¡No estaba muerta! ¡Estaba de parranda!... No ni eso… estaba con mi tesis :(

¡Seguimos!

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Capítulo 8

Y así, en medio de una inmensa y hermosa lluvia rosada sus ojos se encontraron, una melodiosa voz dijo algo que la hizo reír, su mano se deslizó entre aquel mantel para encontrarse con la de ella y su corazón se sacudió como nunca, se acercó un poco más como embriagada por esa chica y sonrió

— Ookini — La escuchó decir antes de que la abrasara y comenzaran a rodar entre risas por aquel mantel.

Natsuki había quedado arriba y la escuchó quejarse levemente, se incorporó levantándose un poco. Desde arriba la miró, observo sus hermosos ojos color rubí, vio su hermoso cabello color castaño extendido sobre el mantel color violeta, percibió el increíble contraste que hacia ese color sobre esta chica que ahora tenía una sonrisa encantadoramente hechizante.

Sus ojos se detuvieron en sus labios, que se le hicieron los más apetitosos del mundo, se acercó un tanto más haciéndola sonrojar, sintió sus brazos rodeando su cuello suavemente para acercarla a ella, no dudó más y la besó.

Un beso totalmente diferente al de la primera vez, un beso suave, sublime, simplemente amoroso y delicado… todo era perfecto hasta que escuchó el feroz rugido de una motocicleta y el momento se rompió por un sobresalto involuntario.

— Me acabas de arruinar el mejor sueño que he tenido — Le reclamé al despertador, mientras lo apagaba con brusquedad.

Intenté dormirme nuevamente, quería continuar… regresar desesperadamente a aquella escena pero me fue imposible, ahora estaba completamente despierta. Me sentí demasiado extraña por aquel sueño, ¿Por qué tenía que soñar con ella…? Según yo había eliminado todas mis confusiones.

Me levanté disgustada y me arreglé para ir a clases, ligeramente desganada porque sabía perfectamente que no la vería, así había transcurrido toda la semana. Y lo peor de todo es que no había tenido ni un solo tiempo libre para salir con alguien y hoy no sería la excepción. Todo era más fácil cuando podía faltar todo lo que quería pero esta vez, me tienen tan controlada que me está causando dificultades.

Abandoné mi dormitorio y atravesé el campus para ir a clases. El día transcurrió tal cual lo imaginé. Cuando terminé pasé a la biblioteca con la esperanza de encontrar un libro que me ayudara a resolver unas dudas y me molesté con migo misma por no haber pagado mis multas antes porque ahora no podría sacar el libro y tendría que quedarme a hacer un resumen.

Cuando salí al exterior el campus estaba totalmente vacío, caminé con aburrición hasta mi dormitorio, pasaban de las 5 de la tarde. No podía creer que me hubiese tardado tanto tiempo en la biblioteca.

Qué desperdició de día, pensé hasta que al virar me topé con esa chica tan especial que no se había dado cuenta estuvimos a punto de chocar porque venía muy entretenida mirando su móvil.

— ¡Hola! — La saludé completamente feliz de encontrarme con ella, ¡Estoy de suerte!

— Buenas tardes Natsuki… — Me dijo en un tono seco y siguió con su camino.

Sin dudarlo un instante la seguí

— ¿Estás bien?— Le pregunté preocupada

— No — Me contestó sin dejar de caminar, se veía muy enojada

— ¿Qué ocurre? — Insistí

— ¡Vete! Podría terminar desquitándome contigo — Sus ojos me daban un mensaje muy diferente así que la detuve por el brazo.

— No me importa pagar los platos rotos

— Natsu…ki

— Adelante… — Me preparé para escuchar todo tipo de reclamo. La miré a los ojos y sonreí lo mas amablemente que me permitieron mis labios

—Baka… — Me dijo sonriendo

— Ohh vamos Shizuru, estoy segura que puedes hacer algo mejor — Le dije decepcionada y para mi enorme sorpresa ella me abrasó unos segundos.

¡Pero qué torpe soy! El cuerpo se me quedó momentáneamente paralizado y no me dio tiempo de responder a ese cálido acercamiento. Cuando quise abrasarla se alejo de mí.

— Ookini — Me dijo antes de darse la vuelta y seguir con su camino

— ¡Espera! — Le grité un tanto ansiosa — ¡Oe Shizuru! — La castaña se detuvo y se giró para verme — ¿No me vas a contar?

— ¿De verdad te interesa saber?— Me miró como sin poderse lo creer

— ¡Por supuesto! — Contesté sin dudar, ella me señaló una de las bancas del jardín y nos sentamos.

En el horizonte el sol comenzaba a ocultarse, había un resplandor anaranjado recorriendo los jardines de la escuela, hacia brillar la cabellera de Shizuru de un modo muy especial.

Estábamos completamente a solas, únicamente se escuchaba el cantar de unas aves a nuestras espaldas sobre las copas de los árboles y el susurro del viento sobre las ramas.

— ¿Qué ocurre?

— Tuve una discusión con mi madre… — Me comentó algo tensa — Mi madre y yo por lo general nos llevamos muy bien, pero todo es por su actual pareja… desde que se hicieron novios, ese señor solo quiere imponer su voluntad — Me dijo molesta

— ¿No puedes ignorarlo?— Me aventuré a sugerir

— Créeme que lo hago, pero está yendo muy lejos tomando decisiones que no le corresponden, y mi madre que parece que no es capaz de contradecirlo ¡Me está volviendo loca!... Por mí que ella haga lo que le venga en gana pero ¿Por qué tiene que arrastrarme junto con ella?

— ¿Qué pasó esta vez? — Aún no me quedaba claro por qué estaba tan enojada, ¿Pues qué decisiones están tomando para que la afecte de esta manera?

— El Hanami… — Me dijo con tristeza — Siempre lo celebro con mis padres…— Miraba sus zapatos con atención — pero este señor solo quiere que vallamos nosotros tres ¡Y mi madre aceptó! — Me miró a los ojos totalmente frustrada

— ¿Y cómo lo tomó tú padre?— Shizuru suspiró y se tomó un momento

— Mi madre solo lo llamó y le dijo que no se molestara en venir y él me mando un mensaje — Sacó su móvil y me lo enseñó "Diviértete mucho Shi chan"

— Él solo me manda mensajes cuando está mal… Quise llamarle pero apagó su teléfono — Me dijo guardando nuevamente su móvil en su saco beige — Yo realmente quería ver a mi padre Nat… pero ahora tengo que irme con este señor ¡Qué no tolero ni cinco!

Shizuru suspiró de nuevo y miró hacia el cielo. Yo estaba sin palabras ¿Qué podía decir para consolarla? ¿Cómo ayudarla?

— ¿Y si no vas?

— No me malentiendas Natsuki… Me agrada estar con mi madre pero, estar sola entre ellos dos es… — Se silenció un momento como buscando la palabra adecuada —insoportable

— Yo… podría ir contigo… — Dije un tanto abochornada recordando mi sueño. Shizuru abrió los ojos enormemente, denotando en su rostro sorpresa

— ¿Harías eso por mí? — "Haría lo que fuera por ti" pensé irremediablemente, pero solo afirmé con la cabeza como respuesta.

Estos últimos días no he hecho otra cosa que pensar en Shizuru.

— Si te sientes muy presionada entre ellos podemos buscar una escusa para irnos de ahí… — Le dije preocupada, no sabía si era una buena idea… Shizuru soltó una carcajada

— ¡Ara! Un excelente plan — Shizuru sonrió de oreja a oreja y yo sentí que me derretía — Pero… — Dijo de pronto como recordando algo

— ¿Qué? — Pregunté alarmada, realmente me había emocionado mucho de pensar en pasar el Hanami con ella y ese "pero" me sonó a que existía un problema con eso…

Shizuru miró su reloj de pulsera y se levantó de la banca

— Ya es tarde, tengo que ir al consejo…

— Te acompaño y me sigues contando… — El tiempo cuando estoy con ella se me hace tan lento pero a la vez tan breve que… no quiero que termine…

— Mejor te cuento en el Hanami… si es que todavía quieres escuchar

— ¿Lo prometes?— Shizuru sonrío y me abrasó, esta vez reaccioné enseguida para responder su abraso

— Si… Ookini Natsuki, me… quitaste un peso de encima… — Su abraso es el más lindo que he recibido… debo admitir que dejarla ir me costó trabajo.

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Cambié el canal de la televisión con aburrición, ya me había cansado de mirar la noticias cuando Mai me regañó soltándome un golpecito en la cabeza con un folleto que momentos antes estaba leyendo…

— Espera… ¡Regrésale! — Mai me arrebató el control y yo bostecé y me desparramé en el sillón mientras escuchaba como el sujeto de la oficina de meteorología anunciaba al igual que cada año el sakurazensen* (pronóstico de florecimiento) — ¿¡Qué!? La próxima semana… ¡Qué rápido se pasa el tiempo!… — Mai parecía muy emocionada — Ne, Natsuki… ¿Dónde crees que sería el mejor lugar para celebrarlo?

— Grrr… — ¿Cómo decirle que no iré con ella?

— Natsuki… ¿Por qué no me contestas?

— Mai… yo… — Me miró amenazadoramente — Lo lamento… pero — Me recorrí un poco en el sillón — iré con alguien más… — Cerré los ojos esperando un fuerte golpe por parte de mi mejor amiga

— ¡Que gracioso! — Me dijo riendo a todo pulmón pero yo permanecí seria — No puedo creerlo Natsuki… ¿De verdad no vendrás con nosotras? — Negué con la cabeza y junté mis manos en señal de disculpa — ¿Se puede saber con quién iras? — Me debatí un momento y después me decidí a negar con la cabeza, creo que no debo andar diciendo por ahí las dificultades que tiene Shizuru, de algún modo confió en mí — Es una chica ¿Verdad? — Afirmé con la cabeza

— Lo siento Mai… pero sabes que… creo que invitaré a Yuuichi para que las acompañe — Le alcé las cejas y ella palideció — ¿Te imaginas? Tú, Yuuichi… Mikoto y las demás… te lo aseguro, no notaras mi ausencia— Le guiñé un ojo y recibí al instante un coscorrón

— ¡Baka!

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Los siguientes días de la semana pasaron con lentitud hasta que por fin llegó el tan ansiado día. Aquí es dónde digo que me sentí mal al rechazar la invitación de Mai y otras chicas que esperaban poder disfrutar conmigo de aquella hermosa festividad, me cuesta mucho trabajo decir que no, por lo general termino accediendo a todo, pero no me arrepiento para nada en esta ocasión. Estoy convencida desde que tuve aquel sueño que Shizuru es la chica con la que debo estar este día.

Aparqué mi Ducatí en frente de la enorme casa de la castaña, justo detrás de una lujosa, imponente y majestuosa camioneta BMW X6 de color blanco y mientras la contemplaba boquiabierta me propuse esperar a Shizuru.

No tuve que esperar mucho, porque pasados unos minutos se abrió la reja y salieron Shizuru y su madre con un par de canastas, un señor caminaba justo detrás de ellas. Lo primero que pensé fue ¡Rayos! Me sentí como una tonta por mi vestimenta, yo de jeans azul claro, una camiseta blanca con mangas negras y mi chamarra de piel color moca, y para rematar tenis. Y todo ellos con Kimono, no puede ser… ¿Cómo no le pregunte por ese detalle?

Me bajé de la motocicleta y me acerqué hacia Shizuru para ayudarle con sus canastas y ella hizo las presentaciones correspondientes, su madre me sonrió y se portó muy bien conmigo pero no puedo decir lo mismo de su pareja que me miró de manera reprobatoria supongo que por mi atuendo

— Te vez muy bien Natsuki… — Me dijo Shizuru de pronto y sentí un ligero calor en el rostro

— La que esta increíble eres tú — Traía un lindo kimono de seda color amarillo pálido, ahora que lo pienso no recuerdo que en mi sueño ella vistiera un kimono, aunque bueno era un sueño no una premonición.

— ¿Ya están listas? — Nos preguntó su madre muy entusiasta, afirmamos con la cabeza.

— Bueno, suban al auto — Nos dijo el hombre en tono autoritario, no pude evitar lanzar una mirada a mi querida motocicleta

— ¿Natsuki quiere que nos vallamos en moto? — Me preguntó Shizuru de pronto, pero justo cuando iba a contestar fui interrumpida

— De ninguna manera, suban ya que se nos hace tarde — Exigió el hombre, Shizuru lo miró dispuesta a reclamar pero su madre dijo con una voz demasiado dulce

— Así estaremos todos juntos — Shizuru me miró preocupada. Le sonreí al instante, Shizuru suspiró resignada y subimos a la camioneta.

Shizuru miraba por la ventana, se veía ligeramente triste, supongo que por la ausencia de su padre, yo también fije mis ojos hacia la ventana que tenia a un lado, no se me ocurría nada interesante que decir, todos iban bastante serios.

La situación cambió abruptamente cuando la madre de Shizuru puso música y comenzó a cantar una canción tradicional bastante popular. Así entre canticos, aplausos, risas y miradas se animó el viaje. Que divertido fue para mí pasar un rato con ellas, el señor por su parte se mantuvo serio todo el camino.

Una vez que llegamos y salimos del auto, Shizuru y su padrastro tuvieron una pequeña discusión por el lugar que este había escogido, pero él se mantuvo muy imponente y finalmente su madre le dio la razón, y para rematarla comenzó a besarse de una manera demasiado apasionada con aquel hombre.

— Los cerezos están hermosos — Dije con nerviosismo, esperando poder distraerla de aquel espectáculo de sus padres

— ¿Ara? — Señalé el árbol más cercano, pero estratégicamente en un punto opuesto y para mi buena suerte su semblante cambio, miraba el árbol atentamente, y yo que no quería verme muy obvia la miraba de reojo — Natsuki ¿Todo está bien? — Sentí su mano sobre mi frente y trague saliva — Tu rostro esta rojo…

— Si, si… yo… si, estoy bien… solo tengo sed… hace calor — Fuuuu ¡Estas hermosa Shizuru! Te robaría un beso ya mismo pero está tu madre…

— Vamos a sacar la comida… — Me dijo en tono amable.

Ahora comprendo porque para Shizuru es insoportable estar sola con ellos, ¿Cómo decirlo? Este señor no se le desapegaba ni un minuto a su madre, y cada que quería hablar con nosotras o decirnos algo el comenzaba a llamar su atención.

A decir verdad el mejor momento que tuvimos fue cuando él se fue a atender una llamada del trabajo. Shizuru parecía muy feliz y a decir verdad esta mujer era una maravilla, platicaba, reía y cantaba con nosotras, como una verdadera madre. No quiero reprocharle a Saeko pero debería aprender de ella.

Muy a nuestro pesar el tiempo que estuvimos solamente las tres fue muy poco, cuando regresó su novio, Shizuru puso cara de fastidio y sacó su teléfono, y después se volvió para mirar los arboles.

— Aaauuu… — Me quejé mañosamente y Shizuru me miró — Creo que no debí comer tanto…

— ¿Te sientes mal? — Me preguntó angustiada

— Me gustaría caminar un poco… — Le guiñé un ojo, esperando que comprendiera la indirecta— Para bajar la comida…— Shizuru sonrió y se puso de pie, me tendió una mano

— Vamos…— La tomé y me puse de pie.

— ¿Ara? ¿Ya se van Shi chan? — Nos preguntó su madre con cierta tristeza en su rostro

— Natsuki se siente un poco mal Okasan — Dijo Shizuru un tanto insegura, como si estuviera debatiéndose entre quedarse o irse conmigo. Reuní un poco de valor y solté su mano, Shizuru se sorprendió.

— No me siento tan mal — Le dije esperando terminar con su dilema pero ella tomó mi mano de nuevo y se dio la vuelta.

La seguí como hipnotizada hasta dónde terminaba aquél parque y comenzamos a caminar por la acera de la calle, sin prisa alguna.

Shizuru me guiaba, parecía como si quisiera llevarme a algún lugar, no hablamos pero la atmosfera entre nosotras era pacifica y había un aire de confianza

Después de unos veinte minutos habíamos llegado a otro parque rebosante de personas pero no entramos, más bien lo rodeamos y subimos por una pendiente empinada.

Shizuru escalaba sin dificultad a pesar de que traía Kimono, yo por mi parte me aferraba a la roca disimulado mi temor. Cuando llegué a la cima me quedé pasmada al ver el panorama. Aquellos arboles de cerezo se extendían debajo de nosotras por el horizonte, era como tener una enorme alfombra de pétalos rosados.

— ¿Es hermoso verdad? — Me dijo con la mirada fija en los arboles. Afirmé con la cabeza torpemente.

— ¡Jamás había pensado en ver un hanami desde arriba! — Le dije aún asombrada. Unos metros más allá había sobre esa colina un solo árbol de cerezo, el más hermoso de todos, me atrevo a decir.

Antes de poder hacer otra cosa, caminamos hacia él y sin previo aviso Shizuru se quitó el hermoso kimono color amarillo pálido. Debajo de este traía un atuendo casual, que la hacía lucir demasiado sensual, una blusa ligera color crema y un short de mezclilla.

— Natsuki… ¿Te pasa algo? — Salí abruptamente de ese hermoso trance

— ¿Ehh? ¡No! Nada… — Solo que estas hermosa y creo que estuve a punto de babear

— Menos mal, entonces, ya que eres una experta trepando — Me señaló el árbol — ¿Puedes bajar esa bolsa?

— C…claro — Contesté con dificultad

Escalé por el tronco cuidadosamente y bajé con la bolsa de la cuál Shizuru sacó un hermoso mantel color violeta. ¡Era idéntico al de mi sueño!

Para mí eso ya era bastante extraño, no solo por que Shizuru estaba actuando extraña conmigo, digo después de evitarme tanto, ahora me daba la impresión de que estuviera disfrutando de mi compañía, como si mí cercanía le agradara.

Yo por mi parte me sentía en un sueño nuevamente, todo era maravilloso, el paisaje, el clima y Shizuru, pero algo en mi comenzaba a inquietarme y es que cuando Shizuru comenzó a hablar mis ojos no podían dejar de mirar sus labios, de solo recordar esa textura todo mi ser se inquietaba.

Con un ágil movimiento Shizuru extendió el mantel debajo del Sakura y me hizo una seña para que me sentara junto con ella.

— Este lugar es perfecto — Hablé con nerviosismo cuando Shizuru se recostó sobre el mantel.

Creo… que las cosas se van a complicar…

N/A: ¡Después de tanto tiempo! Debo decir: ¡Muchas gracias por su paciencia! ¡Y gracias por leer y por todos sus reviews! Espero y este capítulo sea de su agrado y ya saben, comentarios, quejas, dudas, reclamos si es que los hay… todos en el apartado de reviews. No les dejaré escusas… más bien… me voy a apurar :D! ¡Ja ne!