Descargo de responsabilidad: Twilight y todos sus personajes pertenecen a Stephenie Meyer, esta espectacular historia es de fanficsR4nerds, yo solamente la traduzco al español con permiso de la autora. ¡Muchas gracias, Ariel, por permitirme traducir al español esta historia XOXO!

Disclaimer: Twilight and all its characters belong to Stephenie Meyer, this spectacular story was written by fanficsR4nerds, I only translate it into Spanish with the author's permission. Thank you so much, Ariel, for allowing me to translate this story into Spanish XOXO!


No encuentro palabras para agradecer el apoyo y ayuda que recibo de Larosaderosas y Sullyfunes01 para que estas traducciones sean coherentes. Sin embargo, todos los errores son míos.


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Estaba fría al tacto.

Se habría preocupado por su constitución si sus ojos no fueran tan fieros y concentrados.

—¿Señora?

La guio de vuelta a la posada, pasando junto a los borrachos alborotados que ahora se desplomaban en la barra, hasta su habitación. Volvió a encender el fuego y la instó a sentarse.

Tenía los ojos distantes, pero no vidriosos. Más bien parecía pensativa. Eso le puso aún más nervioso. —¿Señora?—, volvió a intentar.

Ella parpadeó varias veces antes de que sus ojos de whisky se deslizaran hasta encontrarse con los suyos. —Por la mañana preguntaremos si alguien del pueblo lo ha visto—, dijo lentamente, con voz pensativa. —Si nuestra búsqueda resulta infructuosa, viajaremos a la casa de su encargo más reciente.

Jasper estaba visiblemente alterado, y Bella observó cómo el joven se dejaba caer de espaldas en el suelo, con las rodillas subidas hasta el pecho y los codos apoyados en las piernas flexionadas mientras posaba la cara en las palmas de las manos.

—Acabamos de ver...— Hizo una pausa y un escalofrío lo recorrió.

Bella tragó saliva. —Lo sé—, susurró.

Él la miró, con los ojos de zafiro brillantes por las lágrimas no derramadas. —¿No deberíamos decírselo a alguien?

Bella asintió. —Sí, deberíamos.

Ninguno de los dos se movió.

—Es usted una dama muy valiente, señora.

Bella le ofreció una sonrisa delgada. —He visto la muerte muchas veces—, dijo suavemente. —No me es ajena.

Jasper se estremeció ante semejante idea. Nunca había visto un cadáver, al menos no uno tan descompuesto. Una vez había acompañado a su mentor a casa de un anciano que había muerto momentos antes de su llegada. No había sido ni de lejos la misma experiencia.

—¿Qué significa?—, preguntó, mirando de nuevo a la señora Masen. —¿Por qué están desenterrando tumbas?— insistió Jasper, aclarándolo. Negó con la cabeza, y sus ojos se desviaron de la señora Masen a sus manos, a las vigas sobre su cabeza, antes de volver a ella. —¿Cuál es el propósito de semejante...?—, se le cortó la voz y sintió que se le llenaban los ojos de lágrimas.

Esto era maldad, simple y llanamente, y en sus jóvenes años, el aprendiz nunca había conocido nada igual.

Ambos se quedaron en silencio, sumidos en sus propios pensamientos, el sonido del fuego crepitante era el único ruido que se oía.

Finalmente, la esposa del fabricante de ataúdes habló.

—Tenemos que ir a casa de lady Catherine—, dijo al cabo de un momento, con el ceño fruncido. —Mi corazón me dice que ella está involucrada de alguna manera en esto.

Jasper frunció el ceño, saliendo de sus inquietantes pensamientos. —¿La condesa?

Bella se volvió hacia él y sus ojos volvieron a encontrarlo. —Sí.

Jasper lo pensó. Nunca había conocido a la condesa, aunque, por supuesto, había oído muchas historias sobre ella. Era una gran mujer, respetada y temida a partes iguales. Conocerla sería tal vez lo más cercano a conocer al rey que podría estar en su vida. Seguramente, alguien con tanto poder tendría respuestas. ¿No es así?

—¿Conoces a la condesa?—, volvió a preguntar, queriendo estar seguro de que había entendido.

Bella negó con la cabeza. —Envió a un ayuda de cámara que habló con mi esposo—. Frunció ligeramente el ceño. —No la conozco.

Jasper sintió que su esperanza caía en picado. ¿Iban a ir a casa de una mujer que tenía más poder del que ellos tendrían en esta vida, sin avisar y sin ningún tipo de relación establecida con ella? Podrían matarlos por semejante informalidad.

Bella se incorporó antes de que pudiera expresar sus preocupaciones. —Por favor, baja y avisa a alguien de la visión que hemos descubierto en el cementerio—, dijo con suavidad. —Necesito bañarme y luego descansar.

Jasper se levantó, comprendiendo que lo despedían. Salió de la habitación y Bella dejó escapar un largo suspiro. No estaba segura de que lady Catherine tuviera respuestas para ella, pero sospechaba que la condesa estaba implicada en aquel complot, aunque no lo supiera. Parecía demasiado sospechoso que su hombre llegara a la puerta de su casa sólo unos días antes de que comenzaran los actos sucios.

Bella sintió que el estómago se le revolvía ante la idea de tener que recorrer el camino que tenía por delante, y cruzó su habitación para recoger la taza de té que había abandonado. El jengibre y la menta la calentaron, a pesar de que el té estaba frío, y sintió que su estómago empezaba a calmarse.

De un modo u otro, pronto tendría respuestas.