Dos días después del baile de los Matlock, los Darcy estaban desayunando mientras leían el periódico y discutían los chismes que había sobre el baile...
"Me gusta especialmente este comentario que alude a tu enorme sonrisa y risa. Algunas de las personas en el baile nunca te habían oído reír... Los compadezco. Me encanta escuchar tu risa, Fitzwilliam".
Elizabeth besó suavemente sus labios.
"Ummm, me gusta más este otro comentario que alude a lo hermosa que es la señora Darcy y ¡Qué enamorados están los novios!"
"Voy a tener que quejarme con los dueños del periódico porque falta un comentario que debería decir lo guapo que es el novio..."
El ama de llaves estaba en la puerta, mirando a su querido patrón y a su esposa con una sonrisa; Debatió por un momento si debía darles la tarjeta que esa horrible mujer le había dado unos momentos atrás. Al final, anunció que la señora Younge estaba en la puerta y quería hablar urgentemente con el señor y la señora Darcy.
Darcy se sorprendió mucho al escuchar el nombre del visitante no deseado, especialmente porque no había escuchado nada sobre esa mujer durante muchos años. Por lo tanto, le dijo al ama de llaves que no estaban disponible para recibir visitas y la señora Younge no era bienvenida en su casa.
Unos minutos más tarde, el ama de llaves regresó y le entregó una nota, diciendo que la mujer no quería salir de la propiedad e insistía que debía hablar con él sobre un asunto de gran importancia.
Leyó la breve nota y muy sorprendido se la entregó a Elizabeth para que la leyera. Posteriormente, le dijo a su ama de llaves que acompañe a la visitante a su oficina y no la dejara sola.
Durante los últimos ocho años, la vida de la señora Younge fue de mal en peor. Después de perder el puesto de dama de Georgiana Darcy y no conseguir otro puesto similar o como Institutriz, vivió unos años alquilando habitaciones en una antigua pensión de su propiedad. Pero una fría noche de invierno, por negligencia de uno de sus inquilinos, la casa se incendió y ella perdió prácticamente todo lo que poseía. Su situación era desesperada: se estaba muriendo de cáncer - un médico recientemente le dijo que le quedaba muy poco tiempo de vida y solo le quedaban las últimas 10 libras.
Tenía mucha culpa en su conciencia; ella sabía que no había sido una buena persona y se arrepentía de muchas cosas que había hecho en el pasado. Hacía unos días escuchó el rumor que el Sr. Darcy se había casado con una dama llamada Elizabeth Harrison, que anteriormente había sido Elizabeth Bennet.
Al principio el nombre le sonó familiar pero no sabía por qué; un par de días después, ella recordó el triste incidente de la muerte de Miss Lydia Bennet y Wickham.
Después de dudar, decidió contarles a los Darcy la historia completa de lo que había sucedido años atrás con Lydia Bennet. La familia de la señora Darcy merecía saberlo. Por lo tanto, pese a que estaba muy débil y le costaba caminar, esa fría mañana de enero hizo el gran esfuerzo por ir a la casa de Darcy, esperando que el caballero hablara con ella.
Y así, los Darcy y la señora Younge se reunieron a puerta cerradas en el despacho de Darcy. Darcy fue el primero en hablar. "Señora Younge, me sorprende mucho que usted se atreva a venir a mi casa después de todos estos años. Pero como su nota dice que tiene "noticias" importantes sobre el paradero de Lydia Bennet, hemos decidido escucharla. Diga lo que tenga que decir y no vuelva nunca a mi casa".
"No se preocupe señor Darcy, no volveré. Como puedes ver, estoy muy enferma" Suspiró. "Sé lo que le pasó a Lydia Bennet y quiero decirte la verdad porque eso aliviará mi conciencia antes de morir"
Darcy miró atentamente a la señora Younge; recordó que solo era unos pocos años mayor que él, pero el tiempo no había sido amable con ella. Tenía la ropa remendada y parecía muy enferma, lo que le hizo pensar que estaba diciendo la verdad. "Si no recuerdo mal, varios años atrás me dijo que no sabía el paradero de Wickham y Lydia Bennet. ¿Mintió en aquel entonces?"
"Sí, mentí, porque tenía miedo de las repercusiones que Wickham se enterara. Me crea o no, me arrepentí mil veces de no haber dicho la verdad".
Elizabeth miró a la señora Younge y a Darcy y finalmente interrumpió la conversación. "Estoy convencida que mi hermana está muerta, de lo contrario habría encontrado una manera de contactar a nuestra familia en todos estos años. Si quiere contarnos qué pasó con mi hermana para aliviar su conciencia, la escucharé."
La señora Younge suspiró y comenzó a contarles la triste historia de lo que le había pasado a Lydia Bennet...
"Después que Wickham se fugó con su hermana, lo primero que hizo fue contactarme porque necesitaba un lugar para quedarse por un tiempo. Como podrá imaginar, tenía muchas deudas, algunas de ellas deudas de honor, y también había sido descubierto en una situación comprometedora con la esposa del coronel de su regimiento. Aunque tenía una habitación disponible, opté por no ayudarlo, ya que no quería ningún problema con la milicia o acoger a un desertor en mi establecimiento. De allí se fueron a una taberna, donde a los pocos días el dueño los echó por no pagar. Algunos días después, Wickham me dijo que había tenido que dejar a Lydia en el establecimiento de Madame Darling, ya que algunos 'caballeros' querían matarlo y tenía que abandonar Londres inmediatamente. Tal vez en ese momento debí haberle dicho que enviara a Lydia de regreso a su casa, pero la verdad es que no me importaba la vida de esa joven." Suspiró y añadió: "Unos días después tuve la oportunidad de reunirme con Madame Darling. Me dijo que Wickham le había dicho que los padres de Lydia la habían echado de su casa hacía algún tiempo y ella era prostituta. Como era una joven muy bonita, la primera noche que llegó, Madame Darling ofreció a Lydia a uno de sus mejores clientes. El hombre, ella nunca me dijo quién era, pagó una gran suma de dinero y se encerró en la habitación con Lydia. La única cosa que sé es que Lydia no quería tener un encuentro íntimo con ese hombre y se peleó con él, por lo que el caballero la golpeó con fuerza. Al caer, Lydia golpeó muy fuerte la cabeza con un mueble. Debido a la conmoción, Madame Darling abrió la puerta con su llave maestra y encontró a Lydia medio desnuda en el suelo con un gran charco de sangre a su alrededor. Ella ya estaba muerta. Esa misma noche la envolvieron en sábanas viejas y la llevaron a las afueras de Londres, donde la arrojaron al río. No sé si encontraron su cuerpo. Lamento mucho no haber actuado diferente y así haber evitado su muerte."
Elizabeth escuchó la triste historia en completo silencio. Su hermana había sido egoísta y tonta, y sus acciones habían traído terribles consecuencias a su familia, pero ella no merecía ese tipo de trato, y mucho menos ese tipo de muerte. Le dio una mirada de disgusto a la señora Younge, quien podría haberle salvado la vida a Lydia si hubiera tenido al menos un mínimo de decencia y salió de la oficina.
El resto del día Elizabeth se quedó en casa con Darcy e Isabella; estaba muy triste y tal vez en el fondo todavía albergaba una ligera esperanza que Lydia estuviera viva. Esa noche, después hacer el amor, mientras Darcy acariciaba el cabello de Elizabeth, se preguntó qué habría pasado si hubiese podido rescatar a Lydia años atrás...
