Jueves.
Al día siguiente, aunque era de día, Mai tuvo pensamientos un tanto espeluznantes en la sala de conferencias. Nadie habia llegado todavía. Estaba esperando que todos aparecieran.
La puerta se abrió y penso que finalmente habían llegado. Cuando se dio vuelta, fueron Haruna y Shigusa quienes miraron hacia adentro.
— ¿Eh? ¿Estás sola? — inquirió Haruna un tanto sorprendida, entrando a la salón.
— Nadie ha llegado todavía.— se sintió aliviada al ver a sus senpais . Eso no apareció en esta sala. Aunque me dije a mí misma que estaba apuntando a Naru, todavía no estaba segura.
— Ese Naru, es un explotador, nos hace venir temprano y el todavia no llega. — se quejó la azabache tomando asiento.— Oye Mai..
— ¿Ya desayunaste? — preguntó Haruna al notar que Shigusa se veia incómoda de oreguntarle. Ante esto Mai solo pudo parpadear.— Si no te importa, ¿te gustaría comer con nosotras?
— No traje mi desayuno. — admitio llevando una mana a su cabeza apenada
— Eso pense.— Haruna le tendió algo envuelto con una servilleta.— Shigusa hizo tu parte ~"
— ¡Eeh, de ninguna manera! Estoy tan feliz ~.— chillo, con los ojos llorosos mirando a la oji ambar.
— Bueno, hablamos de que no parece que estés comiendo bien, así que pensé: " Tal vez haga un almuerzo extra hoy ".— mascullo La azabache tambien un tanto apenada.
— Estoy tan feliz~…Perdón por siempre molestarles.
— No es nada. — negó.
— Te prepararé el almuerzo mañana. — le sonrió Haru.
—…Eso no es bueno.
— Está bien. De todos modos, Mai-chan es nuestra hermanita menor.— dijo Haruna mientras desempacaba su desayuno, no notando los ojos acuosos de Mai hasta que fue demasiado tarde y sentio la pequeña figura de chocar contra ella en un fuerte abrazó.— ¿Mai?
— Arigatou, Haru-senpai, Shigusa-senpai. — murmuro.
— Es un gusto Mai...
Luego de este episodio, el trio procedio a desayunar en paz; aunque de vez en cuando se podia escuchar a Mai burlarse de Shigusa, lo cual resolvia la mencionada propinandole un leve golpe en la caveza, lo que hacía que Mai la denunciará con Haruna y al final Shigusa era la que terminaba regañada.
Las tres desayunaron agradablemente y luego hablaron de tonterías mientras tomaban té. Fue entonces cuando finalmente llegó Naru y Lin-san lo siguió.
Los buenos dias por partes de las chicas no se hicieron esperar, a lo que ambos hombres solo respondieron con cortos monosílabos o en caso de Lin con un leve asentimiento.
Frios bastardos. pensaba Shigusa con un tic en su ojo.
Naru se dejó caer en una silla.
— Mai, té.— le oyeron decir.
Al prepararle el té y entragarselo Mai notó que sus ojos estaban un poco rojizos.
— ¿Que sucede? tienes los ojos rojos. — mencionó, a lo que el chico giro el rostro.
— Estuve mirando a esa cosa toda la noche.— informo.
— "Esa cosa"…te refieres a..
— Sí. Tu intuición era correcta. Anoche apareció en mi habitación.
Lin-san miró a Naru como si fuera la primera vez que oía hablar de eso.
— Deberías haberme llamado.
— Crei que desviar la mirada sería problemático Así que me quede mirandola fijamente toda la noche.
Este tipo.. ¿porque habla como si no fuera nada? penso irritada Shigusa.
— Debiste hebrme llamado.— a Haruna no lenoaso desapercibido el tono molesto de Lin.
— Sí, bueno…tenía un poco de curiosida... queria ver que sucedería.
— Naru, si algo hubiera ocurrido, ¿qué pretendías hacer?
— Bueno, por supuesto, si la situación empeorara, te llamaría. Pero no llegó a eso…
…Qué raro. Pensaron las chicas mirandoles, Naru y Lin estaban teniendo una conversación personal. Me pregunto qué hizo que este último se sintiera ansioso y que Naru se sintiera un poco impaciente. reflexionó Mai.
Llamándolo de la nada:
—¿Oye, Naru? — Intento decir lo que molestaba.— no pudo ser Kasai-san, ¿verdad?. Quiero decir, las maldiciones y esa habilidad PK o como sea, requieren mucho poder, ¿no es cierto?
— Es PK-LT.— Naru parecía desconcertado. — y es cierto, no es posible que pueda maldecir a un gran número de personas de esta manera. Sin mencionar que está el hecho de que los espíritus están apareciendo donde están sus víctimas…
— Aquella vez Kasai-san no pudo ni doblar una cuchara.— murmuro alejandose de el. — oye Naru, lo de maldecir con muñecos de paja y cosas así, no funcionan, ¿verdad? — pregunto, llamndo la atencion de su senpais.
— Según los rumores, los psíquicos superiores son lanzadores de hechizos superiores, pero… eso probablemente no sea cierto. Cuando uses un muñeco de paja, tendrás que clavarle un clavo.
UH Huh. Eso es cierto.
— Después de todo, debería ser doloroso en el lugar donde clavaste el clavo, ¿verdad?
—…Sí. Casos como los espíritus que aparecen debido a muñecos de paja son..— comenzó Naru, pero se sobresaltó. Se volvió hacia Lin-san; este último también parecía como si le hubieran dejado sin aliento.— Lin…
— Si, es una posibilidad.
— Pero eso seria terrible para la persona.— mascullo Haruna, a lo que ambos asintieron.
¿Eh? ¿Qué es? Los examinó a los tres. De qué están hablando?
Volteo a ver a Shigusa para preguntarle si entendia de lo que hablaban y se encontró con la seria mirada de la azabache.
— ¿Por qué no me di cuenta de esto antes?
— Um… Hola, ¿estás ahí? — Pregunto y Naru la miró.
Cuando estaba a punto de decir algo, escucharon muchas pisadas.
Fue la llegada del grupo de psíquicos.
—Lo siento~.—Ayako comenzó a explicar mientras entraba.— Este monje depravado me ralentizó.
Bou-san fue a recoger a Ayako y a los demás y los trajo aquí con su coche.
Bou-san frunció el ceño.
— No es sólo culpa mía. Es porque Masako se quejaba de que no queria venir…
Ante su mirada reprensiva, Masako dijo: No quiero venir aquí y ser inútil.
Ella todavía está de mal humor.
— Incluso Matsuzaki-san se tomó tiempo para maquillarse…
— Es la forma en que una mujer se arregla.
—Deberías haber terminado de arreglarte antes de que viniéramos a buscarte.
— Estás bien. Después de todo, no necesitas maquillaje ni nada parecido. Pero soy diferente a una joven como tú.
— La diferencia está en la crudeza. ¿No has pensado que te has pintado la cara de uno o dos centímetros de espesor?
— ¡¿Qué fue eso?!
Con su voz fría, Naru reprimió a los dos que se miraban fijamente.
— ¿No pueden ustedes dos simplemente dejarlo? — Sus ojos eran escalofriantes y acerados.— La situación actual ya está clara. —declaró, y todos abrieron los ojos.
—…¿Qué dijiste?
Cuando Bou-san avanzó, Naru dijo:
— Dije que sé lo que está pasando en este lugar.
Todos guardaron silencio.
— Es una maldición.
…¿Una maldicion?
— Existe un método, y esta funcionando con éxito sobre la gente de esta escuela. — declaro, levantandose de la silla.
— ¿Hablas en serio?—interrumpió Bou-san confundido.
Con voz dudosa, Ayako también dijo en voz alta
— Pero, ¿cual es la conexión entre las maldición y los espíritus?
— Es un método para maldecir que requiere clavar agujas en un muñeco, similar a una efigie de papel. — comenzó. — es algo que se originó en el Onmyoudou. Lo explicare de firna sencilla para que Mai entienda.— Shigusa solto una pequeña risa al ver la mueca irritada que izo Mai. — El Onmyoudou tiene un método para maldecir llamado "Enmi". Requiere poner una maldición en un muñeco con forma humana o en algo que pertenezca a la persona que desea maldecir; clavar agujas en un muñeco, de alguna forma también es " Enmi". Estos muñecos solo pueden transportar el odio de la persona que clava las agujas, pero no pueden causar daño físico.— admitió.— las personas que realizan las maldiciones, los Jyusha, hacen un ferviente pedido a un dios o un espíritu a través de estos muñecos para que maldigan a alguien hasta la muerte.
— ¿Maldecir hasta la muerte? — murmuro Mai.
Naru inspeccionó a todos.
— El dios o el espíritu puede aceptar este pedido, y llevar a cabo el deseo de asesinar a alguien. Asi, los Jyusha pueden hacer uso de Enmi para atraer dioses o espíritus, incluso espíritus malignos, para que realicen su pedido.
— ¿Entonces dices que el pupitre maldito, la mano que atacó a Yoshino-sensei, y esa mujer que descendió del techo, son el resultado de un espíritu maligno? — inquirió Mai, un tanto perturbada por lo que escuchaba.
— Alguien debe haber utilizado Enmi en las personas involucradas en esta escuela. — asintió Naru. — aquellos que habian sido malditos, fueron visitados por un espíritu maligno de algún tipo; como sea, el espíritu maligno no tiene la habilidad para matar a alguien en una sola noche. Solo tiene poder para torturar a estos individuos, hasta que finalmente buscan su propia muerte. — declaro desviando su mirada hacia la mesa.
— Es por eso que constantemente suceden hechos extraños en esta escuela.— admitió John, comprendiendo por fin la situación.— supongo que los individuos muy sensibles han de verse afectados de alguna forma.— espeto con seriedad.
— Es cierto. — corroboró Naru. — un caso extremo seria esa chica que creía estar poseida por un zorro maligno.— izo que Mai y las mayores recordaran a la chica que les describió Miura-san. — es por eso que tal intranquilidad apareció en esta escuela.
—…Lo entiendo.— Bou-san gimió. Luego, inclinándose hacia adelante, preguntó.— ¿Quién diablos seria capaz de hacer algo asi?
Le había preguntado a Naru, pero fue Masako quien respondió:
— ¿No es obvio? debe ser Kasai-san.
— E-espera un momento..
— Yo opino lo mismo.—Ayako meneó la cabeza.
— ¿Tambien Ayako?
— Después de todo, ¿no fueron puestas en duda sus habilidades psiquicas?. Incluso la profesora que la defiende es tratada con frialdad. — declaró, lo que izo a Mai acordarse de como algunos estudiantes habian criticado a Ubusuna-sensei pir proteger a Kasai. — ¿no es debido a eso que dijo que los maldeciria hasta la muerte? — inquirió.— debe haber llevado a cabo lo que dijo.— declaro con confianza.
— ¡Kasai-san no hizo eso! — Gritó Mai sin querer.
— Ooh, ¿por qué no? ¿Hay alguien más que lo haría?
— Kasai-san no es ese tipo de persona. Ella no haría eso.
— Bueno, como dicen, las apariencias engañan.
— ¡Ella no es así!Ni siquiera conocen a Kasai-san. ¡Quizás alguien más lo hizo! Probablemente hay muchas personas que guardan rencor contra profesores y estudiantes.
— ¡Mai! Ayako por favor. — les interrumpió Haruna, mientras que ella y Shigusa sujetaban a una agitada Mai.
—… Bueno, llama a Kasai-san. Si la interrogamos detenidamente, ¿no se aclarará todo? — Ayako dijo claramente.
— Oye, anciana. — comenzó Shigusa.
— No te dejaré hacer eso.
— Mai, ¿quieres calmarte? no me obligues a golpear te. — amenazo Shigusa, mirando entre confundida e irritada a su kohai.
— Es sólo que no puede hacer eso. ¿Vas a detener a Kasai-san sin ninguna prueba sólo porque tiene un motivo? ¡Ella ya está sufriendo debido a las severas críticas sobre sus problemas de capacidad psíquica! — brano molesta la de cabellos cortos.
La primera vez que la conocí, todo el cuerpo de Kasai-san estaba nervioso por la desconfianza de los demás.
Aunque finalmente se había calmado un poco, ¡algo así podría volver a suceder!
Naru le miró.— Pero Yoshino-sensei fue quien con más afan negó sus habilidades, y ahora esta hospitalizado tras un accidente.
—…Pero estás equivocado
— ¿Puedes estar seguro de eso? Si la dejamos en paz, alguien podría terminar muerto, ¿sabes?
…De ninguna manera. Bajo los ojos. Cuando dice algo así, no puedo decir que esté completamente equivocado…
En ese momento, una imagen cruzó por su mente. No podría describirlo muy bien. Era una especie de sombra de color. Tenía la sensación de que esa cosa no identificada le decía claramente "No".
Levanto la cara y le devolvío la mirada directamente a Naru. Había espíritus como había pensado. Naru estaba siendo el objetivo como había pensado. Creeria en sí misma.
— No es Kasai-san. Estoy segura de eso.
Ayako y Masako estallaron en carcajadas sarcásticas.
— ¡Te ves estúpido!
— Uan palabra mas y no me responsabilizó de lo que les pase. — Shigusa les regalo una fria sonrisa mientras se colocaba frente a Mai. Ambas psíquicas de inmediato hicieron una mueca, una cosa era molestar a Mai, pero fastidiar a la mayor no las beneficiaba en nada.— Y tu Naru, deberias darle el voto de confianza a Mai esta vez. — declaró con dureza mirandole.
Los ojos negro azabache de Naru le devolvieron la mirada; dirigiendola luego hacia Mai.
— ¿Estás seguro de eso?
— Si.— asintió esta con firmeza.
— ¿Es tu intuición otra vez?
— Sí, lo es.—…¿Tiene alguna queja? falto decirle.
Inesperadamente, los ojos de Naru se suavizaron.
— Muy bien. Te creeré.
—…¿¡En realidad!?
— Te debo mucho esta vez, así que pondré mi fe en ti. Por ahora nos conformaremos con la hipótesis de que Kasai-san podría no ser el culpable, y buscaremos al mismo culpable.
…¡Hurra! ¡Gracias!
Ayako y Masako parecían disgustados.
— Naru, ¿hablas en serio?
— Por supuesto.
Masako parecía aún más disgustada que Ayako.
— Alguien podria resultar muerto.
— Soy consciente de eso. No podemos dejar la maldición en paz. Lin y yo buscaremos al perpetrador. Quiero que todos los demás busquen las muñecas.
Todos se quedaron sin palabras.
— ¿Qué?
— Hay dos maneras de romper a Enmi ; o le devolvemos la maldición al lanzador de hechizos, o buscamos la muñeca usada para Enmi y la quemamos. Como regla de Enmi , uno debe enterrar la muñeca cerca de la persona maldita, como por ejemplo: En su casa o lugar de trabajo. Si el culpable está relacionado con esta escuela, entonces es muy probable que las muñecas estén en las cercanías.
— ¿Y a quién tendrás buscándolos? ¿A nosotros? Bou-san parecía cansado.— ¿Qué tan vasto crees que son los terrenos de la escuela? Si incluyes el sitio de construcción planificado para el centro de estudiantes adyacente, ¿sabes qué área tan grande es? ¿¡Estás diciendo que deberíamos excavar todo el lugar para eso!?
— Al menos, el culpable debe haber enterrado una muñeca mía el segundo o tercer día. Creo que sabremos si todavía está enterrada más tarde.
Bou-san miró a Naru con resentimiento.
Naru le devolvió una mirada gélida.
— ¿Qué tal si te vas a casa si no quieres hacerlo?
— …Lo haré. Lo haré, ¿vale? —Bou-san se encogió de hombros.
Naru se volvió hacia Lin-san y hacia Mai.
— Empecemos. Ven conmigo.
Lin y Mai seguieron a Naru que caminaba delante de ellos. Hay un silencio sepulcral en el edificio de la escuela donde habían comenzado las clases de la tarde.
— ¡Naru! ¿Adónde vas? — le interrogo Mai. 1
— Hay algo que quiero comprobar. —fue su breve respuesta, y se dirigió al salón de clase 2-5.
En este momento, la clase 2-5 de Taka aparentemente se había transferido durante el horario escolar. El aula estaba desierta; desatendido, hacía frío. Parecía totalmente diferente cuando había gente dentro. Es el asiento maldito. La chica que estaba sentada en él resultó herida y hospitalizada ahora mismo.
— ¿Qué vas a hacer? — Naru sacó las pertenencias dentro del escritorio sin decir una palabra. Lo miró y luego le dio la vuelta.
— …Lo encontré.
…Lin y Mai también miraron dentro del escritorio. Un papel estaba pegado directamente en su interior. Naru quitó ese papel. Detrás de eso, una tabla de hitogata estaba pegada con una cinta de embalaje. Arrancó ese hitogata y se lo tendió a Lin.
Lin miró al hitogata y comentó.—…Está bien hecho. No hay duda de que es Enmi. Sin embargo, esto… no pone una maldición sobre un individuo específico, sino aparentemente sobre el que se siente en el.
— En efecto.— Naru asintió. Se giró hacia Mai aturdido y dijo.— Este asiento no causa accidentes a nadie en particular, sino a la persona que se sienta en él. Además de eso, creo que a quien está maldiciendo no es a una persona sino al escritorio.
…Veo.
— Si tomamos esto como ejemplo… podemos suponer que la maldición en el salón del club de atletismo tampoco apuntó a nadie específicamente, sino a todos los miembros del club de atletismo. …Vayamos y veamos.
El edificio parecido a una vivienda donde se encontraba el salón del club de atletismo estaba ubicado en el borde del campo. Naru miró hacia adentro e inclinó la cabeza un poco dudoso hacia el piso de concreto del salón del club.
— ¿Suele ser subterráneo?
— Sí. También puede estar por encima del techo, pero…— Naru miró hacia el techo que Lin había mencionado.
Era un techo formado simplemente por un tablero cuadrado. Naru arrastró una silla de esa área y se paró encima de ella. Comenzó a examinar el tablero del techo de la habitación.
— Es posible que alguno de los chicos lo haya movido...— Naru golpeó el tablero del techo. El polvo descendió sobre ellos, asi que Mai se tapó los ojos. A toda prisa, miro hacia abajo y parpadeo. El piso cerca de un casillero tenía una grieta y en ese instante noto una pequeña elevación.
— ¿…? — Cuando lo miro adecuadamente, se di cuenta de que el concreto que cubría el piso estaba roto y que ese lugar estaba ligeramente elevado. Tocó el pequeño hormigón levantado a modo de prueba. Y para su sorpresa este se movió. Con todas sus fuerzas levanto ese trozo de unos treinta centímetros por todos lados. El suelo debajo se hizo visible.
— ¡Naru! — A su llamada, Naru saltó de la silla. Miró el hueco que le había indicado y vino a excavar con sus manos inmaculadamente blancas.
Curiosamente, Mai sintió como si hubiera cometido un crimen, así que rápidamente lo ayudo a cavar.
—…¡Lo tengo! — exclamo al tocar un objeto duro con las yemas de los dedos; de inmediato lo sacó. Era un hitogata hecho de una tabla tallada. En su superficie, los caracteres estaban escritos con tinta negra, pero no pudo leerlos porque estaba turbia.
Cuando se lo dio a Naru, él se lo entregó a Lin. Lin simplemente asintió sin decir palabra. Naru se volvió hacia Mai. Sus ojos tenían una expresión levemente tierna.
— Bien hecho, Mai.
¡Uwaaa, él me elogió!
— Como era de esperar, es Enmi. No hay duda de eso. Todo lo que tenemos que hacer es recoger el resto del hitogata enterrado. Mai hizo un muy buen trabajo esta vez.
— …Ejejeje~ No hice mucho.
— Recolectarlos todos será difícil.— dijo Lin, y Naru se puso de pie mientras se quitaba el polvo de las manos.
— No me parece. Podríamos preguntarle al culpable.
— ¿Cómo encontraremos al culpable?
— No es imposible. Deberíamos descubrir quién está relacionado con ese asiento maldito y el club de atletismo. El culpable estaría en la extensión de esa línea.
— …Sí.
Las cosas empeoraron desde ese momento. Pensaron que todo lo que faltaba era hallar al responsable de hacer los muñecos, pero entonces...
Un fuerte grito resono por el lugar...
