Tengo mucho que decir y respuestas a todos sus comentarios :3 pero nos leemos en la parte final de la segunda parte del capítulo para que puedan cuanto antes disfrutar la historia 3
NOTA IMPORTANTE
Recuerden checar los capítulos anteriores para comprender la continuidad de los hechos.
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****** Los personajes no me pertenecen, son obra del gran Kishimoto******
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Capítulo 24
Sacrificios (parte 1)
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Caminaba sin rumbo, con su normal expresión de indiferencia.
No había un destino, no existía un camino a donde ir, solo caminaba esperando aclarar su mente.
¿Qué pasaba?
Porque no podía dejar de pensar en ella de esa manera, era cierto que le gustaba, era cierto que sentía algo más que el deseo de protegerla.
Pero no estaba del todo claro en su mente, no podía ir por ahí tan deliberadamente enamorado
¿Enamorado? ¡Joder! Desde cuando podía verse así mismo como alguien enamorado, no tenía idea de porque se permitió cambiar tanto.
La oscuridad se hizo presente en el cielo y se sentía un cabron por haberla dejado así.
Porque cada vez que la besaba, a su mente venia esa posibilidad de tenerse que ir.
Él la había besado, lo había hecho como muchas veces y aun así, cuando ella le correspondió, el no pudo más que sentir coraje, para empezar ¿Por qué le correspondió desde un principio?
¿Porque no logaron mantenerse separados, cumpliendo su único deber?
¿Porque no se enfocó en solo protegerla y se dejó tan vulnerable?
¿Porque la quería demasiado ahora?
¿Por qué no podía quererla sin ataduras?
¿Por qué no podían permitirse este amor?
Cuando las cálidas manos de la chica hicieron contraste con lo frio de su piel, no pudo contenerse más, y se levantó, se fue porque ya no podría resistirse, porque ella lo tenía idiotizado y en sus manos, porque esa mujer era dueña de su ser, una tan simple y nada común chica lo tenía colgando de una pendiente.
Siempre escuchaba esa vocecilla en su interior, aquella que le decía que no continuara, que no la besara, que no volviera a tocar su piel, pero con cada roce con cada embestida, esa voz se comenzaba a apagar entre los gemidos de la chica, entre el movimiento frenético de su cadera sobre sus muslos.
Una voz que al principio le permitía controlarla, que le dejaba las cosas en claro y que cuando desaparecía, aprovechaba para coger con ella, para saborear su boca y lamer sus senos.
No era coherente, parecía que unos días la voz callaba y otros hablaba con fuerza, ella lo notaba estaba seguro, y en lugar de que dijera algo, de que cambiara y se alejara de él, ella entendía y le brindaba el espacio que necesitaba, permitiéndole quererla aún más y apreciar que ella no necesitara explicaciones tontas, que no le hiciera cabrearse pensando en alguna.
¿Porque esa voz no lo dejaba amarla sin dolor, sin pensar, sin atormentarse en lo que vendría después?
Su caminar lo llevo a la residencia Hyuuga.
Observo la gran puerta, a algunos sirvientes que le observaban curiosos y su mirada se posó sobre el tejado donde aquella vez salto para llegar a la habitación de Hinata.
De pronto las puertas se abrieron, y de ellas salió el hombre que planto esta duda en la mente de Sasuke. Aquel que despertó por primera vez la voz incesante en su interior.
El castaño le observo y Sasuke no pudo más que mirar esos ojos divertidos y esa sonrisa zurrona que posaba el hombre mayor.
Él siempre lo supo, y ahora lo confirmaba, Sasuke estaba perdido.
-sabes que es tu decisión- le dijo sin más.
Sasuke enfureció y comenzó a caminar dispuesto a alejarse de ese hombre que lo cabreaba demasiado.
Aun cuando avanzaba dejando atrás todo, las palabras que alguna vez le había dicho el anciano resonaban en su mente.
Poco después de la primera noche que pasaron juntos, todo marchaba bien, en algunas pocas ocasiones volvieron a tener sexo sobre el sofá, la mesa y prácticamente la mayoría de los muebles de la planta baja de la mansión.
Ambos se sentían satisfechos con su compañía, Hinata parecía segura y plena. Y Sasuke a pesar de estar muy satisfecho con el giro que había tornado su relación con hyuga no podía evitar preguntarse.
Si esto que estaba sintiendo era correcto.
Sentía que en cualquier momento lo arruinaría como era su naturaleza.
Despertaba junto a ella y enseguida la besaba con locura, la besaba y su cuerpo se volvía algo fuera de sí, un impulso controlado por el sabor dulce de esa mujer, por sus tersas manos y sus carnosos labios, se permitía saborearla y saborear cada mañana el verla despertar, el convivir con ella, y se sentía dichoso, muy dichoso.
Por la tarde, Sasuke esperaba a Hinata quien volvería de visitar a sus amigos, el atardecer era increíble, le recordaba a su infancia cuando podía sentarse en el pequeño muelle alrededor del lago y observar la puesta de sol hasta que su hermano mayor, Itachi, llegaba por él. Decidió caminar, vagar un poco y quien sabe quizá llegar a ese lugar que recordaba.
Camino algunas calles, sin nada más que Hinata en su mente, por las noches mientras dormía, sentía las manos de Hinata recorrer su pecho de manera inconsciente, mientras se acurrucaba a dormir, adoraba su tacto y se asustaba de cuan caliente podía ponerse con solo ese roce, él no quería asustarla no quería que ella se sintiera un objeto sexual, le encantaba pero jamás la trataría como a todas las otras mujeres con quien se había acostado antes.
Sonrió ligeramente al recordar la clase de persona que era antes de Hinata, porque ella fue el punto, en el que él podría verse como otro sujeto completamente diferente.
-Necesitas reconsiderar tus elecciones Uchiha- una voz irrumpió de pronto frente a él.
Vio al hombre castaño frente a él.
Sasuke detuvo su andar.
-No creas que es tan sencillo todo lo que haces- el semblante del hombre cambio a uno de severidad, Sasuke supuso que el mismo gesto que le brindaba a Hinata cada vez que hablaban y entendió porque a Hinata le faltaba valor, pero el, no se dejaría intimidar tan fácilmente.
-me sorprende Uchiha, que esto llegara a tanto, imagine que después de un tiempo te cansarías y lo olvidarías-
Sasuke enmudeció, no sabía a qué se refería, pero el tono en el que el hombre hablaba comenzaba a enfadarle.
-Tienes alguna idea de todo lo que está en juego por tu estúpida decisión-
-¿De qué demonios estás hablando?- hablo el Uchiha, visiblemente molesto
-Sabes perfectamente de que hablo.-
Sasuke se dio la media vuelta dispuesto a irse, no le interesaba escuchar nada de ese gran hijo de puta.
-Tienes idea de lo absurdo e idiota que fue tu decisión sobre ella-
Sasuke se detuvo, sabía a qué se refería con "ella"
-nunca en toda tu maldita vida, se te ocurrió pensar ¿que podría suceder con las familias de los clanes más fuertes e importantes de la villa, si estos se unieran?-
Sasuke se giró a verlo, ¿había en ello algún problema?
-Crees que un clan muerto como el tuyo, ¿sobrevivirá al peso de la unión del nuestro o mejor aún, crees que nuestro clan se doblegaría ante el tuyo?-.
Sasuke entendió perfectamente a lo que se refería. Ambos hombres se observaron por uno segundos, uno disfrutando el duelo y el otro terriblemente enfadado.
-bueno, no eres el único ingenuo. Ella no lo sabe- cerro sus ojos recordando a la chiquilla que vio crecer y fracasar -cree que todo en su perfecto mundo es bueno, pero no en la realidad, no en nuestra realidad.-
-por un tempo imaginaba que tú eras como yo, que tenías la misma ideología respecto a la vida.- el hombre suspiro y le observo a los ojos
-te respetaba Uchiha, a ti y a la memoria de tu familia-
Sasuke le observo viendo total sinceridad
-pero te he visto cambiar y fracasa, ya no tienes ambición, ya no eres estratégico, la mayoría de tus acciones son un arrebato estúpido y me has abierto los ojos, tú y tu familia han fallado gracias a ese absurdo sentimiento que tienen, tu padre por tu madre, ella por ti y tu hermano, el por ti y ahora… ahora tú por ella- el desprecio era palpable en las palabras del anciano.
-sé que alguna vez estuviste seguro de esto y hoy te lo confirmo…-
Sasuke permanecía callado sintiendo como cada palabra se clavaba en su mente
-Todo en esta realidad está calculado, todo debe estar planeado… de otro modo nada saldrá bien-
El anciano seguro de sus palabras no se inmutaba frente al joven y la mirada de desprecio que este le brindaba
-y tú lo sabes, el destino de todos los que estamos en esta maldita villa está decidido, quienes deciden por si mismos no acaban del todo bien… ahí tienes a Minato y Kushina, ellos decidieron y el destino se puso en su contra, mejor aún Mikoto Uchiha que tal esa mujer que amabas, no salió también como ella creía…-
Sasuke se acercó peligrosamente a el
-¡no vuelvas a pronunciar su nombre con tu asquerosa boca!-
El hombre sonrió burlón y continuo.
-y tú ¿crees que soy malo con ella porque si? es por ese estúpido carácter que tiene de creer que hará la diferencia, que es capaz de cambiar las cosas, ella tiene que ser forjada con fuerza, tiene que comprender que la vida no tiene premios o castigos, solo consecuencias… y tu igual.-
-No te atrevas a hablar de ella…-
-tú también debes aprender a olvidar de nuevo, eras mucho más listo cuando no te guiabas por los sentimientos, cuando no tenías la absurda idea de que merecías amor-
Sasuke palideció ante esa idea.
-Creía que eras más listo. No me sorprendió que decidieras quedarte, supuse que estarías ideando algo nuevo, quizá al fin completar los propósitos de tu familia… pero ver tu interés en Hinata me hizo darme cuenta de tu inmadurez.-
Sasuke callaba, sin aparente preocupación, pero su interior estaba hecho un vuelco.
-Imaginaba que en un momento escogerías a alguien con quien comenzar tu clan, quizá con alguien como Haruno, alguien sin importancia cuyo clan es por mucho inferior, el cual fácilmente quedara atrás junto al tuyo… un clan moribundo dispuesto a renacer junto a un clan muerto que espera una última oportunidad. Debiste hacerlo, sería lo mejor para ti, tal vez incluso con el clan Yamanaka, otra opción tan factible que traerá mucho más prestigio a su linaje.-
Sasuke no podía evitar cuestionarse como este hombre conocía tantas cosas sobre él, y aunque no demostrara su desesperación, un ligero sudor aparecía por su frente
-Temía que intentaras algo mejor, pero nunca imagine que con mi propia hija, que estarías dispuesto a perder tanto… claramente no la conoces, ella ama y respeta a su padre y su clan, no estará dispuesta a dejarlo todo por… por alguien como tú, que planeas hacer ¿obligarla?- .
La expresión de Sasuke cambio.
-Ten por seguro que ella escogerá un camino que no te gustara del todo.-
¿De verdad era posible que Hinata le abandonara?
-Te hubieras quedado atrás, ojala tú y todo tu clan hubiesen desaparecido, un problema menos a esta aldea.- vocifero con desprecio.
-anciano, No tienes idea de lo que estás hablando- dijo Sasuke con indiferencia
-El que no tiene idea de lo que hace eres tú. ¿Crees que no haría lo que fuera necesario por la aprobación y el amor de su padre?-
Se observaron por unos segundos, el hombre parecía seguro de sus acciones, mas Sasuke aunque fuera indiferencia su semblante, en su interior sonaba la misma pregunta
¿podría ella dejarlo todo?
-Acaso ¿la amas lo suficiente para renunciar a tu apellido o ella lo hace para renunciar al suyo? -
Parecía que el hombre hizo la pregunta adecuada.
-Crees que esto es una simple unión, que no sé qué haces con ella, piensas que no estoy enterado de todo lo que pasa entre ustedes-
Sasuke no sabía si se refería exclusivamente a todas aquellas veces que habían follado.
-No es tan sencillo, puede que ella te entregue todo… pero su nombre y su vida están en juego, eso es algo que ni el amor, su estúpido optimismo o lágrimas pueden salvar- le observaba con desdén
-ni tú mismo puedes ser su salvación, eres la ruina, para ella o para tu clan…. y nada más-
Las palabras del anciano resonaban fuertemente en los oídos de Sasuke, no le permitían pensar con claridad, es acaso que la unión de Sasuke y Hinata no es posible, ¿de verdad está en juego tanto?
¿Porque no lo anticipo? ¿Porque no supo cómo actuar?
Como es que ahora se encontraba en medio de lo que deseaba y lo que podría suceder.
-solo piénsalo Uchiha, aun eres lo suficientemente listo para hacer a un lado esa basura que llaman sentimientos-
El anciano se giró y comenzó a caminar dejándolo solo.
-o renuncia a todo-
Caminaba de regreso a casa, cuando se detuvo cerca de aquella tienda donde usualmente realizaban compras.
Entonces se observó desde otra perspectiva.
Se vio así mismo, junto a ella, le encanto, se vio besándola, haciéndole el amor, se vio caminando con ella, disfrutando su calor y casi pudo sentir su característico perfume embargando cada poro de su piel y cuando una sonrisa estaba por aparecer en su rostro, algo en su interior se retorció.
-Sasuke hyuga-
Un sutil susurro llego a sus oídos.
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Se alejó de aquel lugar mientras el sol desaparecía con rapidez, volviendo oscuro todo a su paso, y dando lugar a la larga fila de cándeles que iluminaban el lugar.
Se alejó de la villa y se vio a si mismo sobre el reflejo del pequeño lago donde solía entrenar con la hyuuga.
Ya no se veía solo nunca más.
Y eso le asusto.
Jamás imagino la posibilidad que alguien como él, Sasuke Uchiha, tuviera esa única y escasa oportunidad de amar a alguien.
Tantos años viviendo entre millones de personas que jamás le importaron, todas conspirando para llevarlo hasta ella.
La única mujer que podía hacerlo querer algo con dolor y desesperación, querer ver hacia el frente, a un lugar donde exista la posibilidad de que alguien como él, sea amado por alguien como ella.
La única mujer que no le permitiría poseer.
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Saltaba y atacaba, sin cesar, estaba enfadado, molesto consigo mismo.
Con cada golpe furtivo de Sasuke desaparecía y reaparecía al instante un clon nuevo, dispuesto a atacarlo, no importa cuántos vinieran detrás, uno tras otro eran derribados. La lucha era intensa, rápida y frustrante, en un rápido movimiento uno de los clones rasgo la camisa de Sasuke, destrozándola, al instante otro golpeo s rostro provocando una ligera mancha de sangre en la comisura de sus labios, entonces comenzó a correr por el bosque seguido de sus mismos clones, cuando corría pensaba en ella, y sus ojos se nublaban, no comprendía que pasaba y continuaba corriendo, entonces las palabras de la chica volvían a su mente, "Sasuke-kun" susurraban, cerca muy cerca de su oído, y nuevamente su vista se nublaba.
Se detuvo de pronto.
Sintió una fresca gota caer sobre su pecho, toco sus mejillas y descubrió que por ellas resbalaban saladas gotas, una tras otra, incontrolables e incesantes.
Frente a él aparecieron 4 clones derribándolo. No se movió más.
Los clones lo sujetaron como si de un rehén se tratara, y Sasuke pudo verse a sí mismo, en los ojos de su propio clon.
-¡CABRON!-
Le sostuvo la mirada por un minuto y sin decir palabra alguna, desaparecieron en una nube de humo.
Sasuke quedo en el suelo.
-Menudo cabron…- algunas lágrimas más resbalaron por sus mejillas.
Era un dolor incesante en el pecho mayor que el de cualquier herida que haya recibido y este no parecía tener cura.
-¡!MIERDA!-
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No pudo dormir ni un solo minuto. Permaneció llorando, pensando si habría alguna posibilidad de que ella dejara todo por él, pensando en lo desafortunado que era al nacer en ese clan maldito. En lo irónico que era, que la única mujer que amaba y que lo amaba estuviera tan rodeada de circunstancias, de sacrificios.
Si continuaba con esto, sería el culpable de acabar definitivamente con su clan, de lograr lo que la villa siempre quiso, desaparecerlos.
Como fallarle a sus padres, a su hermano, a su clan ¿Por qué enterrarlos de esa manera? ¿Solo por su satisfacción? ¿Por su egoísmo?
Tantos años de historia, tanta guerra, tantas muertes para que todo quedara bajo los pies de los Hyuuga. ¿Y en que se convertiría él? ¿Un acompañante? ¿Un esclavo de los Hyuuga? ¿Cómo hacerse esto? ¿Cómo defraudar el juramento que hizo a su hermano de restablecer el clan? Y no menos importante ¿Cómo hacerle esto a ella?
Porque pedirle que renuncie a su nombre, a su clan, a su familia, a su vida de sucesora, a su linaje por una ingrata vida de casada, por una simple matriarca de un clan muerto, de un territorio desolado y en cenizas, lleno de muerte, de dolor, de una historia machada por la traición y la desgracia ¿Cómo pedirle que acepte fango por oro?
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Cuando el sol comenzaba a salir observando el tenue color que comenzaba a reemplazar la oscuridad, se planteó la pregunta más importante
Que sería más fácil ¿enterrar a su clan o su amor?
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Para su desgracia al entrar a casa lo primero que vio fue a ella, preocupada en el pasillo de la habitación, posiblemente esperándolo.
Se limitó a ignorarla, aun no era capaz de enfrentarla con palabras, aun no era capaz de argumentar alguna palabra.
Se ducho, y trato de mantenerse sereno ante el recuerdo de la preocupada expresión de Hinata. Le cabreaba no poder decírselo, no poder tomar su rostro y besarla hasta que los labios dolieran.
No ganaba nada con decírselo, tenía miedo de decirlo y que ella tomara sus cosas lo antes posible y saliera de ahí, no podía suplicarle que lo amara y sobretodo no podía dejarla de golpe, tendría que comenzar a desprenderse de ella, de hacer que ambos desearan irremediablemente esta separación para que así no existiera ninguna posibilidad de volver atrás, de pensar que alguna vez hubo algo que los unió.
Era el momento de comenzar a olvidarla, a olvidar esa vida que solo se permitió por un tiempo, algo que claramente no estaba en su destino, y pensó que si lo acepto una vez, podría aceptarlo una vez más.
Podría como siempre tomar una decisión y cumplirla fuera cual fuera el precio.
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Ya en el campo de entrenamiento, observo la cara de desconcierto de la chica y solo atinó a decir
-prepárate hyuga-
Quizá ella no lo comprendió en ese momento, quizá ella imagino que se refería a cualquier otra cosa, pero para Sasuke, esas palabras eran una clara mención de lo que vendría más delante y al mismo tiempo, un recordatorio personal.
Continúo atacando. Dejándola sin escape, sin oportunidad, la acorralo en un punto donde ella parcia no estar cómoda. La derribo.
-¡Maldita sea Hinata levántate!-
Tenía que mostrarle, hacerla fuerte para que ella pudiera sobrevivir sola, para que el estuviera seguro de que ella podría hacerlo, se permitió ser muy severo y cruel.
La tomo por el cuello, y ella continuaba sin reaccionar, sin mostrar su verdadero poder, frustrado por su nueva intención que no resultaba como deseo.
-no te muevas- le ordeno.
Respiro ese aroma a violetas que ella emanaba, imaginaba que esa sería la única manera de volver a respirar ese aroma.
-debes defenderte… si esto fuera real, ya estarías muerta-
Sus palabras eran duras, con la clara intención de herirla, pero para él, era casi un castigo tener que serlo, debía serlo, debía hacerla fuerte a cualquier costo.
-lo… lo siento-
Ese era exactamente su problema. Ella siempre sentía que debía disculparse, aunque el mundo la tratara de lo peor, aunque la gente tuviera la más vil misión de herirla, ella siempre terminaba perdonándolos.
-deja de disculparte- la tomo por los hombros, cuando ella susurro su nombre, algo en él se rompió, supo que era demasiado buena para él, y para ocultar todo el revuelo que había en su interior, se marchó.
La dejo sin ninguna explicación, porque no podía decirle que la amaba demasiado y que tener que dejarla era el mayor de los sacrificios que enfrentaba. Se acostumbraría a como fuera lugar a no tenerla otra vez
-Sasuke-kun-
Escuchar su nombre de aquellos labios carnosos y observar sus ojos suplicantes, partió su cordura y opto por huir de ese lugar, como nunca lo había hecho de una situación huyo para que sus brazos no intentaran abrazarle y sus labios no intentaran besarla.
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Se fue a casa, entro realmente cabreado y tras cerrar la puerta con fuerza, el cristal de la misma cayó al suelo en muchas partes, Sasuke lo observo. Al parecer todo se desboronaba ante su paso. Se enfadó. Tomo aquellas últimas flores que regalaba a Hinata y en un arrebato de ira, las arrojo al suelo, logrando que los pétalos se esparcieran por la sala y se quedaran cayendo despacio ante sus ojos.
Tomo una ducha y antes de que ella volviera, se marchó.
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Se mantuvo firme en su decisión.
Era un Uchiha después de todo, no vacilo más en dejarla ir.
Pero toda acción lleva consecuencias.
Las suyas, las aceptaba.
No le permitió a sus ojos, verla otra vez, más allá del campo de entrenamiento.
No se permitió tocar su piel.
Ni siquiera de permitía respirar el aire a su alrededor.
Un precio muy alto.
Un precio que el mismo se fijo.
Dejo que los días pasaran, poco a poco sentía como sus sentimientos comenzaban a convertirse en un extraño y nuevo dolor, no físico. Emocional.
Se dejó adentrar en noches frías, desoladas fuera de casa, entre llantos nocturnos disimulados por las sombras de la noche.
Era demasiado orgulloso para verse a sí mismo derrotado.
Una noche soñó con ella, con sus suaves manos tocando su pecho, dejando pequeños cosquilleos a su paso y pudo incluso sentirla, como si la fría brisa de la noche al tocarlo, fuera la piel de seda de la mujer de ojos blancos. Podía oler ese perfume, sentía como llenaba su cuerpo, como embragaba su ser, la vio ascender por su pecho y sus ojos posarse sobre sus labios, respirar profundo y acercarse para plantarle un beso. Y despertó.
Grito furioso ante la jugada de su subconsciente. Cayo de rodillas al suelo en una incesable furia que embargaba a su ser por flagelarse con dejarla de amar, la amaba con rabia, con desesperación, agonizantemente, la amaba tanto como dolía.
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Nos leeremos enseguida. Besos!
ANYMEX1
