¡Gracias por la espera!, seguimos...
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Capítulo 14
–Ne Natsuki…
– ¿Qué?– Contesté en modo cortes a la pelirroja que me soltó un zape mientras estaba intentando vanamente destruir a mi oponente en las maquinitas.
– ¿Tú sabes por qué la Kaichou está actuando extraño?– Por un momento dejé la maquina para mirar a la pelirroja.
– ¿Shizuru, extraño?– Me sentía nerviosa ante la inquisidora mirada de Mai, ni siquiera me importó haber perdido el combate– ¿Por qué lo dices?
–Porque ha estado ausente la última semana y mira lo que encontré en el pasillo. –Mai me tendió una notificación dónde se leía "Todas las actividades del club de artes marciales femenil quedan suspendidas hasta nuevo aviso".
– ¿Qué hiciste Natsuki? – Mai me miró con el entrecejo fruncido.
– ¡Eh! ¿Po…por qué asumes que fui yo?
– ¡Oh vamos Nat!, tú fuiste la última que se quedó con ella ese día, y después de eso nos ha estado evitando. –Tragué saliva– ¿Qué hiciste para que se ofendiera tanto? – Reuní aire.
–Intente besarla–Le dije con bochorno.
–Qué intentaste ¿¡Qué!?
–Mai, tú no entiendes… Ella, ¡Ella me provoca!
–No Nat, ella es por naturaleza provocativa, nos trata igual a todas. ¿¡Por qué Nat!? – Mai se veía enojada – ¡Si cancelan el club perderé el bono extra de mi beca! ¡Mouuu! ¡Y Mikoto no tendrá con quien desquitar toda esa energía! Y además ya comenzaba a tenerle cariño.
– ¿A Shizuru?
– ¡Al club! ¡Baka!... ¡Te lo he dicho mil veces! ¡Controla tus hormonas!
– ¡Lo he hecho! Pero… por alguna razón Shizuru…
– Arregla esto Kuga… –Me dijo amenazadora y sin más se fue hecha una fiera.
Mai tenía razón, debía hacer algo para arreglar esto, tenía que disculparme, hablar con ella…
Miré el reloj, pasaban de las 4 pm y con un poco de nerviosismo me encaminé hacia el consejo estudiantil para hablar con la castaña, caminé a prisa, ahí estaba la puerta, caminé despacio, mi corazón latía rápido, la verdad me moría por verla, pero me sentía tan avergonzada de mi comportamiento que no me animaba ni siquiera a mirarla, menos a hablarle, ¿Qué le diría?, seguramente me odia.
Me asomé con cuidado, dándome valor con las recientes palabras de Mai. Ahí estaba Shizuru trabajando en su computadora, se veía muy ocupada y además estaban los demás miembros del consejo.
Lo mejor era dejarlo para otro día, un día en el que ella esté calmada y preferentemente a solas, no quiero que piense que la estoy acosando y eso empeore las cosas.
Durante los días siguientes intenté encontrarla, pero parecía que Shizuru tenía una capa invisible por qué no la encontraba por ningún lado y las pocas veces que me topé con ella se escapaba ágilmente utilizando cualquier escusa.
Sentía desesperación, tenía que aclarar esto, además las chicas del club parecían muy desanimadas y cuando nos veíamos me miraban de manera extraña y no las culpo, realmente Shizuru hizo de ese club un lugar increíble, era un momento que todas anhelábamos…
No fue sino hasta finales de la otra semana que tuve una oportunidad.
Shizuru estaba cómodamente sentada en una banca de los jardines del colegio, así que reuní valor y me acerqué a ella, necesitaba disculparme, no solo por el club, también la extrañaba, como a nadie, como a ninguna otra.
–Me pregunto… ¿Por qué Shizuru siempre me está evitando?–Le pregunté en tono inocente a la hermosa castaña que en esos momentos dejo de leer su libro y me miró levantando una ceja.
Me senté a su lado respetando una distancia considerable que me separaba de ella. Shizuru solo sonrió irónicamente y cerró de golpe el libro que momentos antes leía muy entretenida.
– ¿Será porqué Natsuki sólo piensa en satisfacerse conmigo?–Soltó con cansancio y levantó en el acto.
– ¡Espera! – Clamé un tanto desesperada y tomé su mano, o bueno lo intenté porque ella se soltó ágilmente – No tienes que irte… yo solo quería preguntarte algo, pero si tanto te molesta mi presencia mejor me voy… –Me levanté de la banca con tristeza, eso de verdad me dolía.
Desde aquella conversación en el dojo no había vuelto a hablar con ella.
– ¿Natsuki se comportará? –Me preguntó y me detuve después de dar unos pasos. Quería regresar, solo estar cerca de ella… por largas horas, platicar de cualquier cosa ó sólo poder mirarla...
–Me comportaré… –Contesté un tanto resignada.
–Entonces siéntate–Me dijo en tono amable.
La miré de reojo y me senté mientras ella acomodaba un separador en su libro, sentí una ola de calor principalmente en el cuello y en los pómulos. Volteé hacia el cielo y contemplé las nubes un momento, hasta que el ardor de mi piel desapareció.
– ¿Qué querías preguntarme? – ¿Me odias? Pensé, pero afortunadamente recapacité a tiempo para hacer la pregunta correcta.
– ¿Por qué ya no hemos tenido club…?
– ¿Ara?
– Shizuru, ¿Es por mi culpa…?–Pregunté abochornada – Sé que soy una tonta y asumo las consecuencias pero yo… no puedo permitir que por mi culpa otros se priven de tus enseñanzas.
– ¿Natsuki? – Shizuru se mostró sorprendida.
Me sentía insegura y preocupada de solo pensar en que su respuesta fuera afirmativa, que me dijera que ya no quería volver a verme y que abandonara el club. Quería irme corriendo y no conocer su respuesta… ¡Valor Kuga!
– Contéstame… ¡Si es necesario puedo abandonarlo!–Prácticamente grité esto último. En verdad estaba aterrada, no quería alejarme de ella y no sabía por qué.
Shizuru compuso una sonrisa bondadosa y suspiró.
– No es por ti Natsuki… – Expresó la castaña a medio mirar.
No me sentía para nada convencida de esa respuesta, una parte de mí, sabía que Shizuru me estaba mintiendo, pero no dije nada por mi bien y le seguí la corriente porque tenía la esperanza de poder arreglar las cosas con ella.
– ¿Entonces? –Shizuru suspiró y miró su libro con atención unos largos minutos, yo permanecí expectante.
–Son varias cosas–Dijo finalmente con un hilo de voz.
Pude percibir su aura de tristeza y surgió en mi algo que nunca antes había experimentado. Un enorme impulso y deseo de abrasarla con ternura pero lo más que me permití fue acercarme unos centímetros a ella acortando ligeramente la distancia que nos separaba, a pesar de que aún quedaba casi un metro entre nosotras.
– ¿Cuáles? – Pregunté sin vacilación
– ¿De verdad te interesa saber? – Me miró entre tímida y sorprendida.
– ¡Por supuesto! – Una ola de ansiedad se apoderaba de mí.
Shizuru se acomodo el cabello delicadamente con su mano derecha, suspiró y se recargó en el respaldo de la banca mirando al cielo. ¡Ohhh! Control Kuga… deja de mirar la piel de su cuello y enfoca.
– Son los patrocinadores, primero estaban muy entusiasmados con la idea, creían que de esta forma podrían atraer a más estudiantes al instituto, pero el club aún no arroja los resultados esperados, y por lo mismo decidieron suspenderlo – Dijo en un suspiro, y mi corazón se detuvo.
– ¿Y estás de acuerdo con eso? – Le pregunté entre enojada y incrédula de que la Kaichou se rindiera tan fácilmente
– Por supuesto que no… pero…
– ¿Pero?
– La única manera de que el club permanezca es hacemos una excelente presentación en el próximo festival del instituto.
– ¿Una presentación? Solo necesitamos ensayar ¿no? y ¿cuándo será el festival?
– El próximo mes.
– Tenemos tiempo ¿no?
– Natsuki siempre tiene mucha energía – Si supieras que tú me robas toda la que tengo…
– No tanta, pero cuenta conmigo. Yo puedo hablar con las chicas, te aseguro que todas darán lo mejor de sí mismas y todo saldrá bien – Shizuru me miró sorprendida, le dediqué una sonrisa sincera y me levanté de la banca.
Permanecer cerca de ella no era buena idea…
"Para empezar, que entiendas la negativa…" Eso que me había dicho, no dejaba de resonar en mi cabeza.
–Cuídate mucho…–Le dije antes de levantarme.
– Natsuki… espera… – Me congelé al instante, solo había avanzado un par de pasos. Tragué saliva y me giré para mirarla.
– ¿Dime? – Me señaló la banca nuevamente y sin dudarlo me senté.
–A decir verdad, siento como si algo le faltara al club, pero no sé qué.
–Bueno, en mi opinión los combates son muy divertidos, pero las katas son horribles, bueno, para mí, porque no logro memorizar la secuencia de los movimientos.
–Pero las katas son necesarias… –Me dijo muy seria.
– Lo sé, vi karate kid.
– Fufufu, ¿y eso que tiene que ver? –Me preguntó riendo y yo sentía que moría con esa delicada risa.
–Esos movimientos repetitivos te hacen reaccionar en automático ante un ataque de verdad.
– ¿Enserio, eso crees?
– ¡Claro!, me consta solo con mirarte.
– ¿Ah si? Fufufu
– Si, tú eres toda una maestra en el arte de la espada…
– ¿Te parece? – Me dijo con timidez
– Obvio, siempre te mueves muy bien… En cambio yo soy terrible y eso que he practicado estos días… ¿Te enseño?
La castaña asintió y me levanté del asiento para enseñarle mis avances, eran mínimos pero, así como era Shizuru de observadora, seguro lo notaría.
–Todavía me falta practicar más… – Le dije preocupada, recordando nuestro encuentro pasado.
Me moría por tenerla nuevamente cerca de mí, pero con dolor en mi corazón sabía que yo no le interesaba a la castaña.
–Un poquito, pero vas bien…
Durante unos segundos no dijimos nada, Shizuru desvió la mirada, y me dio la impresión de que quería irse así que hablé, siempre he creído que hablar directamente puede ayudar a solucionar los problemas.
– Shizuru… yo, quería pedirte perdón, por lo que pasó esa vez…
No pude evitar recordar la escena y volver a sentir esos deseos de besarla, de estar cerca de ella, de sentirme correspondida, y al mismo tiempo de sentirme mal por saber que estaba forzando algo.
– Estoy muy, muy arrepentida, demasiado… yo… actué como una tonta… inmadura… por favor perdóname… me siento muy mal.
Le dije con sinceridad, la verdad es que estos días habían sido muy duros para mí, la extrañaba demasiado y sólo quería que me diera su perdón.
– ¿Me perdonas?
–Si, Nat – Shizuru respondió de una manera tierna y yo me puse feliz, como nunca antes.
–Te prometo que no va a volver a pasar
De ahora en adelante, voy a poner todo de mi parte para que Shizuru me vea diferente, para que se dé cuenta que la respeto y quizá en algún momento pueda tener una verdadera oportunidad con ella.
Después de disculparme, puedo decir que la tensión que había entre nosotras momentos antes desapareció. Yo me estaba comportando, tal y como se lo prometí pero me era muy difícil disimular lo mucho que me atraía, me era muy difícil mirarla y no mirarla a la vez.
No quería que se incomodara por mirarla fijamente, pero por otro lado, tampoco quería que Shizuru tuviera la sensación de que no le estaba prestando atención y se enojara conmigo.
Traté de actuar lo más natural posible. Algo que me encantaba de Shizuru es que se podía hablar de casi cualquier cosa, siempre y cuando ella estuviera de buen humor.
De un momento a otro ya habíamos pasado por varios temas y por alguna razón terminé preguntándole sobre ese libro que tenia sobre sus piernas y que me llamaba la atención porque lo miraba atentamente de tanto en tanto y con mucho cuidado, como si fuera algo muy especial.
Ese era un libro especial de arreglos florales, mejor conocido como Ikebana. Recordé entonces que Shizuru dirigía también ese club y no pude evitar preguntarle en qué consistía.
Jamás las flores se me había hecho tan interesantes como en ese momento. Cuando Shizuru me enseñaba las ilustraciones de su libro y me explicaba la filosofía que regia este delicado arte.
– Todas las flores, tienen su propio lenguaje Natsuki…
– ¿Enserio hablan entre ellas? – Le pregunté confundida, pero ella solo reía. La risa de Shizuru era un sueño.
– No Natsuki, las flores no hablan… más bien demuestran…
– ¿Demuestran?
– Si… por ejemplo mira los Sakura, florecen y se esfuerzan por ser bellas aun cuando su vida es corta, lo que nos demuestran es que…
No pude enterarme que demostraban los sakura por que en ese momento apareció de la nada mi peor pesadilla
– ¡Natsuki! – Se me abalanzó encima y me abrasó con fuerza.
– ¡Elliot! – Ni siquiera me percaté como le había echo para sentarse en mis piernas – ¡O…O…Oe! ¡Espera…! ¡Elliot!
Elliot era una hermosa chica que conocí un día en una fiesta, la pasamos increíble, pero me costó sangre quitármela de encima.
– Imposible, no te soltaré – Dijo parando la boca mientras forcejeábamos.
– ¡No has cambiado nada! – Le reclamé, tratando de sujetarla por los hombros.
– Pero, ¡No nos hemos visto en muchas semanas!– Elliot cada vez me aprisionaba más contra la banca y yo estaba perdiendo la movilidad.
– Ahh…
– No lo hagas más difícil y bésame Natsuki… – Elliot comenzó a besarme apasionadamente, yo intenté resistirme, pero simplemente me tenia dominada, en esa posición no podía hacer nada para zafarme.
…
El sonido de mi teléfono me hizo regresar a la realidad, reuní todas mis fuerzas y la separé de tajo hasta incorporarme.
– ¡Auch! ¿Nat? – Se quejó. No le contesté, solo me alejé de ella rápidamente.
Me sentía mal.
Shizuru se había ido y yo perdí la noción del tiempo. No supe cuanto tiempo estuve besándome con Elliot, solo sé que me sentía sucia y profundamente arrepentida y eso en mi era una señal de alerta.
¿Desde cuándo me importa?... ¿Desde cuándo comencé a quererla realmente?
[ – ]
¡Rayos! ¿Por qué no logro sacármela de la cabeza?
¿Cuánto tiempo más vas a estar así? –Me regañé a mí misma.
Jamás me había pasado nada igual y no entiendo. ¿Por qué de todas las personas del instituto tuvo que interesarme precisamente ella? ¡Dios, es que es todo lo contrario a lo que se supone me debería gustar!
Es que es maleducada, indisciplinada, contestona, testaruda y ¡fácil! entre otras cosas. Y no debería importarme que sea la más atractiva del colegio y que bese delicioso y que sea linda, divertida y coqueta.
En lo único que he pensado estos días inevitablemente ha sido en Natsuki, en sus besos, en su sonrisa, en su cercanía, en sus ruegos… eso me lastima… y más me duele que sé que nunca va a ser mía.
Tenía que alejarme de ella definitivamente.
Traté de pasar inadvertida toda la semana, inclusive cancelé actividades del club para no tener que verla, al menos unos días, me sentía débil, como un adicto que en cualquier momento puede sucumbir ante la droga.
Los primeros días fueron fáciles, pero después me sorprendió la peliazul un par de veces y aunque logré escaparme rápidamente, mi corazón no salió tan bien parado.
Como sea las cosas no me habían ido tan mal hasta que escuché una vocecita muy cerca de mí.
– Me preguntó… ¿Por qué Shizuru siempre me está evitando? – ¿Cómo puede ser tan cínica? ¿Cómo puede ser tan descarada para acercarse y hablarme de la manera más natural después de lo que pasó en el dojo?
– Será porque Natsuki solo piensa en satisfacerse conmigo… – Bastaba ver esa mirada que traía hoy…
Me levanté enseguida, antes de que fuera tarde…
– ¡Espera! – Intentó detenerme y tomar mi mano. La retiré al instante, su sola presencia es dolorosa y el contacto es insoportable – No tienes que irte… yo solo quería preguntarte algo pero si tanto te molesta mi presencia mejor me voy… – Por alguna razón Natsuki parecía decepcionada, más que eso… vi una profunda tristeza en su mirada que me partió el corazón y no pude evitar decirle:
– ¿Natsuki se comportará? – ¿Por qué seré tan masoquista?
– Me comportaré… – A pesar de que lo dijo como si no tuviera otra opción, había puesto una mirada adorable
– Entonces siéntate – Definitivamente soy masoquista, pensé cuando se sentó en el extremo de la banca y miró hacia el cielo, ese rubor en sus mejillas resaltaba sus ojos de una manera única y yo me estaba desviando del objetivo.
– ¿Qué querías preguntarme?– Será mejor que acabe con esto rápido, pensé mientras sentía los latidos de mi corazón.
– ¿Por qué ya no hemos tenido club…? – Me preguntó mirando mis ojos de esa forma que solo ella podía.
– ¿Ara? – Desvié la mirada enseguida, sentí calor en el cuello al recordar una escena.
– Shizuru… ¿Es por mi culpa…? –La miré de reojo, ella miraba sus zapatos con atención, era como ver a una Natsuki tímida y arrepentida – Sé que soy una tonta y asumo las consecuencias pero… yo… no puedo permitir que por mi culpa otros se priven de tus enseñanzas.
Parece que Natsuki no es tan egoísta, pensé inevitablemente cuando me miró a los ojos, se veía tan preocupada.
– ¿Natsuki? – De momento no supe interpretar eso ultimo
– Contéstame… ¡Si es necesario puedo abandonarlo! – Me gritó asustada, no parecía estar fingiendo, eso me hizo sonreír, pensar que le gustaba el club…
– No es por ti Natsuki… – Mentí, no quería hacer ningún tipo de reclamación.
No me sentía con fuerzas para continuar con ese juego, no después de lo que pasó entre nosotras esa tarde, es verdad que yo siempre intento provocarla pero jamás pensé que Natsuki me forzaría.
Quería olvidar todo…
– ¿Entonces?– Me tomé un momento para contestar, aparte de lo que me pasaba con ella, tenía mis propios problemas, y no estaba segura de quererlos compartir.
– Son varias cosas… – No todo es por Natsuki, no creo que este club tenga el éxito que todos esperan, o quizás solo sea yo que no estoy enfocada últimamente.
– ¿Cuáles? – Me preguntó al instante.
– ¿De verdad te interesa saber?– Le pregunté incrédula.
– ¡Por supuesto!– Natsuki tenía una habilidad para que yo hablara de mis problemas, es algo que siempre le he admirado, me da esa confianza para contarle aún después de todo lo que me ha hecho.
–Son los patrocinadores, primero estaban muy entusiasmados con la idea, creían que de esta forma podrían atraer a más estudiantes al instituto, pero el club aún no arroja los resultados esperados, y por lo mismo decidieron suspenderlo – Eso y mi apatía para convencerlos.
– ¿Y estás de acuerdo con eso? –Natsuki parecía muy ofendida por mi respuesta, tanto que realmente me hizo cambiar de parecer, con solo una pregunta.
– Por supuesto que no… – El club tendría potencial – pero… – Yo no me sentía capaz de seguir
– ¿Pero?
–La única manera de que el club permanezca es hacemos una excelente presentación en el próximo festival del instituto– Tuve que mentir de nuevo, solo basta que yo afirme que las actividades del club son buenas y sé que tendría el apoyo de los patrocinadores. Esa presentación debe realizarse al igual que con cada club.
– ¿Una presentación? Solo necesitamos ensayar ¿no? y ¿Cuándo será el festival?
– El próximo mes.
– Tenemos tiempo ¿no? – La ojiverde parecía muy animada, tanto que me hizo sonreír.
– Natsuki siempre tiene mucha energía.
– No tanta, pero cuenta conmigo… yo puedo hablar con las chicas, te aseguro que todas darán lo mejor de sí mismas y todo saldrá bien – A pesar de todo, Natsuki no me ha fallado. – Cuídate mucho.
– Natsuki… espera… – Le dije sin pensar cuando se levanto abruptamente.
– ¿Dime? – Le señalé la banca con la mirada y esta volvió a sentarse. Soy una masoquista.
– A decir verdad, siento como si algo le faltara al club… pero no sé qué…– Debo admitir que solo quería hacer la plática.
Lo que me gusta de platicar con Natsuki es que me presta mucha atención, realmente me siento escuchada y comprendida. La mayoría de las veces siento que las personas no entienden de lo que estoy hablando, pero Natsuki me mira directo a los ojos cuando le hablo y eso es algo que nadie hace por mucho tiempo.
Siempre terminan cohibidos porque soy la Kaichou, las personas siempre me han mirado hacia arriba, pero Natsuki me mira como una igual.
–Bueno, en mi opinión los combates son muy divertidos, pero las katas son horribles, bueno, para mí, porque no logro memorizar la secuencia de los movimientos.
–Pero las katas son necesarias…
–Lo sé, vi karate kid.
– Fufufu, ¿Y eso que tiene que ver?
– Esos movimientos repetitivos te hacen reaccionar en automático ante un ataque de verdad.
– ¿Enserio, eso crees?
– ¡Claro!, Me consta solo con mirarte.
– ¿Ah, si? fufufu.
– Si, tú eres toda una maestra en el arte de la espada– Me dijo con seriedad
– ¿Te parece?
– Obvio, siempre te mueves muy bien…
Me agrada su forma de decir las cosas, su manera de ver el mundo a veces es como el de una niña y otras veces es el de una mujer madura.
–En cambio yo soy terrible y eso que he practicado estos días… ¿Te enseño?
Afirmé con la cabeza y la peliazul se puso en pie, suspiró y trató de hacer la kata, la miré atentamente, era verdad que había mejorado, pero no lo suficiente.
Resistí las ganas de darle una lección privada, cualquier contacto con ella era peligroso para mí.
–Todavía me falta practicar más…
–Un poquito, pero vas bien… – El ambiente se había puesto un poco tenso. Inevitablemente vinieron a mi mente las palabras de Reito, y sabía que lo mejor era alejarme ya.
–Shizuru… yo, quería pedirte perdón, por lo que pasó esa vez… – Me dijo bajando la mirada – Estoy muy, muy arrepentida, demasiado… yo… – Suspiró – actué como una tonta… inmadura…por favor perdóname… me siento muy mal…
Natsuki se veía verdaderamente arrepentida, y yo estaba totalmente desarmada, jamás me imaginé que Natsuki llegara a disculparse conmigo por sus acciones.
– ¿Me perdonas?– Afirmé con la cabeza.
– Si, Nat.
– Te prometo que no va a volver a pasar– Me dijo con una amplia sonrisa.
Sonreí, aunque por dentro me sentía destrozada, en el fondo de mi corazón no quería que dejara de pasar eso con Natsuki, yo quería tenerla muy cerca de mí.
Por otro lado, estaba muy sorprendida, nunca me imaginé que Natsuki mostraría arrepentimiento, inclusive que se llegara a disculpar de la forma tan puntual en la que lo hizo. Eso me hizo cambiar la perspectiva que yo tenía de ella.
Si ella es capaz de mostrar ese arrepentimiento, quizá muy en el fondo siente algo por mí y si eso fuera así, tal vez, con el tiempo, quizá podría darse algo más entre nosotras…
Ahora más relajadas, nuestra conversación era más fluida, platicamos un largo rato de tantas cosas. Natsuki era muy curiosa y me preguntaba todo lo que le pasaba por la cabeza, y cuando por fin pensé que se había terminado el tema, me preguntó por mi libro de ikebanas.
– ¿Entonces ese libro es de tu otro club? ¿Arreglo floral? – Afirmé con la cabeza – ¿Y exactamente de qué trata ese club?
– Bueno, es bastante complejo ¿sabes?, no es un simple arreglo floral, es una disciplina muy especial…
Ya que Natsuki me miraba con extrema atención y curiosidad le mostré un poco de mi libro y me tomé un momento para explicarle un par de las reglas de los ikebanas.
– Ya veo, ¿Y cómo saben que flores ó plantas elegir?
– Bueno, eso es muy sencillo, todas las flores, tienen su propio lenguaje Natsuki…
– ¿Enserio hablan entre ellas?
– No Natsuki, las flores no hablan… más bien demuestran…
– ¿Demuestran?
– Si… por ejemplo mira los Sakura, florecen y se esfuerzan por ser bellas aún cuando su vida es corta…
– ¡Natsuki! – Abruptamente una chica se apareció de la nada y se sentó en las piernas de la ojiverde, pegándose a ella como si fuera un chicle.
Todo sucedió muy rápido, la manera en cómo había aterrizado esa chica hizo que yo me sobresaltara y me pusiera de pie.
– ¡Elliot! – Por supuesto que Natsuki la conocía, era otra de sus noviecitas.
Enseguida quise correr pero me detuve al ver que Natsuki intentó separarla.
– ¡O…O…Oe! ¡Espera…! ¡Elliot! – Le dijo sujetándola por los hombros.
– Imposible, no te soltaré – Sentía como la adrenalina recorría mi torrente sanguíneo con fuerza, nutriendo a todas mis células con energía para el ataque.
– ¡No has cambiado nada! – Mi corazón latía tan rápido que lo sentía bombeando en mis oídos.
– Pero, ¡No nos hemos visto en muchas semanas!
– Ahh…– Por un momento pensé en intervenir, en rescatarla pero me paralicé al instante cuando le dijo:
– No lo hagas más difícil y bésame Natsuki.
Enseguida se abalanzo sobre sus labios, permanecí largo rato pasmada mirando esa escena. Al principio con la esperanza de que Natsuki se decidiera a separarla pero después de unos leves forcejeos Natsuki cedió y se entregó con todo a esa chica de cabellos dorados.
La besaba con pasión, y yo solo tenía ganas de darles una bofetada a las dos, pero en lugar de eso giré sobre mi misma y me alejé a prisa de aquel lugar. Sentía el corazón en la garganta y unas increíbles ganas de llorar.
¿Pero qué esperabas Shizuru? ¿Creíste que Natsuki iba a cambiar?
Ella jamás cambiará.
N/A: ¡Gracias por leer! Y por cierto… ¿Qué opinan de esto? Jeje… espero sus reviews. ¡Saludos a toda/os!
