The fire within us
Las cosas parecían marchar bien con el plan, Riri logro escapar del FBI con ayuda de Shuri y Okoye; pero cuando ya se encontraban a punto de salir, fueron interceptados por los hombres de Namor. La militar Wakandiana trato de detenerlos, les dio una batalla sorprendente, pero sus habilidades fueron opacadas por el número de contrincantes. Cayó al mar semiconsciente justo en el momento que las jóvenes siguieron a los Talokanil hacia las profundidades del océano. No sabían decir con exactitud cuánto tiempo permanecieron dormidas, pero al despertar, se encontraban en una especie de cueva submarina -Respira y cálmate- le susurro a Riri al ver como había empezado a hiperventilarse
-N-No me digas que me calme, solo dime donde estamos-
-Estamos en una cueva, no sé en donde pero...-
-¿Como que una cueva? ¿Q-Que es eso?-. Sus nervios florecieron aun más cuando vio extraños tubos de luz colgando desde el techo
-Gusanos de luz, sus larvas irradian luz, solo tranquilízate-
-¿Q-Que acaso no hay una nueva Pantera Negra que nos pueda salvar?-
-No, las cosas ya no funcionan de ese modo, la Pantera Negra se ha ido-
-¿Por qué justamente cuando me secuestran?-. La conversación fue interrumpida por 2 mujeres que se dirigieron a su "celda", una de ellas llevaba en la mano lo que parecía ser un vestido
-Princesa, en nuestro mundo la realeza usa ropa tradicional, hicimos esto para usted-
-¿E-Entiendes algo de lo que dicen?-
-Un poco-. Le extendieron la tela, Riri trato de evitar que la tomara, usando como razón algunas referencias sobre la cultura popular; pero si querían estar en paz con ellos, no debían rechazar sus tradiciones, así que la tomo
-Acompáñeme-
-E-Espera, n-no me dejaras sola, ¿O sí?-
-Tranquila, volveré pronto, solo tranquilízate-. La siguió hasta otra habitación donde pudiera vestirse con las prendas que le dieron, se trataba de un vestido color beige y adornos que recorrían sus hombros, brazos y partes del vestido. Una vez que estuvo lista, continuaron su camino hasta una pequeña choza, ahí fue recibida por el causante de todos aquellos problemas
-Princesa. Bienvenida, por favor, tome asiento-
-Es… Muy hermoso- susurro al ver una especie de pulsera colocado sobre un caracol
-Le perteneció a mi madre-. Decidió dársela para que pudiera apreciarla mejor, realmente era una obra de arte
-El origen de estos objetos es mesoamericano, pertenecientes al siglo XVI, ¿Ya vivías en ese tiempo?-. Recibió un asentimiento como respuesta -Tu madre era humana-
-Lo era, y luego se convirtió en algo mas, te preguntaras cómo fue posible, pero el cómo no es tan importante como el porqué… Mi madre y su gente fueron expulsadas de sus tierras por conquistadores españoles, quienes trajeron la viruela. Sufriendo de hambruna, guerra y enfermedades, mi pueblo imploro a Chaac, el dios de la lluvia y la abundancia. Chaac introdujo a nuestro chaman en una visión, le monstruo un modo de salvar a nuestro pueblo. Lo guio hasta una planta que brotaba de una roca azul… Mi madre estaba embarazada de mi, al principio se negó a tomar la planta por miedo a lo que podría pasarme, pero el chaman la convenció. Todos cayeron enfermos, y con ello, el fin de su existencia en su mundo… La planta les quito la habilidad de respirar el aire, pero les permitió tomar el oxigeno del agua; se establecieron en el mar, lejos de las guerras y enfermedades. Mi madre dio a luz en su nuevo hogar, me convertí en el primer hijo de Talocan, la planta me dio alas en mis tobillos y orejas que apuntaban hacia el cielo. Era un mutante. Podía nadar en el cielo, envejecer más lento, respirar el mismo aire que mis ancestros respiraron. Pero conforme crecía, mi madre extrañaba la tierra en la que había crecido, rumio con esa ilusión, no sin antes prometerle que yo la enterraría en su tierra. Nada me preparo para lo que encontraría. Un viejo hombre de fe me maldijo justo antes de matarlo, me llamo "El niño sin amor", de ahí tome mi nombre… Namor, porque no tengo ningún amor por el mundo de la superficie-
-¿Por qué estas contándome todo esto?-
-Debes entender porque esa joven debe morir-
-La llevare a Wakanda, te daré mi palabra de que se mantendrá ahí-
-No puedo arriesgarme, princesa-
-Me quedare en su lugar, quisiera… Conocer tu mundo-
-Sera imposible usando ese traje, la hipotermia te matara al instante, tu sangre se volverá toxica, y la presión del océano romperá cada uno de tus huesos… O podrías usar un traje, tenemos algunos, sígueme-. Con ayuda de Namor, logro entrar en un traje algo moderno, llegando a parecer un pequeño robot -No te alejes mucho-
Ambos se introdujeron en el mar, pasando por varios túneles, con ayuda de una corriente marina, llegaron en pocos segundos hasta otro punto del océano. Era completamente oscuro, pero lleno de vida; poco tuvieron que nadar para llegar a la mítica Talocan. La palabra increíble podía quedarse corta ante lo que Shuri podría pensar, niños jugando en los alrededores, adultos cosechando sus cultivos, algunos de ellos se acercaron a Shuri por mera curiosidad. De pronto, una esfera de luz subió por una torre, iluminando todos los rincones de la ciudad -Es… Bellísimo. ¿Está hecho de Vibranium?-
-Si, es lo que brinda el Sol a mi pueblo. Sé que tu deseo es que le perdone la vida a la científica, ¿Pero ahora ves lo que quiero proteger?-. El paseo duro varios minutos más, Shuri tuvo la oportunidad de conocer los rincones de aquella bella ciudad; al momento de regresar a la superficie, requirió la ayuda de Namor para quitarse el traje. Aquella experiencia fue un poco agotadora, por lo que decidieron descansar un poco -¿Sabes? Eres la primera persona en la superficie que conoce Talocan… Tómalo como muestra de gratitud- dijo mientras le entregaba la pulsera que le había pertenecido a su madre
-Gracias…-
-Eres joven, princesa. Si tuvieras los años que yo, entenderías que todos perdemos a los que amamos-
-Cuando perdí a mi hermano… Fue diferente. Sufrió en silencio, y cuando por fin decidió pedirme ayuda, yo… No pude. Dime, ¿Qué sentido tiene que los ancestros me dieran habilidades y grandes dones si no pude salvar a mi hermano? ¿Por qué?-
-No tengo una respuesta a esa pregunta. Mis ancestros solían decir que las personas más rotas son las que se pueden convertir en grandes líderes-
-Admiro todo lo que has construido aquí, y como has protegido a los tuyos… Pero como princesa de Wakanda, no dejare que asesines a esa joven. Mi nación no dejara de buscarme hasta llevarme de regreso, y no me iré sin ella. Debe existir otra forma de resolver esto, sin que ninguno de nuestros mundos resulte afectado-
-Esto ya no es solo por la científica, por siglos, los terrestres han esclavizado a las personas como nosotros, y solamente por obtener recursos. He preparado a mi pueblo desde que enterré a mi madre en caso de que alguien venga por nosotros. La maquina que esa joven construyo no es más que una señal de que ese día llego. Debo saber si Wakanda es un aliado… O un enemigo. No puede haber intermedios-
-Entonces… ¿Tu plan es declararle la guerra a todo el mundo con Wakanda como aliados? Estás demente-
-Si ellos tuvieran la oportunidad, te aseguro que las naciones vaciarían Wakanda. Si formamos una alianza, podríamos protegernos los unos a los otros cuando ataquemos primero; una vez que la amenaza de esas naciones haya sido erradicada, la científica volverá a Wakanda-
-¿Y que pasara si Wakanda no acepta?-
-Entonces ella morirá… Y Wakanda será la primera nación en caer. Ustedes nunca podrían ganarle una batalla a Talocan. Yo te escuche esa noche que estabas con tu madre en el rio, dijiste que querías quemar el mundo… Hagámoslo juntos-
Esa última frase fue la que cambio cualquier pensamiento en la mente de Shuri, por supuesto que recordaba perfectamente esas palabras, y en cierto punto no se arrepentía. Namor tomo su mano, quizás a modo de convencerla; pero ese toque entre sus pieles provoco una corriente que recorrió sus cuerpos. Aunque lo negaran, ambos se sentían atraídos por el otro, no se trataba solo de su apariencia, sino por lo parecido que podrían llegar a ser. La inercia hizo que sus rostros se acercaran lentamente, cerrando los ojos en el trayecto, hasta que sus labios hicieron contacto. Los brazos del mutante se posaron alrededor de la cintura de la Wakandiana mientras se profundizaba el beso, ella lo abrazo rodeando su cuello
Sus labios decidieron posarse en el cuello de Shuri, recibiendo a cambio una serie de suspiros tratando de ser amortiguados mordiendo sus labios; aquello lo motivo a continuar. Comenzó a despojarla del vestido que el mismo le dio, no quedo un solo rastro de piel descubierta sin tocar con sus labios; los instintos tomaron el control de su cuerpo, cargándola por los muslos, entraron al agua. La princesa pudo notar la dureza de su miembro chocando contra su vientre, quizás podía verse como una adolescente, pero sabía perfectamente lo que hacía… Y lo deseaba. Entre besos, lo ayudo a despojarse de su única prenda; siendo las aguas como único testigo del acto, la tomo como mujer al derramar su simiente en su interior
No tenía certeza de cuánto tiempo había transcurrido ya, su mente solo estaba enfocada en pensar en aquel hombre que (Sin darse cuenta) había logrado colarse en lo más profundo de sus pensamientos y corazón. Incluso Riri y los demás habitantes de la ciudad notaron como surgía una especie de relación, que iba más allá de los encuentros carnales -Es una suerte vivir en una sociedad más abierta de mente, princesa- comento la joven científica apenas la vio entrar a la habitación, después de arreglar (De nuevo) algunos "asuntos" con el gobernante
-¿De qué hablas?-
-Ya sabes… Una relación entre una joven y alguien que podría ser tu ancestro es algo que hace varios años no se vería nada bien. Pero ahora… Muchos lo verían como algo romántico, incluso una forma no violenta de llegar a un acuerdo entre 2 reinos-
-Las cosas no son como te lo escriben en los cuentos, Riri-
-Se que no, pero ustedes si podrían hacerlo, ¿No es así? Además, no soy la única que noto lo mucho que se complementan-. Aquel comentario la hizo pensar, sabía que ella tenía razón, algo había cambiado en los 2; pero algo la saco de sus pensamientos. Era Nakia… Pero no fueron las únicas que notaron su presencia, una de las guardias alzo su lanza en posición de defensa, pero rápidamente la Wakandiana disparo su arma
¡No!-. Shuri intento ir hacia ella para ayudarla, pero Nakia la sujeto del brazo -D-Dame tus perlas… Dame tus perlas, aun puedo salvarla-
-Shuri, no sé quien sea ella, pero debemos irnos-
-No lo entiendes. Esto nos llevara a la guerra-
-Debemos irnos-. A pesar de los forcejeos y suplicas de la princesa, Nakia logro llevarla hasta el submarino que llevo consigo, seguidas por Riri; una vez que llegaron a la superficie, las 3 mujeres fueron rescatadas por una nave. Ahí la recibió su madre, con un abrazo que le robo todo el aire; estaba feliz de volver a verla, pero eso no quitaba su preocupación al no saber el estado de la mutante. Y más pronto de lo que creería, obtendría la respuesta
A pesar de que se fortaleció la protección tanto en tierra como en el agua, Wakanda no pudo evitar ser atacada por los Talokanil. La ventaja era claramente del lado de los mutantes, logrando eliminar varias aeronaves con tan solo un golpe; en cierto momento de la batalla, Shuri se topo frente a Namor, inicio una batalla entre los gobernantes. Aunque la princesa trato de detenerlo, Namor era demasiado rápido, aprovecho un momento donde ella lo perdió de vista para volar hasta su nave y dañarla con ayuda de su lanza
-Debes irte- dijo Ramonda apenas vio como el mutante bajaba hacia las aguas, tras intentar romper el vidrio que los separaba
-No voy a dejarla-
-¡Corre!-. Pero antes de que pudiera dar un solo paso, Namor regreso, arrojando unas extrañas esferas en su dirección; al chocar contra el vidrio, de estas salieron una gran cantidad de agua. Gracias al peso del líquido, el suelo de vidrio se rompió, y tanto las aguas como Ramonda y la científica cayeron por los espacios. Ambas habían quedado inconscientes, pero la reina logro despertar a tiempo para rescatar a Riri; por desgracia, los esfuerzos por salvarla hicieron que ella apenas pudiese salir de las aguas
-¡En una semana, volveré, con todo mi ejercito! ¡Únanse a nosotros o Wakanda será borrada de la faz de la tierra!-
-¡Mama!-. Shuri trato de ir con la reina apenas la vio tratando de ser resucitada por Okoye
-Sepulta a tus muertos y llora tu pérdida. Ahora tú eres la reina-. Namor y Shuri toparon sus miradas nuevamente, solo podían ver odio y dolor en sus ojos; Riri logro ser rescatadas de las garras de la muerte, pero Ramonda no corrió con la misma suerte. Los funerales se llevaron a cabo de la misma forma que con T'Challa, el dolor podía sentirse en cada habitante de Wakanda, pero Shuri sabía que aquello no podía quedarse así. Namor cumpliría con sus amenazas, y debían estar listos para ello
Mientras Riri terminaba de fabricar su nueva y mejorada armadura, por fin Shuri logro lo que muchos creían imposible, crear una réplica de la hierba de corazón; la prueba refutable de aquello fue el brillo que esta desprendió. Nakia la ayudo preparando el brebaje mientras se recostaba en una camilla, Riri las acompañaba como espectadora del proceso. Al beberlo, cayó en una especie de sueño, donde despertó en el mismo lugar donde su madre perdió la vida; las ventanas permanecían intactas, y en el cielo podía verse una especie de aurora polar de color morado. Al voltear, pudo ver que había una persona sentada en el trono, se acerco esperando que se tratara de su madre o su hermano, pero quien estaba ahí era su fallecido primo N'Jadaka
-¿Por qué te sorprendes de verme? Tú me escogiste, primita-
-Yo jamás te escogería-
-¿Entonces porque tomaste la hierba del corazón?-
-Para ver a mi familia-
-Mientes. Tu no creías que el Plano Ancestral fuera real, ¿Por qué la tomaste?-
-Para ser fuerte-
-¿Fuerte para qué?-. quizás por primera vez en su vida, Shuri no tenía la respuesta a una pregunta, lo que provoco una sonrisa en su primo –Nos parecemos más de lo que crees. Yo también la tome para vengar a mis ancestros-
-Yo no soy como tú, la única persona por la que tomaste la planta, fue por ti… Y luego destruiste todas las que quedaban. No eres más que un rey indigno, con el temor de ser reemplazado, un cobarde-
-Fui la única persona con el valor suficiente para cambiar a Wakanda, ¿Cuántas personas como a la científica tuvieron que proteger antes de que yo llegara? Los únicos cobardes fueron las panteras que estuvieron antes de mí, antes de T'Challa-
-¡No te atrevas a mencionar a mi hermano! ¡Eres el único responsable de que el muriera! Dejaste a Wakanda sin un protector cuando quemaste la hierba, y ahora Namor asesino a mi madre, en tus manos corre su sangre-
-Yo no tuve nada que ver, tú lo sabes mejor que nadie… Tu madre dio su vida por esa científica, tu padre era un hipócrita que no habría dudarlo en asesinarla como lo hizo con su propio hermano, y T'Challa… Tan noble, que dejo con vida al hombre que asesinó a tu padre. Y ahora tu… ¿Acaso serás noble como tu hermano o acabaras con el hombre que mató a tu madre, el mismo al cual te entregaste, princesa?-
Shuri despertó de golpe, alertando tanto a Nakia como a Riri, tratando de hacerles decir a quien había visto en el Plano Ancestral, pero se negó alegando que no había funcionado el ritual; pero un golpe dado a un maniquí, tratando de desahogar su mala experiencia, fue la prueba de que la hierba había otorgado los poderes –Creo… Que necesitare un traje-
Para los habitantes de Wakanda como para los ancianos de las tribus cercanas, el ataque sucedido en la tarde como la pérdida de su reina había sido una muestra de lo débiles que podían ser sin la presencia de la Pantera Negra. Planeando la forma en la que protegerían a sus pueblos, alguien apareció repentinamente en medio de ellos, se trataba de Shuri, portando un traje muy similar al de su fallecido hermano. Aquello fue la esperanza renovándose en todos los presentes. La semana que Namor dio de plazo transcurrió, durante cada uno de esos días, planearon con detalle cada punto de la batalla que se avecinaba. El día por fin llego, Wakandianos decidieron transportarse al océano en una enorme embarcación; usaron una maquina similar a la que Riri invento para llamar la atención de Namor y sus habitantes. Al tratar de desactivarla, un sonido ensordecedor (Para ellos) los obligo a salir a la superficie, fue ahí donde apareció la flota enemiga
La batalla inicio, terrestres y marinos estaban a la par; gracias a la nueva armadura de Riri, Namor pudo ser encerrado una nave piloteada de forma automática, Shuri entro cuando esta voló cerca suyo –Nos volvemos a ver, princesa-
-Soy la Pantera Negra, y vengare la muerte de mi madre-
-Celdas de pervaporacion activadas-. De pronto, Namor toco su frente, no se sentía muy bien dentro de ese lugar; al mirar hacia varios lados, pudo notar como extrañas luces de color naranja se encendían, al instante, entendió que eso causaba su malestar
-¿Qué sucede, Namor? ¿Acaso deseas un vaso con agua?-. El calor para el mutante era insoportable, la única solución que pudo pensar fue en atravesar varios puntos de la nave con su lanza –GRIOT, ¿El daño es grave?
-Así es, princesa, su lanza está hecha de vibranioen bruto, la nave explotara en cualquier momento-
-Llévanos de inmediato al desierto- dijo antes de desactivar la barrera que se interponía entre ella y Namor, tratando de evitar que continuara dañando la nave, se lanzó sobre él, iniciando un combate cuerpo a cuerpo. La nave acelero a una velocidad inimaginable, apenas logro llegar a tierra firme, pero se estrelló contra el suelo; increíblemente, ambos habían salido ilesos. Apenas Shuri logro levantarse mientras recuperaba el aliento cuando fue atacada por Namor, sin estar dispuesta a dejarse vencer, logro arrancar una de las alas de sus tobillos
Aquello enfureció al mutante, quien la acorralo contra una enorme roca, comenzando a lanzarle una serie de golpes. En cierto punto logro derribarlo al suelo, pero cuando se acercaba para darle el golpe final, este logro encontrar su lanza y se giró dispuesto a herirla con ella. Todo sucedió tan rápido, Shuri solo había alcanzado a cubrir su pecho y cabeza, pero la punta de vibranio estaba apuntando directamente hacia su abdomen. Antes de que siquiera pudiera tocarla, una especie de onda lo lanzo lejos de la princesa –G-GRIOT, ¿Qué sucede?-
-Usted me pidió que protegiera las zonas vitales de su cuerpo, princesa. Mis sensores me indican que existe un ser creciendo en su vientre-
-¿Q-Que?-. No solo ella logro escuchar la respuesta de la IA, Namor se quedó inmóvil en su lugar, lo único que se escucho fue su lanza estrellándose contra el suelo –GRIOT, ¿Estasseguro?-
-Completamente, princesa, las pruebas arrojan que tiene genes Wakandianos y Talokanil. Tiene un periodo de gestación de aproximadamente una semana, es demasiado pronto saber su género-
Las garras de su traje se guardaron, el casco fue retirado, mirando fijamente a los ojos del mutante. Sin decir una sola palabra, Namor se acercó hacia ella, no se había movido de ese lugar –Trate de ayudarla…-
-Lo sé, princesa-
-Esta guerra no vale la vida de nuestra gente… Ni la de el- susurro Shuri mientras sacaba un pequeño comunicador de su muñeca, a través de él pudieron escuchar la batalla en la embarcación que aún se llevaba a cabo –Okoye-
-¿Princesa?-
-La guerra termino-. Tanto su voz como la de Namor fueron escuchadas por todos los presentes, instantáneamente, detuvieron la pelea dispuestos a escuchar a sus líderes –Ya no hay motivo para pelear… Regresemos a casa-
Dudaron por algunos minutos, pero poco a poco, los habitantes de Talocan comenzaron a retirarse del lugar, no hubo más que el sonido de las aguas chocando contra el vehículo. En las miradas de los gobernantes, el odio estaba siendo sustituido por aquella emoción que había florecido en ambos mientras Shuri estuvo en su reino, permanecía intacto aun con los hechos sucedidos en esos días. Mostraron sus saludos a modo de respeto, pero eso poco duro, sus cuerpos actuaron como imanes; sus labios se encontraron en un beso que ansiaban. Un nuevo guerrero, mitad Talonaki, mitad Wakandiano, llegaría en pocos meses… Y con ello, la esperanza de un nuevo y mejor futuro para ambos reinos
