Disclaimer: Crepúsculo es de Stephenie Meyer, la historia de LyricalKris, la traducción es mía con el debido permiso de la autora.
Disclaimer: Twilight belongs to Stephenie Meyer, this story is from LyricalKris, I'm just translating with the permission of the author.
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―Ah, mi trasero. Bella, mi vieja flor.
Bella se inclinó hacia el abrazo de un solo brazo de Maggie, con el ceño fruncido por la confusión.
―¿Qué?
Alejándose de ella, Maggie hizo saltar a Ciara sobre su cadera, sonriendo ampliamente.
―Fuiste y preparaste un banquete de Acción de Gracias antes del banquete de Acción de Gracias. ¿Es eso lo que estás haciendo?
―Mmm. ―Bella miró a su alrededor―. Quiero decir, esto no es nada. Tenía que practicar un par de cosas al menos una vez para que salieran bien mañana. No quiero ser uno de los mayores fracasos de Pinterest cuya lista se vuelve viral cada año.
―¿Oh? ¿Esto es solo una parte de lo que será mañana? Y Jake se fue a lugares desconocidos, así que soy solo yo con quien tienes que compartirlo todo hoy. Jesús, nunca voy a perder el peso del embarazo viviendo en esta casa; eso es seguro y cierto. ―Ella se rió, echando sus rizos rojos sobre un hombro―. Eres genial, patito, de verdad. Y un millón de gracias, pero no puedo agarrar más que este pastelillo. ―Señaló los restos del pastelillo que le había dado a Ciara, quien lo estaba chupando como si fuera una piruleta en lugar de un sabroso bollo―. Hoy también nos darán de comer en el trabajo. Me han dicho que es un verdadero festín. Tengo que ahorrar espacio.
»Escucha, tengo que irme, pero creo que lo hiciste bien la primera vez. ―Cogió un segundo pastelillo de la bandeja―. Te diría que lo congeles, pero sé que el congelador ya está lleno hasta reventar.
Maggie señaló con la barbilla hacia la ventana.
»Si no quieres desperdiciar, me parece que hay un grupo de tipos grandes y corpulentos por ahí. Del tipo que tienen estómagos como pozos sin fondo. Apuesto a que este es un problema que estarían felices de solucionar por ti.
Con eso, Maggie salió corriendo por la puerta, dejando a Bella para que lo considerara.
No tenía nada de malo ofrecer algo de comer a un grupo de hombres trabajadores, ¿verdad? Eso no podría ser inapropiado de ninguna manera. Era una actitud de buena vecina… o cualquier palabra que se aplicara a hacer algo potencialmente agradable para un grupo de personas que paseaban por tu patio trasero. Solo porque uno de ellos tal vez, en cierto modo, potencialmente, la estaba evitando...
Bella puso los ojos en blanco y tomó ambas bandejas de aperitivos. Respiró hondo, descartando sus nervios como completamente ridículos, y salió por la puerta.
Sus ojos lo encontraron tan pronto como salió. Eso era natural, pensó. Había estado pensando en él. Debido a la situación con la taza, por ninguna otra razón. No tenía absolutamente nada que ver con su cinturón de herramientas...
Por el amor de Dios. Solo era humana. La combinación de vaqueros y botas de trabajo emitía un aire de virilidad ruda. Era algo visceral verlo, como si pudiera sentir sus manos fuertes y ásperas sobre ella. Y la forma en que su largo cinturón de herramientas de cuero colgaba hasta la altura de sus caderas...
Bueno, lo que sea. No estaba ciega, eso era todo.
Con la cabeza en alto, terminó su caminata sin ninguna vergüenza hacia el otro lado del patio.
―Hola. ―Ella frunció el ceño cuando su voz salió un poco chillona. Aclarándose la garganta, lo intentó de nuevo―. Hola, chicos. Me preguntaba si podrían ayudarme.
―Vaya. ―Un hombre de cabello oscuro y más largo que la mayoría de los demás saltó desde la escalera en la que estaba sentado, aterrizando cerca de ella con una gracia que Bella no esperaba.
No muy diferente a una bailarina.
En un club de estriptís.
Él le ofreció una sonrisa descarada como si supiera la dirección de sus pensamientos.
»Si necesitas ayuda con algo de eso, estoy aquí. ―Miró con nostalgia las bandejas que ella llevaba.
El del tamaño de una casa se rio disimuladamente.
―Ya conoces la regla, Garrett. No hay distracciones; no mientras estemos en un trabajo urgente como este. ―Miró a Bella de arriba abajo con un brillo divertido en sus ojos―. Ni siquiera si nos pagas con comida deliciosa.
―¿Y si es sólo la comida? ―Bella respondió―. Todo esto fue sólo una práctica para mañana.
―Espera, espera ―intervino aquel a quien Jacob había llamado un dios egipcio―. ¿Práctica? ¿Hiciste una práctica de Acción de Gracias? Nadie hace eso.
―Lo hacen si han visto mucho The Great British Baking Show y saben que esos sabrosos pasteles en Pastry Week pueden parecer fáciles, pero en realidad no lo son.
―No querrás tener el fondo aguado.
La voz envió un escalofrío por su espalda. Era una voz sedosa, casi melódica y agradablemente baja. Ella giró levemente la cabeza y, efectivamente, era él.
―¿Fondo aguado? ―El del tamaño de una casa soltó una carcajada. Varios de los otros también se rieron―. Vaya, Edward, no deberías hablar del trasero de un cliente potencial, en absoluto, y mucho menos llamarlo aguado. Eso no es profesional.
Los ojos del hombre, Edward, se agrandaron y horrorizaron.
―No lo hice... yo no estaba... ¿Yo no soy profesional cuando tú…?
―Bueno. ―El grande parecía absolutamente divertido―. Eso hizo valer la posible queja. ―Se volvió hacia Bella―. Lo siento. Fondos aguados. En lo que respecta a los pasteles, no estar crujientes y muy… —Se giró para mirar a Edward con una mirada diabólica―… húmedos.
Edward se giró, sacudiendo ligeramente la cabeza.
»Y tuviste que practicar porque estás tratando de hacer algo elegante para el Día de Acción de Gracias ―continuó el grande―, y necesitas conejillos de indias.
―Más bien como compactadores humanos ―indicó Bella, automáticamente agradándole este tipo de una manera amistosa y burlona―. Tengo todas mis vacunas y me lavé mucho las manos durante todo el proceso. Y no los toqué sin mis guantes de cocina puestos, para que lo sepan. Pero no me ofenderé si los rechazan.
―Creo que vale la pena correr el riesgo ―musitó el dios egipcio, con los ojos sólo en la comida.
Bella sonrió.
―Genial. Creo que salieron bastante bien. Aunque, si tienen alguna crítica constructiva, soy todo oídos.
―Creo que tienes a los hombres adecuados para el trabajo. Es hora del descanso ―rugió el gigante.
Y con sus palabras, los hombres se adelantaron, cada uno tomando algunos de los pasteles y agradeciéndole efusivamente.
El hombre, Edward, esperó hasta que el resto del equipo agarró los suyos antes de dar un paso al frente.
―Estos se ven geniales. No impresionarían a Paul Hollywood, pero es un poco idiota, ¿no? ―Él le guiñó un ojo.
Bella parpadeó, momentáneamente aturdida por el guiño, y se preguntó qué pasó con el hombre desconcertado de hacía un minuto atrás. Este hombre tenía una sonrisa engreída y algo en sus ojos que distraía muchísimo.
―Mmm… ―Bella sacudió la cabeza bruscamente, tratando de concentrarse―. Supongo que se supone que debes ser un poco idiota si estás regalando un inaudito gran puesto de pasteles. ―Ella arqueó una ceja―. ¿Ves programas de repostería?
Él se encogió de hombros y su expresión no mostraba ningún remordimiento.
―Me caí de un techo hace unos años y no podía moverme mucho mientras me recuperaba. Vi... muchos programas de repostería y juegos de cocina. Pero la buena noticia es que si me asignas comida al azar, puedo hacer una comida bastante elegante.
―¿Picado en casa*? Eso es algo que tendría que ver si quieres que te crea.
Él apretó sus labios, todavía sonriendo, y los ojos de Bella se abrieron cuando se dio cuenta de cómo sonaba eso, como si estuviera buscando una cita.
―De todos modos. Tengo mucho que preparar y picar para mañana así que... uh, sí. Disfrútalo. Feliz Día de Acción de Gracias. ―Giró sobre sus talones y se apresuró a regresar a la casa.
Picado/Chopped: Chopped es un concurso de cocina en el que a cada chef profesional se le entrega una cesta con 3 o 4 ingredientes aparentemente extraños que normalmente no combinan, y tienen que hacer un plato de comida con esos ingredientes.
Bella le dice a Edward: Chopped at home? En referencia a ese programa, como un reto hacia Edward.
