Su vida había llegado a su fin. Dejó todo en manos de las nuevas generaciones para defender el mundo de una amenaza milenaria.
El plano de las almas lo recibía mientras miraba por todos lados buscando algo, más bien alguien.
-¿A quién busca con tanto ahínco, señor Uchiha?-dijo una enorme figura blanca cubierta por un velo transparente que cubría y no el rostro del ente
A pesar del pequeño sobresalto, se mantuvo sereno para verle.
-Busco a Naruto Uzumaki. Cabello rubio, ojos azules, tres marcas en sus mejillas
-Oh, el señor Uzumaki-mira hacia su derecha-esta por allá-señala una gran puerta dorada
El azabache iba a caminar hacia allá pero le detuvo.
-Antes que nada, primero debo de preguntar algo. Eso determinará si puedes ir o no a ella-le mira fijamente
-De acuerdo
-¿Quieres estar en la vida de Naruto y él en la tuya?-el ojinegro le mira sorprendido
Toma un respiro profundo y lo deja salir tranquilamente.
-Así es, quiero compartir mi vida con él y qué también lo haga-dice con decisión
-Adelante, puedes ir a la puerta-lo ve hacer una pequeña reverencia y dirigirse a abrirla-suerte en tu próxima vida. Que sea provechosa y llena de abundancia
La luz de la puerta cegó Sasuke hasta envolverlo por completo.
El llanto de un niño inundó la sala de partos trayendo dicha a la pareja de casados quien veía a su retoño con emoción.
-Es un sano varón, con buena salud y peso-dice la enfermera limpiando al recién nacido para entregarlo en manos de su madre
-Míralo, es tan lindo-dijo la mujer con ensoñación
-Es muy bien parecido como su madre-el hombre sonreía orgulloso
-¿Cómo llamarán al niño?-preguntó la enfermera con su hoja de registro
Ambos adultos se vieron con una sonrisa y pronunciaron el nombre.
-Sasuke
Luego de otros estudios más, al fin estaban juntos de nuevo madre e hijo. La mujer lo amamantaba cuando la puerta del cuarto fue abierta.
-¿Cómo está la nueva mamá?-canturreó una mujer pelirroja que entró a saludar a la azabache
-Estoy algo cansada, pero valió la pena-le muestra a su pequeño hijo quien estaba concentrado en comer
-Es tan lindo-sonríe acariciando una de sus mejillas
-Su nombre es Sasuke
-El nombre es maravilloso-mira al menor con ternura-espero que Sasuke y mi hijo sean amigos como tu y yo
-Por supuesto que lo serán-afirmó la azabache confiada-verás que serán como uña y mugre
-Más les vale o si no los obligaremos-ambas sueltan una risita
Conversaron un rato más hasta que la hora de visita terminó y se despidieron para verse pronto.
