Año 3: Una vez más

Daphne Trelawney

19 años

Distrito 5

"Que hoy al ver que tú te vas, siento el miedo de querer, de querer tenerte cerca y que no estés."

El tren parte del distrito. Dentro un escolta capitolino con orejas de elefante y dos chicos que pueden morir. Los padres de ella están llorando abrazados. Los padres de él intentan parecer más enteros, dar la sensación de que están seguros de que su hijo va a volver para ver si así se lo creen ellos mismos. El chico tiene un hermano de once años que no ha parado de gritar y una hermana de quince que se lo ha llevado a casa para calmarlo. También tiene una novia que está mirando a sus padres y preguntándose cómo pueden fingir tan bien que están enteros porque a ella, a mí, se me acaba de caer encima el mundo.

Los padres de la chica se marchan. Se llama Sybelle March. No sé si tiene hermanos y no quiero saberlo. No quiero porque no me importan, no me importa que ellos sufran porque ahora mismo solo tengo tiempo de preocuparme por lo que estoy sufriendo yo. Es triste, es incluso cruel, pero eso es lo que los juegos hacen con nosotros, nos vuelven crueles. Los juegos hacen que nos odiemos los unos a los otros, que les deseemos el mal a los demás: "Que salga ese niño en lugar de mi hijo", "que maten al del seis y no a mi hermana", "Que muera sybelle March en lugar de mi novio".

El tren se pierde en el horizonte y nos quedamos solos. Un agente de la paz nos dice que nos marchemos y obedecemos sin decir nada, pero aun así él nos acompaña fuera de la estación. Por el camino se coloca a mi lado y me habla con ese tono chulesco con el que siempre se dirigen los agentes a nosotros:

–¿Era tu novio, guapa?

No le contesto, pero a él no le importa.

–No se lo ve muy fuerte. Tendrás que buscarte otro mejor. Es lo que pasa por salir con rebeldes, que se te mueren.

Podría decirle que Michael es muy listo, que seguro que encuentra la forma de volver, que va a intentarlo con todas sus fuerzas o cualquiera de las otras cosas que le dije a él en la sala de despedidas del edificio de justicia. Podría, pero en lugar de eso le pego un puñetazo y luego otro y de repente no puedo parar. Es una actitud irracional y seguramente solo conseguiré meterme en problemas, pero simplemente no puedo dejarlo. Ni siquiera paro cuando veo por el rabillo del ojo como uno de sus compañeros me apunta con su pistola.

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Feliz Nochevuena! Sí, digo esto después de cargarme a una chica, pero es que los juegos son así. En un principio iba a narrar su despedida con Michael desde el pov de él, pero finalmente ella cobró más fuerza en mi cabeza y la escena se fue creando sola.

Michael Turner fue el tercer vencedor de los juegos del hambre y nada más llegar a su casa se enteró de que su novia había sido asesinada por un agente de la paz, pobre.

Soly: Sí, en el syot se llama Celena básicamente porque me equivoqué al escribirlo y ya decidí dejarlo así, pero olvidé cambiarlo en mis notas originales. Al final he decidido que se quede como Celina, que era su nombre original jaja, aunque no creo que lo edite en el syot porque ella no es muy importante en esa historia.

Alpha: En unos juegos con profesionales Celina no habría ganado, pero en estos la mayoría eran tan inexpertos como ella, así que consiguió sobrevivir.

Ah, la canción es Una vez más de Lagarto amarillo.