Conversación en Persona: "Día de la Emergencia"

Conversación en Radio: "Día de la Emergencia"

Recuerdos: "Día de la Emergencia"

Narración: Día de la Emergencia

POV Michael

Una semana del descubrimiento de Sofía.

Ahora la tensión era más grande que nunca, no solo entre compañeros sino entre nuestros nuevos invitados.

El día que nos pidieron resguardarnos, llegaron refugiados, de la antigua república de Gorasnaya.

Digo antigua, porque los Locust la hicieron mierda, pedazos, escombros.

Lo que quedo de la UIR escapo hacia Halvo, unos cuantos miles de la antigua República, buscaban resguardarse antes de ir a cazar a su cazador, lo llamaban Karn, un Locust muy inteligente según los sobrevivientes.

Lidero a los Locust en la destrucción de Gorasnaya; estratégico y voraz fueron sus palabras para describirlo.

Obviamente, la COG aprovecho esto para encerrar a los opositores, como castigo por no rendirse, pero un grupo Gorasni pensó una mejor idea.

Exigieron mucho, pero después de pedir venganza encuentra de los Locust, la COG acordó un programa que beneficiaria a ambos.

"El Programa Brazos Abiertos, da oportunidad a los ciudadanos y soldados de la UIR a unirse a nuestro gran ejército para combatir a la nueva temible amenaza de los Locust" —La pasaban en la radio habitualmente y día tras día más gente Gorasni llegaba a alistarse para poder pelear—.

Pero no se libró de controversia.

"Esto es inaudito, no pelearé junto a un puto Indie, ellos mataron a mi padre en las Guerras del Péndulo" —Un Gear decía a su compañero, contándole sobre lo que creía del nuevo programa. Yo solo miraba todo pasar desde mi banca, donde seguía redactando lo sucedido en mis nuevos días académicos en un libro—.

A pesar de la opinión popular, a mí no me interesa en lo absoluto los conflictos entre ambos bandos y dejé claro a los nuevos residentes, que no comparto los puntos de vista políticos de ningún bando, cosa que me hizo ganar el respeto de algunos Gorasnis y la sospecha de Loomis junto a algunos Gears de que pertenezco a la UIR.

Y la cosa con Sofía quiso mantener nuestra amistad, se veía algo arrepentida; sin embargo, la pobre no podía hacer mucho, solo seguía órdenes, por lo que la perdoné por lo pasado.

"¿Qué piensas de la situación?" —Me decía Sofía que se sentaba a mi lado, observando las discusiones entre soldados—.

"Tienen motivos para quejarse, pero no quita lo irritante de tener que escucharlo a diario" —Termine suspirando, cerrando mi libro y guardándolo en mi bolsillo trasero—.

Tenía puesto ropa militar de color gris, era básico, pero más cómodo que la ropa de ejercicio que llevaba al inicio, Sofía llevaba algo similar pero con falda a la rodilla.

"Bueno, el mando supone que están aquí para robar tecnología de la Coalición" —Me comentaba mientras acomodaba su cabello—.

"Yo no estaría tan seguro" —Le digo mientras señalo la pantalla que tenemos enfrente—.

"La Coalición decidió dar una misión de reconocimiento a la República de Gorasnaya... Dios mío, la ciudad está en ruinas, los edificios están ardiendo, los Locust la tienen en su posesión" —El video fue tomado desde un Raven, con Locust en las calles y una cosa gigante metiéndose bajo tierra, justo cuando la cámara intento captarla—.

"A mí no me parece que estén exagerando, no había visto tanta destrucción desde los Campos de Aspho, es una maldita locura" —Respondo, poniéndome de pie para regresar a nuestras barracas—.

"¿Cómo sabes lo que paso en Aspho?" —Pregunto curiosa—.

"Como no saberlo, estuvo en las noticias, mostraron imágenes satelitales una vez la batalla acabo, fue horrible, pero no a este nivel, no quiero ni imaginar como estará Mattino, la COG no puede sacar nada de imágenes sin que derriben el helicóptero, tampoco pueden sacar imágenes, por algún motivo el cielo está teñido y los satélites no pueden sacar nada de ahí" —Le respondí abriendo la puerta de nuestro dormitorio y encontrar 3 sorpresas—.

"Por supuesto" —Murmure al verlo—.

"Parece ser que los cadetes están aquí" —Loomis hablo mientras se acercaba a donde nosotros—.

"Buenas noticias, cadete Hendrick, tiene un nuevo escuadrón, el teniente Baird será su nuevo líder de ahora en adelante" —Comento Loomis señalando al rubio que solo saludo con la mano, sacando una ligera carcajada de mí—.

El rostro de Sofía era de inconformidad, pero se lo trago para asentir a lo dicho por el Coronel.

"Usted, junto con el Soldado Augustus, formarán parte del escuadrón Kilo... y tendrán una adición a su equipo" —Eso último lo dijo con disgusto, mirando de reojo al Gear con armadura verde—.

Ese tipo de armaduras eran entregadas por la COG a los Gorasnis que se unen para identificarlos fácilmente y que no se mezclen.

"Soldado Garron Paduk, será su responsabilidad de ahora en adelante" —Presento Loomis al hombre con una quemadura en su lado derecho del rostro, que dio una mueca de enojo—.

Loomis en eso se acercó a Sofía para susurrarle algo que yo pude escuchar claramente.

"Vigílelo, no confíe en él" —Dicho eso, se retiró sin decir una sola palabra, parece ser que estuve de extra aquí—.

"Bienvenido a Kilo, Cadete, espero que no nos llevemos tan mal" —Baird se introducía, señalando a la pelirroja—.

"Oh tendrás un líder muy peculiar Sofía" —Solté una pequeña risa mirando la cara de indignado del rubio—.

"Por si te lo preguntabas, que sé que lo haces, soy un buen líder, según mis oficiales"

"Tus oficiales mandaron a sus mejores líderes a las playas de Aspho a morir, no creo que diferencien que es un buen líder a uno mediocre" —Paduk interfirió haciendo que Sofía sea ahora la indignada—.

"Te atreves a-"

"Debo concordar con el tostado aquí, pero conociendo a Baird, tiene mucho que demostrar... ahora no me vayas a quedar mal idiota, ya te di mi apoyo moral" —Mis palabras levantaron y derrumbaron al nuevo teniente, que solo azotó sus manos contra sus costados—.

"¿Y tú quién eres? Su Coronel no te presento" Paduk hablo señalándome—.

"Soldado Michael Coulthard, no me sorprende que Loomis no lo hiciera, nunca fue muy cortés que digamos, menos con los rumores que él inventa sobre mí" —Menciono sacando el ceño de Baird—.

"Tú eres el Soldadito que simpatiza con nosotros" —Dicho eso ríe sarcásticamente, pero yo mantengo mi cara de indiferencia—.

"No creía lo que decían de qué había una persona de la COG que no nos odiaba, ¿por qué ese sentimiento?" —Pregunto con curiosidad pero con un tono serio—.

"Me da igual la COG o la UIR, soy prácticamente un nómada, bueno, era un nómada, visite muchos lugares, Gorasnaya fue uno de ellos y por eso ahora Loomis piensa que soy un espía de ustedes... sí, opino que no todos nuestros oficiales son los más listos" —Le explique un poco el motivo y después de pensarlo un poco le di la razón al Gorasni, que solo dio un ademán de agradecimiento por concordar—.

"Bueno, dejando de lado eso, que tal te ha ido en el curso de los lamebotas de Loomis" —Baird, pregunto para quitar la mirada asesina de Sofía de mí—.

"Hehe, nada mal, no es como que fue intencional entrar aquí, Loomis no me quiere en otro sitio que no sea a su lado, pero con Sofía aquí, mi estadía es más acogedora" —Le respondí, tomando del hombro a la chica que solo giro su cabeza al costado, no dándome oportunidad de mirarla—.

"Hahaha, la Cadete esta-AUCH" —La burla de Paduk interrumpida por una pluma voladora que impacto cerca de su ojo—.

"Casi me sacas un ojo mujer" —El Gorasni se quejó sobándose el ojo—.

"Te lo sacaré de verdad si no te callas" —Las palabras amenazantes solo hicieron que Paduk levantara sus brazos en símbolo de derrota—.

Yo todo lo vi como comedia hilarante, Baird igual que solo pudo reír a las ocurrencias de ambas personas.

"Serán un buen equipo, ¿no es asi Sofía?" —Pregunta a la chica, apretando un poco mi agarre—.

"Hago lo que puedo con lo que tengo" —Decía cambiando de tono, siendo más tímida—.

"¿Siempre es asi?" —Destaco Baird señalando a la mujer entre mis brazos—.

"Una vez se conozcan mejor, dejará mostrar su verdadero y tierno ser"

"CALLATE" —Grito la mujer golpeando mi estómago, que me hizo retroceder un poco, pero no evito que me riera por su intento de no avergonzarla—.

"Esto es un grupo muy peculiar que la verdad no me esperaba" —Paduk dijo con sinceridad al ver nuestras interacciones—.

"Y todavía no conoces a Cole" —Agrego Baird recordando al jugador de Thrashball—.

"Pelotones disponibles reportarse a la sala de reuniones inmediatamente" —La voz repitió la frase una y otra vez—.

"Sofía, aquí comienza tu aventura, mucha suerte" —Digo abrazando a la chica que correspondió el gesto—.

"Nos veremos pronto, lo prometo" —Me comento antes de retirarse con el grupo—.

"Yo espero eso..." —Susurre al verlos irse—.

A veces la guerra tiende a llevarse a las personas más nobles, realmente espero que este no sea el caso.

El resto del día fue tranquilo, probando mi puntería en el campo de tiro, haciendo ejercicio o leyendo algún libro durante el día, pero eso fue hasta que vi algo en mi caminata rutinaria cerca del taller de la Academia.

Al entrar estaban los ingenieros del lugar dando mantenimiento a un viejo conocido.

"Disculpa, tú no eres parte del equipo, por favor retírese, estamos trabajando aquí" —Una chica castaña de ojos azules en bata blanca me hablo mientras se acercaba a mí—.

"No, no lo soy, solo quise ver un poco el auto" —Le respondo pasando por su lado y caminando a donde los mecánicos—.

"Bueno, no puedes" —Sentí una mano en mi pecho, intentando detenerme, obviamente no pudo, pero me detuve por cortesía—.

"Déjalo entrar, Mary" —La puerta principal se abrió mostrando a un señor mayor con máscara de soldador—.

"¿Tú quién eres hijo?" —El señor me extendió la mano que cordialmente correspondí—.

"Cadete Coulthard" —Me presenté mirando sus ojos para ver sus intensiones, pero no le vi ninguna—.

"Oh, el prodigio de Loomis" —Por supuesto que me conocen por ese nombre—.

"El prodigio de Loomis, no pudieron agarrar un nombre más humillante. ¿Habla tanto de mí?"

"Solo fue una vez y contó lo dotado que eres con el entrenamiento militar y tus capacidades de aprendizaje"

"Si supiera lo que dice realmente de mí" —Susurre quitando algo de sudor de mi frente, el garaje estaba ardiendo—.

"¿Qué te trae por estos lados?" —Me pregunta mientras se quita sus guantes de soldadura—.

"Realmente vine por el Crow, la última vez solo complete una vuelta en ella" —Conteste apuntando al monoplaza negro detrás de él—.

"¿Eres piloto? Otra de tus habilidades me imagino" —Pregunto, curioso y entusiasmado—.

"Sí, yo fui uno de los pilotos de prueba que usaron para perfeccionarlo como es, hace unas semanas estuve probando el monoplaza en Mattino momentos antes de la invasión, fue muy repentino, causando que me estrelle en una de las barreras al ver los agujeros empezar a formarse"

"Bueno, no te culpo en lo absoluto. Te haré una propuesta, te haremos unos exámenes médicos y pruebas físicas, si vemos que estás calificado para soportar las fuerzas G del Crow, te daremos la oportunidad de probar las nuevas mejoras aerodinámicas" —Me propuso el señor señalando una sala de preparación del otro extremo del gran taller—.

"Doctor Oswald, no puede hablar en serio, este hombre es solo un cadete, no tiene la experiencia necesaria, no cometamos el mismo error otra vez" —La mujer intento convencer a su superior de que era una mala idea—.

"Por eso le haremos las pruebas, una vez verificado, veremos que hacer" —Aseguro Oswald mientras me llevaba a las máquinas de ejercicio—.

No fue difícil, no era la primera vez que las usaba para practicar.

Las pruebas de resistencia, agilidad y conocimiento tecnológico, fueron pasadas con tan facilidad que Mary, la asistente del Doctor Oswald, se impresionó un poco, pero su expresión estoica lo ocultaba bien.

Pero en el proceso, veía mucha actividad que pasaba por el taller, varios Gears se movilizaban, armados hasta los dientes.

Algo sucedía, pero al preguntar, los científicos y entrenadores tampoco sabían qué ocurría, las megafonías no habían informado nada al respecto, no me gustaba quedarme a ciegas.

Pasaron alrededor de 4 horas de preparación, hasta que me dieron luz verde de probar el monoplaza.

"Bien, este es el plano de la pista, dale un vistazo y cuando estés listo, ve a colocarte el traje" —Oswald me comento antes de ir a dar los toques finales al Crow—.

Me puse a observar el trazado detalladamente.

Su similitud al de Mattino es grande, ya que para hacer pruebas con este tipo de vehículos se necesitaba variedad, aunque similar no significa idéntico.

No era la primera vez que lo veía, ya había entrenado en esta pista corriendo alrededor, pero nunca lo había visto de esta perspectiva.

Una vez dado un vistazo al mapa, me dirigí a cambiarme para ponerme el traje, junto con un casco de piloto blanco y ya listo, iba a dar la vuelta de preparación.

Cuando salí me encontré a Mary que intentaba evitar que vaya al garaje.

"Espera, tenemos que dar la vuelta de reconocimiento" —Me informaba apuntando a la puerta contraria—.

"No te preocupes, ya lo he recorrido antes" —Conteste moviéndola gentilmente, realmente quería retrasarme, pero... ¿Por qué?—.

Me acerqué al coche para ser recibido por los mecánicos que me colocaron el HANS, me ayudaron a entrar al coche y pusieron él reposa cabezas.

"Bien, darás 5 vueltas, las primeras 2 serán para reconocer la pista, la tercera será de preparación y usarás las restantes para sacar el mejor tiempo antes de cambiar a un compuesto de neumáticos prototipo"

"Comprendo" —Mientras preparaba el arranque, Mary se acercó al auto—.

"Ten cuidado, la suspensión entera está en fase de prueba, los test muestran un 30 % de efectividad, pero el Doctor Oswald dice que la mejora que le hicieron tiene más porcentaje de funcionar, pero no compartió los datos, asi que informa de cualquier detalle, ¿de acuerdo?" —Entonces de ahí venía la preocupación e insistencia de que no aceptara—.

Asentí a sus palabras mientras miraba de reojo al doctor que miraba los monitoreos, es de esos que no importa el sacrificio, solo el resultado.

Arranque el auto y salí del taller directo a la pista, empecé a calentar los neumáticos y sobre todo los frenos, en ese momento si siento que en las frenadas aflojo mucho, sabré que la suspensión está jodida.

En las vueltas de preparación el auto se sintió bien, sin ningún problema, asi que inicie la primera vuelta rápida.

La pista se compone de 11 curvas. En el inicio, acelero en cuarta velocidad hacia la curva uno. Esta curva tiene un ángulo de 70 grados hacia la derecha, por lo que giro en esa dirección antes de entrar inmediatamente en la curva dos a la izquierda, esta vez en tercera velocidad. Luego, llego a la recta principal y aumento gradualmente la velocidad hasta alcanzar la novena velocidad. Comienzo a frenar progresivamente y bajo a segunda velocidad para tomar la curva tres, que es de 100 grados hacia la izquierda.

Después de salir de esta curva, acelero hasta la séptima velocidad y llego a la sección conocida como "la S", que abarca desde la curva cuatro hasta la seis. Mantengo la séptima velocidad y me esfuerzo por resistir las fuerzas G con cada giro. Luego, bajo a la segunda velocidad para tomar la curva siete, que tiene un ángulo de 120 grados hacia la izquierda. Después de salir de esta curva, acelero en octava velocidad hacia la segunda recta, donde vuelvo a bajar a cuarta velocidad para tomar la curva ocho hacia la izquierda, que tiene un ángulo de 80 grados.

Al salir de esta curva, me encuentro con la curva nueve, que es una subida con un ángulo de 20 grados hacia arriba y un giro de 50 grados hacia la derecha. Aunque este giro es más amplio, la velocidad a la que voy (quinta velocidad) me ayuda a mantenerme en la pista. Luego, entro en la curva diez, que tiene un ángulo de 90 grados hacia la derecha y la tomo en tercera velocidad para conectar con la última recta que me lleva de regreso a la curva uno.

Finalmente, llego a la curva once, que tiene un ángulo de 50 grados hacia la izquierda y la tomo en cuarta velocidad antes de completar la vuelta.

Logro completar la vuelta en un tiempo de 1 minuto, 5 segundos y 789 milésimas.

La risa del doctor se notó en la radio al ver que su auto consiguió el objetivo, pero en ese momento sentí lo que Mary me había advertido.

La suspensión delantera derecha se desarmó en la curva dos, no pudiendo girar correctamente y frenando bruscamente, aplanando los neumáticos en el proceso en una escapatoria cerca de la recta principal.

Los gritos de alegría se convirtieron en agonía cuando vio que no resistió lo suficiente como para hacer 2 simples vueltas y en ese instante sentí el coche vibrar demasiado.

Apague el auto inmediatamente para prevenir otro desastre, pero aun asi que seguía y me di cuenta de lo que sucedía.

"¡LOCUST!" —Grite por la radio, desabrochando todo y lanzando el volante al suelo, saltando del monoplaza para ver como en la recta principal, una araña de más de 4 metros de alto, blindada, salía del suelo, era un Corpser.

Este rugió con poder levantando sus 8 patas para luego azotarlas contra el piso, levantando una buena cantidad de polvo, y regresar de donde vino.

En su lugar, múltiples Locust, salieron del humo disparando a diestra y siniestra, aunque no hubiera nadie en la pista, aparte de mí.

Corrí por toda la curva uno y dos, usando los muros contiguos para esquivar los disparos, escuchando cómo las alarmas de la Academia empezaron a sonar y viendo cómo varios Gears salían a la pista desde el taller, dándome fuego de cobertura y dándome señas de que me acerque a ellos.

Las balas volaban cerca de mi cabeza, haciendo que tenga que correr casi agazapado para no morir.

Al llegar a donde los Gears me lance pecho a tierra y me arrastre al garaje, dejando atrás las explosiones y disparos que aún eran muy sonoros.

Miro arriba y veo a todos tomando varias cosas en pánico, como archivos o equipo, excepto Mary, que solo tomo una pistola y corrió a la salida del taller, directo a los pasillos de la Academia.

Me levanté del suelo y corrí en su dirección, abriéndome paso entre la gente para verla respirando, pesado y con los ojos cerrados, le estaba dando pánico y no la culpo.

Me quito el casco y tomo sus manos gentilmente, asustando a la mujer que intento mover el arma, pero no lo permití y al verme se empezó a calmar.

"Todo irá bien, respira profundo" —Le susurré mientras le quitaba el arma y la jalaba conmigo adentro porque los disparos se hacían más ruidosos junto con los gritos de los que se quedaron atrás.

"Tenemos que ir a la armería por mi armadura y encontrar una para ti, junto con más armas" —Le comento jalando a la chica firmemente con mi brazo izquierdo y la pistola preparada con el derecho—.

Los pasillos estaban llenos de estudiantes siendo evacuados o armándose para apoyar en la defensa.

Explosiones se hacían más presentes en la Academia, veía por los ventanales los Gears salir a pelear a las fuerzas Locust que salían de los agujeros.

"ATENCIÓN A TODOS LOS ESTUDIANTES, EL PUNTO DE EVACUACIÓN SE ENCUENTRA EN EL HANGAR DE AERONAVES, DIRÍJANSE PARA EL TRASLADO A UNA ZONA MÁS SEGURA" —El Coronel Rovik informaba por la megafonía en medio de las explosiones—.

"Tenemos que ir ahí" —Mary me decía jalándome hacia donde el hangar—.

"No, estará demasiado abrumado, usaremos el río para salir, es más seguro y sigiloso" —Contrarrestó su esfuerzo de llevarme, para traerla conmigo mientras le explicaba la situación—.

"Mucha gente en un lugar llamará la atención de los Locust, tenemos que pasar desapercibido si quieres sobrevivir" —Nos acercamos a la armería, pongo mi código y la puerta se abre, entramos y cierro de inmediato para evitar que nos vean—.

"¿Y por qué no avisar a los demás?" —Pregunto confundida, viéndome tocando una de las tantas taquillas con armaduras—.

"Demasiada gente llamaría la atención, no saldríamos vivos" —Le doy el motivo mientras me quitaba el traje ignífugo—.

"Los dejarás morir" —Decía incrédula, detrás de mí—.

"No, lo más probable sea que logren sacar a la mayoría" —Seguí contestando vistiendo ropa interna para la armadura—.

"¿Y por qué entonces no nos vamos con ellos?" —Mi mente quebró en ese instante—.

"¡PORQUE NO CONFIÓ MARY!" —Mi grito asusto a la mujer que se pegó a una taquilla—.

"Es NUESTRA supervivencia, MI supervivencia de la que estamos hablando. No confió en alguien más que no sea yo para sobrevivir, yo tengo que ser el que está al control" —Conteste irritado mientras me acercaba a ella y la mujer se hincaba temerosa—.

"Si no confías en los demás, como piensas que ellos confíen en ti" —Murmuro mirando hacia mis ojos... sus mismos ojos cafés—.

"Papá, son buenas personas, no nos harán nada aquí" —Intento convencerme una pequeña figura siendo arrastrada por mí, fuera de una casa—.

"No podemos estar seguros de eso" —Digo rápidamente, poniendo más fuerza en la gran maleta que llevaba cargando—.

"¿Y cómo sabrás si nunca has confiado en alguien?" —Contesto la pequeña soltándose de mi agarre—.

"Yo no quiero irme, quiero vivir aquí" —Las lágrimas de sus ojos se hacían presentes—.

"Pero hija, ellos-"

"¡Ellos no nos siguen Papa, llevamos huyendo 9 años!" —La tristeza y desesperación evidentes—.

"¿No dirás nada?" —La generosidad de Mary en su voz cambio a confusión al verme que solo la observaba fijamente—.

"Tienes razón... no confió en nadie, mi paranoia me ha mantenido con vida... pero me ha quitado lo que más quiero" —Le digo mientras volvía al casillero para terminar de ponerme la armadura—.

"De acuerdo, regresaremos al hangar, pero primero ármate, más vale prevenir" —Señalo la sala de al lado donde había muchas armaduras Gear, alguna le debe de quedar—.

La mujer solo asintió y entro a cambiarse, mientras yo abroche el último seguro de la armadura, observándome en el espejo, viéndome con mi armadura de color Ónice, algo voluptuosa, con luces azules incrustadas en las hombreras y una pequeña línea en el centro del pecho.

"Al final consiguió lo que él quería" —Murmure mirándome una vez en el espejo mientras tomaba una Lancer y respiraba profundo—.

Llego la hora.

NOTA DE AUTOR: Este sería el Capítulo 7, comento que la subida de capítulos serán de manera irregular, tomando en cuenta el tiempo de realización del mismo o del tiempo disponible que tengo para hacerlos. Solo ténganme un poco de paciencia.

Gracias por leer, ZenthicAlpha fuera.