Atención: este capítulo contiene algunas escenas violentas que pudieran perturbar la sensibilidad de algunas personas. Leer bajo su propia responsabilidad.
Los personajes no me pertenecen son creación del gran Akira Toriyama. La trama e historia si son idea original mía.
"Grita, grita, libera todo. Esas son las cosas que no necesito, vamos, te estoy hablando a ti, vamos.
En tiempos de violencia, nos tendrías que vender tu alma. En papel y por escrito, ellos deberían realmente saberlo. {...} Te dieron la vida y a cambio tú les diste tormento, tan frío como el hielo, espero que vivamos para contar la historia... — Shout, tears for fears"
Planeta Vegita tiempo presente
Cuando era pequeño siempre imaginé el momento en que ya fuera un gran príncipe, incluso un gran rey, en todo lo que haría y las muchas glorias que alcanzaría y las cosas que cambiaría en la forma en que se gobernaba mi planeta.
Gobernaría con mano dura pero en forma justa, y ese era mi lema. Todos me respetarían y me temerían si era necesario, sabrían que el rey más fuerte del universo sería Vegeta IV.
Cuando era un cachorro no mayor a Trunks le conté a mi madre lo que yo quería lograr y que en mi reinado no bajaríamos la cabeza ante ningún tirano, tan pronto escuchó los desvaríos de un cachorro que no ha vivido y que aun conservaba incluso los dientes de leche y por tanto aun llevaba la arrogancia de la tierna infancia, me hizo jurarle que esas fantasías me las quedaría solo para mí, que nadie debería saber o adivinar mis pensamientos. Ese era una de la primeras cosas que como príncipe heredero debía aprender, mis ideales debían ser solo míos, algo que solo debo saberlo yo y solo yo.
Con el tiempo aprendí a dejar de fantasear tonterías sin sentido, entendí la realidad: Gobernaría a mi planeta de la forma que se ajustara a los intereses de mí gobierno, aquel pensamiento de justicia, quedó relegado en el fondo de mi mente, no volví a dejar que emoción alguna se mostraba en mi rostro, aprendí a ser estoico, a que nadie adivinara mis pensamientos, mi propia madre siempre parca e indiferente comenzó a sentir escalofríos a mi lado al percatarse que en verdad me comenzaba a convertir en todo lo que un futuro rey saiyajin debe ser, impenetrable en mis pensamientos e ilegible en mi forma de pensar además de firme y coherente en mi forma de actuar.
Intentó enseñarme algunas otras cosas que ella creía importante para el buen reinado de un rey, pero la vida no le alcanzó para eso. Aquella vez cuando la vi morir fue la última vez que mis emociones salieron a flote en forma tan transparente, después de la bofetada de mi padre me juré aprender a esconder todas y cada una de mis emociones, tal como mi padre me exigía hacer.
Dicha enseñanza de no revelar nada de mis pensamientos, se puso a prueba cuando mi padre sin ningún otro preámbulo me notificó de mi próxima partida para vivir los próximos años en el planeta de Freezer; para servir a aquel tirano, que osaba a humillarme tratándome como un vil esbirro más y no como se debía, como el príncipe de la gran raza guerrera a la que pertenecía.
"— Pronto irás con Freezer— fue la forma de romper el hielo de mi padre, el rey Vegeta III, mientras miraba a su joven heredero —, tal vez no hablamos demasiado, pero debes saber que a pesar de todo estoy orgulloso de ti Vegeta. — Eso fue todo lo que dijo, no hubo largas despedidas ni palabras de aliento."
Me di cuenta que mi padre no tenía nada más que decir, ya tiempo atrás había informado y hecho las advertecias necesarias. Ahora que había llegado el momento no dio mayor muestra de que le importase lo que a su heredero le pasara, comprendí que era lo que se esperaba de él, cuando se dio la media vuelta y comenzó a caminar lentamente rumbo a la puerta para retirarse del lugar.
La furia me embargó. El hombre que se marchaba sin haberme dicho mas que esas simples y escuetas palabras, era mi padre, el actual regente: Vegeta III, ¿Acaso no había nada más que decir a su hijo y heredero a quién estaba entregando a un Tirano en forma forzada? No me vería en muchos años, los mismos que pasaría siendo humillado, al tener que servir como un mercenario más.
Apreté los puños molesto, seguía siendo joven sí, pero mi poder ponía en aprietos incluso a mi progenitor, quien para disciplinarme tenía siempre que usar más fuerza de la necesaria.
«Un día seré el más fuerte, mi forma de gobernar será la que cuente y mis descendencia sabrá siempre quien es su padre, estarán orgullosos de lo que he logrado y del gran rey que seré»
Sueños de un cachorro tonto y arrogante que no ha vivido ninguna carencia real, sueños que fueron enterrados cuando la necesidad me mostró mi verdadera realidad: Solo era un pequeño príncipe saiyajin que había perdido su planeta y que solo quedaban unos pocos saiyajines aparte de mí, un niño de la realeza que crecería en una nave rodeado de enemigos.
Y así, mi padre el rey, que mostraba a los ojos de su propio heredero lo poco que le importaba, mostrando la misma nula importancia que ese heredero tenía para él, lo mismo que la mujer que había sido su reina y a la que no guardó luto a la muerte de la misma creando su harén tan pronto pudo para celebrar su nueva soltería.
Ese hombre que me enseñó que el poder era todo lo que cuenta, fue el mismo que siguió avanzando marchándose del lugar sin siquiera titubear un instante y ni por error voltear a verme, se fue y no volví a saber de él, mi último recuerdo de él fue ver su regio porte y su cabellera, y su capa roja ondear mientras se marchaba, nunca tuve oportunidad de poder tener ningun otro momento para hablar con él pues la poco tiempo de vivir con el tirano, al volver de una de las expediciones a las que me forzaba a ir para arrasar planetas enteros a su nombre, fui notificado de la aniquilación de mi raza debido a un "meteorito".
Siempre creí que el futuro que planeé, que imaginé cuando cachorro sería insignificante al lado de lo que tendría cuando fuera el gran rey de Vegita, ahora que he vuelto a erigir el imperio de los saiyajines desde las cenizas, no estoy dispuesto a dejar que el futuro que siempre ideé para mí y para mi raza se me escape entre las manos.
Miré a mi alrededor mientras hacía esa reflexión, la batalla estaba en su apogeo, los saiyajines peleaban ferozmente y ¡Quién lo diría! Esos malnacidos mercenarios se habían hecho algo así mismos, pues nos daban batalla de igual a igual, haciendo su poder muy similar al nuestro y siendo ellos mayoría numérica, nuestras oportunidades de ser los vencedores no se veían tan alentadoras como nuestra descarada arrogancia pretendía hacerles creer.
Sangre, caos, confusión, dolor, muerte reinaban por doquier, las perspectivas iniciales de la batalla eran que venceríamos a esos insectos y no pensaba cejar en mi propósito, a pesar de la situación actual y de la cada vez más notoria desventaja numérica y de poder que teníamos...
Planeta Vegita horas antes de la batalla
Una vez que acordaron los próximos pasos a dar en contra de Paragus y Kale, los saiyajines se dispersaron.
Era importante no hacer sospechoso su comportamiento. Piccoro y Goku se mantuvieron en la nave que solía usar la peliazul antes como casa, lo mismo que Vegeta y Bulma.
Y a pesar de que estaban ahí, Vegeta no pensaba pasar demasiado tiempo con el otro saiyan. Sí, era cierto que tenían una pelea pendiente y moría por demostrar su supremacía pero eso no cambiaba la irritación constante que la presencia del otro generaba en él.
Miró a la peliazul, y cuando el otro saiyan estaba ocupado discutiendo con Piccoro, él la tomó del brazo y la llevó a la habitación que antes pertenecía a la peliazul.
— ¿Que haces Vegeta? — Dudosa preguntó al ver que los encerraba en esa habitación.
— Debes de irte para que Kale no sospeche, no tardará en percatarse de la ausencia de Suzuke— Comentó en forma preocupada.
Él sonrió, — Por eso mismo me quedaré aquí, ya que la tsufur está atrapada en este lugar será más creíble al decir que está conmigo, así no cuestionará que no le conteste a ella.
Tarble había comunicado a los dos traidores la parte del plan que a él competía, y se contactó con el peliflama — Hermano, ya he lanzado la notificación de la junta, cuando hablé con Paragus, me confirmó que de por sí ya venía de regreso, no debe de tardar mucho en llegar.
Todo iba saliendo acorde al plan, aún así Vegeta no pensaba dejar ningún cabo suelto, acarició con delicadeza la mejilla de la peliazul mientras hablaba por el comunicador.
—De acuerdo, necesito que Radditz traiga a Chard a la nave—
Pero antes de decir algo más su hermano lo interrumpió — Gure y Chard van en camino, Nappa los lleva en estos momentos para allá, Radditz está en estos momentos revisando algunos detalles con Kyabe.
Terminaron la llamada y Vegeta volteó a verla, — Tenemos un poco de tiempo antes de que ellos lleguen...
No le dio tiempo a reaccionar jaló a Bulma hacia sí mismo y ella fue incapaz de frenar la reacción, segundos después estaba atrapada entre esos musculosos brazos y el fuerte y bien trabajado pecho del príncipe saiyajin.
—¿Q-que haces?— Fue todo lo que alcanzó a decir pero el saiyan no estaba dispuesto a permitirle sobrepensar las cosas, esa misteriosa mirada ónix se posó sobre los azules ojos, hipnotizándola, el abismo oscuro de las profundidades, devoró el azul prístino del oleaje reflejado en esa celestial mirada, para después sin darle opción atraparla en un beso abrasador que la incendió completamente.
Vegeta lo sabía, no estaba jugando limpio y no pensaba hacerlo. Saboreó con placer y sin culpa esos besos, se sentía delirar mientras degustaba de los labios de la mujer que amaba. Un gruñido de aprobación salió de él cuando sintió los brazos de la peliazul rodear su cuello, la poca resistencia y buen juicio que le quedaban a Bulma, desapareció mientras la lengua exigente del saiyan conquistaba entera su boca, y esos fieros labios la besaban con exigencia y con pasión pero también con infinita ternura...
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Pepper terminó de ponerse su traje de batalla, mientras la mirada de Tooma la seguía recorriendo completamente, — Has estado muy callada desde que regresamos de la nave donde Bulma se quedaba...— Comentó intentando sonar lo más casual que pudo, pero sabiendo que su comentario era todo menos casual.
La saiyajin miró a su amante un instante para de inmediato desviar su mirada.
En tono ecuánime insistía Tooma — Un saco de monedas del imperio por tus pensamientos...—
Ella solo sonrió cínicamente, — En nada realmente, preparándome para la batalla — Comentó como si hablaran del clima. Pepper era uno de los seres más independientes que existía, no estaba acostumbrada a que alguien se preocupara por ella y a pesar de los fuertes sentimientos que por Tooma tenía, no pensaba demostrar debilidad.
— Pelearemos codo con codo...No dejaré que nadie se te acerque...— Tooma decía mientras se acercaba a la saiyan.
Pero ella tenía la fuerte necesidad de demostrar quién era ella y su poder — Si peleas a mi lado me estorbarás más de lo que me apoyarás, no te quiero cerca Tooma— en forma seria dijo ella.
Él la ignoró y se acercó a ella, abrazándola. Cortando así los movimientos de ella quien no pudo seguir acomodándose su traje de combate, intentó ignorarlo mientras tomaba de la cómoda de su habitación sus guantes, suspiró fastidiada.
— Tenemos cosas que hacer Tooma— intentó separarse de él, pero el apretó un poco su agarre, mientras la abrazaba por la espalda, sin decir nada más.
— Pelearemos codo a codo... ¿Cierto? Volvió a preguntar juguetón. —
En otro momento Pepper hubiera contestado que le mordiera el trasero mientras se burlaba de él, pero esta vez por algún motivo desconocido se sentía ansiosa. A pesar de saberse en el bando ganador no se hallaba nada tranquila y al no sentir la certeza de que podrían ganar, no quería jugar, solamente le calmaba poder prepararse y anticiparse a lo que sea que Paragus y Kale estuviera planeando.
Decidió darle por su lado al saiyan — Como sea Tooma— Mientras por fin se lograba separar de él.
«Cuando el momento llegue pelearé sola, no podré concentrarme teniéndolo tan cerca...»
El saiyan estaba emocionado, había hablado con Kyabe y Basil, le declararía a Pepper sus intenciones de forjar una unión saiyajin tan pronto vencieran a los mercenarios.
Basil y él querían hacerlo casi al mismo tiempo, pues sabían la gran amistad entre Celery y Pepper y querían que celebraran juntas.
En la base en otro lugar, dentro de la habitación de Basil, éste intentaba calmar a una furiosa Celery. -¡No tenías de pecho a decidir por mi Basil!- furiosa decía mientras al igual que Pepper se prepara acomodándoselas el traje.
—¡Estarás en una posición con bastante responsabilidad Celery! ¡Cuidar a Chard y también a Bulma es algo importante para todos!- Insistía él pero ella resopló molesta mientras se acomodaba las botas de pelea... - No me quedaré esperando, cuando llegue el momento pelearé como todos.—
Basil estaba molesto, conocía a Celery... — No podré concentrarme contigo exponiéndote... — confesó mientras la tomaba del brazo intentando traerla a su regazo, pero ella estaba enojada se volteó furiosa y se soltó del agarre del varón — ¡No me toques! —Fue todo lo que espetó mientras se alejaba echa una furia.
—¿Mal momento eh?– Peguntó amable Kyabe quien por un desafortunado momento presenció lo que había sucedido. —Mi hermana a veces es demasiado voluntariosa, no estar en la batalla lastimará su orgullo, pero entiendo tu preocupación... — Con simpatía le decía Kyabe a Basil a quien ya veía como su hermano desde hacía mucho tiempo atrás.
Todos lo saiyans estaban a la expectativa, el ambiente dentro de la base era tenso, y un silencio antinatural se cernía sobre todos, a pesar de sus esfuerzos por lucir normales, Kale sabía que había algo extraño en la inusual quietud que existía, esperó tranquila a Paragus quién estaba por llegar.
El saiyajin venía relajado, estaba seguro que dentro de poco podría por fin mostrar su verdadera opinión sobre el patético príncipe Vegeta, como él lo llamaba.
Recientemente había hablado con su hijo, Broly había estado ansioso esperando dicha llamada.
— ¿Todos están posicionados? — preguntó serio Paragus, mientras veía a su hijo y a Sook asentir.
— Sí padre, todos estamos siguiendo tus instrucciones y nos quedaremos esperando tu llamado.— Serio comentó Broly. Él, principalmente estaría asegurándose que las cosas fueran tal como su padre quería.
Estaba ansioso por demostrarle a Paragus que él era el saiyajin legendario del que tanto el saiyan hablaba y haría todo lo que estuviera a su alcance para hacerlo sentir orgulloso.
En el fondo Broly no había dejado de ser ese niño solitario en busca del amor y aceptación de su frío e indiferente padre.
— Perfecto, esperen mi señal, confío en tí...— Comentó mirando fijamente a su hijo. Broly abrió los ojos de la impresión, hacía tanto que no recibía palabras de ese tipo que le costó no ruborizarse, se inclinó en señal de respeto mientras pegaba su puño a su pecho — Haré que te sientas orgulloso.
Emocionado dijo el saiyan, había querido preguntarle a su papá con respecto a su hermano pero por temor a enfadarlo prefirió no tocar el tema, además su padre le había dado esa mirada orgullosa con la que tanto había soñado.
«No se quién seas príncipe Vegeta, no me has hecho daño pero has enojado a padre y por eso deberás morir»
Broly lo sabía si quería tener el respeto de su progenitor debía hacerlo, sobre todo porque aún vibraba en su mente la conversación con Kale, ella podía ser cruel con él, pero Chard era su hijo así que si ella decía que su pequeño hermano se hallaba en peligro por culpa de ese tal príncipe Vegeta, entonces Broly no le daría una oportunidad de pensar dañar a su hermanito.
«Ya lo verás padre, no te fallaré, acabaré con la amenaza para que puedas reinar como has soñado.»
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Vegeta escuchó la confirmación de Tooma mientras descansaba abrazado de la peliazul — La nave de Paragus ha llegado a la base—
Con esa noticia sonrió complacido para sí mismo.
«Muy pronto le daré una lección a esos dos insectos malnacidos por querer burlarse de mí» una sonrisa ladina se extendía en su rostro.
De pronto, sus ensoñaciones y juramentos de venganza fueron interrumpidos por la risa inocente y alegre de Chard, que había llegado junto con Gure y ahora acababa de entrar a la habitación feliz buscando a Bulma para jugar con ella. Acaban de vestirse rápidamente y ella le dio una mirada de reproche pues por porco Chard llega y los haya en paños menores.
— Ya es hora— Solo comentó Vegeta mientras le
devolvía una mirada bastante pícara a la peliazul.
— ¿Padre, cuando veré a mi hermano?— fue la simple pregunta del infante, Vegeta miró de reojo la reacción de Bulma, quien desvió la mirada sin saber que decir.
Por lo que el saiyan decidió ser quien contestara — Tu hermano se halla aún de viaje, Bulma pronto lo alcanzará nuevamente.
Chard en su inocencia no notó que de pronto el ambiente se había puesto tenso.
— ¿Ohhh podría acompañarlos? Trabajaré duro y prometo no ser una molestia papá, puedo pedir permiso a mi madre...— El pequeño que no entendía lo que en realidad pasaba pedía eso emocionado.
El príncipe saiyajin despeinó la cabeza del infante, mientras se ponía en cuclillas y quedaba a la misma altura de Chard — Si te portas bien te llevaré cuando vaya a verlos...¿Te parece?
—¡Sí padre!— decía serio como si le hubieran encomendado la mejor misión, Chard se portaría bien, su conducta sería intachable para que su papá cumpliera su promesa.
Pero había algo más inmediato que hacer para Vegeta que preocuparse por eso, una batalla estaba por llevarse a cabo e intentaría que el niño no se percatara, una vez que venciera a Kale pretendía llevarlo junto con Bulma a la tierra y que se quedara allá un tiempo en lo que calmaba todo y podía darle una explicación al niño de lo que sucedió con su madre.
— Chard, necesito que te quedes aquí con Bulma y pase lo que pase te mantengas con ella, no importa lo que escuches afuera o quien venga, hasta que yo no te diga lo contrario permanecerás con ella, ¿He sido claro?
El pequeño pensando que era una de las pruebas para poder demostrar que se comportaría si acompañaba a Bulma y a su hermano a la Tierra, de inmediato contestó — ¡Prometo que lo haré así papá!
— Prométeme que no harás nada extremo Vegeta...— A pesar de que Bulma aún quería irse, no podía negar los sentimientos que en su pecho estallaban por el saiyajin, quería odiarlo pero hacía algunos minutos atrás había estado entre los brazos de su príncipe y no se arrepentía.
Lo veía ahora vestido con armadura de batalla, mostrando el emblema de la casa saiyajin, su vista paseándose por todo el bien torneado y musculoso cuerpo del saiyan y no podía más que morderse el labio y suspirar.
El saiyajin miró divertido lo que ella hacía mientras Bulma al percatarse que había sido atrapada in fraganti admirando ese musculoso cuerpo se puso de mil colores, mientras él le daba una de sus típicas sonrisas ladinas — Esto no llevará demasiado tiempo mujer. Fue todo lo que dijo antes de dejar al niño y a la peliazul en el lugar, mientras salía con la certeza de quién ha vencido antes de empezar la batalla.
Tan pronto se fue Vegeta, fueron Tarble y Celery quienes entraron al lugar. El príncipe menor se escabulló rápidamente con su pareja a otra habitación, la peliazul no podía culparlos, ella se hallaba llena de demasiada ansiedad, preocupada por Vegeta, a pesar de que él o se veía nada preocupado, y a pesar de saber que su mejor amigo de la infancia estaba ahí para apoyarlos.
Celery la sacó de sus pensamientos — Entonces... te vas pero aún así te das tu merecida despedida con Vegeta ¿eh?— La mirada de la Saiyan no reflejaba ninguna otra intención más que la de hacer plática, aún así el tono de voz usado tenía cierto tinte de censura que no le gustaba nada a Bulma.
— Hasta donde yo sé, no tengo porque darte ni a ti ni a nadie cuentas de mi vida personal Celery y si me acuesto o no con Vegeta antes de irme es algo que a ti no te incumbe— Sería comentó.
La saiyan simplemente se rió, — Tienes razón es algo que no me interesa...
Pero antes de que pudiera decir algo más Bulma prosiguió — Aún así creo que me debes una disculpa Celery, me acusaste de cosas cuando me fui que fueron injustas, eso no estuvo bien...—Bulma miraba directamente a los ojos a la Saiyan quien la veía con una mirada molesta.
Ella sabía que no le caía muy buen a la saiyan, pero debía de hacer su punto. La pelinegra guerrera sonrió— Es una lástima que no me caigas bien Bulma, pudimos ser amigas en otra realidad, como sea no esperes una disculpa de mi parte, precisamente porque me equivoqué es que sigues viva, si en verdad hubieras traicionado a Vegeta ya estarías muerta... Toma como mis disculpas el hecho de que esté aquí cuidando tu estúpido trasero mimado en lugar de estar peleando con los demás— le decía mientras le lanzaba una mirada seria.
Avanzó rumbo a la puesta de salida pero antes de irse dijo — En fin, avísale a Tarble que me he adelantado a patrullar, no me interesa quedarme mas tiempo aquí.
Eso fue todo, para después marcharse tal como había comentado. Tarble no tardó demasiado en despedirse de la peliazul también.
Bulma y Gure se quedaron junto con Chard en la nave, Suzuke se encontraba aún encerrada en la cámara de gravedad de la misma.
Paragus llegó al planeta, un poco antes de aterrizar en Vegita, Sook le había informado bastante preocupado, que no lograba ponerse en contacto con Suzuke hacía horas, y eso fue suficiente para que el saiyan sospechara de todo.
Además los mercenarios ya estaban ahí, no seguiría manteniendo la farsa, y es por ese motivo que cuando recibió la notificación de la base que Nappa y Radditz estarían esperando por él contactó a Kale,
— El momento de la verdad a llegado y Sook no ha logrado contactar a Suzuke, por lo que estoy seguro que esos idiotas por fin se han enterado de todo, vístete para matar reina mía es hora de acabar con ese idiota—
No esperó la respuesta de la saiyan, cortó la comunicación y salió de su nave. Nappa fue el primero en verlo y se percató de los cambios en la actitud del saiyan quien desprendía más arrogancia de la habitual.
«él lo sabe»
Fue el pensamiento de Nappa. Miró a detalle la vestimenta de Paragus, no se le pasó por alto que parecía la armadura real de un príncipe, y que tenía una insignia diferente a la de la casa saiyajin, como si él tuviera derecho a hacerse una.
— Es un poco peculiar tu vestimenta — Fue el único comentario que hizo Radditz quién al igual que Nappa se había percatado de esta.
Paragus sonrió presuntuoso, — He decidió que esta es la armadura de batalla que me corresponde — el saiyan se deleitaba al ver la cara de desagrado de sus congéneres.
Cuando llegaron a la sala ya todos estaban reunidos, Kale acababa de entrar presuntuosa y engreída como Paragus. Cuando lo vio llegar le sonrío y se acercó a él, Vegeta los miraba desde su sitio, con una mirada divertida.
El resto de los saiyans echaban una mirada de reprobación a la vestimenta notoria de los traidores.
Ambos llevaban armaduras con toques verdes, y una insignia que mezclaba la P y la K de sus nombres como escudo, no era el emblema más elaborado pero servía para dejar claramente su mensaje.
Vegeta lo supo desde que se percató de la odiosa mirada arrogante del otro saiyajin, ambos se midieron con la mirada y ambos vieron en el otro el reconocimiento de que la verdad estaba descubierta.
Eso por un lado irritaba al príncipe saiyajin, y por el otro lado hacía para él todo más entretenido.
— ¿A qué debemos esta reunión de último minuto?— Preguntaba arrogante Paragus mientras se sentaba frente a Vegeta como quien reta la autoridad.
Kale avanzó contoneándose, hasta llegar al lado de Paragus, y se sentaba impúdicamente en sus piernas, con la verdad revelada, y aunque nadie se los había dicho en forma clara, tenían la certeza de que era así, bullía en su sangre, como una verdad inalienable, algo que tarde o temprano pasaría solo había sido cuestión de adivinar el cuándo ocurriría.
— ¿Quienes son esos dos? — Preguntó Kale señalando a Son Gokú y a Piccoro, quienes se hallaban al final de todos y a pesar de haber sido mencionados se quedaron callados, ambos sabían que quien marcaría el rumbo de esa reunión era Vegeta.
— ¿Saben el motivo de esta reunión?— Indiferente a las preguntas de esos dos preguntó tranquilamente el saiyajin, mientras sus ojos negros obsidiana refulgían prometiendo diversión para él.
Fue Kale quien burlona contestó mientras se veía las uñas — Me imagino que por fin te diste cuenta que eres un idiota al que le hemos visto la cara todo este tiempo, pfff te tomó demasiado tiempo darte cuenta, hasta dejó de ser divertido verte la cara—
Contestó con la altanería y la arrogancia que el saber que tenía en su poder un ejercito de mercenarios que esperaban su llamado le daba. Pues se sentía plenamente confiada que la victoria sería para ellos, sobre todo por el as bajo la manga: Broly. Sabía que Vegeta no tendría oportunidad contra ellos y que pronto moriría, y una vez muerto cazaría a su ramera y a su bastardo.
Vegeta sonrió, — ¿Acaso eso debe de lastimarme de alguna forma Kale?—Comentó tranquilamente y antes de que alguno de ellos pudiera replicar continuó.
— Bueno debe ser duro para ti Paragus saber que mi padre se folló a la mujer que querías para hacer tu mujer y la llenó con su semilla y aún cuando fuiste tú quien llenaste a Kale, no pudiste impedir que la follara y fuera mi entretenimiento ni que fuera yo quien se hartara de ella... ¿Que se siente saber que otro se folló a tu mujer y después la desechó y te la devolvió para que siguieras usándola porque se había aburrido de ella?— La sonrisa cubría el rostro del príncipe saiyajin mientras hablaba, continuó sin piedad.
—¿Ya le contaste Kale las muchas ocasiones que te arrastrarte hasta el cansancio, suplicando desnuda porque te siguiera follando, cuando claramente eres tan mala haciéndolo que solo cumplí mi obligación inicial antes de desecharte?
Puedes quedártela Paragus, ella no sirve ni para satisfacerme en el lecho—
Fue lo que indiferente comentó Vegeta.
— ¡Eres una vergüenza Kale! — Comentó indignada Caulifla.
Kale se levantó indignada e iba a replicar pero Paragus la detuvo...
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En la nave de Bulma, Chard se había quedado dormido en el cuarto que pertenecía a la peliazul, ella se levantó y salió rumbo a la cocina dónde halló a Gure.
— ¿Preocupada? — Preguntó amigable la pequeña alien.
Bulma le dio una sonrisa nerviosa, cansada y negó con la cabeza — Solo curiosa... me mata el no saber de ellos.
— Déjame preguntarle a Tarble— Comentaba Gure mientras activaba un comunicador.
La peliazul sonrió— No sabía que estabas en comunicación con él, acaba de irse hace poco a patrullar— Comentó sorprendida y alegre de ver lo mucho que su cuñado adoraba a Gure.
La pequeña Tech le dio una sonrisa, —Table no quiso que nadie más que él y Celery nos custodiara hasta que todo acabara, hemos estado hablando constantemente, sé que Nappa iba a tener activo su comunicador y enlazado a Tarble para que él supiera lo que sucedía en la reunión.
Gure intentó enlazarse con Tarble pero éste no contestaba, ella frunció el ceño. — Que extraño... hace unos minutos estábamos hablando...—
Bulma supuso que tal vez el saiyan estaba ocupado — Ya te devolverá la llamada en cuanto pueda...— Comentó tranquila sin sospechar que el motivo de que el menor de los príncipes no contestara era debido a que estaba peleando en ese momento con alguien más.
Broly había dejado a Sook en la zona donde aterrizaron con un contingente de mercenarios custodiándolo para que en caso de que descubrieran sus planes, evitaran que lo capturaran. El científico Tsufur era demasiado importante para ellos. Una vez que se sitió satisfecho con el grupo que sería la defensa de Sook, decidió partir para llevar a cabo la otra parte del plan.
El hijo mayor de Paragus nunca había salido de Vampa, desde que había llegado ahí cuando era un un infante de meses de nacido. Así que miraba asombrado el nuevo lugar al que llegaba, el tan mencionado planeta Vegita. Su padre le había dicho que era muy parecido al planeta de origen de ellos, pero donde el planeta original estaba repleto de cadenas montañosas y riscos afilados, este nuevo lugar estaba lleno de planicies, y solo algunas cuantas montañas a lo lejos mostraban un poco de similitud a la escarpada superficie del extinto planeta Vegeta. Pero había algo en lo que ambos se parecían: El predominante color rojo de la tierra del planeta y del cielo del lugar.
Dejó de admirar el planeta al que había llegado, ya tendría tiempo para descubrirlo con calma. Se centró en el ahora y su mente entró en modo de batalla, se había dividido junto con Jitzu el líder de los mercenarios al ejercito, se dividieron en dos contingentes.
El líder de los mercenarios iría directo a la base y se quedaría cerca, esperando la señal de Paragus para atacar, el contingente de Jitzu era por consiguiente el que tenía la mayoría de los guerreros experimentados, mientras Broly avanzaría a la nave de la científica, donde Sook había podido rastrear a Suzuke y donde según los cálculos de su padre era lo más probable que tuvieran retenido a Chard.
Sabía por Sook que esa nave estaba protegida con un campo de energía muy fuerte y que adentro se hallaba Suzuke junto con una mujer procedente de la raza Tech y pareja del príncipe menor, así como su hermano.
Avanzó en forma sigilosa, mirando desde lejos al príncipe menor, pensando en su estrategia para asaltarlo de improviso, pero el otro saiyajin aún cuando su fuerza era menor estaba bastante curtido en las tácticas de guerra, pues el tiempo que vivió en Tech le habían servido para estar siempre alerta y podía sentir la mirada de su enemigo aunque no lo veía aún.
Tarble fingió no darse cuenta, no era el único que estaba custodiando el lugar, tal como se había acordado Celery también estaba por ahí, sin permitir que quien sea que lo estuviera viendo lo notara se enlazó con ella, pues justo en ese momento ella estaba del otro lado del perímetro revisando que todo fuera bien, ambos se hallaban en alerta máxima hasta que Vegeta no dictara otra cosa.
La saiyan estaba revisando las zonas más alejadas de la base, la nave de Bulma se hallaba a espaldas de su ubicación. Celery lo sabía, para bien o para mal todo terminaría pronto y por fin podría comenzar a hacer una familia con Basil.
«Debería hacerlo sufrir y esperar... para que se le quite y a la próxima no se atreva a disponer otra vez por mí, ¡¿Que se cree?! ¿Que puede venir y decidir sobre mi vida...? Me hace quedar débil frente a los demás»
Estaba enfrascada en su soliloquio interno cuando el pitido de enlace en su comunicador sonó, apenas iba a saludar a Tarble cuando éste habló confundiéndola.
"— Hola Gure sé que te dije que no te hablaría en varias horas pero ya extrañaba tu voz, y no quiero que te sientas sola..."
«¡Que demonios!» apenas iba a hablar en voz alta indicándole a Tarble que se había equivocado de enlace que era Celery no Gure, pero antes de decir cualquier cosa el saiyan prosiguió:
"—Si cierras tus ojos y meditas puedes sentirme, es tanto lo que te deseo estar contigo que sentirás que aparte de mi hay más almas conmigo, eso es lo que llamo amor—"
Celery entendió el mensaje, no contestó nada pero sabía que Tarble estaba siendo observado así que fingiendo que seguía revisando el perímetro se puso en guardia mientras comenzaba a regresar a donde el príncipe menor se hallaba.
Tarble siguió avanzando, había enviado el mensaje a Celery pero no podía esperar a que quienquiera que fuera el que lo estaba emboscando tomara la delantera, tenía el factor sorpresa de su lado y debía aprovecharlo, mismo que le regalaría unos minutos a su favor en lo que comenzaba la verdadera la pelea.
Aparecieron de pronto algunos mercenarios a la vista — ¡Pero quién tenemos aquí! ¡Tenemos a la basura menor, al hermano de Vegeta! —Maliciosos se reían— A pesar de tener la mayoría númerica eso no amedrentaba al saiyan.
Tarble sonrió —¡Vaya conocen mi nombre! No sabía que los seres inferiores como ustedes tuvieran capacidad de raciocinio— fanfarrón decía.
—¡Que conmovedor verlos hablar como personas! Seguramente ese truco les llevo meses aprenderlo, ¿No es así?— decía malicioso mientras los miraba con un brillo de malevolencia en sus ojos.
—¡Como te atreves, ahora verás!— furioso dijo uno de ellos desoyendo las órdenes dadas previamente por Broly de no comenzar ningún disturbio aún, lanzando el primer puñetazo, mismo que fue rápidamente esquivado por el príncipe menor, ambos mercenarios habían recibido mejoras y aun así su habilidad era limitada, no eran rivales para Tarble quien rápidamente los golpeó dejándolos fuera de combate.
Sabía que esos dos eran basura, la persona que lo vigilaba era otro, podía sentir su mirada todavía sobre él. Era momento de actuar, avanzó rápidamente alejándose de donde sentía la presencia de enemigo, haciéndole creer que se retiraría, para rápidamente lanzar un ataque con su KI, destruyendo un conjunto de árboles cercanos, dónde había sentido la presencia enemiga.
Broly se hallaba sorprendido, no esperó que tan rápidamente lo detectasen, aun así su misión era la misma, conseguir poner bajo seguridad a su hermano y recuperar a la tsufur.
Rápidamente saltó y desvió el ataque que le lanzaron apareciendo frente al príncipe menor a quien conocía por foto, pues su padre y Sook se habían asegurado que supiera acerca de todos ellos, las habilidades que tenía, sus ventajas y desventajas, sonrió pues no pensó que la oportunidad se le presentase tan pronto. Precisamente necesitaría a Tarble para poder conseguir lo que quería.
—¿Quién eres y con qué atrevimiento vienes a causar disturbio a nuestro planeta?— con un tono de arrogancia dijo el menor de los príncipes.
Tarble miraba al recién aparecido saiyajin, se percató que era uno de los de su clase por la cola que tenía rodeando su cintura de la misma forma que la suya descansaba en él.
«¿Así que otro saiyajin eh? Interesante...»
-Mi nombre es Broly... y tu me acompañarás por las buenas o por las malas príncipe Tarble— comentó con voz seria y suave el otro saiyan mientras veía al menor de los príncipes en forma seria.
—No quiero lastimarte, así que no te resistas y acompáñame—
Tarble sonrió divertido, —¡Vaya que tienes demasiada confianza en ti mismo como para creer que podrás hacerme que te acompañe sin poner resistencia! Veo que eres saiyajin como nosotros, una lástima que uno de nuestra raza sea un traidor—dijo con un dejo de desprecio en su voz.
- Ya veo, es una pena, no quería causar más daño del necesario, no pienso derramar más sangre de lo requerido, una lástima que tu y tu hermano deban morir... Aun así si me acompañas sin oponer resistencia te mataré sin causar mayor dolor— Comentaba serio Broly.
Celery quien ya estaba ahí escondida, escuchó tensa lo que el saiyan comentaba.
«¿Así que otro saiyajin eh?¡Esto se pone cada vez mejor! Al parecer hacer de niñera será más entretenido de lo que pensé... Aún así haré pasar un infierno a Basil...»
Esperó paciente, no atacaría a menos que la vida de Tarble estuviera comprometida, necesitaba primero entender contra que estaban lidiando pues ninguno de ellos sabía que otro saiyajin estaba involucrado. De inmediato decidió que debería informar a Basil, y estaba por hacerlo hasta que recordó el actuar del otro saiyan lo que volvió a hacerla sentir molesta, el orgullo como guerrera ganó.
«No necesito a ese tonto, seguramente si le avisó vendrá y me tratará como un cachorro, le demostraré que no necesito de una niñera»
Y de esa forma Celery se saltó una de las reglas más importantes: la comunicación entre ellos, que era imprescindible. Su decisión acarrearía incontables sucesos catastróficos para los saiyajines. Olvidó algo importante: El orgullo y la arrogancia son muy malos consejeros pues fueron estos los que la hicieron no avisar, creyendo que entre ella y Tarble podrían mantener a raya ese misterioso saiyajin, subestimando de esa manera la fuerza de su enemigo.
Tarble miraba seriamente a Broly, este no se había movido, pero antes de que el príncipe menor se diera cuenta éste había desaparecido de su campo de visión, se había movido a una velocidad tan sorprendente que ni el saiyan ni Celery alcanzaron a leer a tiempo los movimientos.
Cuando el principe menor se percató que el otro saiyan estaba a sus espaldas ya era demasiado tarde, no alcanzó a esquivar la tremenda patada que lo envió directamente contra un árbol, destruyéndolo de pasada. Tarble se levantó y se limpio la sangre de la boca y comenzó a a atacarlo con su ki, pero Broly ya lo esperaba.
—Eres demasiado lento y débil para mí— fue lo que en forma brutal el saiyan determinó, pero antes de que pudiera lanzarle un rayo de ki, Celery apareció peleando contra él.
— ¡No tan rápido! ¡Ahora me enfrentarás, toma esto!— Dijo Celery lanzando un rayo de ki a su oponente.
A Broly le gustó este nuevo rival, parecía más fuerte así que daría más pelea. —¿Otra Saiyajin eh?- Sonrió al decirlo, jamás había conocido más saiyajines aparte de Kale y su padre, el confiaba que una vez que mataran a Vegeta y a Tarble, el resto de los saiyans doblarían la rodilla y jurarían lealtad a su padre.
—¡Mi nombre es Celery, recuérdalo ya que seré yo quien te mate por traidor!— fue lo que ella dijo antes de lanzarse a pelear con Broly.
El saiyan había sido cuidadoso de no enviar ninguna descarga de ki cerca de la nave donde estaba la Tsufur para que el campo de energía no se activara y repeliera el ataque o se pondrían en evidencia.
—Eres bastante rápida y fuerte— comentó a modo de observación. La realidad es que él solo estaba jugando, no había usado nada de su verdadero poder para pelear contra ella.
Siguieron repartiéndose golpes y patadas entre ellos, mientas Broly las esquivaba, Celery no alcanza a librar todos los golpes.
«Maldita sea es demasiado fuerte...»
La resistencia de la saiyajin no se hallaba aún al cien, así que poco a poco su nivel de resistencia y rapidez estaba mermando, mismo que el saiyan aprovechó para golpearla fuertemente en el estómago, haciéndola escupir sangre, antes de lanzarla a una pila de escombros y lanzarle un rayo de ki que apenas si pudo detener la saiyan antes de ser impactada con menor fuerza quedando inconsciente en el acto.
—¡Celery!— Gritó preocupado Tarble, quien furioso se lanzó contra Broly.
Pero el hijo de Paragus no tenía tiempo para eso, así que en forma brutal arremetió contra el príncipe menor a quien golpeó sin consideración, arrojándolo al suelo para después molerlo a golpes. Broly se odiaba por lo que estaba haciendo pero no podía fallar y sabía que el saiyan no cooperaría por las buenas.
Tarble se había percatado de la situación, y solo rogaba que Celery hubiera podio alertar al resto de los saiyans antes de haberse metido a la contienda, él intentaría hacerlo tan pronto ese saiyajin le diera un respiro.
Pero la brutal paliza siguió y Tarble supo que no tendría oportunidad alguna de vencer a ese enemigo.
«Maldita sea este bastardo va a matarme... Lo siento tanto Gure...»
Sus pensamientos estaban enfocados en su pareja, y solo por ella a pesar de la diferencia tan fuerte de poder decidió ponerse en pie a pesar de hacerlo en forma tambaleante.
La sangre escurría por toda la cara del saiyajin, volteó a ver a donde Celery había caído pero la saiyan estaba completamente fuera, noqueada; temía por el estado de la misma, no sabía si ese bastardo la había matado o solo malherido, comenzó a sentir temor por su Gure, pues con lo fuerte que este enemigo era seguramente intentaría destruir el campo de energía de la nave.
«Sé que no soy rival, pero si al menos logro crear una explosión fuerte podré alertar a mi hermano»
Así que concentró toda la energía que le quedaba, mientras pensaba en su amada Gure.
Broly saboreaba la victoria, sabía lo que el otro saiyan pretendía hacer, dispararle un rayo bastante potente de energía, pero esa era una acción demasiado desesperada, y que no lograría cambiar el final, él llevaría al malherido Tarble frente a las puertas de esa nave y negociaría con la mujer de origen Tech que había adentro, sabía que era la pareja de Tarble, así que sería fácil convencerla, para que a cambio de entregarle a la tsufur y a su hermano, él le entregaría al maltrecho príncipe. No necesitaba matarlo aún, una vez que depusieran a Vegeta se harían cargo del saiyan malherido.
Miró burlón lo que Tarble estaba haciendo. Lo que él no entendía es que el otro saiyajin contaba con que Broly lo subestimaría, esa era una de las ventajas de Tarble, y la usaría a su farvor.
—AHHHHH- lanzo el rayo de ki concentrado rumbo a Broly quien sonrió al ver el predecible acto del otro saiyan y lo desvió hacia arriba con demasiada facilidad.
Broly avanzó con seguridad, -ñ—Mi turno, príncipe Tarble— dijo sonriendo mientras avanzaba rumbo al malherido saiyajin.
Tarble sonrió con malevolencia —deberías dejar de subestimar a tus enemigos...— Fue todo lo que dijo mientras hacia girar el rumbo de la energía que había lanzado y que Broly había enviado hacia el cielo para evitar que explotara con algo y alertara a los demás saiyajines.
Cuando el hijo de Paragus pudo reaccionar y se percató del truco del otro saiyan, la energía casi estaba explotando en su cara. —Que demo...— No alcanzó a terminar la frase mientras intentaba detener con sus manos la energía que ya lo estaba alcanzando.
Molesto elevó su ki y logro con más esfuerzo de lo que esperaba desviar casi toda la energía hacia el cielo, aunque una pequeña porción de esta golpeó contra el campo de energía de la nave.
El impacto no era suficiente para alertar a la base, pero ahora sabía que los que estaban dentro de la nave estarían en sobre aviso. Mientras eso ocurría veía al otro saiyan que había gastado casi toda su energía caer inconsciente al suelo.
Bulma sintió el impacto en su escudo —¿Que demonios fue eso?— Alarmada decía mientras ella y Gure corrían a la cabina de mando y activaban las cámaras 360 que rodeaban a la nave. Ambas vieron con un nudo en la garganta la grotesca escena, frente a la puerta de entrada a una distancia bastante prudente, se hallaba un saiyajin desconocido, sabían la raza a la que la persona pertenecía pues la cola delatora mostraba el origen del mismo.
Iba vestido con un traje de pelea que llevaba tonos verdes y un escudo real distinto al de la casa saiyajin. Pero lo que más las alarmó fue ver como tenía sostenido por el cuello a un casi desfallecido y muy malherido Tarble. Siendo tan impulsiva como era, Bulma iba a abrir la puerta para salir e intentar negociar con el saiyajin, fue la propia Gure quien la hizo reaccionar.
—¡NO! ¡Ese tipo es peligroso Bulma! Debe venir aquí para tratar de acabar contigo, será mejor que veamos que es lo que quiere...—
Decir eso mientras veía al amor de su vida en ese estado agonizante mientras ese tipo lo tenia alzado del cuello, estaba destrozando el corazón de la pequeña Tech, aun así ella sabía que Tarble jamás se lo perdonaría si se atrevía a flaquear.
"—Estamos en un guerra, pase lo que pase deberás mantenerte firme en tu posición Gure, incluso si me quitan la vida frente a ti—"
Eso fue lo que Tarble había dicho horas atrás, la pequeña alien jamás creyó que el momento llegara tan pronto.
—¿Quién eres? ¿Qué quieres? ¡Suelta a Tarble!— Demandó alterada por el altavoz de la nave la peliazul, Broly sonrió al saber que quién quiera que estuviera hablando lo estaba observando.
—Mi nombre es Broly, soy el hijo mayor de Paragus y no es mi interés dañar a quienes están dentro de esa nave, simplemente necesito que me devuelvas algo que no es tuyo...— Comentó en forma tranquila el saiyan antes de seguir —Entrégame a Suzuke y a mi hermano Chard y te devolveré a Tarble— con calma comentó.
Bulma se sintió en shock no sabía que hacer. Por un lado estaba horrorizada de ver a Tarble tan malherido, por el otro no podía simplemente entregar a Suzuke, menos a Chard, era un niño, y ese saiyajin se veía tan salvaje.
De inmediato intentó comunicarse con Vegeta, pero la voz de Broly que llegó del exterior acabó con sus intentos.
— Más vale que no intentes contactar a Vegeta ni a nadie más o Tarble morirá— decía apretando visiblemente más el cuello del saiyan quien gimió de dolor.
Gure veía todo destrozada mientras cerraba sus puños.
—¡Déjalo en paz! ¡No estoy llamando a nadie!— Desesperada comentó la peliazul. No sabía que hacer, volteó a ver a la pequeña Tech quien se veía más pálida de lo normal, su mirada en shock le decía que le dolía todo lo que estaba pasando a su pareja.
— Gure tal vez si entregamos a Suzuke ese tipo nos entregue a Tarble...— Desesperada intentaba pensar Bulma posibles soluciones, no quería llamar a Vegeta pues sabía que eso pondría en peligro la vida de su cuñado.
— No— comentó seria Gure, quien de inmediato se acercó al comunicador y activó el canal de comunicación para que Broly escuchara fuerte y claro su respuesta.
— ¡No lo haremos, no negociamos con bandidos!— Firme comentó la pequeña Tech.
Hacía algunos minutos que Tarble había recuperado la consciencia y sin abrir los ojos había comenzado a identificar dónde estaba. Se percató que Broly intentaba chantajear a Bulma y a Gure para que abrieran la puerta y quitaran la protección, y pesar de las múltiples golpes y heridas graves que tenía ninguna había sido mortal y aunque le dolían como el demonio, se hallaba en condiciones estables.
Escuchó como Broly las amenazaba, pero también oyó la firme y tajante respuesta de su amada Gure, no pudo más que sentirse orgulloso de ella, enviándole así sentimientos de amor a través de la conexión que había entre ellos, la cual abrió brevemente para que ella supiera que él estaba de acuerdo con su postura antes de cerrarse completamente para que no le pudiese llegar a ella nada del dolor que su cuerpo esta sufriendo.
— Mi paciencia es muy corta. Te daré un minuto más para que lo pienses antes de comenzar a demostrarte que hablo bastante en serio. —En forma tranquila comentó.
Bulma miró con pánico a la otra mujer — Debemos ir por Suzuke e intentar negó...—
Pero fue interrumpida por la otra mujer — NO— agitada comentó la pequeña alien. — No va a funcionar Bulma— fue lo que en forma tajante y decidida dijo la mujer.
— No negociamos con delincuentes — Seria volvió a decir la pequeña Tech.
Broly se hallaba ansioso realmente era urgente que acabara co eso pronto y recuperara en breve a su hermano, la batalla principal podría empezar en cualquier momento y debía asegurar el bienestar de Suzuke y y de Chard lo más pronto posible.
Se decidió, a veces un poco de coerción era necesaria para que las personas cooperaran como era esperado. — Una pena, pensé que podríamos hacer esto por las buenas.
— No accedan a nada, ¡No salgan de la nave!— De pronto gritó Tarble intentando en ese momento sacarse de las manos del otro saiyan.
Situación que fue aprovechada por Broly para estrellarlo contra el suelo.
Una de las cosas que jamás creyó vivir Gure en su vida era ver en forma impotente como torturaban frente a sus ojos al amor de su vida, y no poder hacer nada por ayudarlo.
El saiyajin de nombre Broly era un ser con una fuerza monstruosa, a pesar de los intentos de defenderse del Tarble, éste no le dio tregua.
Comenzó a golpearlo repetidamente contra el suelo dándole fuertes golpes, haciendo que Tarble cada vez escupiera más y más sangre.
Gure sabía que su saiyan estaba intentando ser lo más valiente posible, sin quejarse del dolor agonizante que esos golpes estaban ocasionando sobre el.
— Mi paciencia a llegado a su límite — Comentó sumamente serio Broly. Odiaba todo lo que estaba haciendo pero no había otra opción.
«En la guerra siempre para ganar habrá quien deba de perder y si es necesario que deba morir»
Se repetía el saiyajin como un mantra, detestaba con todo su ser el tener que hacer eso pero era necesario, todo era por el bienestar de su pequeño hermano. Todo lo hacía por él, era un crío y necesitaba que alguien lo protegiera, y ese sería él.
Se acercó a donde estaba colapsado Tarble lo agarró del cabello y lo levantó y sin decir media palabra le lanzó rayo que le atravesó el hombro derecho.
El grito de dolor de Tarble fue desolador.
— ¡Nooooo!— El llanto desgarrador de Gure rezumaba por toda la nave, lágrimas caían de sus ojos chocolates, mientras se doblaba de dolor al ver al amor de su vida en estado agonizante.
Aún así se mantuvo firme, aceptando que en breve vería como ese mal nacido mataba a su amado saiyan frente a sus ojos y ella no podría hacer nada por evitarlo.
El dolor la desgarraba, mientras lloraba fuertemente — Por favor Tarble resiste — decía como una plegaria mientras más lágrimas se escurrían por sus mejillas.
Bulma estaba atónita, no lo pudo resistir más salió sin que Gure se percatara de la habitación y tomó una decisión, no podía dejar morir a su cuñado, ella jamás se lo perdonaría así misma.
Corrió a la cámara de gravedad que había dentro de la nave y abrió la puerta sacando a la tsufur de su cautiverio.
Intentaría negociar con Broly. Corrió llevando a rastras a la otra científica, desarmó la defensa de la nave y abrió la puerta, justo cuando Broly estaba por dar el golpe de gracia contra el muy maltrecho saiyajin.
—¡DETENTE!— Gritó desesperada, Broly volteó a ver a la mujer que estaba frente a él, quién le apuntaba con un arma mientras con la otra mano llevaba agarrada a Suzuke quien iba esposada.
Gure al percatarse lo que sucedía corrió hacia la puerta — ¡No lo hagas Bulma!— Pero ya era demasiado tarde. La peliazul mujer había salido a enfrentarse al otro saiyajin.
— ¡Suéltalo por favor!— Intentó que su voz no temblara, al igual que Vegeta, este saiyajin de nombre Broly se miraba salvaje, pero a diferencia de su príncipe que irradiaba peligrosidad pero también sensualidad y confiabilidad, éste otro saiyan se notaba peligroso, inestable.
— No lastimes más a Tarble, te entregaré a Suzuke, solo no lo dañes más...—
Broly quedó por un instante quieto, se había quedado sin aliento, ¿Quién era esa mujer?
A sus ojos Bulma aunque un poco sonrojada y despeinada debido a la carrera que pegó para abrir rápidamente la puerta de la nave, se veía preciosa.
Broly nunca había visto a un humano, rápidamente notó que la mujer no tenía cola, además su pálida piel constrastaba con la suya o la de los otro saiyajines, eso sin contar además el tono de pelo tan distinto.
— Tu no eres saiyajin— Fue su única observación.
Ella asintió lentamente, Mi nombre es Bulma Briefs y soy humana. Había escuchado antes ese nombre, abrió grandemente los ojos antes de decir — Eres la concubina de Vegeta—
Pero antes de poder decir algo más ella volvió a hablar. — Suelta a Tarble por favor, el no te está haciendo daño, aquí está Suzuke, Chard no se halla en la nave con nosotros.
La peliazul rezó para que el saiyan le creyera. Broly dudoso volteó a ver a la tsufur quien negó con la cabeza mientras la científica terrestre abría las esposas que mantenían juntas las manos de la Tsufur, una vez hecho eso Suzuke avanzos rumbo a donde estaba Broly —No sé en donde se halle Chard, fui encerrada en la cámara de gravedad que tienen en este lugar sin ningún contacto con el exterior, vamos Broly.
Mientras Gure asistía a su pareja que se hallaba gravemente herido y con gran dificultad se puso en pie. La pequeña alien como pudo tomó a Tarble y comenzó a avanzar rumbo a la nave, Bulma comenzó a retroceder, casi estaba de nueva cuenta en la seguridad de la nave.
La peliazul ya cantaba victoria pues el saiyan comenzaba a avanzar alejándose. Respiro dando un profundo suspiro cuando la pequeña vocecita de Chard irrumpió el lugar
— ¿Bulma?— Justo en ese momento un somnoliento infante avanzaba saliendo de la puerta al exterior mientras abrazaba su ozaru de peluche, aún desorientado pues acaba de despertar debido al alboroto que escuchó proveniente del exterior de la nave.
Gure y Bulma no lo pensaron más tomaron a Tarble de los brazos y corrieron dentro de la nave y tomaron a Chard mientras ponían de nueva cuenta la protección de la nave.
Chard estaba en shock miro asustado.
— ¡Tío Tarble!— El pequeño grito angustiado acercándose al otro saiyan quien se hallaba demasiado lastimado, además de la herida del hombro que sangraba profusamente.
El saiyan abrió lo más que pudo sus hinchados ojos, intentó sonreír pero tenía los labios tan partidos y la cara tan molida a golpes que el simple gesto lo lastimaba demasiado.
— Estoy... Argh bien Chard— El niño sentía confusión en su cabeza.
—¡Debemos avisarle a mi papá y pedir ayuda! Mi tío está muy lastimado...—
Bulma intentó contactar al comunicador de Vegeta pero nadie contestó, estaba por marcarle a Caulifla cuando escuchó la voz de Broly por los altavoces.
—Me mentiste Bulma, entrégame a Chard y no le haré daño a ella.— La peliazul volteó a ver y miró con horror que Broly ahora tenía sostenida del cuello a una inconsciente Celery.
Chard estaba confuso, no entendía que pasaba. Pero abrió fuertemente los ojos al reconocer al saiyan, era el mismo que había estado inconsciente en la base donde Sook vivía y que Chard había visitado a diario, regalándole ki.
— No puedo dejar que te lleves a Chard, ¡es un niño! ¡Déjalo en paz, no le ha hecho daño a nadie!— Desesperada gritó.
Broly solo sonrió, —jamás le haría daño a mi hermano.— Lo dicho por el saiyan confundió más al crío.
—Si no me lo entregas me veré obligado a matarla...— La peliazul sabía que el tipo no bromeaba, sobre todo porque vio como comenzaba a apretar el cuello de la inconsciente saiyan.
El pequeño crío no entendía lo que pasaba ni porque el saiyajin llamado Broly tenía a Celery agarrada del cuello y amenazaba con hacerle daño si el niño no iba con él, mucho menos entendió porque decía que él era su hermano.
¿Acaso su papá tenía otro hijo aparte de su hermano Trunks? No entendía la situación pero de ninguna manera dejaría que lastimara a Celery.
—Bulma deja que vaya con él, no me va a lastimar... ¡No quiero que lastime a Celery! Por favor...— Angustiado decía el pequeño niño.
La peliazul se hallaba en una encrucijada. No sabía que hacer y para colmo Vegeta no contestaba.
— Gure, quiero que sigas insistiendo en comunicarte con Vegeta o alguno otro de los saiyajines, es importante que ellos sepan lo que está pasando.—
La pequeña Tech la miró confundida al no entender porque le decía eso, como si fueran indicaciones que sólo Gure podría hacer sin Bulma presente.
— Escucha Gure, ese infeliz va a matar a Celery si no hacemos algo y Chard jamás se va a perdonar si no le salvamos la vida. No puedo detener que se lo lleve, pero si lo acompañaré para evitar que le quieran hacer daño, es aún un niño y definitivamente necesita aún de una madre que lo proteja...—
— ¡No Bulma no lo hagas, por favor quédense aquí, él no podrá entrar...!—
Pero ambas sabían que la decisión estaba tomada.
—Vamos Chard— decía la peliazul mientras le extendía la mano.
— ¡NO! ¡Iré yo solo! Sólo me quiere a mí, tú quédate aquí por favor— Angustiado decía el pequeño.
El corazón se le encogió a la peliazul, era solo un niño, no debería estar pasando por todo eso, se agachó y se puso de cuclillas para estar a la altura del crío, mientras con ternura le componía el flequillo, — Tu papá dijo que debías estar junto a mí, ¿Recuerdas? Si no, no dejará que nos acompañes a la tierra, ¡Vamos! No lo desobedezcamos.
Además si vas tú solo con un desconocido loco que cree que es tu hermano, ¿Qué clase de segunda madre sería yo, si no me asegurara de qué estás a salvo?—
La mirada azul, amorosa traspasó cada fibra del alma del infante quien se abalanzó sobre ella y se aferró a la científica como si de eso dependiera su vida.
—Estaremos bien—
Gure salió junto con ellos, y tomó a una desvanecida Celery y la arrastró como pudo dentro de la nave mientras ponía de nueva cuenta el escudo.
Broly miró como su hermano iba tomado de la mano de la bonita mujer terrestre que llamaba poderosamente su atención, a pesar de saber que era la otra mujer de Vegeta, no podía sentir el sentimiento de animosidad contra ella que esperaba sentir, no cuando veía como su hermano se aferraba a la mano de la fémina y como ella avanzaba protegiendo al niño con su propio cuerpo.
Intentó acercarse al pequeño niño, su hermano... ¡Él tenía un hermanito! Quería abrazarlo y decirle que no debía temer que él siempre lo protegería, Suzuke leyó sus intenciones, Broly era un alma tan inocente que fácilmente podías leer sus emociones más fuertes plasmadas en su cara.
Lo detuvo y negó con la cabeza — Chard no te conoce aún, sólo lo asustarías —
Suspiró resignado y asintió con la cabeza, sabía que la tsufur tenía razón, solo debía esperar un poco más.
— Sook, tengo a Suzuke y a Chard, avísale a padre que también viene conmigo la concubina de Vegeta—
Avanzó tranquilamente hasta la ubicación donde había dejado al otro científico tsufur, sabía que Sook transmitiría dicha información a su padre. Esperaba que fuera de utilidad para balancear la batalla a su favor...
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¡Hola a todos!
Y bueno finally este cap ha visto la luz... tuve que dividirlo en dos, de lo contrario tendrían que esperar un mes más además ya era larguísimo y lo que viene será bastante mas difícil que esto así que ya estoy trabajando en ello pero realmente tomará su tiempo.
Antes de contestar a la gente que ha dejado comentarios quiero agradecerles de corazón también por hacerlo, GRACIAS, es a ustedes con quienes tengo la responsabilidad moral de seguir la historia hasta el final. Gracias por su apoyo y su cariño, sus comentarios me motivan a seguir!!!!
Lo he pensado mucho y usualmente no lo digo pero esta vez si diré las cosas, me molesta demasiado la gente que no deja comentario pero me exige, señores agradezco que lean la historia pero así como ustedes no están obligados a dejar comentarios yo NO estoy obligada en escribir y menos actualizar rápidamente.
Hacer esta obra lleva su tiempo y leer exigencias de fantasmas no me da para nada más ganas de apurarme, así que de corazón gracias por leerla pero la mejor forma que pueden ayudarme es apoyándome con sus comentarios, eso me anima y me hace querer dedicarle más tiempo de mi vida en avanzar, créanme exigir cuando no me dan nada a cambio no es la mejor estrategia.
Rápidamente contesto comentarios:
Dekilleraven Coincido contigo en la mente de Vegeta creo que la opción de dejar ir un tiempo a Bulma está, pero... hará todo por recuperarla... claro tan pronto la guerra acabe ,(
XXlalaulu: Jajajajaja, ya seee con ganas de ahorcarla... pero entiéndela no es fácil además en efecto al menos las cosas van quedando clara entre ellos. Aunque si... su hermana arriesgándose y está nada más escucha Vegeta y corre a sus brazos jajajaja. Con respecto a la estrategia... En efecto querida Paragus es un viejo lobo de mar... y creo que en tácticas puede superar si no se aviva a Vegeta ,(...
Yenaiv Brief: Vegeta a pesar de que ya sabe que Chard no es su hijo, no hace diferencia para él y por eso lo amo!! Y veamos ahora cómo ayuda Goku a Vegeta porque así como pinta la cosa necesitarán toda la ayuda posible, porque esta guerra no pinta a ser fácil.
