Conversación en Persona: "Día de la Emergencia"

Conversación en Radio: "Día de la Emergencia"

Recuerdos: "Día de la Emergencia"

Narración: Día de la Emergencia

POV Michael

Todo se fue al carajo.

Me obligaron a formar parte de la armada, no tuve otra opción a menos que quisiera morir. Al inscribirme me dieron un tour por la Academia, donde se ubicaban los dormitorios, barracas, laboratorios, gimnasios, campos de tiro, este maldito lugar tiene de todo.

Conocí al Profesor Elliott, el inventor del Misil de Masa Ligera, un buen hombre a mi parecer, nos guio por los laboratorios del sitio para mostrar los inventos que los estudiantes construían, me hubiera gustado estudiar aquí, es una lástima que no me haya inscrito para eso.

Ahora estoy en el patio con un montón de reclutas y un guardia Onyx como preparador, no quiero llamar la atención, porque no quiero destacar, pero si no destaco, me harán la vida un infierno.

Tratan a los débiles como inferiores y a los fuertes como dioses, así funciona la cadena, una cadena a la que no quiero pertenecer, pero me veo forzado a entrar.

"Entonces, ¿Cómo te llamas?" —Una voz a mi costado me hablo, se escuchaba incómodo—.

Al girarme vi a un hombre rubio de alrededor de 1.80 metros, contaba con unas gafas azules en su frente y una ropa que nos dieron para los entrenamientos, que constaba de una camisa azul con la palabra Nuevo Gear de color blanco en el centro, unos shorts completamente negros y unos tenis deportivos. Todos teníamos la misma vestimenta.

"¿Empezando a hacer amigos? No es la mejor jugada en un lugar así, pero elegiste a la persona correcta, mi nombre es Michael Coulthard. ¿Cuál es el tuyo?" —Pregunto mirándolo para ver sus reacciones—.

"Damon Baird, solo dime Baird" —Después de esas palabras se formó un silencio incómodo entre ambos por unos segundos—.

"Así que... ¿Por qué estás aquí?" —Se animó a preguntar Baird mientras observaba alrededor—.

"Me obligaron a estar aquí, vengo de Mattino Junction, una de las ciudades que las larvas atacaron, traje pruebas visuales del principio del ataque. Pero los altos mandos vieron 'algo' en mí y todo se fue a la mierda desde ahí" —Explique vagamente mi situación viendo al Onyx que estaba hasta el frente viendo unos papeles, pero su casco no me permitía ver si él nos observaba o no—.

"Bueno, eso suena del carajo si me lo dices; aun así, como van las cosas, no me sorprende en lo absoluto. Con el informe de bajas todos estamos igual de preocupados" —Me explicaba mientras levantaba su brazo a alguien a la distancia—.

"¿Que informe?" —Pregunte confundido, llevaba un día sin tener noticias de nada aparte del ataque de Ephyra—.

"¿No lo has visto? Mira" —Dijo sacando una tableta de una mochila que tenía en su costado para mostrarme un video—.

"Aunque todavía estamos tratando de confirmar... Parece ser que los informes diciendo que innumerables masas de hombres, mujeres y niños han sido masacrados desde la emergencia de anoche... son ciertos... actualmente contamos que el 20 % de toda la población, fue exterminada en el ataque inicial..." —Mi vista quedo anonadada, no me lo podía creer lo que escuchaba—.

En un día completo mataron al 20 % de toda la población... y siguen contando, esto es grave, muy grave.

"Se está saliendo de control" —Susurre aun viendo el video—.

"Si y nos pondrán a nosotros al frente contra estas cosas, ¿sabemos al menos como se llaman?" —Pregunto Baird mirándome a mí, mientras guardaba la tableta de vuelta a la mochila—.

"Yo les llamé Larvas, salen del suelo al igual que ellas, es todo lo que tengo por ahora"

"Me sirve" —Contesto el rubio asintiendo a mi respuesta—.

"¿Qué tal estás hombre?" —Una voz más grave sonó atrás de Baird, haciendo que este girara a verlo—.

Era un hombre de tés moreno un poco más alto que Baird, casi llegando a 1.90 de altura, bastante musculoso para su edad, con un muy poco cabello casi rapado de color negro.

"Cole, ya habías tardado" —Contesto a las palabras de su compañero, dándole una palmada en la espalda—.

"Ya sabes hombre, el tren necesitaba prepararse" —El hombre vestía exactamente igual a nosotros—.

"¿Quién es tu nuevo amigo?" —Pregunto el moreno al rubio—.

"Se llama Michael, buen tipo, no lo arruines" —Contesto amenazándolo—.

"Hahaha ya deberías conocerme" —Le respondió para luego ir conmigo—. "Augustus Cole, gracias por cuidar a Bairdie en mi ausencia" —Dijo sarcásticamente apuntando con su cabeza a su amigo—.

Eso me saco una pequeña risa, este chico era carismático, ya necesitaba un cambio de la típica actitud monótona de este lugar.

"Michael Coulthard, no hay de qué, solo no lo descuides, ya se estaba poniendo nervioso" —Le respondí con una sonrisa, usando el mismo tono sarcástico—.

"Oh, ¿entonces es la hora de molestarme? Claro, siempre es el pequeño" Decía quejándose de su altura, no es que el fuera enano, pero entre nosotros, sé ha de sentir un duende—.

"Muy bien idiotas, fórmense" —La voz del guardia Onyx se hizo presente en el patio, trayendo orden de inmediato, causando que todos se formaran 3 filas de 10 reclutas.

"Ustedes están aquí, para defender al pueblo" —Daba un horrible discurso mientras caminaba entre las filas golpeando en la cabeza a los reclutas que se atrevieran a quitar su mirada de quien tenían enfrente—.

"Las Guerras del Péndulo terminaron, para dar paso a otro nuevo enemigo, un oponente que conocemos poco y ha causado un gran daño a nuestra gente"

"Los entrenaremos duramente para prepararlos lo más pronto posible de lo que se viene. ME ENTENDIERON" —Elevo su voz el Onyx mirándonos desde el frente—.

"¡SEÑOR SI SEÑOR!" —Gritaron los de mi alrededor, mientras yo me quedaba callado, observando de reojo a los edificios que rodeaban el patio, no es normal que solo un soldado nos instruya a todos—.

"Bien, empezaremos con combates cuerpo a cuerpo, quiero verlos defenderse como si su vida dependiera de ello" —Ordeno mientras nos decía que hiciéramos un gran círculo dejando el interior libre para los combates—.

"Cuando diga sus nombres, entraran al círculo, cada uno en un extremo hasta que les ordene pelear" —Nos ordenaba trayendo una tableta con unos nombre en él—.

"Damon Baird" —El suspiro de cansancio del rubio sonó a mi costado mientras entraba al círculo—.

"Tim Perham" —Un hombre calvo, medianamente musculoso, entraba al círculo y por sus movimientos, él también se encontraba nervioso—.

"¡Inicien!" El ataque de Baird fue inmediatamente contra el chico, que intento bloquear sus golpes, pero en un instante, el rubio barrio los pies de Perham, haciendo que caiga al suelo para luego hacerle una llave y someterlo, quitándole el oxígeno. Este intento zafarse, pero su cara se ponía roja por el esfuerzo en vano hasta que pidió rendición, consiguiendo que Baird lo soltara y pudiera tomar aire a bocanadas—.

"Bien, esperaba que duraran más. O tenemos gente habilidosa hoy o talvez tengamos ineptos en nuestras filas" —Insulto el Onyx a todos nosotros mientras escribía algo en su tabla—.

"Siguiente. Will Felhofer" —Un chico de no más de 20 años entro al círculo, tenía cabello castaño y se sentía confiado, mientras saltaba un poco para calentar su cuerpo—.

"Augustus Cole" —El moreno entro al círculo girando sus brazos para calentarlos junto a su cuello que hacía los mismos movimientos—.

"Ohoho esto será divertido" —Murmuro Baird al ver el emparejamiento—.

"¡Inicien!" Esta vez fue Felhofer quien se lanzó directo contra Cole, lanzando una patada a la cabeza que esté esquivo agachando su cuerpo un poco para luego embestir cuál animal al pobre chico aprovechando la posición en la que estaba, estampándolo contra el piso, sacando el aire que tenía en sus pulmones, pero no pudo pensar bien la situación cuando empezó a recibir golpes a diestra y siniestra en el rostro, durante 15 segundos que se hicieron eternos hasta que este toco con las pocas fuerzas que le quedaban el piso como señal de rendición—.

"Médico. Llévelo a que se limpie" —Hablo el guardia a un hombre que se encontraba atrás en espera de que algo así pasara, para luego llevarse en sus hombros al chico que apenas si estaba consciente—.

"Carajo Cole, lo hiciste mierda" —Le susurré, aun viendo el rostro golpeado del chico—.

"Eso le pasa por querer jugar con el tren" —Contesto sonriendo un poco—.

"Te gusta hablar ¿eh?" —Escuche la voz del guardia, sabiendo perfectamente que era dirigido a mí solo suspire para entrar al círculo—.

"Me ahorras el tiempo de buscar un voluntario. ¿Nombre?" —Decía mirando su tabla rápidamente—,

"Coulthard" —Conteste secamente—.

"Bien Coulthard, pelearás con Arthur Sullivan" —Un hombre de 1.90 entro al círculo y supe de inmediato que él no era un novato—.

Su postura era de alguien con experiencia, solo tenía que averiguar si se experimentaba en un arte marcial o solo combate militar, de ahí puedo planear mi jugada.

"¡Inicien!" —Sullivan se lanzó con una derecha larga que con mi mano, desvíe ligeramente el golpe para que no me impacte, así con varios golpes hasta llegar hasta el fin del círculo—.

"¡NO SEAS UN COBARDE Y PELEA!" —Me grito Sullivan alejándose un poco de mí, mientras yo entraba de nuevo al círculo—.

"Vamos hermano, tú puedes vencerlo" —Decía Cole dándome unas palmadas en la espalda—.

"Oh créeme, esto será corto" —Contesto ahora con mis puños bien apretados, pero puestos al costado de mi estómago, tanteando al oponente que solo se irritaba—.

"Te haré pedazos, mocoso" —Amenazo el hombre acercándose y yo siguiéndole el paso—.

Este lanzo la misma derecha, pero esta vez pasé por debajo de su golpe y al instante soltando el mío directamente a su rostro con mucha fuerza, solo escuchándose el eco de su cuerpo cayendo al suelo, inconsciente—.

Todos soltaron un sonido de asombro al ver al hombre desplomarse sin ninguna resistencia.

"Si vas a hacerme pelear con alguien, trae a un Onyx que no sea tan fácil de manipular, esto fue un chiste" —Digo al instructor alejándome a mi sitio del círculo—.

"¿Onyx?" —Pregunto Baird confundido—.

"¿No te parece extraño que somos 30 reclutas, pero por algún motivo somos 32 personas en el círculo?" —Decía señalando con mis brazos alrededor—.

Todos de inmediato empezaron a girar a sus alrededores para contar cuantas personas estaban y solo hubo uno que no se movió en ningún momento.

"Tú, el castaño con la cicatriz" —Señale al hombre del otro extremo de donde estaba—.

Los reclutas e incluso el instructor giro a donde el hombre que no pudo hacer más que reírse mientras iba a donde su camarada inconsciente, para levantarlo y colocarlo en su hombro como saco de papas.

"¿Cómo supiste que era yo?" —Hablo mirando en mi dirección—.

"Cuando llevas tanto tiempo sobreviviendo como yo, revisas todos los rostros en el lugar, sus movimientos, sus acciones; al mencionar que había más personas en el círculo, todos de inmediato empezaron a contar menos tú, porque sabías que era verdad" —El hombre solo carcajeo mientras se iba a donde el instructor—.

"Eso es increíble, por cierto, me gusto cómo estudiaste a Sullivan, estudiar sus acciones antes de enfrentarte a él, pero no siempre tendrás la oportunidad de estudiar a tu oponente primero, es ir y aprender en la marcha o morirás en el intento" —Se quedó un poco mirando a todos antes de volver a hablar—.

"Soy el Mayor Bixhorn, esta se suponía que era una prueba de intimidación, colocar al más débil contra el más fuerte, al novato con el experimentado, pero veo que juzgue al libro por su portada demasiado temprano a varios de ustedes" —Dijo mirándome a mí—.

"La ira, el orgullo y la arrogancia nubla el juicio, eso lo tengo bien grabado en mi cabeza" —Menciono con mis pensamientos intentando salir—.

"Y lo haces bien por grabártelo. Por ahora los que falten de combatir quédense, los que terminaron acompáñenme, dejaremos a Sullivan a la enfermería e iremos al campo de tiro" —Dicho eso, este dio media vuelta para irse por la gran puerta con su compañero aún inconsciente en su hombro—.

"¡Aún no terminamos aquí, que pase el siguiente!" —El instructor ordeno mientras que el novato que lucho con Baird se adelantaba junto al Mayor, a la vez mi ahora pequeño grupo conformado por Cole y Baird lo seguíamos de cerca—.

"Carajo hermanó, eso fue asombroso, debes enseñarme ese truco" —Me pidió Cole, empujándome de juego el hombro, mientras que Baird solo reía un poco por su actitud—.

"Cuando tengamos tiempo libre, talvez te lo enseñe" —Dije aun mirando alrededor, a pesar de que nos dieron un tour por la Academia, había pasillos que no usamos, por lo que ver todo lo que tiene este lugar me es interesante—.

"¿Cómo fue que aprendiste a pelear así?" —Pregunto Baird, le gusta aprender cosas nuevas y es algo que he notado de él—.

"Como dije, cuando buscas sobrevivir, usas lo que tienes, aprendes lo que puedes y lo perfeccionas para ser el mejor, así no siempre te agarran de sorpresa, deberían de intentarlo un poco"

"Yo ya me especializo de algo, Capitán Maravilla, soy un coco con la tecnología, el mejor en ingeniería"

"¿Entonces qué mierda haces como soldado, deberías estar fabricando cosas en lugar de estar aquí?" —Ahora yo era el curioso—.

"Mis padres, vengo de una familia con dinero, si quería estudiar ingeniería y conseguir la herencia tenía que entrar al ejército. Mis padres murieron en Ephyra en el primer ataque, solo me queda esto"

"Entiendo, mi más sentido pésame"

"No eran los mejores, pero seguían siendo mis padres después de todo, ¿sabes?"

"Sí... lo entiendo" —Murmure recordando a mi padre—.

"Papá, ¿te puedo acompañar a la mina?" —Un niño de cabello castaño pregunto entusiasmado al hombre mayor que tenía una gran similitud al chico—.

"No hijo, es bastante peligroso la mina y no quiero que te pase nada" —Respondió el adulto con preocupación—.

"Pero apenas si pasamos tiempo juntos" —Menciono el pequeño con cierta tristeza en su voz—.

"Lo sé hijo... bien, si vienes tendrás que quedarte en la cabaña del capataz y no puedes salir hasta que te diga, ¿de acuerdo?" —El adulto menciono las palabras con tono estricto que causo una gran alegría al niño por la expresión de su rostro—.

"¡Sí! Gracias papa" —Dijo el pequeño abrazando a su padre—.

Antes de que el padre pudiera irse de la habitación, el niño se acercó una vez más a él.

"Papá, ¿puedo llevar a una amiga?" —La pregunta causo curiosidad en el adulto—.

"¿Y quién sería tu amiga?" —Le contra pregunta el adulto, agachándose a la altura del niño—.

"Sería esta-" —La voz del niño se distorsionó junto con el recuerdo al vacío de la mente—.

"Michael, ¿está todo bien?" —Me pregunto Cole consternado por mi silencio, sacándome de mis pensamientos—.

"Lo siento, solo estaba... recordando" —Conteste sinceramente—.

"Tus padres deben ser un tema delicado entonces" —Aseguraba Baird al ver mi reacción—.

"Algo así, mi madre falleció cuando nací por lo que no tengo muchos recuerdos de ella y mi padre fue un gran hombre, el pulmón negro me lo arrebato cuando era un niño" —Mencione a los chicos—.

"Mierda, eso debió ser duro" —Comento Baird apenado por tocar el tema mientras llegábamos al ala médica—.

"En su momento lo fue, pero atesoro esos recuerdos" —Dije sonriendo levemente, ya que al menos mis recuerdos con él eran alegres, a diferencia del resto que venían después—.

"Bien, vayamos al campo de tiro, nos queda un largo día" —Decía el Mayor saliendo del ala médica sin Sullivan y con Perham detrás de él—.

"Guie el camino señor" —Dijo Baird señalando el pasillo—.

El resto del camino éramos nosotros platicando uno del otro, conociéndonos mejor, como averiguar que Cole era un jugador de Thrashball, uno de los mejores, pero decidió ayudar a la causa uniéndose a la COG, donde conoció a Baird y llevándose de maravilla.

Extrañaba platicar con la gente, poder hacer amigos una vez más como lo hice en Mattino... espero que Dizzy haya llegado bien a Jacinto.

Llegamos a una sala distinta al resto, esta era blindada.

Para entrar se necesitó un código que el mayor tenía, al escribirla, un pitido se escuchó por un momento antes de que las puertas automáticas metálicas para mostrar un recibidor con muchas armas y un armero detrás.

"Bienvenidos al cielo, hijos míos. Diríjanse a las casillas para sus pruebas" —Llego la hora, la parte en la que soy una vergüenza—.

"Les haré comer pólvora" —Se burló Baird tomando su posición en una casilla aleatoria—.

"Ohoho eso lo quiero ver nerdo" —Respondió Cole colocándose a su costado—.

Yo no dije absolutamente nada, si no daba el máximo, sería el hazmerreír de la clase y tomando en cuenta la reputación que me estoy formando, me comerán vivo.

Al llegar al sitio solo había un blanco metálico a 30 metros, colgando hasta el fondo del pasillo, siendo sostenido por una base de lo que parece ser acero anclado a un carril que llega hasta el frente.

"Bien novatos, en esta prueba probaremos 3 cosas: precisión, duración de ráfagas y aciertos letales. ¿Quién sabe diferenciar la precisión de los aciertos letales?" —Pregunto el armero a nosotros cuatro—.

"Una cosa es que te disparen 20 veces en la pierna a un disparo en la cabeza" —Comente mirando a los blancos y su distancia—.

"Exacto, no solo quiero que les den a los blancos, quiero que lo hagan de una manera que el oponente no se vuelva a levantar" —Respondió, entregándonos a cada uno un rifle Lancer—.

Empecé a respirar profundamente para evitar ponerme nervioso, la última vez que use un arma no termino bien el día para nadie.

Apunte el arma al objetivo, este estaba muy lejos para el retroceso y dispersión que tiene esta cosa, por lo que sostuve fuertemente el arma para evitar que se eleve, aunque por un momento sentí cómo mis dedos se hundían un poco, así que afloje el agarre solo un poco.

"No lo sujeten con mucha fuerza, para controlar el retroceso tiene que aprender el patrón del movimiento del arma, jalarlo hacia abajo, no servirá si el arma se mueve a un costado" —Hablo el mayor detrás de nosotros mientras los disparos se empezaron a escuchar a mi lado—.

Intente disparar el arma un poco para como se movía, esta arma se eleva bastante, pero no tiene retroceso lateral, así que manteniendo firme el agarre, dispare por cortas ráfagas haciendo que los disparos fueran más precisos, dando la mayoría en el pecho y torso pero ninguno en la cabeza.

"Nada mal novatos. Soldado Baird, usted tiene un excelente control y precisión, al igual que usted Augustus, pero le falta daño, apunte a lugares críticos" —Cuando el Mayor termino con ellos, él fue hacia mi dirección para ver el blanco—.

"Golpes críticos, ningún tiro a la cabeza, pero siempre se inicia por algo" —Me comento mientras se acercó más a mí—.

"Lo que si note, fue que dudaste, tardaste en disparar y eso te puede llevar a la muerte, quítate esa duda de la cabeza, en el campo de batalla solo saldrá uno vivo, tú o él" —Decía el Mayor dándome una palmada en la espalda antes de gritar que lo intentáramos de nuevo—.

¿Dudaba? Sí. ¿Era razonable? También.

La gente que mate se quedaron grabadas en mi cabeza, algunas lo merecían, pero otras no... lo hice para sobrevivir, para que pudiéramos sobrevivir.

"¡No pueden permitir que escapen!" —La furia en la voz de la persona se hacía notar, mientras nuestros cuerpos se sentían fríos por las temperaturas al no tener nada con que cubrirnos—.

"¡Corre, no mires atrás!" —Mi voz tenía pánico, no quería que le pasara nada a mi hija, la montaña nevada era difícil de navegar, pero fácil perderse y ese era el objetivo—.

Mi cuerpo reaccionó por si solo.

Tenía una Lancer en mis manos, levante el arma a donde nuestros perseguidores y con manos temblorosas por el frío dispare con precisión a cada uno de ellos, se desplomaban uno a uno, sin oportunidad de defenderse, al punto que mi arma se quedó sin municiones.

Quedaba un solo hombre de la pequeña escuadra que nos perseguía, tenía una herida de bala en su pecho, así que me lance con la bayoneta contra el hombre que quedaba, empalando su estómago con la cuchilla.

Sus gritos de agonía rebotaban en mi cabeza y sin una pisca de misericordia le saque la bayoneta del estómago haciendo que se desangre aceleradamente.

"Mo... Monst" —El pobre hombre no podía terminar la palabra por el dolor de tener un agujero en el estómago—.

"Si... lo soy... y ustedes lo crearon" —El sufrimiento se acabó cuando una bota cayó encima de su cabeza—.

"Carajo hijo, esto es... una mejora descomunal" —El mayor se encontraba detrás de mí, viendo lo que tenía enfrente—.

Al recuperar la consciencia, vi lo que más temía. El blanco tenía agujeros en el pecho alto y cabeza, demostrando lo preciso y letales que fueron.

No quería esto... esas... memorias volvían a salir, los movimientos son instantáneos, musculares, no me sentía yo mismo, mi mente no estaba presente, tantos años tratando de evitar esto y ahora está de regreso.

"Mike, amigo, no sé cómo lo hiciste, pero fue impresionante. De un momento a otro te pusiste serio y disparabas ráfaga tras ráfaga sin rechistar, fue asombroso" —Cole llego a mi casilla para tomarme de ambos hombros agitándome por lo que presencio—.

"¿Seguro que no era un Onyx en cubierto también?" —Dijo Baird sarcásticamente, dejando su rifle en la mesa de su casilla—.

"Sabría si tuviera un soldado así de bueno" —Entro a la conversación Bixhorn viéndome como un padre orgulloso de su hijo—.

"Bien, es hora de ir con el profesor Elliott, les enseñará como funcionan ciertos aparatos que los Gears utilizan a diario, como el comunicador o talvez su último invento, el Misil de Masa Ligera" —Todos sin decir nada empezaron a salir, yo siendo empujado por Cole para no quedarme atrás—.

Al final de todo lo que hice para evitarlo, el desgraciado consiguió lo que quería, un soldado y solo basto que una especie nos esté liquidando para conseguirlo.

NOTA DE AUTOR: Este sería el Capítulo 5, comento que la subida de capítulos serán de manera irregular, tomando en cuenta el tiempo de realización del mismo o del tiempo disponible que tengo para hacerlos. Solo ténganme un poco de paciencia.

Gracias por leer, ZenthicAlpha fuera.