¡Gracias por la espera! Seguimos…

Capítulo 13

Shizuru, Shizuru, Shizuru. ¡Sal de mi cabeza!

¡Tsk! ¿Por qué me siento tan mal?

Algo no encajaba desde el día en que Shizuru me encontró con Nina, me sentía; ¿Cómo decirlo?, culpable. Sentía como si la hubiera traicionado, pero no entendía el por qué de ese sentimiento, si yo aún no tenía nada formal con Shizuru, ni siquiera sabía si en realidad quería tener algo formal con alguien.

Pero sentía esa necesidad de arreglarlo, de hablar con ella, y cada que me la encontraba me esforzaba en entablar la más mínima conversación, las cuales la mayoría eran apenas breves saludos, Shizuru siempre estaba ocupada, y encima de eso iba con un grupito de chicas a todas partes. ¡Qué fastidiosa era su escolta!

El único momento oficial en el que podía estar con Shizuru era durante el club de artes marciales. Aunque no estaba cerca de ella, me sentía muy bien de compartir el mismo espacio, cada que podía le dedicaba una sonrisa y cuando ella me sonreía sentía como si un huracán se sacudiera en mi interior.

A decir verdad, era pésima en esta actividad, a pesar de mis esfuerzos no lograba seguirle el paso a las demás, mucho menos a la castaña.

Seguía creyendo que las espadas no eran lo mío. Si algún día tuviera la necesidad de defenderme con un arma, sin duda escogería un par de revolver, con esos no tendría problemas, siempre he tenido muy buena puntería, pero hasta eso, sentía un leve progreso con las espadas.

Natsuki…

¿Sí?

Es hacia el otro lado—Me dijo Shizuru con paciencia.

¡Ah! Perdón…—Sentí calor en el rostro puesto yo era la única que me había equivocado.

Shizuru me hizo una seña con la mano para que me acercara a ella hasta el extremo del salón y les dio la indicación a las demás para que siguieran.

Hazlo de nuevo.

¿Yo sola?—Le pregunté preocupada, Shizuru afirmó con la cabeza.

Seguramente la presidenta ya había notado que me la pasaba copiándole los movimientos a Mai y ahora que me encontraba sola no había nada que pudiera hacer. Reuní aire y como pude comencé la Kata desde el principio.

Me sentía nerviosa, tenía los ojos de la hermosa presidenta puestos sobre mí.

Shizuru suspiró y me detuve totalmente avergonzada.

Natsuki no ha repasado, ¿verdad? —El calor de mi rostro se intensificó. Sinceramente esperaba que no lo notara.

Perdón, no he tenido mucho tiempo que digamos—Le dije con bochorno, Shizuru frunció el entrecejo y se puso detrás de mí.

Tienes que repasar, esta Kata no se va a aprender por sí sola.

Claro…—Contesté con dificultad mientras Shizuru me enseñaba como sostener el bastón pero estar entre sus brazos me hacía sentir débil, descoordinada y torpe.

Uno, dos… derecha y arriba…—Me dijo tocando mis hombros—Relájate estas muy tensa—Respiré profundo—Tres y abajo… ahora gira… al frente… izquierda, gíralo…—Se me cayó el bastón.

¡Perdón!

De nuevo—Me dijo Shizuru sin vacilar y nuevamente puso sus brazos sobre los míos, sentía el corazón en la garganta.

En ese momento sonó la campana y Shizuru me soltó para despedir a las chicas, pero cuando estaba por cambiarme de ropa Shizuru me dijo:

Tú te quedas.

¿¡Qué!? Pero tengo que irme… yo… —Shizuru me miró con severidad y solo eso bastó para imponer su autoridad, así que fui a sentarme al otro extremo.

Mai se despidió de mí con compasión antes de salir.

Cuando el aula se vació me animé a suplicar de nuevo que me dejara salir pero ella se negó rotundamente.

Natsuki, no podemos atrasarnos más, las que siguen serán más difíciles. Necesitas dominar esto si quieres durar al menos un minuto en combate, de otro modo no podrás permanecer en el club.

¿Tan siquiera puedo hacer una llamada?—Shizuru frunció el entrecejo—Te lo suplico, es importante…—Le rogué, Shizuru parecía decepcionada.

Parece que pierdo el tiempo…

¡No! Yo me quedare hasta que la domine, pero sólo… solamente déjame llamar… necesito cancelar algo.

Hazlo—Me dijo en tono frio.

Corrí hasta mi mochila y tomé el teléfono de manera apresurada para hacer mi llamada. Había programado una evaluación particular con un profesor muy estricto y sabía que si me quedaba no me daría tiempo de llegar, pero si no le avisaba después la tomaría contra mí.

Solo recibí regaños, pero no me importó tanto si consideraba la mirada de decepción que tenía Shizuru momentos antes.

Por más que quise mi llamada no pudo ser menor a cinco minutos y eso no puso contenta a la presidenta, pero por otra parte me quité un enorme peso de encima. Logré pasar mi evaluación para la siguiente semana lo que significa tiempo extra para estudiar.

Con eso resuelto, volví con Shizuru para seguir practicando un rato más, pero mi rendimiento no era el mejor, realmente estaba cansada y solo me mantenía por mera voluntad, pero eso parecía no ser suficiente para ella.

Perdón, ahora si ya…—Dije por quinta vez, Shizuru suspiró con cansancio —Creo que lo mejor es que abandone…—Le comenté derrotada. No quería alejarme de Shizuru aunque era evidente que esto no era para mí.

¿No te gusta el club?

Me encanta, es excelente… pero…—He estado tan saturada últimamente, no tengo tiempo de repasar.

¡No pones de tu parte! —Estoy agotada.

Me tallé un ojo con la esperanza de que así pudieran permanecer abiertos un poco más.

Esto es… muy difícil…

Shizuru se colocó nuevamente detrás de mí. Su cercanía no me ayudaba.

Si sigue así no podré controlarme.

Es fácil, pero no has practicado—Me susurró al oído provocándome un escalofrío en todo el cuerpo—Me gustaría encontrar una motivación para Natsuki…

Shizuru, por favor…—Mi voz salió con dificultad—Suéltame…

No hasta que lo hagas bien—Me dijo en tono autoritario—Vamos de nuevo.

Así estuvimos unos cuantos minutos, moviéndonos en silencio, sentía el calor de su cuerpo, su respiración en mi cuello y constantes escalofríos los cuales no parecía notar la presidenta. Trataba de seguirle el ritmo pero era imposible, me sentía muy descoordinada, hambrienta, cansada y en extremo provocada por ella.

Ya no más…—Susurré—de verdad no puedo más…—Le dije en tono de advertencia, pero Shizuru me ignoró, y su calor me inundaba haciéndome perder la razón.

Así, el animal que estuve intentando controlar salió a flote. Solté el bastón y me giré rápidamente. Sujeté a Shizuru por la cadera con una mano y la acerqué a mí con brusquedad, mientras que con mi otra mano sujeté su nuca. Tenía un enorme deseo de robarle un beso muy apasionado.

Ella me miró sorprendida y quedé paralizada un par de segundos, nuestras narices se acercaron lo suficiente para rosarse con suavidad, sus ojos se entrecerraron al igual que los míos, contuve el aliento cuando sentí el cálido respirar de Shizuru sobre mis labios, incliné mi cabeza sutilmente y despegué mis labios ligeramente.

Mi corazón se aceleró, Shizuru cerró sus ojos un segundo y justo cuando nuestros labios se rosaron sutilmente, Shizuru se alejó de mí con brusquedad.

¿Qué rayos pasa contigo?—Dio un par de pasos hacia atrás pero yo no la solté, estaba decidida a obtener ese beso.

¡Quédate quieta!

Suéltame, estás loca—Chocamos contra un estante.

¡Loca por ti! —Apresé sus muñecas sobre la pared y justo cuando estaba por besar sus labios, se puso seria y me aplicó una llave. De pronto me encontraba en el piso pero a pesar de que fue brusca no me lastimó.

¡No voy a permitir que juegues conmigo!—Me incorporé rápidamente, avergonzada por mí comportamiento.

Perdóname.

Ya te dije antes que yo no soy ninguna de tus noviecitas.

Pero no tengo noviecitas.

¡Tus ligues ó cómo les llames!—Me dijo Shizuru molesta.

Perdón…—Tomé el bastón que había quedado en el suelo— ¿Seguimos?—Shizuru soltó un bufido.

Sigue tú sola…—Caminó hacia sus cosas.

¡Pero aún no lo aprendo!—Le dije abochornada y arrepentida.

Tengo una idea… ¿Por qué no vas con Mi-chan o con Juriete y les dices que te lo enseñen?, estoy segura que no habrá ningún problema si se les ocurre besarse a mitad del entrenamiento—Por un momento pensé que Shizuru estaba celosa.

No tengo ningún problema con eso, sirve que te desahogas—Pero lo descarté después de que me dijo eso y puso un juego de llaves en el escritorio—Te dejo las llaves del salón—Las tomé y me puse enfrente de ella.

No quiero tus llaves…—Se las di al instante, Shizuru sólo suspiro y evitó mi mirada— ¿Por qué estás tan enojada?

Por qué Natsuki es una egoísta, sólo piensa en cómo hacerse feliz a ella misma y no le importan los sentimientos de los demás.

Claro que me importan tus sentimientos, yo quiero hacerte feliz…—Se me escapó.

¿Hacerme feliz? Natsuki no sabes nada sobre de mí… ¿Cómo pretendes?

Cuéntame… dime qué te hace feliz y lo haré para ti…—Comenzaba a asustarme por mis respuestas tan sinceras.

¿Sabes que me haría feliz?… ¡Qué dejaras de verme como un juguete y me respetaras un poco!

Nunca pensé en ti como un juguete— Shizuru me miró tan feo que sentí un nudo en la garganta — ¿Y cómo te vas a dar cuenta de que te respeto?

Para empezar, ¡Que entiendas la negativa!—Sentí un gran vació en el estomago cuando después de estas palabras Shizuru abandonó la habitación con paso decidido dejándome más sola que nunca…

[ — ]

Al final no pude contarle nada a Reito. Era mi mejor amigo y precisamente por eso mismo ya me conocía la respuesta que me daría. Reito conocía a Natsuki e intentaría convencerme nuevamente que dejara de fijarme en ella, como si fuera fácil. No, no era fácil, Natsuki tenía todo, absolutamente todo lo que me gustaba, a excepción de ser una fácil.

Recientemente habíamos hablado a ratos, no sabía por qué, pero me la encontraba por todas partes, en los pasillos de la escuela, en la cafetería, en los jardines e incluso chocamos un día en la biblioteca, la mayoría de las veces intercambiábamos palabras, breves saludos, pero un par de veces la peliazul logró sacarme un par de palabras extras, cosa que me dejaba con mariposas en el estomago y al mismo tiempo con un sentimiento de malestar ante mi debilidad.

Para mí era bastante extraño, la mayoría de las veces me sorprendía a mi misma pensando en ella y anhelando verla, aunque me quedaba claro que por mi bien, debía hacer todo lo contrario, debía alejarme de ella definitivamente, pero mi corazón, mi piel y mi cuerpo eran tan débiles ante su presencia, me gustaba que Natsuki me mirara, me gustaba tener su atención y una parte de mí seguía aferrada en conquistarla, todo era una constante lucha conmigo misma.

Últimamente había visto a Natsuki tan sola que hasta sentía ganas de acercarme a ella, pero al instante ponía nuevamente los pies sobre la tierra, soñar no me haría nada bien, todo lo contrario, sabía que terminaría con el corazón más roto.

Shizuru, ya estamos todas…—Me dijo Natsuki detrás de mi provocándome un sobresalto.

Muy bien… Natsuki ve a tu lugar… Chicas, vamos a comenzar con el calentamiento, ya saben qué hacer...

Hai – Las chicas comenzaron a trotar alrededor del dojo, mientras yo les iba dando instrucciones y después de unos minutos realizamos un par de combates.

Natsuki no me sacaba la vista de encima, yo trataba de no darle importancia pero cada que la miraba me sonreía ampliamente y yo terminaba devolviéndole la sonrisa.

Todas en posición, vamos a repasar la Kata que vimos la semana pasada.

Supervisaba al grupo, todas lo hacían muy bien, todas a excepción de Natsuki. Era la única que perdía el ritmo, incluso se iba hacia el lado contrario a pesar de que ya habíamos practicado previamente esta rutina.

Sin más demora la mande llamar y le pedí que lo hiciera de nuevo mientras le dedicaba mi total atención, nunca me ha gustado regañar a mis kohai, pero en este caso, tenía que presionar a Natsuki si quería seguir en el equipo.

Natsuki no ha repasado, ¿verdad? — Le pregunté tratando de no parecer muy estricta, la peliazul sólo se sonrojó.

Perdón, no he tenido mucho tiempo que digamos — No negaré que me molestó su respuesta, más cuando conocía a Natsuki y sabia que ella le daba mucha más prioridad a sus citas que al club.

Tienes que repasar, esta Kata no se va a aprender por si sola… — Le dije acercándome a ella.

Claro…—Me respondió la ojiverde cuando me acerqué a ella por la espalda, rodeando sus brazos y aspirando discretamente el aroma de sus cabellos cobaltos.

Natsuki ni siquiera sostenía bien el bastón por lo que decidí enseñarle de un modo diferente. No lo negaré, estaba utilizando como excusa la enseñanza para estar más cerca de ella.

Uno, dos… derecha y arriba…—La guié mientras hacíamos juntas los movimientos, muy despacio—Relájate estas toda tiesa… — Le comenté a la peliazul que estaba extremadamente rígida—Tres y abajo… ahora gira… al frente… izquierda, gíralo…—Y de pronto lo soltó.

¡Perdón!

De nuevo—Exigí.

Rodee sus brazos con suavidad, deleitándome con su calidez. Abruptamente la campana me regresó a la realidad. Sin más demora me separé de ella.

Bueno chicas, es todo por hoy. Nos vemos la próxima. Tú te quedas—Le dije a Natsuki con decisión.

¿¡Qué!? Pero tengo que irme… yo… — Me replicó al instante pero le lance una de mis mejores miradas autoritarias y sin más remedio fue a sentarse al otro extremo del dojo mientras las demás chicas se cambiaban y recogían sus pertenecías.

Tan pronto terminaron de salir Natsuki me suplicó que la dejara irse, debo admitir que eso me disgustó mucho y me negué. No entendía por qué tanta urgencia, lo más seguro es que tuviera una cita.

Natsuki, no podemos atrasarnos más, las que siguen serán más difíciles. Necesitas dominar esto si quieres durar al menos un minuto en combate, de otro modo no podrás permanecer en el club…

¿Tan siquiera puedo hacer una llamada? Te lo suplico, es importante… —Natsuki no paraba de suplicar y sabía perfectamente que no podía negarme aunque me sentía decepcionada.

Parece que pierdo el tiempo…

¡No! Yo me quedare hasta que la domine… pero sólo…solamente déjame llamar…

Hazlo—Solté molesta, la peliazul se apresuró, literalmente corrió por su teléfono y yo suspiré.

Pensé que dadas las circunstancias Natsuki no se tardaría pero estuvo hablando por su teléfono casi 5 minutos, lo cual debo admitir que si me molesto, y más porque se salió del salón para hablar, seguramente estaba hablando con una chica y por eso no quería que escuchara su conversación.

Respiré profundo para calmarme, me sentía muy molesta por esta situación.

Finalmente cuando Natsuki regresó le pedí que repitiera el ejercicio varias veces, pero seguía teniendo los mismos errores.

Perdón, ahora si ya… —Dijo abochornada después de tirar el bastón —Creo que lo mejor es que abandone… — El semblante de la ojiverde cambio bruscamente, a través de esa mirada pude ver una profunda decepción, sentí unos inmensos deseos de abrazarla.

¿No te gusta el club?

Me encanta, es excelente… pero…

¡No pones de tu parte! — Quizá me estaba viendo bastante exigente, pero no quería que Natsuki desistiera. Mi responsabilidad era ayudarle, aunque poco podía hacer si ella no se esforzaba.

Esto es… muy difícil… — Susurró.

Me levanté y me acerqué a ella, le entregué el bastón y la rodeé con mis brazos.

Es fácil, pero no has practicado —Me sentí débil, su sola cercanía, su aroma, su calor…— Me gustaría encontrar una motivación para Natsuki.

Shizuru, por favor… Suéltame…

No hasta que lo hagas bien—Me aferré a su cuerpo, estaba decidida a no dejarla ir sin aprender la kata, aunque, también quería estar así, cerca de ella—Vamos de nuevo.

Ya no más… de verdad no puedo más…—Natsuki parecía inquieta.

De pronto se giró de manera repentina y me sujeto con sus brazos. Todo pasó tan rápido que no supe que hacer, fue como la primera vez. Miré sus ojos y a mi mente vino el recuerdo de nuestro primer beso. Como deseaba que se repitiera ese momento, sentí que sucumbía con su cálido aliento, su nariz rozando la mía, la deseaba…

Apenas sentí el suave roce de sus labios sobre los míos, todavía más suave que la primera vez y entonces reaccioné empujándola.

¿Qué rayos pasa contigo?—Quise alejarme de ella pero Natsuki volvió a abrazarme haciéndome forcejear.

¡Quédate quieta!

Suéltame, estás loca

¡Loca por ti! — Natsuki me tenía acorralada sobre la pared, era muy fuerte, me sostenía de las muñecas con fuerza, con mucha fuerza. No podía moverme, me apresaba con su cuerpo sobre la pared. Cuando estuvo a un escaso milímetro de mis labios dejó de forcejear y aproveché para zafarme usando su peso contra sí misma y quedó en el piso de manera limpia.

No voy a permitir que juegues conmigo…—Le grité supremamente enojada, pero más que con ella, me sentía molesta conmigo por casi caer así en su juego.

Perdóname—Me dijo arrepentida.

Ya te dije antes que yo no soy ninguna de tus noviecitas.

Pero no tengo noviecitas.

Tus ligues, o como les llames —Le dije furiosa y celosa.

Perdón…—Natsuki se agachó para tomar el bastón y como si no hubiera pasado nada me dijo— ¿Seguimos?—La muy cínica.

Sigue tú sola…—Solté enfadada mientras recogía mis cosas, quería irme cuanto antes.

¡Pero aún no lo aprendo!

Tengo una idea… ¿Por qué no vas con Mi-chan o con Juriete y les dices que te lo enseñen?, estoy segura que no habrá ningún problema si se les ocurre besarse a mitad del entrenamiento.

Me sentía furiosa y dolida

No tengo ningún problema con eso, sirve que te desahogas—Continué—Te dejo las llaves del salón—se las dejé sobre el escritorio y me apresuré a salir, pero Natsuki me dio alcance y se interpuso.

No quiero tus llaves…—Me las devolvió, tenía esa mirada de arrepentimiento, así que evité mirarla — ¿Por qué estás tan enojada? – No quería caer en el juego y terminar reprochándole algo.

Por qué Natsuki es una egoísta, sólo piensa en cómo hacerse feliz a ella misma y no le importan los sentimientos de los demás.

Claro que me importan tus sentimientos, yo quiero hacerte feliz…—Soltó de pronto.

¿Hacerme feliz? Natsuki no sabes nada sobre mí… ¿Cómo pretendes?—Solté dolida. Quería irme ya, pero Natsuki se interpuso de nuevo.

Cuéntame… dime qué te hace feliz y lo haré para ti…

¿Sabes que me haría feliz?—Le dije finalmente—Que dejaras de verme como un juguete y me respetaras un poco.

Nunca pensé en ti como un juguete—Su rostro denotaba tristeza, parecía tan sincera que de no haber escuchado esa conversación que tuvo con Reito, seguro que habría caído en su juego. Es una manipuladora— ¿Cómo te vas a dar cuenta de que te respeto?

Para empezar, que entiendas la negativa… — Solté con frialdad.

Salí de aquella habitación con paso decidido, mientras mi estomago se contraía. No sabía si lo que había hecho estuvo bien o mal, me sentía muy confundida.

Doblé la esquina y choqué con el vicepresidente.

— ¿Reito?

¡Shizuru! ¿Estás bien?

Si, si —Mentí y me hice a un lado pero él me detuvo por la muñeca.

Que bueno, acompáñame.

Tengo que irme —Le dije, pero el moreno prácticamente me arrastró hacia el consejo estudiantil.

¿Qué tienes?

Nada… — Reito suspiró.

Vamos Shizuru… no me engañas, dime, ¿O es que ya no confías más en mi Shizuru? —Me guiñó un ojo con complicidad.

No hay nada que decir— A mi mente venían los recuerdos de Natsuki ligando y de lo que había pasado hace apenas un minuto.

El otro día también te mantuviste en silencio… me hablaste del festival escolar muy afectada, ¿Qué pasó? —Me preguntó con aprensión mirándome directamente a los ojos.

Me duele el pecho…—Le dije conteniendo el llanto. Reito me abrasó con fuerza, no pude contenerme más y comencé a llorar, lo solté todo.

Estoy más que enamorada de Natsuki, hace unos momentos me sentí tan débil… quería besarla, abrasarla, sentirla con todo mi ser. Pero no puedo sucumbir ante ella, porque sólo sería una más de sus aventuras, otro de sus juguetes.

Me dijo "Nunca pensé en ti como un juguete" y ahora no se qué pensar.

Shizuru… Natsuki no va a cambiar, te lo dije… no te enganches con ella…—Sabia perfectamente porque Reito me decía esto, el tenia mucho más tiempo de conocerla—Sabes que solo te dijo eso para conseguir lo que quiere…y Natsuki solo quiere jugar.

Lo sé pero… me gusta… y mucho.


N/A: Muchas gracias por seguir conmigo, gracias por su paciencia y sus reviews, les mando muchos saludos y espero que este cap sea de su agrado, pronto estaré de vuelta y con más ShizNat!