Hola:

Dejo el capítulo veinte, basado en el Gaiden 2 "Escorpio", donde se conocieron Kardia y Calvera. Esta pareja se me hace graciosa y el carácter de ambos es bastante parecido, así que veo muy posible una relación entre ambos.


Atención: Todos los personajes de Saint Seiya y Saint Seiya: The Lost Canvas, pertenecen a Masami Kurumada y Shiori Teshirogi respectivamente. La historia es de mi autoría personal, la cual solamente escribí por diversión.


Día 20: El perfume de tu piel

[Kardia x Calvera]

Pre Canon, amantes, atracción mutua, manzanas.

Calvera estaba de visita en el Santuario de Athena, algo que alegraba mucho a la pequeña Sasha y al santo de Escorpio.

Tiempo después de la aventura en la Nueva España, la joven Calvera estuvo visitando a la chiquilla y al escandaloso guerrero dorado en tierras griegas, cada tres meses a lo largo del siguiente año. Esta situación reafirmó la amistad con la pequeña diosa y estableció una relación bastante cercana con Kardia, al grado de volverse amantes ocasionales.

El carácter de la joven era tan impetuoso como el del santo de Escorpio, por lo que no tardaron en congeniar en varias cosas. Incluso sorprendiendo a más de uno, puesto que Kardia era muy extrovertido y ella, una chica demasiado amable y cordial.

Ese día, la hermosa morena estaba en la cocina del templo de Escorpio, preparando el desayuno. Mientras cortaba algunas verduras, tarareaba una canción.

—Hola guapa— saludó Kardia desde la puerta, olisqueando el aire. —¿Ya vamos a desayunar? —

—Primero ayúdame a poner los platos en la mesa— dijo ella sin voltear, escuchándolo acercarse. —¡Oye, mantén quietas esas manos! — respingó cuando él le rodeó las caderas con picardía.

El hombre no le hizo caso, abrazándola por la cintura un poco más.

—Que bien hueles— se acercó a su hombro descubierto. —¿Qué fragancia usas? —

—¿De qué hablas?, yo no uso perfume, eso es de gente rica— Calvera lo miró de reojo con una ceja levantada. —Creo que ya no te funciona bien la nariz. —

El santo dorado hizo el ademán de olfatear un poco más.

—El perfume de tu piel me recuerda a las manzanas azucaradas— sonrió divertido, dándole una pequeña mordida a modo de juego. —¿No será que se te pegó el olor mientras las cocinabas? —

La mujer soltó una risita por las cosquillas que le provocaba el mimo, pero dejó que Kardia siguiera besuqueándola. Después de todo, el santo de Escorpio no era de esos que se reservaban sus pensamientos, él siempre había sido muy directo. Y a ella le agradaba su comportamiento travieso.

—No hay manzanas, te las comiste todas hace dos días— Calvera se giró, rodeándole el cuello con los brazos. —Tal vez debas ir a comprar más, así te prepararé un postre dulce— se aproximó a sus labios, dándole un fugaz besito.

—¿Hablas en serio?, ¿Entonces por qué hueles a manzanas? — inquirió él, algo sorprendido. —Seguro estás escondiendo una en tu escote. —

—Creo que tu nariz está jugándote una broma— la mujer le guiñó un ojo, mientras tomaba los cordeles frontales de su vestido y comenzaba a soltarlos. —Pero si quieres asegurarte, yo no me opongo. —

El guardián de Escorpio sonrió aún más, aquella mujer le encantaba. Quizás no era un perfume lo que detectaba en ella, pero sí debía aceptar que adoraba olisquear su piel… y lamerla también.

El desayuno quedó pendiente, puesto que la pareja se ocupó de otros asuntos más íntimos.


Continuará...

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