Continuación de Te Regalaré Unas Flores

El Maquillaje En Tus Ojos

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A Lily le había gustado el maquillaje desde pequeña, le gustaba ver a su mamá crear las pociones que hacían los colores correctos para los tonos de piel.

En una ocasión Rose viajó a visitar a sus abuelos muggles, llevó consigo un extraño artículo con ella, le llamaban paleta de sombras, era pequeña, apenas cabía en la mano de cualquier persona. El estuche era negro, al abrirla tenía algo que parecía ser un pequeño espejo, pero había algo que llamó poderosamente su atención.

Pequeños fragmentos de color.

Su prima le explicó cómo debía usar la cajita, prometió llevarle una cada vez que se le terminara la suya.

Durante años fue así, Lily usó infinidad de paletas, para maquillarse a la manera muggle, le gustaba más que las pociones, era cierto que se tardaba más pero se divertía en el proceso.

Pero hoy era diferente la ocasión, Lottie la novia de Albus le iba a permitir que la maquillaran ya que era una ocasión especial.

Su hermano iba a presentar en sociedad a Lottie como su lo que era su prometida, la futura señora Potter, iba a dejar en claro que no permitiría a ningún mago o bruja hacerla de menos por el estatus de su sangre.

Ella se ofreció a peinarla, a maquillarla.

Lottie no era fanática al maquillaje, solo lo hacía en ocasiones especiales, lo mismo que su cabello solía usarlo suelto, aunque lo solía sujetar con un listón verde. Los ojos era rara la ocasión donde los maquillaba.

Sus labios con frecuencia los pintaba de color rojo.

Pero Lily se esmeraría en dejarla hermosa, ella haría feliz a su hermano, eso era lo que debía importar, amaba a su hermano, y saber que Lottie era su felicidad la hacía sentir segura.

Lily esperaba algún día encontrar la plenitud, ya fuera junto a una persona o sola, sonrió esperando que a Lottie le gustara el esfuerzo que estaba haciendo por ella.

Lottie se sentía nerviosa, llevaba un lindo vestido color rosado, el maquillaje que Lily le hizo en los ojos con las sombras sentía que le había quedado perfecto.

Aun así, no entendía la reunión que estaban haciendo los magos, lo de presentar en la sociedad, hacía tanto tiempo que no lo hacían ellos, quizás desde mediados del siglo pasado, o si se llegaban a conocer era por coincidencia, pero hoy Albus la iba a presentar como su futura esposa, ante los magos importantes del lugar de los cuales no conocía a nadie realmente.

Solo había escuchado sobre los Malfoy, los Scamander y los Weasley, pero a los demás los desconocía por completo.

–Te ves preciosa mi amor. –Escuchó que le decía Albus mientras la tomaba de la mano.

–Gracias, querido.

–Siempre te ves así, pero el maquilla en tus ojos los realza más. ¿Estas lista?

–La verdad no, pero a tu lado siento que todo está bien.

–Vamos mi amor, hoy todos sabrán que tú eres la única mujer que he amado y que amaré por el reto de mi vida.

–¿Les va a decir que me dabas flores desde que eras un niño de 5 años?

–No a ellos no. A nuestros hijos y nietos si.

–¿Hijos? – No le parecía mala idea tener una versión miniatura de Albus en sus brazos, per sentía que era muy pronto para ello.

–Si. Vamos mi amor, tengo muchas personas que presentarte.

Y entraron en aquella sala donde se estaba celebrando la reunión, aunque se sentía nerviosa lo ocultó detrás de una sonrisa.