Contenido: Yaoi, oneshot, romance, drama, humor, mención de algunos detalles de la última línea de tiempo del manga (final). Este fanfic pertenece a la mini serie dedicada al BajiFuyu week 2023.

Pareja: BajiFuyu (Baji Keisuke x Matsuno Chifuyu)

Disclaimer:

Hikari: Y continuamos con el siguiente. A este paso, el primer fic de esta serie habrá sido el mas largo de la week jajaja. No hace falta decir que ni Tokyo Revengers ni sus personajes me pertenecen, todo es auditoría de Ken Wakui, por lo que este fanfic fue escrito únicamente por ocio y no tiene fines lucrativos.

o*~o*~o*~o*~o*~o*~o*~o*~o*~o*~o*~o*~o*~o*~o*~o*~o*~o*~o*~o*~o

#BajiFuyuWeek2023, 2 – Family / "Let's live together" (Familia / "Vivamos juntos")

- ¡Baji-san! ¡Baji-san! - ni pensar que lo primero que pudo reconocer, detrás de toda esa negrura fue la voz desconsolada de ese chico mientras lo llamaba por su nombre.

A pesar de costarle demasiado, pudo abrir los parpados y, aun con mayor esfuerzo, después de algunos segundos, es que al fin pudo enfocar debidamente. La luz del techo lo cegó por un instante, no demasiado hasta que la silueta de una persona se interponía en su visión y se acercaba para abrazarlo.

El peso extra recayó en todo su cuerpo, el cual lo tradujo como dolor y, aun así, se vio obligado a soportarlo al reconocer la identidad de quien ahora dejaba libre sus ríos de lágrimas sobre su hombro.

-Deja de llorar…Chifuyu- su voz se sintió como horribles dagas encajándose por toda su garganta.

Logró levantar un brazo y despeinar, tan solo un poco, las hebras negras del cabello del menor, quien parecía solo acentuar aún más su llanto ante su pequeño gesto.

Después de algunos segundos, echó una mirada más al lugar, además del chico que aún se empeñaba en mojar su hombro con sus lágrimas. Las paredes blancas, las luces opacas y el inconfundible olor a analgésicos y alcohol le indicó sin lugar a dudas que estaba en algún tipo de clínica u hospital.

Trató de levantar su propio brazo, pero el dolor de la aguja incrustada en su piel le hizo descubrir el catéter y las bolsas de medicamento que dejaban caer a cuenta gotas un líquido a través de una delgada manguera.

Antes de preguntar, le dio algunos segundos más a Chifuyu para que trata de calmarse, y luego de escuchar que los sollozos se aligeraban poco a poco, lo levantó levemente para ahora dejar descansar su mano sobre la mejilla húmeda del menor.

-Eres un desastre- trató de decir con cierto tono burlón, pero los ojos brillosos de Chifuyu le indicaron que su intento había sido más lamentable de lo que hubiese querido- ¿Qué fue lo que…?

-Estabas solo en la tienda- comenzó a explicar, mientras tomaba también la mano de Baji para que se sostuviera firmemente sobre su propia mejilla- Kazutora-kun había salido temprano, así que solo estabas esperándome para ir juntos de regreso a casa, mientras acomodabas unas cosas en la trastienda. Supongo que por eso no escuchaste cuando unos idiotas forzaron la puerta y comenzaron a vaciar la caja administradora.

Baji fue recordando, poco a poco, mientras el chico le contaba de manera pausada aquel relato. Ciertamente, el reloj marcaba pocos minutos más allá de la típica hora del cierre. Había dado hora de salida temprana a Kazutora, quien antes de irse apagó las luces del local. Desde afuera, seguramente se podría presumir que estuviera sola, ya que el único foco encendido era la trastienda del fondo.

Escuchó sonidos extraños y, cuando estuvo a punto de salir, un fuerte golpe lo obligó a caer de rodillas mientras luchaba por no perder el conocimiento.

Unas siluetas borrosas comenzaron a rodearlo y, aunque se defendió en los primeros instantes, era claro que ellos tenían ventaja. Otro golpe más en la espalda y un tercero en sus costillas fueron los necesarios para que él ya no encontrara más fuerzas para levantarse. Los siguientes puñetazos y patadas fueron extras solo para que los maleantes se aseguraran de que no pudiese perseguirlos.

Después de ello, mientras sentía ahogarse por su propia sangre, trató de arrastrarse hacia su maletín, en busca de su teléfono celular, pero el dolor fue más intenso y terminó cayendo en la negrura de la inconciencia.

-Lo siento, se me hizo tarde. Si yo hubiese llegado más temprano, tal vez…- pellizcó con intensidad la mejilla de Chifuyu, sacándole un sorpresivo quejido para que no pudiese terminar su oración.

-No fue tu culpa. Esos bastardos fueron los únicos responsables- trató de consolar al joven, pero el brillo de culpabilidad aún era evidente en los ojos azules de Matsuno, aunque no lo expresó abiertamente en aquellos momentos- Cuando los vuelva a ver a esas sabandijas me las van a pagar.

-No te preocupes, Baji-san. La alarma de la tienda se prendió cuando ellos salieron corriendo. La policía los detuvo algunas cuadras después antes de que pudieran escapar. Seguramente cuando te encuentres mejor, vengan para que puedas dar tu declaración- Chifuyu movió la mano de Baji de su cachete ahora al borde de sus propios labios, depositándole un pequeño y casi inexistente beso sobre sus dedos- Aunque siendo sincero, me hubiese gustado encontrarlos primero para hacerles pagar por lo que te hicieron.

-Mi gatito se pone roñoso si lo haces enojar, ¿no? - alzando una ceja, Baji al fin logró sacarle una pequeña risita a Chifuyu, quien parecía al menos más aliviado que al principio.

-Tuve miedo, Baji-san…- después de algunos segundos en silencio, fue el más bajo quien inicio nuevamente la conversación, cerrando fuertemente los párpados mientras dejaba sentir a su pareja el temblor de sus manos por el continuo agarre- Cuando te vi tirado en la tienda yo… recordé… ese horrible Halloween. La vez que creí que tú ya…

No era necesario que Chifuyu terminara sus oraciones para que Keisuke comprendería a lo que se estaba refiriendo. Sin dificultad alguna él también podía traer del pasado esos terribles recuerdos a su cabeza.

El Halloween sangriento, 31 de octubre del 2005, donde fue llevado hasta los extremos por sus ideales adolescentes que casi le cuestan su propia vida. Un cuchillo enterrándose en su espalda baja, otro haciendo un corte casi mortal en su vientre. La sangre saliendo a brotes de su piel y el frio gélido que comenzaba a asfixiarlo.

A pesar de estar descansando en los brazos de Chifuyu, no podía hacer nada más que sentir que su vida estaba yéndose como agua entre las manos.

Cerró los ojos creyendo que no volvería a abrirlos.

Pero pudo hacerlo.

Horas después despertó con un terrible dolor en una sala de hospital muy similar a la actual. Con máquinas y tubos conectados a su cuerpo y oyendo su propio ritmo cardiaco mientras una mascarilla de oxígeno le impedía pronunciar palabra alguna.

Su madre y Chifuyu llorando de preocupación y alivio cuando notaron que la muerte aún no se había llevado lejos a Keisuke.

-Vamos, no hay nada que pueda matarme, y menos ahora que ya dejé la estúpida adolescencia atrás- trató de consolar una vez más, Chifuyu soltó un lastimero suspiro, queriendo creer una vez más sus palabras.

-Baji-san… ¿por qué estabas solo? Es raro que Kazutora-kun saliera antes que tú. ¿O realmente es que tardé demasiado? ¡Perdón yo no…! - nuevamente culpándose, Baji lo calló chocando su puño en sus labios, no fuerte pero lo suficientemente representativo para que dejara de hablar.

Y ahora Baji no sintió alivio, sino vergüenza subiendo y reflejándose de manera rojiza en su cansado rostro.

Porque bueno, en realidad el día del atraco se supone que sería una fecha especial en que Baji se atrevería a dar un paso importante que pretendía cambiar la vida de él y la Chifuyu.

"¿Le vas a pedir a Chifuyu que vivan juntos?", fue la pregunta llena de ironía que Kazutora soltó luego de que el pelinegro le contara sus planes de aquella tarde, cuando ambos estaban preparando todo para el cierre laboral y mientras Chifuyu regresaba de un encargo que tuvo con alguno de sus proveedores. "Me sorprende que lleven 10 años de noviazgo y aún vivan separados".

De no haber sido por la madurez que presumía tener Baji, definitivamente le hubiese gustado estampar su puño en la sonrisa maliciosa que su amigo le estaba mostrando en aquellos momentos.

Efectivamente, eran pareja y aun así vivían separados, aun si a veces parecía todo lo contrario, ya que durante la mitad de los días de la semana ya fuese Baji o Chifuyu, pasaban las noches en la casa del otro, por lo que desde un punto de vista externo podrían ya haberse tardado demasiado en dar el siguiente paso.

Pero Baji no era un hombre que le gustara dar un paso hacia la incertidumbre, y menos si se trataba sobre algo tan importante para él como lo era Chifuyu.

Por su estupidez, es que a pesar de haber logrado ingresar a la universidad que deseaba, aun no lograba graduarse de la carrera de veterinaria, a pesar de que Chifuyu sí que ya había dejado atrás los estudios de administración de empresas, abierto su propio local y hasta darse el lujo de contratarlos a él y a Kazutora como sus empleados. Chifuyu decía que no le prestara atención a esa clase de detalles, pero Keisuke estaba desacuerdo con aquel comentario.

Se prometió a sí mismo que se convertiría en la persona excepcional que merecía Chifuyu, aun si eso le llevaba más tiempo del estimado.

Es por ello que esperó hasta tener la tesis prácticamente terminada, que al fin decidió proponérselo a Chifuyu. Le pidió a su mejor amigo un poco de privacidad, Chifuyu no tardaría en regresar y deseaba preguntárselo debidamente. Hanemiya, después de algunas burlas y risas, terminó accediendo y saliendo aquel día 30 minutos antes de lo normal.

Lastimosamente no todo pasó como lo hubiese esperado.

Baji recordó hasta ese momento lo que se supone que pasaría después de que se lo dijera a Chifuyu, seguramente la cena que pidió a domicilio y los preparativos de una placentera noche de goce estarían abandonados en la oscuridad de su departamento.

-Verás…- "si se lo digo ahora, ¿funcionará? Maldita sea, siento que me veré patético si lo digo, pero no puedo esperar a tener otra oportunidad…"- Chifuyu, estaba pensando si tú…

-Baji-san- inesperadamente, Chifuyu lo interrumpió, nuevamente dejando salir su temblorosa voz- siento preguntártelo ahora que estas en este estado, y puede que más bien te esté obligando, pero…- tragó saliva poco antes de alzar sus ojos con determinación- ¿Te gustaría vivir conmigo?

Keisuke abrió con sorpresa sus ojos, dejando su boca abierta por lo que acababa de escuchar.

Chifuyu malinterpretó dicha reacción y decidió excusarse de inmediato.

- ¡Lo siento! Puede parecer precipitado, pero…- negó varias veces con su cabeza, queriendo reordenar la ola terrible de pensamientos- ¡He investigado algunos departamentos últimamente, creo que con el sueldo de ambos podemos pagar un alquiler cerca de donde está la tienda y…!

Sus manos apretaron aún más fuerte la palma de Baji, mientras luchaba nuevamente para retener las lágrimas de sus ojos.

-No puedo dejar de pensar en lo que te ocurrió. Si viviéramos juntos, podrías haberme esperado en casa, en vez de en la tienda… ¡no te habrían atacado de esta manera! ¡Y tú no…!

- ¡AH! ¡MALDITA SEA, CHIFUYU! - a pesar del dolor de sus extremidades, utilizando su mano libre, la posó tal vez demasiado rudo en la nuca de Chifuyu y, también acercándose, hizo que ambas frentes chocaran con brusquedad.

Por supuesto que Chifuyu, y hasta él mismo, soltaron un quejido de dolor, pero ni siquiera eso impidió que lo liberara para apartarse.

-Si voy a vivir contigo va a ser porque se me da la puta gana, y no porque no te tengas que culpar de esto, ¡ya que nada fue tu culpa! ¿¡Has entendido?!- elevó la voz para dejar en claro las cosas, Chifuyu, viéndolo confundido, terminó apretando ambos labios, haciendo un puchero digno de un niño al que acaban de regañar sus padres, mientras asentía en silencio- Y, mierda, ¿por qué tuviste que pedirlo primero? ¿Sabes cuánto he estado pensando para poder pedírtelo?

Demostrándose más tranquilo, Baji soltó la cabeza de su novio, soltando un bufido mientras se dejaba caer nuevamente sobre sus almohadas blancas.

-Se supone que te lo pediría cuando regresaras a la tienda. No me robes mis estúpidas líneas- hizo un mohín con sus labios, sobándose disimuladamente la frente y aprovechando en taparse los ojos. Chifuyu, a pesar de estar sintiendo palpitar la zona del golpe, solo se limitó a limpiar cualquier rastro de lágrimas de sus párpados.

- ¿En verdad me lo ibas a pedir? - con un tono más juguetón, Chifuyu disfrutó internamente ver cómo ahora la vergüenza subía por la piel del rostro de su novio, quien aparentaba mantenerse tranquilo.

- ¿Qué tiene de malo? ¿O es que tú también planeabas hacerlo? Antes de todo esto.

-Llevo cerca de seis meses investigando alquileres, Baji-san- sonrió genuinamente al notar aún más frustración en el otro. Seguramente, a pesar de estarlo pensando, la última idea que hubiese tenido Baji era verificar precios y buscar opciones.

-Peke J se pondrá muy feliz de al fin vivir con ambos.

-Él no será el único contento- tomándolo de la barbilla, no necesitó mucho esfuerzo para volver acercar el rostro de Chifuyu al suyo, esta vez mucho más suave y gentil que anteriormente, dándose un delicado y casi inocente beso que duró tan solo pocos segundos antes de separarse- A veces olvido que tú también eres un llorón.

-No lo soy Baji-san- fingió molestia ante tal comentario, aunque terminó sonriendo al poco tiempo- Solo soy sentimental cuando se trata de ti.

Ambos se dedicaron sonrisas silenciosas en el resto del tiempo que pasaron a solas en aquella habitación de hospital. Baji tuvo que verse obligado a recordar el dolor en su cuerpo cuando la vergüenza se despejó de su rostro, pero al menos tenía la motivación suficiente para salir lo más rápido posible de ese terrible lugar.

Sonaba un poco tonto y cursi, pero la mayor parte de su estadía ahí, fue tiempo suficiente para fantasear con la vida que compartiría con Chifuyu apenas pudieran mudarse juntos.

o*~o*~o*~o*~o*~o*~o*~o*~o*~o*~o*~o*~o*~o*~o*~o*~o*~o*~o*~o*~o

Hikari: A este paso, la bajifuyu week me quedará mas Fluff que los fics bajifuyu que esccribí durante la Flufftober jajaja. En fin, un día más terminado y espero poder continuar mañana. ¡Bye bye-perowna!