Capítulo 10

Me estoy helando, que mala suerte, ¿Dónde están mis llaves? ¡Torpe! Debí perderlas en algún lugar ¿Qué hago? ¡Tsk!

Miré a mí alrededor y recordé que la pelirroja me había comentado que en ese edificio estaban las habitaciones de los miembros del consejo estudiantil y automáticamente pensé en ella.

Espero que esté, es mi única esperanza.

Toqué la puerta, me sentía avergonzada pero, me daba más vergüenza atravesar todo el campus así en busca de Mai para que me abriera mi dormitorio, mi ropa comenzaba a transparentarse por el agua y en verdad que los raspones de la rodilla eran molestos para caminar.

Creo que puedo confiar en ella, si le pidiera ayuda a alguien más probablemente se aprovecharían de mí.

¡Shizuru!... ¡Shizuru!

¿Quién es? — ¡Si esta!

Me sentí aliviada

Soy Natsuki…

Natsuki... estoy algo ocupada, ¿Puedes regresar luego?

Shizuru, por favor… Es urgente… ¡Necesito tu ayuda! ¡Abre! — Le dije un poco desesperada

¿Estás sola?

Si, si… ¡Abre!

¡Ara! — Se escucharon unos apresurados pasos detrás de la puerta antes de que esta se abriera de golpe mostrando a una Shizuru semidesvestida — ¿Qué es tan urgente? — Dijo en tono severo

Shi…Shizuru, ¡Ta…tapate!

Natsuki… ¿Qué te pasó? — Me dijo angustiada, y acto seguido la castaña miró hacia ambos lados del pasillo antes de jalarme para entrar en su dormitorio, cerró y puso el seguro acorralándome en la puerta.

¿Qué puedo decir?, Estaba en la habitación de la presidenta, con la ropa y el cabello escurriendo agua, recargada en la puerta y con Shizuru demasiado cerca de mí mostrándome un poco más de carne de la que pensé que podría llegar verle.

Cielos en verdad es hermosa…

¿Qué te pasó? ¡Estas sangrando! — Me dijo preocupada

Me derrapé en la moto al llegar al campus, fue por la lluvia. Perdóname, pero no sabía a dónde más ir, perdí las llaves de mi dormitorio y no he podido localizar a Mai ella tiene un duplicado de emergencia…

¡Ara! Ven siéntate — Me señaló su cama

¡No! ¡Voy a mojarla toda! — Shizuru trajo un par de toallas, extendió una en su cama y me cubrió el cuerpo con la otra.

Te voy a preparar el baño antes de que te de un resfriado — Me dijo una vez que me senté en su cama — Espérame aquí.

Shizuru fue hacia el cuarto de baño y yo me sequé el rostro con su toalla que tenía un lindo perfume. Miré el lugar, estaba en extremo limpio y perfectamente arreglado, típico de la presidenta estudiantil.

Me gustaron las pinturas que tenía colgadas sobre su escritorio eran 3 pequeños cuadros, con un Haiku (composición poética tradicional de japon) y un Haiga (ilustración de elemento que aparece en el poema) bastantes sencillas pero sin duda hermosos. La más llamativa hacía referencia a los cerezos.

Podía escuchar cómo se llenaba la tina y un poco de movimiento en el cuarto de baño, antes de que saliera la castaña con un botiquín en sus manos.

Muchas gracias Shizuru… — Le dije apenada.

Se sentó a mi lado para atender la herida de mi ceja, yo no podía despegar mis ojos de su hermoso cuerpo que estaba a solo unos centímetros del mío, y sospechosamente para mí me sentía muy tranquila mientras apretaba un algodón con alcohol en mi ceja. Shizuru volvió al baño y me di un zape al percatarme que miraba como se movían sus caderas al caminar.

Afortunadamente que no se dio cuenta de nada, más bien me miró con preocupación.

No puede ser, el único día que se me ocurre salir en la moto sin traje tengo que caerme y todo el recorrido estuvo bien, tenía que caer precisamente al llegar.

Espera un poco, creo que está muy caliente — Afirmé con la cabeza y me envolví en la toalla.

Shizuru se puso frente al espejo y dejo caer su pequeña falda mostrando sus bragas, trague saliva, jamás había visto a una mujer con tan poca ropa… Mai no cuenta.

Enseguida se probó un kimono de color ciruela y después se giró hacia dónde yo estaba.

¡Ara, ara! — Me dijo caminando hacia mí.

Yo estaba embobada mirándola, que apenas sentí cuando Shizuru puso dos dedos debajo de mi barbilla y cerro mi boca con un movimiento.

En lugar de estarme viendo así, Natsuki debería ayudarme — ¡Qué vergüenza!

¿A… a… a qué? — Señaló un armario que estaba junto a su cama

¿Podrías bajar mi ropa? — Me levanté al instante con la cara colorada y me subí a la silla que indicó la castaña para abrir el armario — No te vayas a caer — Dijo sosteniendo mis piernas y no pude evitar soltar un grito, esa caricia hizo que me estremeciera hasta la médula.

¿Cuál de todos? — La castaña me indicó con la mano, yo tomé la bolsa con el kimono que me señaló y se lo pasé.

Al bajarme intente mirar hacia otro lado, en lo que se cambiaba pero la castaña no parecía tener prisa para cambiarse porque sacó todas las prendas y se puso el kimono sin abrochárselo, mientras se acercaba al espejo.

No… creo que este no me favorece el día de hoy…

¡Pero si te vez muy bien!

No, mejor quiero el morado

¡Shizuru! — Dije abochornada porque esta se había quitado el que traía puesto.

Shizuru frunció el entrecejo y no me quedo más remedio que volver a subir a esa silla para bajarle el otro kimono. Estoy segura que ella me estaba mirando las piernas.

A pesar de que ya le había bajado la ropa la castaña dio un par de vueltas en la habitación antes de vestirse. Creo que tendré una hemorragia nasal, valla forma de exhibir su cuerpo… aunque de verdad parece que no lo hacía de manera intencional me sentía provocada.

Esta vez Shizuru se cambió como es debido, pero aún tenía muy fresca la imagen anterior y mi cerebro se negaba a vestirla.

¿Cómo estoy? — Me preguntó de pronto

E…e…estás muy guapa — Dije finalmente y ella sonrió complacida.

Deberías ducharte ahora o pescaras un resfriado — Obedecí a la castaña.

Entré al cuarto de baño y me quité la ropa para entrar en la tina, el agua estaba deliciosa. Me estaba lavando el cabello cuando Shizuru tocó a la puerta.

Voy a pasar — No pude evitar hundirme un poco en la tina cuando se abrió la puerta — lavaré tu ropa.

Gracias — contesté cuando se cerró.

Me inundé en la fragancia de su shampoo, era delicioso tener su perfume en mi cabello, cómo si pudiera olerla a ella en esa pequeña y cálida tina, debo admitir que hacía mucho tiempo que no disfrutaba tanto de tomar un baño, ni siquiera me preocupé de mis recientes heridas.

Aún así no soy de las que se esperan a que se arrugue la piel, por lo que mi ducha fue en verdad exprés. Cuando salí y comencé a secar mi cuerpo reparé en un pequeño detalle… ¿Y ahora qué me pongo?

¿Shizuru?

¿Qué pasó?

¿Podrías prestarme algo de ropa?

Voy — Me envolví en la toalla y le abrí a la castaña que golpeaba la puerta — ten…

Gracias — cerré enseguida. Shizuru me había prestado una falda y una blusa blanca — ¡Oe Shizuru!

¿Si?

Necesito más ropa… ya sabes… la que va debajo de esta — Me moría de vergüenza

Lo siento Nat, pero no puedo prestarte, eso es muy íntimo

¿¡QUÉ!?

Ya me voy… no olvides cerrar la puerta al salir

¡NOOOO! Por favor espera — Me cambié a toda velocidad y salí del cuarto de baño, la blusa casi se trasparentaba por lo que tuve que abrasarme el pecho — Por favor ¡Shizuru!... ¡No puedes dejarme así! Préstame algo — Le supliqué — Te lo regreso al rato… ¡Lo prometo!

¡Ara!

O bueno… tú puedes traerme algo… ¡Por favor! ¡No me imagino caminando por el campus así!... ¿Y las escaleras? y ¿Si hace aire?

¡Ara!... — Suspiró — Está bien— Dijo como a quién no le queda más remedio — pero tendrás que esperar a que termine mi reunión con los patrocinadores — La miré angustiada

¿No puedes pasar antes?

Natsuki tengo que irme… ¡Me están esperando!

Ok, ¿Cuánto tardas?

Yo creo que un par de horas

¿Qué?... ¿Tanto?

Natsuki, es una ceremonia de Té, no puedo tardarme menos… si me esperas te traeré tu ropa cuando regrese — Al parecer no tenía más opción así que afirmé con la cabeza — ¡Ah! y por favor… no invites a nadie, no quiero sorpresas cuando regrese.

¿Qué? ¡Shizuru! ¿Qué crees que soy? — Le dije ofendida.

La castaña iba a replicar pero se enmudeció y se dirigió hacia la puerta

Cierra la puerta, yo traigo mi llave…

Bien… — Me tumbé en la cama y suspiré.

Dos horas… solo son dos horas, pero después de los primeros 15 minutos ya me sentía desesperada. Por la ventana de la habitación de la Kaichou se apreciaba el final del crepúsculo.

Saqué mis cuadernos y me senté en su escritorio, estuve los 45 minutos restantes terminando mis tareas y aún me quedaba una hora más de espera. Me moría de frio así que me metí entre sus cobijas y al poco rato me quede dormida en su cama.

[ — ]

Entre al cuarto de baño y me lleve la ropa de Natsuki disimulando las ganas que tenia de tan solo verla en la tina.

Lleve sus ropas a la lavadora con malicia, ahora Natsuki no tendrá nada más que ponerse. Me deleité un momento preparando el dialogo siguiente.

-¿Shizuru? - Escuche una preocupada voz detras de la puerta

-¿Qué pasó? - Contesté fingiendo demencia

¿Podrías prestarme algo de ropa?

Voy — Abrí el armario y mire con malicia, tras unos segundos tomé una camisa blanca de botones y una minifalda color azul rey

Toqué la puerta y cuando me abrió mi corazón latió muy fuerte. Natsuki se veía muy bonita envuelta en esa toalla blanca que le había prestado.

Ten… - Le dije enseguida y me giré antes de que ella pudiera ver mis pensamientos reflejados en mi rostro.

Gracias — Me dijo tomando las prendas y cerrando la puerta enseguida — ¡Oe Shizuru!

Aguanté la risa.

¿Si?

Necesito más ropa… ya sabes… la que va debajo de esta — Me dijo con la voz ligeramente quebrada y por mi mente pasó su hermoso rostro sonrojado

Lo siento Nat, pero no puedo prestarte, eso es muy íntimo

¿¡QUÉ!? - Me dijo gritando

Ya me voy… no olvides cerrar la puerta al salir - Si que soy cínica pero la quería implorándome

¡NOOOO! Por favor espera — Natsuki abrió la puerta casi enseguida, tenía una cara supremamente abochornada y aterrada, se abrasaba el pecho evitando que viera como se trasparentaban sus encantos

Por favor ¡Shizuru!... ¡No puedes dejarme así! Préstame algo — Suplicó — Te lo regreso al rato… ¡Lo prometo!

¡Ara! - Casi estuve a punto de ceder ante su petición pero la idea de que Natsuki terminara usando mi ropa interior rebasaba todos los límites de la intimidad.

O bueno… tú puedes traerme algo… ¡Por favor! ¡No me imagino caminando por el campus así!... ¿Y las escaleras? y ¿Si hace aire?

Pobre Natsuki, estaba completamente aterrada y sonrojada, se veía tan linda que hasta ahí llegó mi deseo de venganza.

¡Ara!... — Solté resignada — Está bien, pero tendrás que esperar a que termine mi reunión con los patrocinadores

¿No puedes pasar antes? - Me dijo con preocupación

Natsuki tengo que irme, ¡Me están esperando!

Ok, ¿Cuánto tardas?

Yo creo que un par de horas

¿Qué?... ¿Tanto? - Me dijo al borde del colapso

Natsuki, es una ceremonia de Té, no puedo tardarme menos… si me esperas te traeré tu ropa cuando regrese — Natsuki se había resignado, me afirmó con la cabeza y me di la vuelta hacia la puerta no sin antes hacerle una advertencia a la peliazul — ¡Ah! y por favor… no invites a nadie, no quiero sorpresas cuando regrese

¿Qué? ¡Shizuru! ¿Qué crees que soy? — Me reclamó enfadada y estuve a punto de responderle. La idea de que Natsuki estuviera en mi habitación con compañía me ponía los pelos de punta, pero después de ver su reacción no la creí capaz de hacer nada de eso.

Cierra la puerta, yo traigo mi llave…

Bien…

Dejé mi habitación atrás y me encaminé hacia el jardín de las flores. Un poco más allá se encontraba el salón dónde atendería a los invitados.

Ara, esta será otra aburrida reunión.

Cómo me gustaría que por tan solo en una ocasión, no fuera yo quien se encargara de atender a los patrocinadores de Fuka Gakuen. Bien podría atenderlos la Directora, pero quien goza de un puesto como ese pasa a delegar siempre sus responsabilidades, es la ventaja de tener un cargo burocrático y poder.

Es como decir, no importa que Shizuru tenga un examen mañana, o tareas escolares, o que tenga que atender alguno de sus clubs, ella es la presidenta estudiantil y puede con todas las responsabilidades, desde luego que es así ¿Pero no es un tanto egoísta de su parte?

Todos los días son iguales, a excepción de Natsuki, solamente ella ha logrado poner mi mundo de cabeza y sacarme de la aburrida cotidianidad, ¿Pero a qué precio? Jugando con mi corazón, eso no es vida y sin embargo, no puedo dejar de buscarla con la mirada y a la vez huir de su presencia.

Sobre todo me costaba trabajo mantener la cordura en el club de artes marciales, Natsuki era una chica que desconocía por completo la palabra disciplina, simplemente ya no sabía qué hacer con ella, se distraía con cualquier cosa y además distraía a las demás con cualquier cosa, a veces pienso que hasta de manera no intencional, ella sencillamente era un punto a dónde se dirigían la mayoría de las miradas y eso me ponía los nervios de punta y terminaba regañándola por cosas de las cuales en ocasiones ni siquiera era responsable, lo peor era esa carita de arrepentida que ponía, me hacía sentir miserable y cruel.

Espabilé mi mente al llegar al lugar, afortunadamente no habían llegado los invitados, y así preparé el lugar para recibirlos y después de la ceremonia, me dirigí hacia las habitaciones de los de segundo año.

Ahora debía encontrar la habitación de Natsuki, ¿Cómo no se me ocurrió peguntarle a Natsuki cuál de todas era su habitación?

Esperaba que alguien en la recepción pudiera orientarme cuando la pelirroja entro en el vestíbulo, traía cara de agotamiento.

-¡Tokiha han! Buenas noches

- Buenas noches Kaichou

- Kuga han me pidió que le llevara algo de su habitación y me dijo que te pidiera sus llaves

- ¿Ah? - La pelirroja me miro extrañada y no tuve más opción que darle una explicación más concreta de lo que había sucedido.

- ¿¡Se cayó de la moto!?

- Si, pero no es nada grave, ella está bien, sólo necesita una muda de ropa

- Si, si... aquí tiene las llaves Kaichou

- Ookini Tokiha han

La pelirroja me guió hasta la habitación de la peliazul y entré con disimulo.

Encendí la luz y mire a mí alrededor, ¡Vaya! ¡Qué desastre! Todo estaba tirado y revuelto, había sobras de comida en la mesita de centro y regadas por el piso. La cama estaba revuelta e inclusive había ropa en el suelo. Extrañamente sólo un mueble parecía ordenado, ese al parecer era el lado lindo de Natsuki, su lado infantil y femenino, exhibiendo uno que otro peluche tierno.

Abrí su armario y…

¡Ara!... parece que encontré el tesoro de Natsuki

Miraba atónita la montaña de Lencería que había caído estrepitosamente de aquel armario. Aunque me gustaría acomodarla de nuevo en el armario dudo que entre de nuevo todo esto, además si lo hiciera me tomaría toda la noche. Me pregunto ¿Qué conjunto sería el más adecuado?

Aunque intenté apaciguar mi mente no podía dejar de imaginarme a esa preciosura con cada uno de estos conjuntos, tuve una hemorragia nasal y después de ponerme un par de torniquetes en la nariz seguí buscando en la montaña de lencería, hasta que encontré algo que llamo mi atención.

Este es el conjunto que ella estaba viendo cuando fuimos al cine. Definitivamente ¡Me lo llevo! También tomé un pants color azul que al parecer era de chico, se verá muy bien…

Regresé a mi habitación para encontrarme de nuevo con ella, pensé en jugarle un par de bromas pero lo último que me hubiera esperado es que ella estuviera profundamente dormida en mi cama. Cuando deje las cosas sobre mi escritorio se levantó y le di la espalda justo cuando escuche un grito.

¡Kyaaaaaaa!

¡Ara!

¿Dónde estoy? — Escuché como se movían las cobijas y mejor cerré los ojos, recordé que aún no traía ropa interior

En mi dormitorio — Le dije alzando la voz y estiré mi brazo con su ropa — Deberías cambiarte

Me arrebató la ropa y una vez que escuché como se cerraba la puerta del cuarto de baño abrí los ojos y me dejé caer en la silla del escritorio. Estos cuadernos no son míos… ¿Y estos jeroglíficos? Me entretuve con los cuadernos mientras esperaba a que la peliazul saliera.

Gracias — Dijo bostezando dirigiéndose de nuevo a mi cama

No hay de que… — La miré de reojo, aun tenía cara de adormilada, se quedó sentada en el borde de la cama unos segundos y después se recostó de nuevo, cayó dormida al instante.

Me acerqué a ella y la arropé con las cobijas, después regresé y guardé sus cuadernos en su mochila. Tomé un baño para después empezar con mis deberes.

Cuando los terminé miré el reloj de pared que en esos momentos marcaba las dos menos cuarto, Natsuki estaba roncando. Me levante de la silla con el cuerpo entumido, los ojos me pesaban terriblemente, me estire un poco y me metí entre las cobijas.

Seguramente todas esas chicas han soñado con esto, han deseado que duermas con ellas. Estoy segura que más de una te lo ha pedido pero mira en manos de quien tenias que caer, que lastima que estoy tan cansada para hacerte travesuras Natsuki.

Exhalé un suspiro al ver a la peliazul que dormía profundamente, tenía la boca ligeramente entre abierta, sus labios me hacían claramente una invitación a besarlos y yo que tanto deseo hacerlo.

Me acerque despacio, muy despacio y deslice mi húmeda lengua sobre sus cálidos labios, Natsuki emitió un sonidito y apretó los ojos ligeramente al tiempo que le brotaba un ligero rubor sobre sus lindos pómulos, como si se percatara de una presencia, pero estaba siendo muy ingenua al creer que ella me reconocería, ha pertenecido a tantas chicas que la probabilidad es mínima.

Con ese ligero y breve movimiento Natsuki selló sus labios, pero mi apetito había crecido, deseaba encontrarme con esa fiera que me había besado tan pasionalmente hace unos meses, insistí con mi lengua de nuevo y no me costó trabajo pasar entre sus labios, pero cuando los míos hicieron contacto con los suyos se complicaron las cosas, puesto que de pronto cobraron vida atacando débilmente al intruso que quería adentrarse en sus dominios…

Me quedaba remordimiento por haber hecho eso.

Natsuki aunque eres deliciosa, eres mucho mejor cuando estas despierta y estoy tan cansada que no podremos seguir…

Me había dormido, pero un movimiento hizo que me despertara, Natsuki había girado del otro lado quedando boca arriba, cerré los ojos despacio evitando hacer cualquier movimiento, de pronto sentí un peso en mi costado y me queje con disimulo sin abrir los ojos

Ahh! Perdón… ¿Shizuru?... — Natsuki se había incorporado y yo fingí que seguía dormida — ¿Shi…zu...ru? — dijo en un susurro la peliazul, hubo un largo momento de silencio dónde a pesar de la enorme curiosidad que tenia logre mantener los ojos cerrados y la misma respiración profunda.

Estaba por quedarme nuevamente dormida cuando sentí una suave caricia en mi mejilla que se desplazo por mis cabellos y después de un momento que se me hizo eterno sentí sus cálidos y suaves labios sobre los míos, me sentí muy débil pero muy emocionada al mismo tiempo.

La peliazul me besaba muy despacio pero repetidas veces, casi con temor de despertarme había introducido su cálida lengua ligeramente y el beso aunque suave comenzó a ser intenso al igual que sus caricias sobre mi cuello, y sin querer, escuché un gemido por parte de la peliazul y de pronto dejo de besarme, tuve que concentrarme para seguir pareciendo dormida, no fue nada fácil, todos mis sentidos estaban alerta, sentía su respiración entrecortada por la cercanía de su boca sobre la mía, como si estuviera debatiéndose entre controlarse o seguir con lo que empezó.

Shizuru… — dijo muy suavemente y de mi boca se escapó un sonido — perdóname Shizu…ru — lo que siguió me desconcertó.

Natsuki volvió a besarme pero esta vez muy diferente, no puedo atreverme a pensar en amor, porque para ella, todo es un juego, pero definitivamente había cariño en su besó, sus labios temblaban, pero el beso era suave, dulce y delicado. Natsuki… no sigas… ¿Acaso quieres enamorarme más todavía?

Pasado un momento, se recostó en la almohada, y acaricio mis cabellos con delicadeza, lo que hizo que me relajara profundamente, pero cuando estaba por quedar dormida de nuevo Natsuki se incorporó y se levanto de la cama pero al instante se tropezó con mi trampa, me levanté con un sobresalto

¿Qué? — dije intentando sonar alarmada

¡Ahhh nada! — Al parecer se lastimo el pie — Duérmete — Me dijo dando saltítos

¡Ara! ¿A dónde vas? — La vi que caminaba hacia la puerta y me levanté

Ya me voy… — Me dijo y yo caminé hacia a ella y le tomé la mano

Natsuki — Miré el reloj — ¡Son las tres y media de la mañana! Regresa a la cama — Le dije mientras agarraba su mano.

No, no te molestes

Más me voy a molestar si insistes con irte — Me giré y jalé su mano

No, pero… ¡pero!

¡No te voy a hacer nada eh! — Le dije muy seria y Natsuki se puso muy colorada

¡Ahh! ¡No! ¡Ya sé que no Shizuru! — Me dijo con vergüenza mientras me seguía y volvía a recostarse en la cama, cuando se recorrió me acosté yo también y ella me tapó con las cobijas — Perdóname, me quedé profundamente dormida.

Si, lo noté.

Me hubieras levantado — Me dijo abochornada

Te veías muy cansada.

No quería molestarte.

Natsuki si me molestaras te lo diría, ya duérmete — La arropé y terminé con la discusión.

[—]

Hum… ikezu… — ¿Qué fue eso?

¡Ahh! Perdón… ¿Shizuru?... — Me quedé dormida de nuevo… — ¿Shi…zu...ru?

Esto es un sueño ¡Mira que linda es!

Shizuru no solo es atractiva, es sexy (recordé como se veía en ropa interior) fuerte (en el combate por su puesto, valla forma de pelear) y muy femenina.

Sentí un escalofrió en el cuerpo, se ve tan hermosa…

Tenía unas irresistibles ganas de darle un beso y así lo hice, le di uno muy suave, no quería levantarla y luego otro y luego otro y luego ella comenzó a responderme y cuando menos pensé ya había perdido el control…

"Ara… ya vez como no es agradable"

Sus palabras resonaron en mi cabeza y me detuve de pronto, esta fue la prueba de mi vida, solo quería seguirla besando pero… esto no está bien… ella no está consciente.

Shizuru… — Despierta…

Hum…

perdóname Shizu…ru — se que no te es agradable pero… yo lo necesito…

Maldita sea, me lo prometí a mí misma… no volver a besar a nadie así, no volver a amar… pero Shizuru hace vibrar mi corazón, me hace sentir cosas agradables, no es como las demás, definitivamente no…

Por solo un momento me permití entregarme sin restricción a sus labios, no quiero volver a sufrir… pero no puedo dejar de ser cariñosa con ella, pase mis dedos entre sus finos cabellos.

La admiré, quería conservar esta imagen como una fotografía, recordar todos los detalles… entonces me percate realmente de lo que estaba pensando.

¡No debo permanecer más aquí!... ¡No quiero confusiones!

Me levante de la cama, cuidadosamente, ella permaneció dormida, me bajé de la cama de un salto pero caí sobre unas cosas que estaban en el piso, y se falseo mi pie, el problema no fue ese, si no que hice demasiado ruido y la desperté.

¿Qué? — Dijo asustada.

¡Ahhh nada!... duérmete — apoyé el tobillo y me dolió.

Que tonta soy.

¡Ara! ¿A dónde vas? — Me preguntó cuando estaba cerca de la puerta.

Ya me voy… — No sé como mirarla a los ojos después de lo que acabo de hacer.

Shizuru tomó mi mano

¡Natsuki son las tres y media de la mañana! Regresa a la cama — No me pidas eso…

No, no te molestes

Más me voy a molestar si insistes con irte — Me dijo jalándome de nuevo hacia su cama

No, pero… ¡pero! — Se puso muy seria y me dijo en tono ofendido.

¡No te voy a hacer nada eh! — ¿¡QUÉ!?

¡Ahh! ¡No! ¡Ya sé que no Shizuru! — Debo admitir que con eso me sentí peor.

Su mano es tan cálida, a quien engaño… quiero quedarme más tiempo a su lado.

Nos acostamos de nuevo y la arropé hasta el cuello.

Perdóname, me quedé profundamente dormida

Si, lo noté — Me dijo muy tranquila

Me hubieras levantado

Te veías muy cansada

No quería molestarte…

Natsuki si me molestaras te lo diría, ya duérmete — Ella me tapó con las cobijas y me miró a los ojos unos segundos y después cerró sus parpados.

No podía dejar de verla, quería besarla de nuevo, ¡Solo con ella siento esto!... Nadie hace latir mi corazón tan rápido como Shizuru, después de unos minutos me animé a acercarme un poco más y hundí mis dedos en sus finos cabellos castaños

¿Qué haces? — Me dijo abriendo los ojos.

Shh… duérmete — Le dije acariciando su cabeza con dulzura, ella cerró sus ojos un momento y seguí.

No puedo dormir si haces eso.

Si puedes…

Ya duérmete Natsuki — Quitó mi mano con la suya

Shizuru… ¿Me das un beso?

¡No!

Anda, uno de buenas noches…

No…

Por favor, solo uno, ¡En dónde tú quieras!

¿Si hago eso te dormirás?

Si…

Está bien — Cerré mis ojos y prepare mis labios pero sentí un suave, delicado y cálido beso en mi frente — Duerme

Si… — Me acerqué un palmo más, pero Shizuru como adivinando mis intenciones puso su mano justo entre nuestros rostros, pero yo no iba a rendirme con tanta facilidad, así que comencé a besar su mano con suavidad.

¡Natsuki! — Dijo quitando su mano y entonces aproveché y le di un besito en sus labios, pero ella se movió y se limpió el beso con el dorso de su mano.

Si vuelves a hacer eso, te vas de aquí — Me dijo echa una fiera

Perdón…

Ya Natsuki déjame dormir…

Si… — Pero estaba como en un estado de trance mirándola, no podía dejar de detallar sus hermosas facciones, abrió un ojo y me miró.

¿Qué pasa? ¿Por qué no te duermes?

Se me fue el sueño — Dije y acaricié su mejilla, quería abrasarla, nunca había sentido tal necesidad de estar cerca de alguien.

Natsuki, por favor, tengo que levantarme en un rato — Se veía tremendamente agotada — duérmete quieres o no podre dormir tranquila.

¡Dame un beso! — Supliqué

Ya te di uno

¡Necesito otro! — Pero justo cuando iba a besar sus labios se giró abruptamente del otro lado

Oyasumi

No… no por favor…

Espérate a mañana

¿Mañana? — Si bueno, tal vez deba dejarla dormir.

Ya encontraras a alguien con quien besarte — Me dijo en tono indiferente.

Shizuru… — Iba a reclamar pero un fuerte estruendo atravesó la ventana y por instinto me abrase a su cuerpo — ¡Kyaaaaa! — Hasta ahora no me había percatado de que había comenzado a llover de nuevo.

¡Natsuki! suelta… — Otra luz atravesó la ventana y el sonido se repitió, me aferré más a su cuerpo — ¿Ara? — Shizuru se giró con dificultad, yo no quería soltarla, me sentía aterrada pero eso no le importó a la castaña que me alejó de su cuerpo, un tercer rayo retumbo en el cielo y me tapé la cara con las cobijas — Natsuki, deja de jugar…

No pude contenerme más y comencé a llorar, me hice un ovillo del lado contrario al de Shizuru… no me gustan los días de lluvia… ¡Los odio! Para mi sorpresa Shizuru me abrazó con fuerza.

No puedo creer veas una horrible película de zombis como si nada y que te espantes con unos rayitos— Parecía que el cielo iba a caerse…

Déjame en paz… — Le grité pero solo me abrazó más fuerte.

Natsuki parece una niña pequeña… — Me dijo al oído y me encogí más — No te va a pasar nada si te abraso… — La ventana se iluminó de nuevo y para mi sorpresa Shizuru me tapó los oídos con sus manos — Lo vez… — A decir verdad eso me tranquilizó mucho…

Nadie había hecho eso por mi jamás… ni siquiera Saeko, cuando llovía por las noches y quería refugiarme con ella me sacaba cargando y me dejaba en mi cuarto, no le importaba cuanto llorara… solo me quedaba abrasar a mi querido amigo Duran, eso cuando no se ponía a ladrarle a la ventana. Shizuru se puso a tararear una canción mientras limpiaba las lagrimas de mi rostro.

Natsuki es como una nube…

¿Qué? — Pregunté confundida, la verdad ya me sentía más tranquila.

Las nubes también tienen miedo… por eso lloran.

Las nubes no me asustan, me asustan los rayos — Shizuru bostezó.

Son como los ladridos de un perro…

¿Qué?

Los perros ladran cuando están asustados… — ¿Entonces Duran también estaba asustado? ¿Por eso ladraba? Y sin embargo siempre estuvo a mi lado acompañándome.

Kanin na… tengo mucho sueño, ya… no sé… lo… que… digo… — Dijo bostezando.

Arigatou… — Shizuru se había dormido, de alguna manera me sentía tranquila y segura entre sus brazos, de ese modo era unas sensación nueva y cálida, muy envolvente que me quedé disfrutando con los ojos cerrados hasta que finalmente me dormí.


N/A: ¿Y al despertar qué pasará? Jeje… Espero les haya gustado este capítulo y aunque parezca que no, si seguimos con las historias… bastante demorada pero gracias por toda su infinita paciencia y por sus reviews y espero los nuevos comentarios. ¡Saludos y gracias otra vez!