Capítulo 30
Decir que la noche había sido un fiasco sería ser muy injustos con la noche, y es que el hecho de que no pudiéramos ir a la exhibición de arte no significaba que debiéramos perder la velada, por lo que luego de comer algo y de lograr calmar por completo a Meiling, habíamos decidido ir a varias discotecas recomendadas precisamente por Kenji, a quien, hasta hoy, yo no había tenido la oportunidad de conocer demasiado bien.
Nos había llevado a recorrer sus bares favoritos, en los cuales no habíamos estado antes, ya que nos limitábamos mucho cuando nos gustaba un lugar, y eso nos hacía olvidar que habían muchos más lugares que podían llegar a ser bastante divertidos si tenías la compañía indicada, y aunque a Kenji no lo conociera demasiado, y a los amigos de Meiling recién los había visto, me había sentido bastante feliz en aquellos lugares, sentí que salí un poco de lo habitual y de lo que encerraba mi zona de confort al no estar rodeada de las mismas personas ni los mismos lugares, y a decir verdad, se sentía bastante fresco.
Hubiese sido genial conocer un poco más a los amigos de Meiling, sin embargo, estos alegaron que ya debían irse y para mí no tan grande sorpresa, Meiling también había decidido que quería irse a casa, considerando que seguía enojada por lo ocurrido con la exhibición.
-Es injusto que quieras irte… ¡de todas formas iremos a esa exhibición en unas semanas! – Dijo Syaoran buscando convencerla.
-No estoy muy animada para una discoteca – Respondió Meiling bostezando.
-Eres increíblemente anciana – Agregué buscando molestarla.
-Y encima te llevas a tus amigos y a Kenji – Reclamó Syaoran.
-Pero les dejo a Yuna – Contestó la pelinegra levantando su mano – Miren, ahí viene llegando.
La mención del chico me hizo un poco de ruido, nos habíamos topado con él un poco más temprano, pero no nos prestó mucha atención ya que estaba ocupado ligando con una chica en uno de los bares a los que nos llevó Kenji. A decir verdad, no sabía que tan cómoda me sentiría con Yuna a mi alrededor, y aunque la conversación con Syaoran había sido suficiente para hacerme sentir bien y no pensar en que yo era un problema, la sola presencia de Yuna me recordaba el hecho de que me hizo sentirme muy mal conmigo misma y por eso, no podía sentirme del todo a gusto a su alrededor.
-Hey chicos – Dijo el recién llegado sosteniendo una lata de cerveza – Entonces ¿seremos solo nosotros tres?
-Aparentemente – Respondió Syaoran de inmediato mirando cejudo a Meiling – Ya que alguien está pasado de su hora de dormir.
Meiling se rio y simplemente se despidió de nosotros mientras tomaba a Kenji de la mano para salir y me guiñaba el ojo de forma cómplice y de inmediato me di cuenta de que no era precisamente porque Meiling tuviera que dormir, de hecho, creo que tenía ganas de todo menos dormir, solo que no quería decirlo en voz alta y por eso usó aquella excusa.
Sonreí a mi amiga y simplemente vi cómo se iba de la mano con Kenji mientras ambos compartían besos cortos y robados en el trayecto, y a decir verdad sentí un poco de envidia por ella, ya que incluso Meiling, quien era bastante cruel y dura con los chicos, había logrado ablandar su corazón al conocer a Kenji y justo ahora, creo que se encontraban en un buen momento de su relación, y suspiré deseando tener aquello algún día.
-Y bien – Dijo Yuna sacándome de mis pensamientos y captando tanto mi atención como la de Syaoran – ¿Qué les parece ir a otro lugar? Conozco una discoteca genial que está a unos cuantos locales, y con el contacto correcto no pagaremos nada para entrar.
-De acuerdo, de todas formas, hoy estamos dejándonos guiar por Kenji y ahora por ti – Dijo Syaoran.
-Entonces andando – Respondió Yuna animadamente mientras empezaba a hacerse paso entre las personas.
Syaoran y yo lo seguimos hasta salir del bar donde estábamos y en efecto no mintió cuando dijo que estaba solo a unos locales de distancia y que, además, con el contacto indicado no pagaríamos nada ya que cuando la persona que estaba en la puerta vio a Yuna, simplemente se hizo a un lado y nos dejó pasar, ignorando por completo la fila que había afuera.
Yo no era de las que se rodeaba con personas de influencia, pero supongo que así se sentía, sin embargo, desde que entramos a aquel lugar atestado de personas – incluso muchas más de las que había en las otras discotecas en las que habíamos estado durante la noche – tuve un extraño presentimiento, como si no tuviéramos que estar ahí por alguna razón. Yo no era de creer mucho en las energías y esas cosas ya que casi nunca acertaba, y por desgracia aparentemente esa noche si podía estar en lo correcto.
Caminábamos con espacio reducido entre las personas y estaba empezando a sentirme incluso un poco asfixiada, aunque lo que más me preocupaba es que por mi baja estatura y la cantidad de personas llegara a perder a los chicos, sin embargo, creo que Syaoran tuvo los mismos pensamientos que yo, ya que incluso dándome la espalda me tendió su mano y tomó la mía para no perderme, gesto que, por supuesto hizo que se generara un leve cosquilleo en la boca de mi estómago, aunque no disminuyó el mal presentimiento que tenía sobre este lugar.
La música estaba incluso más alta que en los otros bares y apenas podías caminar entre las personas, cosa que me tenía sumamente incómoda.
- ¿Estás bien? – Preguntó Syaoran en un tono de voz alto que a duras penas podia escuchar.
-Hay demasiadas personas ¡no puedo ver nada! – Dije en el mismo tono.
-Yo tampoco, no está demasiado cómodo, pero no quiero matar las ilusiones de Yuna.
Estuve a punto de responderle algo, sin embargo, nuestra atención se vio completamente desviada cuando la multitud empezó a moverse dejando espacio justo en el medio de la pista y lo siguiente que escuchamos fueron maldiciones y como bajaron el volumen de la música. A duras penas pude darme cuenta de que en efecto había una pelea en el medio de la pista, y para ser justos con el mal presentimiento que tuve al llegar, digamos que siempre tuve razón al reconocer a uno de los involucrados en la pelea.
- ¡Es Yuna! – Le dije a Syaoran tomándolo del brazo.
-Es un imbécil ¡esto lo va a meter en problemas! – Dijo Syaoran con intenciones de entrar en acción – Tengo que sacarlo de ahí.
- ¡Tú te vas a meter en problemas si te metes ahí! – Contesté sintiendo pánico de que algo malo pudiera pasar si se involucraba.
- ¡No podemos dejarlo!
Sin embargo, antes de que yo pudiera seguir protestando las razones por las que esta era una pésima idea, la multitud se hizo a un lado y vimos como Yuna y el otro chico salían despavoridos del lugar sin mirar hacia atrás, cosa que solo me hizo darme cuenta de una cosa.
-Demonios, van a llamar a la policía – Dije deduciendo porque se habían escapado – Tenemos que irnos de aquí, no quiero problemas.
Syaoran y yo ni siquiera habíamos estado involucrados en algo malo, pero el solo hecho de que la policía pudiera relacionarnos con Yuna y meternos en problemas me aterró, y creo que Syaoran se dio cuenta de ello ya que no puso excusas para aceptar irnos del lugar de inmediato.
Era increíble como con algunas cosas la intuición no fallaba, aunque eso no desaparecía el nudo que tenía en el estómago por el mal momento. Syaoran se mantenía sereno y nos encaminaba por las calles hasta que entramos a un local más pequeño y en el que yo no había estado, aunque sinceramente, este lugar no me daba malas vibras en lo absoluto, al contrario, el ambiente era mucho más tenue y la música más relajada, como si no fuese una discoteca, sino más bien un lugar para sentarse a hablar mientras tomabas algo.
-Solo he estado una vez en este lugar y me parece que era el más apropiado después de eso – Dijo Syaoran llevándome hasta la barra y hablándole al bartender – Hey ¿puedes darme dos mojitos por favor?
-Definitivamente necesito alcohol para procesar esto – Dije suspirando – Demonios ¡ese lugar no me daba buena espina desde que entramos!
-Pues recuérdame hacerle caso a tu intuición la próxima vez – Respondió mirándome de reojo – ¿No querías que me metiera en la pelea?
El ligero cambio de tema me tomó un poco desprevenida y, a decir verdad, por todo el miedo y la adrenalina de ese momento simplemente me dejé llevar por mis emociones, y quizás fui demasiado expresiva.
El bartender volvió con nuestros tragos y luego de pagarle volvimos a quedarnos solos en la barra, y por alguna razón, sentí que el ambiente se tensó un poco entre ambos, aunque preferí atribuírselo a que el lugar tenía una luz cálida y música suave.
Suspiré pesadamente y luego de darle un sorbo a mi trago contesté su pregunta – Sé que fue cobarde no dejarte meter en la pelea… pero ¿te imaginas la cantidad de problemas que hubiésemos tenido si la policía se enteraba que estábamos con Yuna? Encima sin pagar entrada.
-Bueno…después de todo Yuna terminó escapándose y dejándonos ahí – Respondió Syaoran tomando de su trago y dándome la razón – Que bueno que estabas ahí, ya que suelo ser muy impulsivo.
-Y yo sobre pienso demasiado las cosas – Admití tras una risa – A veces creo que exagero demasiado y anticipo la catástrofe.
-Bueno, pero en esta ocasión tuviste razón – Contesto mirándome de reojo – ¿Estás bien? Digo, por todo el asunto de Yuna.
Sabía que se refería a la conversacion que habíamos tenido solo unos días antes y sonreí al ver que lo recordaba – Estoy bien, pensé mucho en tus palabras y en la canción, además, es solo un chico al que le gustó más mi hermana… o eso creo hasta que lo vi coqueteando con esa chica más temprano.
Syaoran bufó – De seguro no era nada serio.
-Si, aunque tampoco es mi asunto – Respondí satisfecha dándole un sorbo a mi bebida.
Syaoran pareció estar de acuerdo conmigo, ya que dejamos el tema de lado y nos enfrascamos en otros más banales y que no ameritaban pensar demasiado, e impulsados por el alcohol ya nos encontrábamos riéndonos más de la cuenta y las horas se nos fueron volando al punto de olvidar por un rato el mal momento que pasamos.
Al momento de cerrar el bar nos dirigimos a su auto con intenciones de finalizar la noche, y apenas estuvimos ahí empecé a reproducir en mi cabeza todo lo que había ocurrido ese día, y me parecía completamente increíble que todo eso haya pasado en unas escasas horas, ya que parecía que hubiesen sido siglos desde la última vez que estuvimos en su auto.
- ¿Te puedes creer que hoy conduje tu auto? – Dije completamente emocionada viendo como Syaoran sonreía y se ponía en marcha – ¡Es que no puedo creer todo lo que ocurrió hoy!
-Pasaron muchas cosas – Respondió viéndome orgulloso – Y yo sabía que podrías conducir mi auto, y ya verás que lograrás aprender más con nuestras lecciones.
-Estoy emocionada por eso – Dije sonriendo.
Decidí poner música en su radio y aprovechando la felicidad y adrenalina causada por todos los mojitos que logramos tomarnos en ese bar, ambos cantábamos a todo pulmón nuestras canciones favoritas, y juraría que si pudiera congelar el tiempo en un momento, sería en este, donde los dos estábamos felices y aunque hayamos tenido una pequeña situación que me llenó de miedo, seguíamos siendo nosotros, y me di cuenta de lo mucho que lo quería y lo mucho que no quería alejarlo de mi vida, incluso si solo éramos amigos.
Estábamos tan enfrascados en nuestro momento que ni siquiera caímos en cuenta que llevábamos aproximadamente 10 minutos sin movernos del lugar donde estábamos, y aunque no me sorprendía el tráfico que siempre se formaba en estas calles cuando cerraban los bares, había un factor del que no me ocupé al salir y vaya que me estaba arrepintiendo.
-Tengo muchas ganas de ir al baño – Dije en voz alta mientras ponía mis manos en mi vientre – Demonios, tenía que haber ido antes de salir.
- ¿Crees poder aguantar? No tengo idea de cuánto tiempo nos lleve esto – Respondió Syaoran.
-Pues lo intentaré, pero más te vale de no hablarme de temas relacionados con líquidos o el resultado será catastrófico – Contesté sintiendo como mi vejiga estaba a punto de estallar y emitiendo un gemido de dolor – Demonios ¡esto se siente horrible!
Admitía que después de haber emitido aquel gemido me arrepentí por completo, ya que perfectamente se podía malinterpretar incluso cuando no lo hice de forma intencional. Me giré para ver la cara de Syaoran, sin embargo, este se mantenía sereno y simplemente mirando hacía el camino, ni siquiera sé si habrá llegado a escucharme o si se habrá percatado de que fue un gemido que podía ser catalogado como sexual.
-Prometo pararme en la primera estación de servicio que encuentre cuando salgamos de aquí, pero tienes que aguantar – Dijo tratando de animarme – Veamos… ¿canción favorita de Coldplay? Falta poco para el concierto.
-Así que jugaremos a esto para distraerme – Respondí en un tono ahogado mientras sostenía mi vientre con fuerza – Clocks… ¡demonios me duele mucho! – A este punto yo sentía que en cualquier momento lloraría lágrimas de orina.
- ¡Parece que estuvieses a punto de dar a luz! – Dijo empezando a estresarse un poco y apenas teniendo la oportunidad de mover el auto unos metros de distancia – Esto nos llevará toda la vida, y no creo que aguantes toda la vida.
Esta vez no fui capaz de responder, mi vejiga se sentía inflamada, por lo que desabotoné mi pantalón sin que se viera la ropa interior, sin embargo, nada parecía tener efecto ya que las ganas de ir al baño solo se incrementaban, a este punto yo ni siquiera escuchaba la música de fondo y, a decir verdad, estaba maldiciendo internamente a los hombres, ya que si yo fuese uno de ellos cualquier lugar podía llegar a ser un buen baño si te lo proponías, pero no podía más que aguantarme.
Creo que habría seguido maldiciendo internamente a los hombres, los tragos que me tomé y el tráfico de aquella calle, de no ser porque sentí como una mano se posaba encima de la mía sobre mi vientre y un brazo me rodeaba la cintura por debajo de mi blusa, haciendo que esta vez soltara un gemido de alivio ya que por un momento mi cuerpo se tensó tanto que pude contener las ganas.
- ¿Esto siente mejor? – Preguntó Syaoran en un tono suave y casi seductor.
Pero ¿qué demonios?
Sentí mi corazón acelerarse, sin embargo, me mantuve imperturbable y quieta y logré responder en un tono muy parecido y mucho más calmado – Si, se siente bien.
-Bien – Respondió él empezando a acariciar mi vientre por debajo de mi blusa y haciendo que las ganas de ir al baño se desviaran a otra cosa, a una necesidad muy específica.
Syaoran movía su mano de un lado a otro alternándola entre mi vientre y mi espalda, y esta vez fue imposible contenerme los gemidos por las sensaciones que esto me estaba causando. Ni siquiera pensé en las consecuencias que esto tendría luego, por lo que simplemente tomé su mano y la guíe hasta mis muslos, donde él empezó a tocarme sin pudor.
Me giré a verlo a ver si sus ojos expresaban el mismo deseo que el mío, y para mi sorpresa, lo siguiente que sentí fueron sus labios sobre los míos en un beso hambriento, dejando que su lengua se colara en mi boca robándome el aliento mientras su mano acariciaba mi centro a través de mis pantalones, y por un momento de arrepentí de no estar usando el vestido que tenía pensado al inicio del día, pero a este punto nada de eso importaba.
Los gemidos se hacían más fuerte cuando justo recordaba que tenía muchas ganas de ir al baño y eso hacía que su toque fuese más intenso, pero no lo detenía de aquello, ninguno de los dos hablaba, simplemente yo dejaba que me tocara haciendo que mis emociones se dispararan y que las ganas de querer quitarle la ropa fuesen en aumento, pero no todo podía ser perfecto.
El auto que teníamos detrás hizo sonar su bocina haciéndonos ver que ya teníamos el paso para continuar, y aparentemente el tráfico se había aligerado mucho mientras nos distrajimos, ya que Syaoran empezó a conducir y no tuvo que hacer paradas más que en los semáforos.
El camino hasta la estación de servicios más cercana fue rápido y silencioso, aunque sinceramente no le presté mucha atención ya que las ganas de ir al baño volvieron a hacerse presentes con mucha fuerza, por lo que apenas estuve en la gasolinera sentí que se abrían las puertas del cielo.
Al volver al auto, Syaoran puso su atención en mi – ¿Mejor?
-Si, muchísimo – Respondí un poco incómoda, preguntándome ¿Cómo podía estar tan sereno después de lo que acababa de pasar?
Él asintió con la cabeza y luego de un largo suspiro soltó lo que menos quería escuchar – Te falté el respeto… Es justo lo que te dije que no quería hacer si llevábamos esto más allá.
Lo miré incrédula – Pero yo te dejé hacerlo.
-Ese es el punto – Dijo Syaoran mirando hacia el volante – Te mereces hacer esto con alguien que esté para ti las 24 horas del día y te quiera como a nadie.
Esas palabras hicieron que algo dentro de mí se sintiera un poco roto – ¿Es decir que tu no lo haces?
-Te quiero, eres de las personas en quien más confío en este momento – Respondió finalmente mirándome a la cara – Y por esa razón no puedo dejar que te enamores por completo de mí, porque yo no creo ser capaz de corresponderte como tú quieres.
Sus palabras me dejaron completamente helada, no sabía ni siquiera cómo sentir… ¿esto era un rechazo? ¿o una simple advertencia de lo que sería si nos involucrábamos más? De cualquier manera, no podía evitar sentir una presión en el pecho, pero me mantenía sin decir nada y sabía que esto estaba empezando a desesperarlo.
-Desearía que dijeras algo al respecto porque siento que esto te está lastimando – Ambos intercambiamos miradas y yo me mantuve completamente muda, y es que era como si las palabras se hubiesen quedado atascadas en mi garganta – Por esta razón lo vamos a detener aquí y ahora… No soportaría verte ilusionada y que luego tenga que romper eso y perder tu amistad.
-Nosotros vamos a ser amigos, pase lo que pase, Syaoran – Dije mirándolos a los ojos y acercándome para besarlo rápidamente en la mejilla sin decir nada más.
Y aunque no habláramos gran cosa después de eso, dentro de mí no sabía porque sentía que esa conversación no había concluido, y de nuevo tuve esa sensación como si esto fuese un rompimiento, solo que, en menor grado, y la misma oración seguía martillándome la cabeza.
No puedes romper algo que nunca empezó.
oOo
N/A: ¡Hola a todos! Espero que hayan tenido una bonita semana :D
Por aquí les dejo el capítulo que corresponde a esta semana y como les había comentado en el anterior, la noche no había terminado para ellos y vaya que les sucedieron cosas. Como ven, Yuna hizo acto de presencia, pero no fue tan transcendental, lo que si fue transcendental fue su pelea con el otro chico que hizo que Sakura y Syaoran salieran corriendo del bar y pues, la noche terminara con ellos dos solos de nuevo.
Ahora, pasaron cosas y esta vez Sakura no impulsó nada, tal y como varios venían diciéndome que creían que en cualquier momento estos dos romperían su promesa de ser solo amigos, como pueden ver, fue el mismo Syaoran quien la rompió y volvió a ponerla… Se que debe haber muchas opiniones sobre él (y no creo que sean positivas) y las entiendo, pero seguimos estando del lado de Sakura y pues ella se siente decepcionada de este final de noche.
Les agradezco a todos por apoyar esta historia de todas las maneras posibles. Estoy ansiosa por ver que opinan específicamente de este capitulo ya que es uno importante dentro de la relación de Sakura y Syaoran.
Les mando un abrazo enorme y hasta la próxima semana.
ACLARATORIA: Esta historia es de mi autoría, no existen colaboraciones con nadie y en el caso de que las hubiese se le darían sus respectivos créditos. Esta historia solo es publicada a la fecha en las plataformas FanFiction, Wattpad y AO3; si está en alguna otra es porque no está autorizada por mi persona y se considera plagio. No se permite la copia y/o adaptación de esta historia.
