Capítulo 16
Mai había tenido un acenso en su trabajo y decidimos celebrarlo en un bonito lugar para bailar, es decir, un antro donde se sirviera alcohol a menores de edad.
Casi todo el grupo de amigos de Mai había venido además de Tate, Nao y Mikoto que no podían faltar. Más tarde se incorporó Reito y trajo consigo a mi perdición Fujino Shizuru. En cuanto la vi, supe que la fiesta no sería igual.
Shizuru se sentó en la mesa de alado, justo enfrente de mí. En cuento me vio, me sonrió y me saludo con la mano, respondí el saludo de la misma manera y bebí un trago de mi coctel.
No pude evitar detallarla con la mirada. Esta chica es muy guapa. No importa lo que se ponga, se ve hermosa, resaltaba de todas las demás con unos simples leggins y una blusa holgada que descubría ligeramente ambos hombros, platicaba muy tranquila con una chica que estaba cerca.
Reito le trajo una bebida y esta le dio un sorbo antes de salir a bailar con él, a decir verdad yo no tenia ganas de bailar, podría quedarme toda la noche admirándola y bebiendo.
– Natsuki, eres muy obvia – Me susurró Mai sentándose a mi lado, desvié la mirada para encontrarme con sus ojos.
– No puedo evitarlo
Aún cuando gane la competencia Shizuru hizo todo lo humanamente posible para no encontrarse a solas conmigo. A donde quiera que iba, llevaba una escolta de fans y eso me carcomía por dentro y todavía la muy cínica me saludaba y me sonreía.
– Claro que puedes. Ven baila conmigo anda
Un par de piezas con Mai, con Tate, con Nao, con tres chicas que no conocía, con Mikoto, Nao de nuevo y finalmente me senté a descansar. Aún con todo el movimiento me sentía aburrida.
– ¿Bailas?
– Nina… claro – Respondí un tanto insegura levantándome de mi lugar.
Hasta ahora me había comportado. Las chicas que me sacaron a bailar, me coquetearon y ya me esperaba una reacción similar con Nina. Cada que se me acercaba yo le daba vueltas e impedí que estuviera muy cerca de mí. Con Nina siempre había un beso de por medio, pero esta vez lo evité a toda costa y se molestó muchísimo.
En cuanto termino la pista me escapé de ella y fui a platicar con Mai.
Para sorpresa mía, controlarme fue más fácil de lo que había pensado. Al poco rato fui por otro cóctel y regresé a la mesa.
Bebía tranquila, sin prisa, no esperaba nada de la noche o del momento hasta que sentí una cálida respiración sobre mi oído izquierdo, toda la piel de mi cuerpo se erizó y permanecí muy quieta.
– ¿Bailamos? – Me dijo una dulce voz, con un acento inolvidable. De todas las personas del antro, la última que pensé que me pediría bailar era ella.
Me levanté. Tomé su mano y traté de no parecer nerviosa pero me temblaban las rodillas. Caminamos a la pista, ella puso una mano sobre mi hombro y comenzamos a bailar.
Tengo desde hace mucho tiempo el mal habito de mirar fijamente los ojos de la persona con la que bailo peor esos destellos rubí me descontrolaban. Afortunadamente para mí, la pieza era muy movida y tenía muchas vueltas, así que no tuve mucha oportunidad de ensimísmarme con ellos, pero si me deleitaba con toda ella.
Shizuru era excepcional, bailaba como ninguna otra, todas las vueltas eran muy fluidas, inclusive ella me enseñó un par.
Por el alto volumen de la música, no podía escuchar su risa, pero a leguas se veía que se estaba divirtiendo.
Con ella y solo con ella, quería estar más cerca, pero para mi mala suerte Shizuru no me lo permitía y creo que se percató de mis intenciones porque cada que podía le daba vueltas que me permitieran abrasarla por unos segundos.
Finalmente mi tortura terminó cuando la pista llego a su fin. Me sentí triste pero no pensé que Shizuru quisiera seguir conmigo así que resignada tomé su mano para llevarla de vuelta a su mesa pero Shizuru me hizo girar, volteándome suavemente.
– Ara – Entonces se acercó a mi oído y me dijo – ¿Ya te cansaste de bailar conmigo? – Mi corazón se detuvo.
– ¿Qué?... No, claro que no – Solté nerviosa, aún incrédula de lo que acababa de suceder – ¿Qui…quieres bailar esto? – Le pregunté confundida ya que era una canción muy tranquila.
– Si… ¿Por qué no? – Respondió con naturalidad, así que sin dudarlo puse mi mano en su cintura.
La pista estaba saturada, a duras penas cabíamos, muchas parejitas se habían levantado para bailar.
– No sé bailarla muy bien – Mentí. Con esa misma canción me había agasajado con muchas. Pero con Shizuru no sabía cómo actuar. Me sentía descoordinada y torpe, hasta la había pisado por accidente.
– Ni yo, no te preocupes – Me respondió rodeándome el cuello con sus brazos. De pronto sentí mucho calor en el rostro y el cuello. Mi corazón al mil por hora. ¿Qué está pasándome?
Shizuru tenía sus ojos fijos sobre los míos y una sonrisa tímida. Me quedé como tonta unos segundos, pero finalmente mi cuerpo reaccionó y la tomé por la cintura muy despacio, casi con temor de que desapareciera.
Me sentía débil, muy pero muy débil. La cercanía que cada vez era mayor no me ayudaba, mi cuerpo vibraba.
Me acerqué un poco más y ella se alejó juguetona, pero después de un largo rato logré que nuestras frentes quedaran juntas, solo unos segundos, cerré los ojos y logré que bajáramos el ritmo. Mi cuerpo ardía y mi respiración ya era un caos pero Shizuru apenas se alteró.
Ladeé mi rostro con ligereza buscando sus labios, pero Shizuru movió su rostro también y ahora nuestras mejillas estaban juntas. Respiré profundo porque conociéndome no iba a poder controlarme mucho más.
Justo en ese momento la pieza terminó y comenzó una canción movida. Shizuru se soltó de mis brazos y comenzó a bailar para mí. No puedo decir que baile con ella ya que estaba petrificada por el momento anterior, pero ella bailaba divertida y me miraba a los ojos.
Después de un momento se acercó y me hablo al oído
– ¿Qué pasa?
– Na… nada… – Retomé el paso.
Sentía ardor en el rostro y el cuello. Necesito un beso.
Intenté conseguirlo pero Shizuru era muy hábil. Lo más que conseguí fue que nuestros labios se rozaran ligeramente y eso me dejo loca, pero Shizuru negó con la cabeza sin dejar de reír y se mordió el labio de una forma muy provocativa.
Después de esto estuve tan cerca de conseguirlo pero ella me dio la espalda. Con mis manos en su abdomen me apreté a su espalda y recargué mi barbilla en su hombro. Así estuvimos unos segundos hasta que recordé lo que Shizuru me dijo aquella vez en el dojo "Para empezar, que entiendas la negativa".
La solté despacio, la realidad me golpeo con brusquedad. Ya lo había arruinado antes, debía comportarme diferente con Shizuru. "Nada de besos Kuga" me dije a mi misma con severidad. Siempre que intentaba algo así Shizuru se alejaba de mí.
La canción se terminó y yo no quería dejarla. No quería soltarla pero me conocía bien y de seguir así con ella perdería el poco autocontrol que tenía.
Hice un esfuerzo descomunal para soltarla. Shizuru aplaudió y yo di un par de pasos hacia atrás y después me giré.
Necesito ir al baño. Necesito con urgencia alejarme de ella.
Me intercepto primero Nao y luego un par de chicas, las evité hasta llegar a mi destino.
Por el espejo vi mi rostro totalmente colorado, me lave la cara para refrescarme y me encerré en uno de los baños para controlarme.
Mi cuerpo estaba muy sensible, me tomé un momento para tranquilizarme
– Natsuki… ¿Estás bien?
– ¡Mai!... espérame un momento
– Ok
Cuando mi excitación bajo y mi respiración se normalizo, salí para encontrarme con mi amiga.
– ¿Qué paso?
Comencé a lavarme las manos, para mi mala suerte el sonrojo de mi rostro no había desaparecido del todo.
– ¡Pasa que me encanta Mai! Me siento provocada con todo lo que hace… – Le confesé a mi mejor amiga.
Mai sabía todo de mí, me conocía muy bien y era la única persona en el mundo en la que confiaba para contarle mis cosas.
– Natsuki, jamás te había visto así
– Jamás me había sentido así. No creo resistir otro baile con ella sin hacer una estupidez.
– ¿Por qué no te tomas un momento y sales a caminar?
– Quiero estar con ella… Ya es raro que se me acerque… No sé qué pasó, pero tengo que aprovechar.
– Creí que habías dicho que no resistirías
– Es verdad, si Shizuru sigue provocándome, tengo el presentimiento de que terminara dándome una cachetada ¿Qué hago?
– Pues… intenta no acercarte tanto, si puedes mantén tu distancia con ella
– Bien… intentaré no tocarla, seguro funciona
– ¿Lista?
– Si… Fuuu, hace mucho calor
– Tal vez deberías quitarte la camisa…
– Si, no lo había pensado – Caminamos de regreso a las mesas y me encontré con que mi copa estaba vacía
– Kanin na, me lo acabé – Me grito Shizuru haciéndose escuchar entre el escándalo
– No hay problema ¿Quieres otro?
Shizuru afirmo con la cabeza y me acompaño a la barra. Le pedí al barman un par de cócteles y antes de que pudiera hacer otra cosa Shizuru los pago y me guiño un ojo.
– Salud – Me dijo antes de beberse la mitad del cóctel de un trago y después me saco a bailar nuevamente.
Canciones movidas todo lo que quieras Shizuru, pero ni una lenta de nuevo y en efecto, la canción que seguía era muy lenta.
Afortunadamente antes de que Shizuru se me acercara para bailar, me rescató Mai. Agradecida, me puse a bailar con ella mientras Shizuru bailaba con Reito
– ¿Cómo vas?
– Funciona – Le dije sonriente y esta me devolvió la sonrisa
– ¿Y mi regalo?
– Lo olvide…
– Mooo, dijiste que me comprarías algo
– ¡Y lo haré!
– Bueno… eso espero Kuga Natsuki…
Al terminar la canción fui a sentarme. Shizuru siguió bailando con Reito, reía mucho más con él, cosa que hacia rugir mi interior ¿Sera que a Shizuru le gusta Reito?
Antes de comenzar a torturarme con preguntas que no podía resolver, me tranquilice y comencé a disfrutar de mi cóctel.
Y así rechace amablemente tres invitaciones a bailar, hasta que regresó Shizuru y me preguntó si bailaba de nuevo con ella. Yo encantada, pero esta vez mantuve mi distancia y evite tocarla, en vez de eso jugué un poco con mi cabello y alce los brazos de tanto en tanto.
Eso me mantenía hasta cierto punto tranquila pero Shizuru tenía el mal hábito de hablarme en ratos y como la música estaba fuerte me hablaba al oído y eso me descomponía y más cuando sujetaba mi cuello con su mano.
¡Necesito aire!
– Ahora vengo– Alce la voz sobre la música y caminé hacia la salida.
Un paseo me relajara. Solté una bocanada de aire al salir del antro. Sentí un escalofrió en mi cuerpo por el cambio de clima y a la vez como se enfriaba mi cuerpo y disminuía el rubor que momentos antes me había provocado la castaña. Suspiré aliviad hasta que escuche un…
– ¡Ara!
– ¿¡Shizuru!? – La castaña había salido del lugar detrás de mí y me miraba con preocupación
– Tan rápido te cansaste de estar conmigo – Casi me da un microinfarto
– ¡NO! no… yo solo… es que…
– ¿Es que...?
–Necesito dar un paseo – Solté nerviosa, Shizuru había avanzado un palmo hacia donde estaba.
– ¿Puedo acompañarte o prefieres ir sola?
Extendí mi mano sin dudarlo, Shizuru me dio la suya y la apreté con fuerza al tiempo que empezaba a caminar por la calle
– Natsuki parece feliz – La mire de reojo
– Lo estoy… pero me gustaría más poder darte un beso
– No tienes remedio – Me contestó
– Shizuru… – Me situé delante de ella y la miré a los ojos. Nuevamente sentí como el rubor se extendía por mis pómulos mientras tomaba su otra mano – ¿Yo te gusto? – Le pregunté nerviosa
– Ara – Esa pregunta la incomodo, lo noté enseguida, pero necesitaba saberlo.
– Perdón… – La solté al instante, pero ella atrapó mi mano y la miré expectante.
– Me gustas Natsuki
– ¿De verdad? – Le pregunté incrédula. Ella afirmó con la cabeza
Yo casi saltaba de alegría, me sentí feliz como nunca antes. Me acerqué a ella e intenté darle un beso, pero ella se hizo para atrás y se rio.
– Kanin na Natsuki…
– ¿Creí que te gustaba? – Le pregunté confundida.
– Pero no así…no de esa manera – No mentiré, eso me dolió, más que la bofetada que me había imaginado que me daría al no comportarme con ella – Me gustas más como una amiga.
¿Una amiga? Vaya me sentí fatal. Nunca me habían dado una respuesta así. Creo que hasta ahora no me habían mandado a la friend zone.
La solté despacio y caminamos en silencio por unos minutos. Reflexionaba lo que Shizuru me acababa de decir y su comportamiento para conmigo. No me cuadraba del todo, pues ella había respondido a mi beso, y juro que también me coqueteaba, pero no había tenido intenciones de tener algo más conmigo.
Metí las manos a las bolsas de mis jeans para evitar la tentación de volver a tocarla, tenía una mezcla de sentimientos encontrados. Sinceramente no quería pensar más, así que mejor me concentre en buscar lo que necesitaba.
– ¿Qué buscas Natsuki?
– El regalo de Mai
– ¿Qué piensas comprarle? – Me alcé de hombros mientras me detenía en el escaparate de una joyería.
Ahora que lo pienso, Takumi le regalo a Mai una cadena de plata. Un dije sería un buen complemento.
Miré atentamente, un pequeño dragón plateado llamo mi atención. Tenía una espada atravesada en las fauces y un símbolo grabado. La etiqueta decía en letras cursivas "Kagutsuchi" parecía que estaba de moda y ahora que lo pienso a la pelirroja le gustaba.
– ¡Ara! – Mi vista se dirigió hacia Shizuru, en esos momentos observaba una fina cadena con un dije de un pequeño corazón. Un accesorio que sin duda quedaría perfecto en ella. – ¿Natsuki encontró algo? – Afirme con la cabeza
– ¿Me esperas? – La castaña asintió y entre al local para hacer mis compras.
Compre ambas cosas, para Mai y para Shizuru, a esta última se la daría en algún momento especial.
– ¿Compraste algo? – Le enseñé la pequeña caja de regalo antes de guardarla en el bolsillo de mi pantalón
– ¿Regresamos?– Le pregunté
– Si – Caminamos un par de cuadras y sin pensarlo mucho me detuve abruptamente, mejor de una buena vez.
Shizuru se detuvo también y me miró extrañada. Saqué enseguida de mi bolsillo una bolsita de papel y la vacié en mi mano. Shizuru puso una expresión de sorpresa cuando extendí la cadena.
– ¿Me dejas ponértela?
– Natsu…ki – Con manos temblorosas se la puse alrededor del cuello.
– Se te ve muy bien
– No. No debiste.
– No te obliga a nada eh – La interrumpí enseguida. Lo último que quería era que se sintiera comprometida.
– ¿Por qué lo hiciste?
– Porque te gustó ¿no?
– ¿Solo por eso?
– No necesito más razones
– pero…
– Shhh… – Le dije terminante y con una seña la invité a entrar nuevamente en la disco.
Me fui para la barra a pedir otro cóctel y después regresé a mi mesa. Shizuru se había ido con Reito
Sentí un coscorrón familiar en mi cabeza, pero más suave que de costumbre.
– ¿Mai?
– ¿Dónde estabas? – Me levanté de mi lugar y saqué de mi bolsillo la cajita con su presente. Mai me abraso al instante
– Espero te guste… – La pelirroja abrió la caja y se quedo viendo el dije con sorpresa.
– Gracias Nat, ¡Esta increíble! – Se quitó la cadena que traía en el cuello y me la dio. Metí a kagutsuchi y se la puse de nuevo en cuello.
– ¿De verdad te gustó? Ese dragón esta medio feo – Me dio un codazo en las costillas
– No le digas así, ¡Esta lindísimo!
– Para mí, lindísimo es un cachorro de lobo
– Lo consideraré para tu cumpleaños – Me dijo guiñándome un ojo y me jaló hacia la pista – ¿A dónde te la llevaste?
– Solo me acompaño por tu regalo
– Si claro – Me dijo con ironía
– ¡Es enserio Mai!
– Ella también regresó con un collar
– Que buen ojo Tokiha
– Es muy obvia, no deja de verlo ¿acaso ya es tu novia?
– Brincos diera
– No hablas enserio – Me encogí de hombros – ¿Es enserio? – Me preguntó asombrada y de solo imaginármelo apareció una sonrisa en mi rostro. Mai tocó mi frente con preocupación – ¿Qué te dio?
– ¡Baka! No es lo que me dio… si no lo que me niega – La pelirroja se rió descaradamente
– Ya te tenía que tocar algo difícil Kuga, para ver si valoras
– No Mai… Shizuru no es difícil, ¡Es imposible! – Mai siguió riendo a todo pulmón y me dio un abraso al cual respondí sin pensarlo mucho. Sentí como mis ojos se humedecían y me aferre más a su cuerpo.
De momento recordé lo que me dijo Shizuru, sentía una opresión en el pecho.
– Me dijo que me prefería como amiga… – Un par de lagrimas se escaparon de mis ojos.
– ¿Qué?
Me limpie los ojos
– Esto no debería afectarme ¿sabes? Ya me voy– Tomé mi casco y me incorporé.
– Nat… quieres que te acompañe – La peliarroja me miró preocupada
– No, yo… necesito estar sola… –Me limpie el ojo rápidamente, no me gustaba llorar, ni demostrar mis sentimientos.
– Ok, ok… con cuidado Nat. – La pelirroja me detuvo del brazo antes de irme – Si necesitas algo Nat, llámame…
Afirme con la cabeza y salí rápido de ahí. Quería irme a casa. Necesitaba aclarar mis sentimientos.
[–]
La extrañaba, no podía dejar de recordar ese día que estuvo conmigo en la enfermería, su dulce mirada, la atención que me ponía. Natsuki tenía algo que me encantaba y estaba a punto de sucumbir. Una parte mi no demostraría jamás mis sentimientos, no me doblegaría, ni sería una más de sus juguetes, no, mi orgullo es grande, soy una Fujino.
Un rumor circulaba en los pasillos, habría una fiesta el viernes, una a la que necesitaba ir. Si veía a Natsuki coqueteando podría ser suficiente para sacarla de mi cabeza, por lo menos un buen rato.
No me costó trabajo convencer a Reito para ir. Entonces me arreglé para la ocasión. Elegí un atuendo casual, algo sencillo pero que me hiciera resaltar, porque también quería que ella me viera.
Al llegar al antro Natsuki ya se encontraba ahí, tenía pinta de haber bebido un poco. Se veía muy hermosa, me gustaba demasiado.
Pronto nos ubicamos en una mesa cercana, justo la de enfrente. Sentí su mirada, así que la saludé y le dediqué una sonrisa y ella se sonrojó.
Me dedico una profunda mirada, una que me hacía sentir debilidad en las piernas. Comencé a platicar con unas compañeras del salón que se encontraban ya en la mesa esperándonos.
Al poco rato le pedí a Reito que bailáramos, apenas había comenzado a beber pero ya me sentía amodorrada. Mientras bailaba no dejaba de sentir la intensa mirada de Natsuki. La peliazul no quería perder detalle de mis movimientos y yo todavía me di el lujo de darle show, acentuando mis movimientos, sin que parecieran exagerados, todo muy natural.
Después de un momento Natsuki comenzó a platicar con Mai y luego se pusieron a bailar. Luego siguió con Tate y cuando paso a los brazos de Nao, pensé que comenzaría el espectáculo, pero no ocurrió nada, aunque Nao si estaba claramente coqueteándole.
Después de ese baile, Reito y yo nos sentamos en la mesa. Bebía despacio mientras Natsuki no paraba de bailar, yo la miraba discretamente de tanto en tanto, esperando a que ella perdiera el control, cosa que no paso, aunque estuvo bailando con diferentes chicas y luego con sus amigos.
Hasta que se le acercó esa niña peliazul. Natsuki tenía un trato diferente con ella, ya las había visto juntas, pero antes no sabía quién era, ahora sé perfectamente que ella es Nina, la niña que se enamoró de Natsuki y no paraba de intentar conquistarla.
Natsuki la princesa del hielo, no se involucraba con nadie, al parecer a la susodicha no le interesaban las relaciones serias, y eso es algo que debo tener siempre presente en mis momentos de debilidad.
Hasta ahora Natsuki no había respondido a ninguna de las chicas que se acercaron a ella con intenciones muy claras, se mantuvo distante y con Nina tampoco pasó nada. Natsuki se alejó de ella al terminar el baile, lo cual la dejó molesta.
Esa forma de rechazarlas me atraía demasiado, será que Natsuki está cambiando. ¿Por qué ha sido especial conmigo? ¿Será que…?
Me levanté despacio y me acerque a su mesa, la peliazul bebía calmadamente. Me acerqué a su oído para hacerme escuchar, pues la música estaba muy fuerte.
– ¿Bailamos?– Noté que se le erizo la piel, Natsuki se puso nerviosa.
Natsuki no se hizo del rogar, se levantó y me tomo la mano. Nos fuimos a la pista. Puse mi mano en su hombro, Natsuki no me sostenía la mirada, se veía nerviosa, pero aún así bailó muy bien, aunque yo la sorprendí con algunos movimientos.
El baile estuvo bien, me sentía feliz, la verdad había venido para ver la peor parte de Natsuki pero ella no se había comportado como yo esperaba, al contrario, estaba siendo muy… cariñosa? conmigo.
Cada que podía intentaba abrasarme, cosa que no había hecho con nadie más y eso me hacía sentir especial, pero término la música y la peliazul me quiso llevar a mi mesa.
En cualquier otro momento solo un baile habría sido suficiente para mí, pero hoy no. Me sentía con unas inmensas ganas de seguir provocándola. Así que la detuve y la hice girar con suavidad.
– Ara, ¿Ya te cansaste de bailar conmigo? – Le hable al oído, al tiempo que sujetaba su mejilla. Noté que se ruborizaba y me miraba incrédula.
– No, claro que no… ¿Qui…quieres bailar esto? – Me preguntó sorprendida y claramente ansiosa.
– Si, ¿Por qué no? – Era una canción lenta, perfecta para seducirla. Me moría por un beso, pero mi orgullo jamás me haría pedirlo, no caería tan bajo.
– No sé bailarla muy bien – Me dijo Natsuki, estaba muy nerviosa.
– Ni yo, no te preocupes – La rodeé por el cuello con mis brazos y me acerqué un poco a ella. Natsuki se sonrojó demasiado, su timidez me incentivaba a acercarme a ella. Le tomó unos cuantos segundos tomarme de la cintura, me sujetó muy despacio, haciéndome sentir unas agradables cosquillas en el vientre.
Nos acercamos más, Natsuki comenzaba a dar muestras de debilidad, miraba mis labios y buscaba la cercanía conmigo, sus intenciones eran muy claras y yo ya sabía lo que se avecinaba. Me alejé jugando, Natsuki respiro profundo, como conteniendo las ganas, poco a poco nos fuimos acercando más, comencé a sentirme más débil.
Su frente junto a la mía, cerré los ojos y durante unos segundos esperé su contacto sobre mi boca pero al sentir su suave respiración me alejé de sus labios. No debo.
La canción terminó y comenzó una muy movida inmediatamente. Traté de disimular las ganas que le traía a la peliazul.
Comencé a bailar pero Natsuki permaneció inmóvil un momento. Su sonrojo estaba muy acentuado y yo me sentía complacida de haberla llevado a ese punto. Trataba de no reírme, pero me emocionó mucho dejar a Natsuki con las ganas de besarme.
– ¿Qué pasa? – Le hablé despacio al oído a la peliazul que seguía muy quieta justo enfrente de mí y que me miraba con deseo.
– Na… nada… – Respondió nerviosa y comenzó a bailar, pero fue cuestión de segundos para que ella perdiera el control.
Me acercó a ella e intento besarme vanamente aunque en un momento estuvo muy cerca… me mordí el labio inferior, juguetonamente. Natsuki trago saliva y me tomó por la cintura, se acercó peligrosamente a mis labios.
Me giré a tiempo, logré darle la espalda, pero aún así ella me tenía abrazada. Su barbilla sobre mi hombro. La sentí como oliendo mis cabellos. Sus manos sobre mi abdomen me hacían caricias discretas. No Nat… no sigas… pensé, porque comenzaba a desear sus labios yo también.
La canción terminó y Natsuki se alejó de mí para ir al baño. Evitó a todas las chicas que querían acercarse a ella, cosa que me puso más feliz.
Me senté en su mesa, estaba ganando terreno. Me gustaría que fueras mía Nat… pero no me gusta compartir.
Tomé la copa de Natsuki y la llevé a mis labios. Era como un beso indirecto. Y así me acabé su contenido, imaginando que eran sus labios.
Cuando la peliazul volvió me disculpé y le mostré su copa vacía.
– Kanin na… me lo acabe
– No hay problema, ¿Quieres otro?
Afirmé con la cabeza, la ojiverde me llevo de la mano a la barra y pidió unos cocteles. Natsuki iba a pagarlos pero le gané.
– Salud – Bebí nuevamente y después la saque a bailar. No quería soltarla, no quería que otra chica se aprovechara de la sensibilidad con la que ahora la había dejado.
Comenzó una canción lenta, Natsuki volvió a ponerse nerviosa. No hubo baile esta vez, ya que Mai llegó a decirle que bailara con ella. La peliazul no se negó. Reito me tomó de la mano y así no me quede sola.
– Imagino cosas ó estás coqueteándole a Natsuki
– Ara ¿Por qué piensas eso Reito? – ¿Tan obvia me estoy viendo?
– Porque estas bailando con ella… y no paras de sonreírle
– Fufufu… no sé de que hablas
– Shizuru conmigo no tienes que fingir ¿sabes?
– Enserio no Reito, tú sabes que si fuera fácil ya estaría enredándome con ella y no es así, solo estoy jugando
– ¿Jugando eh?
– Si… sólo un poco.
– Estas jugando con fuego Shizuru, no te vayas a quemar.
– Despreocúpate, yo sé lo que hago.
El moreno torció la boca y me miró preocupado, él me conocía bien.
– Creo que Natsuki está cambiando – Le dije sonriente
– Natsuki es impredecible… aunque si, admito que me percaté que solo a ti te miraba así eh… ¿Qué estás haciendo?
– Nada, fufufu
– Pues mira, no te quita los ojos de encima
Natsuki nos miraba atentamente mientras bebía, también rechazó otras invitaciones a bailar. Parecía que estaba esperándome. Me puse de acuerdo con Reito para que me dejara sola al terminar la canción y este se fue hacia la barra.
Natsuki se acercó a mí, con una sonrisa tímida
– ¿Bailas?
Afirmé con la cabeza y me acerqué a ella. Esta vez Natsuki no se acercó tanto a mi pero si comenzó a bailar más seductora.
Yo ya sabía cómo descomponerla. Natsuki era sensible de los oídos, así que me acercaba a hablarle en ratitos, usando la excusa de la música.
– Ahora vengo– Me dijo después de unos minutos, su sonrojo era muy marcado, se notaba que estaba conteniéndose.
La peliazul salió del antro en un santiamén, pero yo la seguí.
– ¡Ara!
– ¿¡Shizuru!?
– Tan rápido te cansaste de estar conmigo
– ¡NO! no… yo solo… es que…–Me dijo nerviosa y sonrojada.
– ¿Es que...?
–Necesito dar un paseo
– ¿Puedo acompañarte o prefieres ir sola? – Me extendió su mano a modo de respuesta y enseguida la tomé.
Me apretó la mano cariñosamente y salimos a caminar por la acera mirando las tiendas que estaban sobre esa calle. La peliazul sonreía y aún continuaba con un rubor sobre sus mejillas.
– Natsuki parece feliz – Le comenté. Quería hacer plática y que me contara sus pensamientos.
– Lo estoy… pero me gustaría más poder darte un beso – Contestó conteniendo las ganas. Se miraba ansiosa y la mirada que me dio en ese momento me estremeció internamente.
– No tienes remedio – Le dije divertida.
– Shizuru… ¿Yo te gusto? – Natsuki se había puesto enfrente de mí deteniendo nuestra caminata, se veía tímida aunque determinada.
– Ara – No supe que contestarle. Obviamente no podía decirle que si abiertamente, no, eso definitivamente me perjudicaría
– Perdón… – Natsuki me soltó la mano, por un instante vi en su mirada una gran decepción, sin saber exactamente por qué, volví a tomar su mano. Natsuki volteó su rostro enseguida y me miró ilusionada.
– Me gustas Natsuki – Solté sin planearlo, solo me salieron esas palabras de mis labios con naturalidad y enseguida me arrepentí. ¿Cómo pude caer así ante sus encantos?
– ¿De verdad? – Natsuki transformó su rostro a uno eufórico y enseguida quiso darme un beso, pero me alejé de ella.
– Lo siento Natsuki – Si me gustas, pero no seré nada fácil contigo. No te daré lo que buscas, así nada más, aunque yo también me esté muriendo por besarte.
– ¿Creí que te gustaba? – Me preguntó confundida
– Pero no así… no de esa manera, me gustas más como una amiga. – Le aclaré, porque necesitaba marcar ese límite con ella. No podía decirle que me gustaba más como una novia, no. Natsuki no accedería, lo sabía de sobra. Por eso necesitaba ponerle un freno conmigo y que mejor que el de la amistad.
Mis palabras la lastimaron. Lo noté enseguida, su sonrisa desapareció, su mirada de pronto perdió ese brillo que tenía minutos antes y bajo su mirada hacia el piso. Su reacción me confundió mucho, creí que no le afectaría, después de todo Natsuki tiene a muchas chicas a su disposición.
La peliazul me soltó y retomó el paso. Guardó sus manos en los bolsillos de su pantalón. Caminamos y por unos buenos minutos nadie dijo nada más.
Natsuki se veía un poco ausente, pensativa pero no hizo nada más por cambiar la situación conmigo, no volvió a hacer ninguna insinuación. Ya no sabía que pensar, Natsuki se rindió fácilmente. Eso me regreso los pies a la tierra. Ella no quería nada serio, ni siquiera conmigo o habría mostrado más interés.
Lo que Natsuki tenía conmigo era simple calentura. Sí, eso era… solo calentura del momento que ya se bajaría con cualquier otra chica.
– ¿Qué buscas Natsuki? – Me anime a romper el silencio después de un momento.
– El regalo de Mai– Me respondió sin mucha emoción, todavía se veía pensativa.
– ¿Qué piensas comprarle? – Natsuki se detuvo de pronto a mirar en una tienda.
Era una joyería linda.
– ¡Ara! – Me quedé mirando un dije, uno de un corazón pequeño, se parecía mucho a uno que una vez me regaló mi padre cuando era pequeña y que lo perdí en unas vacaciones cuando habíamos ido a la playa.
De pronto mis recuerdos se esfumaron y me percaté al mirar a Natsuki que ella ya llevaba un momento mirando otro escaparate.
– ¿Natsuki encontró algo? – Afirmó con un gesto.
– ¿Me esperas? – Me preguntó y yo le indiqué que si, con un movimiento de mi cabeza.
Mientras miré a lo largo de la calle, tratando de no parecer deprimida por la actitud que tenía Natsuki, o más bien mis expectativas de ella.
La peliazul no tardó nada en regresar.
– ¿Compraste algo? – Le pregunté y me respondió mostrándome su compra.
– ¿Regresamos? – Me preguntó
– Si
Regresamos en silencio. Natsuki no me decía nada, ni siquiera me miraba, cosa que me deprimió bastante.
Hasta ahora Natsuki había sido bastante insistente conmigo y eso me gustaba mucho de ella, pero si de pronto ella perdiera el interés en mi y comenzara a tratarme como a Nina, no sé qué haría, sería devastador, pero yo había dado pie a eso al decirle que la prefería como amiga.
Natsuki se detuvo de pronto y se giró hacia mí, también me detuve. La miré inquieta, sin poder predecir lo que pasaría a continuación.
Sacó el contenido de una bolsita sobre su mano y pude distinguir el dije de corazón que había estado mirando hace un momentos. Natsuki me dijo de pronto.
– ¿Me dejas ponértela? –Ella siempre lograba sorprenderme.
– Natsu…ki – No me esperaba que Natsuki tuviera un detalle como este.
Sentí un pequeño escalofrió cuando sus manos rozaron mi cabello de una forma delicada.
– Se te ve muy bien – Natsuki tenía una mirada profunda, sus lindos ojos verdes me miraban con timidez y yo sentía que me derretía.
– No. No debiste.
– No te obliga a nada, eh – Me aseguró con una sonrisa tierna
– ¿Por qué lo hiciste? – Le pregunté confundida.
Me confundía mucho cuando Natsuki mostraba interés en mí y no quería hacerme ya más ilusiones de algo que no pasaría.
– Porque te gustó ¿no? – Contestó sin más, retomando el paso
– ¿Solo por eso? – Le reclamé.
– No necesito más razones – Me respondió como si no fuera nada.
– Pero… – Yo quería una respuesta pero no la tuve por la peliazul pidió silencio llevando un dedo a sus labios
– Shhh…
Entramos nuevamente al sitio, la música se hizo sonar y la conversación se perdió finalmente.
Natsuki se fue hacia la barra. Reito me hizo señas para regresar a la mesa. Caminé hacia él mirando de reojo a la peliazul.
– ¿Qué pasó? ¿A dónde fuiste?
– Salí con Nat, la acompañé por el regalo de Mai
– ¿Se besaron?
– No, claro que no Reito
El moreno me miró con incredulidad
– ¿Shizuru ya no me tienes confianza?
– Reito enserio no pasó nada. Natsuki si quiso besarme pero no soy de tipo de chicas que cae en su juego.
– A mi no tienes que engañarme, sé que te enamoraste de ella Shizu.
– Sabes que si me gusta, pero yo sé cómo funciona ella. Sé que no iría a ninguna parte con ella, de hecho le comenté que la prefería como amiga.
– ¿Le dijiste eso? ¿Y qué te dijo? – Reito se veía sorprendido
– No me dijo nada… solo se veía decepcionada.
– Bueno, es que hasta ahora que yo sepa nadie se le había negado… Natsuki podrá ser una fácil, pero es muy linda y detallista, además de ser muy atractiva – De eso no me quedaba ninguna duda. Miré la cadena que la peliazul me había dado hace unos minutos. Natsuki era muy linda y detallista. Por lo menos conmigo había tenido demasiados detalles.
– Ara, ara. Reito, parece que le has encontrado varias cualidades… – Le reclamé
– Te lo digo de un modo objetivo. Hasta ahora nadie se ha quejado de ella, bueno que se haya sobrepasado o algo así… algo tiene que la siguen buscando, incluso aceptando el juego que tiene. Las quejas que ha tenido son precisamente por no comprometerse, no solo Nina se ha decepcionado de eso…
– Ara, y Reito de dónde sacó toda esa información.
– Me lo contó Mai san… – El moreno se sonrojó de pronto, cosa que me pareció curiosa.
– Tú y Mai san se tienen mucha confianza ¿no?
– ¿¡Ah!? – Respondió apenado – No que va… solo es la mejor amiga de mi hermana y la conozco desde hace como dos años… tú sabes, ella es amable.
– ¡Te gusta!
– ¡Ahh! Shh, baja la voz – Reito se sonrojó y se llevó un dedo a los labios para hacer silencio.
– Fufufu, ¿Cómo no me di cuenta?
– No hay nada que hacer, creo que está saliendo con Yuichi
– ¡Ara! ¿Enserio? Lo siento.
Dirigí la mirada hacia la mesa de la pelirroja, y la vi abrasando a Natsuki. Después la peliazul se limpio los ojos. ¿Estaba llorando?
Casi al instante la peliazul tomó su casco y salió del lugar. Una parte de mi tenía el impulso de seguirla y averiguar el motivo de su llanto, ver que estuviera bien pero algo me detuvo.
Pasaron unos minutos y la peliazul no regreso. Convencí a Reito para acercarnos con la pelirroja y averiguar un poco.
El moreno comenzó a hacer la plática, y sutilmente saco el tema.
– Natsuki ya se tardó ¿no?
– Ya se fue… No se sentía muy bien…
– ¿Que tiene? – Se me escapo preguntarle a la pelirroja. Ella me lanzó una mirada curiosa. Y yo no supe que decir.
– Ella tiene sus momentos, solo quería estar sola.
– ¿La dejaste que se fuera así, sintiéndose mal? – Le preguntó Reito
– Mmm, tratar de detenerla es problemático. Pero no te preocupes, Natsuki sabe cuidarse bien.
Esa respuesta no me dejo del todo convencida, pero Mai era su mejor amiga. Supongo que tenía razón y que si tenía paciencia, ya me enteraría en algún momento.
Sin Natsuki aquí, ya no tenía sentido la fiesta para mí. Aún así intenté disimular y pasarla bien con Reito y los demás un rato más.
N/A: Les mando un saludo a todas y todos. ¡Gracias por leer! ¡Y espero leer sus opiniones de este capítulo! Hasta pronto.
