UN AÑO ATRÁS – LUGAR DESCONOCIDO.
- Rayos, ¿por qué de todos los lugares en los que podía descender, termino en el menos pintoresco? ¡Aquí sólo hay montañas! – protestó la joven de otro mundo, al notar su visión obstaculizada por aquellos rocosos y grandes montículos. Bueno, al menos puedo percibir la presencia del mar a lo lejos, así que no es taaan malo. Lo mejor será que empiece con mi tarea. Es la primera gran expedición a otro universo que hago por mí misma y no quiero que…
*¡GROOOOOOAAARRR!*
- ¿Mmm?
En ese momento, la peliblanca notó a lo lejos, la figura de un imponente dragón de escamas, completamente, negras, aterrizando sobre uno de los tantos riscos.
Al verlo con mas detenimiento, su humor mejoró considerablemente.
- ¡Ohhh! ¡Genial, hay dragones en este mundo! ¡Justo como en el RPG que jugué la otra semana! Ahora, como debería proceder…
Mágicamente, una nube de pensamiento apareció sobre la cabeza de la fémina, enseñando tres distintas opciones.
- Podría…
A- Ignorarlo
B- Pedirle indicaciones
C- Sacarle el relleno a golpes.
- Mmm creo que intentaré la paz por el momento. Necesito saber a dónde dirigirme. Bien, eso haré. No será difícil comunicarme, después de todo soy el ancestro de todo reptil existente.
Con agilidad prácticamente inhumana, la alienígena pego un salto y se colocó justo a un lado de la cabeza de la bestia, quién se había echado a descansar momentos antes.
*Poke*
- Disculpe…
*Poke Poke*
- Disculpe.
Marina, entonces, decidió sujetar el párpado de la criatura y levantarlo con fuerza.
- ¡DISCULPE! ¿HAY ALGUIEN EN CASA?
Ante aquel súbito acto, el ojo se abrió de golpe y brilló amenazadoramente.
La tierra bajo los pies de ambos tembló y las enormes fauces del dragón, ahora, se hallaban justo en frente de la muchacha.
- ¿Un… humano… aquí?
- Oh bien, tienes inteligencia, fiu, me ahorraste tener que hablar como lela por más de media hora.
El oscuro reptil frunció el ceño.
- ¿Qué has venido a hacer a este Valle, humana? ¿Tienes la intención de enfrentarme como tantos otros de tu raza?
- Okay, pongamos un alto ahí, señor escamoso – respondió Marina con las manos en su cintura. En primera, sólo éste cuerpo tiene ADN humano, en el fondo soy una Bestia Primordial, una calamidad en potencia conocida como "EL GRAN LEVIATÁN" y en segunda…
Sorpresivamente, de un momento a otro, el gran dragón comenzó a reír de forma estrepitosa.
- Oe, ¿qué es tan gracioso?
- ¿El LEVIATÁN dices? ¡MIENTES! LA ÚNICA CRIATURA QUE HE CONOCIDO CON ESE NOMBRE FUE VENCIDA HACE YA 15 AÑOS. EL Y EL BEHEMOTH PERECIERON A MANOS DE UN GRUPO DE AVENTUREROS. ASI QUE ES IMPOSIBLE QUE TU, UNA SIMPLE HUMANA, PORTE ESE NOMBRE.
- ¿Oh? ¿No me crees? ¿Quisieras comprobarlo, entonces, lagartija? – expresó la exploradora con tono jocoso.
- Será tú último error, no puedo ser vencido. SOY EL GRAN DRAGÓN NEGRO, LA ÚLTIMA DE LAS 3 CALAMIDADES QUE AÚN HABITA ESTE MUNDO. LA SANGRE DE HÉROES YACE EN MIS ESCAMAS, HE SIDO LA PESADILLA DE…
- Si si si, que te gusta alardear, ya te entendimos…
¿Puede creer alguien la audacia de este tuerto?
- ¡INSOLENTE GUSANO!
Ups, lo dije en voz alta.
- ¡PROBARÁS EL ARDOR DE MIS PODEROSAS LLAMAS Y…!
30 SEGUNDOS MAS TARDE…
- Pinshe, bisho, no dura nada – dijo Marina, ahora, parada encima del gigantesco cadáver del que había sido su oponente hace sólo unos momentos. Aunque tengo que reconocérselo, tuve que activar mi Segunda Fase para que mis golpes pudiesen agrietar su coraza. Es un gran mérito, pero… no lo suficiente… jajajaja.
La joven se detuvo entonces a la altura de la cabeza.
- Oh vamos, no te sientas tan "decaído" Hay que ver el lado bueno- exclamó. Al menos, ahora, ambos ojos están parejos… jajajaja
En lo que fémina se regodeaba de su victoria, una brillante figura traslúcida comenzó a materializarse justo al otro lado del cráneo de la bestia.
Al voltearse, la "Mente de YHVH" se topó cara a cara con la imagen de una bella mujer de largos cabellos dorados, ojos del mismo tono y vestimenta completamente blanquecina.
Mmm, esto no se ve todos los días…?
La reciente aparición observó, por su lado, los alrededores, cómo no cayendo en sí de que, por fin, había sido liberada de su confinamiento.
- Soy… soy libre – murmuró. Pero… el dragón… está…
- ¡Oiga, señora fantasma! – súbitamente, la voz de la joven alienígena llegó a sus oídos. Si tiene asuntos que resolver con el reptil de color humilde, lo lamento, pero ya lo envié a conocer a sus ancestros.
La traslúcida doncella al oír esto, abrió los ojos atónita, no dando crédito a lo que acababan de decirle.
¿Esta pequeña jovencita había matado al dragón?
¿Acaso era una aventurera?
Al examinarla más a fondo, por alguna razón, su exótica vestimenta, con todo y aquella bufanda de color azul marino que su boca, le recordaron a una persona muy cercana y querida para ella.
A su amado esposo Albert Waldstein.
¿Podría esta humana, ser quizás una reencarnación de su amado? ¿O quizás, una descendiente? ¿O tal vez, alguien que decidió seguir sus pasos?
Confundida y en lo que su mente intentaba racionalizar su nuevo dilema, no pudo evitar sobresaltarse al notar que su cuerpo comenzaba a disolverse, lentamente, en pequeños fragmentos, cosa que intrigó a Marina.
- Oiga, madame, ¿qué le está ocurriendo?
- Ahora que mi lazo con el dragón se ha roto… ya no me queda tiempo – pronunció con tristeza. Aun así, siempre te estaré agradecida, joven aventurera. ¿Puedo hacer algo por ti, como retribución por tu esfuerzo?
- Pues… ¿podría indicarme el sitio con la mayor concentración de personas? Necesito comenzar con un trabajo que me encomendaron.
La doncella traslúcida sonrió y le explicó que su mejor opción era dirigirse a la Ciudad Laberinto de Orario, donde todos los aventureros se reúnen buscando fama y fortuna.
- Así que Orario, ¿eh? Se lo agradezco.
- No es nada. Por cierto… si no es mucha la molestia, ¿podría saber el nombre de la guerrera que me rescató de la que fue mi prisión estos últimos 1000 años?
- Claro, soy Marina, Marina Ad Astræ. ¿Y usted es…?
- *Giggle* Puedes llamarme Aria, soy una miembro de la raza de los espíritus. Viví atrapada dentro del Dragón Negro desde que fui capturada y, ahora, gracias a ti, finalmente fui liberada. Mi único pesar es que no podré ver a mis queridos esposo e hija.
- Lamento su pérdida, supongo… ¿Qué hará con eso? – dijo la chica, entonces, señalando la traslúcida mano que se iba fragmentando.
- *Sigh* Por desgracia, no puedo mantenerme en este plano por mucho - dijo enseñando como partes de su anatomía iban desintegrándose poco a poco. Así que, sólo me volveré una con el viento, esperando el día en que pueda renacer y caminar de nuevo en este mundo. Pero no te preocupes, la reencarnación es algo natural en el ciclo de vida de nosotros los espíritus.
- ¿Tenía que ser tan dramática…?
- *Giggle* Supongo que es un viejo hábito. Ahora, me despido, joven Marina Ad Astræ, me aseguraré de recordarte siempre en cuanto vuelva a estar viva.
Si, si, no necesita ponerse sentimental…
Dicho esto, Aria comenzó a flotar en línea recta, aguardando su fatídico destino con una gentil calma en sus facciones y una nueva y renovada confianza. Marina por su parte, sintió una potente vibración proveniente de su bolsillo. Al inspeccionar, descubrió que se trataba de su Aparato de Regulación Cuántica.
- ¿Qué? ¿Una anomalía? ¿Justo ahora? – se preguntó, viendo como el artefacto indicaba una de las directrices que dictaba la continuidad se estaba comenzando a desdoblar.
Nerviosa, la peliblanca apuntó y escaneó en todas direcciones, buscando la falla.
¿Qué pude haber hecho mal para que esto pasara?
¿Era el dragón la causa? ¿O esa señora fantasma?
Maldición, odio estar desinformada.
- Como sea, tendré que arriesgarme o todo se irá al retrete.
Haciendo gala de su monstruosa agilidad, la pálida extraterrestre acortó distancias con el bondadoso espectro con el que había conversado, quedando justo al frente de la misma.
Aria la miró confundida.
- ¿Uh? ¿Tienes algo que quieras decirme?
- Siiii ehh… lo lamento pero tendré que volverte a encerrar… es por el bien común…
- ¿EEEEHHH?
Marina, hizo aparecer, entonces, un cilindro bastante futurista del tamaño de una vasija y lo apuntó en dirección a la temerosa rubia.
De éste, una serie de rayos brotaron y rodearon el cuerpo de la fémina, impidiéndole moverse sin importar que hiciese.
- ¿Q-Que? ¿Qué es esto? ¿Por qué me haces esto? ¿No eres acaso una heroína?
- Jamás dije eso – refutó la joven. Y cálmese, de una forma retorcida y poco convencional, este aparato la mantendrá con vida. Es una cápsula para preservar Pneumas o Almas artificiales que ya no poseen ataduras físicas. Cómo dijo que era un tipo de espíritu, servirá de la misma manera, Mientras la mantenga dentro, su esencia se mantendrá conservada, perderá su libertad pero, al menos, no la vida…
- Lo… lo comprendo…
- ¿Huh?
Marina, honestamente, no esperaba que aceptase de esa forma.
- Si haces esto, debe ser por una razón importante. Así que elegiré confiar en tus acciones.
- Ehh… ¿gracias?
- Pero… prométeme algo.
- ¿Mmm?
- Por favor, busca a mi hija, su nombre es Ais, dile que su madre la ama y que, algún día, los tres estaremos juntos de nuevo.
- *Sigh* De acuerdo… le doy mi palabra.
Tengo una debilidad por las familias felices, ¿ok?
- Gracias…
Y así, al cabo de unos segundos, la imagen de Aria fue engullida en su totalidad por el cilindro, luciendo como una enorme muñeca dentro de una gran lámpara de lava.
- Bien, eso tiene que bastar para…
*BEEP BEEP BEEP*
¡Oh no me jodas!
Marina tomó, una vez más, el aparato y confirmó que, en efecto, la estabilidad aún peligraba.
ADVERTENCIA – EXISTENCIA DE INDIVIDUO RELACIONADO CON ÚLTIMA DIRECTRIZ, NO RECONOCIDA.
REALIZAR AJUSTE O AGUARDAR DESDOBLAMIENTO EN T-MENOS 3 MINUTOS.
¿INDIVIDUO RELACIONADO…? ¿No se supone que ésta era una línea muerta, apta para cambios profundos? No debería estar lidiando con esto a menos que…
¡Mierda!
Esta dimensión aún guarda cierta conexión con el flujo principal de sucesos.
¡Ahh tenía que pasarme en mi primer día!
La viajera, desvió su atención hacia el cadáver que descansaba a su lado.
- Tiene que ser el dragón – se dijo. El bastardo estaba conectado a un punto vital para la trama. Ahora que acabo de matarlo, he generado un cambio radical en la línea. Si no lo corrijo, la realidad se desdoblará y provocará el surgimiento de una nueva rama dentro del árbol de acontecimientos.
Ughh tenía que ser mi suerte.
- Veamos, veamos, que se puede hacer…
No puedo revivirlo, necesitaría de mi hermano mayor Caelian para eso y su dominio de las Pneumas (Almas), mi manejo de las Psyches (Mentes) no bastaría.
Y llamarlo a estas alturas, sólo significaría mi fracaso, luego de tanto tiempo perdido.
Tiene que haber algo más…
Mmm… quizás… quizás si lo reemplazo con alguna de las otras calami… es cierto, están muertas, la lagartija lo dijo. ¡Tampoco podrá ser!
- MENOS DE UN MINUTO PARA BIFURCACIÓN DE ESPACIO-TIEMPO.
- ¡MIERDA! Sólo me queda una alternativa y espero que sirva.
¡Si no hay nadie en este punto de la historia que pueda ocupar el cargo de Calamidad, tendré que hacerlo yo, con mis propias manos!
- REEMPLAZAR SUJETO CON MARINA AD ASTRAE - ¿CONFIRMAR ACCIÓN?
- ¡SI!
- ENTENDIDO, PROCESANDO…
0:23
0:22
0:21
- ¡Vamos vamos vamos, VAMOS!
0:16
0:15
0:14
- REEMPLAZO ACEPTADO. PROCESO DE DESDOBLAMIENTO SUSPENDIDO.
- Oh, gracias al Ziz. Eso estuvo cerca. Un poco más y… un minuto… me acabo de insertar en la historia… ¿a qué directriz dijo que me enlacé?
Buscando…
ENCONTRADO – SUJETO: MARINA AD ASTRAE – ENLAZADA A LA DIRECTRIZ FINAL DE LA HISTORIA.
- ¡¿Estoy en el final?!
ROL ESTABLECIDO: ENEMIGO A VENCER.
- ¡¿Y cómo la villana final?!
Tendré que enfrentarme a los héroes de esta historia… y perder…
Marina cayó de rodillas y extendió los brazos hacia el cielo.
- ¡KUSOOOOOOOOOOOOO!
PRESENTE – ORARIO (NOCHE DEL DÍA SIGUIENTE)
- ¡Argh! Cada vez que pienso en aquel momento me dan ganas de golpearme varias veces contra un escritorio. Todo ese asunto con el dragón y aquella boba promesa no hicieron más que complicar mi estadía.
*Sigh* Especialmente la segunda…
Supe que la Ais de la que habló esa tal Aria era la misma en cuanto revisé las memorias de la Princesa de la Espada, el día que nos conocimos.
¿Sabían que su viejo le hizo la gran Capitán América y la dejó atrapa-, perdón "resguardada" en un bloque de hielo por más de 1000 años? Con un padre así como mi héroe, preferiría que me criasen los minotauros…
Pero volviendo al caso…
Nada me detenía, realmente, de ir y decirle: "oye, ¿sabes qué?, me encontré a tu mama y me pidió que te diga que te quiere mucho" pero, sería la decisión más estúpida en todos mis años de existencia. Puedo hacer las cosas a medias por flojera pero, no soy tan despistada como para caminar hacia una red flag del tamaño de la Torre Babel.
Como expliqué antes, la chica es un caldo de traumas y emociones reprimidas.
Pasarle el mensaje sólo pondría a ella y a toda su familia en mi contra.
Me tratarían como espía o algo peor.
Además, la misión de esa "muñeca" es la de acabar con la Tercera Gran Calamidad y rescatar a su madre cautiva.
Y con ese título, siendo, actualmente, portado por mí, sumado al hecho de que tengo a su vieja encerrada en una lata a un costado de mi cama, sólo refuerza la idea de que tendremos que enfrentarnos a futuro.
No sólo a ella, quizás a todos sus compañeros también.
Pero bueno, este no es el momento para pensar en eso… - dije viendo como cierto chico a mi cargo comenzaba a acercase a la entrada del Gremio, dispuesto a cumplir con su parte del trato. Era hora de mi actividad favorita, bueno, segunda… ¡COMER HASTA QUEDAR SATISFECHA!
- Entonces… ¿a dónde dices que vamos?
- Es un lugar con el que me topé hoy en la mañana– dijo Bell. Le prometí a una de las chicas del personal que visitaría el sitio esta noche.
- Ohh, de modo que alguien del sexo femenino te echó el ojo y tú te apareces acompañado de otra chica, que, además, es tu asesora de Gremio. Wow, quién diría que tendrías los cojones…
Al decir esto, todo el rostro del peliblanco se tornó rojo.
- No no no, no es así. Sólo le prometí que iría porque ella me obsequió su desayuno justo antes de partir al calabozo.
No pude evitar querer golpearme la frente al oír eso.
- *Sigh* Ay, conejo. Tienes mucho que aprender.
- ¿Huh? ¿Por qué lo dice?
- Mira niño, en todo el tiempo que llevo viviendo aquí puedo decirte, con la mayor seguridad de todas, que la querida ciudad Laberinto de Orario es… un nido de ratas. Todo el mundo aquí es un asno o tiende a volverse uno con el pasar de los días. Serás apaleado, pisoteado, cortado, estrangulado, apuñalado, vapuleado y, sobre todo, robado y estafado por las razones más ridículas posibles. Aquí el poder es importante, sí, pero, más que nada, lo es la ASTUCIA.
Debes saber identificar cuando la situación significa: "¡PELIGRO!" – exclamé, aturdiendo a mi acompañante. No puedes ir por ahí, creyendo que toda persona que ves es pura como el aceite que extraen de los girasoles. La vida del aventurero no funciona así.
- P-Pero… S-Syr-san no fue mala conmigo en absoluto– insistió el chico. Ella sólo…
- Escucha, no conozco a la fémina, pero por como lo veo y sabiendo la reputación que tiene este lugar y sus habitantes, muy probablemente deseaba 2 cosas- dije levantando esa misma cantidad de dedos.
1- Conocerte mejor, porque, tal vez, le pareciste lindo – cosa que hizo sonrojar aún más al albino. O 2- Vaciarte la cartera, porque, a la vez, te vio cara de estúpido. Por tu bien (y el de mi cena), espero que sea la primera. Al menos, tiene final feliz. *wink*
Al llegar a nuestro destino, me detuve a leer el gran cartel que resaltaba cerca de la entrada.
- ¿La Anfitriona de Fertilidad?
¿Qué clase de lunático le pone ese nombre a una Fonda?
Suena a prostíbulo clandestino.
- Si, ¡este es el sitio! ¿Sugiere que entremos, Marina-san?
- No me lo preguntes a mí, conejo- respondí. Tú eres el guía por esta noche. Haz lo que tu corazón te dicte.
- O-Okay – dijo éste no muy convencido y procedió, entonces, a empujar la gran puerta de madera que nos separaba de nuestra noche de festejo.
Adentro el ambiente era alegre.
Había mucho bullicio, personas disfrutando de bebidas y variados platillos, con meseras de varias razas diferentes yendo de un lado a otro.
- Acogedor… busquemos un asiento, conejo.
- H-Hai…
El lugar parecía estar repleto.
Lo cual me hacía deducir que, tal vez, la comida era buena.
O al menos, decente en mi caso.
Después de todo, nada superaba el talento gastronómico de mi hermano Horatius a.k.a. el Behemoth. Ese maldito tiene un don en cuanto a todo lo culinario.
En cuanto divisé un par de sillas vacías, mi primera reacción fue avisarle al mocoso, pero alguien más tenía otros planes para esa velada...
- ¡Oh, sí viniste, aventurero-san!
Confundida me volteé, no esperando ver a Bell charlando con un miembro del personal. Más específicamente, con una bonita chica de cabello plateado.
- Ahh jaja, si, lo hice.
- Nunca me dijiste tu nombre, por cierto.
- Ah… es Bell, Bell Cranel – oí responder a mi cliente algo nervioso.
- Muy bien, Bell-san, tenemos espacio en la barra si gustas tomar asien…
- Así que… coqueteando, ¿eh chico? – dije, interrumpiendo el momento y colocándome a un lado de ambos, provocando así que toda la atención pasara a mi persona.
- ¿Marina-san?
- Oh no no no, no te preocupes por mí, tu continúa en lo tuyo. Deseo ver como haces tú primera conquista, señor "Haré un Harem para honrar a mi abuelo".
La reacción del conejo fue para los libros de historia.
Aun así, todo este bullying hacia él, era necesario. Deseaba descubrir qué tipo de persona era la tal Syr que atrajo al pequeño Bell hasta este sitio.
Por desgracia, en el momento en que le realicé una exploración mental sigilosa a la posible estafadora, me llevé una amplia sorpresa.
Esa simple camarera… no era una simple camarera en absoluto.
Tenía recuerdos que no concordaban con los de un mortal ordinario.
Memorias de actividades mucho más, como decirlo… ¿divinas?
Lo que sólo podía significar que… se trataba de una Diosa.
Y no de una cualquiera.
Era nada menos que FREYA, la reconocida deidad de la belleza.
Una de las, sino LA, más amada de entre todas las que residían, actualmente en Orario.
Su reputación era inmensa y monstruosa a partes iguales.
Por un lado, era quien poseía la Familia más poderosa existente y la de mayor fama en combate pero, a la vez, también se sabía que tendía a convertir a los individuos que le interesaban en SIMPS, haciendo uso de su "Encanto" divino.
Y como casi todos en este pueblo tenían las barreras mentales de un anciano con demencia, prácticamente, podía dominar a quien sea.
Para cuando mi recorrido por su cerebelo comenzaba a mostrarme sus más "fogosas y candentes" experiencias pasadas, decidí cortar, abruptamente, el resto del proceso.
Definitivamente, no necesitaba ver eso…
Esta mujer era una pervertida de campeonato
Una, además, con el poder de observar las almas de cualquier ser que poseyese una.
Por fortuna, no era capaz de manipularlas a su antojo como sí lo podía hacerlo mi hermano, de lo contrario se volvería una rival de cuidado.
Aun así, no quitaba el hecho de que esta loca había mostrado interés tanto en mi Pneuma como en la del enamoradizo conejo.
Tener a una deidad con tal horrible historial, era una red flag en toda regla.
Quién sabe qué cosas atroces (zukulentas) podría hacerle al pequeño campanito.
Sin mencionar que no tengo idea de cuanto pueda influir la presencia de Freya en los sucesos de la línea.
¡Ahgg!, si hay algo que odio es estar en una situación donde no puedo desempeñarme a mis anchas.
Lo mejor, al menos, por ahora, será apelar a su lado bueno y no dejarme notar mucho…
- Así que tú eres la famosa Syr de la que Bell me estuvo hablando todo el camino – solté, centrando mis ojos azules en su grisáceo par de perlas. Tengo que decirlo, eres más bonita de lo que te describen.
Ante esto, Bell se mostró demasiado confundido, viendo que abiertamente, yo estaba flirteando con la camarera, a la cual había catalogado de posible engaña-bobos hace sólo unos minutos.
Por su parte, la susodicha "doble-cara" tan sólo, sintió las mejillas de su cara teñirse con el más profundo de los sonrojos y… espera… ¿Qué…?
- Mooo… Usted es muy atrevida, asesora-san. No debería jugar con el corazón de una doncella de esa forma.
Repito… ¿qué…?
- Además, aún no me ha dicho su nombre primero- expresó colocándose mucho más cerca de mi rostro. ¿Le importaría compartirlo conmigo?
Okay, no esperé que bateara para ambos lados...
- Marina, Marina Ad Astræ. Es un gusto- respondí con una sonrisa. Tienen un sitio acogedor aquí, he de admitirlo. La comida debe ser excelente.
Los ojos de Syr se iluminaron.
- Oh si, nuestra cocina es grandiosa. ¿Les gustaría tomar asiento en la barra? Me encantaría ofrecerles una mejor ubicación pero, como pueden ver, hoy tenemos casa llena y, ciertas mesas ya fueron reservadas por otras familias.
- No importa, nos sentaremos donde digas. No tenemos problema, ¿verdad Bell?
- ¿E-Eh? Ah. No, no hay ningún problema.
- Yay, por favor síganme, entonces.
La mesera nos llevó hasta una de las esquinas de la barra, donde había un par de sillas libres, próximas a la pared de junto. Ambos decidimos sentarnos y admirar el paisaje.
Al echarle un vistazo a mi acompañante, algo me decía que la curiosidad mórbida lo estaba carcomiendo por dentro.
- Etto… ¿Marina-san?
- Dime.
- Pensé que desconfiaba de Syr-san, ¿por qué se comportó tan "amigable" con ella?
Solté una pequeña risilla.
- Pues, si quieres saberlo, yo…
*Bam*
Justo en ese instante, un plato de cerámica cubierto hasta el tope de fideos fue colocado justo en frente de nosotros.
- Así que eres a quien Syr le hecho el ojo, te ves demasiado blando para ser aventurero – oí decir a una robusta mujer de amplia quijada viendo al conejo más de cerca. Ten come, necesitarás energía si quieres sobrevivir el calabozo.
Aquello me sacó una buena carcajada.
- Jaja, te describió perfecto, campanita – pronuncié, ocasionando que su atención pasase, ahora, a mi persona.
- ¿Y tú? Eres una asesora del Gremio, no veo a muchas como tú por estos lares, aunque tienden a pedir siempre lo mismo, ¿te traigo una ensalada para que cuides tu escuálida figura?
*Música sagrada se detiene*
El rostro de Bell palideció al notar la mueca diabólica que yo estaba esbozando sobre mi rostro.
- ¿Ohh? Creo que acabo de escuchar algo bastante divertido… ¿Beru-chan… no lo oíste tú también…? Creo que alguien intenta decirme algo…
- ¿M-M-Marina-san?
- Esas fueron palabras fuertes. Supongo que estará preparada para respaldarlas, señora…
- Mia, todos aquí me llaman Mama, niña – respondió la tabernera con los brazos cruzados.
- Marina Ad Astræ, sólo llámeme Marina. Entonces, MIA… ¿qué tal si probamos que tan escuálida le parezco…? ¿Está de humor para una pequeña apuesta?
- ¿Mmm?
- Póngame un límite de tiempo y una porción de comida, la que usted decida… yo la terminaré antes de que se acabe el plazo… y si lo logro… TODO SERÁ GRATIS…
Un poderoso puño azotó contra el mesón de madera.
- ¡Hmm! Pero si no lo logras, tú y el enano me pagarán el triple de lo que consuman. Cada uno – dijo la media enana con la misma sonrisa altanera.
- ¡Hecho…!
Para estas alturas, el alma de Bell ya amenazaba con salírsele del cuerpo considerando que, si su amiga perdía, estaría endeudado hasta acabar la adolescencia. Afortunadamente, una mano gentil sobre su hombro lo sacó de aquellos negativos pensamientos.
- Tu asesora parece muy animada.
Era Syr Flovel.
- S-Si, ella es algo… apasionada – replicó el peliblanco, viendo a su invitada engullir plato tras plato de algún tipo de pescado frito.
- ¡¿Es todo lo que tienes abuela? ¡Puedo seguir así todo el día jajajaja! (Marina)
- ¡No me subestimes, mocosa! ¡Prueba mi especial ahumado y también el cerdo a la pimienta! (Mia)
- Nunca vi a Mama Mia perder la calma de esa manera *giggle* A propósito, ¿qué hay de ti, la estás pasando bien?
El albino se rascó la mejilla en lo que degustaba a su propio ritmo.
- Pues, eso creo. Todos aquí están muy animados.
- Es natural, todo tipo de personas llegan a este sitio cada noche. El poder oír todas sus historias y verlos sonreír tan alegremente, llenan mi corazón de gozo. ¿No te parece algo grandioso?
- Si, supongo que podemos llamarlos así– respondió el peliblanco, en lo que daba un trago de su jugo de frutas.
A todo esto, mientras su conversación tenía lugar en el extremo este de la posada, una de las meseras, corrió hacia la entrada dispuesta a recibir al grupo de personas que venía entrando.
- ¡Ya están aquí, los que reservaron la mesa 11, nya!
Todos en el lugar voltearon a ver a los recién llegados.
Eran, nada más y nada menos, que los mejores prospectos de la familia Loki.
Aventureros de alto prestigio, como Finn Deinme, Riveria Ljos Alf e incluso Gareth Landrock, estaban haciendo acto de presencia en el establecimiento.
Los murmullos y cuchicheos no tardaron en manifestarse.
Pero, sin duda, la que más llamó la atención de los empedernidos comensales fue la joven de largos cabellos dorados que entró al último:
Ais Wallenstein, también conocida como la Princesa de la Espada.
Desde mi lugar en la barra podía oír los comentarios poco puros que le dedicaban algunos de los sujetos presentes.
¡Tiene 16, idiotas! Si ignoramos los 1000 que pasó encerrada, claro.
Aunque bueno, los entornos con inspiración medieval nunca fueron conocidos como albergues de gente culta, que digamos.
Acabada mi pequeña competencia con la posadera, me giré en dirección al conejo, que no había hecho otra cosa que quedarse embobado viendo a la hija pródiga de la Diosa nórdica.
Al menos, me traía consuelo que, la tal Freya, tendría la cosa bastante difícil si es que pretendía ganarse el corazón del mocoso. Todo parecía indicar que él ya había sido flechado por la kuudere vengadora.
Y, como todo el mundo sabe, el primer amor de un virgen…
Tiende hacer muy potente…
Transcurridas varias horas, la posada se fue quedando con cada vez menos personas. Sólo algunas mesas estaban ocupadas, entre ellas la de la Familia Loki que aún continuaba bebiendo alcohol y charlando de sus planes como si nos les importara nada. Parecían estar celebrando a lo grande.
No tenía nada más que hacer por esa noche, así que tan sólo me digné a escuchar.
La información adicional siempre es buena.
En eso, uno de sus miembros, un hombre lobo de nombre Bete Loga, en su estado de ebriedad, comenzó a hablar sobre un incidente con un grupo de minotauros que tuvo lugar en el piso 5 y en el cual Ais acabó salvando a un patético niño de ser masacrado por uno de ellos y de cómo la rubia sostenía el haberlo visto desaparecer justo frente a sus propios ojos.
Ante aquello, sólo sentí unas incontrolables ganas de darle coscorrones al pende… digo conejo.
¡Cómo se le ocurría usar el cubo con alguien a la vista!
Tenía suerte de que quién lo había visto era una, sino LA más grande despistada de todo Orario o nos hubiera metido en líos.
Ahora que lo pienso, eso también explicaba, las manchas de sangre que adornaban su ropa, cuando apareció sobre aquella mesa.
Mmm…
Entonces, había sido un caso de enamoramiento producto de ese rescate.
*Pfff* Cuando pensé que ya no podías caer más bajo, mocoso. Acabaste siendo la doncella en apuros.
Pero bueno, al menos, el asunto no pasó a mayores.
Inesperadamente para mí, los pensamientos del niño al-miraj eran, completamente opuestos a los míos, volviéndose cada vez más y más turbulentos.
Todo indicaba que, aquella conversación, realmente, estaba teniendo un efecto adverso en su Psyche.
- Oe, Bell, ¿te sientes bieeee…
Y… salió corriendo.
*Sigh*
El Ziz nos libre…
¿Por qué me había tocado con el niño con corazón de abuela?
Me levanté de la silla lo más rápido que pude, más el pequeño princeso ya estaba a más de media calle de distancia para cuando salí fuera.
Vaya que es veloz el enanín…
Para sorpresa de varios, al girarme, me topé con la figura de cierta "Princesa de la Espada", parada en las escaleras de la entrada contemplando al proyectil albino que huía a toda velocidad de sus propios problemas.
No queriendo lidiar con todo el conflicto, me dispuse a regresar adentro cuando…
- Tsuyoi… (Fuerte)
- ¿Huh?
Ahí estaba de nuevo, la misma mirada que me había dedicado la vez que nos encontramos en el gremio.
- ¿La puedo ayudar con algo, señorita Wallenstein?
- Eres fuerte… ¿cómo?
Antes de que pudiera decirle alguna de las tres millones de mentiras en mi arsenal, me percaté de que la tal Syr, también, estaba, ahora, fuera del establecimiento.
Mierda- pensé. Con ella allí no podría recurrir al engaño.
Los Dioses tenían la ridícula capacidad de detectarlos y, si mintiese, aunque sea un poco, la alarma, bombilla o lo que sea que tengan en sus cráneos, no se activaría.
Y se estarán preguntando: Pero Marina, ¿no es eso algo bueno?
Generalmente si, espectador genérico. Más no, en este caso.
Si alguna Deidad se enterara de que no pueden comprobar la veracidad de mis palabras, se armaría la gorda.
Y no, no pienso repetir otro evento como el que ocurrió con Eina.
Entre menos gente sepa mejor.
Así que, por mi bien, tendré que desviar el tema…
- Me encantaría platicar con usted, señorita Wallenstein pero, el aventurero a mi cargo, acaba de huir como alma que lleva el viento y es mi deber como asesora el atraparlo. Lo que me recuerda…
Saque de entre mis prendas una pequeña bolsa repleta de monedas.
- ¡Hey, camarera! – exclamé, lanzándole la misma a la peliplateada.
- ¿Huh? ¿Marina-san? Esto es…
- Dile a tu jefa que lamento los problemas, ahí hay el doble de Valis de lo de nuestra apuesta de antes. Que se los quede y acepte la derrota, como el hombre que muchos creen que parece– reí.
Y sin esperar respuesta alguna de ambas féminas, me dispuse a perseguir al conejo.
- ¡Nos vemos, damas! ¡Beban mucha agua y no se queden hasta tarde! – anuncié, dejando a una muy decepcionada espadachina sola con sus complejos.
Para cuando la "No sé qué de la Fertilidad" estuvo lo suficientemente lejos, amplifiqué mis ondas cerebrales para buscar al niño, de la misma forma que lo hice con Eina cuando tuvo el arrebato.
Pasados unos segundos, logré hallar su lectura.
Una débil sonrisa se me escapó al arribar al sitio donde se encontraba.
- El calabozo, ¿eh? Hace mucho no pongo un pie aquí. Lo mejor será que lo vigile para que ya no cometa mas tonterías…
Por su parte, Bell no la estaba pasando tan bien como se pensaba.
Su cabeza era un lío.
Su cuerpo se sentía lleno de emociones y sentimientos reprimidos que tan sólo quería descargar.
Era tan así, que se dedicaba a cortar y cortar a todo monstruo que se le acercaba, sin siquiera trazar un plan o detenerse, siquiera, a tomar un respiro.
*Skreeech*
*Slash*
*Splurgh*
- Que ingenuo… y estúpido… fui… - murmuró ya bastante agotado. ¿Planeaba ganarme su corazón así nada más? ¿Sin esforzarme?
El albino se puso de pie al sentir nuevas criaturas brotar de aquellos agrietados muros.
- Pero… así como estoy ahora… ¡nunca lograré caminar a su lado!
Un par de masas oscuras que se precipitaron del techo comenzaron a tomar la forma de varios seres humanoides completamente negros con espinas coloradas y un enorme orbe que usaban como ojo.
- Que están esperando… no les tengo miedo… ¡VENGAAAAN!
Los entes no perdieron el tiempo y, en manada, se abalanzaron sobre el decidido aventurero.
Al arribar al sitio todo era como lo recordaba, plano y aburrido. La idea de estar bajo tierra no era la más fantástica en mi vocabulario después de todo, eso era algo más propio de mi hermano, el Behemoth.
Aún conservo fresca la memoria del primer día en que decidí curiosear dentro de los intrincados muros del calabozo. No fue nada divertido, realmente.
Por alguna razón los monstruos de los primeros pisos huían de mi como si fuera su madre y tuviese en mis manos un par de chanclas.
No importaba cuánto bajara, todo ser que brotaba del suelo, techo y/o paredes me evitaba como si fuera yo, el mal encarnado o un padre que vuelve a casa borracho.
Aunque, algo muy gracioso que logré rescatar de la experiencia, fue el descubrir que la mazmorra, está tan viva como las criaturas que engendra.
Sep, como lo oyen.
La estructura subterránea que escupe aberraciones de la naturaleza cada cuarto de hora, tenía una consciencia y, además, se mostró bastante interesada en mi existencia en cuanto puse un pie en su estructura, como si le recordase yo a un hijo perdido o a algún familiar lejano.
Fue, entonces, que comprendí que no tendría caso volverme una aventurera.
Aun así, encontrase la manera de ocultar mis poderes, ¿Qué caso tendría si los supuestos "chicos malos" no podían ni verme a los ojos sin cagarse encima?
*Sigh*
En fin, de vuelta al conejo…
Seguí navegando los pasillos por un buen par de minutos hasta que, fui capaz de divisar un cuerpo postrado en el suelo que presentaba múltiples laceraciones, varios moretones y algunos cortes profundos en brazos y torso.
- A ver… ojos rojizos, pelo como el algodón… sep, es el mío, muchachos. ¡Lo encontramos!
*Cheers en OFF*
- Aguarden, hay que ver si aún respira…
Silenciosamente, acerqué mi oído y sentí las contracciones en su pecho.
- ¡Si, está vivo!
*Cheers en OFF*
- Aunque esta hecho un desastre… pero bueno, algo es algo. Lo limpiaré un poco y se lo llevaré como regalo a su Diosa. Debe de estar preocupada de que no volvió anoche, además, me da la oportunidad de conocerla en persona…
IGLESIA ABANDONADA – A LA MAÑANA DEL OTRO DÍA.
- Bell no regresó anoche… pensó una pequeña fémina pelinegra con cabello en coletas. Me pregunto si… tal vez… ¿fui yo la que te presionó demasiado?
Unas pequeñas lágrimas amenazaban con brotar de sus ojos.
- O si… ¿ya te cansaste de una patética diosa como yo…?
Pero, entonces, algo llamó la atención de la loli tetona.
Alguien caminaba por entre las ruinas próximas a su morada y parecía, estar cargando con un cuerpo al hombro.
El corazón de Hestia se estrujó.
- Bell…
Para su sorpresa, la persona que venía llegando no era su niño, sino una joven con ropas que parecían ser del Gremio. Sus ojos eran de un bello color azul claro y su cabello blanco la llevó a pensar, por un segundo, en su hiperactivo pequeño.
- ¿Diosa Hestia? – oyó pronunciar a la muchacha, con tono estoico.
- ¿S-Si?
- Creo que esto le pertenece– dijo depositando, suavemente, al aventurero en el suelo.
Cosa que sólo aumentó el pánico de la chibi Diosa.
- ¡No puede ser! Bell-kun, Bell kun, ¿estás bien?
- Descuide, kami-san, el conejo está bien- dijo ésta con tono divertido. Estuvo toda la noche luchando en el calabozo. Tuve que entrar a sacarlo o más monstruos lo hubiesen atacado.
- ¿Y tú eres…?
- Oh, cierto, un placer, soy Marina, Marina Ad Astræ, soy la asesora asignada (por mí misma) para cuidar de su querida campanita aquí presente – explicó señalando al somnoliento jovencito.
Ante esto, Hestia se llevó una mano al mentón pensativa.
- Marina… Marina… Ahhh, ¿eres la asesora que molesta a mi Bell?
- Si, por molestarlo, quiere decir salvarle el pellejo pues… seh, lo molesto muuucho – reí.
- ¡Mumumumu…!
Tú y tu diosa son similares mocoso… ambos son molestables... si es que esa palabra existe.
- Pero bueno, dejando eso de lado. Aún queda algo que debo comunicarle…
- ¿Qué es ahora?
- Según nuestros registros- dije, esta vez tomando una pequeña libreta de mi bolsillo. Usted no ha completado el papeleo obligatorio para que su familia sea reconocida como fija dentro de los límites de Orario. ¿Es eso cierto?
- Ahh, este... creo que… debí haberlo olvidado ehe…
¡Ehe te nandayo!
*Sigh*
- Necesitamos que se acerque al Gremio en estos días, para completar el papeleo para la validación de su nueva Familia. Recuerde que el plazo correspondiente es de una semana. Si no se presenta, nos veremos forzados a suspender su trámite, pedirle que regrese a Tenkai y reubicaremos a los miembros activos a otra Familia que esté disponible.
El rostro de la fémina de coletas se tornó tan blanco como el cabello del princeso.
- ¡Nooo! ¡Por favor, todos menos eso! ¡No pueden llevarse a mi Bell! ¡No quiero volver a Tenkai! ¡Qué tal si alguien como Loki se entera! ¡Noooo! – gritó la pequeña, aferrándose a mi pierna como un percebe.
- Cálmese – contesté, en lo que detenía su lloriqueo con un, profesional y buen propinado, chipote. Aún tiene tiempo, sólo pásese por nuestra sede y asunto arreglado.
- ¡SI, lo haré, lo prometo! – declaró esta, mientras se frotaba la cabeza.
Ahora, veo por qué aceptó a alguien tan energético como el conejo en su familia…
- Bueno, si es todo, me retiro, Diosa Hestia. Debo volver a mis labores. Le encargo al bello durmiente.
- ¡Hai, puedes dejarlo todo en mis manos desde aquí – agregó con un saludo de milicia y, una sonrisa un tanto libidinosa.
- ¿O-Kay…? Cuídense ambos. Si tienen preguntas, sabe dónde encontrarme.
- ¡De acuerdo! ¡Nos vemos y gracias! – exclamó la pelinegra en lo que me veía alejarme lentamente en dirección a mi lugar de trabajo, para luego ingresar, con su hijo a cuestas a aquel edificio derrumbado.
Para cuando estuve a una distancia considerable y no había moros en la costa, saqué una vez más mi dispositivo que supervisa las continuidades.
- Si… cuídelo bien, Diosa Hestia… después de todo… ese niño… es quién está destinado a salvar este mundo…
SOLICITUD DE ANALÍSIS COMPLETADA
SUJETO CONECTADO A DIRECTRIZ CENTRAL ENCONTRADO
NOMBRE: BELL CRANEL
ROL: PROTAGONISTA DE LA HISTORIA /DESENCADENANTE DE EVENTOS.
- Quien lo iba a decir… estoy criando a mi propio verdugo…
TORRE DE BABEL – PISO 50
Dentro de la comodidad de un espacioso cuarto en el punto más alto de la Torre de Orario, una bella mujer de exquisitas facciones disfrutaba de una fina botella de vino, mientras conversaba con un robusto hombre de rasgos ligeramente bestiales.
- Ayer logré verla, mi querido Ottar… aquella alma que es tan pura y cristalina como ninguna. ¿Qué puedes decirme acerca de su dueño?
- Si ha logrado captar su atención, ama Freya, significa que tiene el potencial para estar a su lado…
La fémina se mostró complacida con aquella respuesta.
- Oh, además de eso, logré encontrarme, también, cara a cara con la dueña de aquella alma, tan cautivante y misteriosa como el océano mismo.
- ¿Habla de la que sintió hace menos de un año?
- Si, exactamente, la misma – respondió la mujer, en lo que jugaba con el vino de su copa. Irónicamente, ambas parecen estar involucradas la una con la otra.
Asesora y aventurero… dos bellas almas reunidas por obra del destino…
Una, simple, llena de sueños de heroísmo y envuelta por una capa de enternecedora inocencia…
La otra, tan enigmática y compleja como el Laberinto mismo. Cada vez que la observo, parece cambiar de forma. Y lo hace, sin perder la esencia que la hace tan única.
Si… ambas igualmente atractivas e irresistibles.
Me pregunto…
¿Cuál de ellas será la indicada que me hará experimentar el placer que siempre he anhelado?
Y HASTA AQUÍ LLEGA EL ONE SHOT (DE 3 CAPITULOS XD) - Si veo que hay un feedback positivo para esta historia la continuaré, me divierte mucho escribir personajes no serios como Marina, que les saca los trapos al sol a todo mundo. Pero bueno, gracias por leer y ahi nos leemos. Debo retomar mis otros proyectos.
