Me despierto sobresaltado, en medio de un mar de libros sobre fotografía e imágenes que imprimí en casa de Isabel, mi compañera de universidad, o debería decir ex-compañera, ya que nos hemos recibido hace al menos dos años.
Últimamente me la paso trabajando de sol a sol, pierdo la noción del tiempo con facilidad. Pero en verdad amo dedicarme a esto, no por nada estuve peleando seis años en la universidad para poder obtener mi título de cinematógrafo. Me la pusieron difícil al final, pero es lo normal, este rubro es bastante común que te pongan palos en la rueda para forjarte un poco y desarrollarte carácter en el ámbito profesional.
Y yo que pensé que iban a terminarse mis días de editar... editar y filmar sin parar una vez que me recibiera. OK, voy a ser honesto, no soy tan optimista de pensar que en menos de dos años iba a estar cumpliendo el sueño americano de estar filmando en Hollywood en una súper producción, pero tampoco esperaba estar muriéndome de hambre mientras un estudio de filmación me exprime hasta la última gota de sangre de las venas.
Miro la hora, las cuatro de la mañana, bueno, he dormido un poco para variar, ya veré de recuperarme para la siesta. Por lo pronto, necesito una buena taza de café recargado para poder despabilarme. Agarro la taza más cercana a mi mano (sí, tengo varias desparramadas por el minúsculo departamento en el que vivo ahora), no me tilden de descuidado, apenas y si tengo tiempo para el aseo personal. Miro adentro y encuentro que está hasta la mitad de un café que ahora se encuentra helado, lo huelo para evaluar si lleva un par de horas o días ahí. Parece que todavía sirve, me lo trago de un solo envión sin pensármelo demasiado.
Con la cantidad de trabajo que tengo me acostumbré a que el café se enfriara, así que no me molesta tomarlo de esa manera, lo extraño sería que estuviera espumoso y caliente. Lo que me recuerda a los cafés de Levi, mi mejor y maniático amigo. Debería escribirle, no lo veo desde el jueves pasado, estoy seguro de que me regañará por el estado en el que está mi departamento.
Admito que sin su ayuda servicios sociales me hubiera clausurado la vivienda por insalubre. Es que cuando algo me apasiona el resto del mundo desaparece y, justamente ahora estoy trabajando en un book de una boda desde hace dos semanas, estoy en el tramo final, y tengo ojos sólo para eso. Saqué unas capturas realmente hermosas, sé que los protagonistas se van a emocionar, siempre lo hacen.
Suspiro al ver a esta pareja, abrazados y sonriendo, como si vibraran en la misma sintonía, me quedo prendado de ellos por algunos segundos, lo que me recuerda mis propios sueños respecto al amor, y entonces arde profundo en mi pecho.
No sé cuánto tiempo paso viéndonos a Anna y a mí en esas fotos. En ese vestido blanco, yo usando ese smoking negro... Me doy cuenta de que estoy soñando despierto cuando mi celular me alarma. Lo agarró para ver que se trata de Levi. Es imposible que no se me escape una sonrisa, sólo pensar en el bastardo es suficiente para que me mande un mensaje.
Cariño, ¿sigues vivo?
Le contesto, ahogando una risotada.
Justo estaba por escribirte
A otro con esos cuentos. Parece que me has olvidado. Apuesto que ya estás entre un chiquero de nuevo
Mejor no apuesto entonces, le respondió. Seguro va a enojarse, pero qué más da. Me conoce, ya sabe qué puede esperar de mí. Hoy podríamos hacer noche de cerveza y pizza, ¿qué te parece?
Me contesta rápido.
Está bien, pero ven tú a casa. Han sale con sus amigas esta noche a no sé dónde y ni de broma voy a tu apartamento. Debe oler a ramen y bolas. Te espero a la noche
Me río y le digo que sí, que me espere, y quedamos en que él prepara las pizzas y yo llevo la cerveza.
Cuando retomé mi tarea, recuerdo en qué estaba pensando antes de que Levi me despertase. Anna. Con el celular todavía en la mano dudo en si le mando o no mensaje. Me gana la tentación de saber qué hace, en qué anda, y cuando quiero darme cuenta ya pulsé "enviar".
Sé que no tiene sentido para ella que le insista, pero no lo puedo evitar. El dolor sigue, mientras Anna acumula fotos en su Instagram con Mirko, su nuevo novio...
Suspiro. Veo que, después de haber visto el mensaje, media hora después, incluso, sigue sin responder. Me resigno, sé que no va a contestarme. Me voy al baño, aunque sea a darme una ducha rápida. Vuelvo a sumergirme en la montaña de tareas que tengo pendientes aún después de salir del baño. Un estremecimiento me recuerda que debería prender la calefacción, se supone que estamos a fines de invierno y ya no hay nieve, pero las madrugadas siguen siendo heladas de todas maneras, al menos en mi departamento. No sirve que esté con el cabello húmedo, extraño el sacador de Anna, la verdad debería comprarme uno de una buena vez, aunque ya empezará la primavera... en fin, ya veré.
Decido ponerme una polera de algodón blanca y un buzo azul eléctrico, Anna solía decirme que hacía juego con mis ojos. ¡! Tengo que dejar de pensar en ella. Mi estómago ruge y me distrae de esos pensamientos, por lo que abro la heladera sólo para recordar que un sobre de mostaza no podrá hacer mucho por mi hambre, pero me pongo feliz de ver que aún queda media porción de lasaña que desfricé el otro día... ¿cuándo es que fue?
Abro la tapa y, uf, esto ya no es comestible, lo pongo dentro de una bolsa y lo tiro a la basura. Revuelvo en las alacenas, solo hay una caja a medio consumir de leche en polvo y un paquetito de avena instantánea, ni modo, me las tendré que apañar con eso. Cuando salga para el trabajo compraré algunos croissants en "La Polaine", que me queda en el trayecto. Cada cosa de allí es costosa, pero es el paraíso explotando en la boca y no quiero privarme de ello.
Eso me recordó a una familia que quiso retratar un tour por las panaderías de nuestra ciudad y fue muy divertido acompañarlos. Ah, me he vuelto más melancólico últimamente. No lo niego, extraño a mi familia. Extraño la bruma de Gales por las mañanas, el chocolate que me preparaba mi madre. Creo que por malcriarme tanto es que luego he sufrido el desarraigo, como sea, debo alistarme. La llamaré un momento cuando tome el ómnibus, ¿hace cuánto que no converso con ella? He respondido fríamente a sus últimos mensajes y admito que no le he contado lo de mi ruptura, es que ya me veo venir el sermón respecto a eso y no tengo ganas de dar tantas explicaciones, en fin.
Agarro la chaqueta de cuero que está tirada en el perchero de la entrada, y una bufanda de lana. Parto camino a Films, y en el viaje la llamo a mi madre. No me atiende a la segunda llamada tampoco por lo que decido dejarle un mensaje. Ha de ser una de las pocas personas en el mundo que sigue oyendo los mensajes. Le digo que la intentaré llamar más tarde y que la quiero, y corto.
Me entretengo oyendo Rammstein, viendo mis fotos favoritas que he guardado en el celular. Tal vez sea raro para muchos que tenga fotos de gente que ni conozco: de sus bodas, sus cumpleaños, sus bautismos... pero la verdad es que yo lo veo como algo más. Creo una conexión con cada una de las personas para las que he trabajado. Por eso me gusta rendirles un pequeño tributo.
Al rato me doy cuenta de que ya es hora de bajarme. A las dos cuadras diviso bien grande las familiares palabras "Films of Paris" y siento que me agarra un nudo en el estómago.
Amo lo que hago, en serio, es sólo que... me gustaría no depender de nadie, hacer algo por mí mismo, sin necesitar que alguien que cree sabérselas todas me ande mandoneando, que me restrinja la calidad de los materiales para abaratar costos. Suspiro. Siempre se puede soñar...
Hago fuerza mayor y entro, ya qué.
La jornada es intensa, como siempre, pero la verdad que vengo de unos días sin dormir muy bien que digamos, así que me resulta más pesada de lo habitual.
Gracias a Dios Armin, uno de mis compañeros, queda libre de una tarea y se aposta conmigo para ayudarme con la edición de la última docena de fotos, juro que alució, ya no sé cuántas horas llevo frente a la pantalla, con decir que me escosen los ojos ya es algo.
Armin me compró un sándwich de ternera y tomate con aderezo de mostaza turca, es un ángel, se lo compensó comprando luego un par de ensaladas de frutas. Me siento mal por toda la basura ambiental que estoy produciendo mensualmente, porque me la paso con los deliverys o con la comida instantánea que además no es nada saludable. A este paso no sería raro que me agarrara un infarto antes de los treinta.
Antes salía a caminar, como ejercicio no como paseo, pero ya ven que mi agenda no me lo permite actualmente. Estiro las cervicales y continúo. Para cuando guardamos la última modificación, recién noto que son las siete de la noche. El jefe se está retirando pero recibe el archivo, me indica que mañana lo va a examinar mejor. Sabe que hemos estado trabajando como esclavos en esto, sobre todo yo, por lo que me pide que me tome el día de mañana como descanso, ¿tan mal me veo?
Acepto sin rechistar, lo cierto es que necesito reponerme cuanto antes, estar sin proyectos significa cero ingresos y no puedo darme ese lujo, llevo ahorrando desde hace varios meses, restringiéndome porque en verdad quiero ver si de una vez puedo hacer algo propio.
Recuerdo aliviado que Levi me va a esperar con unas fabulosas pizzas, pero debo pasar a comprar un pack de cervezas para colaborar. Salimos junto con Armin que toma el mismo tren y ya siento a mi celular vibrar en mi bolsillo. ¿No les digo? Tengo una conexión con este hombre, más firme que la de unos gemelos.
Internamente estoy contento, hace rato que no lo veía y tengo mucho para hablar con él. Necesito despabilarme. Es una foto de varias pizzas ya amasadas y con una salsa perfectamente distribuida. Siento la boca generar más saliva de lo normal y apuro mi paso. Las pizzas de este tipo son de lo que no hay.
Mano, te esperan agregó en la leyenda de la foto, haciendo referencia a su obra culinaria.
Cuando no nos decimos "cariño" o "cielo", usamos el "mano", ya que, en efecto, Levi es como mi hermano. Mi hermano de alma, pero hermano al fin.
Le contesto que ya salí y que en un poco más de media hora llegaré a su casa con las cervezas.
En unas cuadras me detengo en una tienda de conveniencia para la bebida y afortunadamente no tardé ni cinco minutos. Una vez con el alcohol en mano, me tomó un autobús que me deja a metros de la casa de Levi. Cuando llego, con más hambre de la que recordaba tener, me recibe Han, y le doy un abrazo antes de entrar.
-Rubio, ya me estaba preocupando. No sabía cuándo te vería de nuevo -me dice la novia de mi amigo con su particular voz alta. Ya me acostumbré a que me rompa los tímpanos cada vez que hablamos, pero qué va.
Lo que sí me sorprende es cómo esos dos se complementan tan bien, siendo que Levi es una de las personas más sigilosas y reservadas que jamás conocí. Claro que Hanji es un amor. Es buena y muy divertida, supongo que su carácter tan especial fue lo que volvió loco a mi amigo.
-Hasta la cabeza de trabajo, bombón. ¿Tú cómo estás? -le pregunto deteniéndome en su atuendo. Un jean negro con borcegos y chaqueta de cuero. A simple vista Hanji parece una tipa mala, por su altura y cómo intimida... hasta que habla y la.
-Con más hambre que maestro de escuela. Estas perras han de llegar por mí en cualquier momento. Cuida a mi gnomo por mí, rubio.
-Te escuché... -se oye una voz desde la otra habitación, pero Hanji la ignora y al oír la bocina desde afuera sale como si su vida dependiera de ello.
-¡Adiós! ¡No hagan nada que yo no haría! -nos dice.
Levi se aparece de la cocina secándose las manos.
-Eso nos deja una lista muy larga.
Me río y nos abrazamos fugazmente. Dejo el pack de cervezas en el mostrador de la cocina y es cuando le presto atención al olor que sale del horno.
-Uf, enano, te juro que tus pizzas cada vez te salen mejor.
Levi asiente con suficiencia, porque lo que no tiene de altura le sobra en narcisismo, y me dice que vaya a sentarme en living, donde ya preparó todo, que en cinco minutos lleva la comida. Asiento, sé que meterme aunque sea para ayudarlo es algo que no le gusta, así que voy y me pongo cómodo.
Me siento en el sofá y saco mi celular para en un rato subir una historia a Instagram. Hasta que viene Levi abro la aplicación, y veo que Anna actualizó la suya. Me ganan las ganas de saber, así que entro a su perfil. Es un boomerang de ella con unas amigas en un bar. Se ven unos cuantos tragos de diferentes colores y tamaños desparramados por la mesa, y todas están haciendo caras graciosas. Me muerdo el labio. Voy a comentarle, pero un cachetazo en mi cabeza hace que tire el celular sobre mi regazo.
-Si vamos a comer evita que vea cosas que me hagan vomitar -me suelta Levi con un aura maligna. Odia a Anna. La odia en verdad. Pero más odia que siga buscándola.
-Sí, tienes razón -acepto un tanto avergonzado.
-Sí te sientes solo o algo empieza a buscar nueva gente, volver a los errores del pasado solo te hará más daño, y a ver si esta vez elijes a alguien que limpie para variar, no me vas a tener toda la vida encargándome de tu mugrerío. Es más, sin ir a visitarte ya me imagino que esa cajonera que llamas departamento debe estar como un depósito de escombros de nuevo.
-Menos mal que eres mi amigo -suelto con reproche mientras tomo una rebanada de la delicia que Levi acaba de poner frente a mí y que me hace olvidar a cualquier error del pasado en un santiamén.
-Justamente porque soy tu amigo y me importas, si no me importaras te diría que hicieras lo que se te venga en gana, pero no me gusta que después andes como ánima en pena ¿Dónde quedó tu dignidad, rubio?
-No es tan fácil, trabajo todo el puto día, no tengo tiempo para andar buscando ligues, además... no sé, no estoy de ánimos, me cuesta superarla.
Muerdo la deliciosa pizza y tengo que lanzar una exclamación de alivio-placer-felicidad. Mierda, hasta yo me casaría con Levi, pienso en estos momentos.
-Entonces, ¿qué tal si en vez de recordar lo linda que era, no recuerdas la vez que viste esos videos porno que tenía en su celular follándose al otro papanatas que también decía ser tu amigo, eh? Yo creo que eso te ayudaría bastante a no extrañarla tanto. Maldita bruja.
Mierda, sus palabras me afectan, de pronto siento que la pizza ya no está tan deliciosa y mis ánimos decaen de nuevo. Dejo la porción y agarro una de las latas, mejor aprovechar que están frescas, bebo un largo sorbo y me quedo mirando como mi mano la sostiene y el frío me traspasa los dedos. Siento que Levi me empuja con su hombro y lo miro de reojo.
-Hey, no pongas esa cara de perro apaleado, que no es para tanto, no me harás sentir culpable por lo que acabo de decirte, es mi mejor forma de ayudarte.
-No, no estoy triste por tus palabras, estoy triste porque te casarás y vas a dejarme solito, siempre supe que la preferías a ella -bromeo haciendo un pésimo papel de ofendido, Levi suelta una pequeña sonrisa, bueno, todas sus sonrisas son pequeñas.
-Qué decirte, rubio, no me supiste aprovechar cuando estaba soltero, yo te limpiaba el chiquero que tienes por vivienda, te invitaba a antros, nos emborrachábamos y no me tenías en cuenta, ahora perdiste.
-Oye, aún puedo asesinar a Hange y secuestrarte -Levi toma la pizza que dejé en el plato y me la pone en la boca.
-Tranquilo, bro, ya vendrán mejores oportunidades. Mírame, pensé que luego de Petra no existiría nadie que me hiciera tan feliz, y ya me vez, a punto de casarme, joder, ¿recuerdas cuando hablábamos de que nunca lo haríamos?
-Éramos unos críos -recuerdo con nostalgia y sonrío-, no sabíamos nada de la vida en ese momento.
-No somos viejos tampoco, pero supongo que ya estamos madurando... Bueno, al menos yo sí, tú sigues igual de pendejo.
Le hago un mohín, aunque tiene un punto. Él se va a casar, trabaja de lo que quiere, parece tener su vida resulta, y yo sigo llorando por una tipa que se cagó en mí desde un principio. Eventualmente la charla deriva en algo más interesante que mi vida sentimental, y mi humor cambia para mejor. Hablamos del trabajo, de las ideas que tengo, y Levi no tarde en darme consejos que, con suerte, en algún momento voy a poder aplicar. Él insiste en que debo viajar, descubrir, innovar. Y si bien con el dinero que tengo puedo... bueno, está ese lado realista y un poco inseguro que me dice que mejor me quede.
-Bro, hace años que ahorras y ahorras, debes tener una buena cantidad en el banco, pareces una ardilla juntando nueces para un invierno que nunca llega. Te lo he dicho muchas veces, que eres tacaño, incluso contigo, mira esas zapatillas, Farlan, tengo fotos de cuando estábamos en Gales y son las mismas.
-No, no, espera, no son las mismas, es el mismo modelo, tampoco soy tan avaro -Me defiendo porque ya sé adónde apunta mi amigo.
-No lo sé, por el estado en el que están no me resultaría raro, el punto es que te evades, evades vivir al meterte de lleno en el trabajo, enfrascándote en proyectos que te consumen la vida, ¿y para qué? Luego que lo finalizas la empresa se lleva los créditos, ¿para esto estudiaste tanto?
-No es fácil, Li, sabes que hay mucha competencia en el ambiente, no tengo que explicártelo. Y no se trata solo de talento, que no dudo que lo tengo, se trata de máquinas, cámaras, un estudio, montar algo a un buen nivel es increíblemente costoso.
-Tú lo has dicho, tienes el talento, y si lo tienes seguramente habrá gente dispuesta a invertir contigo. Oye, estoy con todo este lío del casamiento, pero conozco personas que aman el arte y que ayudarían si tuvieras un proyecto sólido, un proyecto propio, deja de matarte por el bienestar de otros y empieza a pensar en tu carrera, en abrir tus alas, en tomar riesgos, de eso se trata ¿Además qué miedo puedes tener? Aún si no te fuera bien, podemos darte un cuarto en la casa. Al menos por un tiempo hasta que remontes. Vamos, Far, no esperes a volverte viejo para animarte.
Tiene razón, tampoco es como si no lo hubiera pensado, hace rato que le vengo dando vueltas al tema de hacer mi propia producción, no sé cuánto tengo ahorrado, tengo que ir al banco, hace rato que no entro a mi cuenta, solo me limito a usar lo mínimo indispensable. De todas maneras también estoy cansado de vivir como indigente.
Levi pone una película a la que ninguno termina prestándole atención. Él empieza a mandarse mensajes con Hanji, y yo trato de no mirar tanto su conversación, la cual parece muy interesante...
-Mira. No te digo... me voy a casar con un jodido payaso- me codea para mostrarme fotos que acaba de subir Han bailando arriba de la mesa de un bar. Se me escapa una risotada.
Empieza bajar por su Instagram hasta que veo le da like a la foto de una mujer de pelo negro y algunas arrugas en sus ojos.
-¿Esa es la tía Hanami?
Levi asiente y entra al perfil de la mujer. En él hay una cantidad inmensa de fotos de lugares. Ya a simple vista me doy cuenta de que se trata de Japón, más que nada por el estilo de las calles, los árboles, los puestos de comida.
-¿Se fue de viaje o qué?
-¿Hanami? No. Es el Instagram de Mikasa. Hanami gracias si tiene celular.
Veo que empieza a bajar las fotos. En efecto es Japón. Hay muchos lagos y cerezos. Son todas fotografías de ese estilo, la verdad muy profesionales. Hasta que da con una de Mikasa.
No puedo evitar abrir grande los ojos. Mikasa... creció. Y creció muy bien.
-Ey, que es mi prima- me dice Levi. Mierda, dije eso en voz alta.
-Perdón, es que... ¿hace cuánto tiempo que no la veo? ¿Siete años?
-Seis- me corrige-, se fue para Japón hace cinco. La contrataron para una publicidad y la idea era ir para eso y volver, pero después la llamaron de una revista entre otras cosas, y decidió quedarse.
Asiento, incorporando la nueva información.
-¿Cómo es su Instagram?- pregunto a pesar de ver bien que dice , siento que necesito la aprobación de mi amigo para agregar a su prima. Claro que es para ver sus fotos. Sólo eso. Porque... bueno... son muy profesionales.
-Escucha, rubio, cuidado con lo que haces con sus fotos, que te conozco, y si bien me alegra que tengas los ojos llenos de brillo, estamos hablando de familia aquí. Puedes agregarla, pero no te entusiasmes, de todas maneras Mikasa anda con su cabeza en otras cosas.
-¿A qué te refieres?
-Que está enfrascada en sus proyectos personales, tiene toda una filosofía de vida, creo que hablamos hace como dos meses y la verdad me quedé un poco preocupado por el rumbo que quería darle a su vida. Y sólo para que sepas, a la pobre le ha ido mucho peor que a ti en el amor, así que está un poco acobardada con eso.
-Ya, ya entendí, solo te pedí permiso para agregar su IG no para salir con ella
-Mika es especial, es como una pequeña hermana para mí, aunque ya haya pasado un tiempo desde la última vez que nos vimos, pero eso no quita que le romperé la cara a cualquiera que la haga sufrir, igual que hice con su ex novio, inútil de porquería.
Abrí grande mis ojos, ya que mi amigo siempre es bastante pacífico y dócil, me costaba imaginármelo en ese papel de primo celoso con la chica. Aunque bueno, si me pongo en su lugar yo sería igual, a nadie le gusta que lastimen a los cercanos.
-¿Y qué le hizo? -pregunto casual mientras sigo mirando las fotos.
-La hizo llorar mucho, con decirte que parte de la decisión de irse de Gales fue justamente por ese idiota. Claro que Mika tenía un gran futuro en el modelaje, pero sigo creyendo que si no fuera por ese cabrón tal vez lo hubiera intentado aquí. Como sea, mi tía Hanami estuvo muy deprimida hasta que se hizo a la idea. Yo creí que era una cosa temporal, que tal vez decidiría volver cuando extrañara la casa, pero ya veo que tiene para largo.
La comienzo a seguir, y me maravillo con las fotos que tiene posteadas, no son muchas, de hecho parece haber una distancia como de uno o dos meses entre una y la otra. Noto que el que las hizo puso especial cuidado, o tiene un talento notable, no por nada amo esta profesión y puedo darme cuenta bastante rápido cuando se trata de un ojo analítico. Buenos encuadres, buena luz, sin dudas esto no fue sacado con la cámara de un celular. Me quedó mirando una foto de un arreglo floral con una taza de té humeando en una mesita de patas cortas de color obscuro. Hay misterio, magia en esas imágenes.
-Ya te estás perdiendo -dice mi amigo tocando mi hombro sutilmente.
-Es que son buenas tomas, y ahora que lo pienso mejor, los países asiáticos tienen esa belleza, ¿no? Es como un aura de impenetrabilidad que te succiona de inmediato -Medito en voz alta mientras paso a la siguiente foto-. Veo esto y empiezo a pensar en que tienes razón, va siendo hora de hacer un proyecto propio ¡Ah! Tengo tantas ideas y te juro que esto me inspira sobremanera.
-Mientras no te succione el cerebro, has lo que te plazca. En lo personal recomendaría que te succionen otra cosa.
Niego mordiéndome el labio. Pero me río y lo codeo. Me quedo un rato más, hasta que la película, la cual quedó como ambientación de fondo hace rato, termina. Me levanto y ayudo a recoger la mesa y en eso se escucha un ruido de llaves. Hanji entra y el olor a alcohol se siente desde la cocina. Veo a Levi hacer un mohín.
-¿Será que podré divorciarme antes de casarme?- murmura. Pero mientras se queja se le acerca a Han y la ayuda a llegar a su habitación. Escucho que le habla, pero ella sólo se ríe a carcajadas. Al rato Levi vuelve a aparecer.
Lo saludo con un rápido abrazo y él me repite que piense en lo que estuvimos hablando. Le digo que sí, y me voy.
Aprovecho lo linda que está la noche y camino hasta casa. Me lleva una buena hora, pero ni modo. Me quedo absorto mirando una plaza que está a pocas cuadras de mi departamento, y recuerdo que tengo un casamiento en tres semanas, y que van a querer fotos en un parque. Lo mejor va a ser que vuelva y busque cuál es el más conveniente.
Llego por fin y ni de ducharme tengo ganas. Me tiro a la cama con la ropa puesta. Lo extraño es: que no tengo sueño. Estoy cansado, pero no quiero dormir. Así que agarro mi celular y busco con qué entretenerme.
Sé que Levi dijo de no caer en la tentación y evadir a Anna a como diera lugar, pero en su nueva foto adjuntó un link de Twitter en donde supuestamente subió un álbum usando lencería. Y no puedo hacer como que no vi eso.
A Anna no se le da bien esto del modelaje. Es muy vulgar lo que le hacen hacer. O tal vez sea yo y mi ética de trabajo que no me deja ver mis modelos como maniquíes abiertos de piernas con tangas diminutas. Claro que eso no impide que lleve rápido una mano adentro de mi bóxer.
Notar lo empalmado que me encuentro me hace consciente de lo mucho que necesito la calidez de una mujer, lo necesitado que me encuentro de una caricia, un beso. Soy tan idiota en este sentido, me lo ha dicho Levi infinidad de veces, que incluso sospechando lo que Anna me hacía yo seguía mintiéndome, seguía aguantando simplemente porque no quería aceptar que debía dejarla ir, no quería aceptar la soledad.
Mi mano me sigue dando placer pero mis pensamientos entran en conflicto, entre el dolor de mi corazón y la excitación que siento, empieza a ganar terreno el dolor, lo cual me frustra a más no poder. Anna en lencería, pero encima del otro tipo. Jodida mierda, estoy mal de la cabeza. Toda mi concentración se fue al carajo y me quedé con una frustración que me aplasta como un elefante de cinco toneladas ¿Por qué me hago esto, por qué?
No puedo siguiera eyacular en paz. Supongo que necesito sacármela de la cabeza de una buena vez, y este comportamiento no ayuda. Hay una compañera en el trabajo que ha estado rondando mi box más veces de lo necesario, no soy estúpido y noto que me mira con anhelo, pero estoy bloqueado, y no voy a mentirme, estoy un poco asustado.
Me preparo un café que sé que no me ayudará a descansar sino todo lo contrario, pero qué mierda, quiero beber uno. Con la taza caliente entre mis manos me quedo mirando la ciudad por la ventana. Nunca me doy tiempo de reflexionar sobre estos temas, siempre los rehuyo, lo sé, evado las cosas que me parecen complicadas, pero a veces en la soledad de mi casa, en calma, es inevitable que salga a flote. Tengo miedo de enamorarme otra vez, y cómo no si apenas estoy superando lo anterior.
Detesto sentirme así, tan necesitado por un lado pero tan cobarde por el otro ¿Qué tal si sucede lo mismo? ¿Qué tal si me sucede algo peor? Ya no quiero sufrir más, solo quiero alguien que me ame, que sea fiel, ¿es demasiado pedir? Busco el IG de mi compañera de trabajo, parece que ha posteado algunas fotos hace un momento. Oh, está colgada de un pelirrojo, parece que la está pasando bien en un antro, ¿ven a lo que me refiero? Las personas no son constantes, apenas pueden te cambian por otra cosa que les ha entusiasmado más. Joder, ya me veo muriendo solo bajo una tonelada de papeles.
Tampoco me apetece ir a buscar un poco de amor comprado, para nada, respeto el trabajo de esas mujeres, pero creo que aún no he tocado fondo como para recurrir a ellas ¿Me pregunto cómo harán? ¿Cómo pueden aguantar besos, caricias, follar con gente desconocida? Noche tras noche, una y otra vez, un círculo que no se termina nunca, son valientes, creo, está bien que la vida a veces las orilla a eso, pero... Pienso en un documental al respecto, siempre que pienso en trabajo es más fácil de sobrellevar la mierda sentimental en la que me encuentro.
Luego lo descarto, no, hay un millón de documentales al respecto, bueno, si me pongo demasiado exquisito es imposible encontrar algo de lo que no se haya hecho un estudio previo. Pero en verdad quisiera hacer uno con mi visión, tiene que ser algo que realmente me pueda apasionar. Mi mente me traiciona: "gran documental sobre los cornudos cobardes". Me río sin gracia, hasta yo mismo me burlo de mí. Retomo el celular y me tiembla la mano, pero logro dejar de seguir a Anna. Joder, siento como si una lanza me hubiera atravesado el pecho, lo hice antes pero luego flaqueaba y la volvía a seguir. Esta vez siento como que puedo hacerlo definitivamente, y tal vez por eso duele más.
Empiezo a mirar las actualizaciones de las historias de quienes sigo. Veo unas cuántas hasta llegar a la de Mikasa. Son dos historias, dos fotos de ella en blanco y negro. Está usando una especie de kimono con dibujos de flores, y sostiene un abanico con el que se tapa media cara. De verdad que maduró muy bien. Está hecha toda una mujer.
A eso me refiero con modelos. Mikasa tiene algo en esas fotos que te hace querer saber qué está pasando, es qué está pensando, qué va a hacer después. Eso es lo que quiero.
Necesito una motivación, sin embargo. Y es algo que todavía estoy buscando. Una musa, por más cliché que suene. Algo o alguien por quien quiera trabajar. Tiene que irradiar una belleza hipnotizante, rara, justo como ella.
Mientras más miro las fotos en donde aparece Mikasa, más me encapricho con ellas.
Me quedo prendado de varias, y les saco capturas a todas las que me gustan. Claro que robar o plagiar no es lo mío, pero sí me sirve de incentivo. La curiosidad me gana. Empiezo a darle me gusta a sus fotos. No todas, algunas. Hasta que, un rato después, me encuentro en el chat de Instagram, a punto de escribirle.
La verdad le doy varias vueltas para hacerlo, no sé si ella se acordará de mí, lo cierto es que si soy honesto no creo que me la haya cruzado más de dos o tres veces y ella era prácticamente una niña, luego yo me vine a Paris y perdí mucho contacto con mis amigos y mis conocidos en Gales. La verdad es que yo me aislé un poco, fue la manera más fácil sobrellevar el desarraigo, eso de estar conversando a diario solo hacía que los extrañara demasiado.
Agradezco tanto a Dios que Levi haya venido primero, me ayudó mucho a adaptarme, a conocer la ciudad, incluso me tiró algunos contactos para que yo no anduviera tan perdido, si hasta me salió de garante para poder alquilar este departamento. Siempre dije que Levi es mi hermano perdido, esa persona por la que yo daría todo, hasta un riñón, y sé que él es incondicional conmigo también. Ahora me duele lo de su casamiento, no me malinterpreten, soy feliz de que haya decidido dar ese gran paso, es solo que ya no será lo mismo. Tal vez por eso no le cancelo las salidas, por ese motivo siempre acudo a su llamado. Y hasta no hace mucho yo pensaba que iba a poder establecerme, formalizar, presentarle al fin una persona digna a mamá.
Bueno, creo que mejor aprovecho para la profesión, no muchas parejas pueden aguantar el ritmo que esto te pide, entre ediciones, filmaciones, tomas, arreglos, a veces ni yo mismo sé en qué hora o día vivo.
Vuelvo a mirar mi celular, preguntándome si sería prudente ponerme en contacto, la verdad es que quiero, siento una necesidad enorme de conocer a Mikasa, conocerla de verdad, por lo que reúno coraje y finalmente le escribo el primer mensaje:
Hola Mikasa, cómo estás? Soy Farlan, no sé si me recuerdes, pero soy muy amigo de tu primo Levi. Hace poco supe que tenías perfil en esta red y bueno, quise ponerme en contacto. Qué tal las cosas en Japón?
Antes de enviarlo me fijo cuidadosamente en la ortografía, no quisiera empezar con el pie izquierdo, no tengo idea qué hora será allá, tal vez esté durmiendo, quien sabe, espero no lo encuentre muy atrevido de mi parte, mantendré mis esperanzas.
Dejo la taza de café a medio tomar sobre algún mueble, siempre lo hago, me pongo las medias futboleras para calentar mis pies y me meto entre las cobijas, espero conciliar el sueño, aunque recién haya tomado café, no estaría mal aprovechar un poco. Afortunadamente el cansancio le gana a la cafeína y al fin puedo dormir un poco. Al siguiente día entro en la vorágine normal de las idas y vueltas con mi trabajo, de manera que si bien recuerdo de tanto en tanto lo de Mikasa, siempre lo pospongo para la noche y luego lo olvido.
Recién el miércoles, un rato antes que Levi venga a mi departamento, lo recuerdo y me fijo. Ninguna respuesta. Ella ha posteado una nueva foto, una de una hermosa mano blanca sosteniendo un florido abanico, por lo que supongo que sabe y ha leído mi mensaje pero me está ignorando. En cierta manera eso me duele un poco, aunque ¿qué podía esperar? Soy prácticamente un desconocido y con lo bella que es lo más probable es que tenga cientos (sino miles) de babosos pervertidos pidiéndole un poco de atención. Maldición, ¿debería pedirle ayuda a Levi?
No sé cómo se tomará esto de que intente ponerme en contacto con su prima, pero es que es inevitable. Ahora que observo mejor las fotos, encuentro un detalle en el que no reparé antes: Kioto, Barrio Gion, Casa de Té Ichiriki. Googleo de inmediato y entonces me doy cuenta de que todo está relacionado, el estilo de vida de Mikasa, sus fotos, el lugar, ¿cómo es que no empecé por esto?
Escucho el intercomunicador, es Levi llegando. Aprieto para que pueda pasar y en pocos segundos siento sus nudillos en mi puerta, abro con entusiasmo y lo saludo con un abrazo demasiado efusivo que lo hace resoplar.
-¿Qué bicho te picó, rubio? -Me dice algo molesto y deja las bolsas de comida que suele traerme en sus visitas en un rincón de la mesa que tengo en medio del cuarto, claro que antes debe hacer un poco de lugar-. Un chiquero, como siempre -se queja, pero paso de eso.
-Levi, ya sé de qué haré el documental y tú me vas a ayudar -mi amigo me mira intrigado-. ¡Será sobre la vida de las geishas!
No puedo interpretar qué es lo que Levi está pensando justo en este momento, pero lo convenceré así deba arrodillarme, esto es lo que quiero, es lo que he estado buscando por tanto tiempo y lo llevaré a cabo cueste lo que cueste.
Final del primer capítulo.
Hola
Por tercera vez, vuelvo con este fic editado.
Porque una amiga me hizo ver que estaba haciendo todo más con la versión anterior, y que mejor lo arreglara antes de continuar.
Este capítulo no lo escribí yo, lo mande a hacer por comisión
Fue escrito por las mismas que escribieron el fic "El Mejor Día de Playa", la gran LunadeAcero y Yaoi Blyff.
Yo solo di las ideas básicas.
Porque en verdad necesitaba ayuda, ya que no sabía cómo empezar la nueva versión.
Y debo decir que, en lo personal, me encanto.
Tanto que no quería que se terminara.
Además le prometí a mi amiga y compatriota, Akobere, que no lo borraría ni eliminaría.
Lo admito, estaba con ganas de sobra para mandarlo al diablo, pero mis ganas por querer continuarlo fueron más fuerte, eso y que hasta le había mandado a hacer portada y no la iba a desperdiciar.
Ojala les haya gustado también a ustedes.
Los primeros cinco capítulos serán por comisión.
De ahí yo continuaré con la trama.
Bien, es todo.
Espero con ansias el siguiente capítulo.
Nos vemos.
Adiós.
