REVELACIONES

1

Era un 11 de octubre en la noche, para la mayoría en la aldea de la hoja era un día de calma, el día de ayer todos habían estado festejando un año más de la caída del demonio más grande conocido en el mundo, el zorro de las nueve colas, a manos de su líder el Cuarto Hokage fallecido en esa batalla. Para todos en la aldea era un héroe, pero para varios cometió un solo error, dejar con vida al niño que escogió como el contenedor del zorro.

Ayer fue el quinto aniversario del ataque, y decidieron hacer un festival en nombre de los caídos y la derrota del zorro, el primer festival que se hacía desde ese ataque.

Ayer casi muere un niño en manos del pueblo que clamaban venganza y justicia.

Ayer fue el inicio del despertar del ninja más peligroso del mundo, ya que ayer al casi arrebatarle la vida lo pusieron cara a cara con su destino.

Y eso es por qué el niño que ayer casi muere tiene en su interior el poder más grande del mundo, el zorro de las nueve colas.

Ahora bien, por qué se dice que ese es el poder más grande del mundo, bueno, eso es porque el zorro tenía el poder de destruir montañas con un movimiento de sus colas y crear tsunamis con un movimiento de sus patas.

Ayer el niño se puso en contacto con dicho zorro, lo que daría paso al ninja más fuerte del mundo. En otras palabras, gracias a su ayuda y sin saberlo o desearlo, le dieron el más grande regalo a ese niño, una amistad inquebrantable.

2

Ese 11 de octubre en la cama del hospital se encontraba un niño que había entrado en coma el día anterior debido a daño recibido por una turba de personas que estaban dispuestos a terminar lo que ellos llamaban el trabajo del cuarto Hokage.

Solo observarlo en la cama era doloroso, costillas rotas, hematomas por todo el cuerpo, daño en órganos internos debido a la golpiza, laceraciones en huesos y algunas articulaciones dislocadas, en verdad el que estuviera vivo era un milagro, lastimosamente nadie pensaba que fuera un milagro y más un recordatorio de lo que era para ellos ese niño, un monstruo.

Sentado a su lado se encontraba tal vez la única persona que no lo odiaba, era un anciano que ya se demostraba en su rostro todo el cansancio y arrepentimiento de los últimos cinco años vividos desde que tuvo que retomar el puesto de Hokage y observar las injusticias vividas por este niño con el trato de los aldeanos solo aumentaba esas marcas en su rostro.

Se había prometido cuidarlo una vez que vio su estado, que sería la última vez que permitiera esto mientras esté vivo, para él un niño no tendría que estar debatiéndose entre la vida y la muerte a causa de una golpiza.

—Naruto lamento tanto esto, encontraré una forma de ayudarte, una forma en la que ya no sufras—susurro el anciano.

Se acordó que en unos días vendría el delegado de la aldea oculta entre las nubes a firmar un acuerdo de paz.

o eso dicen —pensó él—lo más probable es que haya una trampa

Después de años de cruenta batalla contra la nube su Raikage fue el que cedió por la paz,cosa rara ya que A es muy bélico aludiendo que no tenía caso ya más muerte.

Se acordó también que la última escaramuza fue contra miembros del clan Hyuga dónde fue un derrota aplastante para ellos.

en su carta decía que prefería la paz y tener aliados poderosos como los Hyuga, que volver a pelear contra el byakugan

Se acordó también que el antiguo Raikage A, padre del actual Raikage buscaba tener nuevos kekke genkai, abrió notablemente los ojos cuando vio la posible trampa.

—Buscan el byakugan— se sorprendió el mismo al haberlo dicho en voz alta.

Este será o mi más grande idea o mi mayor error, solo espero que con esto Naruto esté mejor

3

Mientras tanto, dentro del niño estaba pasando algo grande, un encuentro no planeado, pero que empezaría a hacer girar el destino del mundo.

—¿Dónde me encuentro?— se preguntó el pequeño mientras observaba a todos lados y lo que vio lo confundió, era un extraño lugar, si supiera más palabras, en ese momento lo describiría como un enorme alcantarillado donde podía escuchar caer gotas por todos lados( ploc, ploc, ploc ...), noto que el agua le llegaba a los tobillos, sin embargo, para su confusión no sentía mojado los pies.

Noto también algo más, una fuente de calor a la distancia, a sí que curioso fue hacia ella y lo que encontró fue una de las cosas más impresionantes que hubiera visto en su corta vida.

Era una enorme reja tan alta que no podía ver con claridad el final y su interior era tan oscuro que no podía ver nada adentro.

Mientras observaba esa oscuridad, unos enormes ojos aparecieron, lo que le hizo dar un paso atrás por la impresión y caerse de nalgas.

Después lo único que logró sentir fue miedo al ver la enorme cabeza de un zorro que empezaba asomarse entre las sombras.

—Veo que mi carcelero ha decidido asomarse por fin.

Esas palabras lograron sacar al niño de su shock, y de haber sido mayor, talvez se hubiera desmayado o negado lo que veía o talvez sufriría un ataque de pánico, pero era solo un niño de cinco años, a sí que lo que hizo fue aceptar que había un zorro gigante detrás de las rejas y que acababa de hablarle.

La bendita facilidad de adaptación de los más pequeños.

—¿Por qué me dices carcelero no lo entiendo?

Bien, el zorro esperaba muchas respuestas como gritos o negación, pero esa pregunta en realidad no, a sí que para su sorpresa se vio dando una respuesta.

—Te digo carcelero porque estoy encerrado dentro de ti.

Y una nueva sorpresa paso ante los ojos del zorro, el niño lo miro con una sonrisa en su rostro.

—¿Cómo puedes estar encerrado dentro de mí, si eres más grande que una casa? Creo que eres la cosa más grande que he visto en mi vida, no hay forma que estés encerrado dentro de mí—Las palabras salieron con la certeza y seguridad que solo podía salir de los labios de un niño.

Y eso logró hacer algo que pensó el zorro era imposible, sacarle una sonrisa.

—Mocoso, si no me crees, pregúntale al anciano que está sentado a lado tuyo—observo como el niño empezaba a buscar a alguien—cuando te vayas de aquí lo verás.

Aceptando eso lo volteó a ver —¿El anciano? ¿Te refieres al Hokage? Bien se lo preguntaré, por cierto, ¿Cómo te llamas? Yo soy Uzumaki Naruto— le dijo su nombre con una sonrisa y los ojos cerrados, de haberlos tenido abiertos, podría a ver visto la sorpresa e incredulidad dibujada en el rostro del zorro.

—A qué te refieres con como me llamo, todos los de tu especie me dicen el zorro de las nueve colas o demonio.

—Pero a si te llamas zorro de las nueve colas, yo me llamo Naruto no el niño de los ojos azules.

Bien, esa respuesta tampoco la esperaba el zorro, se preguntó a sí mismo, casi sin darse cuenta si todos los niños eran así de curiosos.

—Bueno, y ¿quién te puso el nombre de Naruto, mocoso?—no sabía ni siquiera por qué buscaba conversar con el.

—No lo sé, los que me llegan hablar bien dicen que ese es mi nombre, así que simplemente lo acepte.

—Bueno, cuando vuelvas a ver al anciano, pregúntale quién te dio ese nombre.

—Oye, ¿Esto es un sueño?, es que me empiezo a desaparecer y no quiero, me gusta hablar contigo—Comento mientras su cuerpo se volvía translúcido.

Él lo observaba asombrado, viendo como el niño intentaba verlo a través de sus manos.

—No es un sueño, no estás dormido, digamos que estás inconsciente y ya vas a recuperar la conciencia— porque le explicó esto, bien podría pensar él que es un sueño, pero no quiero eso, que me pasa, pareciera como si quisiera que me volviera a visitar pronto Tan grande y confusa fue esa revelación que el zorro se estremeció.

—Y cuando recupere la conciencia, ¿ya no te podré volver a verte Zorro de las nueve colas?

—Kurama—Susurro, la gran bestia.

—¿Eh?

—Que mi nombre es Kurama, y si podrás volverme a ver ya te dije que estoy encerrado dentro de ti

—A bueno, si el Hokage me dice que es verdad que estás encerrado en mí, veré la forma de volver a hablar contigo

Esa fueron las últimas palabras que soltó el niño dentro de ese lugar, antes de desaparecer.

Kurama solo podía ver el lugar dónde antes estuvo con pura confusión en su ojos.

4

Al abrir los ojos, se sentía realmente confundido, se acordaba de su conversación con me dijo que se llamaba Kurama Kurama, pero también se acordó que paso antes de llegar a ese sitio, dónde había agua que no moja.

Se acordaba que había visto un festival, y teniendo tantas ganas de ir le pidió a las encargadas de su cuidado en el orfanato si podía ir, una de ella lo volteo a ver con ojos de desagrado.

—Ese festival no es para monstruos como tú, nadie te quiere ahí—espeto con molestia la más joven, pero para su sorpresa la mayor comento que estaría bien que fuera.

Esta última le abrió la puerta y lo dejo salir, sorprendido ante eso Naruto salió corriendo, temiendo que se arrepintieran de esta decisión, una vez fuera escucho un fuerte portazo y al voltear noto como la puerta estaba cerrada.

—¿Qué te pasa?, ¿estás dejando ir a ese monstruo a divertirse?

—Claro que no, pero hoy en este festival echo para recordar la hazaña echa por el cuarto Hokage, también se terminará lo que él empezó.

Asombrada por ese comentario, solo pudo preguntar

—¿Ah qué te refieres con eso?

Con una simple sonrisa le dijo—Hoy la gente con ese festival se acuerda de todo lo que ha perdido, y ese monstruo que va para allá les permitirá sacar todo ese dolor

Entendiendo lo que decía se alegró.

—además, hoy se permite andar con máscaras de porcelana—comento mientras se ponía una con forma de ave— sabes iré a disfrutar el festival—dicho eso salió a la calle.

En el festival todos observaban al niño rubio, pero sobre todo se fijaban esas marcas que tenía en sus mejillas como bigotes, identificándolo, empezaron a actuar de forma extraña, si veías la escena desde arriba, notarias como las personas, civiles o ninjas empezaron a juntarse y a ponerse máscaras de porcelana de diferentes animales, también empezaron a llevarse a los niños del lugar.

Mientras vagaba entre los puestos, un señor le hablo para regalarle una máscara de porcelana con la forma de un zorro, al ser el primer regalo que recibía en su vida lo recibió lleno de alegría y mientras se lo ponía escucho que le decía.

—Niño, esa máscara te permite jugar un juego gratis del festival, el que está pasando ese callejón—señalándole un punto le sonrió y después se alejó.

Naruto estaba extasiado, le regalaron una máscara y ahora también podría jugar gratis en un juego, sin pensarlo dos veces salió corriendo al callejón.

—Bueno, el pequeño zorro cayó en la trampa—dijo una mujer con una máscara de perro, a su lado salían más personas con máscara similares.

Naruto corría más feliz de lo que había sido en toda su corta vida, hasta que se topó con una pared y se dio cuenta de que ese sitio era un callejón sin salida, confundido se dio la vuelta solo para notar un montón de personas con máscaras de porcelana blanca que le bloqueaban el paso, y fue cuando sintió miedo.

—Ustedes también van por el juego gratis—pregunto en un susurro—creo nos equivocamos este lugar no tiene salida.

Pero al dar un paso hacia ellos, le aventaron una botella que le pegó en el pecho y lo tiró.

—Oh, te equivocas en eso, este sitio es el lugar perfecto, ya que verás tú eres el juego y las reglas son ver qué tanto daño aguantas antes de que mueras—dijo una máscara de ardilla.

Antes de siquiera poder entender lo que quería decir el señor, le cayó una pedrada en el brazo.

—Bien que comience la diversión—dijo una mujer con una máscara de ave, una mujer que él pudo identificar su voz.

Lo que siguió a continuación fue el infierno para el niño, ya que le empezaron a llover piedras, botellas, para su horror vio cuchillos también y aunque esa lluvia de muerte duró menos de tres minutos para él fue una eternidad.

Lo últimos que escucho antes de perder la conciencias por una roca particularmente grande fue Jinchuriki.

5

Sollozo al acordarse de eso y fue cuando sintió el dolor en todo su cuerpo, al mirar hacia abajo vio su cuerpo lleno de vendas, también noto que algo le cubría todo el brazo derecho y no lo podía mover.

—Veo que estás despierto Naruto—comento el Hokage a su lado—como te sientes.

Al verlo, Naruto no pudo aguantar el llanto, solo sentía dolor por todo el cuerpo y miedo, mucho miedo por lo que pasó.

—Yo no entiendo por qué me hicieron esto—dijo entre sollozos.

El Hokage no podía verlo sin sentir arrepentimiento y enojo, con delicadeza le acaricio su cabello y lo intento reconfortar.

—Naruto la razón es...— no sabía ni que decirle al pobre niño. Sin embargo, salió de su aturdimiento al escuchar susurrar al niño.

—¿Qué dijiste Naruto?—abre escuchado mal pensó aterrado.

—¿Qué significa Jinchuriki ?—repitió.

—¿Cómo sabes eso, quién te lo dijo?—gruño el anciano, furioso no solo por ver el daño físico, sino por todo el daño emocional que vendría.

—Fue lo último que escuche antes de desmayarme—susurro.

El anciano estaba aterrado y no sabía qué hacer, si le decía que no sabía cuando se enterará Naruto lo odiaría por mentirle, pero tener que decírselo a esta edad lo destruiría, estaba reflexionando eso cuando solo escucho.

—... ¿dentro de mí?—Observo como el niño lo observaba intensamente.

—Perdón Naruto ¿Qué dijiste?—era la segunda vez que no prestaba atención a lo que decía el niño y estaba aterrado por escuchar lo que diría, pero sabía que ya no había vuelta atrás.

—¿El zorro de las nueve colas está dentro de mí?—ya no podía voltear a ver los ojos del anciano, tenía miedo de la respuesta.

Ahora no tenía miedo del zorro, a lo que le temía era ser su carcelero, creía que eso lo convertía en una persona mala y que por eso no lo querían, nadie le había hablado de la historia del pueblo.

Oficialmente el Hokage estaba furioso, no solo quisieron matar al niño, sino que revelaron el secreto bajo ley que él decretó, además la palabra Jinchuriki solo la conocían los ninjas, eso lo paralizó, se dio cuenta cuan oscuro y cuan perversos se avían vuelto los habitantes de la hoja.

—Es verdad, Naruto dentro de ti está el zorro—observo su reacción y no le sorprendió al ver su tristeza.

—Hokage ¿Soy una persona mala por tener el zorro encerrado dentro de mí?—sollozaba mientras preguntaba

—No, Naruto eres un héroe por tenerlo encerrado—lo reconfortó lo mejor que pudo.

Bueno, eso confundió al niñopor qué sería un héroe, ¿no lo entiendo?, los héroes son las personas buenas, no las malaspensaba y si soy el bueno ¿Kurama es malo? No lo creo se portó bien con migo.

Confundió iba a preguntarle eso, pero antes de poder hacerlo escucho

—Jinchuriki Naruto, significa el poder del sacrificio humano, por eso eres un héroe, sé que es difícil que lo entiendas y me es más difícil explicártelo, pero confía en mí eres un héroe.

No entiendo nada, ¿qué es un sacrificio?, por qué eso me hace un héroe y si soy un héroe¿Por qué me hicieron tanto daño?justo cuando iba a preguntar todo eso se acordó que tenía que preguntar quién le había puesto su nombre.

—Hokage ¿Quién me puso Naruto?

Dado que él había crecido en un orfanato, había aceptado el hecho que no tenía padres, más que entender que no tenía padres, él había creído que simplemente apareció en el mundo y ya, y como nadie le había dicho lo contrario, para él, eso era la verdad absoluta.

Bueno, sería una noche larga—Fueron tus padres Naruto—ya no sabía que pensar, el niño le hacía pregunta, tras pregunta y cada una lo había aturdido completamente.

Al no escuchar una respuesta, el anciano observo al niño y vio como lloraba

—¿Ellos me abandonaron por ser Jinchuriki? ¿Nadie me quiere en este sitio por eso? ¿Por eso me hicieron tanto daño?

Las preguntas salieron rápidas, apenas con espacio entre ellas, mientras lloraba ya sin poder contenerse.

Bueno, ahora el anciano estaba molesto, este pobre niño que no había echo nada malo, en todo caso tenía asalvo al pueblo, solo había sufrido odio y desprecio.

—No Naruto ellos no te abandonaron y yo te quiero—la tercera pregunta no fue respondida.

Sin saber qué hacer y talvez en una acción cobarde o desesperada, antes de que el niño supiera

que pasaba, le tocó su frente y lo puso a dormir.

—Lamento todo esto, Naruto—susurro.

Levantándose, apagó la luz y salió del cuarto, decidido más que nunca en encontrar una forma de lograr que ese niño ya no sufriera tanto.