belles feuilles
Y LLEGASTE TÚ
PRÓLOGO
Habían pasado años desde que Po se había convertido en el Guerrero Dragón. Cambio tanto que su padre el Sr. Ping dudaba mucho si se trataba de aquel joven que dormía hasta tarde y comía casi el cinco veces más que cualquier otra persona.
China había entrado en cierto tiempo de paz, el Imperio en toda su historia jamás volvería a tener la gloria que se vivía en ese momento. Esa era fue conocida como la era Dorada de China. Los cinco furiosos al tener bastante tiempo libre, usaban sus conocimientos y pasiones para seguir contribuyendo a la Valle de la Paz. Mantis abrió una pequeña escuela de Medicina para instruir a los jóvenes en el arte de la sanación. Mono se dedico a enseñar a niños Kung Fu y Grulla también se dedico a la enseñanza pero más bien a enseñarles a leer, escribir de modo que pudieran tener acceso a los conocimientos que el Maestro Oogway dejó. Víbora de vez en cuando regresaba a su ciudad para cuidar sus padres y por qué tenia la responsabilidad de su pueblo, aunque pensaba en cederle esa responsabilidad al consejo de Maestros al igual y como lo hicieron la familia Pavorreal con la ciudad Gongmen.
El Maestro Shifu tomo su lugar como el monje del Palacio de Jade, siendo el protector y guía espiritual del Palacio de Jade, hasta que llegara su momento o Po terminará su entrenamiento y fuera el quien tomará ese puesto. Al dejar de ser el Maestro del Palacio de Jade, Shifu dudo mucho en quien de dos de sus seis estudiantes debía ser el nuevo Maestro, por tradición tendría que ser Po, pero el no estaba listo, de modo que Tigresa fue nombrada como Maestra del Palacio de Jade.
Encargada de dirigir cada uno de los aspectos y de tomar las decisiones que competían al Palacio de Jade y el Valle de la Paz. Administraba cada recurso, material, financiero y humano, para lograr una estabilidad con todos y todo. Un trabajo bastante agotador, pero por el momento era lo mejor.
Po y Tigresa tenían la misma edad, pero mentalmente a Po le hacia falta madurar un poco más, era un buen líder, pero aún le ganaba el juego y la irresponsabilidad. Pero solo el tiempo y las experiencias de la vida los haría cambiar y convertirse en la mejor versión de ellos mismos.
El Maestro Shifu pasaba mucho tiempo meditando en el salón de los héroes, en alguna cueva o en el estanque de lágrimas sagradas en lo alto de las montañas. Los chicos con sus actividades casi no pisaban el Palacio de Jade y después de que Po dejó de viajar por China, regresó para encontrarse a una Tigresa tratando de no ser consumida por el estrés. Tigresa creyó conveniente comenzar a enseñarle a Po sus futuras funciones, de ese modo podrían repartirse las responsabilidades y el trabajo seria menos. Solo que en algunas ocasiones terminaban entrenando como los viejos tiempos cuando eran un poco más jóvenes.
Por unos meses pasaron cada día juntos, ya eran bastante cercanos, aunque en esta ocasión desarrollaron una intimidad diferente.
Todo comenzó en la cena que Po preparó para celebrar el año nuevo. Po había decidido no ir con sus padres y solo quedarse con Tigresa ya que ella estaría sola. En la cena hablaron del pasado, recordando como se conocieron, su vivencias y algo que les causaba mucho ruido a ambos. ¿Alguna vez se vieron como algo más como amigos?
Quien lanzo la pregunta sorpresivamente fue Tigresa. Po no sabía como responderle a esa pregunta. ¿Qué si alguna vez pensó en ella como algo más que su amiga? Siempre la admiro demasiado. Para el, Tigresa era la perfección del Kung Fu, no era la mujer más hermosa del mundo pero a sus ojos su belleza no podría compararse con la de nadie más y a pesar de su hostil temperamento, Tigresa era su gran obsesión.
- ¿Eso es un no?
- No, perdón, bueno no quise decir que no, solo digo que es un no al no ¿Entiendes?
- No realmente. Esta bien, entiendo. Se que no soy como las demás mujeres.
- No tienes que ser igual a las demás.
- Lo sé, me acepto como soy y me gusta. Yo… yo si llegue a verte como algo más.
- ¿Qué?
- No sé cómo explicártelo. Cuando creí que habías muerto por el arma de Shen en la ciudad Gongmen, me di cuenta de que me importabas más que cualquiera en el mundo y cuando te enviaste junto a Kai al mundo de los espíritus sentí que te había perdido para siempre. Al verte regresar no sabes la felicidad que sentí y deseaba poder decirte que yo te quería y mucho.
- Nunca me lo dijiste.
- No, yo no se si aún tengas tu relación con aquella chica de tu aldea. Cuando me di cuenta de lo que había entre ustedes dos, me aleje, si tu eras feliz con ella yo intentaría no interferir y desearte lo mejor. Además tuve miedo de tu rechazo.
- ¿Cómo podría yo rechazarte? Todos saben lo mucho que te he admirado siempre.
- Pero la amabas a ella o la sigues amando.
- No, eso nunca pasó. Si tuvimos una relación pero no duro mucho y fue más por qué ya sabes, quería experimentar lo que era tener una novia. Pero todo era insípido.
- Entonces ¿Qué hubieras hecho si te decía que me gustabas?
- Bueno… no lo sé. Creo que si hubiera sido cruel terminar a Mei Mei de la nada, pero evidentemente lo habría hecho para estar contigo.
- ¿Enserio?
- Si.
Po paso de estar sentada frente a Tigresa a sentarse junto a ella, situación que los hizo ponerse un poco nerviosos. Ambos eran adultos pero comenzar a experimentar eso los hacía sentirse un poco apenados por verse como jóvenes adolescentes.
- ¿Cuándo dejaste de pensar en mí de esa forma?
- Po… honestamente… no he dejado de pensar en ti. Aún tengo la esperanza de ser algo más que tu amiga…
Tigresa fue interrumpida por un beso que Po le había obsequiado. Sus ojos se abrieron de la sorpresa pero el calorcito que le había provocado le hizo cerrar poco a poco los ojos mientras se dejaba llevar y le correspondía el beso. La gran intensidad del deseo y placer que estallaba en sus cuerpos hizo que ambos se entregaran esa noche y cada una de las siguientes.
Durante el día eran vistos por todos el Palacio como los grandes amigos y compañeros de siempre, pero al llegar la noche el amor que surgía en ellos se manifestaba en los besos, caricias y gemidos de placer que ambos se provocaban, solo las paredes que los resguardaban del exterior eran testigos de aquel acto. Después de unos meses las largas meditaciones de Shifu eran menos frecuentes fuera del Palacio. Últimamente eran en el durazno de la sabiduría celestial, el punto más espiritual del Valle de la Paz.
Una noche tuvo la visión, un demonio tan poderoso con la capacidad de destruir mundo, tuvo como objetivo el universo. Solo el Guerrero Dragón podría detenerlo. Asustado corrió hasta los dormitorios de sus estudiantes para avisarles. Vaya sorpresa que tuvo al detenerse entre las puertas de las habitaciones de Tigresa y Po. Aquellos extraños ruidos solo podían significar una cosa. Abrió lentamente la habitación de Po y no había nadie, entonces pensó en abrir la de Tigresa pero se detuvo, era evidente que ambos estaban ahí y lo que estaban haciendo, y él no quería ver.
Salió de los dormitorios dejando una nota en la entrada pidiendo que mañana por la mañana fueran ambos al salón de los héroes. El resto de la noche lo aprovecho para enviar mensajes al resto de los cinco furiosos y al consejo de Maestros, se tendría que tomar una decisión de cómo evitar una gran catástrofe. Y aunque no quería pero no podía evitar pensar en la extraña relación entre Po y Tigresa. Era algo sumamente prohibido para ambos.
Hace algunos años le había prohibido a Po la relación que tenía con esa chica, "Mei Mei", Po al ser el Guerrero Dragón no podría tener una familia y mucho menos decendencia, el tenía un deber más importante con el mundo y el universo. Por otra parte Tigresa era su hija y claro que podría tener una familia si ellos lo deseaba pero tendría que renunciar a su título y funciones. Lo mejor sería hablar con ellos y hacer como que nada pasó. Si alguien más se enterara, serian condenados por la sociedad y no era el mejor momento para eso.
Al día siguiente Po y Tigresa se levantaron antes de que sonara el Gong como costumbre, ambos salieron para poder asearse, fue ahí cuando se dieron cuenta de la nota de Shifu, ambos sudaron frio ¿Habrían sido escuchados? Po beso a Tigresa dulcemente como una forma de tranquilizarla, había algo entre ellos que cambiaba las cosas y podría evitar que Shifu los separara.
Ambos caminaron hasta el salón de los héroes tomados de las manos sin importarles que algunos trabajadores lo vieran y aun cuando vieron a sus amigos y a otros Maestros esperar impacientemente, se mantuvieron juntos. Claro que las miradas de todos revelaron cierta curiosidad pero aquello que presenciaban. Pasados unos minutos Shifu dejó entrar a todos, Po y Tigresa tomaron sus lugares a los costados del Maestro Shifu y comenzó la reunión a puerta cerrada.
Todos los presente creyeron que hablarían acerca del extraño comportamiento entre el Guerrero Dragón y la Maestra Tigresa, sin embargo, la visión del Maestro Shifu los dejo atónitos a todos. ¿Cómo se supone que pelearían con algo así? No se trataba del ataque a una aldea, ni siquiera del mundo, se trataba de todo el universo.
- No hay a donde correr…
- ¿Qué les vamos a decir a las personas?
- Pero el Guerrero Dragón puede detenerlo…
- No es tangible ese demonio ¿Cómo va a vencer algo que no se puede ver o tocar?
- Lo hara con el poder del Chi, todos hemos visto su poder en algún momento.
Todos los Maestros en su desesperación trataban de buscar una solución, los únicos que permanecían en completo silencio eran Po y Tigresa, esto no paso por desapercibido por el Maestro Shifu quien se sintió un poco molesto por que no le estaban dando la importancia que requería ese momento.
- Creo que debería ir al mundo de los espíritus a contactar al Maestro Oogway.
Por fin hablo Po, todos guardaron silencio para escuchar su plan, todas sus esperanzas estaban puestas en él. Tigresa en su interior un miedo desconocido para ella comenzó a surgir mientras sentada cubría su vientre, incluso las ganas de llorar se le hacían incontrolables.
- Oogway puede que tenga las respuestas que necesitamos. Nadie ha vivido más que él. El podrá guiarnos.
- ¿Podrás volver? ¿Cómo sabremos que no te quedarás a salvo en el mundo de los espíritus?
- Ya he regresado a voluntad del mundo de los espíritus. No voy a dejarlos solos, es mi responsabilidad protegerlos. Vuelvan a sus aldeas, provincias y ciudades, alerten a la gente, deben decirles la verdad. Deben estar cerca de su familia por cualquier cosa.
Eso último daba entender que el Guerrero Dragón dudaba en salir victorioso pero que al menos lo intentaría. Todos fueron desalojando el salón de los héroes quedando solo los Cinco Furiosos, el Guerrero Dragón y Shifu.
- Voy a necesitar de ustedes, necesito que estén alerta con su Chi una vez que habrá el portal, quizás no pueda regresar o algo pase.
- Cuanta con eso Po. Ahora, deberían adelantarse Mono, Grulla, Mantis y Víbora. Necesito hablar con Po y Tigresa a solas.
Los cuatro chicos se voltearon a ver entre ellos y salieron obedientes en dirección hacia el durazno de la sabiduría celestial. En cuanto las grandes puertas del Salón de los héroes se cerraron se sintió un gran silencio en tres los tres.
- Se lo que va a decir Maestro Shifu y no estoy de acuerdo.
- Po, no es momento para ponerse rebeldes ¿Ambos entiendes las consecuencias de sus actos? Tu fallaste a tu deber como Guerrero Dragón y tu faltaste a tu juramento como Maestra de Kung Fu.
- Por favor, Maestro Shifu, no venga a decirnos eso después de todas las enseñanzas que nos dio.
- Yo no les enseñe a ser así.
- No fue usted quien nos enseño que el ser nosotros mismos es una decisión propia y no un decreto. Tigresa es Maestra del Kung Fu por qué es lo que ella esa. No lo hace Maestra un decreto dado por el líder del consejo de Maestros, es Maestra por que ella lo es y lo mismo conmigo. No soy el Guerrero Dragón solo por qué Oogway lo dijo, soy el Guerrero Dragón porque solo lo soy.
- Podrán seguir siendo lo pero ya no habrá ese reconocimiento por el que tanto han luchado día con día durante toda su vida. No habrá valido la pena todo el dolor y sacrificios por los que han pasado.
- ¿Qué no ha valido la pena? Entonces todas esas veces que salve a la gente y ayude a restaurar el equilibrio ¿No valió la pena? Claro que lo valió. Sabe que me sorprende de usted, que esté cegado por tradiciones sin sentido en lugar de darse cuenta de que no hay manera en que se encuentre una solución a este problema.
Shifu no supo nada más que decir, Po tenia mucha razón en sus palabras, solo que, era algo que le costaba demasiado aceptar.
- Maestro Shifu. Estuvimos conscientes de que esto no era correcto, pero también estuvimos conscientes de que cuando el mundo necesitara a Po, el mundo seria prioridad por encima de nosotros.
- Querrás decir por encima de ti.
- No Maestro, por encima de nosotros.
Dijo Tigresa llevándose ambas manos a su vientre sin dejar de ver a Shifu a los ojos. Shifu solo pudo verla de pies a cabeza sin entender con certeza lo que estaba sucediendo. Po se acercó a ella acercándola a él.
- Ellos ahora son mi familia. Pensábamos hablar lo con usted y lo demás en su debido tiempo. Se que mi principal deber es con el universo y estuvimos de acuerdo en que así seria, aun cuando se nos quitaran los títulos. Esos decretos no tienen mayor significado, solo son papel y tinta.
- Aun con mi hijo gestándose en mi vientre voy a cumplir mi juramento y peleare por la gente que está bajo mi cuidado. Incluso si no se me reconoce y solo obtengo el repudio de la gente y de usted.
Shifu no podía asimilar todo lo que escuchaba de ellos ¿Qué se supone que harían ahora? De inmediato se sintió un poco culpable por regañarlos injustamente, relajo su postura, a sus ojos solo había dos seres que se amaban y habían transformado ese amor en un nuevo ser, un inocente que si su padre no solucionaba este asunto no vería las maravillas del mundo. Se sintió sumamente horrible, podía entender como Tigresa estaba caso al borde del llanto aferrándose a su vientre. Se acerco temeroso a su hija, la arrebato de los brazos de Po para poder abrazarla.
- Lo lamento mucho hija mía.
Tigresa soltó las lágrimas amargas que estuvo reteniendo, entendía que para ese punto a ambos solo les importaba detener esa cosas para que pueda haber un mundo para su hijo.
- Le juro que de haber sabido que esto sucedería no lo hubiera hecho, Aun cuando te ame tanto Po, pero no lo hubiera hecho.
Po comenzó a llorar también, él también compartía ese mismo pensar que Tigresa. Si el hubiera sabido que el mundo terminaría ahora jamás lo hubiera hecho. Cuando amos se tranquilizaron volvieron al plan. Po iría al mundo de los espíritus para buscar el consejo y la sabiduría de Oogway. Todos se reunieron junto al durazno, Po beso a Tigresa antes de abril el portal con el cayado que Oogway le había dado años atrás. En cuanto el portal estuvo abierto Po entro hasta desaparecer en pétalos como aquella vez. En ese momentos todos le dieron toda su atención a Tigresa.
- Quién se atreva a preguntar lo hacer sufrir.
Contesto Tigresa cansada de las miradas de sus amigos.
- Haremos guardias para cuidar del portal, mientras yo iré avisar al pueblo de lo que sucede, el resto vayan a revisar cada pergamino que hay en el Palacio, debemos encontrar algo que pueda ayudar a Po. ¿Quién tomara la primera guardia?
- Yo Maestro.
- De acuerdo, Grulla te traerá comida y agua… y Mono te relevará al anochecer, debes descansar.
La atención que Shifu le daba a Tigresa no paso desapercibida por los demás, no obstante solo se enfocaron en las cosas que debían hacer. Mientras tanto en el mundo de los espíritus a diferencia de lo que se esperaría del Maestro Oogway, en esta ocasión no se encontraba tratando tener paz en su descanso eterno, se mostraba bastante preocupado e impaciente. En cuanto el portal se abrió y del salió Po fue directamente hacia el para advertirle.
- Maestro Oogway dígame que sabe cómo enfrentar esa cosa.
- No hay.
- Debe haber algo ¿Una técnica secreta? ¿Un arma? ¿Un lugar seguro?
El Maestro Oogway movió su cabeza en forma negativa. Guerrero Dragón este es el destino de cada universo, ser destruido para que pueda renacer otro.
- Este universo está bien ¿Por qué tendría que renacer otro nuevo?
- Así es el ciclo.
- ¿Qué les diré a todos? ¿Qué nos pasará?
- Su destino es el descanso eterno como a todo ser vivo. Solo queda que aprovechen cada día hasta que llegue el final.
- No puede pasar eso, hay almas que aún no nacen. Es injusto para ellos, es injusto para mi hijo.
- ¿Cómo?
- Tigresa y yo tendremos un hijo. Se lo que dirá, no hace falta que lo diga.
- El Chi de Tigresa y el tuyo, son los más poderosos que hay ahora en el mundo de los mortales, la fusión de ambos podría causar un desequilibrio, puede que esa sea la razón de que esa cosa esté amenazando.
- El es solo un bebé.
- Creo que deben terminar con su vida.
- ¿Se volvió loco?
- Eso va en contra de todos los principios que usted dejo. Mi hijo es inocente en todo esto ¿Cómo podría hacerle algo así?
- Tanto como yo hemos apagado la vida de los que amenazan el equilibrio en el mundo, por más cercanos que sean a nosotros. Nuestro deber nos hace hacer sacrificios inhumanos por el bien de la humanidad.
- Buscaré otra solución. ¿Hay forma de contactar esa cosa?
- Eso creo, es más allá del mundo espiritual y del espacio exterior.
- Bien, iré ahora mismo.
- Po, aunque vayas de verdad creo en lo que te dije.
- ¿Usted me asegura que todo se detendrá si sacrifico a mi hijo?
Oogway no pudo decir palabra alguna, solo era una suposición, no tenia la certeza de que esa sea la causa de que aquel demonio amenazara con destruirlo todo, pero podía intentarlo, si no funciona de todos modos morirá.
- Ni siquiera está seguro de lo que dice.
Po invoco su Dragón de Chi y salió de ahí disparado, retomando su viaje a los dominios más allá del mundo espiritual. Del otro lado del portal, estaba Tigresa meditando, intentando no pensar en absolutamente nada ya que todo lo que se cruzara por su mente la hacía llorar. Fue interrumpida por Víbora quien traía un poco de arroz, verduras encurtidas, pescado asado y un trozo de carne, todo acompañado de un poco de té caliente.
- ¿Y todo es bufet?
- El Maestro Shifu dijo que debías comer bien.
- Creí que vendría Grulla vendría.
- Si…. Pero le pedí que me dejara venir hacerte compañía mientras comes.
- Estás aquí porque te mueres de la curiosidad.
- En parte, pero estamos preocupados por ti y por Po. Ustedes son nuestra familia y aunque intuimos que hay algo entre ustedes, nos angustia que estén tan tristes. ¿Acaso Shifu les prohibió estar juntos?
- No.
- ¿Es por el "fin del mundo"? Tigresa, Po es el Guerrero Dragón él lo solucionará. Todos creemos en que él lo hará.
Tigresa no pudo más y el nudo que se le formo en la garganta impidió que pudiera comenzar a comer, las lágrimas nuevamente salían sin poder detenerse, eso alerto a su amiga Víbora, entendía que ahora que podrían ser felices juntos haya la posibilidad de que sean separados. Lo único que pudo hacer fue abrazarla y mimarla con caricias en el cabello, Víbora tenía una hermosa voz que rara vez mostraba, solo pudo calmarla con su canto.
- "Dicen que siempre hay una sonrisa esperando al otro lado de la tristeza. ¿Qué nos espera cuando llegamos allí? Dicen que la felicidad siempre llega después del dolor.Si pudiera ver el mañana, dejaría de suspirar. Como un barco que lucha contra la corriente, Ahora debo continuar… "
Poco a poco la respiración de Tigresa se fue apaciguando, aun en los brazos de Víbora comenzó a comer a pesar de no tener apetito. Tenía que hacerlo por su hijo, incluso si ya no hubiera un mañana.
A lo lejos el Maestro Shifu observaba aquella escena con el corazón completamente roto. Todos tenían fe en Po, pero esta vez el creía que realmente era el fin. Miro hacia el cielo al percatarse de un enorme dragón dorado desaparecer de pronto.
- Po.
Aquel Dragón llevaba en su interior a Po, en poco tiempo había cruzado la atmosfera hasta llegar a una oscuridad desconocida totalmente infinita, no se podía distinguir entre arriba o abajo, a lo lejos se alcanzaban a ver enormes y diminutos puntos de luz, colores hermosos que desconocía. A su espalda una enorme esfera azul, conforme se alejaba podía ver la inmensidad de aquella esfera, incluyendo a la de una color plateada que la acompañaba. Continuo avanzando hasta que fue cegado un poco por la luz de la esfera más grande que había visto, era una enorme masa de fuego, se sintió pequeño y diminuto al ver el gran poder. Se alejó lo más que puso hasta que ya no lo lastimaba tanto la luz que emanaba, en su camino encontró más esferas y un enorme cinturón de rocas enormes.
Pasando aquello vio muchas más esferas, algunas con anillos a su alrededor, de diferentes colores. Aunque pasaran horas y horas todo no parecía tener un final. Trato de aumentar la velocidad para lograr ver algo más, pero todo era tan nuevo y terrorífico. No podía creer de la magnitud de todo lo que sus ojos veían. Avanzo hasta que perdió de vista la enorme esfera de fuego, en su lugar se veía una especie de mancha brillante blanca y loa lados enormes de espirales brillantes. No sabía dónde estaba o lo que era todo eso, lo que si podía sentir fuertes cargas de energía por todos lados. Estuvo por darse por vencido hasta que una fuerte voz le aturdió.
Por más que volteara a todos lados, no distinguía de donde provenía aquella voz, o al menos entender lo que quería decirle. Hasta que por fin pudo encontrarle sentido.
- ¿Por qué has venido a buscarme?
- ¿Quién es usted?
- Yo soy el inicio y el final. Se de dónde vienes mortal ¿Qué quieres?
- Busco respuestas. Destruirás el universo en el que vivimos y no puedo permitir eso.
- Yo nunca destruyo, únicamente transformo la materia. Este universo ha perdido el control y el equilibrio, ahora cambiare todo para que inicie de nuevo.
- ¿Por qué ahora?
- Es el momento.
- Justo ahora, se está gestando mi hijo. Un ser inocente y puro, permita que tenga una vida plena y después haga lo que quiera.
- La fusión entre la Luna y el Sol. La unión entre hombre y mujer. El vínculo entre el bien y el mal. Dos opuestos hechos uno.
- Destruirás todo por mi hijo ¿Cierto?
- No.
- ¿Por qué lo harás? ¿Por qué según tu es el momento? ¿Con que derecho harás que todo se destruya?
- Es mi creación y podré hacerla mejor comenzando de nuevo. Regresa junto a tu mujer e hijo, solo te queda estar con ellos hasta llegar al descanso eterno.
- Debe haber algo que pueda hacer. ¿Por qué no podemos estar en el nuevo comienzo?
- Es hora. Pero si tanto es tu deseo, puedo permitirte que con el poder que posees tomes su espíritu y los lleves lejos, hasta que termine.
- ¿A dónde? No dices que destruirás todo.
- Transformare todo, tienes una hora.
Aquella voz se desvaneció y de inmediato Po retorno su camino a casa, quizás podría realizar la técnica de Kai y tomar el Chi de todos para poder llevárselos al mundo de los espíritus en lo que el caos pasaba. Era lo único que tenía en mente. Como tardaría horas en llegar desgasto la mayor parte de su poder en regresar, pero extrañamente al pasar nuevamente por la esfera de fuego sus energías regresaron sintiéndose mucho más fuerte. De inmediato cruzo la atmosfera de la gran esfera azul con gran desesperación pero tuvo que darle media vuelta al mundo para poder llegar a China y al Valle de la Paz, en cuanto llego todos lo esperaban en el portal, no dio tiempo para explicar y en un solo movimiento descargo todo el Chi que tenía en su ser por medio de múltiples ondas expansivas.
Tigresa que no tuvo tiempo de alegrarse por verlo solo pudo quedar en Shock al ver que múltiples cristales de Chi iban directamente hacia Po, incluyendo a sus amigos y al Maestro Shifu. De pronto el cielo cambio, la oscuridad con la que siempre cubría al mundo era mucho más impactante, era como si el cielo que conocían se abriera y diera paso a cientos de miles de estrellas a la vista.
Cuando Po ya no pudo más tomo a Tigresa entre sus brazos y volvió al mundo de los espíritus. Creyó que ahí estarían a salvo pero sus ojos no podían creer que lo mismo que pasaba en el mundo de los mortales también sucedía ahí. Llegaron junto a Oogway quien parecía hipnotizado por todo lo que veía.
Po se apresuró a sacarlo de su trance intentando explicarle todo lo que sabia. Pero Oogway no parecía tenerle mayor interés. Tigresa que escuchaba todo aquello sentía demasiada culpa por no poder ayudarlo. Pero una misteriosa voz que solo pudo detectar ella le ilumino, por unos segundos. El hijo que llevaba en su vientre tendría un Chi más poderoso que ellos dos, si Po tomara ese poder podrían salir de ahí.
- Maestro Oogway por favor reaccione.
- Po, déjalo. Tómanos a nosotros.
Po no pudo cuestionar lo que Tigresa le decía ya que una lluvia de rocas ardiendo en fuego comenzaron a entrar por las brechas de lo que podría ser el cielo. Una de esas rocas se partió en miles de pedacitos más y uno de ellos atravesó a Tigresa entrando por la espalda hasta salir por su vientre. En segundos Tigresa cayó al suelo, junto al durazno. Llevo sus manos a su herida y se percató de la sangre, sintió temor por su hijo. Intento hablarle a Po pero en su boca el sabor a sangre le hacía tener nauseas.
Sintió como Po se acercó a ella y la tomo en brazos, por momentos su vista se hacía borrosa pero cuando regresaba solo podía ver los miles de colores que nunca había visto en su vida. Le parecía hermoso y aterrador aquel espectáculo.
- Te prometo que los sacare de aquí y comenzaremos de nuevo en un mundo diferente donde podremos estar juntos hasta la hora de nuestra muerte.
Po le limpio la sangre de su boca y le beso la frente. Se puso de pie y volvió a realizar la técnica de Kai, saco su Chi en ondas expansivas hasta que cristales de los Maestros del mundo de los espíritus llegaron a él, incluyendo el Chi del Maestro Oogway. Antes de que Tigresa pudiera dar su último aliento tomo su Chi y el de su hijo. Un inmenso poder que nadie jamás haya podido experimentar intentaba salir del cuerpo de Po, lo único que pudo para contenerlo fue volver a formar el dragón, solo que este era muchísimo más grande. Se apresuro a salir del mundo de los espíritus hasta llegar al espacio exterior, ahí vio con sus propios ojos como la esfera de fuego estallo quemándolo todo. La primera onda expansiva lo arrojó a miles de kilómetros, donde podía ver nuevamente los cientos de miles de espirales brillantes.
Pero todo parecía explotar y fusionarse, toda esa energía liberada lo hacia sentirse pequeño aun con todo el poder que poseía. En ese instante al ya no saber a dónde ir volvió a escuchar la presencia de la voz que le había hablado anteriormente.
- Te di mi palabra de que podrían vivir en el nuevo mundo, pero pagaran el precio por ello. El sufrimiento que hayan tenido en esta vida, la tendrán en el nuevo mundo multiplicada siete veces más.
Po sintió como una fuerza lo empujaba, la velocidad con la que era llevado le hizo perder el conocimiento, cuando pudo recuperarlo se dio cuenta que estaba en la nada. No había luz ni escuridad ¿Cómo describir algo así? Déjame cuestionarte ¿Qué vez atrás de ti en este momento? Exacto, nada. Sin embargo no sentía miedo, ni felicidad, solo una inmensa paz por millones de años, hasta que de pronto volvió a surgir la luz.
