Incomodidad fue lo primero que pensó, era incómodo el número de gente, incomodo el pesado ambiente, incomodo lo vibrante que era todo, saturado de anuncios, saturado de ruido, era su evaluación de Tokyo, chiba era una gran ciudad también, repleta de todo tipo de cosas, de comercio, de anuncios y ruido pero ni de lejos estaba cerca de lo variopinto de Tokyo, ¿o tal vez era su amor por chiba que segaba su vista? No Tokyo era raro después de todo chiba era la mejor ciudad de Japón indudablemente.

Por desgracia lo quiera o no ahora tendría que vivir en Tokyo, después de todo el trabajo de su padre un contador y su madre asesora de bienes raíces lo ameritaba, en un giro del destino dignó de un anime de segunda categoría, habían tenido que mudarse a Tokyo gracias a las mejores ofertas de trabajo.

Pero bueno no podría hacer nada, amaba chiba con todo su corazón, pero la verdad no tenía a nadie que lo extrañaría a diferencia de komachi y su multitud de amigos que habían venido a despedirla cuando se mudaron, su nueva vivienda tampoco discernía en demasía de su anterior vivienda, 2 pisos, 4 cuartos, 3 baños, una cocina, un ático y sótano, no podía quejarse a pesar de la negligencia afectiva de sus padres a su persona, que no era lo mismo con komachi, nunca le había faltado el pan en la mesa.

Jajajaaja sueno como un idiota quejándose de lo duro de la vida con un iPhone en la mano, pero bueno todavía extrañare esa brisa marina de su lugar secreto.

-Mi nombré es Hikaru Kamiki, actualmente estudio actuación, mis pasatiempos son trotar y leer-

Siguió el niño bonito como despectiva e instintivamente lo había catalogado, el mundo esta lleno de prejuicios nacidos de la ignorancia o las malas experiencias, el no era diferente lo sabía, en su caso eran ambas cosas, tipos como el eran su enemigo natural, tan llenos de confianza, tan naturalmente locuaces y convincentes que lo aterraba.

-Estoy abierto a cualquiera que quiera ser mi amigo, así que llevémonos bien-

Terminada su presentación todos los de la clase le aplaudieron, no era el típico aplauso insincero que daba con cierta renuencia para aparentar interés, no, era un verdadero aplauso nacido de la admiración, solo unas cuantas palabras y ya se había ganado la simpatía de la mayoría de sus compañeros, sin duda un talento innato.

Hay veces en las que me preguntaba como era posible tal cosa, viendo las interacciones entre personas, analizándolas, leyendo entre líneas, intentando entender, comprender, ¿que tenia ellos que a él le falta? Era como si todos tuvieran un manual de instrucciones para comportarse, para vivir, que a él se le había negado al nacer, tal vez soy demasiado pesimista, tal vez en parte es mi culpa,bueno no importa solo como siempre su mente divagaba hacia estupideces mientras el mundo seguía su curso.

A todo esto ahora le tocaba a el presentarse, como odiaba eso, cual era el punto en tal acto, solo en esta clase éramos 30 estudiantes, incluso para el profesor era loable si llegara a reconocernos a todos y en parte era su trabajo. Entonces que se esperaba en pensar que adolescentes hormonales siquiera le prestara atención a un cuarto de la clase y los Riajus no cuentan ellos son una especie depredadora de atención, a nadie en esta clase le importaría su existencia, a nadie le importaría sus aficiones, ya lo sabía, la experiencia lo dictaba.

-s….soy Hikigaya Hachiman-

Un pequeño desliz, un ligero tartamudeo nacido de una inquietud inculcada, de soslayo puedo ver breve risas de sus compañeros y su mente, la muy maliciosa cosa, los relaciono con burlas a su persona y no a su descuido.

-Soy de chiba, un gusto conocerlos-

Formal, rígido eso era todo a decir, no hubo aplauso, no hubo preguntas, simple y sencillo como todo debe ser.

-Bien el siguiente-

El chico detrás suyo de aspecto agresivo se levantó con un audible chasquido de lengua. Rubio igual que el niño bonito, pero a diferencia de el que tenia un peinado mas a la moda, el suyo era desordenado y sin cuidado alguno, sus ojos también eran diferentes, cafés pálidos que brillaba con agresividad casi innata, el típico matón con su desaliñado uniforme dando fe de ello, bien un niño bonito delante y un matón detrás parece inicio de un doujinshi Yaoi.

¡Brrrrrrrr! Sentí ñañaras en el occipucio y las falangetas y la mirada de la chica de lentes adyacente a su asiento solo lo intensifico, bien algo me dice que todo esto será un dolor, será mejor que mire por la ventana e ignore todo, si eso haré.

…………………

Que debería hacer, los intentos de contactar con ella de algunos de sus mas acérrimos fan, estaban siendo últimamente mas agresivos, ¿debería hablar de esto con saito san? Bueno no es como si pudiera hacer mucho mas que acudir a las autoridades, no es como si pudieran ponerle una escolta a ella sola, estaba fuera del presupuesto, quién diría que ser idol sería tan difícil, ¿debería preguntarle a Hikaru? Para que la ayudara ¿Eso hacen los novios no?

(Hai Ai, viste el nuevo cap de Noragami (@_@) Yukine están lindo \(@w@)/ quiero comérmelo a besos)

Risilla*

No pudo evitar la risa ante el mensaje de su fan, komachi era una buena chica, alegre, vivas, locuaz, se ve que la querían, bañada en todo el amor que a muchos le faltaba.

(No, estoy leyendo Bokura wa Minna kawai sou ;_; lo siento )

Todos somos lamentables, un título que le había llamado la atención, quien pensaría que esta chica la contagiaría con su gusto por el manga shoujo.

(¡Oh! Veo, quieres un spoiler _)

-Ai vamos antes que se llene las salas del karaoke –

La llamo Yuka una de sus "amigas" de su salón.

-Ya voy-

Respondió con su plástica y preparada sonrisa, amigas ¿he? ¿Eso era lo que éramos? Sabes que, no importa, lo único que importa son las apariencias en un último instante, las apariencias atraen, las apariencias condicionan, solo pura y mera apariencia, no tenía que ir muy lejos para validar sus pensamientos, la escuela una diminuta muestra de comportamiento en sociedad, los hombres mayores en las calles comiéndose su precozmente desarrollado cuerpo, las mujeres mayores llenas de envidia tachándola, juzgándola de mil y un improperio, celosas al haber quemado sus mejores años ya, el set de actuación donde todos ocultaban su motivos, su desagrado tras sonrisa falsa solo en pro de cumplir su trabajo.

Pero, ¿que mas da? ¿Por qué siquiera me cuestionó esto? Mucho mas ahora habiendo cimentado mis ideas sobre la verdad en la mentira, solo por las palabras de ese chico, un veneno corroyendo los cimientos de mi ser, amor genuino, como si tal niñería existiera, ella no era la que estaba mal.

(Lo siento komachi, tengo que irme y ni cete ocurra espoliarme)

(ok doki~~~)

Con eso me dispuse a seguir al mis "amigas", al salir del salón con mi bolsa azul violáceo, para mi nula sorpresa Yuka estaba coqueteando con Hikaru, no habia que ser un genio para saber que le gustaba, no es que la culpara, casi podría afirmar que el 90% de las chicas de la escuela le gustaba, era llamativo, era carismático, era guapo, era todo lo que una chica de nuestra edad buscaba, no tenía nada de que quejarse, habia aceptado su confección solo por la apariencia nada mas nada menos.

-Ai vamos-

Dijo Hikaru zafándose del agarre de la metafórica serpiente que era Yuka, la cual hizo como si nada pasara.

-Siempre me alegra verte cantar-

Su sonrisa era deslumbrante, su sonrisa era confiable, una sonrisa única capaz de calar en el corazón del mas apático, era entendible pues porque era tan atrayente, un sinónimo de perfección, pero la perfección no existe, esas palabras resonaron en su ser como dichas por alguien externo.

-Entonces me aseguraré de cantar lo mejor que pueda~~~-

Su voz de Catarina, sus movimientos gráciles, todo finamente preparado, todo finamente condicionado para que la amaran

Pero allá sido por destino o casualidad de soslayo divisó una figura inconfundible una vez la hallas conocido, ¿era el no?

-Lo siento, tengo que espolvorearme la nariz-

Un eufemismo típico para zafarme de un grupo. Su objetivo ahora era otro, tenía que confirmar que era el, tenia que debatir sus posturas, para confirmar al 100% que ella esta en lo correcto, que el se equivocaba, solo eso nada mas.

Pero para su mala suerte la figura se habia perdido en la multitud como el Voyager en el cosmos, tan insignificante, tan irrelevante y aun así, aquí estaba, buscándolo por el mero egoísmo de saber, que ella tenía razón.

-Bien, si estas aquí, komachi me lo dirá-

Se dijo así misma mientras sacaba su teléfono inteligente para mensajearse con la susodicha.

Perdón por el retraso y el cap tan corto, quien diría que ser barrendero tomara tanto tiempo.

gracias por leer