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******* Los personajes no me pertenecen son obra del gran kishimoto******
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CAPITULO 20
Amor
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Un ligero cosquilleo rodea mis labios.
Una sensación de gozo, ronda mis manos.
Es probable que mi cara tenga una estúpida sonrisa de satisfacción.
Pedo verlo trabajar de lejos, puedo aun sentir su aroma mezclándose en el aire.
Y me siento como tonta.
Me pregunto ¿Qué hay que hacer, después de enamorarse?
No me mira, ni un poco y me gusta, me hace sentir confianza, libertad. Que me quiere.
Y casi no puedo imaginar lo feliz que me hace esto.
Camino hacia él, me mira discretamente, y me sonrojo sin voluntad.
Quiero sentir su piel, respirar su aroma y el parece notarlo, rápidamente se gira hacia mí.
Me planto frente a él, y con media sonrisa, me atrevo a preguntar
-sa…sasuke-kun-
Sus ojos intensos se posan en mis labios.
-vamos a comer-
Sonríe de medio lado. Asiente y comienza a caminar, le sigo de cerca.
Entramos en casa.
Le veo sentado en el sofá, sonriendo perversamente, y camino despacio hasta llegar al sitio.
Me observa de arriba abajo, mientras me siento sobre sus muslos, sonríe y dirige su boca a la mía, la devora lentamente, sus brazos rodean mi cintura y mi cadera comienza a moverse ligeramente por si sola el roce de su pelvis con la mía, es exquisito.
Ese ligero cosquilleo en mis labios cesa, pero aparece en mi vientre, lo necesito dentro como la primera vez, lo necesito rápido como la segunda vez y lo quiero como todas las veces.
-itadakimasu- susurra por lo bajo, sonrió levemente y me dejo besar.
Aun puedo recordar cómo fue aquella noche, continua tan fresca en mi memoria como las gotas frías de aquel día, como el aire que chocaba contra mi rostro cuando huía del pasado.
Esa noche ambos nos entregamos algo más que un simple cuerpo, esa noche pude palpar al verdadero Sasuke, al hombre que tiene dentro de su coraza, pude sentir como me entregaba esa parte de él que nadie posee, nunca esperaba, no sabía que de mis labios podían producir esa clase de sonidos, no sabía que Sasuke podía provocarlos.
Entregarme a él fue lo más inesperado de mi vida. toda una vida desperdiciada en mirar a alguien, en caminar detrás de él, anhelando el día en que como toda buena historia de amor, correspondiera mis deseos, porque eso era el amor para mí, esperar que la persona te eligiera, por sobre todas las cosas.
Eso no es amor. Amor no es correr tras alguien, amor no es ponerte bonita para gustarle, amor no es dar tu vida por el otro, amor no es desear algo con todas tus fuerzas.
Amor es quedarse, permanecer y no soltar, caminar juntos, salvar mutuamente, no es elegir, es aceptar.
Y con muy poco él me lo ha demostrado.
No escoges de quien enamorarte eso es claro, no puedes calcular el amor, por eso no calculas el primer beso, no tienes idea de cuando podrás hacer el amor por primera vez, porque eso es amor.
Aquella noche, yo no tenía idea de que tanto cambiaria nuestra relación, no tenía idea de muchas cosas.
Pero el verlo, el sentir el palpitar en mi corazón me hizo comprender un poco de ese sentimiento que otros llaman compañía.
Esa noche, nos entregamos, cada parte como fuera posible, lo deje entrar en mi intimidad, nos besamos cada poro, cada parte de nuestro cuerpo fue tocada, quería memorizar su piel, guardarme esa fragancia varonil que desprende.
Aprendí a amarlo, memorice sus gestos y expresiones, palpe sus músculos, recorrí su ancha espalda con mis manos, pase mi dedos entre su cabello oscuro, ligeramente mordí su labio, enumere sus 48 cicatrices, bese sus 3 lunares y saboree su boca.
Es casi enigmático verle a la cara.
A diferencia de mis antiguos amores, puedo verlo a la cara, quiero verlo, todos los días, a la cara.
Lo deje pasar mis barreras, cada una con la facilidad en que el viento mueve la hierba. Porque así lo ameritaba mi corazón. Estaba dispuesta a amarlo, a luchar, a curarle cada una de sus heridas, me tomara el tiempo que me tomara. No me preocupaba mi padre, Naruto, o cualquiera que fuese, no me importaba incluso mi propia personalidad porque en serio quería que me amara.
Y me hizo pensar porque había esperado tanto.
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Ella me ama, me asusta un poco la valentía que le da ese hecho.
Ahora esta aquí sobre mis muslos, moviéndose frenéticamente.
Cada vez es nuevo con ella, sé que no me cansare de esto, pero me asusta que ella lo descubra.
Me perturba que sea capaz de cambiar mis prioridades.
Puedo verla disfrutarlo, puedo verla arquear su cuerpo.
Realmente me gusta y me duele pensar que sea demasiado para mí.
Ella es demasiado, lo sé.
Es buena, ingenua e inteligente, es única.
Y eso duele más.
No es un juego con ella. No es una noche con ella. No es un error estoy seguro.
Pero tener algo asi, es un compromiso, es atarse a algo, significa que existe algo que te importa y eso si es nuevo para mí.
Aquella noche no esperaba que se entregara a mí.
Por nuestra situación, por la forma de nuestras vidas, pero ambos lo decidimos, yo no soy un hombre gentil, o alguien amoroso, y en ese momento me jodia pensar que algo en mi la asustaría, la haría arrepentirse y que tendría que detenerme.
Pero no sucedió, ella fue completamente distinta, no tenía miedo, lo disfrutaba.
No pude dormir aquella noche, aun teniéndola desnuda a mi lado, no podía dormir pensando en cómo sería por la mañana.
Quizá estaría aferrada a mí, quizá comenzaría a portarse diferente, cariñosa, ingenua. No podría permitírselo, no es así como me gustaría.
Yo no soy esa clase de hombre.
Y por la mañana descubrí que ella no es esa clase de mujer.
Al despertar se removió un poco en la cama, cerré los ojos, fingiendo estar dormido para evitar cualquier disgusto.
Solo se levantó tomo su ropa y salió de la habitación. De pronto me invadió un ligero pánico, pensar que se iría tampoco me dejo más tranquilo.
Espere unos minutos, nada. Me levante, y cuando salí de la habitación la encontré dispuesta a irse. No dije nada, la vi sonrojarse levemente.
-sa…Sasuke-kun…. Vendré mas tarde… para continuar- su sonrojo aumento
-co…con el trabajo- sonrió levemente
Se fue de casa, como si nada y eso me ofendió un poco. Pero era mejor.
Más tarde regreso a casa, se había duchado y traía algo de comida, mientras la comíamos no mencionamos palabra alguna, pero no existía algún tipo de incomodidad.
Definitivamente, no fue un error.
Y ahora aquí, con ella sobre mis piernas, con su intimidad tan cliente y sus manos aferradas a mi pecho puedo darme el placer de tenerla.
Si fuera mi decisión podría hacerla mía a cada instante pero no quiero asustarla, tengo mucho tiempo para eso.
La segunda vez que ocurrió algo entre nosotros, la tome por sorpresa en la cocina, ella preparaba la cena y yo estaba jodidamente caliente.
Ella tenía la maldita culpa. Me prendía demasiado, que no pude esperar y cuando pase por su lado, roce ligeramente mi mano con su trasero, ella se tensó un poco pero continuo en lo suyo, me pare justo detrás de ella.
-ya.. ya casi estará la cena- susurro
-hmp-
Dije sin interés. Sabía que luchaba contra su instinto de voltear y verme, porque ella lo sabía, comenzaba a conocerme.
Entonces me acerque a ella y pose mis manos en su cintura. Mu trasero quedo por debajo de mi miembro, ella soltó un leve quejido. A cerque mis labios a su oído y sus manos se aferraron a la barra.
-no tengo hambre-
Bese su cuello y ella ladeo su cabeza dejándome más espacio, repentinamente su cuerpo se fe contra el mío. Me gusto.
Una de mis manos viajo a su pecho y comenzó a tocarlo, ella se giró y me beso con rigor.
-yo tampoco-
Esa tarde nuestra cena fue diferente. Sobre la mesa, sobre la barra.
Era mi parte favorita del día, la cena.
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Después de tanto esperar, puedo asegurarles que he vuelto.
Mi más sincera gratitud para todos aquellos que me leen y me siguen a pesar del tiempo. Crean la espera valdrá la pena, para mí es un gusto que esta historia sea de su agrado y que me sigan leyendo aunque actualizara millones de años después jajajaja.
Agradecería a un más dejaran un hermoso y sincero comentario para mi 3
Un gran beso para todos ustedes.
ANYMEX1
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