La familia DuMont era sumamente reconocida en el mundo de los deportes ya que elaboraban los mejores equipos y accesorios para cualquier disciplina deportiva logrando ganarse una enorme reputación y cantidades exorbitantes de dinero.
A pesar de eso, parecía que ellos preferían mantenerse al margen en su vida privada evitando las cosas demasiado ostentosas o lujosas, además de dejar fuera los escándalos o polémicas que mancharan su reputación.
En si, actuaban como personas normales.
Aunque eso no evitaba que de pronto se dieran uno que otro lujo como por ejemplo, su casa por fuera lucía bastante sencilla y poco llamativa pero por dentro tenían varias cosas que eran caras o difíciles de conseguir.
En uno de los enormes lugares que había dentro de la vivienda, específicamente en la sala de entrenamiento podría escucharse algo o alguien golpeando continuamente un objeto sumamente pesado y blando a la vez.
-Muy bien, ahora realiza la serie de ganchos bajos-ordenó un hombre bastante robusto de cabello canoso
-De acuerdo-hizo lo pedido con gran velocidad, fuerza y precisión
La persona que se encontraba "luchando" contra el enorme saco de boxeo era nada mas ni nada menos que Veruca DuMont, la prodigio y 10 veces campeona mundial de muay thai. Conocida por todos como "la muerte rosa" en el ring ya que sólo en pocas rondas o incluso en una sola, derrotaba a sus oponentes sin siquiera sudar una gota.
Ganó en prácticamente todas las categorías de la rama femenil e incluso probó suerte en varias ramas del varonil donde dejó en ridículo a muchos de ellos.
Curiosamente a pesar de su baja estatura y su apariencia como de una hermosa muñeca de porcelana, era el mismo demonio encarnado en cuanto subía a pelear.
-Bien, terminamos-le entrega una toalla y una botella de agua-me siento culpable por no evitar que te expulsaran de la federación del MT
-Esa bola de idiotas con masculinidad frágil no toleraron que una chica les haya ganado a sus mastodontes inyectados-bufó molesta recordando ese humillante momento golpeando con violencia el saco-me alegra que papá les haya retirado el contrato de abastecimiento y venta de artículos deportivos por haberme difamado
-Ahora ustedes son mucho más ricos y el que le rogaran regresar porque la reputación de la MTA está en declive es bastante divertido-ambos sonríen por lo dicho
-Las peleas ilegales son mejor que esto-bebe un poco de agua secándose el sudor-gano más dinero y contactos que con esa bola de perdedores
-Mil disculpas por interrumpir señorita DuMont, pero su padre me pidió darle esto-le entrega un sobre-me retiro
-Gracias-lo ve irse y abre el sobre
Al ver el contenido no pudo evitar soltar un grito de emoción y saltar como conejo.
-Mi padre aceptó que inicie la preparatoria en una escuela pública-sonrió abiertamente abrazando a su entrenador-al fin me alejaré de toda esa gente estirada y sin escrúpulos
-Sabía que lo harías-se estira un poco para ir guardando varias cosas-comienzas mañana la escuela, no la descuides
-No te preocupes, sabes que soy muy inteligente-guiñe el ojo sonriendo
-Uff, me alegra haber comprado la blusa más grande aunque mis pechos todavía resaltan-mira su imagen viendo como sus enormes senos si bien no los sentía apretados, eran bastante notorios-aunque la falda me queda perfecta
Como toque final, se colocó una linda boina y su saco que venían junto con el uniforme. Al ver todo listo, salió con rumbo a la escuela.
Varios minutos después arribó al lugar, se despidió del chofer y entró con precaución. Esperaba un montón de revuelo a su llegada pero afortunadamente nadie la reconoció por lo cual suspiró tranquila.
Sin darse cuenta, tropezó con la espalda de alguien.
-Oh, lo siento mucho. Me detuve de repente
-Al contrario, fui yo la despistada
Ambos se miraron fijamente, donde algo comenzó a despertar dentro de ellos. Se quedaron viendo por varios segundos hasta que volvieron a la realidad.
-Ah...yo...yo debo ver mi clase, es la 103-comenta sonrojada y sintiéndose tonta por quedarse embelasada por el chico rellenito frente a ella
-Ahhh...yo voy a esa clase también-se rasca la nuca totalmente nervioso ya que seguramente la linda chica se reiría por eso
-¿Te parece ir juntos?-se animó a decir poniéndose más roja
-Me...me encantaría, digo, cla...claro-fueron juntos caminando hacia su edificio
-Por cierto, soy Veruca DuMont
-Soy Po Yang
Ambos se detienen abruptamente para mirarse con los ojos abiertos.
-¿Eres el campeón mundial de KungFu/campeona mundial de Muay Thai?-dijeron ambos que al ver esto se rieron por la coincidencia
-En serio amé esa triple llave que le hiciste a tricampeón Alfie Blade que lo hizo llorar frente a todos-dijo recreando la escena con el aire
-¿Bromeas? La técnica Skidush que le aplicaste a Tai Lung lo dejó noqueado-dice emocionada
-¡Eres genial!-dijeron nuevamente ambos provocando que se sonrojaran
-Amm...cre...creo que deberíamos...
-Ehhh... s...si...claro
Apenados y en silencio se fueron hacia su salón.
Las clases se mantuvieron tranquilamente donde ambos chicos conocieron a más personas con las cuales convivieron con bastante confianza.
-Por cierto, soy Luthera Blade-al mencionar el apellido Blade, un escalofrío recorrió la espalda de la pelirrosa
-Soy Agna Ramirez, estudiante de intercambio-comentó una chica de cabello verde y ojos azules
-Collin King, un gusto
-Soy Po y ella es...
-Veruca DuMont, la muerte rosa-interrumpió la chica castaña
-Luthera yo...
-Tranquila, me alegra que le hayas bajado los zumos a mi hermano-ríe tranquilamente-Alfie necesitaba un buen escarmiento, estaba siendo una horrible persona-le mira agradecida-aunque me gustaría tener un enfrentamiento contigo en el ring
-Claro, no hay problema. Podemos usar el que tengo en casa-ambas chocan los puños en señal de amistad
-Genial, veré pelear a la muerte rosa en vivo-susurró emocionado el de cabello oscuro
La chica pelirrosa sonrió de lado ya que escuchó lo dicho por su nuevo amigo.
Al terminar las clases el chófer de Veruca llevó a Luthera a su casa donde esperaron a que fuera por sus cosas.
Mientras regresaba con todo lo necesario, conversaron animadamente de varias aventuras.
-Entonces tu fuiste el esgrimista misterioso que hizo un empate con Clausie-la chica le miró bastante sorprendida-en serio eres bueno
-Tu hermano es conocido por ser un buen competidor y por ser una gran persona-sonríe levemente-aunque aún me falta estar a su nivel
La pelirrosa observó que la peliverde se mantenía en silencio.
-Agna, ¿te encuentras bien?
-Ahh, claro. No te preocupes, no es nada-sonríe nerviosa
-¿Qué gran y bárbaro talento oculto tienes?-preguntó el pelinegro emocionado
-Pues...no soy buena en los deportes ya que trabajo con..."cosas tecnológicas"-hizo comillas en lo último
-Espera, ¿cómo no me di cuenta antes?-se palmeó la frente soltando una leve risa-eres la gran e indiscutible "escorpión de los Andes"-la chica le mira sorprendida-tus inventos son lo máximo. El que más amé fue ese enorme escorpión metálico que puede atravesar ríos como si fueran charcos y llevar proviciones a pueblos marginados
-¿Entonces tu eres la que también le dio los prototipos y diseños a mi padre para los nuevos tableros deportivos?-menciona la otra chica-esas cosas son tan precisas, que detectan una falla o falta en las competencias olímpicas segundos antes de que pasen. Han evitado muchos accidentes y trampas
-Cuando hice las mediciones de mi espada antes de mi competencia, detectó la inclinación que tenía de más. Gracias a eso evité que se rompiera o lastimara a alguien al cambiar mi espada por una nueva
Cuando vio las miradas de emoción y orgullo en sus nuevos amigos, no pudo evitar soltar el llanto algo que alarmó al resto.
-Lo siento Agna, si dijimos algo que te molestara nosotros...
-No es eso, son las primeras personas que me tratan como una persona y no como una cosa rara
Los tres le abrazaron para reconfortarla.
La castaña al llegar al auto vio la escena con confusión.
Las peleadoras fueron a cambiarse para su encuentro amistoso.
La peliverde realizaba algunos datos y cálculos en su libreta.
-Curioso-comenta concentrada
-¿Qué es curioso?-preguntó el pelinegro
-Realicé varias conjeturas sobre lo de hoy y muy posiblemente el resultado sea un empate
-¿Eso crees?
-Aunque por la experiencia de Veruca y su insaciable sed de hacer daño puede que le una humillante derrota a Luthera
-Así que se vuelve salvaje estando en el ring-concluyó Colin viendo a ambas llegar y entrar al ring
-No puede ser-a Po casi se le va el aire al ver a la pelirrosa-esta usando su traje especial donde obtuvo su tercer campeonato mundial. Fue con él que le apodaron la muerte rosa-casi gritó cual fanboy-esto da a entender que va en serio con Luthera o como le llaman en su rama "cuchilla errante"
-No se si sorprenderme porque sabes mucho sobre Veruca o asustarme por el mismo motivo-comentó burlesco provocando un sonrojo en el mencionado
-No es mi culpa que tanta barbarosidad esté en un cuerpo pequeño como el de ella-se excusó cruzándose de brazos volteando a ver hacia el ring
-Muy bien señoritas, haremos esto según las reglas del MTA-observa a ambas-y la que pierda deberá declarársele al chico que le gusta lo más pronto posible-dice para que solo ellas escuchen
-Espera, ¿qué?-le miran asustadas
-Muy bien, ¡qué comience el combate!-gritó y salió del ring para evitar cualquier reclamo
-Bien, iba a ser buena contigo pero mi dignidad esta en juego Luthera
-Lo mismo digo Veruca
Ambas se acercaron y sus piernas se encontraron con un fuerte impacto entre ambas.
Los puñetazos, golpes y llaves no se hicieron esperar.
Los moretones se aparecieron en poco tiempo en los cuerpos de ambas. En un descuido de la castaña, la pelirrosa le derribó y aplicó su muy famosa...
-Llave de la muerte-Po estaba a nada de desmayarse de la emoción-ahora podré morir en paz sabiendo que la vi en vivo y en directo
-Ah Po, creo que la va a morir es Luthera-señaló a la chica quien estaba al punto de la inconsciencia
-¡Veruca vas a asfixiarla!-gritó preocupado lo cual desconcertó un poco a la ojiazul
-Te engañé-tomó impulso logrando apartar de si a su contrincante
La pelirrosa miró con algo de molestia a ambos chicos quienes le veían con vergüenza y algo de miedo.
-Muy bien osita de felpa, esto va a dolerte
-Ven si te atreves pequeña comadreja
Con buena velocidad se acercaron a la otra e impactaron un puñetazo en el rostro de la contraria provocando que ambas cayeran en el suelo.
-1, 2, 3. Es un empate-entró rápidamente contando antes de que se levantaran
-Gracias por el empate chicos-comentó irónica y molesta la castaña
-La próxima vez no se metan-les miró seriamente
-Regla número 423 del código de chicas: ningún hombre debe de meterse en una pelea de mujeres cuando es de índole amistosa-dice tomando unos datos nuevos de la pelea en su libreta-el castigo es ser el saco de boxeo de las implicadas
Ambas chicas sonrieron sádicas ya que tenían bastantes ganas de usar sacos de box vivientes.
Cabe mencionar que sus moretones durarían varios días.
