ANGEL'S PUNISHMENT
DISCLAIMER: Naruto es propiedad de Masashi Kishimoto, pero la historia es de mi autoría.
WARNING: Esta historia contiene descripciones y menciones de actos de violencia sexual, física y psicológica, así como de temas de índole religiosa a los que de ninguna manera se pretende faltar el respeto y son utilizados solo con fines creativos. Por favor, tomarlo en cuenta antes de leer.
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2
CARISMA
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Naruto nunca fue y ni con todo el esfuerzo del mundo sería un buen estudiante.
Para él, las cosas más sencillas y sobre todo las más complicadas de la vida escolar eran algo casi imposible de cumplir y, aun cuando acababa de llegar a un colegio nuevo donde podía intentar mejorar eso de sí mismo, no había esperanza de que fuera a cambiar.
Por eso su primer día como estudiante de "Divinium Reflectum" comenzó con el pie izquierdo pues ni siquiera pudo levantarse a tiempo para asistir a clases.
—Oye, se hace tarde — entre sueños, escuchó que alguien murmuraba directamente en su oído. No reconoció a quien pertenecía esa voz, por eso, a pesar de que aún estaba muy adormilado, no tuvo de otra más que abrir los ojos para resolver esa incógnita.
Y lo que encontró le hizo preguntarse seriamente si aún se encontraba dormido.
Sentada en el suelo y recargada en su cama, la figura femenina que lo observaba con serenidad parecía todo menos humana. Naruto parpadeó un par de veces tratando de que su visión se aclarara, dándole así la oportunidad a la presencia a su lado de desaparecer si acaso era un espectro.
Pero ésta no lo hizo.
La sublime belleza de largos cabellos rosados y lacios, ojos verdes, grandes y brillantes, cual esmeraldas, enmarcados por largas y coquetas pestañas, piel pálida aparentemente suave, rasgos delicados, cincelados como si de una obra de arte se tratase, y voluptuosos labios rosados, era real.
Esa joven que sonreía divertida por lo desconcertado que lo había dejado estaba ahí.
—Buenos días, chico nuevo — la jovencita tarareó y la tonalidad dulce y cándida de su voz hizo que Naruto se sonrojara.
—¿Quién eres tú? — exclamó, regresando de golpe a la realidad e incorporándose sobre sus codos en la mullida cama.
—Es de personas educadas presentarse antes de pedirles a los demás que lo hagan — la chica que podía apostar rondaba su misma edad se rió suavemente y se puso de pie.
Fue entonces que el Uzumaki cayó en cuenta de que usaba el uniforme de ese colegio, aunque, en lugar de los shorts que los varones estaban obligados a usar, ella llevaba falda. Solo que la usaba más corta de lo que se podía considerar apropiado dado que esa era una institución religiosa, llegándole una mano completa por encima de la rodilla. Por lo demás, su vestimenta era igual a la que él debía usar.
O más bien a la que ya debería tener puesta en ese momento.
—¡Mierda! ¿Qué hora es? — se puso de pie de inmediato y comenzó a buscar su uniforme a toda prisa.
—Faltan exactamente nueve minutos para que empiece el primer periodo — la chica respondió acercándose a un espejo que tenían colgado en una esquina de la habitación para revisar que su cabello se viera bien. A través del reflejo vio como el rubio se apresuraba a ponerse la camisa blanca y se equivocaba al abotonársela correctamente, lo que la hizo reír otra vez —. Entonces, ¿cómo te llamas?
—Soy Naruto — el chico respondió con la voz llena de frustración —. Y hasta ayer, mi compañero de cuarto, Sasuke, no era una chica de cabello rosa.
—Todavía no lo es y nunca lo será, yo soy Sakura — al escuchar su nombre, el rubio detuvo sus intenciones de entrar al armario para seguirse cambiando lejos de la mirada femenina y se giró para verla dedicarle una agradable sonrisa —. Sakura Haruno.
Era un nombre bonito. Apropiado para una chica tan hermosa y aparentemente agradable como ella. El tipo de nombre que llevaría una mujer de la que es imposible no quedar prendado y que es un deleite responder cuando se es cuestionado sobre la persona de la que se está enamorado. Solo que esa no era suficiente información para satisfacer las dudas que tenía respecto a ella desde que despertó hacia menos de dos minutos.
—¿Y qué haces en mi habitación, Sakura-chan? — pregunto finalmente escondiéndose de su vista.
—Suelo venir a esperar a que Sasuke-kun esté listo para poder irnos juntos a clase — ella respondió con naturalidad comenzando a tender la cama del rubio sin prisa.
Ante sus palabras, Naruto frunció el ceño al tiempo que terminaba de ponerse el cinturón y salía del armario. ¿Esa chica estaba ahí por su compañero de cuarto? ¿Por qué? O más bien...
—Si estás aquí por él, ¿dónde está Sasuke? — la cuestionó tomando sus zapatos tras verificar cuánto tiempo le quedaba en el reloj sobre la cómoda.
—Dijo que volvería en un minuto y me pidió que te despertara mientras tanto — Sakura se encogió de hombros y se acercó a él para comenzar a peinar su cabello sin molestarse en pedirle permiso. Esa repentina cercanía con ella hizo a Naruto ponerse nervioso, más aún porque, agachado, tenía una vista privilegiada de sus torneadas y pálidas piernas y lo envolvía el aroma dulce y floral que la joven desprendía —. Tienes un cabello muy lindo Naruto, ¿tus padres también tienen este encantador rubio solar?
—S-solo mi padre, mi madre es pelirroja — respondió torpemente, incorporándose y poniendo distancia entre su acompañante y él.
—Los pelirrojos también son hermosos — ella comentó y luego esbozó una soñadora sonrisa al tiempo que tomaba sus sonrojadas mejillas en sus manos —. Aunque no hay nada más bello que los pelinegros.
Dada la forma en que pronunció aquello y su evidente demostración de admiración, el Uzumaki captó de inmediato que esa chica tenía sentimientos por su compañero de cuarto y como sus acciones anteriores cualquiera las hubiera traducido en un discreto coqueteo, se sintió momentáneamente confundido y hasta molesto.
Por un breve instante creyó que una joven como ella podría estar interesada en él.
—¿Tú y Sasuke con novios? — la cuestionó tomando su mochila y Sakura hizo lo mismo con su maletín de cuero negro, colgándoselo al hombro.
—Somos mucho más que eso — respondió acompañando sus palabras de una sonrisa que a su acompañante le resultó inquietante y misteriosa. Pero antes de que pudiera indagar y cuestionarla un poco más, la puerta del cuarto se abrió y Sasuke entró murmurando un casi inaudible "buenos días" —. ¡Sasuke-kun!
En un segundo la pelirrosa pasó de estar frente a Naruto a en los brazos del recién llegado. El Uchiha la recibió con una casi imperceptible sonrisa y la dejó envolverlo por la cintura en un cariñoso agarre. Acto seguido, Naruto lo vio inclinarse hasta el rostro de la chica y rozar su nariz con la suya con dulzura.
Cuando conoció a Sasuke el día anterior le dio la impresión de que era un tipo completamente inflexible y duro, pero en ese momento estaba mostrando una calidez para nada compatible con lo anteriormente mencionado. Incluso las perlas negras que tenía por ojos parecieron brillar cuando miró a Sakura y ella le sonrió con todo el amor del mundo.
Podía asegurar con total certeza que esos dos eran pareja y una bastante enamorada por lo visto. Aunque, según recordaba, en los lineamientos del colegio decía estaban prohibidas las relaciones amorosas entre estudiantes.
"Que suerte" Naruto pensó, apretando los labios en una mueca.
Incluso un tipo como el pelinegro podía gozar de una novia, a diferencia de él, y para colmo la Haruno era exquisitamente hermosa y a leguas se notaba que lo adoraba. No pudo evitar sentirse envidioso de ello, pero al menos el par de chicos frente a él estaban demasiado concentrados juntando sus labios en un pequeño beso como para notar su rostro inconforme.
—Ya es tarde, hay que irnos — el Uchiha lo sacó de su ensoñación para luego separarse de la pelirrosa y acercársele a él. Volviendo a su digno comportamiento de siempre, entonces le extendió un pequeño paquete de galletas y una caja de jugo —. Come algo o vas a pasarla mal hasta que la hora del almuerzo llegue.
—Gracias — Naruto murmuró y tomó la comida, un poco aturdido por su consideración. Era eso lo que había ido a buscar mientras su novia y él se conocían.
—Entonces vámonos, supe que compartirás clase con nosotros y déjame decirte que la madre Anko no es nada comprensiva con los retrasos — antes de que el rubio pudiera seguir pensando en lo discordante que resultaba la personalidad de Sasuke con su apariencia, Sakura enganchó su brazo al suyo y comenzó a caminar para salir de la habitación mientras seguía contándole todo sobre la vida escolar a la que estaba por adentrarse.
El pelinegro los siguió de cerca y no hubo ni un rastro de molestia o celos en su faz por ver la atención de su novia en otra persona. Una cosa más que él tenía y Naruto no: seguridad en sí mismo.
Aunque cómo no poseer dicha cualidad cuando Sakura le dirigía sonrisas y miradas tan traviesas como enamoradas cada cuando.
De esas que invitaban a tomar sus labios a voluntad y perderse en ella sin remedio.
...
NOTAS FINALES:
Ay tengo los dedos entumidos y no por escribir, sino porque tengo mucho frío jajaja. Nunca he sido team calor ni tampoco team frio, así que estar en el medio es realmente difícil.
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Como sea. ¿Qué les pareció este capítulo amixes? Espero les agradara y les haga mantener el interés en esta historia porque uffff, si creían que en mis otros dark fics hice una marranada, en este no saben lo que les espera.
Sin más por añadir, nos leemos en la siguiente actualización. Bye!
