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Era temprano, demasiado temprano. La ventana que daba a la ciudad estaba empañada y, la única razón por la que no era atormentado por el frío mañanero, eran las tres frazadas que lo aplastaban y su gata, Kitty, acostada a los pies.

La primera alarma todavía no sonaba, en realidad, le faltaba, por lo menos, media hora para hacerlo. Agarró el teléfono de la mesa de noche, sabiendo que no volvería a dormir y apagó las tres alarmas mientras seguía intentando discernir en si eso era parte de un sueño o no.

Odiaba el cliché de iniciar una historia con el (la) protagonista despertándose, pero al menos se reconfortaba sabiendo, que él mismo, Todoroki Shoto, si podía darse el lujo de comenzar el monótono relato diario levantándose de la cama; Porque no se hallaba dentro de un Fanfiction.

Respondió los pocos mensajes de texto que le llegaron por la noche; Fuyumi, su hermana mayor, Izuku y Momo, sus mejores amigos. Tan pronto terminó esa vaga tarea en un estado entre la lucidez y el sueño, abrió la única aplicación que de verdad valía la pena.

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Hola de nuevo COLD_Fire

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Historias para ti:

· Bésame u ódiame Malec One-shot.

· Esclavo de la luna_Drarry Longfic.[1]

· Efímero sentimiento. _ Malec Longfic.

Efímero sentimiento. Capítulo Primero: Flores azucaradas.

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Kitty acabó por obligar a Todoroki a levantarse, a pesar de la renuencia inicial que terminó por ser aplacada ante la amenaza de un rasguño. Encendió el aire acondicionado y le dio de comer.

Una singular sensación amarga le llenó la boca. Aquel fic que encontró de una de sus parejas literarias favorita, no solo se hallaba inconclusa, sino además que el/la escritor(a) lo dejó con la intriga en la mente y lo desanimó el saber que la última actualización de la novela fue hecha en el año 2015.

Una pena… Shoto leyó la fecha en el calendario del teléfono, chasqueando la lengua al ver el año 2019.

No iba a actualizar.

Puso la cafetera y se fue a duchar. Lidiaba con la complicada relación con su aspecto, colocándose tanta base de maquillaje como fuera suficiente para cubrir la inmensa marca de nacimiento que le relucía en el ojo izquierdo y se ponía una lentilla para ocultar la heterocromía. (Detalle, que aunque le gustaba de sí mismo, llamaba mucho la atención, recordándole etapas del pasado que buscaba sepultar).

Tal vez ese aspecto hacía de su vida un poco "arriesgada". Aunque la gente se limitaba a pensar que era un chico más tratando de imitar a los idols: con el cabello de doble tonalidad (a pesar de que era natural).

Para cuando acabó aquel sagrado ritual, de ocultarse a sí mismo; se encontró con la taza de café servida y templada.

Los gustos de Shoto eran sencillos y mundanos; el café, los gatos y las jornadas lluviosas. Ese día se cumplieron aquellos tres caprichos favoritos lo que lo hizo pronosticar una buena mañana; el problema que le vio al asunto fue que debía prepararse para irse a la universidad.

Se sentó en el escritorio, con la laptop encima y revisó si tenía tarea pendiente que hacer, sin embargo, siempre terminaba el trabajo el mismo día que se lo daban, de esta forma, no se le acumulaba nada.

Kitty se subió encima de las piernas de Shoto y decidió que no estaría mal comenzar a aprovechar el tiempo en algo más… interesante.

Él no era el protagonista de ningún relato, porque él era el encargado de crear las historias.

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«La mano rozó con la del brujo encima del libro. Las orbes felinas de Magnus se clavaron en él y Alec no tuvo mayor remedio que quitar la mano mientras trataba de controlar el sonrojo que le subió hasta las mejillas.

¿Entonces que has encontrado? —cuestionó Alec, sin poder seguirle el ritmo a la presión que Magnus ejercía sobre él—. Dijiste que has estado investigando.

Que un cazador de sombras y un brujo no deben estar juntos.»

De: Una prohibida relación, capítulo 14, por COLD_Fire, publicado en septiembre de 2018.

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La facultad de letras era el edificio más inmenso del campus. Todas las mañanas, pasaba por el departamento de artes, que no era ni una cuarta parte del tamaño del edificio principal de letras.

Shoto estudiaba leyes, era el mejor estudiante de la generación por tercer año consecutivo, no obstante, después de pasar el primer semestre dentro de la carrera, se dio cuenta de que no era para él. No gozaba de la vocación, mucho menos el bizarro gusto por discutir, pero sí la presión. Su padre, Todoroki Enji, deseaba que si no era un ingeniero o médico, debía ser abogado.

Eran las únicas tres posibilidades.

Al menos le gustaba leer y escribir; con dieciocho tuvo que abandonar el sueño de estudiar una licenciatura en literatura y comenzar a creerse el cuento del futuro.

—No voy a desperdiciar la oportunidad de que te vuelvas alguien de verdad, Shoto —le dijo Enji—. No perderás el tiempo leyendo cuentos de hadas, si quieres hacerlo, hazlo cuando tengas el título.

Lo recordaba bien. Esa molesta plática.

Cada mañana se maravillaba de las flores que rodeaban el parque, de las pinturas de los alumnos de artes que se exhibían en la entrada principal y los ventanales que dejaban ver la inmensa biblioteca. A la entrada de la facultad de letras vio a su amigos; Izuku, con su novia Uraraka, y Momo, que se mantenía esperándolo, haciendo un mal tercio.

Solo Momo, estudiaba lo mismo que él. Izuku, en cambio, era un amigo desde la preparatoria, donde conoció a Uraraka. Ambos iban en la misma carrera (Educación Física), Vivían juntos, les gustaba la comida china y compartían gustos similares, en palabras sencillas, fueron creados el uno para el otro y pronto iban a celebrar su cuarto aniversario de noviazgo, demostrando en eso que no querían ni siquiera intentar conocer a otra persona.

Momo era un año menor que Todoroki y, como él, era la mejor alumna de su propia generación; además de coincidir en un par de clases.

Esos eran sus únicos tres amigos. Un grupo pequeño que no necesitaba ser ampliado. Siempre iban los cuatro a comer, quedaban al final del curso en la casa de alguno y ya no salían a fiestas porque no eran estudiantes de primero (algo que Todoroki, como amante del silencio, agradecía).

Observaba a sus amigos conversar entre ellos; por alguna razón siempre lo esperaban y Todoroki continuaba preguntándose que era lo que lo hacía a Él especial, si casi nunca aportaba algo a la plática. En realidad, escuchaba para poner en boca de los personajes algunos de los diálogos que le llamaban la atención.

A la entrada del departamento de Derecho, Izuku y su novia se despidieron de ambos, yéndose en dirección al gimnasio.

Fue en la entrada de la biblioteca, que un chico salió apresurado con un par de libros entre los brazos. Tanto él como Todoroki chocaron, cayendo ambos al suelo, con los libros desparramados alrededor.

Qué cliché, fue lo primero que pensó Todoroki, luego se percató de que chocó con otro hombre y que le dolía el trasero por la caída.

—¿Estás bien? —preguntó Todoroki, poniéndose de pie. Vio al chico un instante y no lo reconoció. Lucía un desafiante y (demasiado) alborotado cabello rubio que contrastaban con el par de ojos afilados que examinaban a Shoto de pies a cabeza—. Fue una fuerte caída.

Aquel chico apartó la mano que Todoroki le tendió, se incorporó sin ayuda y recogió los libros. Antes de irse, exclamó:

—¡Vete al diablo, Mitad-Mitad!

Tanto Momo como Todoroki se quedaron sin saber qué decir. Shoto se quedó viendo al chico rubio hasta que lo perdió. Sin siquiera notarlo, una sonrisa se posó en los labios.

Tuvo el presentimiento de que algo muy bueno iba a pasar.

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"Harry odiaba a Draco y Draco odiaba a Harry. Desde que se conocieron, ese hecho marcó su turbulenta relación.

Por eso mismo, cuando ambos chicos chocaron uno contra el otro, por una torpe acción, se quedaron un largo instante sin saber qué hacer.

¿Debian ser amables con el otro? ¿O debían comenzar a echarse la culpa el uno con el otro? Tal vez debían comenzar a ordenar las cosas que quedaron repartidas en el suelo.

Pese a todo, se quedaron ahí, en el piso, hasta que los amigos de cada uno le hicieron recuerdo de que seguían siendo enemigos."

De: Un desafortunado accidente, por COLD_Fire, publicado en marzo de 2017.

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Dejó los libros encima de la mesa del chico. Era lo suficiente rubio como para destacar entre medio de una multitud y forzaba tanto el cejo que llegaba a dolerle la cabeza. El chico lo miró un segundo, hasta que lo reconoció.

—Hola —saludó Todoroki, con aquel tono neutral de siempre— ¿Me recuerdas? Soy el chico que mandaste al diablo hace unas horas.

El chico dejó de preocuparse por los apuntes, alzó una ceja y dejó escapar un suspiro molesto.

—¿Y por qué no te quedaste ahí? —respondió dejando el lápiz en medio del libro para marcar la página.

Puso encima de la mesa la bolsa de papel con comida dentro y mantuvo el contacto visual con el chico rubio, quien no paraba de analizar cada uno de los metódicos movimientos de Todoroki.

—Porque me dio hambre. —Abrió la bolsa, sacando de dentro un gran sándwich que por los costados se le salían hojas de lechuga y algunas rebanadas de tomates—. Como puedes ver, a la cocinera de la cafetería le agrado.

—Estúpido —aseguró, retomando el trabajo— Te puedes ir largando, antes de que apestes toda la biblioteca y hasta los libros queden con olor a carne, señor, helado de frutilla.

Extendió una servilleta sobre la mesa y dejo encima el generoso emparedado.

— ¿Tienes agua? —preguntó Todoroki, siendo ignorado por completo—. Esto… ¿Cuál es tu nombre?

— ¿Qué te importa?

—Quiero saberlo. —Agarró la comida y le dio un mordisco. El estómago le bailó de felicidad al sentir como era alimentado tras pasar horas sin bocado—. Para cuando me vaya al diablo, le diga que tú me mandaste.

En realidad, Todoroki quería saber el nombre para dejar de llamarlo, dentro de la cabeza, como "Chico Rubio".

—Eres un caso, imbécil. —Todoroki agradeció con la cabeza al recibir la botella— Y no hables con la boca llena, es desagradable —reclamó el chico, a lo que Todoroki contestó bebiendo de la botella hasta saciarse—. Bakugou Katsuki, es una molestia, señorito Todoroki Shoto.

Esa desafiante actitud (como si siempre buscara pelea) era, sin duda alguna, de las cosas que le llamaron por completo la atención. Todoroki se quedó un rato con los ojos fijos en los cuadernos del chico, todo eran cálculos de los cuales no poseía noción de que existían.

—Así que me conoces ¿Eh? —sugirió Todoroki, limpiándose la boca con un pañuelo olvidado que saco del bolsillo. Le resultaba demasiado extraña esa sensación de tranquilidad tan amena al conversar con un desconocido, es decir, como introvertido de primera le tomó alrededor de diez minutos el mentalizarse para comenzar la plática.

Le pasó una única vez en el pasado, por lo que sin dudarlo, era casi un logro el que Bakugou hubiese logrado el mismo efecto.

— ¿Quién no te conoce? El saberlo es inevitable, viene como costo adicional al arancel. «Recuerda que Todoroki Shoto estudia derecho y está buenísimo». —Ambos rieron por lo último—. En cada pasillo hay chicas que desearían que tú te sentaras en la misma mesa para comer un maldito emparedado, mientras mencionan lo "Fantástico" y "Maravilloso" que eres.

Todoroki era consciente de la viva popularidad que ostentaba, pero el oírlo en voz alta era algo que lo dejaba abochornado. Odiaba esa plana personalidad que todos le adjudicaban, él era mucho más que un rostro bonito.

O eso le gustaba pensar.

—Yo no soy de esa forma —Bakugou levantó una ceja al oírlo y bufo incrédulo—. Les ponen palabras a mis acciones.

—No te queda ese papel de humilde personaje secundario —declaró Bakugou, escribiendo una ecuación en la calculadora científica—. Te lo juro, escucharte decir eso me pone enfermo.

—Gracias… Supongo.

Bakugou estudiaba contaduría, y en el momento en que Todoroki almorzaba, él resolvía una complicada tarea de contabilidad. Conversaron hasta que Shoto terminó de acostumbrarse de los constantes insultos que Katsuki decía por oración. En realidad, el planteaba las preguntas que Bakugou se encargaba de responder.

Cuando Bakugou terminó de resolver el trabajo, y ambos chicos salieron, antes de despedirse, Todoroki detuvo a Bakugou que ya estaba dispuesto a irse.

—Tu botella —Se la extendió, pero Katsuki hizo una mueca burlesca de vómito y se la devolvió.

—No quiero una botella con restos de chimichurri en ella. Gracias.

Se quedó ahí, plantado frente a Bakugou sin saber qué decir. Nunca tomaba la iniciativa y todo apuntaba a que, si no quería perder la oportunidad de hacer buenas migas con Katsuki, debía romper ese paradigma por primera vez en su vida.

—Dame tú…

—Mi número —completó Bakugou, sacando un teléfono bastante modesto del bolsillo del Jean.

—Te daré un motivo del cual hablar cuando te compre una nueva botella —explicó Todoroki, intercambiando números con Katsuki.

—No me interesa una maldita botella.

—No me gusta deberle a la gente cosas.

—Lo que sea.

Se despidieron y se fueron por lados distintos. Con Todoroki seguro de que, por el resto que quedaba de día, nadie amas sería insultado por el mal humor de Bakugou.

Abrió el paraguas para irse a casa, pero se dio cuenta de que dejó de llover.

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"Los relatos Fanfiction son historias creadas por fans y para fans, que toma como base el trabajo original de otra persona, para realizar una nueva situación o problemática que no aparece la obra verídica.

Esta ola de Fanfiction, se ha mostrado en aumento durante el último siglo, ya que son múltiples las plataformas que permiten a distintos miembros de comunidades, a publicar fic sin problema.

Lo que antes se debía hacer a través de correspondencia escrita a mano por club de fans de distintas pequeñas comunidades, ahora ha pasado a volverse un fenómeno a nivel mundial."

Rescatado de: La nueva subcultura Online, Copyright página "Fandoms" publicado en 2015.

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La vida de Todoroki no era emocionante, él lo sabía e incluso la persona que está leyendo esto se dará cuenta de que, ni con un flujo narrativo correcto, lograremos hacerlo atractivo.

Aun así, a Shoto le gustaba idealizar la vida.

Dejó la mochila en el piso y sacó los textos para poder terminar la tarea lo antes posible. En el escritorio mantenía lo indispensable, como en el resto del piso. Odiaba tener demasiadas cosas y demorarse más de una hora limpiando.

Por pereza de decorar, decidió catalogarlo como "minimalista".

Al terminar (¡por fin!) de hacer la tarea, revisó el celular para leer las notificaciones. Decidiendo llamar a Fuyumi para darle leves señales de vida.

—Hola Fuyumi.

—¡Shoto! Hola, ¿Cómo estás? ¿Ya cenaste? —preguntó Fuyumi ansiosa. De fondo se alcanzaba a escuchar el sonido de la televisión encendida en un programa de variedad sinsentido—. ¡Kenji! ¡Bájale a la tele!

—Yo estoy bien, ahora iba a comer. ¿Cómo están las cosas por allá?

—Muy bien —aseguró. Ahora que ya no se oía la TV, pudo escuchar los leves llantos de un bebe—. ¡Kenji! Espérame un segundo Shoto.

Escuchó como Fuyumi le pasaba el teléfono a Kenji e iba corriendo a atender a su hijo. Shoto, sin saber muy bien que decir saludó algo nervioso.

Kenji era el esposo de Fuyumi, llevaban cinco años de casados y su sobrino, Hiroshi, recién aprendía a caminar. Shoto no albergaba duda alguna de que Fuyumi y Kenji eran felices en el momento en que Hiroshi se iba a la cama.

—Fuyumi me ha dicho que vas por el premio anual otra vez —mencionó Kenji, en un tono de voz poco interesado—. Felicitaciones.

En esas breves interacciones, se demostraba la complicada relación que Shoto conservaba con su cuñado. No se detestaban, aunque desde que Kenji se comprometió con Fuyumi, que no mantenían una conversación en condiciones.

—Gracias… —suspiró, aguardando el tiempo necesario para que volviera a escuchar la TV—. No va a regresar ¿verdad?

—Estos últimos días, Hiro ha tenido problemas para dormir. Llámala en un rato.

Cortó la llamada y se quedó un minuto con el teléfono en la mano. Buscó el contacto de Bakugou y se quedó debatiendo en si mandarle o no un mensaje.

18:56 p.m. «Hola soy yo, el que mandaste al diablo. Escríbeme cuando puedas»

Esperó hasta que el mensaje fue leído.

«Te llamo en un par de horas» Katsuki 18:58 p.m.

Dejó el celular a un lado y encendió la computadora, decidió darse por fin el tiempo de comenzar a responder los mensajes recientes de su cuenta de Fanfiction y publicar uno de los capítulos que conservaba en reserva, ya listos.

Recordaba que ese tema de los fic comenzó en el penúltimo año de instituto. Con los diecisiete recién cumplidos, y tras darle una oportunidad a la saga de libros favoritos de su novio (en secreto) de aquel entonces, sin saber que eso lo sumergiría en un abismo del cual no saldría.

Tras devorarse esos libros, sintió las ansias de continuar leyendo. Llegó a cazadores de sobras, seguido por Harry Potter. Toda esa genialidad que encontró en los universos creados por otra persona se convirtió en una obsesión por los supuestos canónicos. Para acabar llegando a los fan art y terminar en el mundillo oculto de los fanfic.

Lo que en un principio fue mera lectura, acabó por convertirse en su pasatiempo favorito: la escritura.

Esa era, sin dudas, la forma favorita que poseía para escapar de todo. De todos. En ese tiempo leía libros enteros de una sentada, y así huía de los problemas que acontecían alrededor, que eran más de los que un chico de diecisiete debería lidiar.

Y tal parecía, que lograba hacerlo lo suficientemente bien, como para que lo leyeran miles de personas. Su trabajo reciente ya iba por las cincuenta mil vistas, faltándole poco para el esperado final.

En los años que llevaba en la plataforma, logró cultivar un amplio grupo de lectores fieles que, sin importar la pareja del fic, ellos lo leerían. Eso le motivaba a seguir escribiendo cada día. Saber que lo que quería contar, si valía la pena.

Terminó responder el último mensaje, justo en el momento en que Bakugou lo llamó, percatándose de que ya era el cuarto intento.

—Vaya, después de tantos intentos de llamarte —exclamó Bakugou, se le notaba un poco irritado, pero Todoroki todavía no diferenciaba si ese era el tono de voz natural o el estado emocional—. Pensé que te habías muerto o algo por el estilo.

— ¿Querías que estuviera muerto?

—Sí, es probable que me hubiese reído.

—Jódete Bakugou.

Katsuki, hizo algo que sonó como una risa, pero se escuchaba como un bufido.

— ¡Oh! —Fingió una muy falsa sorpresa, haciendo un leve alboroto—. ¡Tenemos que llamar a la prensa! Señorito perfecto acaba de insultarme, al parecer voy a tener que ir a terapia colectiva, para recuperarme del shock.

—Bakugou…

—No me hables ¿No escuchaste? Estoy en S-H-O-C-K —Deletreó y repitió, en exceso lento—. Espera me voy a envolver en una manta para dejarlo claro.

Un segundo de silencio, antes de que los dos estallaran en una risa estridente.

Colgaron ante la mención de Bakugou de que debía lavar los platos. Todoroki suspiró reanimado y se dio cuenta de que la hora de la cena se le pasó.

Al final recordó que vivía solo y podía pedir algo a domicilio.

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«Él era magia pura, cada fibra del cuerpo destellaba algo mágico, tal vez un sentimiento o un latido. Alec era consciente de esto, que lo que trataban de formar era incorrecto, pero la maravilla de la magia era que no se lograba explicar de forma racional.

Decidió que se entregaría a lo extraordinario por primera vez.»

De: Lo nuestro es extraordinario, prologo. Por COLD_Fire, publicado en junio de 2014.

Blasty_23: Dios mío, esto es increíble. ¡Adoro tu forma de escribir! Seguiré leyéndote. (08 junio 2014)

COLD_Fire:Muchas gracias, por tu comentario. ¡Me has alegrado el día! (08 junio 2014)

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—No te presiones.

—Lo sé.

—No te olvides de comer.

—Lo sé.

—Las ocho horas de descanso son innegociables, Shoto.

—Ya no soy un niño, sé cómo cuidarme, Fuyumi.

—Lo hago porque te quiero.

—Si… Yo también te quiero.

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"Se paralizaron al escuchar como la puerta se abría. Como pudo, Sirius saltó de la cama de Remus, con el pelo desordenado, mientras Lupin se abrochaba de mala manera los botones de la camisa escolar.

Oye, Canuto ¿sabes dónde dejaste el mapa? —preguntó James, mirando a los chicos antes de ladear la cabeza y comprender al instante—. ¡Oh! ¿Se están probando ropa? ¡Yo también quiero! ¡¿Dónde está tu chaqueta de cuero?! ¡He esperado por este momento desde que llegué al colegio!"

De: James, ¡No seas entrometido!, capítulo 4; Por COLD_Fire, publicado en noviembre de 2017.

[1]Autorreferencia, porque es mi fic jajja. Esclavo de la luna, un fic donde exploro a Draco Malfoy hombre lobo. ¡Actualización semanal cada miércoles! Puedes encontrarla en mi perfil 😉.