- No... - respondió Naraku, desviando la mirada a su té - De hecho... poco después, de que su padre fue asesinado, decidí, que era hora de marcharme

- Tú... ¿los ayudaste a atacar a los Shizen?

- No... si sabía de los planes de su padre, pero... no hice más, que curar sus heridas cuando regresaban de las batallas

- Comprendo - bebió otro sorbo - No puedo negar... que, es un poco fuerte para mi

- Kikyou - sus ojos se encontraron nuevamente - Conoces a la perfección mi origen... desconozco los motivos por los que aquel monje, decidió entregarse a los demonios, sin embargo... - colocó su mano sobre su pecho - Elegí vivir con su corazón humano... y sus poderes espirituales, superan ampliamente a los demoníacos

- Lo sé - sonrió levemente - Además, la perla de Shikon, no te hubiera escogido como dueño, sin un corazón noble

Yo acepto tu origen, así como tú aceptaste el hecho de no ser el primer hombre en mi vida

Pensó, desviando la mirada

- Dime... ¿llegaste a conocer su plan?

- ¿Te refieres a lo que sucedió ese día? - ella asintió - No, al marcharme, no volví a saber de ellos, hasta que conocí a Kagome

- De acuerdo - suspiró - Supongo que... puedo confiar en ti

El moreno sonrió, al mismo tiempo en que soltaba el aire que, no sabía que tenía contenido

- Kikyou - se puso de pie, acercándose y arrodillándose al frente de ella - Mi amada Kikyou - tomó su mano - Te agradezco, por tener un corazón tan compasivo

Ambos de pusieron de pie, al mismo tiempo en que él la abrazaba, sosteniéndola por la cintura y ella, lo rodeaba con sus brazos

- No puedo esperar... a nuestra boda - pronunció, provocando su sonrisa - Especialmente, a nuestra primera noche, como marido y mujer

- ¿Si? - se apartó, colocando su frente contra la de él - Tú... ¿me deseas?

- Hm . cerró sus ojos - ¿Qué pregunta es esa?

Inclinó su cabeza, con las intenciones de besarla, para transmitirle aquel deseo que profesaba por ella, sin embargo, se detuvo, desviando su mirada

- ¿Es...?

- Si - miró en la misma dirección

Salieron del templo, encontrándose con el youkai y su imperturbable expresión

- Sesshomaru - murmuró ella

- Tú hermana te necesita

Kiyomeru

El brillo en sus ojos se intensificaba, al observar a aquella niña, tan cómoda y sonriente, al lado de aquel hanyo, al que veía por primera vez

- Inuyasha - sonrió - Se ve... tan tierno

- Buenas tardes, niños - sonrió el moreno, deteniéndose, de camino a su casa

- ¡Señor Mao! - sonrió la pequeña Kagome

El padre de Kikyou

Pensó, al mismo tiempo en que sus ojos se abrieron, en señal de sorpresa

- ¿Se están divirtiendo? - se inclinó, quedando a su altura

- Bueno... es un poco testarudo - miró al hanyo - Pero me cae bien

- Feh - cruzó sus brazos

- Esta bien - dijo, sin perder la sonrisa - Cuídense y no se alejen de la aldea, ¿comprendieron? Debo regresar, tu padre me está esperando

- Si, señor Mao - respondieron al unísono

El hombre reanudó su caminata,sin embargo, otro rostro conocido, apareció rápidamente

- Inuyasha - ambos niños voltearon ante la dulce voz de la mujer

- Mamá - murmuró

Izayoi...

- ¿Quién es esta niña, tan bonita?

- ¡Hola! - sonrió, ampliamente - Soy Kagome, la hermana de Kikyou

- ¿Tú eres la hija de Tsukiyomi?

- Siiii

- Cuanto me alegra que hayas venido a visitar la aldea... dime algo, ¿tu madre está por aquí?

- Si, está en los huertos, con Kikyou

- De acuerdo - sonrió - Eres, muy hermosa - acarició su mejilla

- ¡Muchas gracias! Usted, también es muy bonita - le devolvió la sonrisa, colocando su mano sobre la de ella

- Muchas gracias - rio, desviando la mirada hacía su hijo - No te apartes mucho, hijo... ya regreso

Les dedicó una última sonrisa, al mismo tiempo en que comenzó a alejarse

- Esa mirada... - murmuró la mujer - Fue... como si, en el fondo, ya supiera que...

- Ella era la única, en toda la aldea, que sabía que tu madre no era humana

- ¿Qué? - volteó, encontrándose con los ojos grises, que sólo había visto a través de los cuadros del palacio - ¿A... abuela Kiyomeru?

- Es un placer conocerte, Kagome - sonrió

Es... idéntica a Kikyou... bu.. bueno, también se parece mi, pero...

- Espera... ¿estoy muerta? - su cuerpo se tensó

- Hm - sonrió - Aún no

¿A...aún?

- Supongo, que te preguntarás. ¿por qué estoy aquí? - se acercó, colocándose a su lado, al mismo tiempo en que ambas volteaban, observando a los niños - ¿Recuerdas esos días?

- Si - respondió, sonriendo - Eramos... tan inocentes y felices

Mamá mantenía una buena relación con Mao... Izayoi estaba con vida y... los aldeanos no le temían, ni odiaban, a los híbridos o youkais. Pero... luego de aquel día, todo cambió

- Kagome - la miró - Para ser sincera, tú... sigues con vida, porque es la voluntad de Sakura

- ¿Qué? ¿Tú me mantienes con vida?

- Yo no... tu espada - sonrió - Una parte de mi alma, está ligada a la hoja de Sakura, sin embargo, ella posee voluntad propia, al igual que Tsuki, Tessaiga y Tensaiga

- No... no comprendo, mi madre me dijo, que las espadas fueron creadas a partir de los dijes que se les fueron otorgados

- Así es - redirigió sus ojos a los niños, que se mantenía jugando - Pero... el origen de esos dijes, concentran una gran energía demoníaca, aunque no necesariamente malvada

- ¿Te refieres a youkais que...?

- Que murieron, simplemente, porque así lo quiso el destino - hizo una pausa - Sakura te aceptó como su legítima dueña...

- Por el amor que siento por Inuyasha, lo sé

- No - la morena abrió ligeramente sus ojos - Sakura te eligió, porque sabe que tú eres la única que podría dominar sus poderes

- ¿De... de verdad?

- Además... de que tu corazón - puso su mano en su pecho - Se parece al mio - sonrió

- Kiyomeru - dirigió su vista al frente - ¿Qué sucedió el día en que Inu No Goku murió?

- Pronto lo sabrás - respondió, en un tono triste

Pronto... ustedes deberán enfrentar aquel lazo de sangre, que nos destruyó, arrebatándonos nuestras vidas