¡Buenas noches! Continuamos…
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Capítulo 4
Fujino Shizuru solo estuvo en el proyecto de restauración de Fuuka Gauken una semana y media y después se desapareció. No mentiré, resentí su ausencia, ya me había acostumbrado a mirarla día con día, aunque tristemente no pasara nada más.
Justo ayer comenzaron las clases de nuevo y cuando la vi, mi corazón dio un salto. Sin pensarlo caminé hacia dónde estaba para saludarla pero por alguna razón muchas chicas y chicos comenzaron a rodearla y no se percató de mi presencia. Tampoco insistí mucho, ya que, a decir verdad me sentí intimidada, no tenía idea de que fuera tan popular.
Hablando de ella aquí viene.
Caminaba directo hacia mí pero sin mirarme ya que venía revisando unos folders entretenidamente, así que me detuve mucho antes para evitar que chocáramos.
A metro y medio de distancia alzo la vista y quedamos una enfrente de la otra, solo me sonrió y siguió su camino rodeándome.
— Fujino san… — Le grité con desesperación.
— ¡Ara! Kuga han… ¿Necesitas algo?
— Este… — ¿Qué le digo? Me sentí estúpida por interrumpirla así y sin motivo— ¿Has visto a Tate? — Fue lo primero que se me ocurrió
— Esta con Reito, en la sala del consejo de estudiantes — Me contestó un poco seria y volvió a mirar sus folders
— ¿Me puedes acompañar? — La castaña dudó.
Yo no quería verme tan obvia pero definitivamente quería caminar con ella
— Bueno… ¿Me podrías decir cómo llego? — Dije un tanto decepcionada al darme cuenta que no obtendría lo que quería.
— Vamos, pero antes necesito revisar algo — Comenzó a caminar un poco rápido, haciendo sonar unas llaves en cada zancada. Tuve que correr para alcanzarla.
— ¿Cómo estás? — La verdad quería hacer la plática
— Excelente ¿y tú? — De alguna forma, el modo en cómo me lo dijo me lastimó pero le creí.
Se veía radiante, verdaderamente hermosa con ese uniforme color crema y ese moño color rojo que resaltaba con sus ojos rubí.
— Umm bien — Contesté con una sonrisa
Seguimos caminando en silencio. Evidentemente no quería hablar conmigo.
La castaña se detuvo abruptamente en frente de una puerta que no era la del consejo y dudé porque sacó un enorme juego de llaves para abrir.
Cuando entró dejó la puerta abierta, titubeé un momento pero al final me decidí a entrar detrás de ella.
Era un aula bastante grande y sucia con sabanas blancas por doquier cubriendo el mobiliario.
La castaña recorrió el lugar, sus ojos rubís se encontraron con los míos y sonrió de medio lado, después camino hacia la puerta. Salí detrás de ella un poco intrigada.
— ¿Para qué es ese salón? — Le pregunté mientras seguíamos caminando
— Tengo un proyecto — Me contestó con naturalidad
— ¿Enserio? ¿De qué?
— Ara, ara no sabía que Kuga han era tan curiosa — Ese Kuga han me molesta un poco
— Puedes decirme Natsuki
— ¿Natsuki? — Dijo la castaña no muy segura deteniéndose un momento de su marcha y mirándome a los ojos, pero casi inmediatamente retomó su camino
— ¿Te molesta si también te llamo por tu nombre? — Le pregunté con la esperanza de que nos volviéramos más cercanas pero la castaña me miró de forma reprobatoria y supe que me estaba pasando.
Esperé su respuesta pero en vez de eso se detuvo abruptamente ante la sala del consejo estudiantil y abrió la puerta exponiendo a todos los que estaban adentro.
— ¡Bubuzuke! ¿Dónde has estado? ¡En un momento llegará la directora! — Le gritó una rubia que tenía una frente descomunal a Shizuru y esta ni siquiera se inmutó — ¿Y tú quién eres? — Me gritó de pronto
— Ara, ara… — La castaña logró desviar su atención ligeramente mientras se servía una taza de té, para después sentarse en el escritorio de adelante
— Excelente, aún tenemos té de toronjil — Dijo Reito que en ese momento revisaba un armario, mientras Tate entró por una puerta que estaba detrás de la castaña
— Tate kun, te buscan — Dijo Shizuru con voz calmada
— ¿Quien? ¿Kuga? — Me miró con extrañeza el rubio de ojos color miel
— Por favor ve a atenderla — Le pidió Shizuru y comenzó a beber su té muy tranquila — y se breve, ya no tarda en llegar la directora
— Si Kaichou — Dijo el rubio mirando a Shizuru
— ¿¡Kaichou!? — Grité… ¡No puede ser! ¡La castaña es la presidenta del consejo!
Entonces comprendí que había metido la pata y todavía yo preguntándole si podía llamarla por su nombre.
Con que era ella de quien todo el mundo hablaba.
— ¿Qué necesitas Kuga? — Me preguntó Tate sacándome de mis pensamientos una vez fuera del aula.
— Emm… Mai quiere verte, tiene que decirte algo — Fue lo primero que se me ocurrió
— ¿Tokiha?— Me preguntó el rubio sonrojándose y tuve que disimular mi risa con una tos
— Si, para que la busques…
Me alejé a prisa de ese lugar y momentos después me encontré con la pelirroja que al verme tan contrariada comenzó a interrogarme hasta que le conté todo lo sucedido
— ¿Cómo que no sabias Natsuki?
— ¡No lo sabía!
— Yo pensé que por eso querías seducirla
— ¡No seas tonta Mai! Sabes que no me gusta meterme en problemas
— ¡Pues tal vez deberías controlar tus hormonas! — Sentí que se me alteraba la vena de la sien
— Hablando de hormonas… Tuve que inventarme algo con Tate y le dije que querías hablar con él
— ¿¡QUÉ!?
— ¡Fue lo único que se me ocurrió! — Me excusé muy seria
— ¡Mooo! Natsuki… ¿Por qué me tenias que meter en esto? — Puse cara de perrito regañado, cuando Mai se enoja cuidado… — ¿Qué le voy a decir?
— No tienes que decir nada, solo actuar Mai — Hice la seña de abrasar a alguien más alto y la pelirroja me soltó un coscorrón tan fuerte en la cabeza que me sacó una lagrima, pero justo cuando iba a replicarle escuché una voz familiar.
— Natsuki… — ¡Ahh, es la chica de la otra noche!
— Luego te veo — Me dijo Mai y se alejó de pronto dejándome sola con ella.
¡Como me molesta que haga eso en estas situaciones!
— ¿Sí? — Le pregunté a la chica aunque por su mirada ya sabía de lo que quería hablar conmigo.
— Yo… Nosotras…
— Lo mejor será que te olvides de mí… — Le dije tranquila pero ella me soltó una bofetada
— ¡Baakaaa! — Me gritó enojada y después se fue corriendo
— No es nada personal… — Le dije a la nada.
Tal vez Reito tenga razón, pero ya me han lastimado demasiado y no quiero arriesgarme a formar otro vinculo.
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Creí que todo esto sería más fácil, que podría olvidarla si la evitaba, o por lo menos mantener la distancia, pero me bastó volver a verla para caer en un mar de confusión.
Cuando la vi, quise tenerla cerca, llamar su atención y ¿para qué? Me pregunté vanamente, si sabía que no obtendría nada más que caer en su juego de seducción al igual que todas las demás.
Todas las veces que se me acercó, la evadí sin pensarlo, escapando del deseo de mi corazón, lo logre vanamente, pero lo logre, pocos me conocían realmente, nadie sabía lo que pasaba por mi mente, nadie sabía que Natsuki me gustaba y no pensaba demostrarlo ni admitirlo, me refugiare en una máscara de ser necesario, pero nadie lo sabrá.
Así tras comenzar las clases seguí con mis actividades diarias, sin alterar absolutamente nada, todo bajo control como siempre lo he tenido. Y tal es así que en la última reunión los patrocinadores de Fuuka Gakuen comentaban acerca de formar un club de artes marciales. Y de alguna manera la directora que sabía de antemano mi experiencia con el uso de la Naginata y la Katana me involucró para que lo organizara y trabajáramos con diferentes armas.
Simplemente no pude rehusarme, era una forma de que la academia obtendría más financiamiento y esa era una de mis misiones como Presidenta del Consejo.
— Gakuenchou* (Directora) pero ¿No hay otra manera? Estoy segura que el club tendrá más éxito si la invitación es abierta. Qué se inscriban los que quieran. ¿Por qué obligar a las alumnas?
— Kaichou, mi asistente Fumi ya hizo una lista de integrantes con las estudiantes más aptas. Negocia con ellas, tendrán beneficios por entrar al club y nos beneficiaremos con su presencia, recuerde que esto es urgente Kaichou.
— Esta bien — Acepté el folder que me ofrecía Fumi han con los integrantes del club y cuando lo abrí, sentí que el estomago se me encogía.
¡No puede ser! ¿Ahora cómo voy a enfrentar esto?...
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La verdad, si estaba un poco preocupada por las consecuencias que tendría con la presidenta del consejo, esperaba que tomara alguna represalia contra mí, pero no paso nada al día siguiente, ni al siguiente, ni al siguiente, ni en toda la semana.
Parecía como si ella lo hubiera olvidado todo. Hasta que un día.
— Oe Kuga — Tate se acercó corriendo hacia donde estaba comiendo con Mai y Mikoto
— ¿Qué pasa Tate? — Pregunto Mai y el rubio se quedó embobado con el escote de la pelirroja, por lo que ambas le soltamos un golpe
— ¡Ahh! ¡Qué violentas! Kuga traigo un mensaje para ti, la Kaichou te está esperando en un aula, ella dijo que tú sabrías cuál — Sentí que palidecía ¿Para qué querría verme?
— Eso es todo, ¡Nos vemos! — Se despidió el rubio y miré a Mai con temor
— ¿Qué crees que quiera?
— Pues no será andar contigo… — Me dijo Mai conteniendo la risa
— ¡Baka! Nos vemos después… — Me levanté y caminé hacia el aula sin vacilación.
La única que tenía en mente era esa vieja, mugrienta y deshabitada aula que me mostró accidentalmente el otro día cuando le pedí que me acompañara a la sala del consejo de estudiantes.
Me sentía nerviosa. Parece que si habrá represalias después de todo.
Al llegar, golpeé antes de entrar y me abrió la castaña. Me hizo una seña para invitarme a pasar y tras señalarme una silla, tomó asiento detrás del escritorio.
— ¿Me necesitas para algo? — Dije mirando el lugar, se veía completamente diferente ahora que estaba limpio
— Kuga han tuve una reunión con la directora hace un momento y acaba de autorizar mi proyecto
— Felicidades… — Aún no entendía que tenía que ver yo con todo esto. Pudo habérmelo contado en cualquier otro lado, además no entendía el formalismo de la reunión
— El caso es que necesito participantes — Tomó la taza de té que tenia a un lado y la acercó a sus labios muy despacio.
Ese delicado contacto me recordó la textura de sus labios, acto que me hizo desearlos nuevamente. Fueron unos segundos de estupidez, hasta que ella me miro y regresé en sí.
— ¿Y quieres qué me una? — Le pregunté entre intrigada y emocionada. Ella negó con la cabeza y le dio otro sorbo a su té, lo que me provocó un tic en la pierna
— Más bien, la directora dio la orden de que te unieras… si participas en el club la directora hará caso omiso de tu historial de faltas…
— ¿Qué?— Ese era un trato increíble, considerando la cantidad de faltas que acumulaba. Pero aún así se me complicaba por mi horario — Me gustaría pero yo ya estoy en el club de Natación… no sé si pueda ajustar el horario…
— Créeme que yo tampoco quería… — ¿No quería que me uniera a su club? — No es mi intención obligar a nadie — Ahh me sentí aliviada — Pero así son las cosas…— Dijo muy tranquila bebiendo su taza de té. Respiré profundo, ese acto cada vez me ponía más intranquila — Tal vez si hablas con ella cambie de parecer
— ¿De qué es tu club? ¿Es el de ceremonia de té? — Pregunté un tanto preocupada. No se me dan bien los formalismos ni las actividades pacíficas y sedentarias, por eso escogí el club de Natación.
— Ara, no sabía que Kuga han estuviera enterada… — Afirmé, se habla mucho de la Kaichou en los pasillos — Si, tanto el club de ceremonia de té como el de ikebana los dirijo yo, pero este es diferente
— ¿Diriges todos esos clubs y aparte eres la Kaichou?— Pregunté con asombro. La castaña puso una sonrisa de suficiencia
— Mira, lo que podemos hacer es, que asistas a las primeras reuniones y si después no te convence yo haré caso omiso ante la directora… — Algo aquí no encajaba, ¿Por qué querría la Kaichou hacerme un favor? — Piénsalo… y te aviso que la primera reunión se llevará a cabo dentro de dos semanas, el martes a las 4 en punto en este lugar… Ahora si me disculpas tengo mucho trabajo que hacer — Me corrió sutilmente del aula.
Parece que no tengo opción… pero ¡Ni siquiera me dijo de qué iba a ser este club!… ¡Tsk! Esto es muy sospechoso.
Decidí comprobar por mi misma y fui a hablar con la directora, para mi mala suerte, todo lo que me dijo la Kaichou era cierto y no me quedo más remedio que inscribirme.
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Era tarde y me moría de aburrición en la sala del consejo. No había nada que hacer, así que me di a la tarea de repasar los expedientes escolares de las integrantes de mi nuevo club.
No estaba muy convencida porque conocía la reputación de varias de ellas. A decir verdad no me agradaba nada. Todo esto era una mala pasada del destino.
¿Qué hice yo para merecer esto Kami sama?
No pude evitar detenerme justo en ese expediente y quedarme absorta mirando su fotografía. ¿Por qué tenía que fijarme en alguien así? Habiendo tantas personas en este planeta, en la escuela misma ¿Por qué tuvo que gustarme precisamente ella?
— ¡Ona Bubuzuke! ¿Me estas escuchando?
— ¿Ara? — Al parecer me estaba hablando — Kanin na Suzushiro han — Dije distraídamente, no podía desprender la mirada de esa foto
— ¿En qué tanto estas pensando?... Si no puedes con tus obligaciones de kaichou ¿Entonces para qué te postulaste para el puesto?
— Ara… Parece que alguien esta de mal humor — Me pregunto ¿Por qué será?
— Kuga Natsuki… — Dijo la rubia asomándose a la pantalla del portátil que tenía sobre mi escritorio. Pensé que sería demasiado revelador cerrar la página, puesto que ya la había visto — ¿Qué tanto le vez?
— Mira este historial… ¿Es increíble cuantas faltas tiene verdad? — Obviamente no pensaba decirle lo que había pasado entre nosotras. No, eso debía quedar sepultado.
— ¡Valla!
— ¿Puedes creer que la directora le quitará sus faltas solo por presentarse a mi club de artes marciales? — Me miro incrédula — Y por cierto Suzushiro han comenzamos el martes ¿Por qué no te has inscrito? — Le pregunté antes de darle un sorbo a mi rico y delicioso té
— Yukino se ha sentido mal — Dijo un tanto afectada
— Ustedes son muy unidas ¿Verdad?
— He estado con Yukino desde que recuerdo — Dijo la rubia con una sonrisa nostálgica
— Si hay algo que pueda hacer para ayudar, no dudes en pedírmelo — La rubia me miró sorprendida — ¿Por qué no te vas temprano el día de hoy y vas con ella?, Siempre cae muy bien una vistita.
— Pero ¿Y el trabajo?
— Será muy difícil hacer todo sola. Hará mucha falta tu presencia pero, creo que puedo ingeniármelas por un día — Le guiñé un ojo de manera cómplice
— Shizuru…
— Ara, y espero verlas cuanto antes en mi club. Haruka siempre tiene mucha energía, nos caería muy bien un poco de eso…
En realidad lo que busco son cómplices, algo que me haga desviar mi atención de esa chica de ojos verdes.
Y de lo que se avecina…
N/A:¡Como siempre gracias por leer y por sus reviews!. Saben que son muy valorados. Sé que el capítulo es corto y que al parecer no aporta mucho a la trama, pero les prometo que si y además ya me desquitaré con el que sigue qué subiré a la brevedad. ¡Saludos de Emikaze! ¡Hasta el próximo!
