Capítulo 11
Desperté por la mañana, Shizuru ya no estaba a mi lado, se escuchaba un poco de ruido, así que me incorporé sentándome en la cama. La castaña estaba preparando el desayuno, me desperecé y entré al baño, pero antes de regresar a la habitación me lavé el rostro.
— Vamos Natsuki, deberías de comer algo antes de ir a clases.
— Si gracias… — Me senté con ella en el comedor y comenzamos a comer — esto está delicioso…
— Ookini — Me dijo componiendo una breve sonrisa que se convirtió rápidamente en un mohín indeciso, como si desechara una idea inoportuna
— ¿Dije algo malo? — Me miró de reojo y bebió un sorbo de su té con delicadeza, me quedé esperando su respuesta
— No, nada… come — Me apresuró mirando su reloj de pulsera
— Si, si… — La miré de reojo, comía de una manera muy refinada
— ¿Qué tanto me miras? — Me preguntó con brusquedad y pase mis ojos hacia mi plato con nerviosismo.
— Perdón… — Me apresuré a comer, pero después de unos bocados comencé a mirarla de nuevo discretamente.
— ¿Qué? — Me preguntó
—Nada, ¿Qué no puedo mirarte?
— No — Me dijo con brusquedad
— ¿Y qué vas a hacer al respecto? — Le seguí el juego en modo coqueto.
— ¡Ara! — Acerqué mi silla a la suya y ella negó con la cabeza divertida y bebió otro sorbo de su té — No te acerques… — Me advirtió un poco seria, aunque para mí fue como si me hubiera dicho acércate, así que me acerqué más a su lindo rostro.
— ¿Te puedo dar un beso?... — Ella se rió
— ¿Quieres un beso? — Me preguntó de un modo muy sensual que me erizo la piel
Puse una mano en el respaldo de su silla y me acerqué un poco más, ella permaneció quieta en su asiento con la misma expresión, inclusive se sonrojo ligeramente, mi corazón estaba acelerado… justo cuando estaba a unos centímetros de sus labios interpuso un abanico entre nosotras.
— ¡Oe! — La escuché reír y forcejé para quitarle el abanico.
— Ya Natsuki, termina de comer — Me dijo muy seria.
— No… ¡Por favor!...
— ¿¡Por favor qué!? Termínate eso ya, o te irás a clases sin comer — Me dijo levantándose de su asiento y se fue a tender la cama
La seguí con la mirada y respire profundo. Me apresuré a comerme lo que faltaba y después la alcancé pero me evitó estoicamente, entonces me le abalancé y la puse sobre la cama.
— ¿¡Ara!?... Natsuki suéltame — Me dijo resistiéndose
— Déjame darte un beso — Dejó de pelear un segundo y me acerqué a sus labios pero de una manera muy brusca me giró quedando arriba de mi, apresó mis muñecas y me miró a los ojos tan intensamente que se me erizó la piel.
Se acercó a mis labios de un modo muy sensual y demasiado lento, me sentí tremendamente débil, estaba a unos centímetros… nuestras narices hicieron contacto y respiré su aliento, mis labios buscaron en vano a los suyos tres veces y mi lengua una vez pero al no tener éxito me rendí y recargué mi cabeza en la cama, abrí los ojos Shizuru seguía a unos centímetros de distancia, rozo juguetonamente su nariz con la mía, lo que provocó en mi un deseo increíble pero no podía hacer nada, me sentía muy débil y Shizuru me tenia totalmente sometida.
— Que te quede claro — Me dijo en un susurro acariciando mi nariz con la suya — yo no soy ninguna de tus noviecitas…
Me soltó y se puso de pie rápidamente, pero yo no pude moverme, mi corazón bombeaba sangre a todo lo que daba y mi respiración era un caos, tenía una increíble debilidad muscular y me sentía en extremo excitada.
— ¡Ya es tarde! — ¿Cómo es que puede estar tan tranquila? Apreté los ojos y cerré las manos, intente controlar mi respiración…
— Shi…zuru — dije con dificultad
— Vamos Natsuki… — Me dijo la castaña en tono apresurado pero mi cuerpo aún no me respondía — ¡Te quedas! — Y sin más abandono la habitación… que chica tan fría e insensible ¿Cómo se atreve a dejarme así?...
Me tomé un momento para recuperarme y después me incorpore con dificultad. Pase al baño y volví a lavarme el rostro, tome mis cosas y abandone ese cuarto.
POV SHIZ
[—]
Fue un extraño despertar, para empezar ni siquiera pude dormir bien, desde que abrí los ojos comencé a tener muchos sentimientos encontrados a la vez. Natsuki era muy linda, su cuerpo muy cálido y esa sensación de tenerla entre mis brazos era devastadora.
Para empezar, todo esto fue un accidente, que Natsuki se quedara a mi lado era algo que normalmente no se habría dado en ninguna circunstancia, no lo habría permitido, pero ella es alguien que siempre rompe mis barreras y eso para mí ya no es novedad.
Hace unas horas había sentido nuevamente sus labios sobre los míos y esa sensación me había dado una estúpida ilusión y aquí estaba yo, abrazándola, viéndola dormir, cómo si eso cambiara el hecho de que ella solamente jugaba conmigo.
Con una mano apague el despertador antes de que este sonara, era un mal habito, pero siempre lograba despertar cinco minutos antes de la alarma, esta vez, la apague para evitar despertarla a ella.
Me costó trabajo, pero después de unos minutos me aferré a la idea de que eso era lo mejor y me levanté de la cama alejándome finalmente de ella, traté de hacer el menor ruido posible, la peliazul estaba tan profundamente dormida que ni siquiera se percató.
Comencé a alistarme para ir a clases y a preparar el desayuno. Natsuki despertó a los pocos minutos, el sol le estaba pegando en la cara y se cubrió el rostro antes de levantarse. La miré de reojo desde la pequeña cocina cuando ella se levantó y se dirigió al baño.
La peliazul regresó ya más fresca y ante mis señas se sentó en la pequeña mesa.
— Vamos Natsuki, deberías de comer algo antes de ir a clases.
— Si gracias… — La peliazul miro el desayuno con un gesto de gratitud — esto está delicioso… — Me dijo tras el primer bocado, parecía bastante complacida.
— Ookini — Natsuki, si no me hubieras roto el corazón hasta habría bromeado contigo acerca de cocinar para ti
— ¿Dije algo malo?
— No, nada… come — La apresuré tratando de desviar cualquier posible tema que pudiera surgir antes de tiempo.
— Si, si…
Hasta este momento Natsuki no me había hecho ninguna propuesta, ni ningún comentario de lo sucedido en la noche y no quería ser yo la que propusiese el tema, pero ella no dejaba de mirarme y ya comenzaba a ponerme nerviosa.
— ¿Qué tanto me miras? — Solté finalmente.
La peliazul se disculpó y siguió comiendo, pero después comenzó a acosarme de nuevo con sus miradas.
— ¿Qué?
—Nada, ¿Qué no puedo mirarte? — Me dijo la muy cínica
— No.
— ¿Y qué vas a hacer al respecto? — A leguas se veían sus intenciones, Natsuki tenía un modo muy coqueto.
— ¡Ara! — Comenzó a acercarse a mí y ya lo veía venir, pero no iba a ceder, por mucho que me gustara — No te acerques… — Le advertí, pero como siempre, todo eso a ella le valió.
— ¿Te puedo dar un beso?... — Me solté a reír.
— ¿Quieres un beso? — Le dije juguetona, Natsuki estaba subestimándome.
Se veía supremamente deseosa, me miraba fijamente y traté de no demostrar mi deseo también cuando ella se me acercó un poco más, sentí mi corazón a mil, pero no iba a caer, cuando estuvo cerca de mí la evité con mi abanico.
— ¡Oe!
Me dijo enojada y yo me solté a reír. Natsuki está muy malcriada, se ha acostumbrado a tener lo que desea pero yo no soy un premio que puedas conseguir.
— Ya Natsuki, termina de comer.
— No… no ¡Por favor!... — Me dijo suplicante y si no la conociera hasta habría cedido terreno.
— ¿¡Por favor qué!? Termínate eso ya, o te irás a clases sin comer — Me terminé el último bocado y me levanté. Yo también debía evitar las tentaciones, así que me fui a tender la cama que no había tendido la peliazul, pero esta me dio alcance.
Logré evitarla pero me acorraló y me recostó en la cama, me miró a los ojos bastante seria, tenía esa fuerte mirada que me dominaba y a la que tanto le temía.
— ¿¡Ara!?... Natsuki suéltame.
— Déjame darte un beso — Me relajé un momento.
Natsuki yo… también… lo deseo…
Recordaba sus suaves labios y esa forma de besar tan especial que me provocaba calambres en el cuerpo, pero al tenerla a un palmo de distancia recapacité y de forma brusca cambié los papeles.
La recosté en la cama, apresé sus muñecas y la miré desde arriba. Tenerla así tan dócil me provocó un sentimiento de deseo bastante intenso. Quería darle un poco de su propio chocolate. Quería demostrarle que yo también la podía seducir, me acerqué con la intención de provocarla, de tentarla con mis labios y esta no perdió el tiempo y tan pronto rocé mi nariz con la suya quiso besarme pero la esquivé, cuatro veces y finalmente cayo recostada, rendida ante mí, la sentí tan dócil. Natsuki estaba muy sonrojada, y su respiración bastante agitada, pude besarla, deseaba hacerlo, pero me dominé.
— Que te quede claro — Susurré sobre sus labios — Yo no soy ninguna de tus noviecitas…
Me incorporé enseguida y me hice la desentendida, pero Natsuki siguió ahí acostada.
— ¡Ya es tarde!
— Shi…zuru — Susurró la peliazul desde la cama erizándome la piel.
— Vamos Natsuki… — Fingí demencia y tomé mi mochila, la peliazul seguía recostada en mi cama, incapaz de moverse y yo quería abalanzarme de nuevo sobre ella — ¡Te quedas!
Me apresure a salir de la habitación antes de cometer una locura y caer en su juego.
Mientras caminaba hacia mi salón, pensaba en Natsuki e intentaba definirme.
¿A qué estoy jugando?
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N/A: Primero que nada quiero disculparme por las demoras, en verdad me esforzaré para actualizar más pronto, gracias por su paciencia y por todos sus reviews :´) los valoro mil millones de millones de millones, debo confesar que he estado inspirada con otros fics pero no pretendo subirlos hasta dar por terminado "Con todo lo que tengo" del cual ya tenía el final pero por problemas en mi pc se daño el archivo y la información que tenia se perdió por siempre y para siempre (ni mi sempai ingeniero me pudo ayudar a recuperarlo) T_T en fin… me propuse que quedaría mejor y por eso las demoras, pero ya pronto daré final a esa historia y vamos con nuevas, les mando un abrazo y éxito en todos sus proyectos :D
