Disclaimer: Crepúsculo es de Stephenie Meyer, la historia de LyricalKris, la traducción es mía con el debido permiso de la autora.
Disclaimer: Twilight belongs to Stephenie Meyer, this story is from LyricalKris, I'm just translating with the permission of the author.
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―Bueno, déjame ponerte al día con las últimas novedades ―comenzó Jacob mientras Bella entraba a la cocina.
Ella entrecerró los ojos y parpadeó antes de decidir que no le importaba de qué diablos estaba hablando él hasta que tomara un poco de café. Se tambaleó en dirección a la encimera, perdonando automáticamente a su amigo por cualquier tontería que estuviera a punto de balbucear porque la cafetera ya estaba llena. Ella respiró hondo. Ah. Café fuerte. Una delicia.
»Bella ―llamó Jacob.
Bella sólo gruñó. Metió la mano en la encimera y agarró la primera taza de café que tocó con la mano. Se sirvió su leche favorita, un paquete de endulzante y, finalmente, el café vivificante. Cerró los ojos, tomó un largo y cuidadoso sorbo y apoyó la taza contra su pecho.
Con una respiración más profunda, abrió los ojos. Casi al instante, su mirada se centró en una figura al otro lado del patio trasero. Un cosquilleo de conciencia le recorrió la espalda, despertándola más efectivamente que el café.
Era el constructor que vio por primera vez hacía varios días: el de la barba, el pelo y los ojos.
Esos ojos, que se apartaron del hombre con el que estaba hablando, hacia ella, y se sorprendieron cuando no vieron a su cara sino hacia abajo. ¿A su pecho? Él apartó la mirada rápidamente, con una postura tensa, y luego caminó hacia uno de los otros hombres sin mirar atrás.
Bella frunció el ceño. Tuvo el horrible pensamiento de que tal vez había olvidado ponerse una blusa, o tal vez la blusa de su pijama estaba abierta, o…
Miró hacia abajo y jadeó, llevando su mano libre para cubrir la taza de café que sostenía y dándole la espalda a la ventana para evitar mayores daños.
Bella compartía la renta con otras tres personas: Jacob, Maggie y su hija Ciara. Los tres adultos de la casa tenían una obsesión poco saludable por las tazas de café; los estantes de la cocina estaban llenos a reventar. Jacob había dicho que aunque Ciara era una bebé, eso no significaba que debiera quedar fuera, y le consiguió una taza de café que pensó que ella apreciaría, incluso a su edad.
Era de color carne y tenía forma de seno. Con pezón. Del que podrías beber.
Y Bella la había estado sosteniendo, con el pezón hacia adelante, mirando hacia la ventana.
―¡Entonces!
La fuerte voz de Jacob la hizo saltar. La sonrisa en su rostro le dijo a Bella que él había visto todo el espectáculo.
»La empresa se llama Cullen y Compañía, ¿verdad? ―indicó Jacob en tono conversacional, aunque continuó sonriendo con su sonrisa más desagradable―. Es propiedad de dos hermanos, Emmett y Edward. No me cites sobre esto, pero creo que Papito… ―Señaló con el dedo al hombre al que Bella inadvertidamente le acababa de enseñar la taza de seno. Ella agarró ese dedo y lo jaló hacia abajo. Él sólo sonrió más ampliamente―...Es uno de los hermanos Cullen. Sólo digo que es uno de los únicos que parece lo suficientemente mayor como para ser dueño de un negocio.
Su sonrisa se volvió más angelical y sus ojos bailaron.
»Aunque, de todos modos, él podría ser el de la estadística. Si las tetas lo asustan tanto, yo podría tener una oportunidad con él.
