Año 23: al otro lado del Pacífico
Mary Jane Walker
17 años
Distrito 6
"Eran soldados del amor en pantalones de campana. Él bailaba rock and roll. Ella aún fuma mariguana"
La puerta se cierra cuando el chico y yo entramos dejando fuera a los profesionales que llevan un buen rato persiguiéndonos. En realidad lo perseguían a él. A mí me encontraron por casualidad. Estaba buscando un buen lugar para pasar la noche cuando los vi corriendo en mi dirección y eché a correr también. Ni siquiera sé cómo se llama el chico. Tampoco es un dato que me interese. Me importa más saber dónde estamos.
La arena de este año es rara. Es al aire libre, pero hay un montón de construcciones repartidas por ella. Algunas son trampas, pero otras simplemente están ahí como la plataforma circular en la que unos caballos de plástico dan vueltas mientras suena una música alegre. Estuve allí esta mañana. La niñita del tres estaba montada en un caballito blanco con las crines moradas. Me dijo que era un columpio, que su madre se dedicaba a diseñar cosas así para el Capitolio. Luego añadió que se había subido porque su escolta le había dicho que su mejor estrategia era parecer mona y estaba intentando captar patrocinadores. No había funcionado, pero era divertido y no tenía nada mejor que hacer, así que se había quedado allí. Parecía resignada. Supongo que cuando tienes doce años y tu distrito no ha dado un vencedor jamás es lo que te toca, resignarte a morir.
Ahora está muerta. La maté yo. Me acerqué como si fuera a montar en otro de los caballos y al pasar por detrás de ella la agarré y le clavé la navaja. Fue mi primera muerte, pero no era la primera vez que usaba la navaja para defenderme. En mi barrio casi te ponen en las manos antes una navaja que un sonajero.
El lugar donde estoy ahora está techado, pero no puedo decir mucho más de él porque está todo lleno de humo. Es un humo rosa y espeso que desprende un olor dulzón. Me pongo en guardia. No me fío de esto. Supongo que el chico tampoco porque está intentando abrir la puerta.
–Esto no se abre. Estamos aquí encerrados.
Para colmo el humo se está expandiendo y ya ha llegado hasta nosotros. No es tan espeso todavía como para que no podamos vernos, pero ya noto su tacto algodonoso. Estoy a punto de abrir la boca para quejarme, pero de repente no encuentro ningún motivo. ¿Qué más da que estemos encerrados? Aquí se está bien.
El chico parece haber llegado a la misma conclusión porque de repente sonríe. Tiene una sonrisa bonita. De hecho es bastante guapo. Pienso que en esta arena todo es bonito. Los profesionales también son bonitos y la niña del tres también.
El humo ya es muy espeso, así que estiro las manos para tocar al chico al que no puedo ver. Nos encontramos y nos quedamos así, cogidos de las manos. Empezamos a bailar. Se está bien aquí, bailando con ese chico entre el humo rosa. No hay ningún lugar mejor. Todo es bonito.
()()()()()()()()()()()()()
Vuelvo después de mucho tiempo. No he estado muy inspirada en estos meses. La canción es Al otro lado del pacífico de Melendi y habla de drogas, así que se me ocurrió la idea de dos tributos teniendo un viaje y como tenía apuntado que la arena de este año sería un parque de atracciones pues salió esto.
Obviamente tanto Mary Jane (siempre quise una chica del seis con este nombre) como el chico murieron en la casa del humo. Lo cual es una pena Porque Mary Jane me cae bastante mejor que Gavino Preston, profesional del dos y ganador de esta edición.
Como siempre gracias por comentar, Alpha.
