Capítulo 9

Natsuki… no podía dejar de pensar en ella, por alguna razón siento como si apareciera justo en el momento más oportuno, al igual que ese día en el cine esta vez calmó de nuevo mi corazón, pero no debo descuidarme, entre nosotras no habrá nada más que una amistad, ya sé muy bien cómo funciona ella… solo le gusta jugar.

Aunque por alguna extraña razón es demasiado dulce cuando está conmigo. Recordaba ese breve encuentro que tuvimos en la semana, me sentía abrumada.

Por lo general suelo mantener todo bajo control y no hablar de mis dificultades con nadie, pero con ella tuve una confianza que jamás he tenido ni con Reito.

Natsuki me escuchó con atención, parecía tan atenta, tan preocupada cuando le hablé del hanami.

Pensar en tener a Natsuki toda para mí este día me hacia supremamente dichosa, sobre todo porque accidentalmente en la semana la escuché rechazar a un par de chicas que la invitaron a contemplar los cerezos "Lo siento, ya quedé con otra persona" dijo decidida, pero aun así no debía bajar la guardia.

Escuché a mi madre abrir la puerta y luego la voz de su novio, respiré profundo. Me propuse animarme tenía un gran motivo, pensar en escaparme con Natsuki a mitad del hanami me entusiasmaba lo suficiente para tolerar al novio de mi madre y su claro afán por usurpar el lugar de mi padre. Hay que ver, pero hasta la camioneta que se compró es idéntica a la que era de mi padre, claro mi padre ahora tiene un mejor modelo, pero aún así eso es fastidioso.

Cuando salimos de la casa Natsuki ya nos estaba esperando y como siempre se acercó amable para ayudar. Al tenerla delante de mí tragué saliva, se veía realmente hermosa.

Gracias a que Natsuki estuvo cerca pude controlarme la mayor parte de la mañana, últimamente cuando salgo con mi madre y su pareja no paramos de discutir. La situación se ha vuelto para mi bastante insoportable.

En gran parte a esa razón fue que empecé a utilizar el departamento que tengo en el instituto ya que él hombre se instaló en la casa y pensó que sería buena idea cambiar las reglas de pronto. Se equivocó, yo no iba a ceder, lo que no me esperaba era que mi madre apoyaría a ese usurpador.

Shi—chan… reconsidéralo…

No había nada que reconsiderar. La única razón por la que vine a ver el hanami con ellos era porque prácticamente mamá me obligó, pero no me apetecía realmente. Y Natsuki era mi boleto de escape.

Con Natsuki, el día fue más soportable. No tenía que estarme preocupando por lo que hacía mi madre o su insoportable pareja, solo me bastaba mirarla a ella. A esa atractiva chica de ojos verdes para que mi humor mejorara.

A mamá también le cayó bien Natsuki, me di cuenta de eso en cuanto la peliazul entonó las canciones tradicionales a la perfección, mamá sonreía de oreja a oreja.

Bueno ya llegamos, bajemos… — Dijo de pronto Ishigami han

¿Ara? ¿Qué es este lugar? — Pregunté extrañada

Aquí veremos los cerezos… — Habló determinante Ishigami han.

Es un hermoso parque ¿No chicas? — Como siempre mi madre dándole la razón

¿Okaasan? ¿Qué hay del lugar al que íbamos siempre con papá? — Le dije ofendida

Tu papá ya no está aquí y este es un buen lugar… — Me dijo retador

¿Ara?

Shi-chan este es un buen lugar, entremos ¿Si?

Simplemente inaceptable, pensé al verlos besarse de esa manera, se me revolvió el estómago.

Los cerezos están hermosos — Dijo Natsuki de pronto

¿Ara? — La peliazul que estaba absorta en la naturaleza, me había señalado un enrome y hermoso árbol.

Me sorprendí a mi misma relajándome, solo Natsuki podía hacer que mi humor cambiara así de rápido

Natsuki ¿Todo está bien? — La peliazul estaba sonrojada — Tu rostro esta rojo… — le toqué la frente para comprobar que no tuviera fiebre

Si, si… yo… si, estoy bien… solo tengo sed… hace calor — Me dijo muy nerviosa

Vamos a sacar la comida… — Me apresuré a acomodar los víveres ya que me preocupaba que le diera un golpe de calor a mi acompañante.

Enseguida nos pusimos a comer. Como siempre mi madre parecía demasiado entretenida con Ishigami como para ponernos atención, cosa que para variar no me molestó tanto considerando que tenía a Natsuki cerca haciéndome compañía.

Por supuesto que una parte de mi quería escapar, no dejaba de preguntarme por mi padre. ¿Qué estaría haciendo? ¿Con quién miraría los cerezos? Y nuevamente me sentía molesta con mi madre por hacerle esos desplantes.

Estaba tan absorta en mis pensamientos que apenas me percaté que Natsuki se estaba quejando del estomago

¿Te sientes mal?

Me gustaría caminar un poco… Para bajar la comida…— Me dijo de manera cómplice, pero a pesar de eso me di cuenta perfectamente de que apenas había probado bocado.

Vamos… — No lo pensé más, en cuanto pude me escapé para irme con ella.

Pensé en llevarla a ese lugar especial, al que iba con mis padres cada año. Sentía nostalgia y añoraba el sitio.

Natsuki me siguió sin preguntar, solo caminaba a mi lado. No dijimos nada, solo intercambiamos miradas de tanto en tanto hasta que llegamos.

Natsuki parecía impresionada con el panorama y una parte de mi se sentía muy satisfecha por haberla sorprendido.

[ ]

Las cosas se habían complicado más de lo que esperaba, Shizuru recostada sobre ese mantel era una presa fácil y yo trataba desesperadamente de no arruinar el momento echándomele encima, pero ya era demasiado tormentoso tan solo ver ese festín, así que la imité y miré el despejado cielo.

Estuvimos un largo rato en silencio, no era un silencio incomodo sino todo lo contrario, era relajante tal solo admirábamos el paisaje, recreábamos la vista ante aquel panorama rosado de los sakura y azúl del cielo.

Natsuki ¿Estás bien?

Eh si, si… — Me incorporé al instante, estaba tan relajada que por un momento casi me quedé dormida — ¿Y tú? — Me giré para mirarla pero al instante desistí.

En la posición en la que estaba su escote resaltaba, así que volví a recostarme y enfoqué mí vista hacia el cielo tratando de disimular el sonrojo que estaba segura me había brotado en los pómulos.

Aquí solía venir con mis padres… — Dijo con cierta nostalgia después de un rato y sin proponérmelo mis ojos se dirigieron hacia ella

¿Tanto los extrañas?

Extraño el tiempo que pasábamos juntos los tres, era en realidad poco, tal vez por eso era tan preciado para mí… — Intenté revisar en mis recuerdos pero eso que tanto le dolía a Shizuru era desconocido para mi, puesto que jamás vi a mis padres juntos, de hecho nunca conocí a mi padre y mi madre siempre se la pasaba ocupada con su trabajo.

Ya veo… — Traté de sonar comprensiva, lo mejor que pude hacer fue dirigirle una sonrisa pero al instante sentí algo sobre mi nariz que me hizo estornudar

fufufu… — Shizuru tomó la pequeña flor de cerezo que me había caído segundos antes y se incorporó entre risas

Quedé momentáneamente petrificada cuando sus ojos se posaron sobre los míos con intensidad. Solo me enterré en el mantel incapaz de hacer otra cosa que mirarla como tonta cuando se acercó un palmo más, mis ojos se entrecerraron involuntariamente, debo admitir que esperaba un beso pero Shizuru solo me puso la florecilla en mi cabello, justo arriba de mi oreja derecha

Mi padre solía tomar una flor y ponerla en mi cabello — Me dijo con una sonrisa amable — Te ves hermosa…

Tú también te vez hermosa… — Le dije sin pensar.

Shizuru desvió la mirada de una forma algo brusca, tragué saliva y me incorporé sentándome justo a su lado, me sentí muy inquieta, reparé que a mi costado había otra flor y la tomé enseguida, con un ligero temor la coloqué sobre su cabello

Te queda mejor a ti… — Le dije con la esperanza de aligerar la tensión, Shizuru me miró como sorprendida y luego sonrió.

Para mi buena suerte, las cosas después de eso salieron muy bien, mejor que bien comenzamos una agradable y fluida conversación, hablamos por lo que me parecieron horas, Shizuru definitivamente tenía algo que las demás no.

Ara, parece que Natsuki de nuevo tiene hambre — Shizuru comenzó a reír de cómo sonaban mis tripas, cosa que me avergonzó terriblemente pero después me alegré al verla sacar una canasta con comida de aquella bolsa.

Esto, es delicioso Shizuru…

Ookini — Me guiño un ojo y siguió comiendo, se veía realmente hermosa.

[ — ]

El tiempo se me fue como agua nuevamente, después de comer, el sol había bajado y estaba por comenzar el crepúsculo, hasta ahora Natsuki no me había hecho ningún tipo de insinuación cosa que en parte me hacía sentir tranquila porque definitivamente no sabría como reaccionar. ¿Cómo negarme si me tiene comiendo de su mano? En todo el rato no he podido quitar la sonrisa de mi rostro y es que es simplemente fascinante.

Por un momento, casi que pierdo el control pues Natsuki estaba recostada justo a mi lado, era el momento perfecto, mis ojos estaban siendo tentados por esos delicados labios. Natsuki parecía esperar un beso pero yo no iba a complacerla de ninguna manera, así que tomé la flor que el árbol nos había regalado y la puse en su cabello. Ese acto al parecer la decepcionó.

Te ves hermosa… —Le dije como premio de consolación

Tú también te vez hermosa… — Me respondió en el acto y quise escapar.

Pero entonces Natsuki me puso también una flor en mi cabello y al ver que sus intenciones habían cambiado me alegré y pudimos seguir con nuestro encuentro.

Todo estaba saliendo increíble, después de todo Natsuki tenía ese talento para hacerme hablar.

Después de comer, tomé mi teléfono y enfoqué a Natsuki, esta hizo una mueca extraña y me dio la espalda.

Natsuki… ¿Ara?

No, Shizuru…

¿Qué pasa?

Por favor… no me gustan las fotos… — Claro, de seguro sería algo comprometedor.

Disculpa Natsuki, no quería incomodarte — Guardé mi teléfono y traté de disimular la creciente decepción que se apoderaba de mí

¿Incomodarme? ¿Por qué?

Con la foto, seguro tus novias se enfadarán, solo que quería recordar este momento

¡No tengo novias! — Me dijo un tanto nerviosa

No te preocupes no quiero que se malinterprete

¿Qué…? No, por favor no digas eso… Shizuru… tú…

No pasa nada Natsuki, si no quieres no tenemos porque tomarla

Shizuru… si quiero…

¿Pero…?

¿Con cuál teléfono? — Me dijo sacando su teléfono muy sonriente y ligeramente avergonzada al mirarme

fufufu… veamos con cuál sale mejor

Acomodé los teléfonos a los pies del árbol y tras ponerles el temporizador me senté a su lado y brevemente me acomodé el cabello.

Natsuki me abrasó de pronto y supliqué que en la foto no se revelara la expresión de asombro que ese acto dibujo en mi rostro.

Me levanté enseguida para mirarlas fotos antes que ella, pero Natsuki me detuvo

Tomemos otra Shizuru, ¿Te parece?

¿Ara?, de acuerdo Natsuki

Tomé ambos teléfonos y revisé las fotos, ambas habíamos salido muy bien así que los dejé nuevamente y me senté junto a ella.

Pero esta vez, no fue solo el abraso si no que Natsuki me beso la mejilla muy suavemente, posándose un par de segundos hasta que se escuchó el clic.

En cuanto se tomó la foto me separé de ella ligeramente. Natsuki estaba muy cerca de mí, mirándome con deseo, un deseo al cual quería corresponder, fundirme en sus labios y perderme en el verde de su mirada.

Tras unos segundos ella se acercó a mí con decisión pero yo me alejé rápidamente, con el corazón latiéndome de emoción, tan fuerte que lo sentía en la garganta. Fui a recoger los teléfonos y me quedé ahí unos segundos, temía mirarla a la cara.

No puedo sucumbir, no soy un juguete. No caeré, pase lo que pase no caeré en su juego. Reuní aire, miré las fotos, sentí calidez en mi corazón, su mano en mi hombro, su voz cerca de mi oído.

Salieron bien

fufufu… si, muy bien… y… — Natsuki tenía nuevamente esa mirada — Creo que ya es hora de irnos…

[ — ]

No recuerdo cuando fue la última vez que me tomé una fotografía con alguien. ¿Por qué Shizuru tenía que pedirme una foto? Con esa carita que pone no me puedo negar.

No sé cómo le hace para convencerme con tan sólo una mirada, ¿Y qué hay de ese repentino reclamo?

Me quedé pensando mil cosas cuando ella se levanto para tomar la foto, quizá no debí, pero actué por inercia al tenerla al lado, tan cerca de mí, que no me resistí a abrasarla y así salió la anhelada foto.

Cuando Shizuru se alejó, en automático me levanté tras ella.

Tomemos otra Shizuru, — Me sorprendí diciéndole — ¿Te parece?

¿Ara?, de acuerdo Natsuki

Corrimos a sentarnos, la abrasé y dejé un beso en su mejilla para la foto, fueron unos segundos de cercanía, segundos que aproveché para demostrarle que me interesaba, desafiando su creencia de las supuestas novias mías que no eran otra cosa que el habito del simple desliz.

Tras tomar la foto Shizuru se separo de mí, miré sus labios, sus ojos, estábamos tan cerca, me moría por besarla justo como en mi sueño, casi podía sentirlo pero entonces ella se alejó rápidamente para ir por los teléfonos.

Me levanté tras ella, me moría por un beso y era enserio. Tomé su hombro, me preparaba para girarla y tomar de sus labios esa preciada caricia.

—Shizuru… — Le hablé despacio pero nuevamente me evadió — Salieron bien

Fufufu… si, muy bien… y… — Sus ojos, los míos, brillando, atrapándome… — creo que ya es hora de irnos…

Shizuru corrió hacia el otro lado, y comenzó a recoger las cosas y no me quedo más opción que ayudarle. Recogimos todo de aquel lugar sin prisa alguna y después de unos minutos de disputa sobre quien debía cargar las cosas finalmente gané yo, así que tomé la canasta camino abajo mientras conversábamos.

Nos esperaba una larga caminata hasta la casa de Shizuru, la noche nos había alcanzado y los cerezos se veían más hermosos que nunca alumbrados por os farolillos de papel, después de un buen momento de caminata me animé muy lentamente a rozar la cálida mano de la castaña de tanto en tanto, como si fuera algo accidental al caminar hasta que poco a poco la tomé de manera natural entrelazando mis dedos con los suyos.

Este contacto se me hacía muy especial, miraba ensimismada a aquella chica mientras hablaba cuando me percaté que ya habíamos recorrido tan pronto tres cuartos del camino. Comencé a lamentarme, deseaba que no llegáramos al final del camino, me negaba a soltar su mano que tanta seguridad me daba.

Caminábamos por la acera cuando abruptamente Shizuru se abrasó a mi cuerpo con temor. Sin darme cuenta, la canasta se me cayó de la mano y mis brazos la rodearon protectoramente, la abrasé como nunca a nadie había abrasado en mi vida. Y no sé por qué.

¡Deme una moneda! — Gruñó un vagabundo casi encima de nosotras. Shizuru ahogó un grito y me abrasó todavía más fuerte, bajé rápidamente una mano hacia mi bolsillo del pantalón y saqué unas monedas para dárselas al hombre.

Este en señal de agradecimiento me levantó la canasta de piso y después se fue gruñendo cosas ininteligibles. Cuando se alejó lo suficiente pude tomar una bocanada de aire. Soy un poco intolerante a los olores desagradables, pero eso era lo que menos me importaba. ¿Cómo decirlo? Estaba totalmente perdida en ese abraso.

Era una sensación única y envolvente, como si algo ardiera en mi interior.

Ya se fue Shizuru… — Le comenté a la castaña con tristeza, si por mi fuera me quedaba abrasándola pero no quería abusar de la situación.

Por alguna razón, en vez de separarse de mí me abrasó con más fuerza, dejé caer nuevamente la canasta y la abrasé completamente. Después de lo que me pareció un largo rato nos separamos muy despacio y nuestros ojos se encontraron

¿Estás bien? — Le pregunté y ella afirmó con la cabeza

Siempre me han asustado los vagabundos

Oh Shizuru, si tan solo conociéramos sus historias… — Le dije y Shizuru de pronto abrió mucho los ojos, parecía sorprendida.

Nunca había pensado en eso… Natsuki…

Automáticamente me acerqué un palmo más, me moría por besarla, por probar sus labios nuevamente, se veía muy linda, pero Shizuru retrocedió un paso

¿Te puedo dar un beso? — Vamos Shizuru…

No… — Me soltó enseguida y se puso a caminar muy aprisa, recogí la canasta de piso y corrí para alcanzarla y situarme enfrente de ella

¿Por qué no? — El escenario es perfecto, pensé al mirar los sakura

No me malentiendas Natsuki… yo no soy ninguna de tus noviesitas — ¡BATEADA! ¡NOO! ¿Por qué…?

Shizuru retomó el camino y suspiré decepcionada, me apresuré y la seguí. El viento se azotaba con violencia y fue entonces que me percaté que Shizuru estaba temblando, me detuve y dejé la canasta en el piso

¿Natsuki? — Shizuru también se detuvo a solo unos pasos y me miró intrigada cuando me quité la chamarra

Ten, póntela… hace mucho frio…

No es necesario, tú quédatela

Anda Shizuru, no seas necia, te puede hacer daño

¡Pero tú!

¡Shhh! — A regañadientes logré que la castaña se quedara con mi chamarra, se la puse resistiendo las ganas de abrasarla por la espalda y le saqué el cabello con cuidado, deleitándome unos segundos con su aroma.

Le subí el cierre y por un momento me preocupó que no le cerrara, los pechos de Shizuru son más grandes que los míos, pero si logro cerrar

¿Te aprieta? — Le pregunté nerviosa

Está bien… — Me dijo con un ligero rubor en su rostro. Traté de hacerme la que no lo notó, me agaché por la canasta y así seguimos nuestra caminata.

Finalmente llegamos a su casa y realmente me sentí abatida, aunque me alegré enormemente de ver mi querida motocicleta.

Shizuru me devolvió la chamarra y yo le di la canasta forzando una sonrisa, la hora de partir ha llegado. Me puse la chamarra y antes de partir Shizuru volvió a abrasarme.

Ookini, Natsuki… por todo… hoy fue

Increíble… me la pasé increíble Shizuru… — Y así se soltó de mis brazos y con una última sonrisa se dio la vuelta para entrar a su casa.

Me subí a mi feroz vehículo y yo también partí hacia mi casa, acompañada de un lindo sentimiento.


N/A: Muchas gracias por sus comentarios y por tomarse el tiempo de leer

¡Nos vemos muy pronto!...