Mascarada
Severus Snape era, a falta de una mejor palabra, adusto. Era un adulto en sus 36 años, bastante amargado y aun así, un comerciante exitoso. Severus Snape amaba el dinero, su trabajo y su soledad. Lo último ahora no era una opción desde que un joven de 16 años había perdido el control de su motoneta y se estrelló contra su tienda, destruyendo bastante mercancía valiosa y su vitrina antigua.
Así que como castigo, su tutor del chico y él decidieron que trabajaría gratis para el hombre hasta que cubriera sus pérdidas. Severus Snape pensaba si valía la pena tal suplicio, dado que el joven era demasiado torpe y apenas podía con las tareas más simples sin que sus músculos temblaran.
Un golpe sordo saco a Severus de sus pensamientos y observó como el jovencito se agachaba con trabajos y trataba de recoger con celeridad las cosas que se habían caído de la caja. No por primera vez desde hace días, Severus Snape suspiro y camino para ayudar a su ayudante, valga la redundancia.
Sin embargo, esta vez sucedió algo que Severus no esperaba. Mientras el chico recogía un sombrero de terciopelo, su camisa abotonada hasta el último botón, se abrió un poco y un moretón enorme hizo su aparición. El joven tiró la caja que sostenía y procedió a abrocharse rápidamente, mientras Severus fingía no haber visto la enorme mancha morada.
—Toma Harry, pon la caja detrás del mostrador y será todo por el día de hoy—Dijo Severus mientras el chico se observaba nervioso—¿Qué sucede? ¿No quieres irte temprano? —.
Harry miraba hacía la ventana y se veía claramente aprehensivo a salir. Una señal de alarma enorme, si es que el moretón no había sido por algún accidente o una pelea de adolescentes. ¿Qué estaba pasando con su joven ayudante?
—Y-Yo... S-Señor Snape-e... este... mi tutor no me espera hasta dentro de 2 horas—.
—Bueno, eso solo te deja 2 horas antes en casa, ¿Cuál es el problema? —.
El adolescente se mordió el labio en un gesto de clara aprehensión. Severus casi podía ver los engranes girar, pensando en una mentira.
—Mis tutores iban a salir y su hijo no llegará hasta dentro de esas dos horas—.
—Sigo sin ver cómo te afecta llegar temprano—.
—Y-Yo perdí mis llaves hace poco y no he tenido tiempo de ir a sacar un duplicado. Estaría fuera de la casa esas dos horas—.
La expresión del adolescente era muy seria. Severus era muy listo para su propio bien y notó lo que no se decía. Aun sin llaves, un adolescente normal vería como ocupar esas dos horas, iría a visitar a algún amigo, pasearía un centro comercial o simplemente vagaría sin rumbo hasta que fuera su hora de llegada.
Si a este adolescente en particular no se le ocurrían maneras de ocupar el tiempo, es que algo muy malo estaba pasando en su vida. Si no pensó en visitar a un amigo, podía ser por dos cosas, o no tenía amigos, o sus tutores le prohibían verlos. Si no se le ocurrió ir al cine, un centro comercial o vagar, era porque no se le permitía. Y si el adolescente obedecía algo así es porque había sido condicionado a obedecer sin chistar. Severus conocía gente así.
—Está bien. Si quieres seguir trabajando, puedes hacerlo, pero no sigas recogiendo los disfraces. Mejor ve a la trastienda y comienza a mover la parafernalia de los disfraces habituales hacia atrás. Necesitamos empezar a sacar la parafernalia de Halloween.
El adolescente le sonrió tímidamente dejando la caja que llevaba en brazos detrás del mostrador como le habían dicho y fue directo a hacer lo que le pidió su jefe. Una cosa más que notó Severus es que la ropa de Harry, su asistente, estaba "desactualizada". Severus había tratado con suficientes adolescentes para saber que ninguno de ellos quiere ponerse ropas de los años 70s sin que eso este en boga, y no lo estaba. Parecía como la ropa descartada de algún adulto...
Fue cuando Severus tuvo la epifanía de que era probable que los tutores de Harry estuvieran abusando de él. Y desgraciadamente lo comprobó cuando dos horas después, el hijo de los tutores de Harry, parecía estarle esperando fuera de la tienda, y más parecía un guardia de cárcel que otro adolescente esperando al chico que sus padres acogieron.
Severus Snape ya había visto esa mirada antes... en su padre cuando a este se le metió la idea de que debía empezar a controlar a sus amigos y no aprobó a su grupo. Esa maldita sonrisa de suficiencia, de alguien que disfruta haciéndote miserable y no solo con los puños.
Algo muy malo sucedía con aquellos tutores, los Dursley y su joven pupilo Harry Potter.
Severus Snape era el dueño de Fantasyland, una tienda de parafernalia de disfraces. Dado que su padre controlaba mucho de su vida cuando niño y raramente salía a jugar con amigos, su madre y él solían disfrazarse y "vivir aventuras" dentro de casa. Luego Tobías, su padre, agarró el vicio del alcohol y aunque tenía más libertad de acción, también empezaron los golpes a él y su madre.
Su madre había fallecido hace un par de años y él había fundado esta tienda justo unos años luego de terminar la universidad. Era una persona frugal, disciplinada y sobre todo metódica.
Saco un cuaderno nuevo de su caja de suplementos de oficina y se puso a enumerar las cosas que conocía de su joven ayudante.
Harry Potter tenía 16 años, era huérfano y los Dursley fueron la familia que lo acogió cuando perdió a sus padres en un accidente de auto. Harry decía que no recordaba nada del accidente, y solo recordaba haber subido al auto con sus padres y luego... todo se volvió negro.
Despertó días después y le dijeron que sus padres habían fallecido y que le buscarían una nueva familia. Un año después, un trabajador social lo llevo a una casa en Surrey y le dijo que los Dursley serían sus tutores a partir de ese día. Eso fue cuando él tenía 5.
Lo siguiente que sabía era que la cicatriz en forma de rayo en su frente era un "recuerdo" del accidente. Harry solía vestir como una persona vieja, es decir, con ropa pasada de moda, pero muy pasada de moda. Como un adulto que busca gangas y se conforma con que la ropa le quede.
Eso no era un comportamiento adolescente normal.
Luego estaba su manía a no comer más allá de cierta cantidad de comida... como si no pudiera soportar más que eso en el estómago. Los lentes siempre traían algún grado de reparación con cinta adhesiva y se asustaba con los ruidos fuertes.
Sin embargo... estaba el hecho de que no tenía más allá que esa información. Incluso recordando la interacción con Vernon Dursley, solo le pareció un hombre seco y algo virulento pero definitivamente no parecía del tipo violento... lo que no quería decir nada. Tobías podía ser un verdadero bastardo con él y su madre, pero ante un visitante era el epitome del padre duro pero justo y que amaba a su familia.
No por primera vez, Severus se preguntaba por qué estaba haciendo esto. Harry cumpliría los 18 en menos de 2 años y podría salirse de su casa... pero tenía la fuerte corazonada de que si Vernon Dursley era un abusador, difícilmente dejaría ir una presa que ya estaba "entrenada".
Quizás Severus se preocupaba por que se veía reflejado en aquel flacucho adolescente y le hubiera gustado que alguien, quién fuera, se diera cuenta de que las cosas en su casa estaban más que mal, estaban podridas.
Resumiendo, Harry Potter podía estar siendo abusado, vigilado, manipulado y condicionado para obedecer a Vernon Dursley. Recordando al hijo de los Dursley, Severus se dio cuenta de que todos los días, Dudley esperaba a que saliera Harry y luego se iban juntos, pero Harry no se veía feliz de verlo o neutral, siempre se veía miserable, como si esperara que un día se le olvidara ir por él. Entonces había que agregar a Dudley en la lista de los abusadores.
La propensión de Harry a comer poco podía deberse a un racionamiento excesivo en casa y eso es algo que difícilmente haría Vernon, Petunia su esposa, por otro lado... sí. Vernon parecía un tradicionalista, lo que sus pocas interacciones había mostrado, así que Petunia sería un ama de casa... y si Vernon era un controlador, seguramente Petunia también estaría bajo ese control.
Sin embargo, Petunia podría haber hecho trucos para ayudar a su pupilo. Si Harry comía de esa forma es porque Petunia no había movido un dedo para ayudarlo, si no es que ella misma se convirtió en victimaría.
Forzando su portentosa mente, Severus intentó recordar todos los detalles de cuando conoció a los Dursley.
Empezó hace poco más de una semana. Severus estaba acomodando unos disfraces en ganchos cuando vio una motoneta que iba a alta velocidad. Esto normalmente no lo pondría en alerta, excepto que esta motoneta iba directo a su vitrina. Severus apenas logró esquivar el golpe antes de que su vitrina fuera destruida y el conductor saliera volando del vehículo.
Afortunadamente, el conductor aterrizo en un montón de disfraces que Severus iba a empacar para mover a la trastienda y no fue herido más allá de unos rasguños. Se oyeron sirenas y en poco tiempo estaba una patrulla y una ambulancia frente a su tienda.
El joven se negó a que lo revisaran directamente y en su lugar respondió las preguntas del paramédico, diciendo que había estado haciendo unos mandados y cuando iba de regreso a casa, perdió el control de la motoneta. Luego tembló con terror cuando los policías le dijeron que debían hablar con sus padres o tutores y el joven dio un número de teléfono y un nombre.
Un hombre corpulento que le recordaba a una morsa llegó y parecía estar enojado con el joven a la vez que preocupado. Habló en voz baja con el chico y pareció estar satisfecho con lo que sea que le dijera el muchacho.
El hombre, que se presentó como Vernon Dursley se dirigió a Severus y luego de intercambiar presentaciones y números de teléfono, el hombre le dijo que podía ir a su casa o podía él venir a su tienda y llegar a algún arregló, aunque no lo culparía si quería presentar cargos contra su pupilo pero que esperaba fuera un hombre razonable y viera esto como el accidente que en realidad era.
Severus le dijo que lo pensaría y lo contactaría cuando pensará que hacer. Vernon asintió y se fue con el muchacho. Severus no notó en ese momento, pero ahora recordándolo, notó que Harry se veía mortalmente pálido.
Al día siguiente y dado que su seguro se había hecho cargo de inmediato en reponer la vidriera, Severus decidió visitar a los Dursley, ya que había tomado una decisión respecto al joven: no presentaría cargos pero creía que debía ser castigado por su imprudencia.
Severus creía que el joven probablemente había estado jugando con la motoneta o haciendo algún truco cuando perdió el control, nunca pensó que alguien podría haber alterado el vehículo y mucho menos como una broma.
La casa era una casa común y corriente, tan común que era como esas casas de la televisión donde parecía ser la misma sala en al menos 4 programas distintos. Incluso esperaba el mismo papel tapiz. Los Dursley fueron serviciales pero no demasiado. Si, justo como en la televisión.
Severus le dijo a Vernon que no presentaría cargos, ya que estaba seguro de que el muchacho solo había sido imprudente y no quería que tuviera antecedentes penales que pudieran arruinar cualquier futura carrera que quisiera perseguir pero que esperaba un castigo que le hiciera reflexionar sobre su comportamiento.
Vernon le dijo que no se preocupara, que ya había castigado al joven y de hecho, en ese momento estaba recluido en su habitación durante al menos 2 semanas. Petunia, su esposa, recordó ahora Severus, había apretado los labios y le temblaban un poco las manos.
Dudley Dursley estaba visiblemente pálido y parecía tener problemas para sentarse, pero Severus no había notado esto en ese momento. Era solo ahora que estaba repasando todo que notó esas pequeñas señales de alarma.
Lo lógico era que Harry, que era quién se había estrellado, estuviera presente para esta discusión, pero Severus aún estaba un poco conmocionado y no pensó mucho en ello.
Luego pasaron a hablar sobre el dinero y Vernon palideció bastante cuando vio el monto de la reparación. Resultaba que Severus tenía su tienda en un edificio bastante viejo que tenía la condición de "Histórico", lo que quería decir que la vitrina que se rompió era la original del edificio y por ende, la reparación debía ser diferente a la de solo poner una vitrina, ya que por ley, este tipo de edificios, cuando sufrían desperfectos debían ser "restaurados", no "reparados" y eso aumentaba el precio de todo.
Vernon propuso entonces que Harry, su pupilo, trabajara gratis para el hombre hasta cubrir su deuda. Considerando el costo de un ayudante y que solía de todos modos contratar un asistente temporal para la temporada de Halloween, Severus pensó que servía también al propósito de castigar al joven y que entendiera lo que provoco su imprudencia.
Severus le dijo que aceptaba y que esperaba al joven al día siguiente. Al día siguiente, Harry se presentó vestido con esa ropa de viejo y con la camisa abotonada hasta el último botón. El primer día fue desastroso y Severus pensó que quizás había sido una mala decisión pero el joven no se quejó, ni se amedrentó por sus malas palabras y actitud adusta. Simplemente obedecía sus órdenes y continuaba trabajando aunque Severus recordaba ahora, que se movía con lentitud.
Si, Severus ahora estaba muy convencido de que Harry estaba siendo abusado por sus tutores.
Durante unos días, Severus iba anotando la rutina de Harry y su "guardia". Dudley iba por él y se iban en un autobús, pero Harry siempre subía primero, nunca después de Dudley. Una clara actitud de control. Si Harry subía después, siempre podía arrancarse a correr y huir, que subiera primero, impedía eso.
Luego notó que Dudley también lo vigilaba. Era en momentos aleatorios de la tarde, así que no había un patrón, pero el asunto era dejar en claro que Harry estaba siendo observado de cerca. Como si Harry pudiera intentar escapar en cualquier momento y le estaban diciendo que no valía la pena intentarlo.
Faltaba algo por checar—Harry, cerremos un rato. Quiero salir a comer algo—.
—Está bien señor Snape—.
—Harry, lo que estoy diciendo es que vayamos juntos a comer. No sería justo que solo yo saliera a comer si la tienda va a estar cerrada—.
—¿Es una orden como jefe o es una invitación? —Harry, quien estaba barriendo, coloco la escoba entre ambos a modo de escudo y bajo la mirada. Eso quería decir que había recibido órdenes de no salir y/u obedecer las órdenes de él, Severus. Ahora ambas estaban en conflicto.
—Digamos que no me gusta comer solo. Si quieres tomarlo como una orden, entonces eso será—.
Harry solo asintió y se quitó el mandil, luego siguió a su jefe afuera, permaneciendo pegado a él más de lo que cualquier adolescente haría. Severus notó que eran seguidos pero Harry no parecía estar aprehensivo mientras siguiera pegado a él. Cuando Severus se adelantaba un poco, Harry volvía a pegarse a él.
Si, vigilaban a Harry.
Severus lo llevó a un café cercano y los sentó a ambos en la terraza. Ambos pidieron un par de sándwiches con té chai frio y Severus empezó a hablarle de trivialidades que Harry siguió y contestó cuando se requería.
Luego de terminar de comer, pagaron y regresaron a la tienda. Severus entonces supo que sí, no era solo abuso, era una forma extrema de control. Vigilaban cada movimiento del chico, como si temieran que hablara de más o escapara a algún lado. La pregunta era ¿Por qué?
—Harry, ¿Tienes algún problema? —Preguntó Severus en un rato en que la tienda estaba tranquila al día siguiente de su pequeña excursión.
—Uhmm, no. ¿Por qué pregunta Señor Snape? —Contestó Harry mientras ordenaba los sombreros en un estante y Severus escribía los totales en su libro.
—Curiosidad, a veces te ves algo aprehensivo y me preguntaba si quizás tenías problemas con algún amigo o novia—.
—Este... no. Mis amigos están bien y sobre novia...—.
—¿O quizás novio? —.
Harry se sonrojo furiosamente pero negó con vehemencia—N-No, nada de nada—.
—Uhmm, ¿Te gustaría una taza de té? Voy a ir a comprar uno—.
Harry asintió pero continúo acomodando parafernalia variada ahora. Severus asintió y salió, diciendo en voz alta que le dejaba encargado el negocio a Harry mientras iba por un té. Cuando estaba por dar la vuelta, se regresó levemente y observo al corpulento adolescente Dudley Dursley, observando desde una esquina hacia la tienda.
Severus sabía que seguramente Vernon había dado la orden a su hijo de vigilar a Harry, pero no había previsto vigilarle a él cuando salía. Eso jugaría a su favor.
Alejándose unas cuantas cuadras, Severus sacó su celular y marco un número que pensó jamás ocuparía en su vida. Sonó 3 veces el teléfono, antes de que Severus hablara—Riddle, necesito un favor—.
Luego de varios minutos, Tom Riddle aceptó hacerle el favor a Severus y le dijo que tendría todo lo que pidió al día siguiente y luego hablarían del monto a pagar. Severus colgó y luego fue a comprar las tazas de té que fueron su pretexto. No sería bueno que el guardia de Harry viera que hablaba mucho por el celular, aunque solo fuera una llamada, cuando solía hablar más por el teléfono fijo de la tienda.
Todo parecía fluir con calma y parsimonia, pero Severus lo sabía mejor. Dependiendo de lo que encontrara Riddle, sería su siguiente plan de acción.
Aunque cuando Harry empezó a trabajar en la tienda estaban a mediados de agosto, los preparativos para Halloween habían empezado desde julio. Halloween era la mejor temporada de la tienda y Harry ahora entendía por qué el Señor Snape había empezado tan temprano a comprar ciertas cosas y mover otras a la trastienda.
El señor Snape sabía su negocio y Harry admiraba mucho a su jefe. El Señor Snape siempre tenía pequeñas comidas a mano y era gentil con él. No es que sus tutores no fueran buenos, era solo... como algo extraño. Sabía conscientemente que los Dursley lo habían acogido por la bondad de sus corazones pero tanto cuidado era abrumador.
"No comas tanto Harry, podrías enfermarte", le dijo la Señora Dursley cuando agarro una galleta de chocolate para el té, en vez de las digestivas que ella había colocado en su plato.
"Me duele más a mí que a ti", había dicho el Señor Dursley cuando le castigo no hace mucho por haber chocado imprudentemente contra el negocio de su actual jefe. Los golpes con el cinturón fueron dolorosos, pero le dolía más el tinte de decepción en la voz de su tutor.
"¿No le dirás nada a papá? ¿Verdad? Podría enojarse y yo solo quería hacerte una broma. ¿No quieres que mis papás me castiguen, verdad?", le había dicho Dudley, el hijo de sus tutores y bueno, seguramente Dudley no quiso hacerle daño al cortar los cables que controlaban la velocidad de su motoneta, pero ahora tenía una deuda con el Señor Snape y una deuda con su tutor, quién le había dado la motoneta por su cumpleaños 16.
Es cierto que era vieja y de segunda mano, pero había sido el primer regalo que le habían hecho los Dursley que no era ropa o algo que necesitara para su habitación en el sótano.
Si, no eran malas personas, pero a veces ese cuidado de avisar hasta cuantas horas pensaba pasar en casa de sus amigos era algo abrumador pero cuando intentaba decírselo a alguno de sus tutores, ellos lloraban o le daban esa mirada de decepción, seguido de "lamento que te sientas así, solo tratábamos de cuidarte. No lo sabes, pero hay mucha gente mala allá afuera".
—Oye, Harry, traje galletas de chocolate para té, ¿quieres una? —Dijo su jefe, distrayendo a Harry de sus reflexiones. Harry había oído algunos rumores sobre su jefe y su personalidad horrible y perfeccionista, pero para Harry era bastante gentil, aunque fue un poco duro al principio.
Si, era perfeccionista pero nada que Harry no pudiera manejar. Luego estaba su físico inusual. Para muchas personas, su jefe sería feo, pero a él le parecía atractivo, con ese aire de caballero victoriano. Siempre vestía elegantemente en colores oscuros y usaba lentes cuando escribía. Se recogía el cabello en una cola de caballo desordenada y siempre estaba controlado, estoico.
Pero a veces, Harry descubría una pequeña curva en sus labios que otros no verían, un atisbo de sonrisa o una pequeña arruga en sus ojos, incluso ese ligero tic cuando estaba estresado. Y su voz... oh, Buen Señor, su voz era un regalo de Dios para la humanidad. Era rica y sedosa, profunda pero no gruesa. Era una voz masculina que cualquier chica (y chico) desearía le susurrara palabras de amor en los oídos... o palabras sucias en medio de la pasión.
Harry tomó una galleta y se sonrojo un poco cuando su Jefe le dio una pequeña sonrisa de satisfacción.
Severus Snape había leído el contenido del email que le había enviado Riddle. Potter era un apellido muy común, así que lo más que esperaba era que Harry hubiera sido un huérfano cualquiera, pero no.
Harry Potter era el hijo de una mujer que había conocido brevemente en una visita a Italia que hizo cuando estaba en la universidad, haciendo unos estudios de comercio. La mujer estaba en su propio intercambio, pero de la carrera de turismo y aparentemente había hecho amistad con el "guapo del grupo", un niño bonito llamado James Potter.
Lo último que había sabido de ellos dos es que se habían casado, pero no sabía que James Potter era el heredero de una enorme fortuna. Al parecer, ambos habían salido a pasear al campo con su hijo y un auto se les atravesó. Ambos padres murieron en el lugar pero no su hijo. Se encontró sangre pero no un cuerpo y se calificó como "desaparecido".
El padrino, un tal Sirius Black, otro ricachón, había ofrecido una generosa recompensa a quién encontrara a su ahijado, pero hasta la fecha, no habían encontrado ninguna pista. Increíblemente, era lógico dado que Harry era un nombre muy común y Potter era un apellido común, aunque no tanto como Smith o Johnson. Aun así, si buscaba en línea el nombre de Harry Potter, salían miles de entradas de todo el mundo. Hubiera sido aún peor si se llamara John Smith.
Según la información de Riddle, los Dursley estaban relacionados con Lily Evans, ya que Petunia era su hermana pero cuando los investigaron, ellos solo tenían a Dudley, Harry llegó a ellos un año después de su desaparición.
El secuestrador había sido un tal Peter Pettigrew que ahora estaba bien muerto (una riña de cárcel) y solo sabían esta información ya que su compañero de celda, resultó ser uno de los hombres de Riddle, Rodolphus Lestrange y Peter se jactaba de que cuando saliera de la cárcel, tenía una fortuna esperándole y que se la quito a un tal James Potter.
El resto de la información era información legal que indicaba que si Harry Potter no aparecía para su cumpleaños número 20, la fortuna pasaría a obras de caridad. Riddle pensaba que, según la información que le dio Severus sobre sus sospechas de manipulación y abuso, que lo más probable era que Vernon Dursley le diera a firmar papeles al chico para cederle la fortuna a ellos en cuanto cumpliera los 18. Luego de eso, las opciones se reducían a abandonarlo a su suerte o matarlo, siendo más probable la última.
Severus tenía que aceptar que eso era lo más probable y ahora venía el quid de la cuestión, ¿Qué seguía? ¿Ayudar a Harry a huir de sus tutores? Eso era relativamente sencillo, lo difícil era vencer el lavado de cerebro. Ya le había hecho preguntas sobre sus tutores y Harry decía que eran buenas personas y que lo cuidaban. Quizás solo eran un poco "inexpresivos". Luego de decir eso, Harry sonreía tristemente y seguía trabajando.
Si, lo difícil sería convencer al chico de que debía huir. Pero había una pequeña cosa que podía usar a su favor: el chico tenía un enamoramiento por él. Si convencía al chico de que sus tutores jamás permitirían su amor y que tenía un plan para estar juntos, podría convencerlo de huir a Francia o América y esperar 2 años a que fuera mayor de edad para estar juntos sin peligro.
Ahora el asunto era aumentar su enamoramiento.
Si, hacer esto estaba mal en muchos niveles pero era peor decirle a Harry los planes de los Dursley con ese lavado de cerebro. Simplemente no tenía mucho tiempo para desprogramarlo como se debía y era más fácil ponerle una obsesión mucho más fuerte que el lavado de cerebro y la pasión de amantes hacía que la gente hiciera cosas que jamás pensaron hacer.
Así que había empezado estos acercamientos cargados de interés y amabilidad pero que aún parecía simple atención mundana. Conforme viera avances positivos, subiría de nivel y a principios de octubre empezaría a convencerlo de que fueran amantes y luego "planearían" el escape de Harry.
En este momento estaban en la primera semana de septiembre y tenía casi un mes para que Harry cayera enamorado.
El asunto de los planes es que el mejor plan siempre es tan bueno como cuando se enfrenta a su primer obstáculo. En este caso, todo el plan de Severus iba viento en popa pero había una variable que no había contemplado: el propio Harry.
Oh, no era como que el joven no estuviera siguiendo los pasos que Severus esperaba. De hecho, el joven se sonrojaba mucho cuando Severus rozaba un poco sus hombros o sus manos y su mirada iba hacia abajo antes que enfrentar la intensa mirada de Severus sobre él, cuando hablaban de cualquier cosa.
Era más bien que Severus jamás contemplo que sucedería si él también se enamoraba de Harry, pero sucedió y ni siquiera lo supo hasta que Harry, siendo él mismo, hizo un pequeño puchero que Severus considero adorable.
Fue la primera señal de que algo ya no estaba bien. La segunda señal fue cuando se descubrió a si mismo comprando unos chocolates que a Harry le habían gustado en sus incursiones a comer fuera. Y la señal definitiva estaba pasando justo ahora, cuando Harry entro a acomodar unas cajas a la trastienda y Severus entro a sacar unas cosas.
Viendo que el joven no podía acomodar bien las cajas en el estante de arriba, Severus se acercó a ayudar al adolescente y cuando este volteó a darle las gracias, quedaron en una posición clásica de novela romántica: Severus tenía al joven aprisionado entre la estantería y su propio cuerpo.
Harry se sonrojo cuando sintió el cuerpo de su jefe tan cerca de él pero a la vez lo quería aún más cerca y sin ser plenamente consciente de lo que estaba haciendo se acercó al hombre y suspiro al tiempo que cerraba sus ojos, con la cara levantada hacía él.
Severus no supo que lo poseyó para acercar su rostro a Harry y posar sus labios sobre los del adolescente, pero ese primer contacto fue glorioso. Para Harry se sintió como fuegos artificiales y todo lo que esperaba de su primer beso, para Severus era el primer beso de muchos. Besar a este adolescente era como beber el néctar de los dioses.
Un suspiro largo se escapó de ambos cuando separaron sus labios y siguió otro beso, este más largo y profundo, donde sus bocas se conocieron más íntimamente. Si el primer beso que fue apenas poco más que un juntar de labios fue un éxtasis, este era como tocar el cielo.
Sus bocas y lenguas jugaban una contra la otra y sus respiraciones se mezclaban, mientras sus cuerpos buscaban juntarse lo más posible. Severus busco con sus manos tocar todo el cuerpo de Harry mientras Harry apenas atinaba a poner sus brazos detrás del cuello del hombre.
Demasiado pronto en su opinión, ambos se separaron y Severus junto su frente con Harry, cerrando los ojos en el proceso. Estaba jodido. No podía entender cómo, pero sabía que se había enamorado de este chico y Dios lo perdonara, iba a llevar este plan hasta el final, incluso si tenía que dejar su tienda y a Inglaterra si Harry no quería huir sin él.
En un raro momento en que estaban solos en la tienda, Severus le indico a Harry que se acercara y empezaron a hablar en voz baja sobre sus planes. Harry estaba seguro de que sus tutores no permitirían una relación con su jefe, pero no se veía a si mismo sin Severus.
Severus le dio algo que no creía que necesitara: pasión.
Harry estaba viviendo bien siendo tranquilo y mesurado, sin grandes sobresaltos, sin pelear... pero con Severus quería algo más en cada beso y le asustaba a la vez que deseaba ver hasta donde podía llegar con el hombre.
La primera vez que Severus deslizo su mano debajo de su suéter, Harry pensó que se sentiría asqueado por sus cicatrices, pero resultó que lo único que le importaba a Severus era encender la libido del adolescente.
Exteriormente, no sucedía nada que Dudley pudiera informar a su padre, Harry seguía trabajando como siempre, sin cambiar la rutina con el Señor Snape. Pero dentro del local, en la trastienda donde nadie los veía, había besos y caricias, mordidas en el hombro que se escondían perfectamente debajo de la ropa, manos errantes que apretaban y mapeaban sus anatomías hasta cierto punto y Harry siempre quería más, pero Severus se detenía cuando Harry quería escalar las cosas.
Ahora, mientras ambos aparentaban (para cualquiera que mirara hacia ellos desde lejos) estar hablando de negocios, Severus le explicaba a Harry que quería estar con él, pero luego de haber conocido a sus tutores, dudaba que ellos le permitieran cortejarlo adecuadamente.
Luego estaba el asunto de que si ambos querían estar juntos, deberían poder salir a la vista de todos, y aunque era completamente legal que ambos salieran juntos ya que Harry tenía 16 años, si Vernon decidía que Severus no era una pareja adecuada para Harry o tenía prejuicios contra los homosexuales (y por el rostro de Harry cuando mencionó esto, ese parecía ser el caso), podía decidir mudarse con toda la familia o demandar a Severus de algún delito.
Harry quería decir que eso no era así, pero... conocía de sobra la personalidad de Vernon, como trataba a la Señora Petunia, como si fuera parte del mobiliario y como siempre exigía cosas de Dudley que eran imposibles como una novia "adecuada", calificaciones excelentes y que estuviera en el equipo de Rugby y todo sin llegar tarde a casa (alrededor de las 5 de la tarde). Sin la ayuda de Harry, no hubiera logrado dos de esas cosas (calificaciones y el equipo), y por fortuna, fueron suficientes para apaciguar a Vernon.
Si, Harry sabía que si quería estar con Severus, deberían esperar, pero Severus al parecer, tenía una idea diferente. La idea que le propuso Severus ciertamente era peligrosa pero le expuso sus razones y eran completamente válidas. No había garantía de que a sus 18 años, Vernon no les diera problemas en su relación, o que acusara a Severus de algo diferente a su relación amorosa. Vernon no permitiría una "anormalidad" en su vida y podía hacerles la vida un infierno.
Pero huir... ir a Nueva Zelanda o Estados Unidos... Severus afirmaba que tenía algunos amigos que podían ayudarle pero el asunto era, que Severus se había dado cuenta de que Dudley jamás dejaba su lado y eso les complicaría el escape.
El plan de Severus era ayudar a Harry a escapar a un lugar lejos del Reino Unido pero que aún hablara inglés y Severus le alcanzaría luego de un año para disipar las sospechas sobre él. Así parecería que Harry simplemente huyo de casa, como muchos adolescentes lo hacen y la policía perdería el rastro luego de unos meses.
Un año debía ser suficiente para evitar sospechas sobre él si seguía su rutina como siempre y al año, se reuniría con Harry por un tiempo y luego volvería a su tienda, para que nadie sospechara de él nuevamente. Cuando Harry cumpliera los 18, serían libres de amarse en cualquier otra ciudad.
Sin embargo, Harry estaba más convencido de huir con cada beso, cada caricia, cada momento de pasión robado al día... y finalmente aceptó seguir el plan de Severus.
Severus sonrió. Era hora de pasar a la fase 2.
Estaban a mediados de Octubre y Severus sacó algunas joyas de su alijo personal para empeñarlas. Necesitaba dinero para contratar a Dudley Dursley durante la semana previa a Halloween y pagar esta fase del plan.
El plan de Severus era que Harry convenciera a su primo de trabajar como un asistente la semana previa a Halloween que era la más atareada y ayudara también en Halloween, ya que Severus solía hacer un evento ese día para sus clientes y era más parecido a una fiesta que otra cosa.
Entre el ajetreo de la entrada y salida de clientes, Harry podría huir fácilmente mediante las instrucciones de Severus y Severus crearía una distracción para Dudley de forma que cuando se diera cuenta de que Harry no estaba, Harry ya estaría en camino de estar fuera de Surrey y hacia Londres.
Cuando Vernon y compañía dieran la alarma a la policía, Harry ya estaría camino a Francia y de ahí hacía la libertad.
Para hacer esto aún más difícil de refutar para Vernon y Dudley, incluso ofrecería alojamiento para Dudley y Harry en el piso de arriba el día previo a Halloween, de forma que pareciera que de verdad necesitaba ayuda.
Las joyas empeñadas habían sido parte de un alijo que Severus obtuvo en sus días de juventud. Severus había sido parte de una banda local que habían controlado toda su ciudad natal; Cokeworth, y cuando fue a la universidad, dejó la banda pero jamás dejo de estar en contacto con los amigos nada legales que le habían salvado la vida durante sus años más vulnerables.
Si no fuera por ellos, su padre le hubiera seguido pegando a él y su madre durante su adolescencia, pero el temor a las represalias de la banda, hizo que Tobías solo fuera especialmente agresivo verbalmente con ellos en vez de usar los puños.
Su madre siguió llorando por su marido, pero ya no tenía moretones en su cuerpo y sus amigos incluso amenazaron a Tobías cuando, una semana luego de irse a la universidad, este pensó que era seguro moler a golpes a su esposa. Ni siquiera alcanzó a dar un golpe antes de que una bala rozara su oreja.
Mientras fue parte de la banda, Severus llegó a robar en casas ajenas y siempre de barrios altos de poblados vecinos, y pago con parte de sus hurtos sus útiles escolares y su colegiatura. De esas épocas, aún quedaban algunas joyas que Severus guardo para emergencias.
Salvar a su amante adolescente contaba como emergencia en sus libros.
Luego de obtener el dinero, Harry llegó con la buena noticia de que Dudley parecía altamente interesado en el trabajo que Severus estaba ofreciendo.
Dudley Dursley no podía creer la buena suerte que tenía. Al parecer, el Señor Snape necesitaba un asistente más para prepararse para Halloween. Harry, sabiendo que ya casi completaba para cubrir su deuda, le dijo que él "casualmente" buscaba empleo y Dudley pensaba que aunque iba a renunciar a un muy buen salario, podría acortar mucho el tiempo en que debía seguir vigilando a Harry.
Además, aunque muchos pensaran que él no apreciaba al chico que sus padres cuidaban, él en realidad le tenía cierto aprecio... no lo suficiente para considerarlo amigo, pero si para sentir que ya había trabajado demasiado... aunque también él estaba cansado de ir y "cuidar" al chico.
Si trabajar una semana con él hacía que la deuda ya desapareciera, mejor para ambos. Desde que tenía que trabajar para el Señor Snape, su madre había tenido que hacerse cargo de la casa sola y no se había dado cuenta de cuanta ayuda era Harry. Apenas terminaba las tareas de la escuela, su madre le pedía su ayuda para hacer el aseo, las compras, llevar recados y hacer otros trabajos diversos. Luego los fines de semana, ayudaba a su padre con el jardín y fuera en un par de horas fuera con sus amigos, Harry pasaba todo su tiempo viendo formas de serle útil a su familia.
Dudley no pensaba que hubiera nada mal en este arreglo. Harry quería ayudar, ¿no? Sus papás querían ayuda, ¿no? No estaban abusando del chico, por más que algunos vecinos dijeran eso, pero cuando Harry les contestaba, decía que solo estaba siendo útil en casa. Entonces, estaba bien, ¿no?
Cuando Dudley pensaba demasiado en esto, siempre espantaba esos pensamientos y se concentraba en que no debía hacer enojar a su papá. Harry no era el único que había recibido castigos a lo largo de su crecimiento, solo el que recibió más, hasta que algo sucedió y los castigos pararon y fue cuando Harry sonreía tímidamente y ayudaba en todo lo que podía.
Dudley llegó junto con Harry y le planteó el plan a su padre. Vernon pareció sopesar la idea y finalmente les dio el visto bueno a ambos chicos. Ambos muchachos se veían exultantes, aunque por distintos motivos. Uno pensaba que por fin volvería a su rutina y el otro que podría vivir con Severus.
Vernon pensaba en que lo mejor era terminar ese trabajo lo antes posible. Últimamente Petunia se veía muy cansada con la casa y no era bueno que su pupilo anduviera lejos de su "amoroso cuidado". No le convenia que pudiera conocer a alguien o peor, que tuviera una novia que le diera el impulso rebelde que había aplastado con tanta diligencia.
No, necesitaba que el muchacho fuera dócil y manejable. Así cuando cumpliera sus 18 años lo llevaría ante su padrino y cobraría no solo la recompensa, sino que Harry sería tan dependiente de él, que lo convertiría en su albacea y cuando fuera el momento, le diría que sería mejor si ellos estaban en su testamento "por cualquier cosa que pudiera suceder".
Si, lo mejor era que Harry volviera a estar bajo su atenta mirada.
La semana previa a Halloween, ambos adolescentes estuvieron trabajando mucho. Como Dudley no estaba tan familiarizado con el trabajo de la tienda, era el chico de los recados y mandados. Dado que Severus le daba las llaves de la camioneta para movilizarse, Dudley no puso mucho problema para dejar a ambos hombres sin vigilancia.
Las primeras veces, Dudley se apuraba para ver qué Harry siguiera en el local, pero cuando llegaba y veía que Harry seguía trabajando y casi sin descansar, empezó a aflojar su férreo control, hasta el punto en que empezó a pasar casi 2 horas fuera en los mandados que le mandaban a hacer.
Durante esas horas, Severus y Harry alistaron todo para el acto de desaparición, los papeles y el boleto de avión a nombre de "Harold Evans". Harry nunca se preguntó cómo Severus pudo conseguir papeles falsos tan rápido y de esa calidad. Si él no lo supiera mejor, nunca hubiera notado las pequeñísimas diferencias entre los documentos falsificados y estaba seguro de que pasaría cualquier aduana.
El plan era volar hasta Francia y de ahí viajar a los Estados Unidos. Severus le dijo que un amigo suyo lo recogería y luego lo llevaría a donde viviría esos dos años. Le dio una cuenta de correo con un nombre raro "ElNiñoQueVivió" y le dijo que esperara el correo de "SexyMortifago", para tener su dirección de correo.
Todo estaba listo y solo faltaba el permiso de Vernon para que los chicos se quedaran en su casa. -irónicamente, fue el mismo Vernon quién en una escapada del trabajo, fue a vigilar a sus muchachos y se dio cuenta de cuanto trabajo significaba la tienda. Fue fortuito que en ese horario estuvieran los 3 y por eso Vernon pensó que era mejor que se quedaran la noche del 30 en casa del hombre, para que desde temprano pudieran alistar las cosas.
Todo estaba en silencio a altas horas de la noche y Harry estaba inquieto. No vería a sus tutores, ni Dudley en 2 años, pero aún más que a ellos, iba a extrañar a Severus. Harry sabía que Vernon les daría problemas cuando se supiera lo de su relación pero esperaba que en esos dos años, su ausencia le mostrara cuanto iba a extrañarlo y suavizara su percepción de los homosexuales.
Sin embargo, el pensar en decepcionar a Vernon no era lo que lo mantenía despierto sino que no podría besar a Severus en al menos un año y estaba el asunto de esa hambre que lo mantenía en vilo. Quería más del hombre y quería llevarse algo más que besos y caricias robados en la trastienda. Así que armándose de valor, salió sigilosamente de la sala (Dudley tomó la habitación de invitados donde solo había una cama individual) y se deslizó hacia la habitación de Severus.
Severus se despertó cuando sintió hundirse un peso en su cama y miró al adolescente de cabello revuelto.
—¿Qué sucede Harry? ¿No puedes dormir? —.
Por toda respuesta, Harry beso a Severus y profundizo la caricia. Severus atrajo al adolescente y Harry quedo encima del hombre a horcajadas, con sus miembros frotándose lentamente.
Lo que siguió a ese beso fue un suspiro tan lleno de ansiedad que Severus supo lo que quería Harry y él estaba bastante dispuesto a dárselo. Finalmente, estarían separados mucho tiempo y si por cosas del destino, Harry ya no quería verlo, quería tener algo para recordar al hermoso chico que tenía encima suyo.
Con cierta prisa, Severus empezó a desnudar al chico. Harry no era el único que estaba frustrado. Luego de darse cuenta de que había caído enamorado, Severus tuvo muchos problemas para controlar sus manos que parecía habían adquirido vida propia. Quería tanto y desesperadamente probar ese cuerpo que el solo roce de Harry en cualquier parte de él, despertaba su hombría con celeridad.
Incluso ahora, que ambos estaban seguros de dar este paso, sus erecciones estaban demasiado duras y les era dolorosa la espera, pero había un cierto "protocolo" a seguir en las relaciones entre hombres y Severus no quería hacerle daño al chico, ya que mientras él tenía de su lado la experiencia, Harry era virgen.
Con cuidado de no desconcentrar al jovencito que lo besaba con fervor, Severus alcanzó un bote de lubricante que siempre tenía a la mano. Embadurno sus dedos y deslizo con cuidado uno alrededor del apretado esfínter. Harry saltó pero Severus lo distrajo besando su cuello y arrancando pequeños suspiros de su amante.
Con cuidado, Severus logró deslizar su dedo explorador en la entrada y Harry gimió ante la intrusión. No se sentía mal, pero era extraño. Sin embargo, a Harry le gustaba todo lo que el hombre le hacía, así que se dejo hacer mientras aquel dedo parecía escarbar dentro suyo y dar pequeños jiros, haciendo "más grande" su interior.
Un dedo más se unió al explorador y repitió el proceso anterior, ahora más grande y un poco doloroso, pero cuando aquellos dedos dieron con un punto especifico, Harry vio estrellas detrás de sus parpados.
—¿Q-Que, que fue eso? —Pregunto Harry mientras Severus empezaba a tocar su erección y sentía como el hombre rozaba la misma con su miembro erecto.
—Eso fue tu próstata, pronto se sentirá aún mejor—Dijo Severus con esa voz que le ponía le erizaba la piel y finalmente sintió un tercer dedo uniéndose a sus hermanos.
Las dos manos de Severus estaban atendiéndolo, una mano distendiendo su esfínter y la otra apretando y mallugando su erección, dos emociones distintas, ambas placenteras y para rematar, Severus tomo uno de sus pezones en sus labios y empezó a chuparlo y mordisquearlo. Harry tuvo que ponerse una mano en la boca porque quería gritar de tanto placer.
Finalmente no pudo más y eyaculo en la mano y pecho de Severus. Este retiro su otra mano de su trasero pero contrario a lo que Harry esperaba (que era ahora él masturbar a su amante), Severus tomó un condón del buro y se lo puso en su dura erección, luego embadurno aquel miembro turgente y acercó a Harry hacia él.
Ahora la trabajada entrada de Harry estaba justo encima del miembro erecto de Severus y este hombre le estaba abriendo las nalgas, dándole aun más acceso. Con cuidado, coloco la punta de su miembro hinchado y asintió hacia Harry, diciéndole sin palabras que podía bajar.
Harry no podía describir la sensación. Era un poco dolorosa, pero a la vez le hacía sentir excitado y era tan bueno. Con cada centímetro que entraba en él, sentía que se conectaba cada vez más con Severus de una forma que un simple beso, una simple caricia, no podía.
Cuando finalmente entro por completo, Harry suspiro complacido. Tecnicamente ya no era virgen y había tenido su primera vez con alguien que amaba, solo una cosa podría hacer esto aún mejor.
—Harry—El aludido levanto la vista y observo a su amante, tan desnudo como él y con una mirada que no le conocía. Severus tenía mirada feliz, alegre, seria, ceñuda, preocupada, pero esta no la conocía: vulnerable—Te amo—El corazón de Harry se saltó un latido—Perdóname por hacerte esperar por estas palabras, pero quería decírtelas ahora. No quiero que te vayas sin saberlo—.
Una lagrima escapo de los ojos de Harry y sus gemidos fueron callados con un beso, al tiempo que Severus instaba a Harry a levantarse y dejarse caer rítmicamente sobre su miembro.
—Y-Yo también te amo—Decía entre gemidos Harry, moviéndose hacia arriba y hacia abajo en el inhiesto miembro y sintiendo que todo en el universo estaba donde debía estar.
Severus pronto se unió a él moviendo las caderas y ambos empujaban contra el otro, marcando un ritmo y vaivén que los acercaba rápidamente a un paroxismo de pasión. Sus alientos se mezclaban entre jadeos y cuando ambos estaban a punto de gritar, unieron sus bocas en un frenético beso que funciono para ahogar sus gritos y conectarlos aun más de lo que lo estaban haciendo sus partes íntimas.
La película plástica contuvo la semilla de Severus que se descargo en oleadas y la de Harry se derramo en chorros en medio de ellos. Ambos estaban teniendo espasmos cuando la adrenalina, la pasión y el éxtasis fue reemplazando por una cómoda modorra que los estaba agotando con celeridad.
Severus salió de Harry y dejó que el adolescente se acostara a su costado, mientras él se levantaba de la cama y Harry, aun jadeando por el esfuerzo, escucho como algo era tirado en el bote de basura del baño y luego sintió como Severus lo limpiaba con una toalla de baño (de cara) algo humedad y era limpiado de todo el sudor de su cuerpo.
Harry no iba a tener eso, así que se levantó y agarró la mano de Severus, arrastrándolo hasta la regadera y abrió el agua. Durante varios minutos se lavaron uno al otro y mientras se enjuagaban, el miembro de Severus volvió a levantarse. Harry sonrió cuando lo vio y se volteó, tomo con sus dos manos sus nalgas y le ofreció su trasero a Severus.
—¿Estas seguro? Los condones están en el buró—Pregunto Severus, rozando aquella entrada con su miembro, frotándolo entre las turgencias de su amante.
—Si, quiero sentirte completo—Harry no tuvo que decírselo dos veces pero no iba a tener sexo sin ver los ojos de Harry, quería grabarse ese rostro con fuego de ser posible.
Harry se encontró levantado y puesto contra la pared. Severus era bastante fuerte y él bastante liviano, así que no hubo problemas cuando Severus básicamente lo levanto casi en vilo y luego volvió a penetrarle.
Harry se abrazo a Severus como oso koala, con brazos y piernas cruzados en la espalda de Severus mientras este arremetía contra su trasero con frenesí. Lo bueno del baño es que el sonido no escapa hacia afuera como la cama y pudieron gritar cuando el clímax llegó con toda su fuerza.
Finalmente, lograron bañarse y luego de secarse, se acostaron juntos, con Harry entre los brazos de Severus. Aun así, tardaron en dormirse por que se la pasaron robándose besos durante un buen rato pero finalmente el sueño los venció.
Y poco antes de caer dormidos, ambos se dieron cuenta de que fue una noche de aliento con aliento que alimentaría las fantasías de ambos en los duros tiempos venideros. Para Severus fue la definición de hacer el amor con tu alma gemela, mientras para Harry fue el despertar de una emoción dormida que nunca supo que tenía. Ambos se amaban y se amaron esa noche, con Harry amaneciendo en los brazos de Severus y teniendo que salirse de ellos para seguir con su pantomima.
Harry se acostó en el sillón y fingió estar dormido, para ser "despertado" bruscamente por su primo unos cuantos minutos después. Dudley se sentó en el comedor y gritó que tenía tanta hambre como un león. Harry bufó e hizo como si estuviera desperezándose para luego ir a preparar el desayuno.
Severus se levantó unos minutos después y ayudo a Harry a hacer el café. Dudley viendo que era el único sin hacer nada, solo se puso a tostar pan. Y eso era demasiado para él.
Los 3 hombres comieron en un cómodo silencio, mientras 2 de ellos compartían un feliz secreto.
La tienda abrió a su hora habitual pero no era un día habitual. La pequeña empresa de catering que contrato Severus, entregó su pedido a la hora adecuada y ellos, es decir, él y sus ayudantes, ya habían decorado la tienda y puesto los productos en el orden ideal.
El último paso para los dependientes era disfrazarse. Severus prefirió un disfraz de Barón Samedi, Dudley opto por un lobo adolescente vestido con un uniforme de película hollywoodense clásica mientras Harry opto por un disfraz del Zorro.
La tienda empezó sus ventas lentamente, pero alrededor de las 4 de la tarde, la locura había descendido a la tienda de disfraces y entre la algarabía de los asistentes, así como las ventas a diestra y siniestra, había un caos ordenado.
Hasta ahora, todo parecía ir muy bien y Severus empezó el siguiente paso al sacar otra ponchera para los asistentes a la tienda, pero al contrario de la primera, esta tenía cierta cantidad de alcohol, básicamente indetectable en el primer sorbo pero lentamente emborracharía a cualquiera.
El siguiente paso era una chica que contrato para distraer a Dudley. Nada distraía más a un adolescente que una chica dispuesta al sexo.
Alrededor de las 6 y ya anocheciendo, la muchacha hizo su aparición. Si Severus no supiera que esta "chica" tenía cerca de 20 años y ofrecía sus "servicios" en una exclusiva "boutique" como acompañante, cualquiera pensaría que era una chica normal vestida de vampiresa.
Cerca de las 7 de la noche, Dudley estaba algo borracho pero no ebrio y embobado con la chica que contrato para él. La mujer ciertamente era atractiva con su cabello negro y ojos azul oscuro, tenía un par de senos turgentes y un buen cuerpo en general, así que no fue sorpresa cuando su "asistente" se ausento sin avisar.
Severus le dio la indicación a Harry y ambos se deslizaron a la trastienda mientras la tienda estaba en pleno apogeo de fiesta y ya nadie se acordaba de comprar nada. Severus cambio de nueva cuenta la ponchera y se la llevo a la trastienda con ellos. Nadie se dio cuenta de que ni el asistente, ni el dueño, ya no estaban ahí.
Harry se quitó el disfraz y un chico de su estatura surgió detrás de un estante. Intercambiaron ropas y el chico que con el disfraz era casi un clon de Harry, salió de la trastienda con una caja llena de dulces para rellenar el tazón de afuera y dar una coartada a Harry antes de desaparecer.
Un último beso antes de partir fue dado entre los amantes y al cobijo de la noche, Harry salió por la puerta de la trastienda y dejó que la noche se lo tragara cuando un auto negro salió de quien sabe dónde y paso a recogerlo.
Severus suspiro, un tanto abatido, pero esperanzado de que su amante llegara sano y salvo al principado de Mónaco. Riddle ciertamente sabía su negocio y sabía que nadie iba a molestar al "hijo de un rico empresario" en sus vacaciones. La gente de dinero eran el mejor camuflaje, ya que nadie quería molestar a los que tenían dinero.
Eran las 8 cuando Dudley reapareció con la ropa arrugada y una cara de estúpida satisfacción. Pero esta se tornó rápidamente en terror cuando vio a un joven vestido de zorro, sin su mascara y este no era Harry. Su jefe estaba algo sobrepasado y no parecía haberse dado cuenta de que Harry estaba desaparecido.
Dudley fue a decirle y Severus fingió estar perplejo—Lo vi no hace mucho rellenando el tazón de dulces—Dijo y Dudley preguntó a algunos de los asistentes. Varios le confirmaron que sí, que habían visto a Harry rellenar el tazón y luego volvió a ayudar a Severus, pero que llegó mucha gente y ya no lo habían visto.
El chico sabía que Harry no huiría, pero alguien sí pudo haberlo secuestrado en medio de tanta gente. A Dudley no le quedo de otra más que llamar a su padre, quien llegó en menos de media hora y aunque estaba furioso, viendo la enorme cantidad de gente, supo que hubiera sido imposible para el Señor Snape o su hijo poder cuidar a Harry todo el tiempo.
La policía fue llamada y se tomaron diversas declaraciones, incluso del chico vestido con el mismo disfraz de Harry y dijo que él había comprado el disfraz en la misma tienda. Luego Severus dijo que si, el chico dio su nombre y la fecha en que compró el disfraz y mostró la invitación al evento de Halloween. Severus confirmo la historia mostrando su copia del recibo.
Todos los asistentes dieron diversas versiones y varias coincidían, algunas no, pero no eran realmente relevantes. Nadie vio a Harry salir solo o irse con alguien, pero había tanta gente que era difícil decir si pudo ser posible.
Al final, Vernon se negó en redondo a que se diera una alerta y le dijo a los oficiales que seguramente el chico volvería a casa, pero de cualquier forma, si no regresaba para el 2 de noviembre, irían de vuelta a denunciar su desaparición.
Severus vio partir a Vernon y le dijo que estaría atento a si Harry volvía a la tienda. El hombre agradeció el gesto y se fue con su familia, bastante preocupado de que su mina de oro ya no estuviera y rezando internamente en que el muchacho se hubiera perdido en la muchedumbre y regresara sobre sus pasos.
Para el día primero, Severus recibió un correo de Riddle, diciéndole que el Zorro estaba por partir a California al día siguiente. Severus respiro tranquilo, Harry había llegado a Mónaco y pronto estaría en Estados Unidos. Vernon no alcanzaría a Harry ahí.
Una semana después de la desaparición de Harry, Severus recibió un correo de su amante, con un montón de texto diciéndole que lo extrañaba horrores. Severus sonrió y disfruto de las atenciones leídas en el texto. Sirius Black sería informado sobre Harry en unos meses y luego de eso, ni él sabía si Harry lo esperaría.
Severus esperaba que sí y mientras bebía lo último de su café, se preparó para afrontar un día más en su tienda, y también un día más antes de lanzar la última fase de su plan. Vernon Dursley no sabría que lo golpeo cuando alguien anónimo le dejara cierta información a Scotland Yard.
Epilogo.
Harry había vivido muchas cosas en estos dos años, muchas buenas y otras no tanto. Conoció a su padrino y su esposo Remus, eso era una de las cosas buenas. Entre las cosas malas, fue enterarse de que los Dursley básicamente habían mandado matar a sus padres y luego secuestrado.
Al parecer, un hombre de cabello negro que se negó a dar su nombre, le informo a Sirius sobre lo que había averiguado sobre la desaparición de su ahijado hace tantos años. Sirius quería matar a Vernon, pero fue convencido por su esposo que la prioridad era ver a Harry. No supieron más de aquel hombre.
Sirius le explico a Harry que Vernon siempre había sido ambicioso y cuando se enteró de que la hermana de su esposa estaba casada con un millonario, probablemente empezó a planear como hacerse de la fortuna.
No podían matar a los 3, ya que la fortuna Potter se heredaba por línea paterna. Si él hubiera muerto, su primo Charlus hubiera heredado. No es lo que Vernon quería y como no hubo pruebas contundentes de su muerte, tampoco podían declararlo muerto hasta que no se hubiera presentado al menos dos años luego de haber cumplido los 18.
Un año después de su huida, los informantes de Sirius le dieron una actualización y Harry sonrió cuando se enteró del destino de Vernon y Petunia.
Los Dursley ahora estaban en prisión, Dudley se fue a vivir con su tía y ahora tenía una novia muy linda y una vida escolar normal, sin la presión de perfección de su padre. Ellos nunca volvieron a comunicarse luego de esa noche de Halloween excepto por una postal de Niza que Harry le envió con una sola línea: "Soy libre. Tú también vive libre".
Sirius también llevó a Harry con un psicólogo que ayudo al joven a desprogramarse de la idea de que los Dursley lo querían. Fue un trabajo arduo y estaba entre las cosas feas que había vivido Harry.
Darse cuenta de la maldad de sus tutores, era horrible pero se puso peor cuando le cayó la realidad de que no solo eran sus tutores, ERAN FAMILIA. Era probable que Dudley no lo supiera, pero Petunia sí, Vernon también y básicamente lo habían manipulado y explotado, esperando la oportunidad de echarle guante a su herencia.
Remus incluso menciono que dado que solo el Potter que hereda puede legar la fortuna, era probable que Vernon hubiera hecho toda esta manipulación para que a los 18, Harry hubiera firmado un testamento donde legaba todo a los Dursley.
La cosa "ambigua" por decirlo de alguna manera, era Severus. Su psicólogo sostenía que era posible que Severus le hubiera manipulado también, pero con una intención más noble que Vernon: liberarlo.
Solo había visto al hombre una vez, justo como habían pactado, al año de su huida y estuvieron haciendo el amor 3 días y sus noches en un hotel spa que daba a un viñedo en el valle de California.
Harry estaba tan feliz que no quiso romper la fantasía y solo ahora que estaba frente a la tienda, 2 años después, es que estaba listo para obtener respuestas.
Sin embargo, en cuanto vio a Severus cerrar la tienda luego de que salió el ultimo cliente, Harry tocó a la puerta.
—Disculpe, ya cerramos—Dijo Severus sin voltear a ver.
—Esperaba que al menos me invitaras un café—Contestó Harry con una risita.
La cara de Severus se ilumino con afecto y amor genuino. Si, Harry lo supo, su coqueteo había sido una manipulación, pero en el camino, Severus se había enamorado de él. Nadie podía fingir el brillo de amor en los ojos, y Severus tenía unos ojos que centelleaban como estrellas.
El beso que siguió podía contarse como uno de película y a Harry no le importaba como empezó su historia sino como iban a terminarla... probablemente en la cama, ya que tenían mucho tiempo que reponer.
La profecía de Harry se cumplió, ya que la tienda estuvo cerrada cerca de una semana.
