- El hecho de que te hayan sentado junto a mi no significa que tengas que seguirme - dijo, miéntras caminaban al comedor

- ¿Siempre es tan descortés? - le preguntó a Miroku, quién venia caminando al medio de ambas mujeres

- Tranquilas, Inuyasha puede ser un poco gruñon a veces, pero es buena persona

- ¡Cierra la boca Miroku! - lo miró por sobre su hombro

- Pues a mi me parece bastante malhumorado - murmuró Sango

- Y diganme muñecas - las abrazó a las dos - ¿Qué las trajo por aquí?

- Mi familia se mudó aquí - respondió Kagome, sacando el brazo del jóven

- La mia tambien - Sango hizo lo mismo

- Pues, siéntanse como en casa - sonrió - Inuyasha y yo nos encargaremos de que se sientan lo más cómodas posibles, ¿no es así, mi cabecita negra?

- Ja - miró a un costado, con sus brazos cruzados

Esa expresión...

Se quedó mirándolo

- Ahg ¿qué me ves?

Se quedaron viendo durante unos segundos, en los cuales, el tiempo pareció detenerse. En ese momento una imágen vino a la mente de la jóven: Su pelo era largo y plateado, tenia garras en lugar de uñas y dos orejas similares a las de un perro, estaba de pie, frente a ella, con los brazos cruzados y la misma expresión que el jóven de cabello negro tenía en ese momento, sin embargo, su vestimenta era diferente

Inuyasha

- Oye, ¿estás bien? - preguntó, confundido

- ¿He? - reaccionó - Lo... lo siento, sólo me quedé pensando

- ¿En que pensabas? - se mostró intrigado

- Bueno... quizás suene raro, pero por un momento...

- Inuyasha - la voz de otra jóven hizo que el moreno volteara

- Kikyou - pronunció miéntras aquella hermosa jóven de pelo negro lacio y flequillo perfecto, se acercaba a ellos

Esa jóven

Pensó, al mismo tiempo en que se quedaba mirándola, atónita

- Kagome - murmuró Sango - Esa chica... es idéntica a ti - dijo sorprendida

- Lo se Sango - tenía la misma expresión que, quién era ya, su amiga

Kikyou se quedó inmovil al verla. Otros incómodos segundos pasaron, miéntras ambas se observaban detenidamente

- Vaya - dijo Kikyou - Eres... parecida a mi

- Bueno... eso parece

- Son idénticas - murmuró Miroku

- Mi nombre es Kikyou - dijo, sin apartar la vista de ella

- El mio es Kagome - su manera de contestar parecía automática, no emitía ningún sentimiento

- Yo soy Sango

- Es un placer chicas - miró a Inuyasha - ¿Almorzamos?

- Eeee, si - miró a Kagome, casi como un acto reflejo - Nos vemos... nos vemos después... vámonos Kikyou

Ambos caminaron en dirección al boufette

- Eso fue un poco incómodo, ¿no les parece? - preguntó Sango

- Esa chica - hizo una pausa - ¿Es la novia de Inuyasha? - preguntó, sin apartar la vista de ellos

- Aún no - respondió Miroku - Pero supongo que en algún momento lo será

- ¿Qué quieres decir? - lo miró

- Bueno, Inuyasha y la señorita Kikyou se conocen de hace tiempo - comenzaron a caminar hacía las mesas - A Inuyasha le gusta mucho, sin embargo, no se anima a declararse

- No parece ser muy tímido que digamos - dijo, sentándose al lado de Kagome

- Querida Sango, se nota que aún no lo conces

- No me diga querida - dijo con sus ojos entre cerrados

Kagome giro su cabeza en dirección a la mesa que ambos compartían

- Inuyasha... - murmuró

...

- ¡Ya llegué! - dijo miéntras cerraba la puerta

- ¡Hermana! - Sota salió a su encuentro - ¿Cómo te fue?

- Estoy cansada - dijo en un tono triste

- ¿Estas bien Kagome? - dejó de cortar las verduras y la miró

- Si, sólo fue un día largo - sonrió - Es todo

- Tendrás que acostumbrarte al ritmo de este lugar Kagome - pronunció, sin apartar la mirada del períodico

- Lo sé abuelo - suspiró - Voy a mi cuarto a descansar un poco

- La cena estará lista en unos momentos - dijo su madre

- De acuerdo - murmuró, al mismo tiempo en que subía las escaleras

Entró a su habitación, dejó la mochila en el suelo y se tiró a su cama. Sólo una cosa pasaba por su mente

- Inuyasha - dijo, mirándo el techo

Sin embargo, rápidamente, otro rostro ocupó el lugar del jóven

Esa chica... No se porque, pero siento que ya la he visto

- Imposible - dijo, negando con la cabeza - Recién he llegado aquí, se supone que no conozco a nadie, sin embargo... es como si los conociera a todos

Se sentó en su cama, intentando obtener respuestas

- ¿Por qué vi a Inuyasha diferente hoy en el comedor? - murmuró - ¿Por qué me sentí tan triste cuando se marchó con Kikyou?

En ese momento, el sonido de su telefono celular la sacó de sus pensamientos

- ¿Hola?

- ¡Kagome!

- Sango - sonrió - ¿Cómo estas?

- Muy bien, sólo llamaba para agradecerte... la pasé muy bien contigo hoy

- Yo igual Sango... por lo general, no suelo hacer amigas, sin embargo, es como si ya te conociera

- Me pasó lo mismo - sonrió

Se quedaron charlando un poco más, miéntras que, de la primera planta, la madre de Kagome la llamaba a cenar

...

- Estás demasiado callado - dijo Inu no Taisho mientras comía - ¿Tuviste problemas en la escuela?

- No - respondió seriamente - Sólo estoy cansado

- ¿Cómo estuvo tu día? - preguntó Izayoi

- Bien - respondió sin mucho interés

- Bien, ya que hemos hablado de tu día, déjame decirte que, mañana tu hermano vendrá de visita y quiero que te comportes Inuyasha

- Genial - bufó - Padre, te recuerdo que no soy yo el hóstil en esa relación

- Lo se hijo - ingirió bocado - Sesshomaru es igual de obstinado que tú

- ¡¿Cómo te atreves a compararme con él?! - se quejó

- Tranquilo Inuyasha - sonrió su madre - Ya los conocemos a los dos

Terminaron de cenar y el jóven se dirigió a su habitación, en dónde cayó de espaldas sobre su cama

- Kagome - murmuró - ¿Realmente eres tú la chica con la que he soñado estos días?

Giró, quedándo de costado, miéntras pensaba

- Señorita Higurashi, usted se sentará al lado del señor Inuyasha

- ¿Qué? - murmuró el pelinegro

- He leído sus calificaciones y creó que su influencia podría ser positiva para él

- De acuerdo - asintió y se dirigió a su lugar, ante la atenta mirada del jóven

- Hola - dijo, mirándolo y sonriendo

- ¿Hgmn? - miró hacía el otro lado, sonrojado

- Señorita Sango, usted se ubicará atrás de la señorita Kagome

- Mi vida - susurró Miroku, al ver que estaría a su lado

- Su sonrisa... era la misma que la de mi sueño

En ese momento, el ruido de su celular lo devolvió a la realidad

- Es un mensaje de Kikyou - pronunció mientras lo abria

- Gracias por el almuerzo, lo pasé bien :)

- Se, yo también - sonrió - Pero...

Su mente fue nuevamente invadida por el rostro de la chica nueva, aquella jóven que, estaba seguro, no haber visto jamás, sin embargo, parecía conocer de toda la vida

...

- ¿Dónde estoy? - murmuró, observando el gran bosque que se elevaba sobre ella

Miró a un costado y vio un pozo

- Yo... conozco este lugar - comenzó a caminar hacia los árboles - Es por aquí... lo sé

En ese momento, pudo ver el mismo árbol que, estaba segura, se encontraba en su nueva casa, sin embargo, un jóven estaba parado delante de él

- Kagome - dijo, al mismo tiempo en que volteaba, tenía una cálida sonrisa en su rostro y su pelo plateado ondeaba al son del viento - Al fin te encontré, Kagome

- Inuyasha - murmuró, al mismo tiempo en que sus ojos se llenaban de lágrimas

Abrió sus ojos y se sentó. Su corazón latía con fuerza, no sentía miedo, más bien sorpresa

- Ese lugar - susurró - Era ¿aquí? - se puso de pie, asomándose por la ventana, intentando ver el árbol - ¿Qué significa ese árbol? ¿Por qué siento una fuerte conexión con él?

Inuyasha

- ¡Es verdad! - abrió aún más grande sus ojos - Ese jóven de cabello plateado... ¡Era inuyasha! - se quedó en silencio unos momentos

¿Qué es lo que está pasando?

...

- Kikyou... eres la primera mujer de la que me enamoré y aún así... ¡No pude hacer nada para protegerte! - sus lágrimas caían sobre el rostro de la jóven

- Pero... viniste por mí y eso era lo que quería - sonrió tiernamente

- Kikyou - murmuró

- ¡KIKYOU! - gritó, al mismo tiempo en que se sentaba en su cama - ¿Fue... fue sólo un sueño?

Miró sus manos y su pelo

Yo... tenía garras en mis dedos y mi cabello... era diferente

- ¿Qué demonios significa todo esto? - dijo, frustrado

Se sentó en su cama, chequeó la hora en su celular y notó que faltaban unos minutos para que la alarma sonara, por lo que, para ahorrar tiempo, se puso el uniforme

Kikyou estaba vestida de la misma manera que Kagome en mi sueño

Miraba su reflejo en el espejo, imáginandose con el pelo plateado, orejas y garras

- No hay dudas - murmuró - Soy yo, pero... mi apariencia no parecía humana - se quedó en silencio - Kagome y Kikyou se ven iguales que en mi sueño... ¿por qué yo me veo diferente allí?

Kikyou parecía estar muriendo

- No - negó con la cabeza - Ella está bien, entonces... ¿por qué siento ésta tristeza?

La cabeza del moreno era un mar de preguntas. Nunca había tenido sueños similares a estos, o cualquier cosa que se le pareciera, era cómo si su subconsciente le quisiera decir algo, sin embargo, aún no lograba descifrarlo