo y nuevamente estaba el ninja vestido de rojo frente a frente con Yoshimune y Osono a la par que se estaba riendo.

-MUAHAHAHAHAAA...- El extraño ninja se quitó la capucha mostrando a una joven de cabellera rubia, ojos azules y una cinta o listón rojo en forma de cuernos.

Las dos féminas quedaron en shock al ver a esa conocida persona.

-No puedo creerlo... ¡Inazuma Candy!

-Imposible... Entonces es cierto lo que dijo Sukehachi, estás en Ciudad Inazuma

La chica en cuestión se rió bajito.

-¿Inazuma Candy, dices? ¿Cómo pueden confundirme con mi señora?

-¿Mi señora?- La shogun alzó una ceja- ¿Estás diciendo que eres una doble o es que acaso eres un clon que juega con nosotras?

-¡Dios mío!- La supuesta doble de Candy echó un silbido mirando detenidamente a Osono a la par que ignoraba a Yoshimune- ¡Hola enfermera! El orgullo de Japón de las familias de las nueve aldeas Iga.

-No soy de Iga- La ninja pelirroja estaba molesta- Sukehachi, yo y buena parte de los Oniwabanshu que servimos a su majestad, somos también del dominio Kishu.

-Ya veo, jejeje... Lo siento, es que pensé que al igual que cualquier ninja eras del dominio Iga pero creo que me equivoqué.

-Como sea, ¿Quién rayos eres, ninja tomate?

-Bueno, solo porque eres linda y sexy te lo diré... Mi nombre es Kyoko Toshino pero me llaman Toshi-san dentro del grupo. Soy de la aldea Nanamori, ubicada en la ciudad de Toyama, en la provincia de Etchu. Soy uno de los shinobis leales a Kushina Izumonokami Kurusugawa.

-¿Kushina Kurusugawa? ¿Es una broma?

-No es una broma... Ese es el nombre nobiliario de Candy-dono, ella nació en el dominio Izumo, quien en la era del mito fue la tierra donde habitaron los dioses, hija de Miya-sama y de la reina Izumo. Pero eso ya no importa, ya les dije mi identidad y ahora al punto que estamos tratando.- La doble de la raijin señaló con el dedo a la kunoichi- Osono Nakatsu de Kishu, Muéstrame todas tus artes ninja tanto como te plazca.

-Bien... Como gustes...- En eso la pelirroja juntó sus manos creando una señal de manos- Jutsu Clones de Sombra

En eso aparecieron clones de la pelirroja haciendo una fila india y en menos de nada se extendieron rodeando a la shinobi de Nanamori la cual solamente estaba de brazos cruzados. Los clones de Osono alistaron un kusarigama y lanzaron sus cadenas que encadenaron el cuerpo de Toshino quien a pesar de estar encadenada de cuerpo completo comenzó a reírse divertida.

-¿De que demonios te ríes?

-¡Jajajajaja! ¿Eso es todo lo que tienes, Kishuya? ¡Eso no es nada!

-No importa lo que tengas en mente, no te salvarás.

-¿Eso crees?

-Por supuesto que sí- La pelirroja hizo señales de mano- ¡Estilo de fuego! ¡JUTSU BOLA DE FUEGO!

La pelirroja como sus clones expulsaron de su boca una gran llamarada que fue directo hacia la ninja del Inazuma Bugeicho hasta que ésta quedó envuelta en llamas pero sin emitir gritos o alaridos de dolor. La pelirroja estaba sonriendo por su cometido pero se le borró la sonrisa cuando de pronto las muchas cadenas que sujetaban a la ninja rubia de repente comenzaron soltarse y luego la misma Toshino se desvaneció.

-Demonios, otra tele imagen

Nuevamente apareció Toshino estando solamente de pie a lo que Osono sin dudar alistó un grueso pergamino mientras sus clones lanzaban al aire una shuriken o un kunai al aire mientras nuevamente el cielo relampagueo y las lluvias seguían siendo fuertes. La Osono original lanzó el pergamino que se extendió por el cielo mientras que los clones hicieron señales de manos.

-¡Arte ninja! ¡Cadena Celestial de Destrucción!

En eso una lluvia de shurikens, kunais, agujas y katanas fueron hacia Toshino quien solamente estaba tranquila al ver el espectáculo que iba ante sus ojos. Todas las armas dieron de lleno en la rubia la cual solamente dibujó una sonrisa a pesar de que literalmente las armas se enterraban en su cuerpo pero de pronto las armas se despegaron de ella y una especie de lluvia de sangre mojó a Osono y sus clones incluso a Yoshimune.

Los clones de la pelirroja se derritieron al ser rociadas por la sangre mientras que la Osono original quedó en shock al ver que la shogun cayó desmayada en el instante que fue alcanzada por la sangre de Toshino.

-¡Su alteza!

-Jajajajajajaja... Arte Ninja, Sangre Enpolvada... Una vez que eres alcanzada por mi sangre, quedas dormida como una princesa de un cuento de hadas.- La joven comenzaba lentamente a desvanecerse demostrando que era otra tele imagen- Este jutsu mortal está mucho más allá del alcance que cualquier jutsu de asesinato.

-¡No dejaré que escapes!- La pelirroja con espada en mano fue corriendo hacia Toshino con tal de cortarla pero...

De pronto antes de que la tele imagen desapareciera, ésta lanzó un puño de luz que fue directo a la frente de Osono, exactamente en el cerebro haciendo que la joven quedara en shock ante el golpe.

-M-maldición... ¿Q-Que me hiciste?

-Esa es una técnica que me enseñó Candy-dono... Soukin Jizai Ken

-¿Qué? ¿Soukin Jizai Ken?

-Así es... El Soukin Jizai Ken consiste en que el usuario golpea los puntos cósmicos del cerebro o del cuello del oponente para enviar una ola de parálisis.

-¡I-Imposible! ¡N-No puedo moverme!- En efecto, la pelirroja estaba de pie y con su katana empuñada pero no podía moverse ni un solo dedo dando a entender que estaba a merced de la técnica.

-Jajaja... Osono-chan, ¿cómo se siente hacerse un harakiri?

-¿Qué?

-He alterado el funcionamiento de tu cuerpo para poder obligarte a hacer lo que quiero.

-¿Qué-qué...? ¿Qué demonios...? ¡Mi cuerpo! ¡Mis brazos! ¡Mis brazos se mueven solos!- De repente Osono se puso de rodillas y los brazos que empuñaban su katana estaban a una distancia de su estomago, era la postura en la que se debía cometer el suicidio samurai.

-¿Sabías que el cuerpo humano tiene un total de 706 puntos cósmicos? A simple vista puede que te haya dado un puño a tu mente pero en realidad acabo de presionar Meiken, uno de los puntos cósmicos ubicados en el cerebro. No importa lo que hagas, ahora tus brazos tienen voluntad propia y en cuestión de segundos morirás como un guerrero honorable. ¿No es hermoso ver a un ninja cortándose el vientre? Hubiera querido jugar más contigo pero mi señora me dio la orden directa de enviarlas al infierno... Adiós, Osono-chan...

-¡Espera!- A medida que Osono trataba de luchar, sus brazos como si tuvieran voluntad propia estaban trasladando la katana al vientre, lentamente iba a ir hacia la cintura izquierda donde se debía comenzar el harakiri pero...

De repente alguien le clavó algo en el cuello de Osono, esta vez en el lado derecho del cuello. La joven quedó en shock al sentir que una especie de garras se adentraban en su cuello hasta estas dejaron una herida haciendo que la joven gruñera de dolor pero de pronto ya comenzaba a moverse teniendo control de su propio cuerpo.

-¿Qué? ¿Qué pasó?

-¿Estás bien?- Preguntó una voz femenina que estaba cerca de la pelirroja.

La kunoichi se giró para dar con una persona encapuchada, vestida de ropas tácticas negras con la particularidad de que solamente tenía ojos verdes y sus manos tenían uñas pintadas de negro aparte de ser largas como afiladas como si fueran colmillos.

-¿Quién y que me hiciste? ¿Acaso tratabas de matarme?

-¿Matarte yo? Para nada- Negó la ninja de ojos verdes- Puede que pienses que te haya querido matar a traición pero en realidad estas garras tenían un antídoto especial para tratar con venenos e ilusiones. Supongo que no me equivoqué ya que caíste en un genjutsu.

-¿Entonces tú...?- La kunoichi de Kishu hizo una reverencia- Gracias por salvarme pero, ¿Quién eres? No creo que seas una Oniwabanshu como yo- La pelirroja miró fijamente los ojos verdes de su salvadora- ¿Eres una ninja de Owari o de Iga? No creo que me hayas salvado porque sí.

-Lo mismo digo yo, tú tampoco no eres de confiar...- Ambas mujeres se pusieron en guardia ya que en el mundo ninja la desconfianza mutua era en ocasiones una regla- Nombre y dominio.

-Osono Nakatsu... Soy del dominio Kishu, ninja directo del Clan Kishimoto y de su majestad, la Reina Yoshimune.

-Yamata Hebizuki, ninja del clan Tamaki... Una Kagejuuhachi

-¿Kagejuuhachi?

-Así es, de hecho, somos sus oniwaban llamados Sombra 18. Mi señora, Blair-sama, fue víctima de una extorsión para la creación de un nuevo cuerpo de bomberos por lo que me pidió a mí y demás ninjas para investigar y dar con los responsables. Puede que ambas sigamos el sendero de la justicia pero... Pareciera que la una se interpone en el camino de la otra.

-Es entendible...- La pelirroja con katana en mano de puso en guardia- Puede que seas del Clan Tamaki pero aunque te agradezco por salvarme la vida no puedo fiarme de tí... Tus ojos verdes me hacen creer que eres una serpiente asesina de la Familia Owari y tu señor es Muneharu Owari, líder de Sesshocker.

-Ese comentario me ha molestado, ¿Sabes? Tú eres la que estás familiarizada con el mal... Dime, ¿Has escuchado de Momomi Kiyashiki?

-No he escuchado ese nombre y ni deseo saber más al respecto... Tú eres la malvada aquí.

-Hm, piensa lo que quieras, Kishu. Yo, Hebizuki Yamata, soy una persona que tras la sombra hace la justicia pero por más que digas, piensas o creas lo contrario me hace entender que no tienes un buen cerebro.

-Lo mismo digo, Kagejuuhachi, ¡Las circunstancias dictan quién es el enemigo!

Ambas mujeres se lanzaron al ataque, Yamata con sus garras y Osono con su espada... El cielo nuevamente relampagueó dando a las dos mujeres estando a la espalda de la otra mientras que la pelirroja tenía un harapo en su brazo derecho y ni que decir de la ninja de Tamakinokami, ya que su rostro fue descubierto revelando a una mujer de cabello verde claro, ojos del mismo color pero en tono oscuro y rostro bello, suave y apacible

Ambas mujeres se vieron las caras pero había una sonrisa en ellas.

-Con solo un golpe ya hemos sabido la vida de ambas- dijo la pelirroja- No cabe duda de que eres un leal ninja del Clan Tamaki.

-Ni tú tampoco... Una persona como tú y siendo muy cercana al shogunato es una probabilidad en un millón.

De pronto ambas mujeres pusieron rostro serio a la par que miraban por ambos lados.

-¿Acaso te estás asustando, Osono?

-Para nada, Yamata-san... Creo que de nuevo ese tomate está aquí.

Ambas se teletransportaron hacia donde estaba Yoshimune la cual estaba inconsciente mientras que de repente estaba Toshino en su peculiar traje táctico de tomate y aparte de ella, muchas copias o reflejos exactos de ella las cuales rodeaban a ambas kunoichis.

-¿Entonces es de Kidokawa u Owari?

-Inazuma Bugeicho...

-Con que un guerrillero, ¿Eh?

Las copias de Toshino se dispersaron por todo el escenario mientras Osono y Yamata se pusieron en guardia y se lanzaron al ataque mientras que la plaga de clones de tomates se fueron prestos a la batalla dando inicio a otra pelea campal. La peliverde comenzó con un puñetazo directo al estomago de una imagen mientras que la pelirroja bloqueó el ataque y le encestó un potente katanazo a su oponente que cayó al suelo.

Osono con su katana en mano tranquilamente hasta que rápidamente despachó a dos tomates ninjas, uno de ellos cortado en la espalda; por su parte, Yamata, daba saltos y encestaba patadas voladoras por doquier. Ambas estaban peleando al mismo ritmo, Osono mataba y liquidaba a cuanto clon se le cruzaba en su camino y Yamata usaba sus garras para apuñalar a sus oponentes.

Pero...

-¡TOMEITO! ¡TOMEITO! ¡TOMEITO! ¡TOMEITO! ¡TOMEITO! ¡TOMEITO! ¡TOMEITO! ¡TOMEITO! ¡TOMEITO! ¡TOMEITO! ¡TOMEITO! ¡TOMEITO! ¡TOMEITO!- Eran las únicas palabras que decían las clones

Y más raro aún

-¡TOMA!- Osono había matado a una imagen de Toshino pero...- ¿¡Qué mierda?!- quedó sin palabras al ver que el clon que mató volvió a levantarse como si nada

La pelirroja volvió a matar a la imágen de dos golpes que la mandó al suelo pero nuevamente se levantó como si nada hubiera pasado.

Yamata detuvo con su mano izquierda a una de las imágenes y aprovechó para clavar sus garras en el pecho de la chica la cual cayó al suelo pero se levantó como si no le había pasado nada. La ninja del clan Tamaki hizo de todo, puños, patadas, apuñaladas... Por más que echaba a las imágenes al suelo, éstas se levantaban como si nada.

-Esas cosas... ¡Parecen inmortales!- Murmuró la peliverde que probó clavando sus garras matando a su oponente pero ésta se levantó como si nada.

Osono había despachado a tres imágenes para luego éstas terminaban levantándose.

-¿Inmortales? Esa chica... ¿Acaso este es el famoso Genjutsu de los Espejos Infinitos?

(...)

En un cuarto oscuro estaba una joven rubia sentada en forma de meditación mientras sus manos juntas hacían una seña al tiempo que cantaba un mantra sintoísta y al frente de ella estaba un televisor que transmitía a las dos kunoichis peleando contra la nada, las dos ninjas se movían y golpeaban a sus enemigos que no existían, solo ellas dos.

(...)

Osono y Yamata seguían luchando contra las imágenes de Toshino que por más eran despachadas siempre se ponían de pie como si fueran seres inmortales al primer golpe. De repente, las imágenes aparecían y desaparecían cada dos o tres minutos a la par que se escuchaba una carcajada de una niña y sin olvidar las fuertes lluvias que nunca paraban al paso de los minutos.

Luego de diez u once minutos de intensa lucha, las imágenes desaparecieron quedando solamente Osono y Yamata. La peliverde se detuvo al notar que no había nadie exceptuando a ella y la otra ninja.

-Osono...

-¿Qué pasa?

-Es tal como lo dijiste... Estamos en ese Genjutsu- La joven alistó varios kunais y papeles bombas alrededor de las dagas- Espero que esto funcione.

-¿Papeles bomba?

-Y de los más potentes- Le dio la mitad de sus kunais a la pelirroja.

-No creo que tenga que...

-Puede que nuestras señoras sean distintas pero el fin por el que luchamos es el mismo.

La pelirroja tomó los kunais que le compartió la shinobi peliverde.

-¿Lista, Osono?

-Lista es mi segundo nombre

-Muy bien...- Las dos ninjas lanzaron los proyectiles al cielo y posteriormente hicieron señales de manos

-¡ARTE NINJA! ¡DRAGONES GEMELOS!

En eso dos dragones, uno morado y uno rojo surgieron en el cielo y comenzaron a moverse en todas direcciones mientras que de sus bocas disparaban lluvias de proyectiles que causaron explosiones en todas partes, dañando el lugar solitario en todos sus alrededores mientras que Osono y Yamata se acostaron en el suelo cubriéndose sus oídos y cabeza. Las explosiones continuaron hasta que de pronto, todo comenzó a desquebrajarse y romperse como si fuera un espejo.

(...)

Dentro de lo que parecía ser una cancha de fútbol, exactamente a una cancha sintética y de barrio anexa a un barranco estaban Yoshimune quien seguía estando desmayada mientras que Osono y Yamata miraban todo a su alrededor, estaba de noche mientras que la lluvia se estaba calmando poco a poco. Las dos shinobis vieron toda la cancha de fútbol y estaban ambas de sorprendidas.

-Finalmente hemos acabado con este genjutsu- Dijo la pelirroja quien se llevaba un pequeño alivio al saber que su princesa estaba manteniendo buenos signos vitales- Gracias a Amaterasu, su Majestad está bien.

-Si no me equivoco, ¿No es esa la cancha que utilizan los Super Once para entrenar?

-Ya que lo dices, no lo había pensado- Las dos kunoichis miraban la vista del barranco cercano a la cancha de calentamiento- Pero es muy bonito el paisaje.

-Exacto, una lástima que un grupo de idiotas quiera hacer lo que les vengan con la ciudad... ¿Cuál es el significado de todo esto? ¿Entonces aquel lugar que parecía un parque y esos faroles no eran reales?

-Exacto, el lugar donde estábamos no era para nada real.

-Lo que significa que hemos estado todo este tiempo en esta cancha.

Las dos kunoichis se miraban fijamente mientras estrechaban la mano fuertemente demostrando que ambas comenzaban una amistad mientras que la joven reina estaba lentamente abriendo los ojos al sentir las gotas de lluvias sobre su rostro hasta que se puso de pie y terminando con cara de sorpresa al ver que uno de sus ninjas estaba con una desconocida.

-Osono, ¿Qué pasó? ¿Y quién es ella?

Las dos mujeres se miraron entre sí mientras sonreían y luego miraron a la shogun.

-Su majestad... ¿No le molestaría que tuviéramos amigos iguales a nosotros?