Yo sí sé que había dicho que no escribiría nada de Inuyasha hasta que no terminara con el manga. Pero esta es la #InuyashaWeek y no me la podía perder. Así que aquí están mis pequeñas historias alegóricas a la jornada de celebración de uno de mis personajes favoritos.
Nota: Los personajes son de la grandiosa mangaka Rumiko Takahashi. La historia es un pedacito de mi inspiración que quise compartir con ustedes.
INFANCIA
Llegar a la pequeña casita que compartía con su madre estaba resultando ser una auténtica tortura. A pesar de su acelerada curación, los golpes que le habían propinado aquellos demonios todavía dolían y sentía peor las zonas donde lo habían alcanzado algunos humanos con buena puntería y sus rocas.
Tampoco deseaba pensar en la cara que pondría su madre cuando llegara y lo viera en tan deplorable condición. Casi prefería no presentarse en la casa esa noche, pero sabía que si se ausentaba ella se preocuparía, así que a la larga sería peor.
Cuando se acercó lo suficiente, pudo escuchar como tarareaba una melodía mientras preparaba la cena de ambos. Sabía lo que venía a continuación, así que Inuyasha decidió no retrasarlo más y atravesar la entrada.
En el momento en el que Izayoi lo sintió como una presencia más dentro de la cabaña se dio cuenta de que algo andaba terriblemente mal. Inuyasha por lo general se acercaba rápidamente a ella y la abrazaba mientras ella le daba la bienvenida. Pero había ocasiones en las que él llegaba cabizbajo y triste. Y esta era una de esas ocasiones, así que ella ya sabía lo que se encontraría cuando se volteara.
Pero el saberlo no hizo que le doliera menos.
—Ven aquí, mi pequeño. —Fue todo lo que dijo.
Inuyasha, incluso visiblemente dolorido, se acercó rápidamente a ella, dejando que lo envolviera en un protector abrazo que parecía ser mágico, puesto que tenía la capacidad de eliminar hasta el mayor de los sufrimientos.
—Lo siento, mamá, no fui lo suficientemente rápido.
—No, mi niño, esto no fue tu culpa. Esta situación sólo es culpa de personas de mente cerrada. Y de demonios, pero la mayoría no tiene mucho intelecto, la verdad.
—Te prometo que me volveré muy fuerte, mamá, te lo prometo. En el futuro nadie me hará daño ni a ti. Los derrotaré a todos.
—Inuyasha, escúchame bien. Puedes volverte fuerte, es más, espero que lo hagas, pero no uses esa fuerza en enfrentamientos inútiles o injustos. Úsala para proteger a aquellos que amas y a quienes te aman.
—La única que me ama eres tú.
—Puede que por ahora sea así —asintió comprensiva enfrentando la cruda realidad—, pero en el futuro te encontrarás a alguien que te va a amar por ti, por quien eres y que a la vez te ayudará a ser más fuerte y mejor. Y esa persona te querrá sin cambiarte en ningún aspecto.
—Eso es imposible, mamá. A mí nadie me aceptará.
—Yo sé que sí. Y algún día me darás la razón. Por ahora, vamos a curarte esas heridas y luego a cenar. Lo primero para que te vuelvas fuerte es que te alimentes bien. El resto de los problemas, la vida tiene su propia manera de solucionarlos.
