El amanecer después de las revelaciones

Chat había organizado todo en el balcón, decorando con flores, velas, una pequeña mesa redonda con un mantel blanco y un barco de sushi en medio cubierto con una malla de esas plegables, tipo paraguas, para proteger los alimentos. Tenía preparados los aderezos y una pequeña tarta de postre. Los cubiertos, platos y copas estaban distribuidos de manera elegante y además había un vino muy caro listo para ser descorchado. Realmente él no sabía si su Lady llegaría por lo cual escogió un menú que pudiera comerse frío y de forma cómoda.

La chica se sorprendió por la distribución de las cosas sobre la mesa, veía 3 tenedores y otras tantas cucharas y cuchillos de los cuales desconocía el uso correcto, esto ayudo a que no notara la falta de una cuchara para sopa del lado del chico, de todos modos, el menú no incluía sopa así que no sería un problema.

Chat Noir se acercó a la silla de la chica acomodándola caballerosamente e invitándola a sentarse, la chica agradeció el gesto del minino y lo miro fijamente mientras él se ubicaba en su asiento.

- Vaya gatito… realmente me has sorprendido- Ladybug le dijo con una sonrisa – Realmente no esperaba que prepararas algo así.

- Son 10 años de aniversario y mucho tiempo sin vernos, no podía ser menos – Respondió el chico mientras quitaba la malla que cubría el barco de sushi.

- Es realmente increíble… - La chica observaba como el chico tomaba los cubiertos.

- Quizás debí poner la mesa al estilo japonés porque la verdad esta estructura no va mucho con el sushi – Dijo para sí mismo - Espero que eso no te moleste my Lady – Agrego luego mirándola a los ojos.

- Gatito tonto, claro que no me molestaría algo así, me parece fantástico… realmente tienes buenos modales…- Le dice ella intrigada.

- Que quieres decir my Lady ¿Acaso hice algo extraño? – dijo Chat completamente inocente.

- Es solo que en situaciones así me pregunto… ¿Quién eres? –Le dijo la chica con admiración – Nunca antes te acepte una invitación a cenar y es realmente una sorpresa, no muchos chicos pondrían la mesa así.

- Sabes que si quieres saber quién soy basta con que me lo pidas…- Susurro el chico a sabiendas de la respuesta.

- No gatito… incluso ahora sabes que eso no puede ser… solo… me dio curiosidad… tantos años juntos y hay tantas cosas que no se de ti y que no sabes de mi… y que no podemos saber uno del otro – La voz de la chica era nostálgica y desvío la mirada.

- Se te ve bien el pelo suelto – Soltó Chat cambiando abruptamente de tema y provocando que ella se sonrojara.

- Gracias gatito… tú… tú has crecido, creo que estas más alto que la última vez que te vi – Dijo ella en respuesta fijándose en su compañero, había cambiado mucho en los últimos años sin verlo, como decirlo, se veía más varonil, ya no era el adolecente que en algun punto la tuvo enamorada – Bueno, es obvio, tenemos casi la misma edad así que debes tener 25 años aproximadamente ¿O me equivoco?

- Es correcto Bugaboo, pero tú no has crecido nada – Dijo el con una sonrisa burlona – Sigues siendo mi pequeña Bugaboo.

- No seas así Chat, las chicas no solemos crecer más allá de los 17 años mientras que los hombres siguen creciendo incluso hasta los 21- Dijo ella inflando las mejillas como niña pequeña.

- Bueno, bueno, tu estatura no cambió, pero sí que estas diferente – El chico la miro pensando en como sus curvas habían aumentado, pero prefirió evitar hacer comentarios al respecto, ya no era el chico hormonal de antaño que hablaba sin pensar, tenía más autocontrol, o eso quería el pensar…

Pero no era realmente así, de autocontrol no tenía nada, todo lo contrario, su estado de ánimo cambiaba constantemente y era aún más impulsivo que antes, pero debía controlarse delante de Ladybug si no quería causar una mala impresión. Todo comenzó 6 años antes cuando no pudo controlar la ira que lo quemaba por dentro.


Chat comenzó a correr por los techos parisinos alejándose cada vez más del centro de la ciudad hacia los suburbios, no quería pensar en nada, solo corría sin un rumbo ni dirección fija, era temprano pero aun no amanecía, y eso le agradaba, no quería que llegara el día, no quería tener que destransformarse para continuar con su rutina de chico rico, para seguir fingiendo que era feliz cuando desde hacía tiempo que, a excepción de cuando estaba con su Lady, no era capaz de sonreír sinceramente.

Todas las revelaciones que había escuchado de boca de la propia Ladybug se le venían a la cabeza como escenas, como piezas de un rompecabezas, tantos momentos tenían ahora sentido, pero no quería pensar, no quería seguir analizado, alternaba entre los tejados y las calles, simplemente avanzaba en línea recta, ser Chat tenía sus ventajas, la fuerza física que adquiría al estar transformado hacían que no se cansara con facilidad, pero no sabía a donde ir así que se detuvo en un balcón pensando y entonces vio su reflejo en el ventanal…

Su cabello era completamente blanco, al igual que su traje y sus ojos eran de un celeste intenso…

- Chat Blanc – musito, recordando el nombre que le había dado su Lady a la apariencia que tenía en la pesadilla - ¿Qué mierda importa de qué color esté? Al final de cuentas no soy nada, solo una pluma... – El reflejo en el ventanal le devolvía una mirada afilada, paranoica, delirante… unos ojos muy abiertos con las pupilas dilatadas y ese celeste claro que lo hacían parecer aún más intimidante, mientras, una idea se estaba gestando en su cabeza – No soy el único sentimonstruo creado por mi familia… No solo los Agreste usaron el pavo real – Hablaba en voz alta a su propio reflejo, el cual le devolvía una sonrisa maliciosa, su propia sonrisa – Félix… ese bastardo sabía todo desde el principio y nunca me dijo nada…- Tendría que vérselas con su primo y ajustar cuentas, engaño a Marinette pero por sobre todo le oculto lo que sabía de su propia existencia… y tenía el pavo real, de eso Chat estaba segura – Claro que ese idiota no entregaría el pavo real, es imposible que se lo devolviera a Ladybug- Murmuró enfadado.

Chat Blanc salto del balcón y siguió caminando, no conocía este sector de la ciudad, generalmente los akumas se movían por el centro de Paris y claro, como chico rico, andar por los suburbios era impensado, así que no reconocía estas calles, arrugo un poco la nariz ya que el olor no era muy agradable, lejos de los grandes monumentos, en estos barrios más bien residenciales, la basura se acumulaba en varias de sus esquinas, pero no era solo eso, las paredes estaban rayadas y llenas de grafitis y, aquí y allá, distinguió algunos grupos escondidos entre callejones. Los suburbios eran para Chat Blanc un lugar completamente desconocido, pero le parecían interesantes.

De pronto escucho el grito de una mujer que pedía ayuda, salto ágilmente hacia uno de los tejados con ayuda de su bastón y corriendo entre un par de techos dio con el callejón de donde provenían las voces de una mujer y un hombre discutiendo.

- Idiota suéltame – Chillaba la mujer mientras el tipo la trataba de besar con brusquedad apretándole las mejillas mientras la tenia acorralada contra la pared – ¡Ayuda! ¡Este Idiota quiere abusar de mí!

- No digas eso nena – El tipo estaba claramente borracho – no te enojes así conmigo.

La chica le dio un fuerte pisotón a lo que el tipo reacciono dándole una bofetada que la arrojó al suelo, Chat ya había visto suficiente…

- ¿Así que te gusta golpear mujeres? Quizás deberías meterte con alguien de tu tamaño – Chat Blanc salto desde el techo empujando al tipo al suelo, este cayó de espaldas y el felino rápidamente le apunto con su bastón en el cuello.

El tipo le tiro un escupitajo riéndose en su cara:

-Que va a hacer un chiquillo con disfraz de gatito, eres tú el que no sabe con quién se mete, si supieras quien soy te orinarías encima como un bebé - el tipo lo miraba con suficiencia aun cuando era el quien estaba tirado en el piso.

- Lastima que tú, al parecer, tampoco sepas quien soy – Dijo Chat Blanc sin alterarse en lo más mínimo y mirándolo fríamente, sin expresión alguna – si lo supieras habrías mantenido tu maldita bocota cerrada – Sonrió felinamente antes de darle una fuerte patada en un costado que lo arrojo al otro lado del callejón. – Vaya… sí que el cuerpo humano es débil… - Susurro dirigiéndose al lugar donde el tipo había chocado con la pared.

- ¡No… no te acerques… monstruo! – Grito el tipo en pánico, después de esa patada estaba sangrando por la boca y se notaba que había perdido al menos un diente, además de un hilo de sangre que corría por su frente.

-¿Monstruo? – Chat Blanc lo miro con una sonrisa que no llego a sus ojos fríos – No era yo el que estaba golpeando a una mujer – Tomo al tipo por el cuello de la camisa elevándolo contra la pared con la mano izquierda y dándole un puñetazo en la cara con la mano derecha, y otro más, y luego otro… y otro… y otro…

- ¡Suéltalo, suéltalo! – comenzó a gritar la mujer tras de él- ¡Vas a matarlo, detente! – Intento tomarle el brazo para que se detuviera y Chat se giró mirándola con displicencia.

- ¿Qué quieres mujer? ¿No es este el tipo que te golpeó y que intento abusarte? …- pero la chica lo interrumpió.

- ¡Es mi novio idiota, nadie te pidió ayuda, monstruo! – La chica lloraba y en cuanto Chat dejo caer al tipo se le acercó a abrazandolo, estaba inconsciente, pero respiraba – ¡Vete maldito engendro! - Le grito mientras, arrodillada en el piso, sostenia el cuerpo inconciente del tipo.

- Ok... ya nadie valora a los héroes… - musito el con enfado.

- ¿Héroes? Aquí no existen los héroes, ni uno solo vino nunca a los suburbios, supongo que somos muy poca cosa como para preocuparse por nosotros – La chica estaba llorando mientras seguia sosteniendo al inconsiente tipejo, pese a que momentos antes él habia intentado forzarla a besarlo y la había golpeado tirandola al piso - Ni yo, ni nadie de los suburbios, creemos en supuestos héroes, lárgate antes que vengan los de la pandilla, mi novio es uno de los jefes ¡No sabes con quien te metiste!

- Un jefe… - musito chat mirando como el tipejo seguía inconsciente y sangrando por toda la cara, la cual de apoco se estaba hinchando de manera repulsiva – Ok señorita – el chico se puso en cuclillas mirándola a los ojos – Me iré ahora… pero… nunca estuve aquí… si alguien menciona mi nombre o cualquier cosa referente a mi… ten por seguro que regresare a terminar l que empecé...

- Ok… - Respondió ella mirándolo con pánico, esos ojos celestes y fríos no mentían.

- Buena chica - Respondio poniendose de pie - Esa es la respuesta que quería – sonrió con malicia Chat Blanc alejándose por el callejón…

Al llegar a la calle principal se dio cuenta de que ya había amanecido por completo, vio su reflejo en una vitrina y se conmociono por un momento, su traje blanco estaba completamente manchado de sangre con salpicaduras sobretodo en la cara y hombros, si alguien lo veía así sería un problema, extendió su bastón trepándose al techo más próximo y siguió corriendo como loco alejándose cada vez más de la ciudad hasta que debió volver a bajar e impulsarse solo con su bastón ya que las casas dieron paso a pequeñas chacras y luego extensiones más grandes de sembradíos. Después de un par de horas corriendo se internó en un bosque sentándose en medio de este.

-AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH! – Grito el chico furioso golpeando el piso con sus manos - ¿Qué me pasa? … Realmente pude matarlo y lo que es peor… quería matarlo – otro puñetazo al piso – este no soy yo, no soy yo, no soy yo, no soy yo.

Siguió golpeando el piso y derramando lágrimas, pero la furia no se iba, tenía ganas de destruir a todo y a todos.

- Esa chica me llamo monstruo, y claro que lo soy – Se dijo para sí mismo mirando sus manos, manchadas aún con la sangre de ese tipejo – Se lo merecía – Sonrió para sí mismo recordando las sensaciones que tuvo al golpearlo, luego se agarró la cabeza – ¡No, no, no, no, no! No debo pensar así, era una persona y yo estuve a punto de arrebatarle la vida – Chat se debatía entre los impulsos asesinos que sentía en ese momento y lo que era moralmente correcto… era tan débil…

Nunca lo había pensado realmente, sus trajes de héroes los protegían de la mayoría de heridas y siempre había peleado contra akumatizados o portadores de miraculous por lo que el daño físico siempre se reducía al mínimo incluso después de una paliza, y si a eso agregamos el Lucky Charm de Ladybug que curaba cualquier malestar que tuviera dejándolo como si la batalla no hubiera existido, tenemos como conclusión que, salvo contadas ocasiones, ni él ni sus enemigos habían siquiera sangrado.

- Debe de ser una broma – Sonrió para sí mismo – Es solo un poco de sangre pero ese tipo… fue tan fácil hacerlo sangrar, basto una patada para dejarlo fuera de juego, ni que decir de los puñetazos, era demasiado fácil – Seguía mirando sus manos ensangrentadas – Tan fácil…- Chat Blanc se reía mientras observaba sus manos y lloraba desconsoladamente al mismo tiempo.

-Ahora entiendo porque my Lady quería mi miraculous… es demasiado poder como para enfrentarse a simples seres humanos – habla como si el no fuera humano – son tan débiles, pero yo lo soy aún mas aunque no lo parezca, basta un chasqueo de dedos y dejaría de existir, soy efectivamente un monstruo creado para satisfacer el ego de mi padre, un deseo estúpido al fin y al cabo, alguien a quien nunca podría nadie amar en serio.

A su mente se venían imágenes de años antes cuando estuvo de novio con Marinette y de todas sus aventuras con Ladybug… Y recordó las palabras que le dijo ella esa misma noche…

- "No, no es un sentimonstruo, es un humano, solo que en vez de ser concebido normalmente fue concebido con la magia… Adrien…Adrien definitivamente es humano, no pienses algo distinto a eso (…) No tengo ninguna duda, es humano, y es un gran chico (...) Adrien es un gran chico, es amable, dulce, guapo, un gran amigo, una gran persona (…) – Las palabras de Ladybug resonaban en su cabeza… ¿Qué pensaría si lo viera ahora? Solo un par de horas después de esa conversación había chantajeado a Plagg con su propia vida para recuperar el anillo y había estado a punto de asesinar a un hombre, y lo peor, no se arrepentía de nada…

La rabia y frustración eran cada vez más fuertes, se miraba las manos obsesivamente, el rojo en su traje blanco destacaba como una herida abierta y si bien físicamente estaba en perfectas condiciones, mentalmente estaba quebrado, su corazón sangraba y se encontraba desecho.

-Cataclismo – Susurro y la energía, de un celeste claro empezó a acumularse en su mano derecha mientras la sostenía con la izquierda, cada vez más grande, como su ira y su dolor - ¡MALDICION! - Grito y apunto el cataclismo al suelo, a sus pies – Sería mejor si yo mismo dejara de existir… - Sollozo mientras liberaba el cataclismo en una gran explosión.

[…]

La explosión pudo verse incluso desde la ciudad de Paris, al principio se pensó en un atentado, pero pronto se dijo que algo como un meteorito no detectado habría, probablemente, caído a las afueras de la ciudad.

En medio del bosque un chico yacía en medio del cráter, desmayado, su traje lo había protegido de la explosión, pero al estar en el epicentro había caído inconsciente, en algún momento dentro de su sopor había dicho "garras fuera" por lo cual Plagg intentaba desesperadamente despertarlo.

Por suerte nadie se había acercado al cráter, ya que pensabian incluso que podría incluso ser radioactivo, pero esa suerte no duraría demasiado, Adrien debía salir de ahí y Plagg no sabía como despertarlo, entonces recordó que aun debía de quedar un pedazo de camembert en los bolsillos del chico así que los reviso – ¡Bingo! – rápidamente coloco el apestoso queso en las fosas nasales frente a lo cual y de forma inmediata Adrien arrugo la nariz con disgusto.

-Estúpido Plagg que haces – Se quejo molesto, agarrando al pequeño kwami que tenía frente a su cara y apretándolo en su mano.

- ¡Suelta, suelta! – grito Plagg liberándose del agarre de su portador– La pregunta es qué es lo que haces tú, estúpido – El chico lo miro sin comprender, el pequeño kwami estaba ahora flotando frente a él cruzando sus brazos – Mira a tu alrededor… no ves nada peculiar.

Adrien recién en este momento noto que definitivamente no estaba en su departamento… los recuerdos le bombardearon la cabeza como una fuerte jaqueca, apretó los ojos y con sus manos masajeo sus cienes intentando aplacarlo.

-Plagg, has que pare! – Grito – ¡Aaaaaaaaaaaah! Duele mucho – el chico estaba arrodillado sosteniendo su cabeza, sollozando y gritando mientras las imágenes de todo lo sucedido la noche anterior pasaban frente a sus ojos.

- ¡Cálmate niño, vamos, debemos salir de aquí, debemos huir! – Grito Plagg logrando sacar a Adrien de su sopor – ¡Ya vienen, no pueden encontrarte aquí, transfórmate, ¡rápido!

- ¡Plagg! ¡Las garras! – Grito el chico transformándose rápidamente, extendiendo su bastón y saliendo del cráter. Desde arriba pudo verlo mejor, tenía al menos 10 o 15 metros de diámetro y había destruido toda una porción del bosque, el cual no era muy grande en realidad, desde arriba se veía más como una arboleda, a lo lejos pudo ver algunos camiones militares y gente con trajes anti radioactividad preparándose para investigar el misterioso cráter. No quería verse envuelto en todo eso así que simplemente se alejó rumbo a la ciudad, su traje volvió a ser del característico negro y su mente estaba algo más calmada, era tarde, alrededor de las 3pm, Nathalie debía estar desesperada ya que tendría que haber asistido a dos reuniones en la mañana, pero nada de eso le importaba realmente.

Una vez en su departamento se dirigió directo al baño después de destransformarse, solo al mirarse al espejo se dio cuenta de que, aún en su forma civil, tenia salpicaduras de sangre en la cara y pelo, aunque muy pocas, se metió a la ducha fría, necesitaba calmarse, estaba más sosegado que la noche anterior pero no era suficiente. Dejo que el agua fría escurriera por su cuerpo mientras intentaba aclarar sus ideas, los recuerdos después de saltar de la torre Eiffel eran confusos, como si los hubiera visto pero no vivido, como el recuerdo de una película antigua, pero las manchas de sangre le recordaban que si habian ocurrido… ese traje blanco… ya hablaría con Plagg al respecto.

Al salir de la ducha y mirarse al espejo su reflejo le devolvió una mirada que él no conocía, le recordó a los soldados que volvían de la guerra, en una sola noche había vivido demasiadas cosas, ni cuando Monarca – su padre - robó la caja de los Miraculous y se enfrentaron a Shadybug y Claw Noir se había sentido así, tan acabado mentalmente, tan destruido, con el corazón hecho trizas – Recordó las palabras que le dijo a Claw Noir en la piscina y sonrió – En ese momento no era más que un idiota idealista que de verdad creía de forma sincera que había algo bueno en sí mismo – Adrien le hablaba a su reflejo – Ahora entiendo mucho mejor a Claw Noir… ahora que yo también quisiera destruir todo con mi cataclismo –Adrien se miró su mano derecha – Debo descansar... – Musito.

Antes de salir del baño miro una vez más su reflejo, aún tenía el pelo mojado por lo que se veía más peinado de los normal, le recordaba inevitablemente a cierto señorito ingles…

- Félix Fathom Graham de Vanily, te aseguro que hoy en la noche recibirás una no muy cordial visita…

[…]

Mientras Adrien susurraba estas palabras al espejo, en Londres, Félix disfrutaba de la hora del té… sirviéndose un buen vaso de Whisky, Duusu revoloteaba a su alrededor sonriente y el broche del pavo real brillaba en su pecho al lado del corazón, prendido al chaleco de su traje, claramente no se lo había devuelto a Ladybug, y, sabiendo lo que sabía, ella lo comprendió perfectamente, o más bien no le quedó otra que hacerlo, no le entregaría a nadie el poder de hacerlo desaparecer con un chasquido de dedos, protegería el pavo real para asegurar la supervivencia de el mismo y la de su primo favorito, sin importar a quien debiera enfrentarse…


- My lady, es hora de probar el postre – le dijo sonriente el Felino a su Catarina.

- Gracias Chatón, ha sido una velada increíble, me ha gustado recordar nuestras aventuras – Le dijo ella devolviéndole una amplia sonrisa.

- Bueno, es divertido recordar, y debo decir que este vino me ha soltado un poco la lengua – Dijo con un poco de hipo y una sonrisa tonta en los labios.

- Te dije que tuvieras un poco de autocontrol, pero sigues tan impulsivo como siempre gatito – La chica también sonreía tontamente con sus mejillas y nariz coloradas por el alcohol.

- Te equivocas my Lady, si fuera tan impulsivo como antes a estas alturas ya te habría besado – Lo dijo sin un ápice de vergüenza, el alcohol le estaba afectando más de lo que debería.

- Gato tonto, como si fuera a aceptar un beso tuyo – Le replico ella mirándolo atrevidamente, lo cual el minino tomó como un reto.

- Cuanto apostamos Bugaboo, a que antes de que esta velada termine, me habré robado un beso tuyo – Sonrió el felino con malicia.

- Mmmm no estoy segura… deja pensarlo… debo ganar algo bueno ya que ese beso no va a ocurrir… - Ella le seguía el juego mientras él volvía a llenarle la copa de vino – ¡Gatito malo! – Se quejó la chica - emborracharme para ganar es ser algo tramposo.

- En la guerra y el amor todo se vale – Ya estaba de nuevo comportándose como antaño, parecía que no había pasado ni un día desde que dejaron de verse, todo había vuelto a la normalidad, solo que el alcohol hacia que para Chat esas clásicas bromas románticas, que antes decia por rutina, fueran nuevamente un deseo que quería hacer realidad, no había estado con nadie después de Marinette y algo le decía que para su Lady la situación era similar, recordaba los días en que moría de amor por ella y los días en que ella también se mostró enamorada de él…

Donde fuego hubo… cenizas quedan…


Por fin! Perdón la espera, fue casi un mes de hiatus, estuve muy ocupada y estresada por lo que tenía un pequeño bloqueo, pero ya por fin pude sentarme y escribir este capítulo ¿Qué les pareció? ¡Espero que la espera haya valido la pena para ustedes! Espero con ansias sus comentarios.