Jess estaba en camino a una reunión donde estarían todos los demás comandantes de las otras naciones de ese mundo, ella, como comandante de la base A de la Eagle Union, tenía que asistir y también llevar a una kansen representante de todas, ese era el mismo día en el que partiría por lo que se estaba preparando la ropa que llevaría, ya de igual modo avisó a la chica con la cual iría que igual esté lista. En ese momento tocaron la puerta, entrando Brooklyn.
- Comandante, el barco para llevarla se encuentra listo. – Informó esta, la castaña asintió, llevaba un uniforme de un color azul oscuro con una falda plegada y zapatillas. – Se ve bastante bien.
- Gracias Brooklyn. – Ella sonrió con suavidad. - ¿Ella igual ya está lista?
- Descuide que le envié el mensaje, debe estar esperando en el puerto, así que es mejor que vaya de una vez.
- Por supuesto… creo que esta asamblea durará unos dos días así que solo llevaré un equipaje ligero con algunas ropas cómodas.
- Descuide que yo lo llevaré. – Se ofreció la morena pero Jess declinó la oferta, sujetando la maleta ella misma.
- Descuida que no es muy pesada, además debes tener otras ocupaciones, ya que te dejaré a cargo de las cosas mientras estoy fuera. – Respondió, en un inicio Brooklyn estuvo sorprendida pero al final terminó aceptando.
- Entendido comandante, regresaré a mis deberes entonces, ya se encuentra North Carolina, lista para llevarla al puerto. – Jess agradeció a Brooklyn la cual se fue, de ese modo ella salió y vio el vehículo estacionado con la rubia sentada.
- Comandante~ ya estoy lista para llevarla al puerto. – Expresó esta, ella se sentó en el copiloto donde North Carolina empezó a manejar. – Que suerte que se tenga que ir de viaje, seguro se divertirá.
- Tampoco creo eso, solo es una asamblea con puros viejos, no le veo nada de emocionante. – Respondió la castaña, sacando una pequeña risa a la rubia. – Es más divertido estar acá con ustedes, sea entrenando o platicando con todas.
- Realmente se ha tomado la molestia de conocernos a todas, eso es realmente amable de su parte. – NC puso una sonrisa melancólica. – La mayoría de los comandantes no se han tomado las molestias de querer convivir con nosotras, solo nos ven como soldados o herramientas de trabajo, por lo que su llegada es un gran alivio para todas.
- No entiendo eso. – La castaña se cruzó de brazos. – Todas ustedes son simplemente increíbles, deberían ser respetadas y queridas pero veo que esos hombres viejos ni siquiera han demostrado eso, me decepciona un poco.
- Me alegra que se siente de ese modo por nosotras, pero estamos bien, tenemos muchos años viviendo, las kansen nunca envejecemos, así que hemos pasado por todo tipo de comandantes y demás personal, algo para lo cual nosotras no es más que un pequeño tiempo pasajero en nuestras vidas.
- Es triste pensar de ese modo. – Jess puso un rostro serio. – No piensen en esos encuentros como simples momentos que se llevará el tiempo, deberían atesorarlos más, porque es muestra de toda esa gente que lucha a su lado para proteger los mares, todos colaboramos para que la gente se encuentre segura y puedan sonreír.
- … Tiene razón. – NC sonrió por debajo. – Voy a disfrutar mucho estando bajo sus órdenes.
- Cuando sea. – Jess puso una gran sonrisa. En ese momento llegaron al puerto donde el barco estaba encallado, la castaña se bajó, mirando a ver una última vez a la rubia para despedirse, ya entonces avanzó a la borda, ahí estaba su acompañante. – Lamento si tardé un poco, espero no hayas esperado demasiado, Enterprise.
- Para nada. – Respondió la peligris con un rostro solemne. – Es momento de irnos.
- Claro, abordemos. – Las dos se subieron al barco para empezar el traslado a la sede de la reunión, junto a Enterprise, quien fue la acompañante que escogió, ya estarían fuera esos días para ir, igual Jess aprovecharía para conocer más a la peligris de quien siente una gran curiosidad.
Dentro de su habitación en el buque, Jess observaba por la ventana el mar en movimiento, según se le dijo no tardarían más de un día en llegar a la isla neutral donde se llevaría a cabo la reunión de los comandantes, por mientras tenía todo ese tiempo libre.
- Que aburrimiento… - Soltó un suspiro, de momento no tenía nada qué hacer por lo que no tuvo otra opción más que salir y recorrer la borda un poco. Caminando por ese rato, observó el paisaje y la leve brisa agitando su cabello, mirando al frente. – Esto se siente más típico de viajar por el mar.
- Comandante. – En ese momento miró a ver a un lado, ahí se encontraba Enterprise, admirando de igual manera el horizonte, su largo cabello plateado siendo agitando por el viento de igual manera, Jess lograba verla de una forma muy galante.
- Así que aquí estabas, como no te encontré en tu habitación.
- Prefiero estar aquí. – Respondió la kansen, si dejar de ver al frente. – Ver el mar me hace recordar por lo cual sigo viviendo y mi razón para seguir luchando, para mantener esta paz.
- Eso es una buena razón. – Jess se puso a su lado. – Aunque parezcan aburridos, los momentos tranquilos como estos son algo que se deben de apreciar, observar un mar calmado, sin restos de barcos hundiéndose ni fuego, pura calma y paz.
- … Deseo preguntarle algo. – Ella finalmente la observó. - ¿Por qué me escogió a mí para acompañarla?
- Por una simple razón. – Jess cerró los ojos. – Estoy interesada en ti.
- ¿Interesada en mí? – Esa respuesta la sorprendió un poco.
- Cuando era pequeña, no tuve realmente algún sueño para el futuro o motivo por el qué esforzarme, simplemente estuve buscando, eso hasta que ocurrió cierto suceso, un ataque de sirenas me puso en peligro pero entonces alguien me rescató, una kansen la cual aseguró que todo estaría bien y me ayudó a escapar, ese fue el gatillo que activó mi sueño, el poder volverme comandante y me esforcé para conseguirlo.
- Ya veo… supongo que le está muy agradecida a esa kansen ¿no?
- Así es. – Por dentro Jess estaba algo decepcionada que Enterprise no recordara que fue ella quien la rescató pero seguro para la peliplateada solo fue otro trabajo más, así que no podía culparla. – Fue ese justo momento lo que hizo que mi mundo empezara a girar y ahora aquí me encuentro, luego de años de arduo trabajo y entrenamiento.
- Realmente es alguien muy seria con su trabajo. – Enterprise se cruzó de brazos. – Respeto esa dedicación que ha tomado para alcanzar su sueño, no puedo responder otra forma más que igual darlo todo para luchar y evitar las guerras.
- Así será. – Sonrió Jess. Quizás Enterprise no recuerde a la niña que alguna vez rescató pero con la interacción que tuvo era más que suficiente, quería conocer más de ella, de su salvadora, de la mujer que le dio un motivo para vivir.
Un tiempo después, el barco encalló en muelle, llegaron a la isla donde se llevaría a cabo la reunión, con eso ambas bajaron en aquel momento, la castaña estirando los brazos.
- Hemos llegado, hasta que ya puedo estirar las piernas y caminar un poco.
- Tampoco es que hayamos estado quietas todo el tiempo comandante. – Señaló Enterprise.
- Eso lo sé. – Miró ya al frente de la isla, se observaba un gran edificio con un portón grande de entrada. – Así ese es el sitio donde tendremos la reunión ¿eh?
- Según escuché, se lleva a cabo en una fiesta donde comandantes, representantes de las regiones y otras figuras importantes interactúan. – Explicó la peliplateada.
- Entiendo, con razón fue que Brooklyn me dijo que empacara un vestido de fiesta, ya deseo conocer a las kansen de otras naciones. – Expresó la castaña con emoción, Enterprise siguió su camino. - ¡Espérame, no te adelantes sin mí!
La fiesta no empezaría sino hasta un par de horas después por lo que tenían todo ese tiempo libre para ver los alrededores, Jess deseaba saber que tanto podría ofrecer esa isla por lo que fue, claro que arrastrando a la peliplateada con ella como su escolta.
- Parece ser que ofrecen productos de las cuatro regiones. – Jess observaba los establecimientos, justamente se podía ver tiendas de ropa de las cuatro naciones, un bar del Ironblood, una cafetería del Royal Navy y una dulcería del imperio sakura, todo eso llamó la atención de la castaña. – Enterprise, vamos a ver eso.
- E-Espere comandante. – Ella no pudo hacer nada al ser arrastrada por su comandante, entraron a una de las tiendas de ropa, más en específico del imperio Sakura, se lograba observar toda clase de atuendos orientales, kimonos más que nada.
- Se nota que es el estilo único del imperio Sakura, son puras ropas de una sola pieza como kimonos. – Jess siguió viendo a los alrededores, Enterprise realmente no tenía interés alguno pero no es que pudiera dejarla sola.
- Señorita ¿busca algo? – La dependienta de la tienda se acercó.
- Solo estoy viendo, ya que todo esto es nuevo para mí.
- Entiendo, si necesita algo, puede avisarme. – La castaña agradeció mientras continuó observando, Enterprise se mantuvo a un lado viendo a su comandante, no entendía como es que le ilusionaba ese tipo de cosas.
- (Puede que sea una comandante, pero ahora mismo parece una niña)
- Enterprise, mira esto. – Tenía un kimono de un color rojo sin bordes en los hombros, corte medio que dejaría ver sus piernas. - ¿Acaso no se me vería bien?
- Eso… - La peligris sentía que era algo revelador, más que nada al dejar descubierto los hombros y que se veía un escote pronunciado, se imaginó a Jess con ese kimono, sus hombros descubiertos, piernas al descubierto y su escote a la vista, rápidamente agitó su cabeza. – Mejor no, tiene que mantener una imagen profesional.
- Bien… - La castaña hizo un puchero, devolviendo el kimono. Una vez salieron de la tienda, fueron a ver otros sitios, había una hamburguesería y la castaña tenía algo de hambre por lo que entraron, ella pidió una hamburguesa con queso con papas y refresco; le ofreció a Enterprise el pedir algo pero ella lo rechazó, en cambio sacó una barra energética la cual empezó a comer, ya entonces se sentaron.
- Hmmm~ nada les gana a las buenas hamburguesas. – Expresó Jess con gusto. – De lo que te pierdes.
- Yo estoy satisfecha con una barra. – Fue lo que ella dijo, Jess enarcó una ceja.
- ¿En serio solo comes eso?
- Aporte los nutrientes y energía suficientes, además de que son rápidas y fáciles de portar y comer, en caso de cualquier ataque, no podría perder el tiempo comiendo un almuerzo normal. – Explicó, Jess estaba algo sorprendida, soltando un suspiro.
- Si bien entiendo que es fácil de comer y aporta lo necesario, no siempre es bueno comerlas siempre, tienes que tener una alimentación balanceada con distintas comidas ¿acaso no has ido nunca a la cafetería en la base?
- No es necesario. – Enterprise creía fervientemente que sus barras eran todo lo que necesitaba, Jess tenía qué hacer algo con ella.
- No puedes apegarte siempre a ellas, cuando volvamos a la base, vas a comer una comida normal y balanceada con el resto.
- … ¿Es una orden? – Preguntó la kansen.
- No es una orden, es más una sugerencia, la interacción con las demás puede ayudar a formar lazos para el combate, la confianza es muy necesaria.
- Yo estoy bien cómo voy hasta ahora, no lo veo muy necesario.
- Enterprise… - Jess veía que algo pasaba con Enterprise, como de profunda debe de ser la razón por la cual quiere hacer todo por su cuenta, qué habrá sucedido para que ella se haya vuelto de esa forma.
Pasadas las horas, el evento estaba por comenzar, así es que fueron a la habitación que tendrían reservada y entraron, Jess necesitaba vestirse para la ocasión ya que era una fiesta formal, Brooklyn le había empacado el vestido que tendría que llevar, así es que entonces comenzó a arreglarse, Enterprise simplemente esperaba afuera, las kansen no eran necesarias que se arreglaran ya que eran simples escoltas.
- Ya estoy lista. – Avisó Jess al otro lado de la puerta, en ese momento la abrió y Enterprise la abrió, quedando algo asombrada. - ¿Qué tal me veo?
El vestido que llevaba era uno de un color rojo intenso, de una sola pieza que se ajustaba a su ya esbelto cuerpo, la falda larga que le llegaba hasta la pantorrilla, se había colocado una base de maquillaje junto con labial, le acompañaba unos tacones, Enterprise simplemente quedó embobada al verla.
- Esto… se ve bien comandante.
- Jeje, me alegra. – Ella sonrió, la peliplateada sentía algo de vergüenza el ver a su comandante tan bien arreglada. – Es momento de ir a la sala principal, ya quiero conocer a los otros comandantes, entonces… llévame. – le extendió la mano, Enterprise entendía lo que Jess quería hacer pero le daba vergüenza.
- Esto, yo…
- Vamos, eres mi acompañante y escolta, así que llévame como debe de ser. – La sonrisa de la castaña era suave y expresaba sus intenciones, Enterprise no podía dejarla de esa forma.
- Está bien… - Dejó que esta sujetara su brazo y caminaron juntas, Enterprise podía sentir los pechos de Jess apretando su brazo lo cual la avergonzó. Ambas se dirigieron al salón principal donde se llevaría a cabo la fiesta, Enterprise luchaba por mantener su rostro inexpresivo, pero la cercanía de la castaña le dificultaba las cosas.
- ¿Qué pasa Enterprise? ¿Acaso te estoy incomodando? – Ella poseía una sonrisa traviesa en aquel momento, lo cual Enterprise interpretó que se estaba metiendo con ella.
- No es nada… después de todo es mi deber como su secretaria el acompañarla.
- Ya veo~ entonces no te molesta si hago esto. – Se juntó más a la peliplateada lo que causó que esta expresara una inconformidad como nunca antes, realmente buscaba sacarla de sus casillas. – jeje~ eres tan suave de piel.
- Y-Ya basta, no es necesario que esté tan unida, solo la llevaré de forma normal. – Tuvo que apartarla usando algo de fuerza.
- Que mala… - Jess hizo un puchero lo cual Enterprise ignoró. Al poco tiempo llegaron a la sala y entraron, dentro ya se encontraba bastante gente, personas importantes, generales, miembros clave de Azur Lane. – Oh, ahí veo la comida, ese es mi llamado. – Jess no pudo evitar ir ahí, Enterprise la siguió. Fue entonces que la castaña comenzó a ver la comida y servirse. – Definitivamente, en las fiestas nunca falta la comida.
- ¿Realmente hará esto comandante? Debería ir a saludar a los demás. – Expresó Enterprise, la castaña puso rostro inexpresivo.
- ¿Para qué quiero saludar a un grupo de viejos? Si nunca voy a interactuar con ellos, pues no lo veo necesario.
- Veo que sigues sin tener etiqueta. – Reconoció esa voz, vio llegar a Chris, este iba acompañado de una chica de cabello azulado, ojos rojizos y llevando una vestimenta la cual es un uniforme de color azul con toques blancos, con una gabardina del mismo color, medias y zapatillas.
- Ey Chris ¿Qué tal tu vida en tu base?
- Normal, la base B es conocida como una base de reserva en comparación a la A, la cual debió ser mía. – Expresó el rubio entrecerrando los ojos, pero Jess no le prestó atención.
- Ya veo, bien por ti.
- Enterprise, no es coincidencia que nos veamos aquí. – Expresó aquella chica de cabello azulado, apuntando su dedo hacia la peliplateada. – Nuestros destinos como rivales siempre será el cruzar nuestros caminos.
- Sí, claro Essex ¿Cómo se encuentran tus hermanas?
- Pues bastante bien, Bunker Hill el otro día hizo… ¡Un momento! No cambies el tema. – Acusó Essex, Jess enarcó una ceja.
- ¿Qué le pasa a ella? – Le susurró por debajo, Enterprise soltó un suspiro.
- Ella es Essex, la primera de su clase, al ser un modelo que nació después de mi servicio y que, según se decía, tendría que seguir mi legado, parece que tiene una especie de atención hacia mí, declarándose mi rival pero en realidad ella es algo… especial.
- ¿De que hablan tan bajo? No vaya a ser que planees algo contra mí. – Declaró la peliazul.
- No es nada Essex…
- Kinney, que ahora seas la comandante de la base A no quiere decir que esto se haya terminado, si consigo más logros que tú, verán quien realmente era merecedor. – Chris no se había rendido, eso trajo una sonrisa decidida a la castaña.
- Muy bien Chris, sí deseas continuar con la competición, no me disgusta para nada. – El rubio apretó los dientes.
- No te relajes demasiado, les demostraré a los altos mandos quien es el mejor. – Y dicho eso, este se retiró con Essex siguiéndolo.
- ¡La próxima vez, te derrotaré Enterprise! – Declaró ella antes de irse, la peliplateada no sabía cómo manejar tal ímpetu de ella.
- Sí que son buenas amigas. – Comentó Jess.
- No lo somos… en ese caso, tiene razón en que debes saludar a los otros invitados, por lo menos ve a conocer a los comandantes de las otras naciones.
- Bien~ de todos modos quiero saber que kansen trajeron. – Eso al menos emocionaba a la castaña. Se movieron para saludar a otros invitados, ya en un lugar vieron una mesa bien acomodada con pasteles y una tetera, sentados estaban un joven de cabello platinado claro con unos ojos azules, mantenía un porte elegante mientras bebía de una taza de té, a su lado estaba una mujer de cabello rubio corto, su ropaje era un blazer de color rojizo con una falda blanca, debajo del blazer se observaba una camisa azul, portaba una espada a un costado en su cintura, medias blancas largas hasta la pantorrilla y zapatillas. – Cuantos pasteles.
- Son necesarios para la hora del té. – Exclamó el joven, levantando la mirada para observar a Jess. – Señorita, por su porte y la kansen que la acompaña, puedo decir que usted es una comandante igual ¿no? – Ella asintió.
- Jessica Kinney, comandante de la Base A de la Eagle Union.
- Oh, así que es usted, un gusto conocerla. – Este se levantó, tomando la mano de la castaña para besarla. – Mi nombre es Alexander Hamilton, honorable comandante de la base de la Royal Navy, mi acompañante y secretaria es Prince of Wales.
- Un gusto conocerla, soy el buque Prince of Wales. – Se presentó esta con una seriedad y gracia, los ojos de Jess se iluminaron.
- Wow~ eres tan elegante. – Enterprise desvió los ojos.
- Soy Enterprise, secretaria de la base A.
- Un gusto. – Ambas Kansen estrecharon las manos.
- Realmente no esperaba que tan elegante y hermosa señorita fuera la comandante de la base más importante de la Eagle Union, un logro que solo los hombres más destacados han conseguido. – Expresó Alexander, Jess sonrió.
- Es mi sueño después de todo y me esforcé para llegar hasta donde estoy, algo de lo cual estoy muy orgullosa.
- Entiendo, hay mucha belleza y elegancia en trabajar duro para conseguir tus metas, realmente me parece una persona muy interesante Miss Jessica, espero que tengamos una gran relación. – Comentó Alexander.
- Claro, igualmente espero trabajar contigo en conjunto cuando sea el momento. – Ya se despidieron de ambos, Jess sentía que Alexander era alguien bueno, quizás un poco estrafalario para sus gustos pero no sentía ningún tipo de maldad en él.
Al siguiente lugar al cual se dirigieron Jess y Enterprise se encontraba ubicado en la zona oeste del salón, en este vio a una chica, de cabello corto, color anaranjado oscuro, unos ojos de un color purpura pálido, llevando un vestido de colores rojo y negro con zapatillas, ella se encontraba cruzada de brazos.
- Aquí es la zona de Ironblood. – Señaló Enterprise, Jess entonces se acercó a esa chica.
- Debes de ser la comandante de la base de Ironblood ¿no? – Ella no dijo nada, más bien observaba fijamente a la castaña. – Esto… ¿tengo algo en el rostro?
- … No es nada… - Comentó por debajo. – Por tus facciones, tienes que ser la comandante de la base A de Eagle Union, soy Illsa Caulsten, comandante de Ironblood. – Ella tenía un lenguaje muy formal y serio, lo cual le dio una idea a Jess para saber cómo dirigirse a ella.
- Encantada, espero que podamos tener una buena relación. – Extendió su mano para estrechar la de ella. - ¿Con quién viniste acompañada?
- Se supone que tendría que venir con Bismarck pero ella se encuentra en mantenimiento, así que en vez de ella, traje a…
- Comandante, el alcohol aquí es delicioso. – Escuchó un fuerte acento, fue entonces que vio venir a una mujer de cuerpo esbelto, cabello color grisaceo atado a dos coletas, ojos rojizos, su vestimenta era un uniforme de combinación de colores gris, negro y rojo con una falda corta, medias largas y zapatillas. – Debería probarlo~
- Eugen, no es el momento… - Esta soltó un suspiro, ya la llamada Eugen vio a las invitadas, sonriendo.
- Así que son de la Eagle Union ¿no? Me llamo Prinz Eugen, gutenmorgen.
- Ella es una adicta alcohólica que le encanta molestar a quien le interese, así que no le hagan mucho caso.
- Pero comandante, es que usted no me presta atención. – La peligris se lanzó sobre Illsa. – Si lo hiciera, podría recompensarla muy bien~
- ¿Ven lo que digo? – Jess soltó una risa por debajo.
- Solo quiere que le prestes atención, en cierto modo la entiendo ¿no es así Enterprise? – Jess la abrazó, causando que ella se sonrojara levemente, Eugen sonrió de forma coqueta.
- Parece que ella me entiende bien, tendría que seguir su ejemplo comandante~
- No lo haré. – La apartó. – Como sea, fue un gusto conocerla, aunque no sé que tanta comunicación habrá entre nuestras bases, tengamos una buena relación.
- Claro, siempre es bueno tener aliados. – Respondió Jess. Ya se alejaron de esa mesa para ir a la última, Enterprise soltó un suspiro.
- ¿Realmente era necesario que me abrazara comandante?
- Claro, no hay nada de malo en demostrar cuanto quiero a mis subordinados.
- Creo que no es el afecto correcto que debería de mostrar… por ahí está la mesa del Imperio Sakura, vamos.
Llegaron a la última mesa donde estaría el comandante de la base de la región oriental, fue entonces que se vio a un chico de cabello negro corto, llevando un smoking de color blanco.
- Ya veo que está saludando a los demás comandantes, un gusto señorita, me llamo Fujishiro Yamamoto, Shikikan del imperio Sakura.
- Jessica Kinney, igualmente comandante de la Eagle Union.
- He escuchado de usted, como la segunda nación con la base más grande del mundo, espero que logremos tener buenas relaciones. – Fujishiro se veía del tipo amigable y calmado, alguien que nunca se metería en problemas.
- Shikikan, detecto que han llegado unas pestes a nuestra mesa. – Y entonces se escuchó otra voz, una cantarina y bastante suave, pero el tono no concordaba con sus palabras, entonces apareció una mujer, llevaba una especie de kimono corto de colores negro con beige y rojo, un largo cabello castaño con ojos rojos profundos, la distinción que esta chica tenía eran las orejas animales y colas que llevaba, esta sonrió de forma peligrosa. – Pero sí es Enterprise, Gray Ghost ¿Qué placer tengo en que nos visites?
- No es nada Akagi… solo vinimos a saludar mi comandante y yo.
- Así que tu Shikikan ¿eh? – En ese momento observó a Jess, ella de algún modo sentía peligrosidad en esa kansen, su sonrisa parecía calmada y amigable pero entendía que no auguraba nada bueno. – Jeje~ un gusto Shikikan de la Eagle Union, me llamo Akagi, portaaviones y secretaria de la flota del Imperio Sakura.
- … Un gusto… - Jess sabía que no podía bajar la guardia con es kansen, esta simplemente soltó una risa por debajo.
- Que tierna… Shikikan, parece que es del tipo que se entendería muy bien con usted.
- Ya que tuvo la amabilidad de saludar, tenía qué hacer lo mismo. – Respondió Fujishiro. – Espero no les haya molestado las palabras de mi secretaria.
- Para nada, entiendo que hay todo tipo de personalidades entre las kansen, debo decir que me asombra un poco que tenga rasgos animales.
- Es una particularidad con las cuales fueron hechas varias de ellas, Nagato y la gran sabia son kansen especiales dentro de la flota que me hubiera gustado que una me acompañara pero ellas tienen ocupaciones en la base, así que traje a mi secretaria.
- Juju~ no pudo haber tomado mejor decisión Shikikan. – Miró a Enterprise. – Entonces Gray Ghost, si no tienen nada más qué hacer, les sugiero que se vayan, deseamos disfrutar de la fiesta tanto como ustedes.
- Entendido, vámonos comandante. – ya las dos se fueron, Jess notó como es que su secretaria tenía un rostro serio.
- … Tienes tu historia con ella ¿no?
- Peleamos en la gran guerra de naciones que hubo antes, es una kansen fuerte pero posee un gran problema de personalidad, en esa ocasión la derroté pero ella no lo ha olvidado… seguro sigue odiándome hasta la fecha.
- … No te preocupes por eso, ya es algo que quedó en el pasado, ahora las cuatro naciones conviven y se apoyan mutuamente.
- Eso lo sé… pero ciertos rencores nunca se olviden, y eso lo sé muy bien… - El tono de Enterprise era triste, Jess realmente sentía que algo le pasaba a ella, pero quizás no era el momento adecuado para preguntar.
- Mejor dejemos este ambiente sombrío y vamos a divertirnos, hay mucho que comer en la fiesta. – Sugirió Jess, Enterprise asintió, ya ambas fueron a disfrutar del evento social, así fue que pasaron las horas.
Fueron unas tres horas en la fiesta donde Jess saludó a cuanta gente pudo pero eso igual no era algo que ella disfrutara, por lo que, para aligerar la carga mental, bebió al menos unas diez copas, sin saber que eso la dejó ebria, ya entonces que cayó la noche, ella apenas y podía caminar, por lo que fue asistida por su secretaria, actualmente dirigiéndose a su habitación.
- Comandante, no debió beber demasiado. – la regañó Enterprise.
- Es que así no iba a poder saludar a todos esos militares… ugh, detesto ese tipo de formalidades…
- Ya terminó la fiesta, solo la llevaré a su habitación y podrá dormir.
- Gracias… - La peligris llevó a su comandante hasta llegar a la puerta de su habitación la cual abrió en aquel momento, solo necesitaba dejarla sobre la cama para que pueda dormir, caminó un poco más y entonces la acostó con cuidado.
- Entonces comandante, que descanse… - Ya en el momento que Enterprise estaba por irse, la sujetaron de la mano. - ¿Eh? ¡Wuaah!
De repente ella cayó en la cama, Jess no permitió que se fuera, en cambio la tomó para que se acostara con ella, ahora se encontraba en una posición en la cual la kansen tenía su rostro directamente en los pechos de la castaña, ya con el vestido que los hacía resaltar bien, esta no dejaba de abrazarla, aquello sonrojó a Enterprise.
- Jeje… suave…
- C-Comandante, por favor, suélteme. – Pidió ella con vergüenza, causando que la castaña la abrazara, oprimiéndola más contra su busto.
- No… por favor, quédate conmigo… - El efecto del alcohol la estaba haciendo actuar de esa forma, Enterprise no podía más con la vergüenza, quería librarse pero no podía sin lastimar a su comandante, al final se resignó a su destino, quedando de esa forma, fue así que pudo notar un leve aroma proveniente de Jess, el perfume que llevaba puesto invadía su olfato, sumado al olor corporal de ella, lo sentía bastante bien. – Enterprise… gracias por acompañarme…
- … No hice nada, solo hice lo que me ordenó.
- No te ordené nada, fue una petición que aceptaste… eso me puso feliz…
- … Es mi deber como kansen, cualquier otra lo hubiera hecho.
- Pero quise que me acompañaras, es fácil rechazarlo pero no lo hiciste… - Sintió como el agarre de la castaña se aflojó, suficiente para que Enterprise se levantara de la cama. – No lo solo eso… igual por muchas otras cosas… ser comandante no será fácil… pero deseo corresponder a todas…
- … Lo hará, ya ha demostrado que se preocupa por todas, es un buen inicio. – Respondió Enterprise, Jess soltó una pequeña risa.
- Eso me alegra… - Y en ese momento ella cayó en un profundo sueño, la kansen sonrió por debajo, tomando la sabana para cubrirla, ya como pasó ese día observando a su comandante, ha llegado a aprender algunas cosas sobre ella, como se comporta, sus gestos, gustos y trato hacia los demás, quizás le molestó un poco como es que se le insinuaba y que quizás fue a modo de broma, pero en general vio que es una buena persona, del tipo que la base pueda necesitar.
A la mañana siguiente, tenían tiempo hasta el mediodía donde ya tendrían que partir de nuevo a la base, después de todo la fiesta había terminado y no había más razón para quedarse ahí, Jess quiso aprovechar el tiempo para pasear por última vez por la isla, aunque su cabeza le dolía.
- Ah… no pensé que sufriría de resaca…
- Eso le pasa por beber. – Regañó Enterprise.
- Lamento eso, solo dime algo… ¿no hice nada extraño anoche? – Preguntó la castaña, fue en esos momentos que la kansen recordó aquel vergonzoso momento donde su comandante la abrazó contra su pecho, sonrojándose levemente, alejó esos pensamientos.
- N-Nada, simplemente la llevé a su cama y se durmió al instante.
- Entiendo, la verdad creía tener resistencia pero supongo que no es así, debo reducir a solo unas cinco copas~
- ¡No sea así! – Exclamó la peliplateada en voz alta.
- Parece que están animadas muy temprano. – Vieron llegar a Alexander junto a su secretaria en ese momento. – Miss Jessica, Miss Enterprise, buen día.
- Igualmente. – Saludó la castaña. - ¿Aún no te vas?
- Me dio por recorrer las calles antes de regresar a mi querida patria, deseo llevar algunos recuerdos para mis subordinadas que se quedaron atrás.
- Eso no parece mala idea ¿vemos igual Enterprise? – Le preguntó a su acompañante.
- Por supuesto, seguro algunas desean regalos para llevar.
- Espero no sea molestia si los acompañamos. – Alexander negó con la cabeza.
- Jamás sería una molestia, podemos hasta escoger nuestros regalos ¿cierto Prince?
- Ciertamente caballero comandante, Duke of York lo apreciaría más que nada.
- No se diga más, revisemos los establecimientos entonces. – El ahora grupo de cuatro comenzó a recorrer las diversas tiendas, en busca de regalos que pudieran llevar a las demás, así vieron en distintos sitios, más que nada había cosas como llaveras, camisas y demás, ya entonces vieron dulces.
- ¿Qué tal parecen estos chocolates? – Preguntó Jess a Enterprise, vio la caja y entonces asintió.
- Es un buen regalo, las niñas lo apreciarán más que nadie.
- Vamos a llevar varias cajas entonces. – Fue a la recepción a pagar por al menos unas veinte cajas usando su tarjeta, ella contaba con una cuenta donde le pagaban por su servicio, y al ser comandante, ganaba bastante, recibiendo un adelanto de unos cien mil dólares; una vez pagó, ya dijo que los llevaran a subir a su barco cuando llegue.
- ¿Encontraste algo? – Preguntó a Alexander una vez salió.
- Encontramos un hermoso juego de té que, seguro, a su majestad le encantará, igualmente compré dulces y pastelillos para ellas. – Respondió este.
- Que bien que conseguimos lo que buscábamos. – Sonrió la castaña.
- Y que se diga, un buen comandante debe de mantener una buena relación con sus subordinados y yo respeto bastante a los míos. – En ese momento revisó su reloj de bolsillo. – Es momento de irme, fue un placer haber paseado con ustedes.
- Igualmente, espero que se de otra oportunidad para vernos. – El rubio asintió.
- Así será, cuando lo vea pertinente, le enviaré un correo para que algún día vaya a visitar nuestra base, seguro se entretendrá bastante.
- Lo estaré esperando. – ya entonces los dos se fueron. – Es una buena persona, debe ser querido con sus subordinadas.
- Usted no se queda atrás. – Comentó Enterprise. – Después de todo, igual está llevando regalos para todas.
- Es verdad… - Sonrió por debajo, en ese momento le llegó un mensaje a su teléfono. – Nuestro barco ha llegado, es momento de volver Enterprise.
- Claro comandante. – Las dos fueron al puerto para abordar el barco que los llevaría de regreso a su hogar, a la base. Ya entonces con todo terminado, este zarpó para dirigirse hacia el oeste, de ese modo la reunión había terminado.
Un par de días más tarde, llegaron a la base nuevamente, al bajarse se encontraba Brooklyn esperando.
- Bienvenidas de regreso, comandante, Enterprise.
- Estamos de vuelta Brooklyn. – Saludó Jess. – Traje recuerdos para todas, son dulces que seguro disfrutarán.
- Eso es un gran gesto de su parte, avisaré a las demás entonces. – Respondió esta, mientras se iba, la castaña estiró sus brazos.
- Menos mal el viaje terminó, ahora puedo volver aquí, a estar con todas.
- Parece que es lo que más le gusta ¿no es así? – Preguntó Enterprise.
- Claro, porque me gusta mucho hablar y divertirme con ustedes, deseo conocerlas mejor y ser una gran comandante, así de emocionada estoy – Respondió Jess con brillo en los ojos, Enterprise soltó una risa por debajo.
- Entiendo… es mejor que vaya a descansar, nos veremos luego comandante. – La peliblanca estaba por irse, hasta que Jess la sujetó de la mano. - ¿Pasa algo?
- Lo cierto es que igual tengo algo para ti, toma. – Le dejó algo, era un llavero de un avión de caza, eso sorprendió a la kansen.
- ¿Es para mí?
- Sí, quería agradecerte por haberme acompañado a la fiesta, así que vi este llavero que se parece a tus aviones de caza y lo compré ¿acaso no te gusta?
- … Para nada, estoy encantada. – La peliblanca puso una sonrisa genuina. – Muchas gracias comandante.
- … Jeje~ me alegra que te gustara, así yo igual pienso en ti bastante. – Respondió la castaña, Enterprise la vio fijamente, sintiendo como su corazón dio un pequeño brinco.
- Comandante, escuchamos que trajo regalos. – Ahí llegaron varias kansen a recibir de regreso a Jess, esta comenzó a saludarla y hablar con ella, Enterprise se quedó atrás viendo todo, pero más que nada, la mirada fija en su comandante.
- (Comandante… en cierto modo me alegra que piense en mí y quiera relacionarse conmigo… pero yo no puedo ser de la misma forma… porque tengo algo más importante qué hacer, y eso es pelear… por ella…)
Buenas, aquí tenemos el cap 5 de este fic, ya nos enfocamos en mostrar a otros comandantes de las demás naciones, esto será algo importante a futuro porque no es la última vez que los veremos, ahí tengo mis planes, igual mostré esas interacciones entre Jess y Enterprise, a pesar de todo, esta última aún tiene algo que la lastima, ya veremos más de eso en caps futuros, nos vemos en el próximo cap. Saludos.
