Pues aquí estoy, trayendo este OS el día de mi cumple. De verdad que me ha gustado hacer estas cosas. Pues nada, ojalá que disfruten del OS, y ya saben que Akebi-chan no Sailor Fuku no me pertenece. Sé que es una chorrada decir esto, pero nunca falta por ahí el loquito que se cree que uno, por querer hacer algo basado en lo que le gusta, automáticamente se abroga para sí mismo su autoría o que anda plagiando. Cosas que pasan.

Con un simple velo

La iglesia de la academia Roubai cuenta con una historia igual de rica que la propia academia, eso es lo que Komichi tuvo entendido desde que conoció el lugar, aunque en un principio no se esperaba que de vez en cuando allí se celebraban bodas.

No eran muchas, y casi siempre eran celebradas por parejas que venían de Tokyo o algún otro poblado importante de Japón, pero saber que en ese lugar se celebran bodas era motivo de interés para Komichi, y eso mismo la termina trayendo al interior de la iglesia, aprovechando su rato libre y buscando algún vestigio de la última boda que se haya celebrado ahí, aunque lo que encuentra era que el sitio estaba pulcro. Ni rastro había de las últimas actividades llevadas a cabo allí.

─ ¿Nunca has visto una boda, Komi-chan? ─ dice Touko con curiosidad.

─ Únicamente en películas, y la verdad es que me hace mucha ilusión ver algún día una boda de verdad. Seguro que sería muy divertido ─ responde Komichi dando un brinco al decir aquello último, y Touko se ríe por ello.

─ Yo sí he ido a alguna boda, y te puedo asegurar que son algo aburridas ─ Touko toma asiento en uno de los bancos frontales de la iglesia ─. Claro está que todo cambia cuando llega la parte del buffet.

─ No creo que hayas olvidado cómo es tu padre, Touko-san ─ dice Erika desde detrás de Touko, a lo que a ésta se le dibuja una sombra azul en la cara.

─ C-claro que no, y tampoco es que ande fuera de control con los dulces y pasteles ─ se queja Touko, a lo que Komichi y Erika se ríen.

Tomono por su parte justo llega en ese momento. Tenía en sus manos algunos ensayos del club de literatura que quería practicar, pero al saber que sus amigas estaban congregadas en la iglesia decidió que no estaba mal tener unos cuantos minutos de diversión.

─ Oh, Kojou-san ─ Komichi la saluda alegre ─. Estábamos hablando de que en esta iglesia celebran bodas.

─ Algo así había escuchado ─ Tomono se acomoda los lentes para luego mirar todo el interior de la iglesia ─. Con un sitio tan hermoso y señorial como este una boda debería ser algo comparable con un hermoso cuento.

─ Concuerdo contigo, Tomono-san ─ dice Erika sonrojada ─. Casarse aquí sería un sueño hecho realidad para cualquier chica.

─ ¿Y qué tal si organizamos una boda aquí mismo? ─ la propuesta de Touko hace que las demás se la queden mirando con extrañeza ─ Vamos, será divertido.

─ ¿Y quiénes podrían ser las personas que se casen, si se puede saber? ─ cuestiona Erika cruzándose de brazos.

─ Pues tú y Komi-chan, por supuesto.

Erika y Komichi se ponen completamente rojas, mientras que Tomono sonríe de oreja a oreja, ilusionada por ver, aunque sea de manera simulada, una boda entre Komichi y Erika. Touko por su lado se cruza de brazos, bastante satisfecha con su propia idea, aunque Erika definitivamente no la dejaría salirse con la suya.

Erika mira por un momento a Komichi, y esta le devuelve la mirada. El sonrojo de la rubia se vuelve todavía mayor, y la verdad es que no sabía si realmente podía llevar a cabo semejante idea. Pero los ojos de Komichi parecían brillar de una manera peculiar. Erika por un momento siente lo que eso podía significar.

─ ¡Reto aceptado! ─ dice Komichi alzando su mano.

─ ¡Yay! Me encanta tu actitud, Komi-chan ─ dice Touko alzando su pulgar ─. Y ahora faltas tú, Erika-chan. Ya ves que Komi-chan no ve ningún problema en casarse contigo.

─ M-muy bien, que sea así entonces ─ Erika luchaba para no desmayarse por la vergüenza que la invadía ─. Pero si así vamos, entonces añadamos que tú y Kojou-san también se casen.

─ ¿Haaaaa? ─ Touko abre bastante los ojos, y Tomono se pone tan roja que llega a brillar.

─ ¿Qué me dices? ─ Erika se muestra provocadora, pues estaba determinada a tener ahí su pequeña venganza ─ No me digas que te echarás para atrás.

─ ¡Eso nunca! ─ Touko agarra a Tomono de un brazo y la acerca a ella ─ Nosotras también nos vamos a casar. Se ha dicho.

─ Esto es… mucho para mí ─ dice Tomono echando humo.

─ Pero tenemos un pequeño problema ─ Komichi interviene de nuevo ─. No tenemos trajes, vestidos ni curas para casarnos ¿Cómo hacemos con ese detalle?

─ Creo que ese detalle es lo de menos, que tampoco hace falta hacerlo demasiado realista ─ le responde Touko tranquilamente ─. Sólo necesitamos de un par de accesorios y ya está, como unos anillos para simular que son de bodas, o un velo…

─ ¡Un velo! Creo que tengo la solución, Touko-chan ─ Komichi se se lleva las manos a la cadera, mostrando seguridad y decisión ─. Hay uno en el club de teatro. Todo lo que tengo que hacer es pedírselo prestado a la presidenta Chiarashi y traerlo de inmediato para que así podamos usarlo.

─ Pero igual sigue siendo nada más un velo ─ objeta Tomono algo nerviosa ─. Sólo nos serviría para llevar a cabo una de las bodas…

─ A menos que la alternemos ─ dice Touko pensativa, a lo que Tomono la mira extrañada ─. Todo sería cuestión de que se case una pareja y después la otra. No hay mucho problema, si igual vamos a saltarnos todas las formalidades previas como la misa o la presentación de nosotras como futuras esposas, así que las ceremonias no van a requerir demasiado tiempo.

─ Y con algo de suerte podríamos acabar antes de que las clases empiecen de nuevo ─ concluye Erika.

─ ¡En ese caso voy corriendo! ─ Komichi empieza su marcha, estando en la salida de la iglesia en un abrir y cerrar de ojos ─ No tardo nada, chicas. Vuelvo con el velo.

Erika, Touko y Tomono ven irse a Komichi, y cuando ya no la ven dejan salir un profundo suspiro. La idea de las bodas podía parecer una locura, pero también resultaba llamativa, si aparte de que Touko se mantiene igual de animada, Erika y Tomono parecían llevar de mejor manera esa idea. Era como si de a poco les ilusionara más y más casarse. Tomono termina aferrándose también al brazo de Touko, mientras que Erika jugaba nerviosamente con sus dedos. Cada segundo de espera se sentía infernal.

─ Komichi-san…


Cinco minutos más tarde

─ ¡Lamento haberme tardado! La presidenta no paraba de hacer preguntas y me costaba mucho eludirla ─ Komichi vuelve a aparecer, y en su mano se alzaba por todo lo alto el velo que había ido a buscar ─. Ahora sí podemos celebrar las bodas ¿Quién será la primera en llevarlo?

─ Eso está un poco complicado ─ Touko se pone pensativa ─ ¿Qué tal si sorteamos el uso del velo? Que Komi-chan y Kojou-chan decidan quién de las dos usará el velo.

─ ¿Eh? ─ Tomono mira a Touko algo ansiosa ─ ¿D-de verdad usaré también el velo?

─ Creo que eres la más adecuada, Kojou-chan. De hecho, con esa carita tan adorable que pones, dudo mucho que a mí me quede igual de bien el velo.

Tomono traga con dificultad y mira a Komichi, la cual esperaba a que la chica de lentes se decidiera. Erika y Touko estaban expectantes, ansiosas ante la idea de que estaban a punto de ser partícipes de una actividad bastante curiosa.

─ Piedra… ─ Tomono levanta el puño.

─ Papel… ─ Komichi hace lo mismo.

─ ¡O tijeras!

Tomono veía cómo había sido su suerte. Haciendo papel había logrado vencer la piedra de Komichi. Eso significaba que le tocaba a ella casarse primero. Komichi se toma entonces la tarea de ponerle el velo en la cabeza, pues a Tomono le temblaban demasiado las manos como para hacerlo por cuenta propia. Una vez arreglado el velo, Touko mira maravillada cómo había quedado Tomono. Estaba bellísima a pesar de no tener ningún otro arreglo, y Erika la mira contenta al saber que Touko le gustaba lo que veía.

─ Supongo que es momento para que empecemos con la boda ─ propone finalmente la rubia, así que Touko y Tomono se preparan frente al altar, Erika simula el papel de cura y Komichi se sienta en la banca más cercana ─. Usagihara Touko-san, ¿aceptas a Kojou Tomono-san como tu esposa para quererla y respetarla por siempre?

─ ¡Acepto! ─ responde Touko alzando su pulgar.

─ Kojou Tomono-san, ¿aceptas a Usagihara Touko-san como tu esposa para quererla y respetarla por siempre?

─ S-sí. Acepto ─ a Tomono le temblaban las piernas, pero Touko la sostiene de la cintura para que no se desplome.

─ En dado caso las declaro Touko-san y mujer. Pueden besarse ─ Erika dice eso último algo burlona.

Tomono sentía que el corazón le latía a mil por minuto. Touko remueve el velo semitransparente y acerca su rostro al de ella. Pese a lo nerviosa que estaba la chica de lentes, el modo en que Touko estiraba los labios para besarla casi le hacía tener un ataque de risa. Finalmente el contacto tiene lugar, y Touko y Tomono se besan. Fue algo bastante simple y superficial, pero fue suficiente para que ambas se sintieran bien a la vez que Komichi y Erika estaban maravilladas con lo que veían. Una vez que se separan, Touko rodea la cintura de Tomono para así pegarla a ella y mirar con gesto victorioso a Erika.

─ Ya estamos listas, Erika-chan. Ahora sabes quiénes siguen.

Erika vuelve a ponerse nerviosa a la par que su sonrojo gana terreno rápidamente. Ahora ella se iba a casar con Komichi. La pelinegra por su lado también estaba nerviosa, pero igualmente estaba emocionada, así que se levanta de un salto y espera a que Touko y Tomono le pusiesen el velo. No fue un proceso largo, y el resultado dejó a todas bastante encantadas.

─ El día que te cases de verdad más te vale que me invites, Komi-chan. Realmente estás preciosa ─ dice Touko antes de tomar asiento.

─ Gracias, Touko-chan.

Y ahora sí, le tocaba el turno a la pareja conformada con Komichi y Erika, y Tomono simulaba ser el cura que iba a casarlas. Touko estaba bastante sonriente, y la propia Tomono parecía que se le saldrían los ojos de lo emocionada que estaba.

─ Kizaki Erika-san, ¿aceptas a Akebi Komichi-san en santo matrimonio para amarla y respetarla hasta que la muerte las separe?

─ Acepto ─ responde la rubia bastante roja.

─ Akebi Komichi-san, ¿aceptas a Kizaki Erika-san santo matrimonio para amarla y respetarla hasta que la muerte las separe?

─ Y más allá de la muerte incluso, así que sí, acepto ─ la respuesta de Komichi emociona todavía más a Touko y Tomono, mientras que a Erika le saltaba el corazón de felicidad.

─ En ese caso, y en nombre de los poderes que de manera fingida ejerzo en esta unión, las declaro Kizaki-san y mujer. Pueden besarse.

─ De lengua, de lengua, de lengua ─ se pone a cantar Touko, haciendo que Erika se avergonzara a un nivel que hasta entonces no imaginaba que lograría alcanzar.

Con manos temblorosas Erika remueve el velo de Komichi, mientras que Tomono disfruta de lo lindo con la vista cercana de Erika y Komichi acercando sus labios. Erika avanzaba con total timidez, mientras que Komichi es quien realmente termina cortando las distancias para dar lugar al beso. Dicho beso era torpe, pues ninguna de las dos había hecho algo así antes, pero lo estaban disfrutando mucho, tanto que se les llega a olvidar dónde estaban y se quedan así un buen rato, por lo que Tomono y Touko las estaban mirando.

─ Es una vista bastante divertida, pero por alguna razón se siente como si estuviéramos de más aquí ─ dice Touko con una sonrisa alegre.

─ Lo sé, pienso igual ─ dice Tomono sentándose al lado de Touko ─. Y por cierto, no sabía que supieras besar bien, Usagihara-san.

─ No es la gran cosa, Kojou-chan ─ Touko se ríe.

Cuando Komichi y Erika finalmente cortan el beso y se ven bastante sonrojadas, irrumpe Hoko Shiarashi en la iglesia, con una sonrisa que exponía toda su vampírica dentadura. Las cuatro amigas se dan cuenta de su presencia, y entonces empiezan a preocuparse.

─ Con que para eso querías el velo, Komichi-kun. Es muy interesante ─ Hoko se lleva las manos a la cintura y muestra un gesto altivo ─. Me hubieses dicho desde un principio que querías simular una boda con Kizaki-kun y hubiese buscado más materiales de utilería para simular mejor esa boda.

─ ¿D-de verdad? ─ dice Komichi sonrojada.

─ Sí, pero así como lo hicieron creo que está bien. De hecho, me fue inevitable invitar a unas cuantas interesadas cuando me di cuenta de lo que estaba pasando.

Komichi, Erika, Touko y Tomono no sabían de qué hablaba Hoko, a lo que la pelirrosa chasquea los dedos, y las puertas de la iglesia se abren, apareciendo varias chicas de la academia, resaltando especialmente las compañeras de las cuatro recién casadas. Oshizu estaba con los ojos bastante abiertos, Ayumi parecía temblar de pies a cabeza mientras miraba cada tanto a Komichi, Hotaru sonríe dulcemente, y Neko hace el signo de paz antes de ponerse a cabecear de sueño.

─ ¿D-de verdad? ─ Touko estaba estupefacta ─ ¿Desde cuándo están todas aquí?

─ Desde que Akebi-san y Kizaki-san se besaron ─ responde Yasuko en nombre de todas las demás ─. Pero me imagino que ustedes también sacaron provecho del velo, Usagihara-san, Kojou-san.

Las aludidas se sonrojan, pero en ningún momento pretenden negarlo. Muy por el contrario, terminan cruzando miradas y hasta se sonríen mutuamente, siendo esa toda la respuesta que Yasuko necesitaba para emocionarla todavía más.

─ ¡Como esta boda está mostrando ser de gran interés para varias estudiantes, tengo una propuesta que hacer! ─ Hoko mira entonces hacia la multitud ─ Por el día de hoy haremos más bodas de este tipo, pero para obtener el velo deben alquilarlo por un par de minutos o unirse al club de teatro ─ la declaración de Hoko cae como un rayo sobre el resto de las chicas de roubai que estaban presentes.

─ Tal vez no pueda unirme porque ya estoy en el club de voleibol ¡Pero estoy dispuesta a alquilar! ─ Yasuko alza su mano ─ ¡Vamos, Hitomi-chan! Casémonos ahora.

─ ¿Eh? ─ Hitomi estaba sorprendida por la reacción de su compañera.

Komichi, Erika, Touko y Tomono no entendían qué estaba pasando para que aquel simple juego entre ellas se convirtiera de pronto en un espectáculo de participación masiva, pero igual lucía entretenido, por lo que no podían simplemente irse.

Al menos esta experiencia contaba para Komichi con respecto a estar en una boda, y la disfrutaría de principio a fin al lado de sus amigas, pero especialmente al lado de Erika, y la rubia pensaba exactamente igual. Ya verían luego cómo enfrentar a Tamura-sensei si llegaban tarde a clases.

Fin


Aquí está. Ojalá que el OS les haya gustado. Ya tenía un tiempillo sin escribir para Akebi-chan, y ahora lo hago sacando a relucir dos ships a la vez (o hasta tres, si se quiere), cuando hasta ahora sólo lo intentaba con uno. Y pues nada, repito que espero que les haya gustado, y nos volvemos a ver.

Hasta otra