Hola a todos sí que ha pasado un buen tiempo, pero después de estar enfermo del estómago y pasar por el dentista dos veces eso desmotiva cualquiera.

En fin, sé que esto no les interesa. Al caso, nuevo capítulo de El pirata distraído y sus conquistas. Realmente me ha sorprendido mucho sino bastante del buen recibimiento que tuvo la historia.

Ok, sin más demora…

Disfruten del capítulo :D


Reacondicionamiento y 'nuevos deberes'


—Mmm… —Con un quejido casi imperceptible liberado entre los labios de una dormitada Robin, la arqueóloga se negaba a levantarse; aun teniendo los ojos cerrados, sentía calidez y una sensación reconfortante.

Con rapidez, la pelinegra se reincorporó de repente de su lugar, tirando en consecuencia su bata que actuaba como manta para los dos amantes. Sin embargo, se arrepintió de esa acción al sentir una corriente de aire frío recorriendo su espalda desnuda. Logrando divisar la oscuridad que la rodeaba haciéndola entender que aún es de madrugada.

—Mmm…~ —Se sorprende la propia Robin al escuchar un gemido suyo, causándole un escalofrío que le recorriese toda la espalda.

Fue gracias a cierta sensación que le hizo recordar a la mujer que no estaba sola. Aparte de los particulares ronquidos de Luffy, la polla de este que seguía alojada en el interior de su coño, sintiendo cómo el miembro del pirata aún se encontraba semi-erecto.

Y si no fuera suficiente, una avalancha de recuerdos, la memoria de la arqueóloga rememoro lo que había hecho con su capitán. Al sentir los ligeros movimientos del pecho del chico bajo sus palmas, reforzando aún más sobre sus acciones, fueron reales. Ya fuera de forma consciente o no, la mano derecha de Robin se posó suavemente sobre su propio vientre, no solo para sentir el pene del Mugiwara aún alojado en su interior, sino también en tratar de confirmar si lo que percibió aquella noche fuese real o no.

Con una pequeña sonrisa dibujada en su rostro, Robin tomó de nuevo la bata y volvió a recostarse sobre el cuerpo del pirata, cubriéndolos a ambos. A pesar de que la diferencia de altura podría complicar un poco eso y también en no gemir fuertemente con aquella polla aún alojada en su interior.

Pero todo pudor de Robin sobre no despertar a Luffy se desvaneció por completo. En cambio, el color de su rostro desaparece al ver manchas de sangre dispersas por el torso vendado del chico. Con el miedo de que haya sido su culpa, Robin echa un vistazo y hace lo posible por no perjudicar más las heridas. Viendo una hojeada rápida a la primera mancha, no encuentra ninguna lesión fresca o que aún esté sangrando. Solo hay rastros secos de los restos carmesís en la piel de Luffy. Aun así, no satisfecha, aprovecha el sueño pesado de su capitán para desenrollar todos sus vendajes con la ayuda de su Fruta del Diablo. Se percata de que debajo de esas manchas ya no hay ninguna lesión visible. Suspira aliviada y finalmente intenta conciliar el sueño nuevamente, pero no sin poder conseguirlo.

No sabe si debería maldecir o agradecer aquella vieja costumbre suya de fugitiva en mantenerse despierta una vez le pierde el sueño. Al menos, Robin posó una de sus manos sobre el cabello de Luffy, sintiendo lo aceitoso que se encontraban sus negras hebras. No lo vio con ninguna pizca de disgusto, y entre sus divagaciones, con la misma mano comenzó a bajar hacia el rostro del pirata, rozándole la piel con su pulgar. Iniciando desde la sien, por su mejilla y por la mitad de ese lugar, frota con cuidado la comisura de la boca, ignorando la burbuja que salía de su nariz, viéndolo más como algo adorable.

—Fu, fu, fu… Quien diría que alguien con ese tipo de rostro fuese lo 'opuesto' allí abajo~. —De forma risueña y sonrojada, Robin susurra esas palabras, acompañando también uno que otro apretón por parte de su núcleo al miembro del pirata. Ganándose este último un quejido casi tenue, como si su cuerpo reaccionara de forma natural ante el estímulo. Dicha acción hizo que la arqueóloga tuviese... una idea un tanto traviesa.


Luffy

—¡Aah! ~ ¡Ahn! ~ ¡Ah! ~

—¿Qué están haciendo Shanks y Makino? ¡Parece que están haciendo sumo! —Exclamó un infante Luffy con emoción al pensar que el pelirrojo le estaba ocultando otra cosa interesante de la piratería. Solo esperaba que no fuera como esa asquerosa cerveza que le hizo probar. Pero el ruido de la cama ya le estaba comenzando a molestar, y se concentró en averiguar el nombre de aquel 'juego' que la pareja realizaba en aquella habitación. Miraba con un solo ojo a través de la pequeña apertura que Uta logró hacer en la puerta del cuarto.

—Espera, Luffy, baja la voz… —Susurra Uta, ella estaba muy sonrojada a pesar de que fuese su idea de espiarlos en primer lugar. Al final, vio lo que hacían y se quedó callada por un momento.

—… —Sin embargo, al seguir escuchando los gemidos de Makino, Uta tuvo una pequeña y traviesa idea que la hizo sonreír. —… Luffy, ¿quieres jugar a 'eso' conmigo?

—Primero, quítate toda tu ropa. —Explicó Uta mientras se quitaba su vestido estando en la habitación temporal de la niña. Sus prendas cayeron primero al suelo y su delgada figura femenina quedó libre para ser visto, dejando al descubierto su pecho que recién mostraba signos de comenzar pequeños indicios de crecimiento y manteniendo aún su sonrojo adornando sus mejillas. Sus dos coletas cubrían sus pezones mientras apartaba la mirada inquisitiva en Luffy y su rostro enrojecerse aún más al verle que sin vergüenza alguna se despojaba con rapidez de su ropa.

—Cierto… después de todo, ellos dos tampoco la tenían puesta. —Comentó el chico, recordando cómo Shanks y Makino estaban desnudos en la cama.

—Mira, ¿así está bien? —Le mostró Luffy a su amiga, su miembro que colgaba entre sus piernas de forma orgullosa.

—Bue… —Tembló un poco Uta al no creer lo que está a punto de hacer. —Bueno, te atacaré aquí y ganarás si logras aguantar. —Comentó la chica, queriendo aparentar ser arrogante. A pesar de sus palabras, pegó su mejilla izquierda contra la polla de Luffy e instintivamente su nariz se contrajo por un momento al captar el pesado aroma almizclado, haciendo que el interior de su mente se encendiese y en vez de retirarse por olor. Ella solo lame la parte exterior de dicho miembro con su pequeña lengua, indicando lo dispuesta que estaba.

"No puede ser… ¿Luffy la tenía así de grande…?", pensó Uta, sin que esos pensamientos le ayudaran mucho ahora mismo.

—Oye… Uta. Así no es como se hace —Luffy trató de corregirla al no recordar que Makino le hiciera eso a Shanks.

En cambio, Uta llevó su boca a la punta de la polla de Luffy, acariciando con su lengua a través del prepucio repetidamente como si fue un simple caramelo. La cabeza del miembro se asomó, comenzando a ponerse de pie mientras ella sorbía un poco de lo que se estaba filtrando desde su punta. Chupándolo, intercalando entre suave y duro, moviendo su cabeza de arriba hacia abajo. Mientras que el niño seguía resoplando en asombro por todas las intensas sensaciones que le recorrían por su cuerpo.

"Está erecto~ ", se alegró la niña ante el fenómeno fisiológico de su amigo, que no se daba cuenta de lo cerca que se encontraba. Realmente le gustaba lo duro que se sentía tenerlo en su boca. Por muy idiota que fuese su amigo, no pudo evitar comparar sus acciones con chuparse el dedo como un bebé, pero más sucio y excitante. Incluso no pudo evitar de jugar consigo misma mientras seguía atendiendo a Luffy oralmente. El pelinegro solo se limitó acariciar su suave cabello e intento presionarla más abajo con tal de conseguir más estimulo, siguiendo jadeando y sudando por lo nuevo de la situación.

Prácticamente, empujaba la punta de su pequeña nariz contra aquella tierna carne de su pelvis, tratando aspirar de nuevo esa particular y adictiva esencia que le hacía que su núcleo le comenzase a dar cosquillas, provocando que sus tiernos muslos se frotasen entre sí.

—¿Y bien? ¿Se sintió rico? —Preguntó Uta, metiéndose aún más en el asunto. Sujetó la polla de Luffy con una de sus manos y empezó a masturbarlo lentamente para mantenerlo duro, mientras en la punta continuaba atendiéndolo con su boca y dándole unas lamidas en forma de burla, cosa que no pudo tolerar el pequeño.

—¡Algo… se me va a salir! Ggh… —Con un notable quejido, Luffy eyaculó sobre el rostro de una sorprendida Uta, salpicándola desde su cabello bicolor y parte de su cara, haciendo que cerrara uno de sus ojos.

—Yo gané ~ —Declaró la chica de forma altiva, limpiándose los restos de semen con sus dedos y luego llevándoselos a la boca para probar el sabor de aquella blanca esencia.

"El semen de Luffy~ "

—Eh… —Recién el chico se percató de lo dicho por su amiga. —¡Es porque me hiciste sacar algo! ¡Yo no perdí!

—Oh… Ahí está otra vez, el mal perdedor… ~ —Se burlaba Uta, posicionando sus dos manos en el aire por encima de su cabeza, realizando un gesto de querer apretar algo en la nada.

—Pero supongo que podemos hacer lo siguiente, el 'de verdad' —Comentó la niña con una sonrisa socarrona, ya sin importarle en enseñarle a Luffy sus modestos pechos, ya que cargaba con otra cosa en mente más que solo molestarlo.

"Voy a tener 'sexo de verdad' con Luffy", mostrando que sus pensamientos eran totalmente lo contrario a lo que su rostro quería enseñar.

Con un empujón algo brusco, Uta pone a Luffy boca arriba encima de la cama y se posiciona a horcajadas en su cintura, preparándose.

—Bien… lo voy a meter… —Sin notar lo roja que está su cara, la chica comenta descuidadamente mientras levanta sus caderas para alinearse sobre el miembro erecto de su amigo.

"La polla de Luffy... ~ La polla de Luffy... ~ ", corea Uta mentalmente al sentir la cabeza del pene besando su tierna y húmeda entrada.

—¡Nn! ~ —Libera Uta un quejido de esfuerzo al percibir cómo aquel miembro se abría paso dentro de su cálida carne. Pero, para no demostrar cobardía, la chica decide dar un buen sentón queriendo terminar con todo esto, aunque podría haberse arrepentido de tomar dicha acción.

—¡Oh! ¡OH! ¡OOOH! ~ ~ —Uta aúlla de éxtasis, inclinándose hacia atrás; apoyando sus manos en las rodillas del chico, abriendo bastante sus piernas y exponiendo así tanto la unión con el niño como su pecho, que no paraba de moverse ante las respiraciones irregulares de la chica.

"La polla de Luffy... La polla este niño salvaje… Es demasiado...", no podía pensar con claridad Uta su vista comenzaba a desenfocarse. Dando unos jadeos entrecortados al sentir como el pene del chico llegaba hasta el final de su viscoso túnel. Sintiendo incluso que está empujando algo sólido en ella, sin saber que se trataba de su pequeño y estrecho útero que había bajado; deseando instintivamente atención masculina.

"Es demasiado para mí… no... me... me voy a venir…", se mordió el labio inferior en un intento de contener su clímax, pero los espasmos en sus piernas por la sobre estimulación no le ayudaban mucho.

—¡Oh! ~ ¡Se siente tan bien! ~ —Disfrutaba Luffy la sensación de su miembro era envuelto en un abrazo suave, cálido y húmedo. Sintiendo como si estuviera derritiéndose en el lugar. Hasta que esa sensación familiar volvió a surgir en su ingle. —¡Creo... creo que voy a soltarlo de nuevo dentro de ti!

—Mmn~ Je… Igual… Gane yo… —Uta alardeó, para luego reprimir otro gemido entre sus labios al sentir una ola de fuego invadir su interior. La sensación no fue tan abrazadora como pensaba, pero sí cálido, algo… reconfortante, asentándose dentro de su útero, provocando algunas convulsiones que le impedían cerrar sus piernas por completo, pero suspiro de alivio al ver que la polla de Luffy, dejó de moverse.

O eso pensaba...

—¡Aún no he perdido! ¡No he terminado contigo! —Sorprende el niño a su amiga con su repentino arrebato. Levantándose con rapidez de la cama, se posicionó por detrás de Uta. Comienza a frotar su polla contra la hendidura de su pequeño trasero al tener varios intentos fallidos en introducirse en su interior para poder sentir de nuevo aquel abrazo húmedo que le había provocado escalofríos el pequeño coño de Uta.

—¡Pero si ya te viniste dentro de mí…! —En un vano intento, la chica quiso convencer a Luffy de que dejase el asunto, sin embargo, su cuerpo no demuestra lo mismo con sus palabras, al restregar por su propia cuenta su trasero contra el caliente miembro del niño, siendo receptiva a los avances de este.

—¡Cierra la boca! —Y sin más, con la mención de la última palabra, Luffy halla al fin su coño y la penetra agresivamente, siendo guiado más por su espíritu competitivo y sin ser consciente de sus propias acciones o de lo que realmente le está haciendo a su amiga.

—¡Ahn! ~ —Un gran gemido se le escapa a Uta al sentir nuevamente la polla del chico en su interior. Arremetiendo bruscamente contra ella sin cuidado. Haciendo que alce su cabeza y divise el techo de la habitación, desenfocándole un poco su visión por tan ruda experiencia. Sin darse cuenta, una línea de baba comienza a filtrarse de la comisura de su boca que se está dibujando una sonrisa de dicha.

—¿Aún quieres seguir...? —Pregunta Uta entrecortadamente, girando un poco su cabeza y esperando que Luffy haga lo que ella le pide al verla la cara.

—¡Claro que sí! —Pero esas palabras cayeron en oídos sordos, ya que Luffy se encuentra más centrado en esta 'nueva competición' que, según él, es la primera vez que ÉL tiene la ventaja, y no piensa desaprovechar la oportunidad de tener al menos una victoria sobre ella.

—¡Gghh…! ¡Aquí… viene… otra vez!

—¡No... Oh~ ! ¡Me vengo~ ! —En su vano intento de advertirle, la chica siente de nuevo esa espesa esencia, inundándola en lo más profundo de su ser, perdiendo el control de sus piernas, volviendo estas a temblar y su voz fue liberada sin restricción. En medio de su resplandor orgásmico, Uta no puedo evitar que su cuerpo atendiese el llamado de la naturaleza y sintiese un cálido líquido, deslizándose por sus piernas, acompañado de un grato suspiro al sentir alivio en su vejiga.

...

—Rayos... ya no está dura. ¡Es tu culpa otra vez! ¡¿Qué me hiciste, Uta?! —Se queja Luffy, ahora acostado en la cama con el trasero de Uta frente a su cara.

—Je, je, je... Ahí va de nuevo ~ Eres un mal perdedor ~ —Comenta Uta condescendientemente, dejando de mamarle la polla en un intento de disimular su vergüenza, lagrimeando un poco al saber que se había orinado por las arremetidas de Luffy, y tampoco quiere admitir de lo bien que se sintió para ella. Por eso decidió estar en esta posición, la '69', porque no tenía el suficiente valor en mirarle, darle la cara a su amigo por el momento y si es posible ni quería verlo lo que le quedase de su estancia en la villa.

Con ese comentario, Luffy se enciende aún más en su espíritu competitivo, pero esa cálida y viscosa sensación que estaba sintiendo le parecía algo más que… 'diferente'...


—Mmm... —Con desgana, Luffy abre sus pesados párpados y se encuentra no solo con una vista un tanto 'familiar', sino también con un aroma que no había reconocido durante mucho tiempo. Teniendo enfrente suya, ve un redondo y amplio trasero, meneándose de frente y hacia atrás, acompañado por un sonido particular.

—Mhh... Mhh... Mhh... —Eran el tarareo por parte de Robin mientras succionaba su miembro. Al principio, simplemente comenzó con unos pequeños besos alrededor del tronco de la polla de Luffy, pero al captar tanto la fuerte esencia de su capitán como la de sus propios jugos. Ella pasó de besar suavemente la cabeza del pene para luego intensificar sus acciones y convertirlo en toda mamada descuidada.

Cierta emoción invade al pirata al sentir el coño empapado de su compañera en su cara, y su pene empieza a contraerse cuando la mujer comienza a mover sus labios y lengua alrededor de la punta de su polla. Pese no estar chupándosela del todo, pero a medida que ella avanzaba, se preparaba para hacerlo. Algo que a Luffy le está invadiendo la impaciencia por algún motivo y antes de darse cuenta, sus manos estaban sobre ella. Sus dedos se envolvieron alrededor de su grueso trasero, clavándose en esa carne suave y regordeta.

—¡Luffy -! —Aúlla una sorprendida Robin al sentir la lengua del chico siendo introducida en su coño, sellando de paso el lugar con sus labios como si fuera el agujero de algún tipo de hueso de carne.

Tras sentir la boca de la mujer, chuparle la polla. El chico, para devolverle el favor, trata de imitarla lo mejor posible. Robin gimotea, sintiendo a Luffy mover su lengua entre sus sensibles pliegues húmedos. Él tampoco puede guardar sus gemidos para sí mismo, sintiendo bastante placer por las cosas que la arqueóloga le hace a su polla.

—¡Ghh! —Luffy se está divirtiendo mucho, esperando que Robin también lo esté pasándolo bien de la misma manera. Solo quiere que la mujer disfrute igual con sus acciones.

Continúan atendiéndose, chupando y absorbiendo sus esencias el uno al otro, causando ruidos de sorbos con una mezcla de satisfacción. Robin piensa que se va a desmayar al sentir los dientes de Luffy mordisquear los labios de su coño, pero al percibir que sus movimientos se acercan peligrosamente a cierta zona...

El chico se emociona por hacer que la mujer mayor libere esos sonidos, indicándole que jugar solo con su boca sobre su entrepierna la hace sentir tan bien como él. Por eso, comienza a explorar no exclusivamente con sus dientes, sino también con su lengua, tratando de recordar las acciones que hacía mientras 'jugaba' este mismo tipo de juego con su vieja amiga Uta. Pasando por todos los recovecos de la sensible zona hasta encontrarse con una pequeña protuberancia carnosa. Eso hace que Luffy sonría pícaramente al recordar la graciosa reacción por parte de su amiga de la infancia, cuando posó sus dientes en ese lugar. Mientras se proponía dar un tierno e inocente mordisco, aquel pequeño botón rosado, teniendo intenciones de averiguar si su compañera tendría el mismo efecto. Abruptamente, el momento se interrumpe por la propia arqueóloga. Alejando lentamente su trasero fuera del alcance de la boca del capitán, ganándose este una interrogante sobre lo sucedido.

—Hah… Hah… Hah… —Toma su tiempo Robin para recuperarse. Liberando cálidos jadeos entrecortados cuando sintió el aliento de Luffy sobre su clítoris, haciendo que su cabeza se girase para advertirle, pero antes de eso logra notar por la ventana que el amanecer ya estaba cerca. Al ver la ausencia de oscuridad provocando que ella se levantase del sitio con desgana y con algo de vergüenza darse cuenta de que se había dejado llevar, cosa que ni ella misma se tomaba ese tipo de lujo.

—Creo que ya es hora que bajemos. —Comenta Robin con tal de no darle una mala impresión a Luffy que haya sido culpa de él, que todo se ha acabado por el momento.

Lo que no contaba ella fue que sus piernas la traicionasen y volviese a caer, esperando el golpe contra el piso, poso sus manos sobre dicha superficie para amortiguar la caída, pero el impacto no sucedió al sentir las palmas callosas de Luffy sujetándola por la cintura.

—Oh… cuidado. —Advierte el chico de forma tardía.

Cuando él estaba a punto de volver ponerla en el suelo, Robin toma otra decisión.

En el borde del nido del cuervo. Luffy da un salto para bajar. Aterrizando sin problemas, vistiendo solamente con sus pantalones cortos y con sus manos ocupadas cargando a Robin de forma nupcial, siendo cubierta por su bata tapando su desnudez y su ropa junto con el chaleco del chico entre sus manos tras ser usados para limpiar el lugar donde pasaron la noche. Pese no querer mostrarlo, los ojos de la arqueóloga demuestran su nerviosismo ante la idea que alguien de la tripulación los viese ahora como están. Al menos agradece que la madre naturaleza haya estado de su lado cuando la tormenta le ayudo en amortiguar el sonido de sus actividades nocturnas.

Un notorio escalofrío hizo que dejase de lado por un momento esos pensamientos al sentir el roce de la fría brisa del mar de la mañana por debajo de su trasero. Encogiéndola en su sitio, pasando de forma imperceptible por Luffy que siguió caminando buscando a tientas el camarote de las chicas, pero en el medio del pasillo del barco se toparon con el sonido de algo junto con alguien inesperado. Siendo Chopper que recién salía del baño bostezando del cansancio.

—¿Mmm…? —Se queda parado el reno al ver como Robin es sujetada en los brazos de Luffy.


—Mhn… —Nami abre perezosamente sus ojos al ser perturbada de su sueño por los primeros signos de luz de la mañana. —Nnn… Je… Lo volví hacer. —Se mofa a sí misma la chica al darse cuenta de que se había pasado la noche otra vez en su nuevo estudio de cartografía mientras seguía frotando sus ojos, tratándose de quitarse todo rastro de sueño.

Después de ello, Nami se dirige a su habitación compartida con Robin, pero lo que se encuentra ahí es a nadie, solo algunas ropas en la cama. La peli naranja asimiló que su compañera de cuarto fue por una ducha matutina, decidiendo también acompañar a Robin en darse un baño, todo ello siendo cargado aún por una actitud brillante al tener al fin su propio espacio para hacer sus mapas.

Ya cuando llego al baño y abrió la puerta con intención de saludar a la pelinegra, pero todo ese buen humor se esfumó de forma inmediata cuando vio a la arqueóloga completamente desnuda fuera de la tina del baño lavando el cabello negro de Luffy mientras que la cabeza de este le tapa los pechos de la madura mujer.

Por impulso, la navegante poso su toalla sobre sí misma que llevaba en su mano, pese a que ella aún estaba vestida.

—¿Mhn? Oi, Nami —Saluda enérgicamente el pirata a su navegante creyendo que también le acompañara en el baño, sin embargo, nota que hay algo 'diferente' en ella. —Oye Nami ¿estás bien?

—¿¡ !? —El cuerpo de la chica de un respingón en su propio lugar al ser también notada por la pelinegra haciendo que inconscientemente balbucease al principio, pero un notorio sonido de burbujas hizo que los tres dirigiesen su mirada a la tina.

—Bua… —Emerge Chopper inhalando tanto oxígeno como puede. —Luffy hiciste trampa, porque no te has sumergido aún- Oh… Hola Nami, buenos días. —En medio de su arrebato se detiene el pequeño animal al notar a su compañera y le saluda.

Y de forma automática Nami sale del baño cerrando fuertemente la puerta para después dirigirse a su camarote.

—¿? —Tanto Luffy como Chopper solo ladearon su cabeza al no entender tal reacción y acción de Nami.

—Fu, fu, fu… —Salvo la propia Robin que no pudo evitar que una pequeña risa se le escapase para mirar como los dos ocupantes de la tina volvían a discutir con lo suyo. Si no antes de agradecerle mentalmente a Chopper de aparecerse, ya que el pequeño amigo se había metido a las duchas de las chicas anteriormente con intenciones inocentes, hasta el punto que algunas ocasiones se ponía a jugar con las burbujas, pese a que ambas chicas estaban en el mismo lugar.

—Ah… Cierto. — Jadea Chopper ampliando bastante los ojos al recordar algo sobre algunas cosas. —Yo ya me voy, los veo después. —Sale de la tina el médico de la tripulación para sacudirse de toda el agua de su pelaje y volver ponerse sus cosas e irse, con intención de atender unos asuntos en la enfermería.

—Doctor-san. Solo no olvide de lo que le hable. —Le recuerda Robin al pequeño justo cuando este tomo la perilla de la puerta y retirarse.

—Cierto, puedes venir por la tarde. —Comento Chopper dándole una hora ambigua para que vaya con él y así de nueva cuenta ambos compañeros de tripulación están solos, pero con un ambiente totalmente distinto.

—¿Estás enferma Robin? —Rompe el silencio Luffy al recordar que antes de la llegada de Nami. Cuando recién se habían metido a la tina junto con Chopper, no sin depositar a Robin en su posición actual. Recordando ambiguamente que le pidió a su amigo ciervo que le hiciese una revisión cuando él pudiese.

—No te preocupes por eso. —Trata calmar Robin a su capitán. —¿Me ayudas en llevarme a la tina? —Le pregunta al chico tal acción de no solo desviar un poco sobre el tema de su posible enfermedad. Si no que también ante la pena de la arqueóloga, siendo ella que aún no puede caminar bien después de haber tenido sexo.

—Lo siento…

—¿? —Es tomada por sorpresa Robin ante aquella disculpa sin saber a qué se debía, pero la acción de Luffy le hace entender a qué se refería

—¿No te duele? —Pasa suavemente el Capitán su pulgar sobre uno de los moretones que dibujaban el contorno de sus dientes en los pechos de Robin siendo los más notorios en la zona de la areola.

Gracias que había desarrollado cierta tolerancia al dolor y por el calor del momento de ser atrapados. La arqueóloga no se percató de dichas heridas. Con el tacto del chico sobre las marcas solo ganaba una que otra molestia manifestándose en sus ojos, pero tampoco abandonaban ese brillo de ternura sobre Luffy ante su preocupación por su persona.

—Tranquilo… —Comenta suavemente Robin acariciando con tacto el mojado cabello de Luffy apartándolo un poco para besarle la frente y hacer que este le mirase los ojos.

—¿Acaso te había dicho en la noche que te detuvieses? —Interrogo de forma retórica la mujer sabiendo que su capitán no captaría esa pregunta junto con ese particular tono suyo cargado de ironía.

Era difícil no odiarse a sí misma, ver al energético pirata ahora decaído y no saber qué hacer al respecto. Le hacía feliz que aquella curiosidad infantil fuese el detonante para tal noche mágica para la arqueóloga, pero le dolía verlo sufrir así

Entonces, Robin recordó sobre la promesa que había dicho. Seguiría las órdenes de su Capitán. Pero… ¿qué podría hacer ella?

Y al estar viendo la 'terrible' angustia de su compañero, hizo que se le ocurriera algo. Un plan se formulaba en su mente dibujándole una tierna sonrisa que posteriormente se hacía más grande al imaginarse las posibilidades si dicha idea se cumpliese.


El sonido en la cocina del barco era extrañamente silencioso si no fuese con el hecho que Luffy seguía robando las porciones de los demás, pero sin dar ni una palabra y la tripulación protegían como podían sus platos por las manos invasoras de su Capitán. Sin embargo, en medio del caos, Robin noto que el propio pirata no tocaba su plato de comida dejándola intacta. Si no también evitaba cruzar mirada con ella, pero Robin sabía en hacerle cambiar esa mentalidad disimulando una pequeña sonrisa al beber una taza de café.

—¡! —El tacto de algo diferente sorprende un poco a Luffy provocándole un pequeño escalofrío, solo un momento le basto para sentir un brazo extra haciendo unos círculos peculiares sobre uno de sus muslos muy lentamente.

Cuando ambos amantes se miraron mutuamente, pese a que fue por un parpadeo, la madura mujer solo encorvo sus labios y Luffy siguió con lo suyo, devorando su comida, pero sin dejar de sentir las acciones que la nueva mano de Robin realiza sobre su cuerpo.

Tratándose de una serpiente, la extremidad de la mujer se deslizó por debajo de los pantalones cortos de su Capitán, encontrándose así con su presa.

Comenzando con una pequeña acaricia a sus bolas, la suave mano de la arqueóloga envuelve tiernamente la flácida polla del chico y comienza a estimularlo; de arriba hacia abajo lentamente. Apretándolo con cierta fuerza al llegar en la punta de aquel tibio miembro. Pese tener su pantalón aún cerrado, su pene respondía correctamente con los manoseos de Robin tanto fue así que la tela de la ropa se había tensado lo suficiente para ser notado si él se levantase en ese instante y…

*Cof*

*Cof*

Pero en un segundo, tratando de encontrar más estimulación, Luffy se atraganta con la comida y comienza a buscar con desespero algo con que bajarse el bocado hasta que un par de brazos brotan en la mesa ofreciéndole una jarra de jugo.

—Tenga Capi- —No le dio tiempo a Robin en terminar su comentario por rápido movimiento de Luffy de tomar el recipiente y de vaciar su contenido. Todo eso observado con una sonrisa por la arqueóloga sabiendo la razón de su 'ahogamiento'.

Tras el desayuno, el grupo se dispersó por la nave para realizar sus respectivos asuntos y con el capitán del barco…

—¡Ya lárgate Luffy! —Exclama Sanji tras patear fuera de la cocina al chico tras intentar aprovechar que el rubio hacía inventario de la comida en el frigorífico este quiso colarse y sacar algo de carne.

Aterrizando en el césped de la cubierta de la nave, termino el pelinegro con un lado de su rostro, siendo aplastado por la dura superficie.

Suspirando con fastidio tras su fracaso, Luffy ve a su alrededor en busca de hacer algo, pero nada. Zoro se encontraba entrenado en el Nido del Cuervo. Franky y Usopp fueron al interior de la nave para inspeccionarlo. Con Robin…

Antes de pensar en ella, Luffy disipa esa idea al recordar que estaría con Chopper por cuestiones médicas. Y, en cambio, al mover su vista, se encuentra la arboleda de mandarinas junto con su dueña a pie de las mismas, dándoles su debido mantenimiento, pero lo que no sabía el propio sombrero de paja era las razones de que ella se encontraba en ese lugar.

"Porque estaban ÉL ahí… Bueno, sé que Chopper al ser originalmente un animal se descarta, pero… ¿Por qué mierda me acobardé de esa manera?", seguía reprendiéndose a sí misma Nami ante lo ocurrido sin saber que sus mejillas hasta sus orejas se sonrojaban al recordar el escenario. Cuando se dio la vuelta para tomar la regadera y refrescar las plantas, esta se encontró de frente con la cara con la persona que menos necesitaba ver.

—¡Kya!

—Hey, Nami me das una manda- ¡Agh!

Se queja Luffy en media frase tras ser golpeado por la regadera que esta le lanzo al rostro haciendo que cayese en contra su trasero.

—¡Oi, eso dolió! —Se quejó el pelinegro, sosteniéndose la nariz, mostrando en sí en donde fue el impacto. —Solo quería pedirte si me das una mandarina.

—¿Uh? —Atrapa Luffy la fruta lanzada a su dirección. —¡Gracias, Nami! —Agradece de forma alegre a su navegante dándose la vuelta yendo a su lugar favorito para pelar su aperitivo, ya que a la mala aprendió que ese tipo de fruta no se come junto con la cáscara.

Mientras con la navegante…

—Uff… —Suspira al fin Nami de alivio al escuchar a su capitán dirigiéndose al mascarón de proa, sabía que podía relajarse, pero había algo en ella que le hacía tener dudas desde que vio el tipo de heridas que poseía Luffy cuando se reencontraron para salir de Ennies Lobby.

Como en aquella isla…

Desde que abandonaron de aquella estafa de resort en la Isla Omatsuri la peli naranja no ha dejado pensar lo sucedido. Pese a que ya haya pasado algo de tiempo sobre su estancia en esa extraña tierra, aun así. Ella, quien tiene una buena memoria de la geografía de las islas, no sabe bien que si cuando llegaron ahí fue parte de un sueño o algún tipo de ilusión y al despertarse se hallaba en una tierra baldía. Sin embargo, lo que le preocupo bastante fue la cantidad de heridas y lesiones que sufrió su Capitán, que hasta él mismo le ha restado importancia de forma casual al preguntarle ante aquellas dos ocasiones.

Mientras Nami seguía en la deriva con esos pensamientos, Robin se encontraba tomando aire leyendo un libro con una blusa de abotonada, cubriéndole de las 'marcas' dadas por su oficial superior.

Por un momento la arqueóloga pensaba en seguir demostrándoles su lealtad al pirata en pleno día, pero una idea mejor se estaba proyectando en su enigmática mente tras presenciar la curiosa reacción de Navegante-san.

—Oi… ¿Robin estás ahí? —Pregunta sin cuidado Luffy estando de nuevo en el Nido del Cuervo, ya que la propia mujer o más bien uno de sus brazos extra le entrego una pequeña nota indicándole que le esperaba esa noche de nuevo en aquel lugar, aprovechando que ahora era el turno de ella para vigilar.

—Luffy…

—¿Hm? ¿Robin? ¿Necesitas algo? —Pregunto primero la razón de ser llamado a esta hora. Ya que fácilmente el joven capitán pudo quedarse dormido, pero tratándose de una petición de uno de sus nakamas y que además lo había alimentado con anterioridad como decirle que no.

—¿Luffy, podemos hablar?

—Está bien. —Aseguro el pelinegro, aun sin dejar de mirar a su compañera, incluso cuando se había acercado a él a sentarse a su lado.

Algo en ella le parecía diferente al pirata, mucho más que la vez que le enseño esa nueva actividad. E igual que esa noche se encontraba cubierta con la misma bata de baño con la cual la había visitado.

Aquella prenda estaba ligeramente abierta, dejando al descubierto su cremoso escote para que él la viese, y esta vez el pedazo de tela en sí estaba bastante corta. Exponiendo sus largas y delgadas piernas mientras descansaba de costado. Juntándose en uno de los muslos de Luffy que con normalidad no parpadearía ante cosas como esta, pero hace poco... este tipo de acercamiento le hizo sentir a su cuerpo algo... extraño.

Ahora sus ojos se sintieron atraídos por su piel expuesta. Cuando se dio cuenta de lo que estaba haciendo, ya había estado mirándola durante bastante tiempo. Pero no se sonrojó ni desvió apresuradamente su vista. Simplemente, levantó su cabeza para encontrarse con los ojos de Robin.

En cambio, ella tenía una sonrisa traviesa, pareciendo bastante complacida con su reacción, aunque fuese de pura curiosidad. Sabiendo que eso se estaba ahorrando unos cuantos pasos de su plan. Sin embargo, tenía que confirmar algo y necesitaba escucharlo directamente de su propia boca.

Se inclinó más cerca de él —¿Qué piensas sobre tener un bebé en el barco?

Con sinceridad, Robin no esperaba mucho por parte de Luffy solo una respuesta simple de 'sí / no' o hasta la más graciosa de '¿qué es eso?, ¿eso se come?', pero lo que le tomó por sorpresa fue el rostro de su capitán volviéndose pálida.

—¿No iras golpearme, verdad? —Hablo con temor el chico apartándose de Robin rápidamente apuntando su mirada sobre el vientre de la mujer.

Falta decir de la sorpresa que se había quedado plasmada en el rostro de la pelinegra tras escuchar esas palabras, no pudo evitar sentir un vacío formándose en la boca de su estómago. Esperaba al menos todo tipo de reacción tras escuchar la confirmación de Chopper que está en cinta al explicarle solo los síntomas. Pero por indicaciones del médico se tenía que hacer una prueba de embarazo unas cuantos días después para poder confirmarlo, aun así, decidió sacarse todas las dudas posibles.

—¿P-Porque dices eso? —Sonríe levemente la mujer para no arruinar el ambiente sin poder evitar que ese gesto se viese forzado. Sin embargo, algo que vio la dejo que la curiosidad le superase al ver como Luffy protegía sus joyas de la familia cubriéndolos con sus manos, pero al escuchar lo siguiente la hizo relajarse un poco.

—¿Y-Y de quién es?

Parpadeo un momento Robin en su propio lugar tras esa pregunta y reprimió como pudo su risa.

Sin comprender de lo que estaba sucediendo, Luffy dejo de cubrir sus partes y ladeo su cabeza preguntándose si había dicho algo raro.

—Solo… —Palmea, la arqueóloga en sus propias piernas. —Ven.

Con cautela, Luffy se recuesta sobre los suaves muslos de su compañera y ella, con tal de calmarlo, comienza acariciar su cabellera.

—Y ahora… —Comenzó la mujer hablar en un cierto tono que hizo que el Mugiwara alzase su vista para encontrarse el rostro de Robin entre el valle de sus atributos. —Me puedes decir ¿por qué pensaste que te iba a golpear?

—Mnn… —Tararea un poco el chico tratando de recordar entre sus memorias y contarle algo de lo que ha visto en su pasado.


Se veía un pequeño Luffy disfrutando de su carne dada por Makino después que Shanks y su tripulación se fuesen del pueblo, dejándole a su cuidado el sombrero de paja que colgaba por su cuello por el modesto cordel.

—¿? —Se detiene un momento el niño tras escuchar que su amiga del bar había regresado y volteo su vista hacia la puerta encontrándose con alguien más. Al parecer una conocida suya por la forma de como ellas se reían juntas, pero lo que más le llamo la atención a Luffy fue la enorme barriga de la nueva mujer que cargaba haciéndole alusión que se parecía a él cuando comía demasiado en la selva.

El pequeño le pregunto lo 'obvio' de su apariencia a la nueva mujer, ganándose unas risas extras de las mujeres y la futura madre presentada como Elia, explicándole que no estaba gorda sino embarazada.

Eso le hizo entender un poco al infante, lo que conlleva es condición al recordar de como Makino le indicaba que, si se encontraba bebés de animales o sus nidos, que se alejase de ellos y también evitase luchar con la madre de estos, recordando otro detalle cuando están en ese estado...

Ante el asombro de la peli verde ve como el propio Luffy le ofrecía de su carne a su amiga mencionando diciendo que era para su bebé.

Había pasado el tiempo. Con Elia visitando el establecimiento de manera diaria, ya que ha estado esperando el regreso de su esposo Marine, pero de un momento a otro, sintió dolor en su vientre.

Luffy solo veía como Makino ayudaba a la otra mujer llevándola a su dormitorio, no entendía lo que trataban de decir con 'dar a luz'. Pero hizo lo que pudo para ayudar trayendo agua tibia hacia la habitación y cuando le pidieron que esperase fuera de la alcoba de inmediato se escucharon los gritos de alguien inesperado, su abuelo Garp.

Y la siguiente escena que presencio el chico le hizo estremecer fue al ver como el viejo Marine se lo quería llevar a quien sabe dónde para después aparezca una Makino bastante irritada y furiosa con el Héroe de la Marina. Este último quería decirle a la mujer que es lo que le pasaba, pero al tratarse de la amable tabernera si Haki no le indico el peligro inminente hasta que fue tarde…

*CRACK*

Un crujido se escuchó para el disgusto de Luffy que había mirado en primera fila el castigo que recibió su abuelo. Siendo este un puntapié en sus joyas de la familia, haciendo que el viejo se arrodillase ante la peli verde, aun reclamándole por el escándalo que había armado dado que Elia se encontraba dando luz y con sus gritos estaban alterando a la futura madre. Con Luffy ayudándoles debes en cuando trayéndoles algunas cosas.

Pero al continuar con su diatriba fue interrumpida con la llegada al bar un Marine jadeando en las últimas preguntando por Elia, con ello hizo que la atención de la peli verde se desviase y guiase al esposo a la habitación para que acompañe a su mujer en el parto.


—Y gracias a eso pude quedarme más tiempo con Makino… —Termina de narrar Luffy su historia.

A Robin le pareció… revelador en más de un sentido ante lo contado por su Capitán, pese a que fueron algunos que otros fragmentos incoherentes, logro entender la historia en general.

Se sintió privilegiada que su Capitán le compartiese algo de su pasado, pese lo gracioso que debió ser al ver el 'Gran Héroe de la Marina' siendo reducido por una simple tabernera.

Pero gracias a eso. Hizo que Robin se relajase, ante aquella reacción de rechazo que vio como otra de tantas ocurrencias del chico.

Con un suspiro de calma abre nuevamente sus ojos para posarlos sobre Luffy. —¿Y bien? —Pregunta otra vez la mujer, pero al ver el ya familiar rostro de confusión de él tuvo que especificar. Cosa que le causo que se sonrojase un poco debido el tipo de tema. —¿Sobre tener un bebé en el barco?

—Cierto… ¿y quién es el papá?

—Entonces lo que hicimos… —Trata de formular palabras Luffy tras la breve y concisa explicación que le brindo la arqueóloga sobre los actos que hicieron en la noche anterior y el resultado de ello mientras su cerebro se calentaba intentando entender lo que tiene adelante ahora. Causándole un gran rubor por el esfuerzo en su mente.

—Sí. —Responde Robin algo risueña al ver lo lindo que se ve Luffy sonrojado, pese a que sea por otra cosa que le esté causando ese tinte en sus mejillas y no por lo que alguien normal se lo tomaría al escuchar tal noticia.

—¿Y yo… voy a hacer papá? —Pregunta el Mugiwara posando su mirada al plano vientre de la mujer.

—¿Y qué harás? —Interroga por tercera vez la arqueóloga, viéndose muy paciente y serena, aunque la fuerza de sus manos que ejercía sobre su propia bata decía otra cosa. Por dentro ella estaba ansiosa haciendo respiraciones irregulares, pero cortas para no llamar la atención al pelinegro.

—Realmente nunca pensé en eso... —Comento el pirata ahora sentado, teniendo tanto sus brazos como sus piernas cruzadas con los ojos cerrados 'meditando' sobre ello. —No hay mucho lugar para niños en un barco pirata… —Siente Robin un vuelco en su estómago al escucharlo

—Pero ya que cambiamos de nave y tenemos a Franky porque no. Y además será una nueva aventura. ¿No- —Cuando Luffy fijo su mirada a ella. Sus palabras se detuvieron de forma abrupta al ver a Robin sonriéndole, con un peculiar brillo que parecían volver a sus ojos en un instante, acompañando con una postura relajada.

Y antes que pudiese preguntar algo más, el chico es tomado por sorpresa no solo por el repentino abrazo dado por la mujer mayor, sino por el enorme beso cargado de mil emociones que trataba de transmitir.

No fue hasta que Luffy sintió humedad en su propio rostro, haciendo que él mismo se separase de ella para descubrir que era su compañera quien lloraba.

—No, no es nada. —Responde la arqueóloga, creyendo que le estaba preguntando la razón de su llanto. —Es-Es solo la emoción… —Dice tales palabras, la mujer sin creerse lo dicho por sí misma. Mientras apartaba sus lágrimas con el dorso de su mano derecha, a su vez sujetaba aún con la otra el rostro de su compañero.

—Serás un padre maravilloso —Dijo Robin.

"Estoy segura de ello", con ese pensamiento ella mantuvo aquella sonrisa sincera y llena de amor. Luffy, aunque un poco desorientado. Respondió con su característica dentadura de forma despreocupada.

—Oh, cierto, le preguntaré Chopper cómo estará el bebé. —Comento Luffy dispuesto a salir y hablar directamente con el médico pese lo tarde que es. Haciendo relucir de nueva cuenta su casi nulo conocimiento sobre el tema, teniendo solo lo que había relatado.

Robin sonrió por ese gesto, pero en vez de permitirle eso, mejor decidió, por sus propias palabras, 'premiarlo'.

Al sentir que fue detenido, Luffy gira un poco su vista para ver que necesitaba Robin hasta que sintió ser acariciando en su entrepierna. Notando que era la mano de ella frotando sus partes, logrando estimularlo, creando en él un gran bulto en sus pantalones. Él aspiró el aire mientras ella pasaba sus dedos suavemente por la tela. Y con suavidad la mujer tira del pelinegro para que regrese a sus muslos.

—Sabes...—Ella comienza susurrarle al oído —Siempre me he preguntado por qué alguien como '' ha podido llegar hasta este punto sin caer en una mujer. —Comento Robin sobre uno de sus pensamientos cuando recién se había unido a ellos al zarpar desde Arabasta. Pero en realidad el plan de Robin era entretener lo suficiente a su Capitán hasta la fecha estimada para hacerse una correcta prueba de embarazo de Chopper, pero por si acaso.

Por qué no asegurarse que aquella prueba marque 'positivo' y de paso darle esta vez una lección sobre la sexualidad un poco más... 'exhaustiva'.

Ella comenzó a palparlo apropiadamente, su mano acaricio a través del fino material de esos pantalones cortos. —Creo que simplemente estabas... 'tan ocupado'. Estando tan concentrado en tu sueño que te perdiste algunas de las cosas obvias... pero para ser justo, la mayoría de nosotros también. —Comenta la mujer al recordar como en la fiesta de Water Seven. Algunas que otras chicas, incluyendo una de las gemelas de la 'Franky Family' quería llevárselo a un lugar más privado, pero él ni se inmutaba concentrándose plenamente en su comida o peleando por ello con los gigantes.

Luffy permaneció en silencio incluso cuando Robin se dejó caer del sofá y se arrodilló entre sus piernas. Ella lo miró y su posición le daba una visión más allá de su bata. Mientras él la observaba fijamente su valle de escote. La mujer continuó distrayéndolo sin saberlo, el pirata le estaba atrayendo el timbre de la voz de la arqueóloga. —Navegaste con algunas hermosas mujeres, pero no mostraste indicio de tu lujuria por ninguna de ellas... Supongo que eso solo demuestra cuán grande era tu ambición… con tal de superar todos tus otros… 'deseos'…

Ella posó sus manos por las piernas del chico y sus delicados dedos alcanzaron la cintura de sus pantalones cortos. Enviándole otra traviesa sonrisa para después fijar sus ojos ante su objetivo.

Los pantalones cortos de Luffy cayeron y su gran erección quedó liberado. Alzándose alto y orgulloso, palpitando al aire libre.

La pelinegra se relamió los labios, con una sonrisa sensual en su rostro cuando vio otra vez la polla de Luffy.

—Robin... —El pirata solo pudo dar un pequeño quejido mientras sentía como se envolvía las suaves manos de su compañera alrededor de su miembro.

—Está bien, Luffy —Lo tranquiliza Robin con dulzura. —Déjame que yo me ocupe de ti de ahora en adelante.

La mujer comenzó a masturbarlo, muy complacida porque se vio la necesidad de usar ambas manos para hacerlo. Ella se divertiría mucho con esto.

—Robin... —La voz de Luffy llamó su atención nuevamente, y él inclinó la cabeza habiendo esperado otra cosa. —¿No vas a usar tus pechos?

Robin se sorprendió y detuvo sus manos por un momento. Luego aceleró el paso, acariciándolo aún más rápido con una mirada burlona en sus ojos. —¿Hmm? ¿De dónde sacaste esa idea, Luffy? —Ella no esperaba que él supiera la más mínima cosa sobre sexo dado su limitado 'conocimiento'.

—Sanji hablaba mucho de eso... —Respondió de forma automática Luffy al recordar en como su amiga Uta intentaba utilizar su inexistente busto en contra de su polla. Pero también sobre su promesa en decirle absolutamente a nadie de lo que estaban haciendo.

El ojo de Robin tembló un poco, "por supuesto, tenía que ser él". Ella no dejó que su irritación se reflejara en su rostro, perdiendo a su vez la mentira de Luffy.

—¿En serio? Tendré que hablar con él sobre eso. —Y por el tono en su voz no le agradó descubrir que el pervertido cocinero había hundido sus garras en la pobre e inocente Capitán, pero podría hacer que eso funcionara a su favor.

—Bueno, Luffy. —Continuó dando largas y provocativas caricias en su polla. —¿Qué quieres que haga? Después de todo, eres mi 'Capitán', haré lo que me pidas. Solo di la 'orden'.

Luffy sonrió y empezó a entender este 'juego'. —Usa tus pechos.

Ella obedeció, colocando sus manos por debajo de sus senos para después envolverlos en su grueso eje. Inclinándose, le dio un beso en la parte superior de la cabeza del pene —¿Y cómo quieres que use mis pechos? ¿Quieres sentir también mi lengua? —Ella siguió sus palabras con una larga lamida a tientas sobre alrededor de la sensible carne, girando lentamente llegando a la uretra.

—O... ¿preferirías que me lo llevase todo a mi boca? —Se metió la cabeza bulbosa en sus fauces y giró la lengua alrededor de ella. Sus manos estaban ocupadas estrujando y acariciando el resto de la polla con sus suaves senos.

Luffy gimió cuando el placer inundó su cerebro, y su mano instintivamente se posó en la cabeza de Robin, acariciando su cabello mientras ella se balanceaba de arriba y abajo sobre su polla.

—Mmm… —Un quejido es liberado por el chico.

Robin sonrió internamente mientras seguía chupando y provocaba su polla. Era lo suficiente grande para que ella pudiera asimilarlo todo a la vez, pero estaba bien. Tiene mucho tiempo en poder ponerlo en práctica.

Así que ella continuó burlándose de él un poco más, siguiendo sus órdenes e insistiendo... pero sin darle más.

El tiempo pasó despacio para Luffy disfrutando de esta nueva y desconocida sensación llamada por otros 'placer'. De a poco, se metió en el papel, su mano pasó lentamente, descansando sobre la cabeza de su compañera a sujetar su cabello suavemente y guiarla aún más profundo mientras continuaba trabajando en su polla.

—Ve más rápido, Robin. —Ordeno, recordando las palabras dichas antes por ella. Su mano sobre su cabeza la empujó hacia adelante, incitándola a que continuase.

Obedeciendo a su orden, acelerando sus movimientos y tomándolo lo más profundo que pudo. Su cabeza empujó contra la parte posterior de su garganta, casi provocándole arcadas. Perdida por el sabor de su carne, se olvidó por completo en el trabajo de pechos que le estaba haciendo al pelinegro, pero ella resistió el impulso de volverlas en su lugar e hizo lo mejor que pudo para complacerlo con su boca, porque… fueron órdenes de su Capitán.

Ella se deslizó arriba y abajo por su eje, sus labios sellaban firmemente su polla y su lengua buscó sus puntos dulces. Naturalmente, mantuvo sus ojos fijos en él, vigilando de cerca en que parte le gustaba más. A pesar de toda su experiencia, para alguien como él era una algo totalmente nuevo. Sin embargo, tenía que actuar con firmeza si realmente quería que Luffy tomase el control.

Cosa que sí hizo.

Mientras ella seguía mamando de su polla, cualquier tipo de resistencia que él poseía se había roto, y sujetó con más fuerza su cabello hasta el punto que la arqueóloga sintió el escozor en sus hebras. Al instante siguiente, la estaba obligando a subir y bajar por su polla y empujo sus caderas hacia su cara.

—Lo-Lo siento Robin... —Él jadeó pesadamente, desconociendo otra vez que su lujuria comenzaba tomar control —Pero mi cuerpo no quiere parar.

Las manos de Robin alcanzaron las rodillas del chico en busca de apoyo, mientras se aferraba desesperadamente a este viaje. Incluso cuando él se volvió más violento con ella, sus caderas siguieron empujando con esmero a su boca, no se le permitía ahogarse ni mucho menos en tener más arcadas, con tal de no querer arruinar este perfecto momento. Era exactamente lo que ella había estado buscando.

De repente, la mamada ligera y provocativa de Robin se transformó en una follada descuidada en toda su boca.

Y ella no podría estar más feliz. Incluso cuando rastros de su baba se deslizaba por su barbilla, llegando a salpicar por todo su oscilante escote expuesto. Aun sabiendo cuando su bata de baño se desmoronó por sus hombros, dejando al descubierto sus pares de tetas exponiendo una lencería provocativa de color negro. Incluso cuando las lágrimas se acumulaban en sus ojos por el trato rudo... Estaba complacida.

Ella quería que él tomase las riendas. Necesitaba que él reclamase el control sobre su cuerpo. Él era el Capitán y era natural que estuviera a cargo. Sin mencionar que haría las cosas mucho más fáciles para el resto de su plan si él se convierte en este tipo persona cuando estas situaciones se vuelvan en un hábito.

Las manos de Luffy ahora sujetaron con suma fuerza el cabello negro de la arqueóloga mientras los latidos de su corazón aumentaban, pero el propio dolor en su cabeza no la molestaba en absoluto. En cambio, lo demás fue arrojado de lado al sentir la oleada de victoria cuando él la obligó a tragarse todo su contenido. Su garganta cedió y finalmente logró llevarlo hasta la base. Él la sostuvo allí, sus labios besaron su zona pélvica, mientras él seguía corriéndose en su interior.

Robin instintivamente tragó tanto como podía. La sensación de su semen bajaba por la garganta, pero con su gorda polla alojada aún en ella, y con sinceridad no tenía mucha opción. Él se corría y corría, toda esa lujuria recién redescubierta finalmente obtuvo una salida. Y Robin estaba contenta de ser quien lo recibiese. Cuando terminó, sus manos se aflojaron haciendo que la madura mujer se perdiese por un momento, logrando apoyándose con las rodillas del pirata.

Robin tragó la última descarga de semen en su boca y lentamente soltó su polla con un sonoro 'POP'. Se puso de pie y acarició ligeramente el pene todavía duro.

—Eso se sintió bien, ¿no, Luffy?

—Sí... —Murmuró aún aturdido, su mente nublada por tal experiencia.

Ella sonrió con la misma sonrisa burlona de victoria. —Para la próxima vez, deberías advertirle a una chica antes de obligarla a bajarla así, Luffy. Si las presionas demasiado, se ahogarán y eso no sería divertido para nadie.

Los ojos del Capitán se abrieron de golpe, disipando todo rastro de su lujuria, preocupándose. —¡Lo siento! ¿Te lastimé? Tienes el cabello revuelto. —El pelinegro comento eso último por como su navegante grito al tener mal su cabellera.

Robin sonrió y sacudió la cabeza, levantando su mano y se acomodó el cabello. —Tranquilo. De hecho, lo disfruté mucho. El sexo rudo puede ser divertido para ambas partes, solo ten cuidado con quién lo haces.

Luffy asintió seriamente, tomando muy en cuenta las palabras de la mujer. A él no le parecía genial la idea de lastimar a alguien a costa de su disfrute. Simplemente, no le agradaba esa imagen.

—Ahora...—Robin le lanzó una mirada sexy y burlona. —¿Te gustaría sentirte aún mejor?

Los ojos de Luffy se abrieron como platos, sin siquiera esperaba que algo pudiera sentirse mejor que eso. Él asintió emocionado. —Sí, por favor

Robin se rio ante el pedido. —Ahora, Luffy. Se dice por favor cuando pides carne, no sexo. Ya te lo había dicho antes, ¿no? Eres el Capitán. No le pides que una mujer comparta tu cama. Déjales que comparta tu cama.

Luffy pensó sorpresivamente en serio ante las palabras de Robin y una vez más las tomó en cuenta. Ella era la arqueóloga de la tripulación. Una erudita. Si decía que así es... entonces simplemente así es.

—Ahora te lo preguntaré de nuevo. ¿Quieres continuar?

Luffy sonrió. —Sí, Robin. Tengamos sexo.

Ella se alegró con satisfacción al escuchar tales palabras. —Eso está mucho mejor. Alcanzó el nudo que mantenía su bata de baño o lo que quedaba de ella y lo desató. Un momento después, toda la tela cayó al suelo.

Quizás Luffy había visto mujeres desnudas antes. Demonios, pudo ver de cerca a la mercancía de su propia navegante y otra vez en los baños en el hogar de Vivi.

En aquel entonces, ni siquiera pestañearía por ello, solo les siguió el juego a todos los compañeros varones. Ni se le ocurrió que fuera algo extraño o sexual. Era simplemente otro ser humano, solo que sin ropa.

Pero ahora... al ver a Robin ante él, su extravagante babydoll en diferente color transparente envuelto alrededor de sus impresionantes curvas, Luffy se quedó sin palabras. Tenía un cuerpo que hasta otros hombres matarían reclamar y ella lo reservaba solo para él. Y era completamente suyo, Luffy empezaba a darse cuenta de ese hecho.

Robin le permite que admirarse su cuerpo. Sus pechos grandes, llenos, cremosos y flexibles, visibles a través del tejido transparente de su lencería. Sus hinchados pezones rosados sobresalían con orgullo, ya firmes por lo excitada que se encontraba tras las 'clases' que le estaba impartiendo al joven pirata.

Aquellos pechos ahora son el foco de atención de Luffy, y era lindo por como los miraba tan fijamente. Por una buena razón, eran grandes. Más que incluso que los de Nami, observó Robin con una satisfacción engreída. Aunque a la navegante le gustaba hacer alarde también de sus 'activos' para conseguir todo lo que le placiese de los hombres susceptibles. A Robin siempre tuvo la silenciosa satisfacción de tener la mayor taña que ella. No importa si fuese solo 'un poco más grande', pero lo era, al fin y al cabo.

Aprovechando la distracción que provoco su cuerpo como una oportunidad para subirse de nuevo al sofá, pero esta vez estando encima de él. Ella empujó suavemente su pecho hacia abajo y se arrastró por su cuerpo.

La arqueóloga se sentó sobre sus rodillas, apoyando su grueso y jugoso trasero en sus muslos. Su dura polla todavía palpitaba con impaciencia ante ella, así que la tomó en su mano y empujó sus caderas hacia adelante. No llevaba nada debajo de su pequeño y sexy babydoll, por lo que Luffy probó lo que estaba por venir cuando su coño entro en contacto con su miembro.

El chico siseó de placer al sentir su pene, siendo tocado por su empapada vagina por segunda vez. Podía percibir lo caliente que se encontraba. Ella balanceó sus caderas suavemente, sus pliegues goteantes frotaban su polla de arriba a abajo. Y eso lo estaba volviendo loco.

—¿Puedes sentir eso Luffy? ¿Qué tan mojada estoy? Las mujeres se mojan cuando lo disfrutan. Así es como sabrás sí lo que haces con ellas, les gusta lo que estás haciendo. —Explicó Robin impartiendo su clase de sexualidad, gimiendo suavemente mientras se frotaba contra él.

Luffy asintió como mucho, y sus manos automáticamente agarraron las caderas de la mujer mientras intentaba igualar sus movimientos de forma torpe —¿Y-Y qué sigue?

—Lo que sigue es... —Robin gimió sin aliento y levantó sus caderas, alineando su miembro con su caliente entrada. —Que tú lideres...

Luffy no necesitó que se lo indicaran esta vez, y sus manos tomaron sus caderas y las empujo hacia abajo.

Robin gimió cuando Luffy finalmente la volvió a reclamarla. Con sinceridad no esperaba que su cuerpo estuviese tan necesitado por este momento, pese haber pasado no menos de 24 horas. Desde que estaba mirando por encima de la Torre de la Justicia en Enies Lobby. Ver a Luffy aparecer allí, a pesar de todas las probabilidades, solo para darle ganas de vivir.

Fue en ese momento, rememorando aquello. Una pequeña braza de amor encendiéndose en ella. ¿Cómo podría no hacerlo?

Ahora finalmente estaba con él y nunca más lo abandonaría.

Las manos de Luffy se clavaron profundamente en sus caderas mientras la empujaba hacia abajo, empalándola con su gran polla. Ella colocó sus manos sobre su pecho para poder sostenerse, sus piernas ya se sentían débiles por el propio placer. Era como si él la estuviese separándola, pero al mismo tiempo estallaban fuegos artificiales en su cerebro. Un placer diferente a todo lo que había sentido antes se disparó a través de su cuerpo, y luego él volvió a ese callejón sin salida…

Antes de que pudiera tocar fondo dentro de ella, golpeó su cuello uterino. La entrada a su lugar más sagrado.

Robin gritó, casi cayendo hacia atrás cuando sus brazos se debilitaron. La cabeza de su pene chocó contra su cuello uterino, su parte más profunda, y ella se corrió. Todo su cuerpo tembló y convulsiono, su coño ya empapado chorreaba jugos contra la ingle de su Capitán. Sus brazos se rindieron y se desplomó chocando en el pecho de Luffy, su cuerpo seguía siendo atormentado por escalofríos.

—¡Oh mierda! Robin... —El túnel caliente y apretado del coño de la arqueóloga estrujaba con suma fuerza alrededor de su polla, quizás más que la noche anterior. Se estremeció y se contrajo, amplificando su propio placer. Nunca había experimentado algo así ni con Uta y por eso se estaba sintiendo sumamente confundido y muy preocupado cuando la pelinegra se quedó completamente inerte encima de él.

La voz gimiente y ligeramente confusa de Luffy llegó a oídos de Robin. Respiraba, aun con dificultad y teniendo la mente hecha un desastre. Si no fuera por su aliento que Luffy percibió contra su cuello, estaría seriamente preocupado en este momento por su compañera.

En cambio, quedó hechizado por la sensación de la calidez que desprendía el cuerpo de Robin encima del suyo. Su calor, su suavidad. Podía sentir el peso real de sus pechos y les está encantando, los mullidos que son al ser aplastados contra sus propios pectorales, incluso a través del escaso material de su babydoll.

Ella estaba completamente envuelta alrededor de él y él volviéndose ebrio ante esa sensación. Sus manos subieron otra vez por sus caderas, sujetando su gordo e increíblemente suave trasero. Buscó y apretó dicha carne, jugando con ella mientras comenzaba a mover sus caderas hacia Robin.

Cada movimiento que hacía sobre ella enviaba un escalofrío de placer a través de su cuerpo. Y era increíble.

—¡Luffy ~! —Robin gimió su nombre y su polla se retorció dentro de ella. Descubriendo que le encantaba escuchar ser llamado por ese timbre de voz.

—Robin... ¿Qué fue eso?

La mujer lentamente se recuperó como pudo para responderle, sintiendo a Luffy empujándola leve. Pero impacientemente desde abajo. Le tomó un momento ordenar sus pensamientos y darle una respuesta a su pregunta. —Me vine, Luffy. —Explicó respirando pesadamente. —Se llama 'orgasmo'. Ocurre si las personas se sienten realmente bien. Se puede saber cuándo las chicas tienen uno si su interior se vuelve muy apretado.

Luffy sonrió, "¿entonces la hice sentir bien? Eso es genial", se alegró el pirata en ese momento. Estaba feliz en saber que ella se le haya gustado tanto como él.

El pelinegro apretó su culo con ambas manos, encantándole la sensación de su cuerpo suave y curvilíneo. Movió sus caderas lo mejor que pudo con ella encima de él, y la escuchó gemir y jadear en respuesta.

—Quiero hacerlo más rápido, Robin.

La mujer solo le sonrió, reuniendo las fuerzas suficientes para reposicionarse y sostenerse de nuevo. —No necesitas esperarme, Luffy. Como te lo dije ayer. Puedes hacerme todo lo que TÚ quieras.

Aceleró sus caderas, su polla penetró en su coño tanto como quería.

Robin ya no estaba inactiva, y movió al mismo ritmo que él, golpeando su amplio y jugoso trasero contra sus muslos. El sonido húmedo de la cópula llenó el lugar, ahogado solo por los crecientes gemidos de placer de Robin.

Ella lo miró con amor, abrumada por sus propias emociones. Tenía tanto en su pecho y ahora tiene la oportunidad de sacarlo todo, no como la otra vez cuando se durmió, así que lo hizo. —Escucha Luffy... —Ella gimió, sin detener sus caderas por un segundo. —Ahora soy toda tuya. Soy tu amante. 'Tu novia'. O lo que tú quieras que yo sea...

Luffy la miró a los ojos mientras escuchaba sus apasionantes palabras, aun sin comprenderla del todo.

—Eso significa- ¡Ah! —Ella jadeó, abriendo enormemente sus ojos cuando Luffy encontró, redescubrió su punto G y le instó a golpearlo nuevamente. Ella lo miró con una expresión necesitada y amorosa, y con su mano sujeta su propia teta que rebotaba. —Eso significa... cada vez que empieces a sentirte 'caliente...' o cuando sientas la necesidad de hundir tu verga en algo... ¡Vienes a mí! —En la última frase, Robin alza su voz al sentir como su charla sucia la comenzaba a sobre estimular, pero, aun así, no desistió en continuar.

—¡Yo cuidaré de ti de ahora en adelante! —Ella bramó. —Y ni siquiera tienes que preguntar. ¡Tú eres el Capitán, recuérdalo! Y Si quieres apretar mi trasero... o follarme el coño... Cuando sea, donde sea. ¡Adelante! ¡Mi cuerpo te pertenece ahora!

El apasionado discurso de Robin empujó a Luffy hacia algo desconocido, su cabeza nadaba por el instinto natural de la lujuria. Levantó las rodillas y plantó los pies para conseguir una mejor posición, y comenzó a golpearla seriamente. Ahora estaba más allá de las palabras, incluso si eso significaba en dejar de escuchar lo que dice su compañera.

Robin gritó cuando Luffy de repente comenzó a follarla, pero esta vez de verdad, haciéndola perder el equilibrio una vez más. Le sorprendió inclinándose sobre él, con las manos a ambos lados de su cabeza. Sus enormes y sudorosas tetas rebotaban y se movían con fuerza, y el babydoll que apenas las contenía, ya que uno de sus pechos se había quedado al descubierto, mientras que el otro aún estaba siendo cubierto por la tela.

Los ojos de Luffy ahora se concentraban en esos orbes cremosos que rebotaban sobre su cara, solo un pensamiento paso por su mente, ¿cómo se sentirían? Luego dejó de imaginar y recordó lo que ella acababa de decirle. Su cuerpo le pertenecía a él. Si quisiera tomar su culo, él la manosearía a su gusto. Si quisiera exprimir esas suaves tetas y de aspecto delicioso, él lo haría.

Robin jadeo de sorpresa cuando de repente le es arrancando su babydoll de su cuerpo y sus dos preciadas posesiones se derramaron al aire. Una fuerte mano agarró su seno derecho, apretándolo y moldeándolo en su palma. La otra todavía sujetaba su trasero con fuerza, manteniéndola en su lugar mientras martillaba su pobre coño.

—¡Oh, sí, Luffy ~! —Ella gimió de placer. —¡Eso es! Todo es tuyo. Juega con mi cuerpo todo lo que quieras.

Él empujó la cabeza de su polla, continuaba golpeando la entrada de su útero. Estaba perdiendo el control. Cada impacto que recibía la mujer le enviaba electricidad por su columna y veía estrellas en su visión.

—¡Soy toda para ti! —Ella declaró. —Mi cuerpo es tu premio por salvarme. Por luchar tan duro. ¡Puede ser tu recompensa! ¡Tu tesoro!

Con esa última palabra mágica, los fuertes golpes de Luffy en su cuello uterino cesaron, yendo a la siguiente fase. Siendo este el interior de su útero cediendo otra vez ante él, permitiéndole atravesar dicha barrera.

Robin aulló de un placer increíble recorriendo en todo su cuerpo. Ella se corrió más fuerte que en toda su vida, lanzando un squirt orgásmico contra el regazo que los mantenía unidos.

—¡Robin…! —Luffy gimió su nombre entre los pechos de ella. Su coño chorreante se contrajo más fuerte de lo que, jamás, había sentido tras desencadenar su orgasmo.

Los ojos de Robin se abrieron de golpe cuando sintió el primer chorro de semen caliente contra su útero. Una inexplicable sensación de placer y claridad llenó su mente acompañado con espasmos a su cuerpo y se inclinó para besarlo en forma de 'felicitarlo por el buen trabajo'.

Los ojos de Luffy se agrandaron al darse cuenta de que volvía sentir los labios de Robin. Se quedó paralizado por un momento, perdido más por el placer de su orgasmo y sin saber cómo responder. Para después intenta recrear los hechos de la noche anterior con los movimientos de Robin.

Ella permaneció aún más pegada a su cuerpo, restregándose en él. Sus tetas una vez más presionando contra su pecho. Su coño todavía apretaba su miembro, sedienta de más semen de la polla de Luffy. Lo hacía con tanta fuerza que no se le escapaba ni una sola gota de su semilla.

Permanecieron allí por un tiempo, las manos de Luffy rodearon la espalda de Robin para acercarla más. Simplemente disfrutando de su resplandor post-orgásmico, de la calidez del cuerpo del otro y del suave placer que le causaban los labios de Robin contra los suyos.

Se besaron tiernamente y se mecieron el uno sobre el otro con lentitud, ambos juntos en absoluta felicidad. Robin sacó la lengua y se relamió los labios. Luffy hizo el mismo gesto y comenzaron a besarse otra vez por mera necesidad, sus cuerpos sudorosos se fusionaban fuertemente.

Finalmente, Robin se apartó primer del beso, sonriendo hermosamente. —Mmm... —Se lamió nuevamente los labios para degustar esta vez el sabor de su Capitán. —Eso fue increíble Luffy... ¿Te gusto? —Suspira de cansancio la mujer sin perder de su intenso rubor en su rostro.

—Sí... —Murmuró igual de ruborizado y sin aliento. Mirándola completamente asombrado.

Ella se rio suavemente de su expresión y movió su grueso trasero contra su regazo, llamando la atención sobre su polla aún rígida, olvidándose también de su absurda resistencia. —¿Y…qué es lo que quieres hacer ahora?

Luffy chasquea su boca reseca un momento y lanzó una mirada codiciosa y muy… 'hambrienta'. —¡Sigamos!

Ella asintió. —Lo que usted ordene, Capitán. —Se reincorporó como pudo sobre sus rodillas y comenzó a levantar sus caderas para tomar distancia de él.

Y siendo algo natural, Luffy retomo los costados de su compañera, sintiéndose completamente confundido por su propia acción.

Ella se rio y alcanzando lo que le quedaba de su babydoll. —Está bien, Luffy, no me iré de tu lado. Solo creo que es bueno mezclar un poco de todo. Eso hará las cosas más divertidas, te lo prometo. —Mientras hablaba, se estaba retirando el resto de su prenda por completo de su cuerpo y la arrojó al otro lado de la habitación. Su figura ahora desnuda ante los ojos de Luffy.

Su mirada todavía mostraba confusión sobre que podría hacer a continuación, pero confiaba plenamente en ella para instruirle. Sus manos se deslizaron lentamente de sus caderas, dejándola salir de su polla, indicándole que se levantara de la cama y se quitase el chaleco.

Un momento después de reposicionarse, Robin estaba sobre manos y rodillas en el sofá. Ella lo miró con una expresión sexy y lujuriosa, usando una de ellas hacia atrás suya. Tomando un pedazo de su grueso trasero y lo extendió ante la vista del pirata. —Ahora ven aquí, Luffy, y esta vez hazlo tú mismo.

Apenas cuando la escuchó, todavía sintiéndose increíblemente caliente y excitado por verla en tal pose, se abalanzó sobre ella. Encontrando su túnel húmedo, sin mucha dificultad y se sumergió profundamente en su interior. Gimieron al unísono cuando sus partes se reunieron.

El pirata sujeto sus caderas y comenzó a empujar rápidamente desde el principio.

"Robin tenía razón". Luffy concordaba con su compañera al gustarle esta posición. Podía empujar su coño todo lo que él quisiese, tomándola tan rápido y fuerte.

Aceleró sus movimientos y Robin gritó aprobando su acción. —¡Sí! ¡Ahora lo estás entendiendo! ¡No te contengas, Luffy, solo fóllame todo lo que quieras! ¡Nos iremos hasta que estés satisfecho!

Tras escuchar sus palabras cambiaron algo en la mente de este, algo… leve. Lo estaba entendiendo ahora. Robin era suya y eso significaba que podían hacer todo tipo de cosas como le plazca. "Esto es… ¡Genial!". Ahora que lo había probado, no creía que pudiera detenerse, no tras vivir esta experiencia.

Mientras esos pensamientos rondaban en su mente, sus ojos se encontraban pegados al delicioso trasero de Robin. Él miró dicha carne con fascinación, observando como su miembro golpeaba su coño una y otra vez. Viendo sus caderas chocaban contra las de ella, enviando pequeñas ondas de choque a través de sus gruesas nalgas.

Una de sus manos se deslizó desde su delgada cintura para recorrer su suave piel de sus posaderas. Tomando un pedazo de su trasero y observó cómo sus dedos se hundían en la carne. La simple imagen amplificó esa sensación de realización en su pecho y le hizo querer follarla con más fuerza.

Y Robin estaba consciente de su mirada, al menos un poco, en su estado de confusión, lo llamó. —¡L-Luffy~! —Ella luchó por formular unas palabras. —¡Po-Por favor golpéame en el trasero!

La inesperada propuesta lo tomó completamente por sorpresa a Luffy, y casi detuvo sus caderas ante el shock. —¿Qué? ¿Por qué haría eso, Robin?

Ella giró la cabeza para poder mirarlo, con las mejillas cubiertas por su furioso sonrojo. —¡S-Solo hazlo! ¡Por favor!

Él la vio fijamente por un momento y mentalmente se encogió de hombros. Robin se lo pidió, ella debe saber algo. Así que lo hizo. Le dio una ligera palmada en la nalga derecha y se sorprendió de lo satisfactorio que se sentía de haberlo hecho. Aún más sorprendente fue el largo y acalorado gemido que Robin dejó escapar a la sensación del impacto y la fuerte constricción de sus paredes vaginales alrededor de su polla.

—Sabes, algunas chicas les gustan cuando les golpeas en el trasero, Luffy. —Explicó Robin aferrándose como puede al forro del sofá. Mientras intentaba mantenerse consciente para continuar enseñándole. Realmente ella no sabía si lo que estaba diciendo era del todo cierto. No había ninguna garantía de que la pelinegra conozca las preferencias o gustos de otras mujeres, solo se basaba de su anterior tiempo cuando vendía su cuerpo y los diferentes tratos que recibió. Unos fueron amables con ella, primerizo más que nada, pero la mayoría simplemente no se preocupaban ni su bien estar físico hasta el punto de dejarla muy magullada y adolorida. Era algo donde su opinión en los hombres se estaba degradando.

"Y aun así…", su rostro se iluminó con una comprensión irónica ante el hecho que le gusto que le azotase de nuevo otro hombre, pero esta vez a uno que le entrego su corazón.

Sin que ella siquiera pudiese pensar en algo más, fue azotada otra vez en el trasero. La mujer chilló sorprendida, liberando un hermoso sonido femenino que nunca antes había hecho. Él sonrió y la abofeteó de nuevo, provocando más y más reacciones en ella.

—¡Más duro! —Ella gimió mientras sentía que su inminente clímax se acercaba.

Él obedeció y la abofeteó un poco más fuerte, viendo su mano siendo plasmada una huella roja en su carne, marcándola como su propiedad. Ella gimió de satisfacción y él la golpeó una y otra vez. Sus gruesas mejillas temblaban y se sacudía al son de cada golpe. Una vez que su trasero obtuvo un rojo cereza, él cedió y pasó a su otra mejilla aún intacta.

Muy pronto ambas nalgas lograron tener el mismo tono llamativo y él la volvió a tomarla por las caderas, empujándola con pasión.

—¡Me voy a correr, Luffy! —Robin gritó, sus dedos sujetaron con fuerza su bata como pudiese.

Él entendió lo que quería decir e instintivamente se inclinó sobre ella, tocando sus saltarines tetas mientras se sumergía por completo en su cuerpo por última vez. La acercó lo más que pudo a con el suyo y explotó dentro de ella una vez más.

—¡Te amo, Luffy! —Robin confesó en el momento de la pasión, su propio orgasmo estallo y la invadió por completo.

Permanecieron unidos mientras llegaban, Luffy sosteniendo a Robin tan fuerte como podía. Los dos se perdieron en el placer.

Cuando sus orgasmos empezaron a disminuir, ambos se desplomaron en el sofá, respirando con dificultad.

—Robin...—Finalmente habla Luffy empapado de sudor.

Ella giró la cabeza para mirarlo, con una expresión soñadora en su rostro gracias a su orgasmo. —¿Sí, Luffy?

Él sonrió ampliamente. —Yo también te amo.

Ella lo atrajo para darle un beso apasionado y amoroso.

La pareja yacía junta, recostada en el sofá, con sus miembros todavía entrelazados. Robin estaba apoyando su cabeza a un lado del chico, dándole suaves y tiernos besos en el cuello mientras recuperaban el aliento. Por su parte, Luffy no podía contener su risa ante las cosquillas que ese gesto de la mujer le provocaba.

Robin estaba exhausta. Ella no podía creerlo. Por supuesto, esperaba que Luffy tuviera una gran resistencia, eso es cierto, pero incluso ahora. Cuando el cielo nocturno comenzó a cambiar de color, siendo notorio para el Mugiwara por las ventanas del Sunny. La incomparable resistencia de Luffy todavía no se había disminuido. Su polla aún estaba rígida y ella dándole uso a su fruta del diablo la acarició débilmente con una mano con tal de distraerlo mientras se replanteaba su plan.

Ciertamente, lo había subestimado, y rápidamente se hizo evidente que no podría manejar toda la lujuria de Luffy por sí misma. Simplemente mucho para ella, y necesitaría un poco de ayuda. Eso estaba bien, ya que tenía la intención de compartirlo de todas formas.

—Sabes, Luffy... —Gimió suavemente en su oído, retomando sus besos lentamente su cuello. —Se me ocurrió una idea.

—¿Mhn? —El chico la miró, cualquier que tuviese en mente su arqueóloga le llamo la atención. Tomando todo su enfoque únicamente en la maravillosa mujer a su lado, pero ella se mantuvo callada.

—Hmm... Robin. ¿Cuál es esa idea? —Luffy pregunto elevando bastante su curiosidad y un poco su frustración. —Vamos dime…

—Hmm... —Ella solo tarareó y sonrió con picardía mientras seguía atendiendo el cuello de su amante. —¿Quién sabe, creo que se me olvido?

—Robin. —Luffy frunció el ceño, no le gustaba que en el pueblo las personas fuesen evasivas con él. Mucho menos siendo ahora era el Capitán de la nave. Así que bajo su mano y le apretó con suma fuerza el acolchado culo de la arqueóloga, haciéndola gritar de tanto del dolor como de sorpresa. —Dime qué quieres decir con eso, Robin. —Él ordenó.

Ella se rio suavemente contra la piel de él, besando su cuello nuevamente. —Por supuesto, Capitán. Su deseo son mis órdenes. —Él estaba empezando a adoptar la mentalidad adecuada para ser dominante y eso a ella le encantaba. Otro quejido salió de sus labios cuando sintió que su mano comenzó a masajear su trasero. —Estaba tratando de decirte que te pareciera si deberíamos hacer que otras chicas se nos uniesen aquí. En la cama.

Los ojos de Luffy se entre cierran buscando una respuesta. —¿Te… refieres a tener sexo con ellos? —Recordando muy apenas la actividad que ha estado haciendo.

Robin asintió. —Por supuesto. Después de todo lo que has hecho, de lo duro que has luchado, mereces ser amado y todo el amor que puedas recibir.

Luffy seguía escarbado en su mente, pero aún tenía preguntas al respecto sobre ello. —Ahora estamos juntos en esto... ¿no?

Ella sonrió con amor al ser vista de esa forma. —Absolutamente. —Lo besó en los labios con cariño. —Pero no hay razón para que no puedas estar con otras mujeres también. Ciertamente, tienes suficiente amor para todas. —Dijo, ahora con su verdadera mano, masturbándolo, acelerando el bombeo en su polla.

—¿Pero no es extraño tener más de una mujer? —Recordando sobre el marine estando solo con Elia a su lado y tampoco recuerda haber visto algo parecido en la villa o en el reino de Goa.

—No, no es nada extraño. —Contestó Robin. —Si todas las mujeres están felices contigo y tú estás feliz con ellas, entonces ¿cómo podría estar eso mal? Además... nunca pensé que fueras alguien a quien le importara lo que se consideraba 'normal', Luffy. Simplemente haz lo que quieras hacer, eres un pirata, ¿no?

Esas últimas palabras tuvieron algo de sentido para él, y Robin pudo ver que la comprensión empezaba permear en su mente al ver la reacción en sus ojos. Entonces ella continuó empujando. —¿Qué fue eso que dijiste una vez? Si un héroe tuviese carne, la compartiría, ¿verdad? Bien, en ese caso, imagino que un héroe elegiría una encantadora esposa y se establecerían para vivir felices para siempre... pero no deseas ser un héroe, ¿verdad? No quieres compartir tu carne con nadie. —Usando ahora viejas palabras de Luffy en su contra.

El pirata solo asintió con la cabeza, su mente comenzó a ver a dónde quería llegar con esto.

—Piénsalo de esta forma. ¿Puedes imaginarme a mí con alguien más? —E inmediatamente el rostro de Luffy se oscureció y la abrazo más cerca de él posesivamente.

—No. Eres mía.

Robin sonrió con satisfacción tras el éxito de su primer paso de su plan. —Tienes razón. Lo soy. ¿Pero qué pasa con otras chicas? ¿Te imaginas a Nami con otra persona? ¿O qué pasa con Vivi? —El rostro de Luffy se estaba distorsionando ante la negativa, la idea claramente le desagradaba.

Una sonrisa maliciosa se manifestó en los labios de pelinegra. Se inclinó para susurrarle al oído a su Capitán y darle los últimos detalles. —Ahora imagínalos aquí, con nosotros. Vivi acostada al otro lado, empujando sus pechos contra ti. En todo tu cuerpo, toda tuya para que juegues con ella.

Robin sonrió por como sonó aquel tono en la pregunta de su Capitán. —¿Vivi?

Su mente ya imaginaba a la princesa de cabello azul, retorciéndose de placer debajo de él, tal como lo hizo Robin.

La polla de Luffy se movió en su mano y ella aceleró sus caricias. Continúo susurrándole palabras embriagadoras y seductoras al oído. —Y Nami estaría entre tus piernas, usando sus deliciosas tetas suyas para atenderte. Ella lamería y chuparía tu polla mientras la punta sobresale entre sus tetas, atendiéndote muy… bien~ hasta que eventualmente... te correrías. Salpicando ese espeso semen tuyo por toda su bonita cara.

—¡Oh, mierda! —Luffy gimió, la vulgar charla sucia lo llevó al límite.

Salpicando toda la mano de Robin con su blanca esencia y llegando también al aire cayendo sobre su cuerpo. Su mano, brazo y esas anchas caderas suyas llegaron a cubrirle. Pero la mujer simplemente se rio y se llevó palma cubierta de semen a la boca.

Seguía mirándolo a los ojos mientras se limpiaba con propia su lengua de una forma muy lasciva. —Te gusto esa idea, ¿no, Luffy?

Sonrió al ver que él asentía y ella fue a rematar. —Para ser honesta contigo... la idea de que Nami se acueste con otros hombres... a mí tampoco me gusta. —Robin dijo, inclinándose un poco más por su oído para juguetear con su lóbulo.

Luffy la miró fijamente por un momento... Ignorando el hecho que ella esté jugando con su oreja usando sus dientes y más si usa a su vez sus palabras para luego su expresión se volviese hacia esa familiar y cruda determinación que ella reconocía. —Está bien, hagámoslo.

La mujer sonrió ampliamente al escuchar que él aceptó y su plan comenzó a dar frutos. —Bien… Pero primero- ¡Ah!

Robin gritó de sorpresa cuando Luffy de repente se volteó sobre ella, agarrando sus manos y llevándolas por encima de su cabeza y le sonrió ante el hecho de atraparla con la guardia baja. —Creo que ya fue suficiente de todas esas burlas, Robin. Después de todo…

Agarró un puñado de una de sus grandes tetas y la apretó con fuerza haciendo que fluya su leche materna, sintiendo como se le humedecía su palma con dicho líquido blancuzco. —Soy el Capitán... ¿verdad?

—¡Oh, sí...! —Ella solo podía gemir, completamente a su merced.


En las penumbras de una silenciosa habitación se encontraba Nami tratando de dibujar un nuevo mapa.

—Agh… —Se frustra la mujer tras un trazo erróneo y arranca el pedazo de papel de su mesa haciéndolo una bola con furia para después lanzarlo a un pequeño bote de basura que ya se encontraba saturado con más papeles similares, rodeando ahora al contenedor.

Los ojos de la navegante parecían idos como si su propio cerebro no estuviese en sintonía con su cuerpo. Por un momento, ella ya estaba dando por hecho que al haber tenido otra vez aquel tipo de acercamiento 'peligroso' con Luffy en la mañana, ya estaría sumida en su mente en su indescifrable encrucijada sentimental por su estúpido Capitán de goma.

O… eso sería el caso si no fuese por la segunda cosa que le sorprendió en el día a la joven mujer que opaco por completo sus problemas de corazón. Y siendo eso la raíz de su malestar en trazar nuevos mapas.

Tras otro intento fallido. Nami estrella su puño contra el mueble comenzando a tener respiraciones agitadas. Su pluma de dibujo temblando se desliza fuera de su tembloroso agarre haciendo que caiga al suelo. Y en la poca iluminación del estudio la peli naranja deja salir sus sollozos

—Por qué no lo vi antes… —Comenta Nami al aire con una voz quebradiza. Sintiéndose estúpida al creer que la situación que había pasado Robin en Enies Lobby ya lo estaría superando.

Pero fue muy incrédula por su parte.

Simplemente ella quiso pasar por la enfermería con intención preguntarle a Chopper si ya estaban listas sus cremas para la piel que le había encargado. Pero en vez de eso se topó con la voz de Robin.

Tenía pensado la navegante alejarse del consultorio para darle a la pelinegra su espacio y regresar más tarde, pero cuando dio un paso hacia atrás logra escuchar a Chopper sobre la condición de su amiga. Para después captar una noticia por parte de su compañera en un tono que ella no esperaba escuchar otra vez. No desde que se había abierto en el balcón de Enies Lobby con toda la tripulación de testigos.

Solo se cubrió la boca ante el shock y se fue de inmediato a su estudio de cartografía para no salir durante todo el día. Le pedía a Sanji que le trajese la comida, estando ella 'ocupada' con la realización y actualización de los demás mapas. Haciéndole a la joven mujer recordar que pese estar en este alegre y peculiar grupo siguen siendo piratas. Y a los piratas nunca terminan muy bien.

Y mucho menos cuando gente con poder, sin importar de qué bando sean. Los piratas siempre quedarán tachados como los 'Malvados'.

Por eso ahora a Nami le ha estado invadiendo la impotencia al saber que la segunda mujer abordo haya sido violada por los agentes del Gobierno Mundial y lo peor. Es que termino embarazada por alguno de esos bastardos.


Y listo.

Sé que me iré al infierno por lo que hice con Uta x Luffy…

Vaya que, si me pase con el tamaño de la escritura, pero al menos eso compensa con el tiempo de publicación.

Bueno, el adiestramiento de Robin ha logrado su propósito, pero con ello abrió una caja de Pandora (o en el caso de esta historia de Uta) que quizás no pueda abrirse.

Y si, la siguiente que estará con Luffy será Nami