IZON SHŌ
Kimi ni
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"Adicción, a ti"
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Anexo XI
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—Oh, por favor, Kagome. No.
InuYasha no podía creer que se hubiese dejado llevar a esta situación. No estaba en desacuerdo, aunque se sentía novedosamente extraño, después de todo ellos ya eran una pareja adulta y estar encerrados en un baño de la estación de trenes no era la mejor opción para…
—Oh, Kami —suplicó, en voz muy baja, con una mano hacia la puerta del estrecho cubículo y la otra en la pared contraria, mientras Kagome engullía su sexo sin miramientos.
La escuchó regurgitar acallando el sonido y la miró con detención. La imagen de la boca de Kagome, con los labios enrojecidos y llena con su erección, era una visión cargada de morbo y aunque InuYasha practicara el estoicismo en su corriente más extrema, sería capaz de evitar la sacudida de excitación que sintió por todo el cuerpo.
—Kagome —murmuró su nombre casi en un suspiro, que ella respondió con una mirada enfebrecida que lo agitó de deseo.
InuYasha resopló, agradeciendo la afortunada ausencia de personas en el lugar.
Por un momento se permitió pensar en la razón por la que Kagome lo había asaltado de este modo y en este momento, a minutos de la salida del tren que lo llevaría de regreso a Nakano.
Debía reconocer que, después de todo, se habían encontrado en una terapia de adicciones. Por entonces, ninguno de los dos había cuestionado ese asunto, ni el modo en que surgió la relación que ahora tenían. Kagome le había expresado sus emociones a través de un relato, sin embargo, ambos asumieron el amor y quizás había más que… El placer se instaló en primer plano y apartó los pensamientos coherentes de su cabeza. Alzó la mirada al techo, mientras le temblaban los labios de puro goce. En cuánto consiguió recuperarse débilmente de ese golpe de pasión, apartó las manos de los puntos de apoyo que tenía y sostuvo a Kagome por los hombros para que se pusiese en pie, ahora mismo necesitaba buscar bajo la pequeña falda plisada que llevaba. La escuchó emitir una negativa ahogada por la tarea que estaba efectuando, para luego sentir las manos de ella aferrarse a cada lado de su cadera.
Mierda —murmuró. La punta de su sexo hacía presión en la garganta de ella.
De pronto el calor, la humedad, los sonidos ahogados de la boca de Kagome y sus propios sofocados quejidos, fueron lo único que consiguió distinguir. InuYasha sentía que su vientre se tensaba y le dolía por la presión contenida que en cualquier momento iba a estallar.
En medio de la neblina de sensaciones escuchó voces entrando al lugar. Se tensó y sostuvo la cabeza de Kagome en un intento por detenerla. Sin embargo, ella no estaba dispuesta y lo mantuvo por la cadera con más fuerza. InuYasha se sacudió de ansia ante la determinación de ella y lo que en un principio fue un toque para detenerla, terminó convertido en un agarre que no le permitía apartarse de él.
En cuestión de un instante InuYasha se encontró temblando y oprimiendo los labios con fuerza para que no se le escapase ningún sonido que pudiese delatar lo que estaban haciendo. Su sexo se descargó en la boca de Kagome y casi perdió el conocimiento ante la satisfacción. Podía jurar que esta había sido la más intensa felación de su vida.
"Tren de las ocho y quince con destino a Kanazawa y paradas en Takasaki, Nagano y Nakano, efectuará su salida en el andén veintitrés."
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Continuará.
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N/A
No sé si tengo algo que agregar a esto xD
Gracias por leer y comentar.
Besos.
Anyara
