Toda esta historia fue escrita por mí. Los personajes son de S. Meyer.

«La mariposa recordará por siempre que fue gusano.»

Mario Benedetti.

Capítulo 1

Edward

Una forma de proceder muy común con las familias mafiosas es que todas siguen un mismo patrón: se guían por códigos y reglas, que si no se cumplen, tienen un castigo. En la mayoría de los casos es la muerte.

Mi padre era italiano de nacimiento, así como mi madre, mi hermano y yo. Padre gobernaba con mano dura la Cosa Nostra, la mayor organización mafiosa de toda la costa este. La mafia Italiana era la más importante aquí desde hacía más de cien años, incluso superando a los albaneses e irlandeses, con quien habíamos estado en guerra hacía no más de un par de décadas.

Pero ahora el enemigo era nuestra propia gente.

Una parte de los italianos que habían cruzado el océano hacia unas décadas, no los conservadores, sino los que no estaban de acuerdo con el mandato de mi padre y anteriormente con mi abuelo, se habían separado de la organización, provocando una guerra entre italianos que se había prolongado por años. Ese asunto nos había costado casi toda nuestra reputación, y la Cosa Nostra de la Costa Este estaba pendiendo de un hilo, especialmente después de la última reunión "informativa" que había tenido con los demás capos.

Todos los demás creían que yo no sabía gobernar. Que nos estaba dejando en vergüenza ante la Camorra, la Sacra Corona y la 'Ndrangheta (1).

Yo estaba en una posición muy frágil. Como Capo de la Costa Este era mi deber neutralizar a las ratas, mantenerlas en su sitio y, si la situación lo requería, eliminarlas. Mi Capo dei Capi (2), Demetri Alcone, estaba perdiendo la paciencia conmigo. Y sabía muy bien lo que eso significaba.

Los alborotadores estaban guiados por el antiguo Capo Charles Swan. Ellos, al igual que la mayoría de los conservadores de la mafia, se guiaban por normas y reglas, razón por la cual no empezaban una guerra del todo. Estaban cortados por la misma moneda; guiados por sus costumbres y tradiciones que pronto terminarían matándolos (aun me parecía sorprendente que no se hubieran extinguido ya).

Aunque la Organización italiano americana de Charlie me había causado muchos problemas, no seguían siendo más que ratas que vagaban por mis pies con mi permiso. Porque yo les había dado la oportunidad.

Ellos lo sabían. Yo lo sabía. Todo aquel que formara parte del bajo mundo, o que tuviera al menos un poco de información al respecto, estaba enterado.

Por eso me sorprendí mucho cuando Emmett Cullen, mi primo, mi consejero personal y también aquel que ostentaba su título como mi mejor amigo, entró por la puerta de mi despacho con noticias que, a partir de ese momento, se volverían trascendentales para mí.

Solo que en ese entonces no lo sabía.

—La Organización hizo su movimiento en el almacén del este, donde hacemos nuestras transacciones con los mexicanos. Hirieron de gravedad a Félix y mataron a dos soldados rasos de los mexicanos. No están contentos con nosotros.

Solté el aire que tenía en los pulmones, maldiciendo por lo bajo.

Cazzo(0).

Charles Swan, Charlie, llevaba meses queriendo jugar al juego del gato y al ratón conmigo. No era más que un Made man(1) que tuvo la oportunidad de subir a Capo, y luego por lo que solo pudo ser un milagro del destino, se convirtió en traidor hace muchos años.

Por lo general, a los traidores se les ejecutaba. Pero él consiguió amotinarse; llevándose entre los pies todos los códigos en los que la Cosa Nostra creía. Era un bicho espantoso, una constante molestia en mi espalda, y estaba harto de sus juegos.

—Está pidiendo guerra a gritos —Emmett suspiró, repantigándose en la silla en cuanto vio que mi expresión no denotaba preocupación. Si yo no estaba preocupado, entonces no había nada de qué preocuparse. Punto.

—Me pregunto por qué —miré la pintura en óleo de mi padre, casi cuestionándole qué haría él al lienzo. Sabía el proceder de Edward Señor: no haría preguntas, le metería una bala entre ceja y ceja a Charlie, y seguiría con sus negocios.

Pero yo me encontraba en un punto muy flojo de la cuerda, aunque no quisiese admitírselo a nadie más que a mí mismo.

Hacía apenas dos años que había cambiado lugares con Aro Vulturi, mi tío político, que había sido Jefe de la Cosa Nostra en funciones durante los nueve años que me tomó llegar al poder. Aunque era el legítimo heredero, apenas tenía doce años cuando mi padre murió. No podía heredar. Tuve que esperar durante mucho tiempo en las sombras, aguantando.

Pero eso se había acabado.

Ahora era el Capo de toda la Costa Este, la organización criminal más antigua que tenía Nueva York. Todos, los rusos, albaneses, mexicanos e irlandeses habían venido después de nosotros. Habían intentado incontables veces derrocarnos, terminando con la vida de nuestro Capo anterior, mi padre.

Y ahora me creían un objetivo fácil, por tener apenas veintitrés años. El Capo más joven que la organización había tenido en cien años.

Por eso no podía ir a la guerra; sería como dar una declaración de cuán errático podría llegar a ser. No quería que me vieran como un objetivo fácil de sacar de quicio, no cuando mi padre había ostentado el título del mejor Capo de la mafia por su frialdad para llevar a cabo su negocio. Él merecía, por mínimo, que su hijo intentara ser una mínima parte de lo que él fue.

—No puede haber guerra —le dije a Emmett, haciendo que sus cejas se fruncieran con confusión. Yo no era de los que evitaba la violencia, especialmente teniendo en cuenta que habían herido a uno de mis soldados, Félix—. Si mandamos a mis hombres, será un derramamiento de sangre sin precedentes. Aunque los de la organización no son más que sucias ratas, son inteligentes. Quieren atacarme hasta que yo lo regrese, y entonces todos creerán que por ser tan joven no sé cómo proceder. No habrá gusto para ellos.

Emmett apretó los dientes; claramente no podía ver la verdad en mi argumento, pero no me desafió. Él rara vez lo hacía, puesto que sabía que mi mente trabajaba de una manera distinta. No necesariamente tenía que entenderme para saber que lo que yo decía, en su mayor parte, era correcto.

—¿Entonces qué? ¿Los dejamos que sigan atacando a nuestros hombres? Será un derramamiento de sangre, de todos modos —dijo finalmente.

Asentí en acuerdo.

—Nuestro trato con los mexicanos y los albaneses nos mantiene fuertes, pero como sabes, no es suficiente —comencé a explicar—. Sé que los rusos y La Organización son como el agua con aceite; llevan décadas peleando. Incluso antes de que nosotros naciéramos.

—Sí, ¿y? —bufó—. Los malditos rusos están locos. Ellos tienen problemas con todo el mundo.

—Con nosotros no.

—Es una relación tensa de mierda. Se mantienen lejos de nuestro territorio por pura suerte.

—No es suerte, Emmett. Ya deberías saber que la suerte no existe —sonreí con sarcasmo—. Está la gente que quiere labrarse su camino a costo de cualquier cosa, y los que no. Nosotros somos los primeros.

Charlie Swan, aunque me costara aceptarlo, también pertenecía al primer grupo.

—Sigo sin entender.

—Por supuesto que sí —me resistí a poner los ojos en blanco. No me gustaba demostrar mis emociones a menudo, ni siquiera la ironía—. A lo que voy es que Charles Swan quiere guerra, pero no estoy de humor, mucho menos en la posición, de hacerme ver como un loco hijo de puta y crear un baño de sangre. Lo que quiere la gente como Charlie, un made man bastardo que por un golpe del destino subió en la cadena alimenticia, es atención. Contactos. Estabilidad.

—Ajá, ¿y?

—La Cosa Nostra pueden darles eso —sonreí, apenas mostrando los dientes—. Regresarle su credibilidad, que es lo que más anhela. Una posición de poder —suspiro, girando un bolígrafo entre mis dedos—. No habría derramamiento de sangre, yo haría lazos con la Organización después de décadas en guerra con ellos y Charlie Swan conseguiría lo que más quiere: una sensación de seguridad.

Emmett tosió, de repente irguiéndose en su silla. Sus casi dos metros de altura lo hicieron ver ridículo por un momento, hasta que se recompuso.

—Edward, ¿de qué mierda hablas? ¿Liarnos con la Organización? —graznó—. Eso es casi imposible. Se amotinaron.

—Sí, lo es. Pero recuerda que el motín empezó con Matteo Swan, el padre de Charlie. No fue él directamente. Él es solo una sucia imitación barata que busca poder, y con el apoyo adecuado, se inclinará ante nosotros. Solo tenemos que darle la opción.

Además del hecho de que era más productivo tener al enemigo cerca y vigilarlo. Eso sin contar que al unirse La Organización y la Cosa Nostra, los rusos y los demás se darían cuenta que el clan italiano se uniría después de décadas en conflicto. Había muchas cosas buenas que podrían salir de este plan.

—Sigo sin ver cómo nos beneficiemos de que ese pobre diablo consiga nuestro apoyo.

Suspiré, odiando lo que iba a decir a continuación. Pero Emmett era mi Consigliere (4), él necesitaba saber estas cosas. Aunque no me gustara decirlo e voz alta.

—Emmett, sé que la mayor parte del tiempo parece que me importa una mierda, y la verdad es que sí —apreté los labios—. Pero desde que Aro me entregó el poder hace dos años, muchos han dudado de mí. Estoy en la misma situación que Charles Swan; soy un pobre diablo que no consigue el respeto de su organización.

Emmett me miró por un momento, conmocionado por mi poco frecuente muestra de debilidad, y sacudió la cabeza cuando el estupor se le pasó.

—Sabes que no es así.

—Ah, ¿no?

—No… bueno —se rascó la nuca, contrariado—, los más jóvenes no pensamos así.

—Sé que no, pero aún hay muchas ratas viejas como Marcus, Cayus e incluso mi propio tío Aro, quienes quieren que caiga. Quienes me ven como alguien inferior. Si consigo una tregua con La Organización y todos los italianos nos unificamos, después de décadas en guerra y ataques sin sentido, comenzarán a tenerme respeto.

—Bueno, ya poniéndolo así, tiene un poco de sentido —se estremeció, y supe que la idea no le agradaba para nada, pero como el buen soldado que era, no opinó—. Aun así, ¿crees que Charlie Swan acepte así porque sí? No creo que esté tan desesperado, y sin algo de por medio, no serán más que palabras vanas, una relación mediocre, un poco neutra, como la que tenemos con los rusos.

Mi sonrisa se hizo más grande ante su expresión contrariada.

—Oh, habrá algo de por medio. No te preocupes por eso.

Alzó la ceja, curioso.

—Ah, ¿sí?

—Sí —di la vuelta en mi silla, mirando el cielo despejado y los rascacielos de Nueva York. El sol comenzaba a bajar en el horizonte. Mi momento favorito del día: el crepúsculo—. Sé que la hija mayor de Charlie y Renee Swan acaba de cumplir dieciocho años el mes pasado.

Eché un vistazo hacia atrás, viendo la expresión estupefacta e incrédula de Emmett.

» Creo, hermano, que ha llegado la hora de casarme.


(0) Cazzo: Carajo.

(1) Cosa Nostra (Sicilia), Camorra (Campania), Sacra Corona (Calabria) y 'Ndrangheta (Apulia): Organizaciones de mafia italiana.

(2) Capo dei capi: Literalmente, jefe de todos los jefes. Es una expresión en italiano para referirse al jefe de jefes en las organizaciones criminales, primordialmente de la mafia italoamericana en el siglo XX.

(3) Made man: En la mafia siciliana, un made man un miembro totalmente iniciado de la Mafia. Para llegar a ser "made" asociado primero debe ser italiano o descendiente de italianos y respaldado por otro "made man".

(4) Consigliere: Significa "asesor" en italiano, y este se encarga de aconsejar al Don sobre todas sus acciones y movimientos. Es su mano derecha no militar.

Hola, chicas! Muchas gracias por su apoyo en el capítulo anterior, me encanta que les haya gustado el prólogo y espero que me dejen su opinión de este primer capítulo. Ando intentando aprender italiano como mi tercer idioma, pero nomás no la armo todavía jaja. Me inspiraron los libros de mafiosos de Neva Altaj la verdad XD

Como ven hay muchos términos que seguros varias de ustedes desconocen, así que me aseguraré de ponerlos siempre al final de cada capítulo para que no se me confundan.

Recuerden que pueden unirse a mi grupo de FB "Spicy Dreams FF" donde subo mis adaptaciones ya que por aquí no se puede.

Sin más por el momento, las dejo! Recuerden que entre más comentarios más pronto actualizo, ¿qué tal si llegamos a 40? Me harían muy feliz :'3