Disclaimer: Nada de esto me pertenece, la saga crepúsculo es propiedad de Stephenie Meyer y la trama es del libro "Venganza para Victimas" de Holly Jackson, yo solo busco entretener y que más personas conozcan este libro.


Capítulo 50

El pueblo estaba embriagado de habladurías, lleno de conversaciones. De esas que se susurraban, pero un murmullo lo suficientemente alto para que lo escuche todo el mundo, que sonaba particularmente fuerte en los oídos de Bella.

«¿No es horrible?».

GAIL YARDLEY, paseando a su perro.

«En este pueblo pasa algo muy chungo. Estoy deseando largarme de aquí».

BEN CHENEY, cerca de la estación.

«¿Todavía no han detenido a nadie? Tu primo conoce a alguien en la policía, ¿no?».

LA SEÑORA MORGAN, a la salida de la biblioteca.

«La semana pasada vino Maureen Prescott a la tienda y no parecía muy afectada… No creerás que tiene algo que ver, ¿no?».

LESLIE, EN EL SUPERMERCADO.

Bella había tenido dos conversaciones de ese tipo, pero no públicamente, para que las escuchara todo el mundo. A puerta cerrada, pero susurrando, igualmente.

La primera fue con Rose, el miércoles, las dos sentadas en la cama de Bella.

—Me han llamado de la policía. El inspector Hawkins. Por la investigación de la muerte de Neil Prescott. Me preguntó si estuve en casa de Mike Newton la noche del 15. Y si le pegué.

—¿Y? —preguntó Bella.

—Le dije que no tenía ni idea de lo que estaba hablando, y que por qué carajo insinuaba que yo había ido voluntariamente a casa de una persona que abusó de mí y me había expuesto a quedarme a solas con él.

—Muy bien.

—Le conté que estuve en casa de mi hermano desde las ocho o así. Dan ya estaba como una cuba, dormido en el sofá, así que lo verificará.

—Bien.

Estaba bien, sí. Eso significaba que Hawkins ya debía de haber interrogado a Mike al menos una vez, probablemente después de extraer los datos de su teléfono móvil, y le había pedido una vez más que explicara dónde había estado la noche que había muerto Neil. Mike le habría dicho que había estado solo toda la noche, se había dormido pronto y Rose Parkinson había llamado a su puerta. Pero Hawkins ya tenía los datos de su teléfono, y pudo ver que Mike no había estado todo el rato en su casa y que las llamadas se habían registrado en una torre de telefonía móvil cercana a la escena del crimen, por lo que ya lo había pillado mintiendo varias veces.

Había otra cosa flotando entre Rose y Bella que ninguna de las dos mencionó: la muerte de Neil Prescott. Rose no podía preguntar y Bella no podía contárselo, pero seguramente Rose lo supiera, la mirada de sus ojos se lo dijo. Y, aun así, no miró hacia otro lado, sostuvo la mirada de Bella y ella sostuvo la suya y, aunque no se podía verbalizar, sí se entendió. Mike había matado a Neil, no ella. Otro secreto que las unía.

La segunda conversación fue con Tori, al día siguiente, en la mesa de la cocina de las Greengrass, después de que Bella recibiera un mensaje: «¿Puedes venir?».

—El detective nos preguntó a Daph y a mí dónde habíamos estado la noche del día 15, si habíamos estado contigo. Así que le dijimos que sí y las horas a las que nos fuimos y llegamos, y dónde estuvimos. Que fue una noche normal y que nos entró hambre, ya está. Le enseñé las fotos y los vídeos que grabamos. Me pidió que se los enviara.

—Gracias —dijo Bella. Las palabras sonaron débiles e inadecuadas.

Tori tenía esa misma mirada. Había debido de deducirlo cuando había saltado la noticia de Neil, ¿qué otra cosa podría haber sido, si no?

Seguramente ella y Daphne se hubiesen mirado y lo hubiesen sabido, lo hubieran dicho o no en voz alta. Pero en los ojos de Tori había algo más, inamovible. Una confianza entre las dos que, por mucho que se hubiera puesto a prueba, no se había roto. Tori Greengrass, más una hermana que una amiga, su constante, su apoyo y la mirada familiar que le ayudaba a soltar el nudo en las entrañas. No sabía si habría soportado que la mirara de forma diferente.

Y eso también era bueno. Hawkins estaba comprobando su coartada, verificándola. Había hablado con los testigos y seguramente continuaría indagando, pidiendo las grabaciones de las cámaras de tráfico en busca de los viajes que su coche había hecho aquella noche. A lo mejor ya había visto las cintas del McDonald's y los cargos en su tarjeta de crédito y las horas a las que se hicieron. «¿Ves, Hawkins? Estaba exactamente donde te había dicho que estaba, a kilómetros de distancia de donde mataron a Neil».


Otra conversación —que seguramente fue más una discusión—, con sus padres.

—¿Cómo que no te vas el domingo? —Su madre tenía la boca abierta.

—Pues eso, que no voy. Puedo saltarme la primera semana. Las clases no empiezan hasta la siguiente. Todavía no me puedo ir, tengo que ver cómo avanza esto. Creo que he encontrado algo.

Su padre, que casi nunca gritaba, le había gritado. Durante horas. Por lo visto, esto era lo peor que le había hecho.

—Creo que me necesitan para encontrar al asesino. ¿Me estás diciendo que una semana de borracheras es más importante que eso?

Su respuesta fue una mirada.

—Si me pierdo algo académico, me pondré al día. Como siempre he hecho. Confíen en mí, por favor. Necesito que confíen en mí.

Igual que Edward había confiado en ella. No podía marcharse del pueblo sin estar segura de que lo habían conseguido. Sin piedad, sin freno. Esta era la última batalla. Bella se lo había dado todo a la policía: había colocado a Mike en la escena del crimen durante la hora de la muerte utilizando la torre de telefonía móvil, había dejado pelos suyos en la escena, las huellas de sus zapatos, grabaciones de las cámaras de tráfico de su coche huyendo después de quemar el edificio, sangre en la manga de su sudadera en su casa y el barro de la suela de los zapatos. A lo mejor todavía no habían encontrado todo eso, pero estaba a punto de darles otra cosa más: el episodio uno, que ataba la historia y el motivo. El historial del pueblo, lo que le había pasado a Sid, a Tatum. El resentimiento entre dos hombres, un altercado confirmado por testigos, una señal de un orgullo herido en una pelea que quizá fuera demasiado lejos. Las cámaras de seguridad de la casa de ese individuo seguramente apoyarían su teoría de que no tenía nada que esconder. La entrevista con Jackie ya había salido, en cierto modo, pero Bella tenía que llevarlo un paso más allá.

Lo peor que podían hacer era decirle que lo eliminara, que dejase de interferir, pero el daño ya estaría hecho, la semilla, plantada. No podía nombrar al sospechoso, y no tendría que hacerlo; Hawkins sabría de quién estaba hablando y eso era solo para él. Él era el único espectador que importaba. Iba a construir el caso contra Mike para que él no intentara crear uno contra ella.

Asesinato para principiantes: ¿Quién mato a Neil Prescott?

Temporada 3, Episodio 1 subido correctamente a SoundCloud.