Año 34: Himno para los que están jodidos

Etahn Simons

17 años

Distrito 10

"Cada vez que me preguntas ¿qué tal todo? ¿Estás mejor? Tengo que apretar los dientes y ahogar la respiración"

—Ha sido un placer tenerte aquí, Ethan.

Caesar me sonríe y yo le devuelvo la sonrisa. El gesto me sale natural. Llevo mucho tiempo practicando. No puedo permitirme otro espectáculo como el de mi coronación, cuando me eché a llorar delante de todo el país. Los vencedores tenemos que ser un ejemplo de triunfo y valentía, tal y como el propio presidente se encargó de recordarme por teléfono antes de iniciar mi gira de la victoria.

Dijo que un vencedor descontento podría hacer que la población estuviera descontenta y que nadie quería eso, especialmente él. Luego me preguntó por mi familia. Nunca me he considerado un genio, pero hasta el más romo podría haber entendido la amenaza.

Durante toda la gira me he esforzado en sonreír y en hacer comentarios ingeniosos, volviendo a ser el chico carismático y divertido que era antes de los juegos y que según mis mentoras cautivó al Capitolio.

Me resulta raro pensar que pude ganarme a tantas personas, pero supongo que debe de ser verdad porque en la arena no me faltaron patrocinios y en el encuentro con mi club de fans de esta tarde había muchísima gente. A lo mejor debería sentirme halagado por eso, pero lo cierto es que solo he sentido agobio al estar rodeado de tantos desconocidos que dicen quererme, pero que solo quieren a una versión de mí que ya no existe.

—Me alegra ver que ya se encuentra mejor de ánimo, señor Simons.

La voz del presidente me sobresalta. Ni siquiera sabía que estaba aquí. Hay algo en él que me daba escalofríos ya antes de nuestra conversación telefónica, pero aun así me esfuerzo en seguir manteniendo la fachada. Es lo único que puedo hacer. Si en algún momento lo dudo solo tengo que pensar en mi madre, mi abuela y mis hermanas. Las quiero más que a nada en el mundo y no soportaría que algo les pasara por mi culpa. El muy cabrito sabe bien con qué hay que amenazar. Si me hubiera dicho que me mataría a mí, tal vez hubiera estado tentado de renunciar a todo y reunirme con mi padre en la otra vida, pero no es mi vida lo que está en juego, así que el presidente me tiene bien cogido por las pelotas.

Al menos ya queda poco. Esta noche cogeremos el tren de vuelta al distrito. Una vez allí solo serán un par de eventos más y al fin terminará esta tortura y podré encerrarme en mi cuarto y llorar todas las lágrimas que he estado conteniendo estos días.

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La canción del capítulo es Himno para los que están jodidos de Lalalove You. En realidad habla de una ruptura amorosa, pero me inspiró la parte de tener que fingir que se está bien cuando no es el caso.

Muchas gracias por los comentarios. Me alegraste la noche con tantos comentarios seguidos, Carly, y yo también creo que Polly llegó bastante lejos aunque al final no pudiera ganar, Stelle.