Esta historia ya está terminada, así que habrá actualizaciones constantes para poder tener todos los capítulos de este fic por aquí.
Gracias por leer y nos veremos después.
Nada, dos idiotas enamorados de un honguito bb uwu.
El amor es curioso.
El amor es mágico.
El amor es único.
Para Sakurai Ryou, el amor era agotador. Era incomprendido, era de temer.
Era raro... hasta cierto punto.
¿Dos personas se podían enamorar a la vez de una?
¿Era posible?
Comenzaba a temer por su integridad física y emocional después de la confesión de Aomine y Kagami hace unos días.
-¡Sakurai!/¡Ryou!-
Y hablando de los reyes de Roma...
Antes de que Aomine y Kagami pudieran llegar al castaño, una sombra rosa arrastro con ella al castaño quien esperaba el choque de ambos ases con él.
Internamente agradeció a Momoi aquella ayuda.
-Momoi-san...-
-Ryou-chan- le llamo la peli rosa -esto no puede seguir así. Van tres veces en lo que va del día que Imayoshi-san, Susa-san o yo tenemos que llegar a rescatarte. Tienes que darle una respuesta a los chicos, a este paso el trabajo del equipo terminara por perjudicarnos a todos- la peli rosa tenía razón pero...
¿Qué podía hacer?
Nunca ha vivido experiencias así en su vida. Además... no quería lidiar con un corazón roto y la pérdida de una buena amistad.
-No sé qué hacer Momoi-san, temo a dar una respuesta. Además..., no me creo preparado para una relación amorosa-
La cara de Satsuki era un poema. Pero... era compresible, el aura de su amiguito era demasiado noble e inocente.
Estaba completamente segura que Ryou aún era virgen.
¿Eso era una buena o mala noticia?
-Awww eso es tan lindo Ryou-chan- exclamó la peli rosa viendo con ternura a su amigo, después le tomó con fuerza de los hombros y lo sacudió un poco -¡pero está en riesgo el nombre de Toó si no tomas una decisión ahora! ¡Quiero que rompas el corazón de Kagami-san o Dai-chan y que el desempeño del equipo sea el mismo!- ordeno Momoi con autoridad asustando al castaño.
-Pero...-
-¡Hazlo Ryou-chan, estoy segura que Kagami o Aomine lo comprenderán!-
Ryou soltó un suave suspiro. Esperaba que las cosas salieran bien.
Esto parece a las tontas historias de amor que lee Satsuki, pensó Aomine gruñendo por lo bajo mientras esperaba junto con Kagami a que Ryou saliera de su salón e ir juntos a casa.
Estúpido cejas partidas.
-Aomine- lo llamo Taiga viendo con una sonrisa boba al castaño quien murmuraba para sí mismo mientras guardaba sus cosas -¿por qué te gusta Sakurai?-
-¿Eh?- murmuro el moreno con la guardia baja, se esperaba todo menos eso -bueno... Ryou es lindo y atento conmigo- respondió, vio de reojo a Kagami y después preguntó -¿y a ti? ¿Por qué te gusta Ryou?-
-Bueno...- las mejillas de Taiga se pintaron de un suave carmín y después se rasco la nuca avergonzado -Sakurai es educado, perseverante, y fue la primera persona que no me tuvo miedo cuando llegue a Toó. Cocina muy bien además de que es muy responsable tanto con el equipo como con la escuela. Nunca había conocido a un chico tan lindo e inocente al punto de rayar con el aura de un ángel- explico viendo con ojos soñadores al castaño quien ya caminaba rumbo a ellos.
-Podemos irnos ya chicos, perdonen haberlos hecho esperar- se disculpó el castaño caminando en medio de ambos ases quienes no perdieron el tiempo y cada uno tomó las manos de Sakurai quien se avergonzó por ese movimiento.
Vaya, ambos iban a la segura.
-Chi-chicos- murmuro el castaño.
-¿Qué pasa?- preguntaron a la vez los dos ases saliendo junto con el castaño de la escuela.
-¿Po-podrían soltarme? Nos están viendo todos- pidió avergonzado aun con el agarre de Aomine y Kagami en sus manos quienes gruñeron al notar aquel detalle.
Ryou era tan bonito avergonzado.
-Quien debe soltar tu mano es Kagami, Ryou- vio con suficiencia al peli rojo quien gruño por esa orden.
-¿Y por qué debería ser yo quien suelte la mano de Sakurai, Aomine?-
-¿No es obvio?- respondió el moreno señalando acusadora mente a Taiga -¡tú eres el segundo interés amoroso de la protagonista -en este caso Ryou- y como tal deberías rendirte con él y dejar que los protagonistas -ósea, nosotros dos- ser felices!-
-¡¿Qué?!- exclamo Taiga apretando el agarre en el castaño -¡¿quién demonios te dio el derecho de decir eso?!- exigió una respuesta -¿no sabes que no siempre la protagonista termina junto con el protagonista? El segundo interés pueda salir ganando y ser feliz con la protagonista. No molestes Aomine-
-¡Eres un...! ¡ESO NO TIENE NINGUN SENTIDO, BAKAGAMI!-
-¡LO QUE TU DICES TAMPOCO TIENE NINGUN SENTIDO, AHOMINE!-
»Ayuda« pensó el castaño con temor. No quería que hubiera problemas entre los tres.
El amor era de temer.
