Buenas noches lectoras y lectores. ¡6 capítulos se me estan quedando para dar por finalizada la historia!...de nuevo por aquí, porque la historia no para, ya es imposible hacerlo, el fin se acerca y para Darién las cosas se pusieron muy peli agudas ¿Están listos para saber el desenlace? Falta mucho y a la vez nada ¡Vamos a darle al capitulo para no hacer más tiempo! Muchas gracias por el apoyo dado, me motivan más que nunca porque el destino me ha dicho que debo terminar la trama :) Ahora vamos con el capítulo.

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Y ahora sí, vamos al capítulo de esta noche que está siendo publicado.

Sailor Moon le pertenece a Naoko Takeuchi y no lo hago para ganar dinero y esas cosas, solo para fines no lucrativos valga la redundancia.

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Relámpago Oscuro

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Capítulo 84: Suerte echada

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Endimión seguía dando la batalla de su vida ante los cuatro generales aun en pie ante una Europa herida y que se veía impotente en seguirles el paso, la joven general veía la gran fortaleza física de Darién al confrontar a Ganimedes. El poder del negaverso hacía a Darién mucho más peligroso y poderoso a cada instante, chocando su espada de la rosa con toda la fuerza del mundo y lanzando bolas de energía oscuras así como sus duplicados hacían.

-No puedo creer que él siga de pie, no importa lo que hagamos él sigue peleando. ¿Acaso no se dan cuenta de que luchan contra lo inevitable?- Europa decía tocándose su herida pero le dolía demasiado. –No puedo fallarte a la emperatriz, tengo que pelear.

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"¡Ve con la emperatriz Europa! ¡Ella te necesita ahora más que nunca!"

"¿Lord Carpo? Pero como…"

"¿Leo tu mente? Cuando te curé, tomé un poco de tu poder pero sólo de forma temporal para decirte que mejor entres al castillo, la emperatriz debe ser protegida y que mejor que tú pequeña. Llévala a un lugar seguro si es que caemos ¿me entendiste?"

"¿Caer? ¡No, déjeme pelear! ¡Yo también sirvo al imperio!"

"Y lo haces bien pero no en tu estado, ahora corre Europa ¡Anda!"

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Europa miró a lo lejos como el sexto general luchaba con todas sus fuerzas ante el doble de Endimión creando más destrucción. La general contemplo a sus compañeros luchar con todas sus fuerzas y sacrificando todo por el imperio, mordiéndose los labios no tuvo opción que avanzar al interior del castillo tocándose la herida, Darién se percató de esto y trató de detenerla creando una muralla de rosas negras con espinas pero Ganimedes aprovecharía para atacarle por la espalda y tumbarlo, dejándole un espacio a Europa para continuar. La joven general corría observando los cadáveres de los soldados que cayeron ante las fuerzas de la resistencia que comandó el azabache.

-¡Atención a todos los soldados esparcidos por todo el sistema! ¡La capital está bajo asedio, todos los soldados disponibles vengan y luchen por su emperatriz!- Europa hablaba alzando la voz, amplificando su poder a todos los soldados en los demás planetas, quienes no dudaron en responder al llamado de una de las generales mientras la rubia corría para llegar a la sala del trono y proteger a su majestad.

Darién se levantó tras el golpe protegiéndose de los puños de Ganimedes con su espada y logrando hacerle un corte en el rostro para lastimarle su ojo.

-¡Espinas oscuras!- Endimión de su espada creó lianas de tallos morados con espinas negras para atrás al general y empezar a apretarlo con fuerza para causarle dolor, rompiendo la armadura poco a poco para llegar a su cuerpo.

-¡Mi juicio ha sido dictado, hoy van a morir!- Gritó Endimión haciendo presión en las espinas pero para su sorpresa apareció Carpo con sus manos envueltas en un rayo color verdoso oscuro, como si fueran espadas para atacar al futuro rey por la espalda. Darién logró protegerse justo a tiempo pero empezó a sentir que el poder de Carpo aumentaba, sorprendiendo a Calisto en el proceso.

-¿Y esto? ¡¿Ese es el poder de Carpo?! Imposible-

Endimión y Carpo apretaron los dientes para intentar sobreponerse uno al otro, el poder del negaverso junto con el poder del rayo verde era como pólvora que estaba lista para estallar en cualquier momento.

-Eres bueno futuro rey pero hace falta más que entregarte a las sombras para vencer al imperio, voy a asegurarme de que no le toques un cabello- Carpo hacía presión contra Darién mostrando en sus ojos un fuego interno que le motivaba a seguir peleando.

-¡Ustedes ya han provocado mucha desgracia! ¡Ella va a pagar por sus crimines! Ustedes son solo un obstáculo que voy a superar.- Endimión concentró su poder en la hoja de su arma para ir directo al pecho de Carpo mientras en general lo hacía de la misma manera. Una pequeña chispa encendió la bomba de magia que tenían y trayendo una explosión con una fuerte ventisca que jalaba a los generales faltantes fuera del campo arrastrando los pies.

-¿De dónde demonios sacó ese poder Carpo?- Adrastea no pensaba que el poder del general y el médico personal de la emperatriz tuviera un poder almacenado monstruoso.

-¡No bajen la guardia en ningún momento!- Gritó Ganimedes tras haber vencido la ilusión de Endimión, uno por uno cayó a las manos de él pero empezó a notar que sus manos tenían muestras de espinas sacándole mucha sangre.

Calisto se cubría y volvió a sentir que su visión principal volvía a cambiar. En un esfuerzo de llegar hasta Carpo, ella intentó abalanzarse contra Endimión. Su visión actual había priorizado este conflicto pero no fue suficiente cuando el mismo Carpo usando su magia de rayo verde creó un domo especial que mantendrían a él y al azabache encerrados en un espacio algo limitado.

-¡¿Qué haces Carpo?!- Grito Calisto golpeando el muro pero era imposible siquiera hacerle un rasguño. -¡Carpo, no lo hagas!-

-Es mejor que ustedes se vayan, es posible que Europa los necesite más que yo, no se preocupen por un viejo como yo, se lo que hago.- Decía el sexto general quitándose la parte superior de su armadura y dejándola caer al piso creando un mini cráter. En su cuerpo de podía ver el rayo verde oscuro pasando por su cuerpo a altas velocidades mientras Endimión apretaba con fuerza la empuñadura de su espada, empezando a sentir las consecuencias de su pacto, justo lo que Malachite le había advertido empezando por sentir que le faltaba el aire pero él continuaba luchando hasta el final.

-No te ves nada bien príncipe ¿Necesitas un médico? No cualquiera podría aguantar una alta cantidad de poder mágico oscuro, es como veneno en la sangre que te mata lentamente para luego caer y terminar con tu vida. - Dijo el sexto general emanando más poder pero Endimión estaba evaluando la situación en la que estaba mientras miraba a los generales restantes afuera del domo.

-¿Una trampa? ¿O era para separarnos? Para que ellos tuvieran oportunidad de alcanzarla ¿no es así?- Preguntó Darién para luego lanzar al ataque con todas sus fuerzas. Pétalos de rosas negras volaban alrededor de ellos, Carpo era mucho más rápido y letal soltando rayos por todos lados para intentar detener a Endimión, afuera los generales miraban la pelea mientras Calisto trataba de atravesar el domo con todas sus fuerzas para ayudar al general.

Los dos hombres se lanzaban de todo con tal de ver al otro morir, Darién buscaba el corazón para atravesarlo con su espada mientras Carpo buscaba el cuello para desangrarlo.

-¡Cincuenta pétalos negros!- Endimión hizo que varios pétalos de rosas negras se elevaran del suelo para atacar a Carpo como estacas de acero pero Carpo con sus manos quemaba todos los pétalos con sus propias manos envueltas de rayo verde y salvarse del ataque. Después formó una serpiente con sus propias manos que recorría el cuerpo del general mostrando sus colmillos.

-¡Última cura!- Carpo lanzó a la serpiente a toda velocidad y acabar con el futuro rey pero Darién con la espada envuelta en oscuridad partió a la serpiente en dos con facilidad. Sin embargo Endimión vio que tenía una cortada en uno de sus antebrazos, que le había rasgado la ropa y mostrando una herida por el colmillo, poco a poco haciendo que el veneno se extendería.

-Maldición ¿cómo no pude ver eso?-El azabache sentía pesado su brazo, el veneno iba a expandiéndose y a cada segundo sería mucho más fuerte el dolor. Carpo lentamente se acercaba.

-Y ahora, morías como todo un guerrero-

Carpo al pisar un pétalo, activo una fuerte reacción en cadena en todos los pétalos explotando y alcanzando al rostro del general, más en especificó a la mitad dejando ver una quemadura muy pronunciada. El enojo del general se le podía ver en su cara y sólo provocó que los dos combatientes intensificaran sus ataques, haciendo que la tierra se partiera, una fuerte colisión entre los dos mostraban una convicción de acabar uno con el otro pero Darién sentía los efectos del veneno de Carpo, potenciado con los efectos negativos de los poderes del Negaverso, el general aprovechó para darle un fuerte cabezazo y electrocutar a Darién aplicando un alto voltaje que hacían a Endimión gritar en agonía. El azabache no la tenía fácil ahora.

-Ya sea por el veneno, mis rayos o las consecuencias de tu pacto oscuro, tu destino es el mismo, no puedes cambiar algo que ya estaba predestinado ¡Nunca!-

-¡El destino se puede cambiar!- Endimión aun atrapado en rayos verdes levantó su espada y cortó de un solo tajo el brazo izquierdo de Carpo, sorprendiendo a los generales ante la acción de Darién.

El médico cayó al suelo sangrando y sujetando el área de su brazo cortado, Darién buscaba la cabeza de Carpo pero el veneno corrió más rápido y empezó a sentirse mareado, con ganas de vomitar, sus tobillos temblaron haciéndolo caer y perdiendo la espada.

-No…no puedo detener el veneno- Darién intentó amplificar el poder del negaverso pero sentía que su corazón latía con mucha intensidad y sus pulmones con poco aire.

-No, no se puede cambiar. Así como tu destino será morir aquí…el destino de ella ya está escrito.- Ante las palabras de Carpo, Darién se quedó callado mirando al general tratando de levantarse.

-¿Qué quieres decir? ¿Hablas de Imperia?-

-No me trates de engañar futuro rey, puedo ver en tu rostro que sabes lo de ella. La dualidad que ella tiene en su cuerpo, dos mentes que comparten un cuerpo. Uno fragmentado y que por un largo tiempo he intentado curarla- Carpo hablaba despacio cauterizando su herida.- Ella es la emperatriz, la que unificó la galaxia Kino para traer paz y seguridad al nuevo imperio del rayo negro. La que ha sometido a invasores que intentaron esclavizar a cada planeta de la galaxia…sin embargo ella está sufriendo, aquellos quienes le hicieron daño en el pasado merecen ser castigados y es cuando su pasado sigue vivo, afectando la mente de la emperatriz llegando a un punto donde sus mentes chocan. Al principio pensé que la mejor solución a este problema era erradicar su otra personalidad. Y luego recuerdo que cuando la encontré por primera vez, era una niña muy asustada, pidiendo piedad y consuelo. Lo vi en sus ojos que estaban llenos de tristeza. Así que cambié de prioridad y pensé que la mejor forma de que la toda soberana de la galaxia Kino pudiera estar en paz, es unificar sus dos personalidades: Intimidante contra nuestros enemigos pero amable con su pueblo, capaz de destruir un planeta que amenaza a su hogar pero con la delicadeza de una flor para cuidar un jardín. –

Darién seguía callado, escuchando con atención las palabras de Carpo mientras ambos se levantaban con cuidado, uno afectado por el veneno y el poder del negaverso, el otro por la pérdida de sangre.

-Y para lograr eso: El Milenio de Plata debe caer. Ante mis ojos ella aun es una niña y voy a dejar que esa niña lloré de nuevo por su culpa ¡Ella merece ser libre de ustedes!- Con su otro brazo Carpo creó un sable curvado con un rayo verde.

-Si de verdad buscabas curarla ¿Por qué permitiste que muchos inocentes murieran? Dejaron un río de sangre por todos lados por una venganza. ¿Acaso íbamos a permitir eso? ¡Makoto nunca se dejó ayudar por más que le rogáramos! – Endimión no le importó si iba a morir, usaría todo el poder del negaverso en este ataque con su espada en mano.

-¡Porque la privaron de ella! ¡Aquella a quien llaman Ami Mizuno era su mundo! ¡Negaron su destino! –

Endimión y Carpo se lanzaron al ataque para dar una última batalla, la que definiría al vencedor. El domo creado por el general no aguanto más y se destruyó al momento de que los dos combatientes chocaron sus armas, luces de color negro y verde salieron disparadas por todos lados. Darién sentía el poder de los cuatro grandes respaldándolo mientras Carpo tenía sólo la fuerza de voluntad para pararle en seco. Dicho poder se pudo sentir en todo Japón y en partes de China e Indonesia haciendo mover muchos edificios para que al final una nube de humo colosal se levantara, cual nueva del desierto del Sahara sin mostrar un ganador por el momento.

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-Flashback-

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El doctor de la emperatriz caminaba por los pasillos del castillo en un día de otoño en la galaxia Kino, donde la noche era un poco más larga y las flores de Crespúsculo en sus pétalos brillaban. Notó que Imperia Júpiter no estaba en el trono, no había alguna obligación oficial o lidiar con algún enemigo por el momento pero era extraño que se hubiese ausentado.

Preguntando a todos los soldados e incluso a sus compañeros generales por fin dio con la emperatriz que estaba en el balcón más alto del palacio contemplando la capital, mirando a la gente pasar así como su vida nocturna mientras soltaba un suspiro.

-Una vista espectacular ¿no lo crees?- El Sexto general se acercó para ponerse a su nivel mirando lo bello de la capital mientras Imperia asentía, mirando a lo lejos a una pareja caminar con toda la calma del mundo.

-¿Por qué no sales? El imperio está en calma, si pasa algo nosotros te avisaremos.- Carpo hablaba con toda la calma del mundo haciendo que Imperia volteara, sus ojos púrpura cambiaron a su mirada esmeralda.

-No lo sé Carpo… ¿qué dirá la gente?- Preguntó la castaña mientras el general tocaba el hombro de su majestad.

-Dirán que la emperatriz que trajo la paz a la galaxia Kino tiene el tiempo para caminar y disfrutar de la paz que hay en la capital. Has trabajo mucho y has combatido a mucho enemigos tan poderosos, todo para encontrar tu lugar pero siento que aun tienes esa espina clava. ¿Estás segura de tu decisión?- La pregunta de Carpo hizo que Makoto se pudiera reflexiva, ella apoyó sus manos en el balcón mientras le temblaban.

-Si tan sólo la tuviera enfrente de mí…le diría que lo siento. Carpo ¿crees que estoy preparada para ese día?- Preguntó Makoto a punto de llorar, el general le acarició sus mejillas para limpiar las lágrimas.

-Para cuando llegue ese día, yo estaré ahí…te lo prometo. Ahora ve, disfruta el panorama majestad- Carpo le sonrió a Imperia Júpiter y ella sonrió para desaparecer con un rayo negro, mientras el general miraba el cielo pensando en la situación de la castaña.

-Siento que estoy cerca de conseguir la unificación de sus dos personalidades pero necesito más tiempo, la emperatriz tomará su decisión de atacar al Milenio de Plata y la guerra será inevitable. Espero que sea rápido.-

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-Fin del flashback-

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"Emperatriz…Makoto…lamento no poder cumplir con mi promesa. No quiero que llores mi muerte, recuerda que yo estaré contigo, incluso en espíritu. Pensarás que yo fui quien te ayudó a sobrevivir en un mundo distinto pero también fuiste tú quien me dio un motivo para vivir después de que a mi hija me la arrebataran."

"Fue un honor servirte como tú general, tú médico, tú mentor…como un padre. Cuídate mucho hija"

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Cuando la nube de polvo se disipó, se pudo ver a Endimión con la mayoría de su ropa destruida, un brazo roto y con cortadas en muchas partes de su cuerpo mientras que Carpo estaba mostrando una sonrisa en su rostro con su pecho y estomago atravesados por la espada de Darién. El general sentía como la muerte estaba cubriéndolo con su velo.

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"Se fuerte…Makoto"

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Carpo cayó lentamente al suelo cubierto de pétalos de rosas negras, su poder había desaparecido y eso lo podía sentir los generales, incluyendo una Europa que iba a la mitad del camino con una expresión de incredulidad. Imperia Júpiter paro en seco su caminata con sus ojos abiertos como platos.

-No…Carpo no, tú no…dime que es una broma ¿Carpo? ¡Carpo!- Gritó Imperia con toda su rabia haciendo que el cielo soltara un relámpago muy poderoso hacía el suelo.

Darién trato de levantarse pero fue atrapado en su cuello por Adrastea, la quinta general tenía una cara de enojo total apretando con fuerza el cuello del azabache mientras Ganimedes se le apareció de frente para golpearlo con un rayo dorado que envolvía sus puños al cuerpo de Darién, rompiéndole varias costillas y Calisto rematando el ataque combinado con una apuñalada en el pecho. Endimión no podía defenderse más por el daño colateral y fue lanzado por la castigadora contra las escaleras del castillo. El príncipe sangrando de la cara y boca, se levantaba con las pocas fuerzas que tenía para enfrentar a los tres generales restante pero antes de que pudiera tomar su espada, Europa apareció lanzándole un rayo rosa en forma de espina para atravesarle la mano y que no pudiera usar su espada.

-¡Desgraciado! ¡Carpo será vengado!- Gritó Europa con mucho odio en su corazón. Darién quien estaba sufriendo por todas sus heridas tuvo el coraje de levantarse y aun con un hueco en su mano, tomó su espada para seguir adelante.

-Adelante, quedan 4…-

-Palabras desafortunadas, Endimión: Mátenlo-

Europa no dudo en lanzarse al ataque primero, con el deseo de vengar a Carpo y dar por terminada la guerra, buscó la cabeza de Endimión. Sería el fin…

-¡Cadena de Venus!-

Unas cadenas tan brillantes como el oro atraparon a Europa en pleno vuelo y de inmediato fue azotada contra las paredes de la entrada principal con toda la fuerza del mundo para luego ser arrojada lejos junto con los otros generales. Darién sentía como un milagro estaba llegando.

-¡Lluvia de fuego de Marte!- Múltiples flechas de fuego caían sobre los generales como si fueran meteoritos, dispersándose todos lados. Calisto era la que estaba más asombrada y aterrada.

-¡No puede ser! ¡Esto yo no lo vi! el futuro no me está dejando ver de nuevo nuestra victoria- Dijo la general mirando por todos lados, buscando su paradero y al voltear hacia arriba, vio el símbolo de la luna sobre las cabezas de los generales.

-¡Rayo de la luna plateada!-

Cuatro poderosos halos de luz impactaron en los generales sin previo aviso, ocasionando heridas importantes y siendo empujados por la naturaleza del ataque. Endimión estaba siendo levantado con cuidado, sintiendo unas manos tan suaves como la seda y con una calidez muy apacible.

-Lamento llegar tarde Darién, a partir de ahora nosotras nos encargamos.-

Enfrente del azabache, se ponían enfrente con una gran fuerza de voluntad y deseos de terminar con esta guerra. Serena Tsukino con su báculo lunar, Rei Hino y su arco con flechas de fuego más sus pergaminos y Minako Aino con la espada legendaria en una mano y con una cadena en otra. Habían regresado a la tierra para acabar con la tiranía del rayo negro.

Calisto estaba frustrada, nunca vio que fuera en realidad la posibilidad de que volvieran a la vida, pensó que sólo había sido una quien lo logro pero ahora ya no sabía en que confiar cuando su visión empezó a cambiar pero había otra cosa que no tomó en cuenta.

-Un momento ¿Y dónde está la otra?- La general exigió saber el paradero de la peli azul y sólo recibió una sonrisa por parte de Sailor Moon.

-Chicas…no dejemos que ellos avancen, apoyemos a Sailor Mercury ¡Serán castigados en nombre de la luna!-

Mientras Sailor Moon y las dos Sailor Scouts se lanzaron contra los generales, en los pasillos del castillo se podía ver a Sailor Mercury correr sin oposición alguna. Sabiendo lo que va a pasar, no tendría miedo, ni dudas. Era el momento de la verdad.

"Mako-chan…Imperia Júpiter: ¡Voy por ti!"