Hannah England y Barbara Parker son un dúo inseparable de Luna Nova. Hacen toda clase de actividades juntas y nunca se les ve por separado.
La imagen pública de ellas es que son muy buenas amigas y fieles admiradoras de Diana Cavendish. ¿Pero realmente serán solo mejores amigas?
"Me encanta el olor de tu cabello hoy ~" Le susurró Hannah a su amiga pelinegra.
Ambas muchachas se encontraban abrazadas en la cama, aún con sus uniformes puestos. El cuarto tenía la puerta con llave. Diana estaba visitando a su familia en Gran Bretaña.
"Me encanta todo sobre ti ~" Le contestó Barbara, que estaba notablemente más sonrojada que su compañera.
Las chicas compartieron un beso breve. Acto seguido Hannah se acercó al oído de Barbara y le dio una sutil lamida.
Barbara colocó su mano en su entrepierna mientras Hannah acariciaba el trasero de su amiga, era evidente quien era el dominante en la cama.
El cuerpo de ambas emitía un fuerte calor. Las dos señoritas estaban lujuriosas a más no poder y sus bragas manchadas con fluidos vaginales era la evidencia.
Dentro del silencio que había entre ellas, un fuerte y violento gruñido de estómago se hizo presente.
"Parece que ya es hora ~" Comentó Hannah con una sonrisa pícara.
"Hannah, l-la verdad es que estoy nerviosa al respecto. No hemos hecho esto en un rato…" Le contestó Barbara mientras volteaba a otro lado
"A mí me gusta... a ti te gusta… no veo por qué estas nerviosa" Susurró en el oído mientras deslizaba su mano sobre el abdomen de su compañera.
Cuando Barbara volvió a conectar miradas con Hannah, una docena de pensamientos lascivos cruzaron su mente.
"Quiero que ese enorme trasero tuyo haga mucho ruido esta noche ~" Dijo Hannah mientras se mordía los labios.
La realidad es que la relación entre ambas muchachas ya tenía años. Desde muy jóvenes han estado realizando diferentes tipos de actividades sexuales.
El amor que se tenían entre ellas era muy grande y su libido era igual de grandioso. Un cierto fetiche se desarrolló durante todos esos momentos cariñosos.
Era un poco vergonzoso, pero las dos disfrutaban de las flatulencias de la otra. Era un tabú rarísimo que se dio con naturalidad. En el dúo, era más común que Barbara fuera la que expulsará los gases enfrente de Hannah, aunque también se podía dar el caso contrario.
Para asegurarse de una experiencia placentera, las chicas consumían alimentos que provocarán gases; tales como espinaca y frijoles. Sin embargo, últimamente han estado experimentando con un hechizo que potencia las ventosidades que una persona puede producir.
Barbara se levantó la falda y puso el trasero al aire. Aún conservaba sus bragas. Hannah con sus ambas manos apretó los enormes glúteos de su amiga. Entonces enterró su rostro entre ambas nalgas.
"3… 2… 1…"
Una enorme explosión ocurrió delante de la cara de Hannah. Desde el ano de Barbara hizo erupción un enorme gas que inundó sus pulmones en cuestión de segundos. Era un olor rancio, insípido y… aun así, irresistible para su amiga.
"Ahh ~, más por favor ~" Le exigió Hannah con una voz quebradiza.
Barbara sacudió su trasero de un lado a otro para advertir de la siguiente bomba. Esta vez la muchacha de pelo castaño abrió su boca alrededor del orificio fétido. Ahora salió una flatulencia de ruido menor, pero con una duración más larga.
El metano ingreso por todo el sistema digestivo de Hannah. Era un elixir como ningún otro, podía sentir una conexión especial con su compañera. Barbara estaba más cerca de venirse que Hannah.
La chica quería saborear de forma incluso más explícita la suciedad, así que bajo las bragas de su compañera e insertó su lengua en su esfínter.
"Ohh ~" gimió Barbara mientras mordía su mano.
La lengua de Hannah realizaba movimientos giratorios, intentando saborear cada centímetro de su amiga. Pequeños gases fueron arrojados como respuesta, contaminando el ambiente del cuarto casi por completo.
La chica con cola de caballo en ocasiones tenía que detenerse a recuperar el aliento. Ver el trasero regordete que tenía enfrente hacia que su zona pélvica estuviera en fuego.
"Estás más gaseosa que nunca" Le comentó mientras levantaba la mano para entonces darle una fuerte nalgada.
Barbara dio un fuerte gemido y, al mismo tiempo, expulsó un gas tan fuerte que el cabello de Hannah se movió, deshaciendo la cola que tenía. Ella procedió a colocar su mano en el ano de la flatulenta chica.
"Hazlo otra vez ~" Le dijo en un tono bajo mientras rozaba sus propios genitales.
"Hnggh ~" Refunfuño Barbara, intentando expulsar una burbuja de gas que tenía dentro de lo más profundo de su sistema digestivo.
Un gas silencioso, pero definitivamente hediondo se guardó en la mano de Hannah. Rápidamente se subió arriba de Barbara y le colocó su mano en la nariz.
"¿Te gusta? ~" Le preguntó mientras le apretaba el abdomen para sacarle más ventosidades.
"Me gustan más los tuyos ~" Le contestó con un tono avergonzado.
Los siguientes minutos fueron igual de libidinosos. Las chicas compartían besos de lengua mientras Barbara no paraba de fumigar el cuarto. Lentamente se quitaron la ropa hasta quedar desnudas por completa.
"Te quiero mucho, Hannah" Le susurró Barbara con los ojos cerrados
"Yo te quiero aún más" Le respondió Hannah mientras acariciaba el ruidoso posterior de Barbara.
Pero de la nada, el estómago de Bárbara produjo el sonido más extraño hasta ahora. La pelinegra abrió los ojos y dejo de abrazar a Hannah para colocar su mano en su trasero.
"Uh-oh" Expresó con un rostro más serio.
"¿Qué pasa? ¿Sientes que se te va a salir uno grande?" Hannah sonrió y estaba por posicionarse detrás de su compañera, pero no pudo al ver que Barbara se puso en posición fetal con una mano en el estómago.
"B-baño, t-tengo que ir al baño" Le comentó con un tono de lo más tímido.
Hannah se quedó callada por un segundo. Lo natural sería permitir que ella fuera al baño, pero en todos estos años nunca habían hecho algo como defecar enfrente de la otra. Si han llegado a compartir el inodoro para orinar juntas, pero esto era algo completamente nuevo.
La chica castaña puso un dedo en su boca mientras su calentura subía. Ver a Barbara en una pose así mientras el aire adquiría un peculiar olor despertó algo dentro de ella.
"¿H-Hannah?"
"¿Por qué… no lo haces aquí?"
"¿¡Hacerlo a-aquí!? Yo… no sé... no creo que…" Antes de que pudiera acabar su dialogo, un gas líquido salió disparado sin advertencia, dejando una línea café en su glúteo izquierdo.
"¡A-ah!" Gritó Barbara al sentir que estaba por evacuar en la cama.
Hannah se acercó al rostro de su compañera y comenzó a acariciar su mejilla.
"No hay nada de ti que podría disgustarme, quiero ver todo lo que tu cuerpo puede ofrecer" La chica castaña hizo una pausa para besarla y después le susurró al oído: "Podemos limpiar esto después, deja que tu cuerpo haga lo suyo".
Las dos se quedaron viendo a la otra unos segundos.
"No tengo ganas de limpiar aun así…" Comentó Barbara mientras apartaba la mirada. "… Pero si te dejo ver como lo hago, ¿Estarías satisfecha?"
Hannah soltó una pequeña carcajada y besó su frente. "Está bien" Le contestó.
Las chicas miraron a su alrededor. A Hannah se le ocurrió utilizar una caja donde suelen guardar sus varitas mágicas.
"¿Qué te parece aquí?" Le preguntó mientras acercaba la caja.
"S-supongo que está bien…"
Barbara se posicionó de una forma en la que Hannah pudiera ver todo el acto de cerca. Los gases habían cesado por el último minuto y medio para evitar que se ensuciará el cuarto.
"Ahí va…" Expresó Barbara con los ojos cerrados. Un estruendo gas líquido resonó dentro de la caja e inmediatamente heces de consistencia blanda escapaban de su trasero. El sonido de su orina estaba camuflado por la excreción.
Por otra parte, Hannah no podía evitar frotar sus labios vaginales. Esto era lo más vulgar que las dos habían hecho, ¿Acaso se puede ir más lejos que esto? Ambas estudiantes no pensaban con total claridad en el momento, solo querían satisfacer sus necesidades.
La evacuación de Barbara duró unos 2 minutos, la caja se llenó de desechos fecales; dejando solamente un cuarto del espacio libre. Para cuando Barbara había finalizado, la entrepierna de Hannah estaba empapada después de llegar al clímax.
La pelinegra vio a su pareja en un momento vulnerable y aprovecho para ser la dominante por una vez en su relación. Apuntó su trasero cerca de ella y soltó el gas más potente de la noche. Era una flatulencia que provenía de un ano sucio y que había estado atrapado por heces.
Al momento que el olor llegó a Hannah, no pudo evitar empezar a toser y se cubrió la nariz. Incluso para ella, ese último era demasiado.
"Pensé que no había nada de mí que podría disgustarte ~" Comentó en un tono burlón Barbara.
Hannah no pudo pensar en una forma de contestar. En realidad, aún seguía recuperando energías después de haberse tocado. "¿Aún tienes combustible adentro?" Le preguntó mientras miraba la caja en la que su amiga defecó.
Barbara soltó un gas corto. "Puedo hacer esto toda la noche ~".
Y así, por el resto de la noche, la pareja continuó con su pequeño fetiche hasta quedar dormidas. Las dos quedaron abrazadas debajo de una sábana.
En la mañana, se deshicieron de la caja y quedaron de acuerdo en que Hannah sería la del papel flatulento la próxima vez.
Diana sentía una atmosfera extraña cuando regreso de su visita, a lo que sus compañeras solo aludieron que podría ser porque pasó mucho tiempo afuera.
Sin mucho más que decir, era evidente que continuarían haciendo esto por mucho tiempo más.
